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XLI ASAMBLEA DE LA ANDI
Agosto 12 de 2005 (Cartagena – Bolívar)


Quiero saludarlos muy afectuosamente.

El país pone su atención cada año en la Asamblea de la ANDI y eso no es fortuito, eso lo ha ganado el gremio por haber trabajado siempre en función de los superiores intereses de la Patria.

Hacer empresa privada en Colombia ha tendido momentos de muchas dificultades. Ustedes los han superado con creces y le muestran al país hoy un panorama tranquilizante sobre el futuro de crecimiento económico de la generación de empleo. Y ese permanente discurrir de las grandes preocupaciones nacionales, ha hecho que la ANDI no sea simplemente el gremio de los empresarios sino un gremio con legitimidad, con recibo, con asiento, en el corazón de todos los colombianos.

EL TLC (Tratado de Libre Comercio)

Empiezo por estas cifras que acabo de recibir, que quiero compartir con todos ustedes: en el periodo de enero a mayo (2005) las exportaciones colombianas ascendieron a 8.091 millones de dólares. Proyectándolas a diciembre, podemos tener un año muy cercano a 20 mil millones de dólares de exportaciones.

Es posible que en este Gobierno se dupliquen las exportaciones y que las no tradicionales pasen de 6 mil a más de 10.500 millones de dólares por año.

Miren estos crecimientos: en el periodo enero – mayo del 2004, las exportaciones totales crecieron un 13.8 por ciento. En el mismo periodo de 2005, un 34.8 por ciento, a pesar de este problema de tasa de cambio.

Las tradicionales, el año pasado en ese periodo, crecieron 10.1 por ciento. Este año 42.1 por ciento.

Las no tradicionales, el año pasado, enero y mayo, 17.2 por ciento. Este año, 28.6 por ciento.

En mayo, las tradicionales –este año- crecieron 33.9 por ciento y las no tradicionales 27.5 por ciento.

En los últimos 12 meses, las exportaciones totales de Colombia han crecido un 35.8 por ciento, las tradicionales un 40.3 por ciento, las no tradicionales un 32 por ciento.

Los Estados Unidos, es el principal destino de las exportaciones, al participar con el 37.3 por ciento del total, exportado en el periodo enero – mayo. Siguen los países de la Comunidad Andina (CAN), que participan con 18.8 por ciento y la Unión Europea, con un 14.6 por ciento.

Eso pone de presente una vez más, el interés nacional en el TLC.

Algunos compatriotas decían, cuando empezamos a agitar el tema hace tres años: ‘bueno, primero hay que negociar con Suramérica –además lo manda la Constitución-, es un imperativo político, son nuestros vecinos del sur’. Esa negociación ya está hecha, hoy tenemos el acuerdo CAN – MERCOSUR. El obstáculo está removido.

Otros compatriotas han dicho: ‘bueno, ¿para qué vamos a poner en riesgo un TLC?, que nos extiendan el APTDEA’. Fue bastante difícil para la administración del Presidente (Andrés) Pastrana conseguir que aceptaran convertir el expirado ATPA, en el APTDEA. Y bastante difícil para esta administración, conseguir que proclamaran y dieran la orden de iniciación del nuevo sistema de preferencias unilaterales en el mercado de Estados Unidos.

Yo soy muy escéptico, casi totalmente negativo –y suelo ser optimista-, sobre la posibilidad de una extensión unilateral del APTDEA. No la veo.

Hace pocos días, hablando con los integrantes del Comité de Comercio de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, me decían que ellos no la veían posible.

Han negociado con Centroamérica, con países tan pobres como Honduras, entonces con qué cara van a decir que no van a negociar con la Comunidad Andina, no le van exigir reciprocidades bilaterales, sino que la van a continuar tratando con extensiones de privilegios unilaterales.

Entonces, dice uno: en la reciprocidad de la droga, por eso está el Plan Colombia. El esfuerzo que estamos haciendo es que el Plan Colombia se mantenga, con una tesis: vamos ganando pero no hemos ganado todavía, la culebra sigue viva, el camino no lo podemos dejar recorrido por la mitad, hay que completarlo. Y esa es una ayuda que oscila entres 600, casi 800 millones de dólares al año, un gran esfuerzo cada año para mantenerla.

A mi me parece muy difícil, aspirar a tener Plan Colombia con esa ayuda y simultáneamente, preferencias unilaterales. Yo pido una reflexión de los compatriotas sobre ese tema.

Me preocupa mucho el escenario del 31 de diciembre del año entrante, con el APTDEA expirado, sin el TLC y sin posibilidades de una extensión unilateral del ATPDEA. Por eso, creo que hemos entrado en una etapa de urgencia en la negociación.

Algunos dicen: ‘aplacémosla, por la época electoral’. Esto hay que hacerlo hoy o mañana, algún día se va a dar, cuanto antes mejor. Ahora, los periodos electorales no son para ocultar problemas ni para eludir debates ni para dejar de tomar decisiones. Eso es lo que mata las democracias: cuando los periodos electorales se utilizan para maquillar situaciones, para eludir debates, para no presentar los temas de fondo.

Yo, le pediría a los colombianos prescindir de que estamos entrando en una etapa electoral –que también están entrando en Perú-. En Estados Unidos el año entrante hay elección de una buena parte de los congresistas y que aceleremos el TLC.

Viene allí, como el conjunto de puntos que hoy preocupa. Esta semana que se ha desarrollado la mesa agrícola en los Estados Unidos, nuestros compañeros acudieron allá guiados por un memorando que configuramos en las últimas sesiones de trabajo donde hay preocupación, por ejemplo, en temas de ofensiva, donde tenemos que llegar a ese mercado: caso azúcar y derivados, con una posibilidad tan importante como es el alcohol carburante, que el país empieza a producir este año un millón de litros diarios, con muy buenas perspectivas para producirlo también a partir de yuca –hay dos experimentos, uno en el Cesar y otro en los Llanos Orientales-. El caso de los textiles, el caso de las confecciones.

Productos defensivos: nosotros hemos manifestado particular preocupación por el caso del arroz, por el caso del maíz, por el caso de los cuartos traseros de los pollos.

El arroz. Colombia tiene 300 mil hectáreas –más o menos- en producción de arroz, con un problema: todos los países andinos son autosuficientes y excedentarios y cada uno busca colocar sus excedentes en el mercado del vecino. Ahí tenemos una dificultad. Esa dificultad también se superó en el CAFTA con los países arroceros de Centroamérica y confiamos que la podamos superar nosotros.

El maíz. El maíz estaba condenado a desaparecer en Colombia, lo revivió la tenacidad del Presidente (Virgilio) Barco. Este año, a pesar del problema de la revaluación –que incide tanto en el precio interno de estos transables-, el país completa más de 170 mil hectáreas de maíz tecnificado.

El experimento que hemos hecho en la zona cafetera para mejorar el ingreso de los campesinos cafeteros, mientras se recupera el zoqueo del café, que ya es un experimento que se aproxima este año a 50 mil hectáreas, muestra producciones hasta de 7 toneladas en periodos de 115 días. ¡Son muy buenas, son excelentes!

En Córdoba, en el sur del Cesar, producciones en esa área tecnificada, alrededor de 6 toneladas por hectárea. En el Valle del Cauca, más, en lo poco que tiene de maíz el Valle del Cauca.

Nosotros estamos avanzando en productividad con el maíz y eso es un producto esencial en la seguridad alimentaria. Cuando siembran maíz en el campo, hay comida para la familia, hay comida para todos los animales que tiene la familia ahí (gallinas, cerdos, etcétera), hay ingresos para todo el mundo.

El maíz es un producto bien importante en la vida de los colombianos, como en tantos pueblos. El país consume –más o menos- tres millones de toneladas, un gran crecimiento en ese consumo, produce alrededor de millón 100.

Ahí hay que combinar cómo se facilita importar de los Estados Unidos lo que nos hace falta y mantenerle un precio razonable a la producción nacional. La diferencia entre el consumo y la producción nacional debe hacer entender que hay donde poner de acuerdo.

Y el tercer tema es el de los cuartos traseros de los pollos –que también nos preocupa mucho-: esa industria ha crecido bastante, esa industria es redentora en la generación de empleo en muchas regiones de Colombia, basta sobrevolar Bucaramanga y los alrededores.

Ahí hay que poner mucho cuidado porque ustedes saben que los cuartos traseros de los pollos, en los Estados Unidos es un producto de descarte, entonces lo envían aquí, a unos precios que pueden afectar seriamente nuestra producción.

Como ven, nosotros hemos venido reduciendo mucho el tema. Prácticamente en esos productos defensivos, estamos en estos tres. Creo que eso facilita mucho la negociación.

Está el tema de las barreras no arancelarias, como es el tema fitosanitario. Hemos propuesto un grupo permanente de trabajo, que lo cree el Tratado, para estar examinando en ese panel de la Comunidad Andina y de los Estados Unidos, permanentemente, el tema.

La protección a algunos productos bastante sensibles, después de la desgravación, en un país con terrorismo, con problemas de drogas ilícitas como Colombia: antes de ayer definimos con el doctor Hernando José Gómez (Jefe del Equipo Negociador de Colombia en el TLC) para eso también proponer un panel permanente. Que cuando se presente una dificultad de esta naturaleza, ese panel la examine y mire qué medidas tradicionales se deben tomar con respecto a uno o varios productos.

Debe ser un tratado de equidad, un tratado de confianza. A mi juicio, debe ser una señal importante de los Estados Unidos a América Latina y creo que ha llegado el momento de acelerarlo, ojalá poder tener cerrada esa negociación en el curso de las próximas dos semanas, esa es la voluntad política del Gobierno, le veo muchas posibilidades.

Y yo, que hago parte del sector de colombianos que trabajamos en el campo, le veo para el mismo campo colombiano más posibilidades que dificultades.

Entonces, decirlo aquí, claramente: invito a los compatriotas a que creemos una atmósfera favorable para acelerar la negociación y cerrar rápidamente el tratado.

Yo quiero agradecer el esfuerzo del sector privado y del Congreso de la República, de los gobernadores y de los alcaldes, de haber estado trabajando permanentemente con el Gobierno, casi es que es un equipo negociador ampliado.

Déjenme hacer una anotación sobre esto: por ejemplo, Europa, yo creo que tampoco nos podemos hacer ilusiones de que nos van a dar más extensiones en la Unión Europea. Logramos, ahora una de 10 años, con muchas dificultades y seguimos teniendo dificultades. Nos impusieron un arancel específico al banano impagable, afortunadamente un panel acaba de fallar y acepta que el reclamo de los países productores –donde está el nuestro- es justificado. Y ahora se está negociando cuál va a ser el nuevo arancel.

Yo pienso que el país tiene que acelerar la negociación con Europa –ellos dicen que la hacen con la Comunidad Andina- porque no veo la posibilidad de que vencida esta extensión nos den otro periodo de beneficios unilaterales.

TEMA TRIBUTARIO

El país tiene que continuar madurando el tema en un debate permanente, bastante constructivo y este año con el Congreso debemos avanzar en algunos puntos.

Yo enmarcaría el debate en tres linderos: impuestos que no desmotiven la inversión, impuestos que no afecten la creación de empleo y un esquema tributario que además de simple en todo lo que se pide, tenga en cuenta la necesidad de que este país mejore la equidad social.

Temas muy elementales, pero si se convierten en linderos de esa discusión, nos ayudan mucho a que esa discusión pierda acidez y se entienda como algo que necesita el país.

Los voy a demorar un poquito en este punto porque hay que mirar qué ajustes se han venido haciendo y pensar para los próximos en dos cosas: el cuándo y el cómo.

El Gobierno del Presidente Pastrana introdujo una magnífica ley, la ley 617 para imponer austeridad en departamentos y municipios. Este Gobierno la ha aplicado con todo rigor, apenas hace pocos días pudimos firmar con Barranquilla (por aquí veo al ex ministro Arturo Sarabia que ha estado bastante interesado en el tema) el acuerdo para financiarle a Barranquilla el 70 por ciento del costo de su sistema de transporte masivo. ¿Por qué nos demoramos tanto? Entre otras razones, por la exigencia de que Barranquilla cumpliera con la ley 617.

Los departamentos y municipios pasaron de un déficit de 1.1 por ciento del PIB (Producto Interno Bruto) en el 2000, a un superávit del 1.1 por ciento en el 2004. Eso implica un gran esfuerzo.

Hay que mirar el ajuste que se ha hecho en Colombia en su conjunto para definir el cómo y el cuándo de nuevos impuestos.

El endeudamiento de estas entidades cayó de 9.6 por ciento del PIB en el 99, a 6 por ciento del PIB en el 2004. Ese resultado, en departamentos y municipios en corto tiempo, en el período de 4 años, implica un esfuerzo de ajuste muy grande en estas entidades, que no se puede desestimar para mirar los ajustes nacionales.

Este Gobierno, en materia de impuestos los hemos aumentado, ustedes conocen lo que ha pasado con patrimonio, el impuesto por una vez de Seguridad Democrática, se revivió el impuesto al patrimonio, la sobretasa de renta, con estos resultados: el primer año, en el 2003, los ingresos crecieron un 18 por ciento, el año pasado crecieron un 22 por ciento y este año van creciendo casi al 12 por ciento.

El programa MUISCA, de la Administración de Impuestos (DIAN) ha sido un programa muy bueno. Este Gobierno no ha nombrado una sola persona en la aduana, en la DIAN, por recomendación política, allí se ha aplicado rigurosamente la meritocracia.

No hemos entregado un peso de auxilios parlamentarios para aprobar la agenda legislativa de los diferentes períodos. Hemos practicado una política de representación sin clientelismo, con un gran esfuerzo en la meritocracia.

Un gran esfuerzo de la DIAN ha logrado que el país haya pasado, en estos tres años, de 400 mil contribuyentes de renta a un millón, ahí hay una gran expansión en la base. Tenemos que llegar a dos millones.

El IVA (Impuesto al Valor Agregado). Cuando empezó este Gobierno, el 37 por ciento de los bienes y servicios estaban gravados con IVA, hicimos una ampliación en dos etapas. Hoy, hemos llegado a un 52, 53 por ciento gravado con IVA. Esa es una ampliación de la base bastante importante en un período relativamente corto.

Ustedes recuerdan que en nuestra primera reforma tributaria logramos que el Congreso nos aprobara un IVA del 2 por ciento para aquellos productos que seguían exentos. La Corte Constitucional declaró esa norma inexequible, entonces ahora volvemos a hablar de nuevas ampliaciones de IVA.

Hemos hecho un gran esfuerzo en el gasto público, yo dividiría el gasto público nacional en dos grandes capítulos: en un capítulo, pensiones, transferencias, seguridad y el tema de deuda y en el otro capítulo, lo discrecional del Gobierno.

En el primero no hay sino un elemento discrecional que es seguridad. En este primero, ha crecido muchísimo pensiones. Este año la Nación tiene que girar para pagar pensiones 14 billones, aproximadamente. El Seguro Social paga 6 billones en pensiones, recauda dos, la Nación le tiene que girar 4. Allí hay una presión muy grande sobre el fisco nacional, que en buena parte se refleja en ese déficit del Gobierno Nacional central, tan elevado.

En el gasto militar el crecimiento ha sido mucho: 170 municipios con Policía que no la tenían, 214 corregimientos con Policía –faltan muchos-, 568 municipios con soldados de mi pueblo.

En total hoy hemos incorporado 84 mil hombres más en la institución armada y –más o menos- 12 mil policías cívicos y debemos terminar el Gobierno con unos 114 mil. El sábado se activa una Brigada que va para el departamento del Cauca, acabamos de activar otra y está terminando su ingreso al Putumayo.

Hay que copar con la presencia institucional todo el territorio, esta batalla de seguridad no se puede dejar a medias, la decisión mía es mostrar más ganas en ese tema hasta el último día de Gobierno, mantener el Gobierno y las Fuerzas Militares con un ánimo creciente, hasta el último momento y en eso no se puede desmayar.

Sin embargo, miren lo que ha pasado: mientras el Ministerio de Defensa ha tenido ese gran crecimiento en presencia operativa, ha eliminado 2.700 cargos civiles. O sea que ha crecido mucho la productividad de la parte laboral civil del Ministerio.

Y el Ministro (saliente de Defensa) Jorge Alberto Uribe logró pasos extraordinarios. Por ejemplo, unificó toda la compra de medicamentos con un ahorro de más de 30 mil millones al año, unificó la compra de servicio de fluido eléctrico para todas las dependencias del Ministerio, hoy para todo el Ministerio se compra en bloque, con un ahorro de más de 17 mil millones al año.

Y le pediría guardar en la mente esto: a pesar de ese crecimiento en defensa, el gasto de defensa como porcentaje del PIB hoy, es igual al que teníamos hace tres años. Eso es bien importante.

Veamos el otro capítulo: gastos de personal del gobierno diferentes a Defensa y gastos generales. Eso ha disminuido sustancialmente, empezando por la Presidencia de la República que para dar ejemplo ha disminuido gastos en un 30 por ciento.

Hemos reformado 152 empresas del Estado. Ese es un ajuste bastante difícil. La primera, la reforma de Telecom, que nos permitió pasar de un Telecom que perdía 400 mil millones al año, a un Telecom que el año pasado se ganó 950 mil millones.

Este año puede causar las mismas utilidades, pero tenemos que avanzar en el otro capítulo de la reforma, no nos podemos quedar ahí porque si no se nos pierde el esfuerzo hecho.

La última de esas reformas: Banco Cafetero, Inravisión, Audiovisuales. Creíamos, al principio, que era imposible reformar Inravisión, con la protección para Inravisión en el texto constitucional del 91, sin embargo se ha logrado, y la nueva Inravisión va a generar, en relación con la vieja, un ahorro de 25, 30 mil millones de pesos al año, inicialmente, en el largo puede ser mucho más.

No es fácil reformar 152 empresas del Estado, ese es un ajuste severo. Por ejemplo, hemos reformado 111 hospitales. Si aquí están los compatriotas de Bucaramanga saben las dificultades para reformar el Ramón González Valencia y así sucesivamente. Faltan muchos.

Apenas empezamos la reforma del Seguro Social, desvinculamos las clínicas de la parte central del seguro. Hoy los trabajadores de las clínicas ya no tienen la convención colectiva exorbitante que rige la parte central del Seguro, pero nos falta las reformas en las propias clínicas, en la parte administrativa, quitarle la sobrecarga en otros costos y nos falta reformar la parte central del Seguro.

Esa reforma administrativa permite que el superávit de las empresas de la Nación no lo genere solamente ECOPETROL y también produce otro efecto: que empresas territoriales que la Nación está reformando, tal el caso de Emcali, electrificadotas, hospitales, que estaban en déficit, en el consolidado ayuden con superávit.

El superávit de las empresas de la Nación va a pasar del 2.2 por ciento al 2.9, 3 por ciento. Eso es consecuencia de esta reforma administrativa.

Hoy todas las electrificadotas de las cuales es socio mayoritario la Nación, están en negro, hace tres años todas estaban en rojo. Allí ha habido que hacer dos ajustes: un ajuste de tarifas de servicios públicos y otro ajuste en la parte de estructura y funcionamiento de las empresas.

Entonces llevamos el ajuste de departamentos y municipios, el ajuste de mayores impuestos, el ajuste de reformar 152 empresas del Estado y sumémosle a eso, el ajuste de tarifas de servicios públicos –que ya hice mención- y el ajuste en el precio del combustible.

Yo estaba ilusionado que no se iba a mover más el precio del largo plazo. ¿Qué va a pasar con petróleo a 65 dólares con más ganas de llegar a 70 que de devolverse?

Entonces, ahí tenemos otra dificultad. Los economistas le dicen a uno: ‘no se preocupe que eso no afecta’. ¡Uy! y otra cosa es la discusión con el sector transporte, con algunos sectores de la industria, la discusión con los taxistas, el golpe que le da a sectores de la clase media colombiana muy dependientes de su carrito. Ahí tenemos otra dificultad.

Y hay otro ajuste en catastro, para los que hablan del impuesto a la tierra es importante considerar esto: este Gobierno ha actualizado el catastro urbano en un porcentaje tan alto que es posible que, en lo que nos falta del Gobierno, quede actualizado en un ciento por ciento. Y hasta ahora hemos actualizado el catastro rural en un 70 por ciento.

A raíz de la discusión sobre impuestos a la tierra, hace pocos días le formulé al Agustín Codazzi esta pregunta: ¿cuánto valía el catastro rural en 1990 y cuánto vale ahora? En 1990 valía 1.7 billones, ahora vale más de 33 billones. Y eso excluye Bogotá, que es autónoma, Antioquia, Medellín y Cali. Solamente me refiero a lo que maneja el Agustín Codazzi. Es un crecimiento en términos reales entre el 250 y el 300 por ciento, depende del deflactor que se utilice. Allí ha habido otro ajuste muy grande en Colombia.

Y el ajuste de pensiones: aumento de las cotizaciones pensionales, la reforma constitucional que elimina privilegios así haya un período de transición, etcétera.

Yo diría que no todos los ajustes pueden hacerse al mismo tiempo. Si ustedes me preguntaran de la expansión del IVA, yo les diría que ese debate hay que seguirlo dando, pero propondría lo siguiente: hay que pensar muy cuidadosamente las circunstancias de tiempo y de modo.

Me parece que hay que buscar un acuerdo para introducir esa expansión del IVA cuando terminen algunos de estos ajustes, como el tarifario en servicios públicos y, ojalá, cuando podamos dar una garantía de relativa estabilidad en el precio del combustible.

En segundo lugar, se debería acompañar eso, de un acuerdo para que en el año en que se introduzca esa ampliación de la base del IVA, se haga un mayor esfuerzo en el incremento salarial. Eso ayuda mucho a legitimar una medida de esta naturaleza en la base trabajadora de la Patria.

En la discusión en Colombia, electoral, no podemos perder de vista esto, la solución fiscal de fondo es el crecimiento. Y leo a los economistas que escriben en los diarios especializados y la mayoría de ellos habla de reforma tributaria estructural, tema muy difícil, porque hay muchas acepciones de reforma tributaria estructural, de una cosa a la otra e ignoran el crecimiento acelerado como la solución más importante al problema fiscal de la Nación.

Se está hablando mucho de las exenciones, que eliminar exenciones es la panacea. Cada vez que el Congreso lo propone llamo a los honorables congresistas y le digo al Ministro de Hacienda (Alberto Carrasquilla) y al director de la DIAN (Oscar Franco): ‘traigan las exenciones’. Y después de repasarlas uno se da cuenta que esa es una mina sin oro.

Voy a referirme a algunas exenciones, el Gobierno eliminó unas, ha mantenido otras y ha creado otras. Yo creo que no hay un foro más importante en Colombia, para hacer una reflexión sobre ese tema, que éste.

¿Cuáles mantenemos de las heredadas?: la del Banco de la República. Inútil eliminarla, las utilidades del Banco de la República vienen al Gobierno.

La de las rentas de trabajo. No creo que estemos en un momento político y social para eliminar la exención a los salarios. Este Gobierno redujo del 30 al 25 por ciento la base salarial que se excluye. Ahí se hizo un gran esfuerzo.

La otra exención importante: la de los dividendos. Apenas fue ayer, en el año 86, cuando el país eliminó la doble tributación.

¿Cómo vamos a gravar los dividendos, si el impuesto corporativo se derrama sobre todas las utilidades independientemente de las que va a recibir el accionista? Pienso que sería un prematuro reversazo, frente a lo que se hizo en el 86, y un desestímulo a la inversión en Colombia y a la ampliación del mercado de capitales que estamos buscando, especialmente, con el último estatuto que acaba de aprobarse en el Congreso.

Tenemos otras exenciones heredadas. Por ejemplo, a la industria editorial, a la prensa.

Le he dicho al Ministro de Hacienda: ‘no quiero que el Gobierno de la Seguridad Democrática intente gravar la prensa’. Si algo legitima una política de seguridad y la vuelve en el mediano y largo plazo –y lo digo al oído de mi buen amigo, el senador Antonio Navarro- una política de paz, es el concepto democrático de la seguridad.

¡Eso es lo que crea condiciones para pasar de una política de seguridad a la consolidación de la paz! Por eso no se pueden dar señales contra el concepto democrático de seguridad. Por eso el Gobierno no es amigo de eliminar la exención a los medios de comunicación.

¿Cuáles introdujo este Gobierno?: la deducción al 30 por ciento. Yo veo esos formidables crecimientos en inversión, entonces me dicen: ‘lo que pasa es que no se necesita la deducción’. Pero, aquellos, los más duros adversarios de la deducción, aceptan que por lo menos la deducción ha ayudado a que ustedes anticipen inversiones que tenían programadas para más adelante. Y es muy bueno que cada uno lo mire contra la situación de su empresa.

En el comparativo de la economía internacional, cuando otros países tienen otro tipo de estímulos, este es muy importante.

El doctor Luis Carlos (Villegas, presidente de la ANDI) ha dicho que para ayudar a resolver definitivamente el problema tributario, ustedes renuncian a reclamar que se extienda. Está bien.

Esa deducción expira el 31 de diciembre del año entrante, fue para tres años 2004, 2005 y 2006 y hay que dar señales anticipadas a los inversionistas, mi propuesta al Congreso de la República es que este año aprobemos una ley que reduzca la tarifa de renta y que esa reducción entre a regir el primero de enero de 2007, cuando empezará a tener aplicación la eliminación de la deducción. En ese momento termina la deducción, que entonces al expirar la deducción, sea sucedida por una reducción de la tarifa de renta.

Entonces el Gobierno introdujo esa deducción. ¿Qué tal que no? Un Gobierno que ha aumentado cotizaciones de pensiones, que ha hecho los ajustes que les dije, que revivió el patrimonio, que aumentó renta. ¿Qué tal que no hubiera introducido este estímulo para acelerar el crecimiento?

Otra que introdujo el Gobierno: el IVA a los bienes de capital por dos vías. A las altamente exportadoras no se les cobra. Se redujo el requisito para que una empresa sea altamente exportadora del 50 y 30 por ciento, porcentaje del valor exportado frente al total producido.

Y la segunda modalidad: al resto se les devuelve en tres años. Un país que tiene –yo creo que eso es bien importante en la Agenda de Competitividad- estímulos de esa naturaleza para que las empresas se actualicen. Esa es otra que tiene toda su razón de ser.

Hasta el 31 de diciembre tuvimos una eliminación al arancel para la importación de bienes de capital. ¿Por qué la eliminamos? Porque la revaluación produce un efecto –a pesar de que esta es la mina para exportaciones-: en lo que es importación de bienes de capital, la revaluación que se ha presentado es mucho más benéfica que lo que habíamos aspirado con el arancel. Esa es la razón.

¿Qué más ha introducido este Gobierno?: unas exenciones para los nuevos combustibles, para los biológicos, para el alcohol carburante y para el biodisel.

Es muy bueno en la discusión tener en cuenta esto: esas exenciones no son al productor, el productor pagará impuesto de renta, son al consumidor, porque son exenciones de IVA y de impuesto global al combustible para lograr que estos combustibles puedan competir con los fósiles.

Y me dijeron los empresarios vallecaucanos: ‘sin eso, no podemos instalar las plantas’. Y ya el país va a tener las primeras cinco plantas de alcohol carburante. Y ya este mes sale la primera reglamentación en el Ministerio de Minas para la producción de biodisel, que puede ayudar mucho a ese crecimiento de la palma africana en Colombia.

La Guajira tiene un potencial de 4, 5 millones de kilovatios generados con brisa, con energía eólica. El Gobierno introdujo una exención a ver si eso se desarrolla, hasta ahora Empresas Públicas de Medellín ha instalado allí 20 mil kilovatios.

A los hoteles: no tenemos otra manera. Uno pregunta: ¿cómo ha desarrollado Cuba el turismo?: con el erario público han construido edificios para esos hoteles, en alguna ocasiones de manera exclusiva por el Gobierno, en otras ocasiones asociados con los particulares y los entregan a un operador. Nosotros no tenemos dinero para eso, la alternativa ha sido ofrecer la exención.

Y miren –porque es bueno examinar esto frente a Cuba-, cuando el operador llega allí, le dan unos años de exención a los ingresos operacionales y después le cobran el 30 por ciento por todo. Aquí hay que empezar pagando el impuesto local de industria y comercio, impuesto local de predial, después pague renta, en ocasiones patrimonio, cotizaciones parafiscales y a la seguridad social.

Además son actividades que no teníamos, no hay costo fiscal y son exenciones definidas en el tiempo. Por eso he dicho: dejemos que produzcan, que se agote el período para el cual fueron establecidas, a partir de ese momento, si la economía del país indica que no se necesita, pues entonces que no se reviva. Pero todas, salvo lo del impuesto global al combustible y el IVA de esos combustibles, las demás son exenciones definidas en el tiempo.

Como también el tema de las empresas de turismo ecológico, lo que nos ha permitido –más la seguridad- empezar a tener ya unos desarrollos de turismo ecológico en el Amazonas, en el Parque Tayrona, en otras partes, etcétera, y estimular la creación de esas empresas.

Los cultivos de tardío rendimiento: la dificultad de competir con los productos agropecuarios comerciales y las posibilidades que tiene el país en palma africana, en caucho, en madera, en todo eso, nos ha llevado también a esa exención en tardío rendimiento, necesaria.

Chile desarrolló la industria forestal en unos subsidios directos por 150 millones de dólares, nosotros no hemos tenido esa posibilidad, por eso hemos tenido que ofrecer estas alternativas.

Esas son, básicamente, las que ha introducido el Gobierno. Todas bastante debatidas, sobre las cuales ha habido amplia reflexión. A mi me parecería que cometeríamos un error muy grave si, simplemente, hoy las anuláramos. Dejemos que cumplan sus resultados.

El impuesto a las remesas: en Colombia teníamos la idea de que el impuesto a las remesas estaba bien regulado, porque se cobra siempre y cuando se haga la remesa cuando se haga la remesa dentro de los cinco años siguientes a la causación, si es después, ya no se cobra.

Pues bien, en la arena internacional hoy, esos cinco años los consideran los inversionistas. Nosotros vamos a presentarle al Congreso ahora, un proyecto para eliminar el impuesto de remesas, por la competitividad del país. Vale más o menos 120 mil millones al año, creemos que el crecimiento de recaudo de este año nos permite compensarlo.

Ahora, todos estos estímulos son una tasa de retorno muy elevada. Por ejemplo, lo que dice el doctor Juan Manuel Santos… ¿cómo se llaman las cuentas, AFC?.. Algunos copartidarios míos dicen: ‘pero es que ese es un impuesto regresivo, porque va para estratos 4, 5 y 6.

Yo les he dicho: miremos esa exención, mirémosle el alcance. Esos edificios son los que consumen materiales, utilizan materiales que pagan IVA, alta gerencia de ingeniería de arquitectura, servicios sofisticados de ingeniería de arquitectura, mano de obra afiliada a la seguridad social. Se termina un edificio de esos aquí en Cartagena, ahí mismo el beneficio lo recoge el alcalde con el predial, suman para la renta presuntiva del contribuyente y también para el patrimonio. Yo diría que hay que ver todos esos efectos, eso es muy positivo.

Una empresa que hoy deduzca el 30 por ciento del valor de una inversión, al momentico empieza a pagarle impuestos al Estado gracias a esa inversión, empieza a pagarle IVA al Gobierno por esa inversión, empieza a pagarle renta, empieza a generar empleo, empieza a pagar cotizaciones de la seguridad social.

Cuando se analicen esas exenciones hay que mirar ese elemento tan importante que es la tasa de retorno tan alta para el fisco.

Entonces yo reduciría la reforma de este año a tres puntos: la eliminación del impuesto de remesas, la definición de la reducción de tasa de renta para que suceda la expiración de la deducción y una tercero, la ley que necesitamos para que el 31 de diciembre del año entrante, cuando se acaben los beneficios a las zonas francas y a las zonas especiales de exportación, haya un nuevo instrumento legal que introduzca estímulos de acuerdo con lo que permite la OMC (Organización Mundial de Comercio).

Creo que hay que empezar el debate sobre el tema de las regiones, porque el acto legislativo que introdujo el doctor Santos (Juan Manuel) siendo ministro en la administración Pastrana, expira en el 2007, 2008. Eso es un tema bastante complicado y hay que darle señales muy claras a las regiones y al fisco de los inversionistas con suficiente antelación. E ir debatiendo el IVA, sobre lo cual ya he hecho algunas reflexiones.

Sería los puntos sobre este tema tan escabroso, y que hoy se discute nuevamente en la Patria. Terminaría por donde empecé. No enmarquemos el debate en lo siguiente: no afectar el ánimo inversionista, no afectar la creación de empleo y considerar el tema social.

Si nos aferramos rigurosamente a esos tres linderos, el debate se torna menos antagónico, menos difícil.

REVOLUCIÓN EDUCATIVA

La política educativa es la primera de las Siete Herramientas de Equidad, si ustedes me pregunta a mi: ‘¿la política social colombiana es una política estructural llamada a producir efectos importantes en la distribución del ingreso o es simplemente remedial y de corto plazo?’. Yo les diría: gracias a que el eje fundamental de esa política es la educación, es una política estructural.

Nosotros hemos la definido en 5 elementos: cobertura, calidad, pertinencia, capacitación técnica y el esfuerzo de ciencia y tecnología. El doctor Luis Carlos está preguntando por calidad, entonces, les voy a mencionar algunas de las medidas que creo, van a producir muy buenos resultados.

Primero: después de muchos obstáculos, con el valor civil que la caracteriza, la Ministra (de Educación, Cecilia María Vélez) introdujo los concursos de méritos para los profesores. Ya se hizo el primero y se va a hacer la segunda convocatoria. Vincular a los profesores por méritos y no por recomendación política, es un gran paso para la calidad de la educación.

Segundo: el año pasado empezamos a hacerle pruebas a todos los egresados de profesiones, el año entrante a todos los programas universitarios les mediremos su calidad con exámenes a los egresados. Hemos venido por tandas, un poquito el año pasado, otro poquito más este año y el año entrante una cobertura total.

Tercero: hemos divido la certificación de los programas universitarios en dos: la certificación ordinaria, muy exigente que tiene que tener cada programa, hoy se queja mucha universidad de aquellas que la Ministra llama ‘las universidades de garaje’ porque ese requisito es muy exigente. Y también hay la certificación de todos los programas de excelencia.

Para ir juntando calidad con pertinencia, este año empieza a funcionar el observatorio sobre la suerte laboral de los egresados universitarios, para que papás y muchachos sepan cómo esta conectada cada universidad con las tendencias del mercado laboral en Colombia. Eso también va a ayudar muchísimo para que la calidad de la educación se sienta, derrame sus beneficios, como tiene que ser, a la expansión productiva de la nación.

Allí hay otro tema bien importante para la calidad, que es el avance de la informática. Vamos a ver a cuántas, de las 33 mil escuelas de Colombia, somos capaces de llegarle en este gobierno con conectividad. Ahí se está haciendo un gran esfuerzo.

La Ministra Martha de Hart (de Comunicaciones) prácticamente, ya ha logrado una meta, que es que toda el área metropolitana de Bucaramanga tenga Internet inalámbrico, lo que le va a ayudar inmensamente a la calidad de todo el aparato educativo.

El tema Sena. El tema Sena es importante no solamente por cantidad –que ha pasado de capacitar un millón 100 mil muchachos al año, a capacitar cerca de 4 millones este año, la meta es superar los 4 millones el año entrante-, sino que ha mejorado la empleabilidad.

Las mediciones de empleabilidad que hizo el doctor Mauricio Parfait –creo que las hizo para la ANDI-, hace pocos años, mostraban una empleabilidad del 42 por ciento de los egresados del Sena. ¿Me había dicho doctor Darío que hoy tiene 62?

Dario Montoya. Director del Sena: 69 por ciento.

Presidente de la República: ha pasado del 42 por ciento al 69 por ciento, todavía necesita un poquito más de palo, pero creo que eso va mejorando.

Hoy tenemos el Sena en todos los municipios de Colombia. Programa tan importante para los campesinos como Jóvenes Rurales: 107 mil el año pasado. ¿Cuántos este año?

Director del Sena: 120 mil.

Presidente de la República: Con el Gobernador de Bolívar –aquí presente- hemos ido a muchos de los municipios y hay muchos bachilleres para los que, sin poder entrar a la universidad, sin poder trabajar, a expensas de que los llame la guerrilla, que los llamen los mal paramilitares o el narcotráfico, este programa es prodigioso, es muy bueno.

Si ustedes me dijeran dos retos inmediatos de la Revolución Educativa, los siguientes: poner a funcionar el acuerdo Sena – universidades. Yo entro en la idea de que los colombianos puedan estudiar y trabajar toda la vida.

Un muchacho que entre al Sena aquí en Bolívar, lo primero que hagan sea enseñarle un oficio productivo y después lo vayan escalando y que, gracias al acuerdo con las universidades, ese muchacho a medida que vaya trabajando, pueda ir completando en las universidades acordadas con el Sena los créditos para obtener su grado de educación superior.

El Sena ya tiene acuerdo con más de 64 universidades. Eso va a estimular mucho eso que usted reclama y va a ayudar a que haya más técnicos, ingenieros, personas en una producción o en la otra, que en el ramo suyo y mío.

Y, la segunda parte que necesitamos de la Revolución Educativa: es que todos los niños de Bienestar Familiar –cobertura que ha crecido mucho-, les anticipemos la educación.

Bienestar Familiar ha pasado en este gobierno de 6 millones 900 mil usuarios a 9 millones 900 mil usuarios. Y ahora le vamos a agregar otro millón y medio de usuarios.

Entonces que todos los niñitos menores de 5 años de los hogares comunitarios de Bienestar y del desayuno reforzado de Bienestar, se les pueda anticipar educación. Diría yo que ahí hay dos grandes retos inmediatos de la Revolución Educativa.

INFRAESTRUCTURA

El documento que se entregó el pasado domingo, ‘Colombia Visión de Segundo Centenario’, una visión de la Patria a 7 de agosto de 2019, es muy importante. Cuando Santiago Montenegro –que ha liderado la elaboración de ese documento, nuestro Director de Planeación-, lo presentó el pasado domingo, en mis palabras, le dije a los compatriotas que lo deberíamos tomar como el primer borrador, porque lo que queremos es estimular una discusión democrática.

Esperamos que esa discusión empiece en este segundo semestre y que en el primer semestre del año entrante el Gobierno pueda producir la segunda edición del documento, que se llame ‘Segundo Borrador’. Y le pediría a todos los industriales de mi Patria que nos ayuden con un estudio muy detallado del documento, uno de cuyos capítulos es la agenda de infraestructura, a ver cómo lo mejoramos y tenemos bien clara esa visión de largo plazo.

El tema del mejoramiento de las actuales vías, por supuesto.

La doctora Alicia Naranjo, nuestra ex directora de INVIAS, introdujo en este Gobierno una modalidad que yo aplaudo: que es no estar contratando mejoramiento año tras año, sino que contratamos, por primera vez, mantenimiento de corredores viales con vigencias de 5 y 7 años. Ese es un buen paso.

Las necesidades son inmensas, nosotros ahora estamos adjudicando 3.246 kilómetros de nuevos pavimentos, en lo que se llama el Plan 2.500. Y todos los días me visitan alcaldes en la Presidencia, no a dar las gracias por lo que se les va a pavimentar sino a reclamar: ‘¿y por qué me dejó esta por fuera y por qué me dejó esta por fuera?’ Si no pregúntele a mi buen amigo el Gobernador de Bolívar.

Estamos haciendo ahora el Puente Barranca, el puente de la isla de Mompós –tan importante para la depresión Momposina-, el puente sobre el Río Cesar –para poder salir del Banco a Tamalameque y a la carretera troncal que va de Santa Marta a Bogotá-.

Hemos adjudicado un contrato para 98 kilómetros de pavimento en La Mojana. El país hablaba de La Mojana hace muchos años, creo que esta va a ser la primera gran obra para esa colonización de 400 mil hectáreas de lujo, donde se puede producir la comida del mundo. Esa obra va a ser una de las grandes conclusiones de este Gobierno a que despegue velozmente el campo colombiano. Sin embargo, eso es nada frente a lo que el país necesita.

Estamos en el tema de las dobles calzadas. Por ejemplo, si nos situamos en la frontera con Venezuela en Arauca, el Pacífico, vemos lo siguiente: ya hemos avanzado con otro tramo en el pavimento Tame – Aracua. Todavía no hemos podido resolver todos los pleitos de la concesión Bogotá – Los Llanos, esperamos que a final de este Gobierno eso quede resuelto y que queden bastante avanzados los estudios para que el país avance ahí en la doble calzada.

Estamos invirtiendo $44 mil millones del Gobierno Nacional en la salida Bogotá al Llano.

Esta contratada y en plena ejecución la doble calzada Bogotá – Girardot. Ya está para abrirse la contratación del tramo Girardot – Ibagué. En plena ejecución el Túnel de la Línea, se está excavando lo que se llama el túnel básico, estamos consiguiendo ahora la financiación para completar la obra y que no haya solución de continuidad en el proceso. El estudio de la vía del Valle del Cauca a Buenaventura.

Podríamos mirar esos esfuerzos que se están haciendo, pero esa infraestructura es bastante compleja. Con el gremio que dirige el ex Ministro Juan Martín Caicedo, en lo que usted reclama, tenemos un acuerdo básico que es ir mejorando todas estas vías. Una manera de mejorarlas es dobles calzadas y en contratación de dobles calzadas el Gobierno está avanzando bastante.

Acabamos de cerrar ya el contrato para la doble calzada de Bogotá a Tunja y a Sogamoso. Nos quedan unos 45 kilómetros por fuera que vamos a ver cómo lo contratamos como obra pública.

Estamos afanando para terminar ese pleito de Commsa y poder definitivamente hacer la salida de Bogotá al Río Magdalena. Uno sobrevuela esas carreteras que salen de Bogotá y se pregunta, salvo la del Llano, cómo funciona una ciudad de 8 millones de habitantes, esa conurbación, con esos hilitos de carreteras. Entonces ahí tenemos un atraso, por ese pleito, usted lo ha dicho, el Gobierno está empeñado en resolver todos esos pleitos, a ver cómo vamos avanzando en eso.

En el tema portuario se han dado pasos importantes: por fin pudimos contratar las obras de defensa al puerto de Barranquilla por $55 mil millones. Están en la primera etapa que es arrumando materiales.

Se hizo una primera excavación del canal de acceso aquí a la Bahía de Cartagena y ahora se está en el estudio para todo lo que son las obras del Canal del Dique, por su impacto sobre la Bahía.

Estamos terminando en Buenaventura lo que se llama la vía alterna – interna y esa vía va a tener un costo final de $140 mil millones. Este año debe quedar lo básico, ya en servicio, y el año entrante hay que hacer unas obras complementarias.

Nos comprometimos a abrir, en el último trimestre de este año, la licitación para profundizar el canal de acceso a Buenaventura, para unas sociedades portuarias que desarrollen en la Bahía de Buenaventura, Aguadulce y otro puerto. La Nación se ha comprometido a ser socia en la Sociedad Portuaria para que, lo que equivaldría a regalías, lo podamos invertir y con eso apalancar recursos de crédito para las vías de acceso.

Y ya hemos constituido la Sociedad Promotora de Málaga, que inicialmente puede funcionar sin carreteras, simplemente como un puerto de distribución.

Acabamos de hacer un ejercicio de todo el tema de infraestructura del país con algunos de los gremios, justamente para esta discusión y toma mucho tiempo, la situación es muy difícil.

A mi me dice el Ministro de Hacienda y todo su equipo: ‘¿pero por qué hay que mandarle dinero para vías terciarias a los municipios si eso se descentralizó?’ Todos los alcaldes reclaman que no tiene con qué administrar las vías terciarias.

Ustedes tienen toda la razón en los reclamos y este Gobierno, en lo siguiente, se tiene que poner las pilas en esa materia.

Muchas gracias.

 
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