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GRADUACIÓN DE 539 MUJERES POLICÍAS
Agosto 31 de 2005 (Fusagasugá – Cundinamarca)

Compatriotas:

Llego esta mañana a esta Escuela de Policía del Sumapaz con una gran esperanza. Llego esta mañana sintiendo que el territorio de la Patria es recorrido suavemente por una brisa optimismo. Y todo ello se refuerza hoy con esta graduación.

Más de 450 mujeres de la Patria, jóvenes bachilleres, algunas profesionales, técnicas y tecnólogas, abrazaron esta noble y difícil tarea para convertirse en policías de Colombia.

Su presencia en la fuerza, en la Policía de la Patria, es garantía de transparencia, es un aporte a la inteligencia, es un aporte al compromiso operativo, es un aporte al propósito de realizar esta difícil tarea con amor.

Esta bellísima Escuela fue inaugurada el 10 de diciembre del 97, era comandante del Departamento de Policía de Cundinamarca el hoy general Alonso Arango Salazar.

Esta Escuela tuvo un inmenso apoyo de la entonces Gobernadora, que hoy nos acompaña, doña Leonor Serrano de Camargo.

¡En buena hora se construyó esta bellísima Escuela!

Hoy, bajo la dirección del teniente coronel José Javier Herrera Velandia, se gradúan 539 patrulleras provenientes de Antioquia, Arauca, Atlántico, Bogotá, Boyacá, Caldas, Caquetá, Bolívar, Casanare, Cauca, Cesar, Córdoba, Chocó, Cundinamarca, Guaviare, Huila, Magdalena, Meta, Norte de Santander, Nariño, Risaralda, Putumayo, San Andrés y Providencia, Santander, Sucre, Tolima, Valle del Cauca y Quindío.

A todos los familiares que han venido desde las diferentes regiones mencionadas a acompañar a sus hijas, a acompañar a sus primas, a sus hermanas para esta graduación, nuestra bienvenida.

Si hay algo grato en este oficio que me deparó la Providencia y la confianza de mis compatriotas, son aquellos momentos cuando puedo saludarme de mano con un compatriota e intercambiar rápidamente algún comentario.

Ahora me decían: “Presidente, hemos venido desde el Chocó; hemos venido desde Norte de Santander; hemos venido desde tal y tal región, a entregar nuestras hijas a la Patria”.

¡Muchas gracias, papás y mamás, por ese sacrificio!

Desprenderse ustedes de una hijita, para que esa hijita le preste este servicio a la Patria, implica en el alma y en el sentimiento de ustedes un contraste: por un lado, la preocupación por la permanente exposición al riesgo de la hija; por otro lado, el sentimiento de tranquilidad por el deber cumplido con la Patria.

Simultáneamente aquello de sentir que han aportado mucho más que lo que los otros hemos aportado.

Pero también estoy seguro que estas distinguidas compatriotas que hoy graduamos, al servir como policías de la Patria van a contribuir a cuidar los niñitos, a cuidar las familias de Colombia, a construir las condiciones para que las nuevas generaciones puedan vivir felices.

Y entonces así estas patrulleras no tendrán solamente la familia del papá y la mamá que las vieron nacer y con quienes han crecido, sino que se integrarán paulatinamente a todas las familias de la Patria.

Ustedes, mamás y papás, aportan una hoja a la Policía y a la Patria, pero no pierden esa hija. Esa hija llevará a todos los hogares de Colombia los valores que ustedes le inculcaron al levantarla en el seno de su hogar.

Ustedes mantienen su hija, se la aportan a la Patria y todas las familias de la Patria ganan esa hija.

Muchas gracias, papás y mamás.

Quiero felicitarlas a todas, apreciadas patrulleras. Ustedes son ejemplo de carácter, de valor civil. La sola circunstancia de entrar a las filas de la Policía, en una Patria con tantas dificultades como la nuestra, acredita su coraje, su determinación, su patriotismo,

Quiero felicitarlas a todas y a cada una, y felicitar a Socorro Hernández Sandoval, de San Gil, Santander, cinturón verde en taekwondo, quien hoy ha sido distinguida como la mejor alumna de la promoción. Ustedes todas y Socorro enaltecen a la mujer colombiana.

Quiero felicitar a sus profesores, a la Policía, al señor General Castro Castro y a todos los comandantes por abrirle al pueblo colombiano la posibilidad de este crecimiento de la participación de la mujer en la Policía.

Con esta graduación ya ajustamos casi 5 mil mujeres en la Policía Nacional de Colombia. Eso es un paso extraordinario. Que rápidamente las veamos de generales de la República, sirviendo bien a la Patria.

Quiero felicitar a los directivos de la Escuela, a sus profesores, a la mayor Alba Milena Velásquez Leyton, encargada del área académica.

Un área académica muy bien definida, porque ese pénsum ha incluido el procedimiento policial, los conocimientos jurídicos, la promoción humanística, seminarios de operaciones especiales rurales, técnicas de combate contra subversivos, contra terroristas, contra paramilitares, contra secuestradores, contra narcotraficantes, seminarios en Seguridad Democrática, en el nuevo sistema penal acusatorio, en derechos humanos, en derecho internacional humanitario y policía comunitaria.

Van a prestar sus servicios en todo el territorio nacional, harán parte de direcciones especializadas, como la Dirección de Policía Judicial e Investigación, Dijin, la Dirección de Inteligencia, Dipol, la Dirección de Antinarcóticos y la Dirección de Antisecuestro y Extorsión.

Fue María Eugenia Rojas Correa, hija del presidente Gustavo Rojas Pinilla, doña María Eugenia Rojas de Moreno, quien por primera vez vistió, en nombre de las mujeres colombianas, el uniforme de la Policía.

En 1973 ingresaron 47 mujeres a la categoría de suboficiales con énfasis en el trabajo con la población infantil y comunitaria.

Este curso lleva el nombre de Dionis Marmolejo Zea. Dionis ingresó a la institución en agosto de 1993, recibió el grado de patrullera en 1994, casada con Luis Alejandro García Peña y madre de Daniela García Marmolejo, quienes nos acompañan.

En 1978 Dionis obtuvo el ascenso al grado de subteniente, prestó sus servicios en la Metropolitana de Bogotá, en la Estación de Suba, donde fue asesinada el 26 de agosto de 2004, cuando laboraba en el programa Zonas Seguras, y al paso de su patrulla hizo explosión un artefacto que segó su vida.

Ascendida póstumamente al grado de Intendente, que desde el cielo nos ayude para que Colombia recupere rápidamente su seguridad.

Mis compatriotas patrulleras: ustedes tienen un gran compromiso con Colombia. Para que este país reduzca el desempleo necesita inversión y la inversión no se da sin seguridad.

Para que este país produzca los recursos para poder aumentar la inversión social y construir una nación justa, se requiere la inversión, y la inversión demanda seguridad.

Para que todos los colombianos confíen en las instituciones que nos rigen, se necesita la transparencia, y ustedes las mujeres son sinónimo de transparencia.

Hoy, después de esta graduación, cuando empiecen a pensar en sus responsabilidades inmediatas y futuras, recuerden su compromiso con el empleo, con la inversión social a través de la seguridad para que crezca la economía.

Recuerden el compromiso con la transparencia para que ustedes sean en todo momento ejemplo, luz que ilumine el camino de la transparencia.

Para que no haya corrupción en el Gobierno, para que no haya corrupción en la justicia, para que no haya corrupción en las relaciones entre los particulares y el Estado.

Ustedes son garantía de transparencia, que a su vez es un presupuesto para que crezca la confianza de los colombianos en nuestras instituciones.

Hay que ser tan firme contra los terroristas, como firmes en los derechos humanos.

En un Estado de opinión, la política de Seguridad Democrática es sostenible si el pueblo la apoya. Y para que el pueblo la apoye, esa política tiene que ser eficaz en la lucha contra el terrorismo, guerrillero, paramilitar, narcotraficante.

Y para que el pueblo lo apoye, esa política tiene que ser transparente.

La transparencia depende de nuestra adhesión a los derechos humanos. El crecimiento de la participación de la mujer en la Policía Nacional es camino, es garantía de respeto total a los derechos humanos.

Si somos eficaces, derrotamos el terrorismo. Si somos eficaces, el terrorismo negocia. El terrorismo no negocia porque sí. El terrorismo no negocia por generosidad. El terrorismo negocia cuando siente que lo vamos a derrotar militarmente.

Hoy deben “empanicarse” los terroristas al saber que estamos graduando otras 500 mujeres para la Policía. ¿Por qué? Porque las mujeres en la institución armada son inderrotables.

El camino de la negociación no surge de simples llamados a la negociación. Aquellos grupos paramilitares que hoy están negociando, no lo están haciendo por espontaneidad con la Patria. Se aprestan a negociar porque no les queda opción, porque saben que si no negocian pierden una gran oportunidad y se exponen a la derrota militar y policiva.

Así pasará con la guerrilla. Ellos van a tomar la decisión de negociar cuando vean que no les queda camino, que si no negocian se exponen al riesgo de la derrota definitiva por nuestra Policía y por nuestro Ejército.

La eficacia de ustedes, queridas patrulleras, es camino para la seguridad. De la seguridad surge el camino para la paz y para la tranquilidad. Solamente es posible conseguir la paz y la tranquilidad a partir del ejercicio de la autoridad.

La transparencia de su proceder, apreciadas patrulleras, es camino para la confianza. Toda su devoción en el cumplimiento de los derechos humanos garantiza que todos los colombianos confíen en la acción de la Policía, en la acción del Ejército.

Ustedes tienen que ser ejemplo al interior de la Institución y ejemplo frente a la comunidad.

Estas montañas de Sumapaz, tan cerca de Bogotá, cuando apenas empezamos a salirnos de la gran urbe, muestran la complejidad de nuestro territorio.

Derrotar el terrorismo en un territorio tan extenso como Colombia, no es obra exclusiva de la Fuerza Pública, es tarea de una unidad, la unidad de la Fuerza Pública con la comunidad.

Si ustedes, con su buen ejemplo, con su convocatoria, logran que todos los días más compatriotas de la comunidad civil apoyen a la Policía, sean cooperantes, con ese logro estarán contribuyendo a forjar esa gran unión entre Fuerza Pública y ciudadanía civil. Esa unión que requerimos para que las nuevas generaciones no tengan que sufrir la violencia que han sufrido las presentes generaciones.

Las felicito de todo corazón. A mis compatriotas todos.

Hoy con 500 mujeres más en la Policía de Colombia, la Patria tiene una nueva esperanza.

Muchas gracias, general Castro Castro. Muchas gracias a todos los directivos docentes, académicos y administrativos de la Escuela.

Muchas gracias, papás y mamás. Muchas gracias, patrulleras.

No se acuesten a dormir una sola noche sin evaluar que ese día produjeron acciones formidables para la paz de Colombia.

Antes de que despunte el sol de cada día, cuando ustedes se apresten a iniciar sus labores, al encomendarse a Dios y a la Virgen María, fortalezcan su empeño de contribuir en las acciones del nuevo día a la paz de Colombia.

Con ustedes lo vamos a lograr.

Gracias, patrulleras, ustedes son autoridad firme que conduce a la reconciliación.

Muchas gracias.

 
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