ENTREGA
DEL PREMIO JUAN LUIS LONDOÑO DE LA CUESTA
Agosto 23 de 2005 (Bogotá – Cundinamarca)
Compatriotas:
El magnifico ensayo, que nos ha
traído el doctor
Mauricio Cárdenas Santamaría, para recordarnos
la vida de Juan Luis Londoño, su obra, para presentar
a Alejandro Gaviria Uribe y lo que acaba de ser avalado
con el que acabamos de escucharle a él, nos ponen
de presente que esta noche es una noche para reflexionar
sobre pares importantes de la vida colombiana.
Idénticos en su consagración académica.
Cuando, se repasa lo que fue ese currículum académico
de Juan Luis Londoño y el de Alejandro Gaviria Uribe,
ahí se encuentra la primera identidad.
Idénticos, en aquello de profundizar y cuestionar,
ambos con una gran permanencia, con una gran lealtad a
la crítica constructiva. Juan Luis hizo de la crítica
un camino muy efectivo para la construcción, como
lo hace Alejandro.
Idénticos para combinar el ejercicio responsable
de la economía con la capacidad innovadora. Allí encontramos
otra gran semejanza.
Idénticos para hacer del ejercicio de la profesión
de economistas y de la actividad de estudiosos y de investigadores
un equilibrio necesario entre la responsabilidad en el
juicio, en la receta y al mismo tiempo el compromiso reformista,
el compromiso con la equidad.
Idénticos en la jovialidad y en la severidad. En
ambas personalidades, hemos notado los colombianos cómo
se combina de bien con tanto equilibrio la severidad en
el estudio, en el trabajo, en el debate, en la propuesta
reformista con esa actitud jovial y calida, para hacer
del debate un debate de ideas, un debate constructivo,
un debate de profundo respeto a las personas.
Idénticos en el tacto político. Me correspondió trabajar
con Juan Luis, en una tarea bien difícil en la administración
del presidente Gaviria, como fue el trámite de la
Ley de Seguridad Social. Que importante fue que le sumara
a sus conocimientos la calidez de su personalidad y ese
tacto político, el mismo que demostró en
otros instantes muy importantes de su vida, ese tacto político
para fusionar los ministerios de salud y de trabajo y crear
el gran Ministerio de la Protección Social, ese
tacto político para ir construyendo consensos y
sacar adelante reformas tan importantes como la nueva reforma
laboral, como la reforma pensional.
El mismo tacto político que advertimos en Alejandro,
cuando tramitaba el Plan Nacional de Desarrollo, o desde
la subdirección de Planeación acompañaba
al doctor Santiago Montenegro para sacar adelante el sistema
de audiencias públicas o a Juan Luís Londoño
para sacar adelante las reformas de diciembre de 2002.
El gran tacto político que demostró Alejandro,
en su compromiso con el referendo y en esa capacidad de
persuadir, primero en el Congreso para obtener los votos
suficientes para la aprobación de la ley de convocatoria
y después amplios sectores de la opinión
pública para apoyarlo.
En buena hora, se ha constitutito
este premio Juan Luis Londoño y en buena hora
se entrega a Alejandro Gaviria Uribe.
La verdad es que ambos, en diferentes
circunstancias tienen enormes responsabilidades con Colombia.
Juan Luis tiene
la responsabilidad de seguir iluminando a este país,
de seguir trabajando desde la otra orilla, para que los
colombianos avancemos en la ejecución de ese modelo
integral de Protección Social que el concibió.
Alejandro, tiene la responsabilidad
de los dotes de su inteligencia, de su calidad humana,
de su preparación
para construir muchísimos sueños que tendrán
que convertirse en realidad para que este país sea
un país de equidad, como Juan Luis lo soñó y
como Alejandro lo procura.
Ambos, entre las muchas identidades,
tienen aquella del entusiasmo, de la energía. Sus conocimientos no
los apelmazan, al contrario, les dan más energía.
En ambos, hay una vitalidad, unos
bríos necesarios
para llevar a cabo reformas en sociedades tan difíciles
y en procesos legales tan complejos.
La estela de entusiasmo de Juan
Luis Londoño, nos
tiene que abrir permanentes caminos y el entusiasmo de
Alejandro Gaviria es una promesa para este país.
Quiero felicitarlo Alejandro de
corazón. Como usted
necesitamos muchos líderes en Colombia, con sus
condiciones profesionales, con su vocación reformista,
con su sentido de equidad, con su responsabilidad.
¡Cómo sabe proponer
y al mismo tiempo limitar!
Entre las muchas cosas que recuerdo
de que la compañía,
que nos fue corta pero densa e importante en el Gobierno
y que se acabó por circunstancias que ninguno de
nosotros sus compañeros de Gobierno aceptamos, está su
lucha por las transferencias a las regiones.
Recuerdo aquellos debates en los
cuales usted las defendía.
Usted nos decía que el recorte a las transferencias
no podía ser y que mucho menos se podía esgrimir
como una característica de una reforma tributaria
estructural.
Usted acudía a mostrarnos las necesidades de la
Revolución Educativa, a insistir en la tesis, que
nuevamente ha traído esta noche, la de abrir un
presupuesto necesario sustancial para la democracia como
es la movilidad social a partir de la Revolución
Educativa.
Y basado en ese pensamiento defendía lo que hoy
tenemos que defender: las transferencias a las regiones,
lo que no equivale a defender el mal uso de las transferencias.
La cuantía necesaria para el mejor uso, como usted
lo predicó cuando era Subdirector Nacional de Planeación.
Siga luchando con todos esos atributos que tiene por la
movilidad social.
Es imposible consolidar una Seguridad
Democrática
sin un componente democrático que son los avances
en la equidad.
Si algo importante tiene hoy el
concepto de equidad en una sociedad democrática con Seguridad Democrática,
es justamente la igualdad de oportunidades, y mientras
no abramos el camino de la movilidad, especialmente a través
de una continuada Revolución Educativa, es imposible
encontrar ese presupuesto para la profundización
democrática en el alma de los colombianos.
Finalmente, Juan Luis y Usted (Alejandro),
han impactado el comportamiento de los colombianos, no
solamente con
sus tesis, además lo han hecho con su transparencia
y su entusiasmo.
¡Muchas felicitaciones!
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