ASAMBLEA
DE LA CONFEDERACIÓN
NACIONAL DE ACCIÓN COMUNAL
Diciembre 01 de 2005 (Bogotá – Cundinamarca)
Compatriotas:
Quiero dar a todos
ustedes un saludo muy afectuoso. Si hay algún instrumento en esta Patria, indicado,
bien concebido, para desarrollar el Estado Comunitario,
es la Acción Comunal.
¿Cuál es nuestra concepción
de Estado Comunitario? Un Estado que realmente sirva
con
sus recursos, con sus acciones, de la mejor manera posible
a la comunidad. Un Estado en el cual haya toda responsabilidad,
todo el compromiso. Un Estado en el cual haya toda la
transparencia.
Ese Estado requiere
una altísima participación
de la comunidad en la toma de las decisiones públicas,
una altísima participación de la comunidad
en la ejecución de las decisiones y una altísima
participación de la comunidad en la vigilancia
de cómo se ejecutan las tareas oficiales. Decisión,
ejecución y vigilancia. Y eso garantiza que haya
la posibilidad de responsabilizar políticamente
a los culpables de que se fracase. Y eso garantiza que
efectivamente la comunidad sea la beneficiaria de los
procesos públicos.
Ese Estado Comunitario
tiene en la Acción Comunal
un gran elemento para su desarrollo, que nosotros tenemos
que potenciar, para que no se siga dando en el país
la sensación de una Acción Comunal decaída.
Y en hora necesaria de la Patria, tenemos que convocar
nuevamente la Acción Comunal.
La Patria necesita
erradicar el terrorismo. El compromiso de ustedes es
clave frente a esa tarea, como ha quedado
hecho patente esta noche. La Patria necesita erradicar
la droga, las Acciones Comunales reúnen las mejores
costumbres nacionales. La Patria necesita erradicar la
corrupción, ustedes han sido unos luchadores por
la transparencia. Y la Patria necesita reivindicar a
los pobres, ustedes han estado en ese como un compromiso
fundamental.
Y eso exige que
Colombia vaya ubicando sus acciones públicas en procura de tres elementos llamados
a dar una gran credibilidad en lo nacional, una gran
confianza en lo nacional y, por supuesto, también
en lo internacional.
Lo primero que necesita
un país hoy es confianza:
confianza de los inversionistas para invertir en él,
confianza de los trabajadores para poder trabajar en él,
confianza de los jóvenes para vivir en él,
confianza de toda la comunidad para desplegar todas sus
actividades en ese país.
Y para construir
esa confianza dentro de fronteras y allende fronteras,
requerimos consolidar la Seguridad
Democrática. Requerimos, apreciados amigos comunales,
construir cohesión social. Y requerimos la transparencia.
Este Gobierno denominó, desde un principio, democrática
la política de seguridad por varias razones. Por
la necesidad de crear un contraste con lo que fueron
otros proyectos de seguridad en el continente, que se
utilizaron para consolidar dictaduras, para perseguir
a los disidentes, para ultrajar las libertades públicas,
para violentar los derechos humanos. Proyectos de seguridad
que se utilizaron simplemente para enseñorear
intereses ilegítimos.
La nuestra es democrática porque es para todo
lo contrario, es para garantizar las libertades, es para
proteger a por igual a los voceros políticos que
están de acuerdo con el Gobierno y a los voceros
de la oposición, es para proteger por igual al
campesino que al empresario agrícola, es para
proteger por igual al líder gremial que al líder
sindical. Por eso la nuestra es democrática.
En el tema de la
construcción de cohesión
social, tenemos que trabajar para cumplir rápidamente
las Metas del Milenio e ir más allá. En
las últimas semanas hemos consolidado en cinco
departamentos colombianos la llegada a la cobertura universal
en subsidio de salud: el Huila, el segundo fue el Cesar,
el tercero Antioquia, Arauca y el Casanare.
El Congreso de la
República ya aprobó en
el Senado una ley que hace su curso en la Cámara,
para que en el horizonte de dos años Colombia
pueda tener plena cobertura de los estratos 1, 2 y 3
en todo el territorio nacional.
Cuando empezó el Gobierno, 10 millones y medio
de colombianos tenían acceso al régimen
subsidiado de salud. Este año terminamos con 18
millones. Pero los estratos 1,2 y 3 de nuestra Patria
suman 26 millones de ciudadanos. De ellos suponemos que
hay 4 millones en el régimen contributivo. Entonces
el régimen subsidiado debe amparar 22 millones.
Terminado el año 2005 con 18 millones de colombianos
carnetizados, es urgente que el país extienda
la cobertura a esos 4 restantes.
Pero en estos procesos
sociales donde hay tanta pobreza, ninguna meta puede
ser satisfactoria ni puede consumar
un proceso. Es apenas un escalón para avanzar
hacia el siguiente. Y el siguiente en esa materia tiene
que ser una lucha por la calidad y por la eficacia en
la prestación de los servicios públicos
de salud. Tiene que ser una lucha para que finalmente
el Plan Obligatorio en el régimen subsidiado se
ponga a la par con el Plan Obligatorio del régimen
contributivo.
Es posible cumplir
las metas sociales del Milenio. Por ejemplo, en educación ya estamos en un 91 por
ciento en educación básica. Tenemos que
llegar al ciento por ciento y mejorar sustancialmente
la calidad, la capacitación de los profesores,
las condiciones de infraestructura.
La construcción de cohesión social, medida
no al impulso emotivo de los discursos sino examinado
el país a la luz de las Metas del Milenio, es
un factor esencial para la credibilidad de los colombianos
en Colombia y de la comunidad internacional en nuestra
Patria.
Y el tercer elemento
es la derrota de la corrupción,
sin la cual no hay recursos que alcancen, sin la cual
no hay confianza que se construya, sin la cual no hay
ciudadanía que se consolide. En esos tres incide
de manera muy determinante la Acción Comunal.
Y hemos querido
enmarcar este esfuerzo en lo que constituye la caracterización de una democracia moderna.
Creo, apreciados amigos comunales, que están obsoletos
los debates para tratar de ubicar a la gente a la izquierda
o a la derecha en el espectro de la política.
Tenían alguna vigencia cuando en América
Latina se imponían las dictaduras y entonces a
la gente, de acuerdo con su actitud, se le reconocía
una condición de derecha o una conciencia política
de izquierda.
Superada la época de las dictaduras, esa calificación
va quedando obsoleta. Además es polarizante, como
lo demostró recientemente la elección del
nuevo Secretario de la Organización de Estados
Americanos. Polarización que se pudo superar,
gracias a la muy prudente intervención de la Canciller
de Colombia, la doctora Carolina Barco.
Y esa clasificación también es bastante
difícil de practicar. Una periodista de CNN me
decía: presidente Uribe, ¿y usted cómo
se siente como Presidente de derecha en un medio latinoamericano
de izquierda? Le dije: déme un hecho del presidente
Lula para que usted pueda decir que él es de izquierda
y un hecho mío para que usted pueda decir que
yo soy de derecha. Y se enmudeció. Y seguía
insistiendo y le pregunté: ¿por qué tanto
insiste? Y me dijo: porque soy de izquierda. Le dije:
dígame usted, ¿por qué es de izquierda
y por qué yo le parezco de derecha? Enmudeció.
Esa calificación cuando se dispone la regla democrática,
va quedando obsoleta e impracticable.
Hoy tenemos que
buscar, apreciados compatriotas comunales, es una democracia
moderna, incluyente pero sin odios,
pluralista pero solidaria, en permanente debate, sí,
pero con debate fraterno, que no conduzca a esa polarización
de antagonismos irreconciliables, sino a la construcción
de opciones que sinteticen contradicciones y que se constituyan
en respuestas a la comunidad colombiana.
Tenemos que buscar
una democracia de liderazgos constructivos, no de caudillismos
personalistas. Tenemos que buscar
una democracia en la cual gobernantes y servidores públicos
den ejemplo en materia de respeto a la ley y no impongan
siempre sus personales inclinaciones.
Esa democracia,
a mi juicio, tiene que estar caracterizada por cinco
elementos: la Seguridad Democrática,
el respeto a las libertades individuales, la cohesión
social, la transparencia y el respeto a las instituciones
independientes. Instituciones en la base del pueblo e
instituciones en la estructura del Estado. Instituciones
independientes en la base del pueblo, como el cooperativismo,
la Acción Comunal, etcétera. Y también
en la estructura del Estado, como los diferentes órganos
del poder público que definen nuestra Constitución.
Entonces ahí ha aparecido una pregunta: ¿es
compatible la seguridad con la cohesión social?
Y ha aparecido otra segunda pregunta: ¿es compatible
el respeto a las libertades individuales con la cohesión
social? Y la respuesta a esos dos interrogantes me permito
referirla de la siguiente manera: primero, en nuestro
país hubo una peligrosa deformación que
trató de hacer excluyentes el concepto de seguridad
y el concepto de justicia social.
Hoy son totalmente
convergentes, son mutuamente dependientes. Sólo en la medida en que haya seguridad de inversión,
expansión de la economía, posibilidades
de crecimiento, y en eso están de acuerdo todos
los países del mundo, los que siempre han sido
capitalistas y los países del antiguo mundo socialista,
sin seguridad no hay posibilidad de que afluyan los recursos
que finalmente son la fuente para la inversión
social. He ahí aquí, pues, cómo
se van atando mano a mano la seguridad y la inversión
social.
A su vez, la inversión social es necesaria, porque
la política de seguridad de los Estados de opinión
solamente es sostenible si el pueblo la respalda. Y para
que el pueblo la respalde, esa política de seguridad
tiene que tener credibilidad. Y la credibilidad de esa
política de seguridad depende de su eficacia,
a pesar de reveses y dificultades, depende de su transparencia
asociada a que la seguridad sea democrática, al
cumplimiento de los derechos humanos, depende de que
la seguridad vaya produciendo el efecto de que se expanda
la economía y se trasladen recursos crecientes
a la inversión social.
En síntesis, apreciados compatriotas, la seguridad
hace posible la inversión social, y la inversión
social hace sostenible la seguridad en un Estado de Opinión.
Por eso hay que superar el debate entre la seguridad
y la inversión social. Hay que llevarlas de la
mano.
Y el otro debate,
y a mí se me pregunta a menudo:
Presidente, ¿por qué al proponer usted
cinco parámetros para caracterizar una democracia
moderna, incluye las garantías individuales y
la cohesión social? Históricamente muchos
las han presentado como categorías excluyentes.
Las garantías individuales se erigían en
la bandera de las derechas y la cohesión social
en la bandera de las izquierdas.
Bobbio, uno de los
más formidables tratadistas
contemporáneos, resolvió esa contradicción
y nos indicó bellamente cómo se necesita
lo uno y lo otro. Solamente un individuo que trabaje
con solidaridad, con conciencia de ser social, con responsabilidad
por su comunidad, va granjeándose el respeto de
la comunidad a sus garantías individuales. Y por
supuesto, aquel que sienta respetadas sus garantías
individuales, es un individuo que se tiene que comprometer
más para trabajar por el ser social, por la cohesión
social.
No podemos seguir
en nuestra Patria con la idea anquilosada, superada,
de que la seguridad se excluye con la política
social. No podemos seguir en nuestra Patria con el falso
dilema de tener que escoger entre garantías individuales
o cohesión social.
Es que además nos formaron mal. Nos formaron
haciendo creer que la seguridad se excluía de
los valores democráticos, cuando la seguridad
es un valor democrático que debe converger con
los otros valores democráticos.
Entonces se decía: ah, fulano de tal está por
la seguridad, ese es militarista, fascista, ese está en
contra de la justicia social. Para asumir una posición
democrática había que rechazar la seguridad,
mirar, más que con desprecio, con rabia, a las
instituciones armadas de la Nación, ser tolerante
hasta rayar en permisividad con los grupos terroristas.
Y para defender una posición política en
pro de la seguridad, minoritaria en el concierto colombiano
hasta hace poco, era necesario despreciar los valores
democráticos.
Alguna pedagogía importante se ha hecho. Y quiero
dejar hoy un nuevo mensaje en la mente de ustedes: es
necesaria la seguridad y tiene que ir de la mano de los
otros valores democráticos. Todo demócrata
debe velar por la seguridad y debe entenderla como un
valor básico, necesario, en compañía
de los otros valores democráticos. Y nadie que
procure el imperativo social de la seguridad, puede negar
los valores democráticos.
Para ir creando
estas convergencias en la base del pueblo colombiano,
es fundamental el trabajo histórico,
presente y futuro, de la Acción Comunal.
Por eso a mí me parece de la mayor importancia
que, sin promesas, que no las puede hacer un Gobierno
que vive en permanente contacto con el pueblo, contacto
con el pueblo que le crea a los integrantes del Gobierno
mayores responsabilidades, que los obliga a dar la cara
permanentemente, que los obliga a enfrentar el juicio
popular permanentemente, que los obliga a enfrentarse
a la evaluación permanentemente, ese permanente
contacto popular, característica del Estado Comunitario,
no puede traducirse en promesas, porque ese contacto
popular tiene que crear credibilidad y las promesas debilitan
la credibilidad. Pero sí tiene que traducirse
en planes serios, estratégicos, en planes de acción,
en evaluaciones, en trabajo con comprometimiento. Y eso
es lo que queremos orientar bien con ustedes.
Compañeros míos del Gobierno, como el
doctor Alfredo Sarmiento, gran líder social al
frente de Dansocial, como Everth Bustamante, con quien
tuve el privilegio de compartir curul en el Senado de
la República y quien me acompaña en la
Presidencia, vienen trabajando denodadamente por los
grupos sociales de la Nación, con gran interés
en apoyar el movimiento comunal. Lo mismo en el Ministerio
del Interior, el esfuerzo del viceministro (Luis Hernando)
Angarita, de Marco Pineda y de todo ese equipo.
Hace pocos días pude reunirme en la Presidencia
con algunos de ustedes, y se esbozaron temas de la agenda
que ustedes han traído hoy. Queremos apoyar esos
temas. Empecemos por la seguridad.
Les voy a pedir
que me nombren a una persona de ustedes, que sea enlace
con la Presidencia y el Ministerio de
Defensa en materia de seguridad, para que en la Presidencia
lleguen a la oficina del doctor Everth e inmediatamente
donde el señor coronel Flavio Buitrago, a ver
cómo ponemos un plan especial para la protección
de los trabajadores de la Acción Comunal de nuestra
Patria, para que no se sigan presentando estos asesinatos.
Además el doctor Hernando Angarita me confirma
que en el presupuesto de protección de colombianos
con riesgo, el año entrante, se va a destinar
una suma importante para la protección de los
comunales.
Estamos dispuestos,
con la coordinación del Ministerio,
de Dansocial, del doctor Everth, adelantar, apreciados
compañeros comunales, todos los esfuerzos en materia
de formación. El Sena es el instrumento indicado.
Ha crecido mucho en este Gobierno. Ha pasado de apoyar
millón 100 mil colombianos por año, a apoyar
más de tres millones y medio de colombianos este
año. Ya está haciendo presencia, no con
edificios sino con programas, en todos los municipios
de Colombia. Y con la ayuda de Dios, el año entrante
deberá llegar a más de 4 millones de colombianos.
Todo lo que podamos
hacer con estas coordinaciones con el Sena para la
formación de ustedes, estamos
dispuestos a hacerlo. El tema de las sedes, lo habíamos
hablado con Dansocial. ¿Cómo va eso, Alfredo? ¿Está hecho
el comodato? Estupefacientes. Entonces ya está hecho
el comodato con Dansocial y ahora tenemos que buscar
la dotación con Estupefacientes.
Muchas gracias.