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CONMEMORACIÓN DE LOS 50 AÑOS DE COÉXITO
Entrega de la Orden al Mérito Comercial

Julio 26 de 2005 (Bogotá – Cundinamarca)

Compatriotas:

En nombre de todos los colombianos entrego esta noche la Orden del Mérito Comercial en la categoría de Gran Oficial a Coéxito, en estos 50 años de labores.

Queremos exaltar la labor de todos los trabajadores, de sus directivos, de sus accionistas fundamentales: la familia de don Ernesto Mejía Amaya.

Coéxito demuestra cómo sí es posible que en Colombia se concrete, materialice, valores y virtudes íntimamente unidos con grandes propósitos nacionales. Expansión de nuestras empresas, generación de empleo, mejoramiento de ingresos, vanguardia tecnológica, decisión inclaudicable de trabajar en una senda permanente de progreso, para aportar al país.

Quiero agradecer a todo este grupo, que a lo largo de 50 años le ha entregado a Colombia una gran empresa: Coéxito.

A usted, don Ernesto Mejía Amaya, por su conducción, por su fe en Colombia. Han hecho empresa con un gran liderazgo, un gran liderazgo caracterizado por la consistencia, por las relaciones humanas. Consistencia para avanzar en los momentos difíciles y en los momentos de mejores oportunidades.

¡Tantos momentos difíciles que ha tenido la Patria a lo largo de estos 50 años, y ustedes han estado allí, en la primera línea, avanzando para bien de Colombia, para bien de sus trabajadores!

Y lo ha hecho con fe en Colombia, en todos los momentos, y lo han hecho con relaciones humanas. Este país tiene afecto por el grupo de empresas que usted lidera, don Ernesto.

Colombia ha venido mejorando día a día sus condiciones para la inversión y el empleo. Tenemos una gran clase trabajadora.

Nuestra Revolución Educativa apunta a mejorar sus conocimientos, su capacitación; a mejorar su orientación a la investigación, al perfeccionamiento. También con esa Revolución Educativa apuntamos a que todos los trabajadores de Colombia vean la posibilidad del gran ascenso que permite nuestra democracia.

Creo que esfuerzos como los que se están haciendo con la Revolución Educativa, con el Sena y en muchas de nuestras universidades, van a poner a Colombia -muy rápidamente- en una vanguardia en el continente.

Se reconoce en todas partes el gran nivel gerencial de Colombia, esa es otra ventaja ¡Cómo se expresa en Coéxito, en el grupo de empresas que giran alrededor de don Ernesto Mejía Amaya!

Hemos venido incursionando mercados.

Hace tres años no se concebía la posibilidad de la integración CAN – MERCOSUR. Hoy está hecha.

La última ronda –la semana pasada en Miami- fue un gran avance en la negociación del TLC con los Estados Unidos.

Hemos avanzado en exportaciones en 37 países en los últimos tres años. Y una empresa como Coéxito demuestra las posibilidades para que Colombia tenga éxito en este mercado tan competido.

Y, parece Colombia estar hoy en un momento de mucha confianza internacional. La lucha heroica de nuestros soldados y policías para derrotar el terrorismo, apoyada sin desmayo por el pueblo colombiano, le ha dado mucha confianza al mundo.

El mundo hoy no mira tanto la posibilidad de milagros en el corto plazo, como la consistencia de nuestra política, la permanencia de nuestra política, la inclaudicable vocación de derrotar el terrorismo.

¡Claro que todos anhelamos le negociación! Pero ellos no negocian sino cuando sienten que el ejercicio firme, transparente, permanente de autoridad, los deja sin opciones diferentes a aquella de buscar una salida digna por intermedio de la negociación.

Los terroristas no negocian por liberalidad, no negocian espontáneamente, negocian cuando a eso los conduce una política sostenida de autoridad en el Estado de leyes, en el Estado de orden.

Esa consistencia, en la medida que Colombia se mantenga por tal sendero, dará creciente confianza para invertir en nuestro país y generar empleo.

Hace pocos días el Congreso aprobó un conjunto de leyes de gran importancia. Aquella que faculta al Ejecutivo para firmar pactos de estabilidad con los inversionistas, despeja incógnitas, aquellas que propone el mundo entero sobre la estabilidad o la inestabilidad de las reglas de juego.

Otra ley que introduce las instituciones más modernas en nuestro mercado de capitales, que en la medida que las empresas que están en el Registro Público de Valores la cumplan, se les facilitará el acceso por recursos de manera directa al mercado de capitales, y dará espacio para que los recursos de la intermediación financiera lleguen en mayor cantidad y en tiempo más oportuno a la pequeña y a la mediana empresa.

Hemos venido despejando nubarrones muy graves en materia fiscal, como el avance con la reforma constitucional de pensiones, no obstante al país todavía le queda un trabajo fiscal bien exigente por delante.

Y se aprobó una ley para hacer más amable la vida al ciudadano y a las empresas, la ley antitrámites. Cuando este Gobierno empezó, fundar una empresa en Colombia implicaba recorrer alrededor de 76 trámites, hoy son muchísimos menos. Confiamos que algún día no muy lejano, Colombia llegue en esa materia a países como Canadá, en el cual con tres trámites queda aceptada la fundación de una empresa.

Vamos a seguir trabajando hasta el último día de la Administración en ese camino. Todo es importante. Es importante el marco jurídico, es importante la confianza en el país, es importante la capacitación de los sectores trabajadores, es importante la solidaridad y el concepto cristiano de los empresarios, es importante el nivel gerencial, son importantes los estímulos tributarios que en Colombia están premiando la inversión, pero como dijera uno de mis ilustres antecesores en la Presidencia: ‘nada es útil si no hay de por medio una gran condición humana’.

Eso es lo que fundamentalmente queremos premiar en Coéxito, en sus trabajadores, en sus funcionarios, en sus directivos.

Al entregarle a usted, don Ernesto, la Orden al Mérito, lo hacemos en el íntimo y alborozado convencimiento de que estamos entregando esta orden a un colombiano sobresaliente, a un colombiano que hay que poner como referencia por su honradez, su aplicación al trabajo, su persistencia, su fe en Colombia, su capacidad de servir a los colombianos a toda hora.

Y sabe que lo hemos puesto a pagar impuestos adicionales, porque ahí le tenemos a Luis Ernesto, medio preso en el Ministerio (de Minas y Energía) y siempre está encartado con esa prisión mientras este ciudadano ejerza como Presidente de Colombia.

A usted, a su familia, toda la expresión del cariño, de la admiración. Y que Coéxito y este grupo empresarial siga prosperando para bien de esta Patria, de su empleo, de sus oportunidades, de la justicia social.

A todos, muchas felicitaciones.

 
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