ENCUENTRO
EMPRESARIAL: “FORUM,
NUEVA ECONOMÍA”
PRESENTACIÓN HECHA POR EL PRESIDENTE DEL
PARLAMENTO EUROPEO, JOSEP BORRELL, DEL PRESIDENTE
DE LA REPÚBLICA, ÁLVARO URIBE VÉLEZ
Julio 11 de 2005 (Madrid – España)
Señoras y señores:
Como muchos de ustedes
saben Colombia no es lo que parece. Por lo
menos no es únicamente
lo que parece cuando aparece en los medios de
comunicación donde solo nos habla de una
Colombia sinónimo de droga y violencia.
En los últimos años España
ha recibido a cientos de miles de inmigrantes
colombianos, son ya la primera colonia por importancia
en la inmigración hacia España,
que desde su nostalgia por su tierra y el amor
por ella, nos hablan de otra Colombia, la Colombia
que tienen la suerte de conocer, de haber conocido
con sus propios ojos.
A mi me la han contado
porque yo tengo la suerte de que recientemente
uno de mis hijos haya esposado
una colombiana y por lo tanto sentirme muchísimo
más cerca de este país.
Mas allá de los tópicos, que no
por tópicos son a veces menos ciertos,
o por lo menos contienen una parte de verdad,
Colombia es un país fascinante. 40 millones
de habitantes, tanto como en España, mucho
más grande, con una naturaleza sublime,
con ciudades cuyo urbanismo recuerda al de Nueva
York y con una fortaleza cultural evidenciada
en una prensa de altísimo nivel intelectual,
una televisión envidiable, una red universitaria
y una capacidad de producción literaria
excepcional.
Colombia destaca en la
historia de Latinoamérica
porque a pesar de todas sus crisis, a pesar de
todos sus estereotipos, su régimen parlamentario
se ha mantenido ininterrumpidamente desde su
fundación como país. Un caso excepcional.
Un país formado, por gente valiente.
Déjenme darles dos ejemplos: primero,
el milagro de Bogotá, el milagro bogotano,
la transformación de una metrópolis
caótica en un ejemplo de desarrollo, producto
de la alternancia de dirigentes honestos, que
invirtieron en cultura ciudadana, apoyaron las
iniciativas de una población que no se
resignaba ni se rendía a la violencia
y que hoy disfrutan de una ciudad bella, mucho
mas tranquila, con redes de transporte que son
modelo en otros países del mundo y con
una red de ciclorrutas que ya quisiéramos
en ciudades como Madrid. Y que además
de favorecer al medio ambiente, han devuelto
a los bogotanos el derecho al ocio y al disfrute
del espacio público.
El segundo y más conmovedor ejemplo de
resistencia civil son las caravanas de la paz.
Que permitieron a los colombianos recuperar su
territorio con alegría, con el apoyo del
actual Gobierno.
Son ejemplos, pero suficientes
para ilustrar el desarrollo de un país, como les digo,
para mi ciertamente cercano, cada día
más. Y por eso es un placer presentar
al presidente de la República de Colombia,
señor Álvaro Uribe Vélez,
que como saben esta de visita de Estado en España,
invitado por sus Majestades los reyes.
Quizá me corresponda presentarle hoy
aquí, quizás me corresponda este
honor, porque el presidente Uribe estuvo en el
Parlamento Europeo como hacen los más
relevantes Jefes de Estado del mundo para pronunciar
en su asamblea plenaria un discurso solemne.
Un discurso en el que se ausentaron más
de una centena de diputados a los que el presidente
Uribe les replicó diciendo, “reitero
mi fe en la deliberación creadora. Construye
más la deliberación que la ausencia.
Construye más el debate que el retiro.
Construye más la controversia constructiva
que el abandono de las curules”. Consta
en acta del Parlamento Europeo las palabras del
Presidente de Colombia, que además tuvo
el valor después de haber intervenido
en pleno de hacer algo que no es usual: que es
pedir comparecer ante la comisión para
debatir allí directamente con las personas
que no le habían querido escuchar la víspera
en el pleno.
Es un buen ejemplo de
alguien que busca el diálogo
desde una posición de firmeza.
El Parlamento Europeo
es un foro vivo de debates cada vez más vivos, no exentos de incidentes.
Pero él, el señor Álvaro
Uribe, ha dejado en el parlamento la imagen de
alguien que después de ser, por así decirlo,
descortésmente tratado por algunos, se
reúne para debatir con ellos.
Es un jurista formado
en la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad
de Antioquia. Especialista en Administración
y Gerencia por la Universidad de Harvard donde
estudio negociación de conflictos. Lo
cual debe ser sin duda una buena preparación
para ser después Presidente de Colombia.
En 1998 ganó la beca “Simón
Bolívar” del Consejo Británico
y fue nombrado Senior Associate Member del San
Antony´s College de la ciudad de Oxford.
No esta mal como currículum y experiencia
académica desde Harvard a Oxford.
A los 24 años, muy pronto, casi tan pronto
como aquí los que tuvimos la suerte de
protagonizar la transición a la democracia,
empezó su vida al servicio público.
Trabajando primero en las Empresas Públicas
de Medellín, pasando por diversos cargos
de elección popular, Alcalde de Medellín,
una de las ciudades tristemente más violentas
del mundo, después gobernador de Antioquia
y dos mandatos como senador.
En todos trató de asociar a los conciudadanos
a la toma de decisiones que tiene que desarrollar
un responsable político. Y permítanme
como Ministro de Obras Públicas que fui,
señalar la importante mejora de las infraestructuras
a su paso por la Gobernación de Antioquia.
Una de las regiones más grandes y líderes
del desarrollo colombiano.
Durante su mandato, en
efecto, se construyeron más del doble
de carreteras que en toda la historia pasada.
Álvaro Uribe viene del Partido Liberal,
pero ha tenido la inteligencia de conseguir el
apoyo del Partido Conservador y de otras fuerzas
políticas. Su elección como Presidente
se convirtió en la primera vez que el
Partido Liberal ganaba las elecciones de manos,
o a través de un candidato no oficial.
Y quizás por eso, por haber ganado unas
elecciones como candidato no oficial de un partido,
pide a los latinoamericanos que no se clasifique
a los gobiernos como de izquierdas o de derechas.
Algo con lo que su presentador hoy no estará necesariamente
de acuerdo.
Pero sin embargo, los
parámetros de calificación
que propone me parecen interesantes. La seguridad
como valor democrático, y es cierto, la
seguridad no es un valor reaccionario de derechas,
los demandantes de seguridad hoy en Europa son
mas que nadie las clases populares, las libertades
públicas, la transparencia como factor
de confianza, la cohesión social como
elemento de sostenibilidad de la democracia y
la independencia de las instituciones.
Ciertamente es una base
común que pueden
asumir tanto la izquierda como la derecha para
construir un marco, un terreno de juego donde
cada cual pueda desarrollar sus prioridades.
Nuestro invitado, cuando
analiza estos criterios objetivos, nos propone
saber a través
de ellos si una democracia es institucional o
caudillista. Que de todo hay en la viña
del Señor.
Si se rige por el ordenamiento
jurídico
o por caprichos más o menos personales.
Si es progresista o retardataria. Su planteamiento
me parece una más que interesante invitación
a la reflexión sobre la problemática
de la acción política en Latinoamérica.
Desde este planteamiento
ha hecho algo muy importante: recuperar la
autoridad del Estado, siempre dentro
de la legalidad pero recuperando una autoridad,
que creo fue un mensaje que sedujo a sus ciudadanos
hace tres años cuando llegó al
poder.
En efecto entonces Colombia
salía de
un largo y fallido proceso de paz que no había
conseguido a pesar de su extraordinaria buena
voluntad, la tan deseada gobernabilidad.
Su programa electoral
plasmado en ese slogan “Mano
Firme, Corazón Grande”, logro conectar
con un fuerte deseo social de retorno a la Seguridad
Democrática y al Estado de Derecho, que
se tradujo en más del 50% del voto popular
en la primera vuelta.
En estos tres años el presidente Uribe
se ha enfrentado a la búsqueda de la paz
con firmeza. A través de la negociación
y buscando el apoyo de la sociedad civil, pero
con firmeza. Y así ha conseguido disminuir
la violencia, recuperar para el Estado, para
el control político del Estado, grandes
territorios, la desmovilización en curso
de grupos paramilitares y los buenos resultados
macroeconómicos, son sin duda sus más
evidentes logros.
Ello se ha traducido
en un altísimo índice
de aceptación popular, por encima del
70%, algo francamente poco habitual en política.
Y sin duda alguna, nunca visto en Europa.
A pesar de los resultados
positivos, y que les desgrano como corresponde
a todo buen presentador, él
sabe, y nosotros también, que queda mucho
por hacer. Él mejor que nadie es consciente
de ello. Y por eso sigue impulsando un cambio
institucional que le permita seguir trabajando
a través de un segundo mandato y continuar
así su tarea.
Queridos amigos, pues
nos reunimos hoy aquí para
escuchar al Presidente de Colombia. Puede que
a veces tengamos desde Europa la impresión
de que Latinoamérica no es suficientemente
tomada en consideración por nosotros los
europeos. No digo por nosotros los españoles,
pero si por nosotros los europeos.
Y es probablemente cierto.
Europa ha estado mucho tiempo mirando al este.
Ha invertido todas
sus energías en la reunificación
de un continente en un proceso que ha durado
10 años, pero que hoy está prácticamente
terminado. Es hora de que Europa mire más
al otro lado del Atlántico, y no precisamente
hacia el Atlántico Norte, para reconocer
los avances y reconocer también los problemas
que están por resolver.
Nosotros españoles, mejor que nadie,
sabemos los graves dilemas que plantea la violencia
y el terrorismo en un país en el que los
secuestrados se cuentan por miles, algunos durante
más de ocho años, dramas humanos
a veces con nombre propio, con figuras conocidas
y otras veces en el más absoluto anonimato.
Entre los primeros preemítanme citar
a la señora Ingrid Betancur, cuya liberación
ha sido exigida por el Parlamento Europeo varias
ocasiones y a lo que todos esperamos un pronto
y feliz desenlace pero no solo para ella, también
para los miles de personas cuyo nombre nunca
será conocido más que por aquellos
que les quieren directa y personalmente.
Nuestra mirada hacia
América Latina no
tiene que estar motivada por una preocupación
paternalista. Ni tampoco por una visión
económicamente interesada. Observamos
con interés, señor Presidente,
sus avances frente a los mismos dilemas a los
que nosotros mismos buscamos respuesta en el
seno de nuestras sociedades. La valentía
de la que usted ha hecho gala es doble. Por una
parte ha recuperado con firmeza la autoridad
del estado en todo su territorio, algo irrenunciable
para un Estado, pero por la otra ha impulsado
un proceso de negociación con los actores
armados que son muchos, tanto en el lado de los
paramilitares como el de los guerrilleros.
Es cierto que el principal
grupo guerrillero de Colombia, las FARC, todavía no se ha
integrado en ese proceso, por cierto incluido
en la lista de organizaciones terroristas de
la Unión Europea. Pero el Presidente sabe
cual es el camino. Nosotros en España,
en el momento en el que hoy estamos sabemos que
encontrar este delicado equilibrio, entre luchar
con firmeza para vencer al terror y actuar con
inteligencia, generosidad y voluntad de negociación
es todo un reto que solo esta a la altura de
los grandes hombres políticos.
Especialmente importante
señalarlo hoy
cuando recordamos y condenamos los atentados
de Londres.
Señor Presidente
es un placer tenerle entre nosotros, y para
mi un placer haberle podido
presentar.