PRESIDENTE RECIBE LAS LLAVES
DE MADRID
Julio 11 de 2005 (Madrid – España)
Señoras y señores:
Señor Alcalde,
mil gracias, recibo en nombre de todos los
colombianos las llaves de
Madrid, ciudad que siempre ha estado con las
puertas abiertas a todos mis compatriotas.
Bien lo decía usted, aquí viven
45 mil colombianos, en nombre de todos ellos,
nuestra gratitud.
Estas llaves son el símbolo de generosidad
y además traen un factor de credibilidad,
porque antes que recibirla en la práctica,
esas llaves, gracias a la generosidad de los
madrileños, habían abierto ya,
las puertas, a todos los colombianos.
Esperamos que la lucha
nuestra por recuperar la seguridad en Colombia,
permita que no haya
más colombianos expulsados, que aquellos
que quieran venir, tengan el ejercicio de sus
libertades, por una oportunidad intelectual,
por una oportunidad académica, por la
necesidad de una experiencia científica,
de un intercambio laboral. Nunca, expulsados.
Ese es uno de los objetivos
de nuestra política
de Seguridad Democrática para recuperar
la confianza de los colombianos, porque una Nación
que por el terrorismo, expulso cuatro millones
de ciudadanos fuera de sus fronteras y generó un
desplazamiento interno de dos millones de ciudadanos,
es una Nación que puede desintegrarse.
Por eso y por mucho más, nuestra lucha
contra el terrorismo.
Que ustedes, que lo han sentido, comprenden como
nadie mejor en el mundo, por qué esa lucha.
Esta ciudad llena de
historia, importante en todos los momentos
de la humanidad, esta ciudad
llena de cultura, esta ciudad llena de arte,
se ha convertido también –en las últimas
décadas- en una ciudad a la vanguardia
de la infraestructura y en el confort.
Quiero felicitarlos por
el nuevo aeropuerto. Ayer, al desembarcar en
Madrid, tuvimos la oportunidad
de visitar ese nuevo aeropuerto. ¡Colosal,
colosal! Impresionantes las cifras: un Madrid
que va a pasar de 35 millones de pasajeros a
70 millones de pasajeros.
Impresionantes las dimensiones:
500 mil metros cuadrados de construcciones.
Impresionante la
inversión: 6 mil millones de euros. Impresionante
la arquitectura: nos sorprendieron a todos los
techos, esa combinación de materiales
modernos con el bambú, que bueno que para
el próximo ese bambú viniera de
Colombia un poquito más grueso -allá lo
llamamos guadua-.
Esta ciudad es un ejemplo de la velocidad con
que ha modernizado su infraestructura, con que
se ha puesto a la vanguardia en comodidad en
el mundo.
Quiero felicitarlos por
todo ello, quiero felicitarlos por su reciente
desempeño para aplicar
a la sede de los Juegos Olímpicos del
año 2012. Se lució Madrid, vendrán
otros momentos, pero se lució con esa
presentación. Todas, todas, nuestras felicitaciones.
Recibo estas llaves en
nombre de una Nación
que procede como una democracia moderna, como
una democracia incluyente no excluyente, como
una democracia de liderazgo no de caudillismo,
como una democracia pluralista, sin limitaciones.
Una Nación que trabaja por el rescate
de la seguridad con un amplio contenido democrático,
por la profundización de las libertades
públicas, como instrumento fundamental
del pluralismo.
Una Nación que trabaja por la cohesión
social para que esa democracia política
esté apuntalada en una creciente democracia
económica.
Una Nación que trabaja por transparencia
como factor generador de la confianza ciudadana.
Y una Nación de liderazgo, no de caudillismo.
Una Nación de personas todas, empezando
por los gobernantes, rigurosamente sometidas
por a la ley, una Nación de Estado, de
instituciones independientes, no de poderes personalistas
omnímodos.
Esa es la Colombia que
está trabajando
en busca de su futuro, en busca de darle oportunidades
de felicidad a las nuevas generaciones.
No puedo desaprovechar
este escenario del Ayuntamiento, esta reunión con el Alcalde y con los
concejales, para decirles que nuestra seguridad
es democrática por muchas razones: para
establecer una diferencia entre la seguridad
que hoy buscamos en Colombia y la doctrina de
la seguridad nacional que hace algunas décadas
recorrió América Latina.
Aquella doctrina, fue un ejercicio de seguridad
contra la democracia, un ejercicio de seguridad
para consolidar dictaduras, fue un ejercicio
de seguridad para suprimir libertades, fue un
ejercicio de seguridad para perseguir el disenso.
La nuestra es democrática
porque representa todo lo contrario. La nuestra
es un ejercicio
de seguridad para derrotar ese enemigo de la
convivencia de la democracia que es el terrorismo.
Colombia, después de un debate centenario,
introdujo la elección popular de alcaldes
en el Gobierno del presidente Betancourt y posteriormente,
en la Constitución de 1991, la elección
popular de gobernadores, más muchos otros
instrumentos, de más democracia participativa
y de más democracia representativa. Una
serie de mecanismos de democracia directa como
el referendo.
Los enemigos de la democracia
en Colombia, no están en las instituciones. Son los terroristas
que hoy con decreciente apoyo en el mundo, tienen
autonomía financiera, por ese negocio
perverso de la droga y que requieren que el mundo,
cada vez, los rechacen más, como factor
de presión, para que finalmente desistan
de sus actos de violencia contra el pueblo colombiano.
La nuestra, es una Seguridad
Democrática,
porque es para proteger el avance de nuestra
democracia contra su enemigo que es el terrorismo.
Antes de aprobar la elección popular
y directa de alcaldes, los terroristas justificaban
sus acciones en la circunstancia de que en Colombia
no había la posibilidad de elegir a las
autoridades democráticas.
(…)*
Cuando este Gobierno
empezó, de los 1.096
alcaldes de Colombia, 400 no podían ejercer
sus funciones porque el terrorismo los presionaba.
Yo asumí la Presidencia de la República
el 7 de agosto de 2002, el 8 de agosto –por
la tarde- me reuní con todos los alcaldes
de los municipios del departamento del Caquetá.
Todos estaban expulsados de sus municipios, por
el terrorismo. Ninguno podía ejercer las
atribuciones (…) que habían recibido
directamente de las urnas.
Esta Seguridad Democrática no ha ganado
aún, pero va ganando. Hoy, salvo uno o
dos, los 1.096 alcaldes de Colombia están
ejerciendo –independientemente de su afiliación
política-, protegidos por las instituciones
de la República. (…)
En el 2003 Colombia votó un referendo,
si yo tuviera la oportunidad de repetirlo (…)
diría que el referendo no tuvo ni un solo
atractivo populista. El referendo, por ejemplo,
proponía unos enormes sacrificios en materia
de pensiones y salarios, para poder superar la
crisis fiscal (…), los colombianos acudieron
en muy buena cantidad a las urnas. Opositores
y abstencionistas tuvieron todas las oportunidades,
incluso, más que el mismo Gobierno que
lo propuso. Por eso nuestra seguridad es democrática.
Al día siguiente, el país fue
convocado a elección de alcaldes y gobernadores,
diputados y concejales de los municipios. Todos
protegidos y con plenitud de sus garantías.
En el pasado, no por
la acción del Estado
sino por la debilidad del Estado, el terrorismo
asesinó candidatos de los partidos totalmente
de oposición. En esta oportunidad esos
candidatos fueron eficazmente protegidos por
el Gobierno que presido y ganaron alcaldías
y gobernaciones muy importantes. Candidatos provenientes
de los partidos alternativos a los tradicionales,
de partidos integrados por antiguos militantes
de las guerrillas, de partidos de oposición.
Pero allí, no nos quedamos. Con todos
ellos hemos venido creando una gran concertación.
El Gobierno Nacional ha venido desarrollando
una gran concertación alrededor del concepto
de Estado Comunitario, de Estado con más
participación de la ciudadanía
en la toma de decisiones, con más participación
de la ciudadanía en la ejecución
de decisiones, con más participación
de ciudadanía en la vigilancia de decisiones.
Respetamos el origen
político de todos
ellos, trabajamos con todos ellos, para construir
esa unidad de Patria que requerimos en Colombia,
respetando esos fueros, demandando de todos los
que participamos en ese proceso, amor a Colombia,
demandando transparencia.
En los últimos meses, Colombia, domingo
tras domingo, ha venido eligiendo alcaldes en
una u otra localidad. En los últimos meses
hemos elegido 190 alcaldes, todos candidatos,
con garantías. Todos los participantes,
protegidos por las instituciones del Estado.
Las urnas, con transparencia. Los elegidos, trabajando
coordinadamente con el Gobierno Nacional para
construir unidad de Patria.
Ese Estado garantista,
aplicado a derrotar el terrorismo, merece que
la comunidad internacional
acepte la misma denominación que el Gobierno
y el pueblo han dado a su concepto de seguridad,
por eso, esa Seguridad es Democrática.
Seguridad Democrática para proteger por
igual a los voceros de la oposición y
a los más cercarnos dirigentes del Gobierno.
Seguridad Democrática para proteger por
igual a los líderes sindicales que a los
empresarios. Seguridad Democrática para
proceder con tanta firmeza contra los terroristas,
como con idéntica generosidad para aquellos
abandonen las acciones terroristas.
Tendré la oportunidad
de explicar, una y otra vez, en Madrid, nuestra
nueva ley de Justicia
y Paz.
Justicia. Hay que llamarle
la atención,
para que la comparen por medio de lo que está pasando
en otros países del mundo, donde existen
genocidios, simplemente ha llegado el perdón.
Para que la comparen con muchas leyes de seguridad
en Colombia, donde la preocupación de
la ley era solamente por la paz y la reconciliación.
Esa nueva ley de Colombia,
la ley de paz, introduce un elemento muy importante
de justicia y una
exigencia, muy demandante, de reparación
a las víctimas.
Es un equilibrio entre paz y justicia. La paz
y justicia exige que en nombre de la justicia,
no se llegue al sometimiento. La justicia exige
que en nombre de la paz, no se llegue a la impunidad.
Nosotros tenemos la misma
determinación
de firmeza contra el terrorismo, como voluntad
para hacer la paz, a partir de que, aquellos
están en la acción armada contra
la democracia, tomen la decisión del camino
democrático.
Y también tenemos el buen cuidado de
lograr ese difícil equilibrio entre la
reconciliación y la justicia con la reparación.
Por eso pedimos todo
el apoyo a la comunidad internacional, de ustedes
aquí, en la
comunidad de Madrid, que han sentido en carne
propia, muchas veces, las duras golpizas del
terrorismo, como tantas veces las ha sentido
el pueblo colombiano.
Hemos encontrado en ustedes
un apoyo permanente, muchas gracias Alcalde
(…).
Ayer, después de haber visitado esa obra
colosal que es el nuevo aeropuerto, nos trasladamos
a la feria de una región cafetera (…), ¡qué alegría
la de mis compatriotas allí!
La verdad es que yo no
sabía si estaba
en Madrid, España o en Madrid, Cundinamarca,
por la alegría que todos denotaban. Tan
cálidos aquí como allá.
Y cuando observaba que tantos de ellos expulsados
de allá por la violencia, no (…)
su actitud.
Gracias por abrir los espacios, por abrir los
brazos para abrazar a todos estos compatriotas
nuestros que han llegado a Madrid.
Muchas gracias señor
Alcalde, muchas gracias honorables Concejales
y Concejalas.
* (…) apartes inaudibles
de las palabras del Presidente Álvaro
Uribe Vélez.