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INTERVENCIÓN ANTE EL FORUM: “NUEVA
ECONOMÍA”
Julio 11 de 2005 (Madrid – España)
Señoras y señores:
Es grato y comprometedor
regresar a este Foro tan importante de Nueva Economía, que había
tenido la generosidad de albergarme ya hace algunos
meses. Agradezco inmensamente la invitación
y la generosa presentación que ha hecho don
Joseph Borrel, presidente del Parlamento Europeo.
Esta visita, que apenas completa
24 horas en Madrid, ha sido bastante intensa y
constructiva. Al desmontar
del avión ayer, fuimos invitados inmediatamente
a conocer el nuevo aeropuerto de Madrid.
Quiero felicitarlos por esa
colosal obra, contarles que en Colombia hemos venido
abriendo espacios a
nuevas compañía de aviación
de España, Air Madrid, Air Plus Comet, para
que nos ayuden a movilizar turismo hacia nuestro
país. El turismo interno lo hemos mejorado
inmensamente gracias a la recuperación de
la seguridad.
Además, entre nuestros incentivos tributarios
está la exención a los nuevos hoteles,
la exención tributaria a la remodelación
de los viejos hoteles, la exención a las empresas
de turismo ecológico.
Ya hemos avanzado en acuerdo
con el sector privado y tenemos hoy un bello hotel
pequeño, de una
empresa privada en Leticia –en todo el corazón
amazónico-, una empresa de turismo ecológico,
instalando allí facilidades para que los turistas,
los ciudadanos a través del disfrute del turismo
ecológico, nos ayuden a cuidar nuestra riqueza
amazónica.
Y recientemente en la Sierra
Nevada de Santa Marta, el conjunto montañoso más importante
junto al mar Caribe, hemos incorporado otra empresa
de turismo ecológico en el Parque Tayrona.
El 15 de julio estará en internet el pre-pliego
para abrir la licitación para la concesión
del Aeropuerto el Dorado.
Decía Joseph Borrel, refiriéndose
a los parámetros que vengo agitando en América
Latina para clasificar nuestras democracias y superar
las clasificaciones obsoletas que han dejado de ser
razonables, porque comprometida América Latina
con al regla democrática, hay que buscar los
parámetros de calificación de esas
democracias y uno de los parámetros que he
propuesto es el de la transparencia.
Justo para avanzar en materia
de transparencia, en el proceso de contratación pública
hemos incorporado lo que se llama la etapa del pre-pliego:
antes de abrir una licitación hay una etapa
de consulta a la comunidad, con lo que serán
los pliegos de la licitación para garantizar
total imparcialidad.
Los invito a participar en
esa licitación
tan importante, que habrá de duplicar la capacidad
del Aeropuerto el Dorado, hoy con una capacidad de
8 millones de pasajeros por año que confiamos,
que con las obras que habrán de ser emprendidas
por el concesionario, rápidamente tenga capacidad
de 17 millones.
Después nos trasladamos a la feria de los
departamentos de nuestro Eje Cafetero, acá en
Madrid –promovida por ese entusiasmo inagotable
de nuestra embajadora Noemí Sanín-.
Quiero agradecer a todos
los madrileños la
hospitalidad a nuestras gentes, con 45 mil colombianos
que viven en esta ciudad.
Al Estado español, a su Gobierno, los pasos
que ha dado en materia de legalización de
inmigrantes, que tanto favorece a los colombianos.
Muchos de estos compatriotas
tuvieron que salir de Colombia expulsados por la
violencia. Esa violencia
expulsó cuatro millones de ciudadanos al extranjero,
produjo un desplazamiento interno de dos millones.
Queremos que eso cese totalmente,
que los que salgan del país salgan libremente para buscar un
enriquecimiento académico, una oportunidad
económica para abrir más su mente de
cara al mundo, pero que no salgan expulsados.
Y, los encontramos con infinita
a alegría,
felices por sus posibilidades en España y
felices por las noticias de mejoramiento paulatino
de Colombia, que empiezan a recibir de sus familiares.
La verdad es que para examinar
a Colombia, hay que ver muchos aspectos: un pueblo
que ha sufrido tanto
y es un pueblo sin odio, es un pueblo sin resentimientos,
es un pueblo alegre y espontáneo –como
lo advertimos ayer de cara a tantos ciudadanos aquí en
la feria de Madrid-.
Esta mañana a primera hora tuve oportunidad
de reunirme con un grupo de empresarios en la Cámara
de Comercio. Vamos bien, pero falta mucho.
Uno de ellos me dijo: ‘represento 50 empresas
españolas pequeñas, todas están
contentas, creciendo en Colombia, con muchas ilusiones
en el país’.
Examinamos allí también, cómo
vamos con los contenciosos, los contenciosos que
hemos podido superar, aquellos que todavía
no hemos podido superar. En una democracia de instituciones
independientes, superar contenciosos no es fácil.
Encontramos dos dificultades: primero, un inmenso
temor de los funcionarios públicos a las conciliaciones,
porque interpretaban que toda conciliación
con un inversionista se convertía en causa
de apertura de un proceso penal. Y segundo, una suspicacia
a esas conciliaciones por amplios sectores de opinión.
En el campo de las telecomunicaciones
encontramos 19 contenciosos, hemos superado 16,
uno de los tres
que faltan es Alcatel. Hoy, al ver a sus representantes
legales los invité a avanzar en la superación
de ese contencioso.
Para construir confianza,
superar el temor de los funcionarios, la suspicacia
de opinión, cada
vez que acordamos sobre un contencioso, antes de
perfeccionar el acuerdo se publica ampliamente. Eso
nos ha ayudado bastante.
Continuaremos en la tarea
de superar estos contenciosos para que la inversión tenga más
confianza en Colombia.
Un país, hace tres años con 19 contenciosos
en telecomunicaciones, las concesiones ferroviarias,
viales y aeroportuarias en disputas legales, es un
país que va cerrando las puertas a la inversión.
Nuestro propósito, con toda transparencia,
con ajuste al ordenamiento jurídico, con un
claro compromiso sobre la justicia conmutativa contractual,
es avanzar más en la superación de
esos contenciosos.
Después tuve la oportunidad de participar
en el Foro de la Confederación de Organizaciones
Empresariales de España –me habían
antecedido algunos de los Ministros-.
Examinamos allí cómo va evolucionando
favorablemente la situación fiscal de Colombia,
la situación de endeudamiento, qué hemos
hecho en materia de ingresos, qué pensamos
que debe hacerse en el futuro cuando vayan esperando
los beneficios tributarios incorporados –tener
una tarifa más baja que haga la economía
colombiana más competitiva-.
Examinamos allí, qué venimos haciendo
en materia de egresos, cómo hemos corregido
tendencias de altísimos gastos discrecionales
del Estado, cómo hemos avanzado en el saneamiento
pensional, cómo nuestro Congreso acaba de
aprobar una reforma constitucional para eliminar
privilegios en pensiones –que nos ahorra 19
puntos del PIB (Producto Interno Bruto)-. Cómo
en este Gobierno hemos eliminado privilegios pensionales
en todas las empresas del Estado que hemos reformado,
cómo introdujimos una ley que hace más
razonable el estatuto general de pensiones, cómo
por esa vía en su conjunto hemos ahorrado
60 puntos del PIB.
Examinamos qué ha pasado en materia de reforma
del Estado. Nosotros no estamos en la ola privatizadora
de América Latina de los 90’s, ni la
en la ola estatizadora que por épocas ha imperado
en América Latina y ha espantado la inversión
privada.
Nosotros queremos un Estado
que le abra todos los espacios a la inversión privada como función
social y un Estado que cumpla su tarea de regulación
de la justicia social. Un Estado no burocrático,
no dilapidador. Un Estado sostenible.
Por eso hemos reformado 152
empresas del Estado. Empezando por la telefónica que perdía
170 millones de dólares al año, el
año pasado obtuvo ganancias del orden de 400,
pero no nos vamos a quedar ahí, ahora estamos
buscando en nuestras telefónicas estatales
un siguiente paso: el de las alianzas estratégicas
con operadores internacionales, que hagan los aportes
de capital de tecnología y de administración,
para que Colombia salve esos patrimonios, para que
podamos proveer a los usuarios con los servicios
de mejor calidad.
Falta mucho en esa reforma
del Estado, estamos apenas enfrentando todo el
tema de las instituciones de
la salud pública.
Faltó decir en ese Foro, cómo las
finanzas de las regiones –que en algunos países
del mundo contribuyen gravemente al déficit-,
en Colombia vienen mejorando.
La administración presidencial anterior introdujo
una ley, que habíamos inspirado en la gobernación
de Antioquia, para racionalizar los gastos de las
regiones. Este Gobierno la ha aplicado con toda la
disciplina fiscal y puedo decirles hoy, para tranquilidad
de la comunidad financiera internacional, que hemos
pasado, del año 2000 a la fecha, de una situación
de alto déficit en las regiones y municipios,
a una situación de superávit cercano
a un punto del PIB.
Miramos también qué venimos haciendo
en materia de construcción de equidad social:
trabajando la educación como el eje principal
para construir equidad social. Justamente, para garantizar
a través de un eje como la educación,
que la política Social –en el mediano
y largo plazo- produzca efectos estructurales en
el mejoramiento del ingreso, en mayor equidad distributiva.
Mencioné el caso de la cooperación
entre el sector público y el sector financiero –con
un gran aporte de los bancos españoles- para
poder avanzar en la construcción de un País
de Propietarios, en la masificación del crédito
a la mediana, a la pequeña empresa, a la microempresa.
Mencioné cómo venimos trabajando en
materia de servicios públicos para superar
los antagonismos entre empresas prestadoras y comunidades
de usuarios. Destaqué el caso de dos empresas
españolas en la Costa Caribe, que entendieron
nuestro mensaje.
Hemos pasado de unas empresas
que querían
irse, de unos usuarios que estaban totalmente incendiamos,
a una situación de mucha cooperación,
de armonía. Armonía en crecimiento.
De entender, que en países de tanta pobreza
se requieren mecanismos novedosos de participación
de la empresa privada.
Ese proceso nos ha llevado
a que los usuarios, antes, en ese antagonismo que
parecía insuperable
con la empresa, tengan hoy 37 microempresas de distribución
estimuladas por las propias empresas.
Conté cómo en una empresa, como la
de servicios públicos de Cali, en un conglomerado
cercano a 2.5 millones de habitantes, hemos pasado
de la quiebra de la empresa, a una gran recuperación.
Esos 2.5 millones de ciudadanos están aportando
un 2 por ciento de la tarifa a la construcción
de un fondo de capitalismo social, que será el
gran apalancador financiero de la empresa y de su
expansión.
Cuando abren la llave del
agua, sienten que no solamente son usuarios del
servicio, sino coparticipes en la
provisión del servicio.
Me preguntaba Su Majestad –a quien tanta gratitud
debo por su solidaridad con Colombia en todos los
momentos-: ‘¿qué porcentaje del
territorio sigue en poder de los violentos?’.
Le dije: Su Majestad, quedan muchos terroristas pero
hoy no tienen posesión sobre un solo milímetro
del territorio, no alcanzan a dormir dos noches en
el mismo sitio. El testimonio lo dan 12.800 reinsertados
de guerrillas y de grupos paramilitares que han abandonado
esos grupos a lo largo de este Gobierno.
Al entrar a este recinto,
tuve una demora porque encontré dos manifestaciones: una con una
pancarta muy grande y totalmente anémica de
presencia; la otra cálida, vigora de presencia.
En la primer decía: “en Colombia democracia
genocida”. En la segunda: “felicidad
con Colombia, entusiasmo con el futuro del país
y con su presente”.
Si, pensaba yo, viendo la
pancarta de democracia genocida: no saben qué ha pasado en Colombia,
no han vivido a Colombia, la han conocido a través
de los propagandistas del terrorismo, a través
de la debilidad de viejos poderes que viven nostálgicos
porque el país ha cambiado, porque vieron
el mal ejemplo de preocuparse más por los
terroristas que por el bienestar del pueblo.
Nosotros hemos cambiado esa
relación, nuestro
diálogo permanente es con los trabajadores,
con los empresarios, con las comunidades pobres,
con los colombianos que viven sometidos a la Constitución,
en medio de sus falencias y dificultades.
Cuando leía esa pancarta de “democracia
genocida”, pensaba en lo que ha hecho este
Gobierno. Antes, era muy difícil para un candidato
proveniente de partidos alternativos, realmente opositor,
sobrevivir en una campaña por las más
altas posiciones del Estado.
Gracias a nuestra seguridad
que es democrática,
no solamente sobrevivieron sino que ganaron alcaldías
y gobernaciones de la mayor jerarquía. Fueron
rodeados de todas las garantías como candidatos,
están rodeados de todas las garantías
en el ejercicio de sus atribuciones y con ellos,
construimos, con respeto a la diversidad, esa unión
de Patria que se requiere al respetar el fuero constitucional
de cada instancia de autoridad.
Cuando leía esa pancarta de “democracia
genocida”, pensaba en los colombianos que acudieron
al referendo de 2003, cuando tuvieron más
oportunidades opositores y abstencionistas, que el
mismo Gobierno que lo propuso.
Cuando leía esa pancarta de “democracia
genocida”, recordaba que Colombia tuvo años
de 29 mil asesinatos, todavía hay muchos.
En el primer semestre (de 2005) se dieron ocho mil,
falta mucho trabajo, pero el país va mejorando
sustancialmente.
Cuando veía esa pancarta de “democracia
genocida”, recordaba que Colombia tuvo años
de 3.050 secuestros. ¡3.050! Todavía
van muchos. En el primer semestre (de 2005) hubo
340, 140 (de ellos) extorsivos. En la ciudad de Bogotá,
este año, no se ha presentado un solo secuestro
extorsivo.
Cuando veía esa pancarta de “democracia
genocida”, recordaba que cuando mi Gobierno
empezó, 400 de los 1.096 alcaldes de Colombia,
no podían ejercer por presión del terrorismo.
Hoy, salvo uno o dos, todos ejercen en sus localidades.
Cuando veía esa pancarta de “democracia
genocida”, recordaba que Colombia, en algún
año, llegaron a asesinar 168 dirigentes sindicales.
Este año todavía han asesino cinco
personas vinculadas a las organizaciones sindicales.
Quisiéramos poder decirle al mundo que “cero”.
Para allá vamos.
Cuando veía esa pancarta de “democracia
genocida”, venía a memoria que no hace
mucho tiempo, en Colombia asesinaban 11 periodistas
por año. Todavía este año nos
han asesinado dos. Pero ellos han visto, a lo largo
de este Gobierno, toda la decisión de protegerlos.
Cuando veía esa pancarta de “democracia
genocida”, recordaba los intelectuales que
me han combatido, que paradójicamente vivían
en el exilio, cuando yo apenas recorría las
calles y los campos de Colombia en busca del apoyo
de mis conciudadanos y que ahora en el ejercicio
de esta Presidencia han regresado a Colombia. ¡Qué paradoja,
se han sentido seguros en el Gobierno de aquel a
quien han combatido, cuando antes tuvieron que abandonar
el país!
Pero está bien, esas
pancartas hay que respetarlas, hay que tener tolerancia,
con las ideas contrarias,
pero firmeza para defender la conveniencia nacional.
No le vamos a hacer juego
a las trampas políticas
del terrorismo, que siempre ha inventado la manera
de desacreditar los intentos de Seguridad Democrática
en Colombia.
Ahora, con la ayuda de Dios
y el apoyo del pueblo, esto tiene que pasar de
un intento a una proyección
de largo plazo, para que la nueva generación
de colombianos no viva lo que le ha tocado vivir
a mi generación: ni un solo día de
paz. Para que la nueva generación de colombianos
viva en paz permanente, ejerza el derecho a la felicidad.
Y ahí cerca de esa pancarta, encontraba otro
grupo, sin pancartas pero eso sí, vigoroso
en presencia humana, feliz con lo que viene pasando
en la Patria. –A pesar de que venía
triste porque al terminar la comida con su majestad,
fui informado que ayer el terrorismo, la Farc –que
ha tenido tanto arúspice intelectual en Europa-
asesinó el presidente del Concejo de Campo
Alegre, en el Huila y a una hijita suya, cuando la
familia departía en un almuerzo informal-.
Pero ahí vamos, queridos
amigos.
CONVERSATORIO
Don José Luis me ha informado que hay un
cúmulo de preguntas de ustedes. Yo por eso
quisiera tener la oportunidad de responderlas todas.
Con el mayor gusto atendámoslas, creo que
es mejor hacerlo que continuar un monólogo.
Moderador: Las primeras preguntas
guardan relación,
precisamente, con los propósitos de su viaje. ¿Cómo
están, Señor Presidente, sus relaciones
con el Gobierno de España después de
que se frustró la venta de los tanques de
guerra con los que se proponía combatir a
la guerrilla?
¿Qué apoyos específicos está recibiendo
o va a solicitar al Gobierno de Rodríguez
Zapatero para combatir a los grupos armados ilegales?
Álvaro Uribe
Vélez. Presidente de
la República: Uno tiene que respetar las decisiones
de las naciones.
Claro que era importante
adquirir esos tanques, comprendí las razones políticas del
Gobierno Español, las dificultades con algún
sector del Parlamento y en lugar de entrar en una
controversia, nosotros facilitamos que se superara
el tema.
Cuando hay decisión de derrotar el terrorismo,
lo logramos con tanques o sin tanques. Las relaciones
son muy buenas, Colombia vive inmensamente agradecida
con los diferentes gobiernos de España, -particularmente
me tocó un largo tramo con el presidente Aznar,
con su Gobierno por el cual guardamos toda la gratitud
y tenemos toda la gratitud por el espíritu
de cooperación y la manera como avanza la
cooperación con el presidente (José Luis)
Rodríguez Zapatero-.
Moderador: Recientemente, el Congreso de Colombia
aprobó el marco jurídico para que
los paramilitares depongan las armas y se reincorporen
a la vida civil. Es una ley muy criticada por las
Naciones Unidas y por grupos de derechos humanos,
entre ellos Amnistía Internacional –que
ha dirigido algunas preguntas que yo trataré de
resumir-. ¿Qué responde, señor
Presidente, a los críticos que aseguran
que se olvida a las víctimas y que se está abriendo
paso a la impunidad y a que narcotraficantes legalicen
sus fortunas y obtengan beneficios judiciales?
¿Por qué se desechó el compromiso
de Verdad, Justicia y Reparación, apoyado
por la Unión Europea y otros organismos internacionales? ¿Cree
que con la ley de Justicia y Paz aprobada por el
Congreso se va a erradicar por completo el paramilitarismo
en Colombia?
Presidente de la República:-Déjeme
que como es bien compleja estoy poniendo aquí unas
palabritas claves para recordarlo-.
Primero, el polo principal
de nuestra política
es la autoridad. A procesos de paz no se llega con
leyes de paz, a procesos de paz no se llega con actitudes
débiles de los gobiernos. Los procesos de
paz surgen del ejercicio de autoridad.
En Colombia, en este Gobierno,
se han desmovilizado casi 13 mil personas: un 55
por ciento de los paramilitares,
un 45 por ciento de la guerrilla. 13 mil personas,
que en las próximas semanas pueden ser muchas
más. ¡Eso no tiene antecedentes!
Cuando se desmovilizó el M – 19, eran
300, 380 personas alzadas en armas, sumándole
los apoyos, eran 700. Cuando se desmovilizó el
Epl, eran 2 mil. En este Gobierno se han desmovilizado
13 mil y serán muchos más.
¿Por qué se han desmovilizado?: porque
han sentido el ejercicio firme de un Gobierno empeñado
en buscar el rescate de la ley, el rescate del orden.
Nuestra decisión ha sido: mientras persistan
en el terrorismo, toda la determinación para
derrotarlos militarmente. En el momento en el que
abandonen el terrorismo, toda la generosidad para
albergarlos.
El primer error que quiero
corregir en esta pregunta, es que la ley no es
para los paramilitares, es universal.
Es para paramilitares y para guerrilleros. Es para
los 13 mil que se han desmovilizado y para los que
se desmovilicen en adelante. Beneficia por igual
delitos cometidos por unos y otros, antes de la sanción
de la ley.
Si la comparamos internacionalmente,
encontramos que es una ley en un proceso de paz,
la más
severa en la comunidad internacional.
¿Por qué no se mira el proceso de
paz en Rwanda?, ¿por qué no se comparan
otros procesos de paz con la ley colombiana? Y si
la comparamos con lo que ha ocurrido en Colombia,
vemos que es la primera vez que en un proceso de
paz de Colombia, la ley que se busca para ese proceso
de paz –además de preocuparse por la
reconciliación-, por primera vez se preocupa
por la justicia y por la reparación. Eso es
bien importante.
Impunidad. Primero, en esta
ley no hay amnistía
ni hay indulto para delitos atroces. –Eso es
bien importante-.
Segundo, hay sentencias entre
5 y 8 años
para esos delitos. Si, reducidas: costos de procesos
de paz.
Tercero, ¿qué pasa con el tema de
Verdad, Justicia y Reparación?
• Verdad: Cuando la persona se desmovilice,
debe dar una declaración ante los fiscales
sobre toda su actividad delincuencial. Si, posteriormente
aparece la imputación de un delito que no
se le conocía en el momento de haberse desmovilizado,
cometido con anterioridad a la desmovilización,
para no perder los beneficios,
tiene que cooperar activamente
para que la justicia esclarezca
el responsable,
tiene que ayudar con la verdad.
Si lo ocultó intencionalmente, pierde los
beneficios. Si ese delito fue cometido después
de que entró en vigencia
la ley pierde totalmente los
beneficios.
• Justicia: La ley es una ley de paz, un buen equilibrio
entre paz
y justicia. Pero
en ese equilibrio, en nombre de la paz, no
se puede llegar a la impunidad.
Tampoco, en nombre
de la justicia se puede llegar al sometimiento.
Hay que mirar la ley no como una ley de sometimiento,
si no como una ley de paz.
• Reparación: Por primera vez en Colombia
una legislación de paz incorpora el elemento
justicia y también el elemento reparación.
Todos los bienes ilegales, adquiridos por quienes
se desmovilicen tienen que ser entregados al Estado
para un fondo de reparación a las víctimas.
Además, no es esto el único instrumento
legal. Uno de mis predecesores introdujo una ley –que
aprobó el Congreso de la época- sobre
extinción de dominio, de riqueza ilícita.
Una de las primeras normas
de mi Gobierno, fue simplificar esos procedimientos.
Hemos avanzado sustancialmente
en la confiscación de la riqueza ilícita.
Esa ley está produciendo buenos resultados
y apenas está empezando a producirlos. Confiamos
que va a ser bien importante.
Erradicación de paramilitares: nosotros encontramos
una Patria con 50 mil terroristas, entre guerrilleros
y paramilitares. Los que más cantidad de terroristas
asignan a la agrupación ETA, le asignan 400.
Allá encontramos 50 mil. Hemos reducido bastante.
Es obligación, para ser elegible para los
beneficios de la ley, comprometerse a desmontar la
organización terrorista bajo su control. Es
obligación no interferir la lucha democrática,
la acción política. Quien incumpla
eso, pierde los beneficios.
Quiero hacer una reflexión a los que critican
la ley, porque hay críticas de toda naturaleza: ¿qué se
piensa de los otros procesos de paz del mundo?, ¿qué se
piensa de los anteriores procesos de paz de Colombia? ¿y
qué se piensa de las pretensiones de la Farc
y del Eln?
El Eln, movimiento al cual
le hemos abierto todas las puertas –inclusive dije la semana pasada
a los medios de comunicación de España,
algo que lo he repetido a lo largo del Gobierno-:
nosotros estamos dispuestos a buscar fondos en el
Presupuesto Nacional y en la Comunidad Internacional
para financiar un proceso de paz del Eln, para financiar
el sostenimiento de los individuos que lo componen,
en un proceso de diálogo.
En la exigencia, como requisito
para el diálogo,
de un cese de hostilidades, sin la exigencia inmediata
de la desmovilización, sin la exigencia inmediata
del desarme. Que haya cese de hostilidades, pero
que no haya exigencia inmediata de desarme, de desmovilización.
Esos son puertos de llegada. Y que, en ese cese de
hostilidades el gobierno busque la financiación
de los integrantes de ese grupo.
Una de las aspiraciones que
públicamente
ha expresado el Eln, es que haya amnistía
e indulto por todo delito, cuando la Constitución
colombiana –y acabamos de cumplirlo en la nueva
ley- prohíbe la administra y el indulto para
los delitos atroces.
A los críticos de esta ley les quiero hacer
un llamado: ¿qué piensan de la aspiración
del Eln?, ¿qué van a decir cuando el
Eln y sus dirigentes quieran desmovilizarse, digan “ni
un día de cárcel”, “amnistía
e indulto por todos los delitos”?, pidan que
se cambie la Constitución para que todos,
aún los responsables de delitos atroces puedan
ir al Congreso.
En esta ley que acabamos
de aprobar, respetamos la Constitución. No sólo se niega la
amnistía y el indulto para los delitos atroces,
sino que se cumple con un mandato de la Constitución.
La Constitución de Colombia dice: “una
de las causas de inhabilidad para ser elegido congresista
es haber cometido delito distinto al delito político”.
Esta ley respeta esa cláusula constitucional.
Se desmoviliza un paramilitar
o un guerrillero, si cometió solamente sedición, puede
ser elegido congresista. Si además de sedición
estuvo incurso en delitos de narcotráfico
o en delitos de lesa humanidad, así tenga
el beneficio de reducción de sentencia de
la ley, no puede ser elegido congresista.
La ley que acabamos de aprobar respeta esas inhabilidades
constitucionales.
La Farc dice que ellos no
respetan, no reconocen al Estado colombiano, que
no reconocen delitos que
les impute el Estado colombiano. ¿Qué va
a pasar el día que ‘don ‘Manuel
Marulanda’, don ‘Jorge Briceño’,
don ‘Alfonso Cano’, don ‘Raúl
Reyes’, la dirigencia terrorista de la Farc
se desmovilice, alegue esa tesis?
Para eso debe estar preparado
el mundo crítico.
Porque yo encuentro que muchos juzgan esta ley como
muy benigna con los paramilitares, pero albergan
la esperanza de otra mucho más complaciente
con los jefes guerrilleros.
Y una de las características de esta ley
es la imparcialidad. El mismo tratamiento a unos
y a otros. ¿Por qué? Porque hoy no
podemos distinguir el delito del guerrillero al delito
del paramilitar. Porque el viejo concepto, según
el cual el guerrillero era delincuente político
y el paramilitar delincuente ordinario, está superado. ¿Por
qué está superado?: por la regla democrática.
En un país con éste avance, con esta
profundización de la democracia pluralista,
nada justifica el delito político armado. ¡Más
aún en una democracia plenamente garantista,
no debería haber delito político! Y
esa discusión la estamos proponiendo en Colombia.
Ustedes aquí en Europa no aceptan delito
político armado, muchas legislaciones europeas
lo señalan como terrorista. ¿Por qué?:
porque consideran que como hay todas las oportunidades
de lucha democrática, la defensa de las ideas
con apoyo en las armas, en el uso o en amenaza de
uso de armas, es terrorismo.
Un país como Colombia, con su profundización
democrática, con su respeto a las libertades
públicas, merece la misma ecuación:
a plenas garantías democráticas, equivale
la prohibición del ejercicio político
armado.
Y las otras opciones de delito
político:
el delito de conciencia, el delito de opinión,
no pueden tipificarse como delitos en democracias
profundas.
Estos individuos son todos
terroristas. Mi pregunta es: ¿hay manera
de diferenciar el delito de uno frente el delito
de otro?
Y al tiempo que se decía que los guerrilleros
cometían delitos políticos, se sostenía
que los paramilitares cometían delitos ordinarios.
El interés del Gobierno ha sido hacerlos equivalentes
porque, no creo que, porque el guerrillero dice que “está contra
el orden establecido” y el paramilitar diga
que “se defiende o lo defiende”, se pueda
derivar de allí un tratamiento diferente al
delito del uno o al delito del otro. Ambos violan
el ordenamiento jurídico, lo interfieren.
Nosotros confiamos que esta
ley sea un paso importante. Además, tiene
un factor de credibilidad: es que el proceso no
se ha iniciado con esta ley, esta
ley llega cuando ya tenemos 13 mil desmovilizados.
Ese hecho anterior, debe darle credibilidad a la
ley.
Y es muy importante empezar
una reflexión
sobre las aspiraciones del Eln y la Farc y que no
vayamos a caer en el error, al cual quieren inducir
algunos críticos. Mientras descalifican esta
ley, señalándola de benigna con los
paramilitares, añoran leyes que todo le perdonen
al terrorismo guerrillero.
Moderador: Señor Presidente, le agradecería
brevedad,
va usted muy mal de tiempo en su agenda de
visita de Estado.
Presidente de
la República: No se preocupe que para estos temas no podemos
estar mal de tiempo.
Moderador: Le agradezco mucho.
Señor Presidente, después del dictamen
desfavorable del Procurador General de la República, ¿espera
Usted un fallo favorable de la Corte Constitucional
para su reelección presidencial? ¿Ha
pensado usted en un Plan B o en un sucesor?
Y en ese tema también, Don Ramón Pérez
Maura, de ABC dice: “¿por qué reformar
la Constitución en su beneficio para poder
ser reelegido Presidente en lugar de hacerlo sólo
en beneficio de futuros presidentes?”
Presidente de
la República: La Constitución,
en un país con las dificultades de Colombia
no hay manera material de reformarla en beneficio
del Presidente. Quién mayor gasto tiene ante
la opinión, es quien ejerce la actividad presidencial,
sobretodo cuando la ejerce frente a cualquier riesgo.
Lo más importante es que, Colombia no caiga
en la trampa nostálgica de viejos poderes
para regresar a la época del apaciguamiento
que creció el terrorismo.
-Y aquí si le voy a ahorrar tiempo, bien pueda
pase a la siguiente pregunta-.
Moderador: El señor ‘Chaumell’ y
otros muchos se están refiriendo en sus preguntas
sobre la seguridad jurídica, que parece que
aunque Usted lo está intentando continuamente
en su mandato, no se ha conseguido y que todavía
por falta de una seguridad jurídica suficiente
hay empresas españolas
que no han podido ver satisfechas
sus aspiraciones.
-No voy a citar algunas
de las que están
aquí porque me pondría en un aprieto
al Presidente esa compañía,
pero usted sabe a quienes me
refiero-
Presidente de
la República: Los conozco,
los saludé, saben que este Gobierno tiene
toda la decisión de superar contenciosos,
que lo hemos logrado en la gran mayoría de
los casos, que tenemos algunos pendientes, es un
país de instituciones.
Por ejemplo, una conciliación que hizo el
Gobierno, que aprobó un tribunal en primera
instancia, fue derogada por un segundo tribunal en
la última instancia. Acabamos de recibir una
sentencia de la Corte Constitucional, que le prohíbe
al Gobierno conciliar sobre lo que son las facultades
exorbitantes del Estado en la contratación
administrativa, lo obliga a ejercerlas. Entonces,
lo que iba a ser una conciliación para ponerle
punto final a un contrato, tiene que ser ahora una
liquidación unilateral del Gobierno, sometida
por supuesto a los recursos jurídicos de las
partes interesadas.
Además de esa política, que va dando
muy buenos resultados, de superar disputas legales
y que confío que podamos superar las que quedan
con España, hemos dados varios pasos en este
Gobierno.
El primero, dos acuerdos
suscritos con España –que
nos servirán para replicarlos con otras naciones-:
uno, desmonta la doble tributación para que
colombianos e inversionistas acá o españoles
e inversionistas allá, por esas inversiones
no paguen impuestos sino en un país.
Y el segundo, el tratado
de protección de
inversiones. Hace dos semanas, el mismo Congreso
de la República que nos aprobó la ley
de Verdad, Justicia, Reparación y Paz, nos
aprobó cuatro leyes económicas fundamentales:
1) La Reforma Constitucional
para eliminar privilegios de pensiones. El mundo
financiero ha creído
en ella. Colombia, en los últimos meses ha
colocado en los mercados financieros internacionales,
875 millones de dólares en bonos –denominados
en su equivalente en pesos colombianos-. Esa es una
gran muestra de credibilidad en Colombia y en estas
reformas.
2) La ley del Estatuto de
Capitales, que introduce las instituciones más modernas a las empresas
que quieran estar en el registro público de
valores. Da toda la confianza a los pequeños
inversionistas, facilita esa confianza que se requiere
para que estas empresas sean exitosas en el mercado
de capitales y libera recursos de la intermediación
financiera para la pequeña y para la mediana
empresa.
3) La ley que simplifica
trámites en la actividad
empresarial y a las personas naturales.
4) -Me decía el presidente (Enrique) Iglesias
del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que
está gratamente sorprendido de que Colombia
la haya aprobado-. La ley que faculta al Gobierno
Nacional a firmar pactos de estabilidad normativa
con los inversionistas.
Las sancionamos el viernes
de la semana pasada, está en publicación
y confiamos que dentro de poco, el mundo empiece
a conocer que Colombia
ha suscrito los primeros pactos de estabilidad normativa
con los inversionistas.
Moderador: España es un importante inversor
en Colombia en sectores como el bancario y el de
las telecomunicaciones por no hablar de otros, ¿qué mensaje
trae usted a los empresarios sobre las garantías
para que mantengan sus inversiones
o las aumenten en Colombia, algo
que decir sobre lo que ya ha
dicho?
Presidente de
la República: A manera de resumen de titulares:
Una garantía: el avance de la Seguridad Democrática
y la decisión del pueblo de hacer de la Seguridad
Democrática una proyección de largo
plazo. De evitar que trampas politiqueras echen para
atrás la seguridad democrática para
volverle a conceder ventajas al terrorismo.
Una segunda garantía: el avance en el saneamiento
fiscal de la Nación.
Y una tercera garantía:
la ley que se acaba de aprobar para firmar pactos
de estabilidad con
inversionistas.
Además de muchos atractivos, ya está en
plena vigencia el acuerdo Comunidad Andina – MERCOSUR.
Hace tres años parecía un imposible.
Diría que es bien importante, en lo inmediato,
desde el punto de vista político, porque al
hacer ese acuerdo Comunidad Andina – MERCOSUR
se disipan, se superan obstáculos políticos
que se oponían a que realizáramos acuerdos,
por ejemplo, con los Estados Unidos.
Ese acuerdo con los Estados
Unidos, confiamos, poderlo suscribir en las próximas semanas. A raíz
de la aprobación en el Senado de Estados Unidos
del acuerdo con Centroamérica y de la evolución
favorable que se está dando en la Cámara
de Representantes de los Estados Unidos para aprobar
ese acuerdo con Centroamérica, nosotros estamos
más confiados en que podamos firmar el acuerdo
con los Estados Unidos.
Y la reacción del pueblo colombiano ha sido
una reacción sensata. Ha habido mucho debate.
El ministro de Comercio (Jorge Humberto Botero) –quien
dirige en nombre del Gobierno esas negociaciones-
ha promovido el más amplio debate público
en Colombia sobre el tema, y por ese camino hemos
venido sintetizando contradicciones, haciendo una
pedagogía altamente conveniente. Para vencer
resistencias, superar tergiversaciones.
Y confiamos que con Europa,
ahora que nos han dado 10 años de extensión de beneficios
unilaterales, también podamos llegar a un
acuerdo permanente de comercio entre la Comunidad
Andina y la Unión Europea.
Todos esos son atractivos
y garantías para
invertir en Colombia.
Moderador: Última
pregunta, señor
Presidente. ¿Cómo piensa usted
que se puede aprovechar los esfuerzos tan
importantes
de los trabajadores inmigrantes, por ejemplo
en España? ¿Y para cuándo,
le preguntan, una política migratoria?
Presidente de
la República: Un país
que expulsó cuatro millones de ciudadanos
al extranjero, tiene que adoptar una política
migratoria que empieza por lo más elemental:
rescatar la seguridad para que la gente no siga siendo
expulsada. Colombia vio frenar, durante muchos años,
sus tasas de inversión.
Ese terrorismo que en algún momento hablaba
de la reivindicación social de los colombianos,
profundizó la postración.
Dos millones de desplazados,
internamente, agravaron el fenómeno. Nuestra política
migratoria tiene que empezar con el rescate de
la seguridad.
Confiamos que ese es el primer elemento para no
seguir expulsando ciudadanos y confiamos que en la
medida que avancemos exitosamente en la lucha contra
el terrorismo y contra la droga, las talanqueras
internacionales para albergar colombianos, las exigencias
de visas, se vayan revisando.
A mejores resultados de Colombia,
más razón
para pedir que esos obstáculos se vayan revisando.
En España tenemos que agradecer decisiones
migratorias muy importantes tomadas recientemente,
que han permitido la legalización de muchos
colombianos que han llegado acá.
En los Estados Unidos estamos
empezando a aplicar, en algunas partes, la matrícula consular.
Una identificación de nuestros propios Consulados
que abre algunas puertas a los colombianos que allí están
y que nos va ayudando a que su vida sea menos difícil
cuando se encuentran en otro país.
No es fácil una política migratoria
para un país que en poco tiempo expulsó cuatro
millones de ciudadanos, para un país que ha
sido afectado severamente por el terrorismo y por
la droga. Pero en la medida que sigamos avanzando
positivamente, las cosas tienen que tornarse favorables.
Me habían anunciado una pregunta de Amnistía
Internacional.
Moderador: no, la resumí en
dos o tres.
Presidente de
la República: ¿era esa?
Creí que iba a ser más dura la de Amnistía
Internacional. Yo le daría a algún
vocero de Amnistía el derecho a que repregunte,
porque las sentí muy blandita.
Asistente al
Foro, miembro
de Amnistía Internacional: Señor Presidente muchas gracias. Y si, el
resumen fue un poco resumen. Eran dos preguntas,
una sobre ley de Justicia y Paz y usted ha respondido,
nosotros no estamos de acuerdo, creemos que fomenta
la impunidad. Y la segunda era que no podía
hacer el director del Foro, es sobre, si usted va
a cumplir las recomendaciones de Naciones Unidas
sobre Derechos Humanos y para cuando el Plan de acción
sobre derechos humanos en su país.
Presidente de
la República: Yo le quiero
hacer una pregunta: yo le respondí porque
en nuestra ley no hay impunidad. Dígame usted,
las razones por las cuáles usted considera
que si hay impunidad.
Asistente al
Foro, miembro
de Amnistía Internacional: Bueno, en primer lugar porque desde el proceso de
alto al fuego, al menos se han podido documentar
2.200 personas asesinadas por paramilitares. Eso
como primera cuestión.
La segunda, quiero decirle
que los crímenes
de guerra, los crímenes
contra la
humanidad
y la tortura
son imprescriptibles,
por lo tanto
no pueden
amnistiarse,
los comentan
los guerrilleros
o los paramilitares.
Presidente de
la República: Sobre la segunda
parte, le ruego corregir la información. En
la ley no hay términos de prescripción
para delitos de lesa humanidad, siguen siendo imprescriptibles.
Segundo, no hay amnistías ni hay indultos
para delitos de lesa humanidad. Y le ruego a usted
y a todos los integrantes de la institución
de Amnistía Internacional, hacer el ejercicio
intelectual y preparase a responder al otro sector,
a la guerrilla, al Eln y a la Farc, que demandan
que haya total amnistía, total indulto, cualquiera
sea la gravedad de sus crímenes.
(aplausos)
No, no ni aplausos ni rechiflas.
Si yo les hablo duro a esos
señores de Amnistía
Internacional, creo en contra de mi país un
reclamo diplomático, pero tampoco puedo dejar
de discutir con ellos y es muy buena esa discusión
con tantos y tan importantes testigos.
¿Cuál fue el
primer punto de su pregunta?
Asistente al
Foro, miembro
de Amnistía Internacional:
Era el segundo punto Presidente.
Presidente de
la República: Muy bien, me
habla de las recomendaciones –le voy a pedir
a la Canciller (Carolina Barco) que nos haga enseguida
un resumen de las recomendaciones de Naciones Unidas
y el otro es sobre las violaciones al cese de hostilidades.
1) Hagan el balance completo.
En Colombia las masacres se han reducido en un
87 por ciento. -Ya les dije
las cifras de reducción de homicidios, les
dije las cifras de reducción de secuestros-.
2) Es bueno que la comunidad
internacional sepa que esas negociaciones venían de atrás,
a través de la Iglesia Católica, este
Gobierno aceptó mantenerlas con los mismos
con quienes estaban negociando anteriormente, bajo
la condición de aceptar el cese de hostilidades.
3) No todos los sectores, mal llamados paramilitares,
aceptaron el ceso de hostilidades.
4) El Gobierno ha procedido con toda la drasticidad
militar, frente a quienes han persistido en sus acciones
violentas.
5) Aquellos que aceptaron
el cese de hostilidades y lo han violado, han sido
objeto de la mal resuelta
persecución de las instituciones de justicia
y de las Fuerzas Armadas de Colombia.
Resultados: en Colombia se
hablaba de los paramilitares, pero se les dejaba
crecer. Este Gobierno ha dado
de baja a 1.300 paramilitares y más de 8 mil
han sido llevados a la cárcel.
Usted sabe que en Colombia
las cifras no pueden mentir, porque ustedes mismos
las conocen plenamente
al interior del país. Esos resultados le responden
a usted, si este Gobierno ha sido severo o no ha
sido severo con esas agrupaciones.
Yo le pediría a la señora Canciller
que me ayude sobre un resumen de las recomendaciones
de la Oficina del Comisionado de Naciones Unidas
en Bogotá.
Carolina Barco.
Ministra
de Relaciones Exteriores (Canciller): Gracias
señor
Presidente.
Con respecto a las recomendaciones
es muy importante tener en cuenta que las
recomendaciones no son recomendaciones
puntuales, son procesos que se están pidiendo
y Colombia está respondiendo a estos procesos.
Cada año se ha visto los avances, así lo
reconoció la Alta Comisionada cuando estuvo
en Colombia, se han establecido unos espacios para
trabajar y hacerle el seguimiento con los Embajadores
que se encuentran en Colombia, así como con
la sociedad civil, dirigido por el Vicepresidente
(de la República, Francisco Santos Calderón).
Podemos entrar en cada
una de las recomendaciones, pero no creo
que este sea
el Foro, Presidente. Con mucho gusto nos
podemos reunir ahora…
Presidente de
la República: …Canciller,
dime una que se haya cumplido y otra que no hayamos
cumplido, para examinarlas ambas.
Carolina Barco: Presidente,
por ejemplo se solicitó que
se avanzara en un estudio independiente, acerca de
la formación de Derechos Humanos para nuestras
Fuerzas Armadas. Ahí, el Ministerio de Defensa
propuso que se hiciera con una institución
independiente y se viene trabajando con la Cruz
Roja.
El Alto Comisionado propuso
que se hiciera con otras instituciones,
entonces se está buscando el
mecanismo para cumplir, pero no es que esté ni
cerrado el diálogo ni que no se esté avanzando.
Presidente de
la República: No creo que haya
país en el mundo que haya realizado un mayor
esfuerzo de sensibilización en materia de
derechos humanos para sus Fuerzas Armadas, que en
Colombia.
Todos los días hay más reconocimiento
de opinión a las Fuerzas Armadas. Si esa fuera
una democracia genocida, las Fuerzas Armadas de Colombia
no tendrían un respaldo del 90 por ciento
de la opinión, que hoy tiene.
El Ejército de Colombia es conciente que
hay que proteger a los colombianos por igual, sean
voceros de la oposición o amigos del Gobierno.
Que es un Ejército que tiene que estar situado
por encima del Presidente, al servicio exclusivo
de la Constitución. Que el Presidente es uno
de esos soldados para cumplir la Constitución.
Y que el gran motivo de orgullo del Ejército
colombiano será, poderle decir al mundo que
derrotó al terrorismo al tiempo que recuperó el
imperio de los derechos humanos.
Ustedes tienen una equivocación, ustedes
creen que el Ejército colombiano es un Ejército ‘matón’,
como lo hubo en otros lugares del Continente. Ese
es un Ejército respetuoso de los derechos
humanos. Y no ha temblado la mano ni en el Ejército
ni en la justicia, para sancionar a aquellos individuos
que con actos individuales no imputables a la Institución,
han hecho daño en materia de derechos humanos.
Todos los días hay más reconocimiento
del Ejército, menos quejas a la Fuerza Pública
por derechos humanos.
¿Alguna otra Canciller,
que tu recuerdes?
Carolina Barco: Presidente,
están todas las
recomendaciones a los grupos ilegales,
ninguna en las cuales se ha…
Presidente de
la República:… ¿esas
son las que no se han cumplido?, ¿lo que le
han recomendado los grupos terroristas?
Carolina Barco: Si señor.
Y por el otro lado, hay
unas que tiene que ver con proceso. Nos piden,
por ejemplo,
que se avance en la prestación de la educación gratuita
a todo el universo de nuestros estudiantes. Ahí hay
unos problemas que tienen que ver con el presupuesto.
O se pide que haya oficinas
de Defensoría
del Pueblo en todo el país. Se está llevando
a esos sitios prioritarios, porque también
encontramos un problema de presupuesto.
Entonces muchas de las
recomendaciones tienen que ver con proceso,
con procedimientos
y además
tienen unos efectos presupuéstales que también
hay que tener en cuenta.
Presidente de
la República: Y le voy a hacer
una anotación.
Si usted mira las cifras
de la Revolución
Educativa en Colombia, en lugar que no se ha cumplido
esa recomendación, debería decir: ‘cómo
se avanza en el cumplimiento’.
El Instituto estatal de capacitación técnica
(Sena), en el año 2002 capacitó a un
millón 100 mil ciudadanos, este año
capacita a 3 millones 600 mil.
Si usted mira las cifras
de atención de desplazados,
verá que el presupuesto se ha multiplicado
por ocho. Ahí hay enormes esfuerzos.
Entre el programa de reinserción, el programa
de reinserción, el programa de atención
de desplazados y el programa de 33 mil Familias Guardabosques –que
son familias que anteriormente estaban en los cultivos
de droga, que ahora están cuidando nuestras
selvas para que no las destruyan, para que no siembren
droga-, el presupuesto colombiano se gasta este año
240 millones de dólares.
Y a mi me extraña oírle eso a muchas
ONG’s internacionales, porque cuando me visita
la Alta Comisionada de Naciones Unidas, me dice: ‘ustedes
van bien, lo que pasa es que les hemos puesto los
estándares más altos’.
Y saben que, aquello que
no hemos podido cumplir totalmente es porque tenemos
limitaciones presupuestales
o porque es un país de instituciones independientes.
Ahora, hay una cosa importante:
ustedes discuten conmigo, controvierten conmigo
siquiera, pero yo
les pongo siempre las cartas sobre la mesa, ¡jamás
le he mandado una carta a un Gobierno diciendo que
no los reciban a ustedes, que son terroristas!
Yo creo que un Presidente
que es un combatiente de la democracia, como soy
yo, debería producir
en ustedes una segunda reflexión antes que
enviar esas cartas. Porque ustedes en Colombia, tienen
un Presidente con quien controvertir, pero un Presidente
y un Gobierno que les respeta y les da todas las
garantías en Colombia –como no se las
dieron en muchas dictaduras latinoamericanas-. En
esta democracia colombiana las han tenido y las seguirán
teniendo.
Me gusta mucho que nos hubiéramos podido
mirar a la cara, para que podamos controvertir con
toda la solidaridad y me gustaría que visitaran
Colombia, que escuchen a todo el mundo. No escuchen
solamente unas pocas voces interesadas, escuchen
el universo de la población, para que se de
cuenta de la realidad de lo que pasa allí.
Tenemos mucho problema por superar, pero vamos con
toda la buena fe en el camino de superar.
Moderador: Muchas gracias
Presidente. Y propongo un brindis por una
Colombia que se encamine en paz
hacia el progreso y al bienestar que el
país
y los colombianos merecen y que ello ayude en la
amistad de España
y la ayuda
y el apoyo
de la ayuda
a Europa,
por Usted.
Presidente de
la República: Y por todos ustedes, por el bienestar de nuestras
dos naciones.
¡Confíen en Colombia, inviertan en
Colombia, allá hay un pueblo con calidez,
con capacidad gerencial, en proceso de preparación
masiva, un pueblo democrático, un pueblo que
va a ser feliz, con ayudad de ustedes!
¡Por España,
por Colombia, por nuestras democracias!
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