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SEMINARIO “COLOMBIA, UNA OPORTUNIDAD”
Organizado por el Consejo Español de Organizaciones Empresariales (CEOE)

Julio 11 de 2005 (Madrid – España)

Señoras y señores:

Agradezco inmensamente la oportunidad de esta mañana aquí en Madrid, en este centro tan importante que congrega a las empresas españolas para ver si examinamos la situación de un país lleno de ilusiones de posibilidades, con toda la determinación de salir adelante y que ha tenido en España su puerta de ingreso a la Unión Europea, que ha tenido en España una gran fuente de inversión, que tiene en España —la madre- su lengua, su madre Patria.

Refería usted señor Presidente a la región y presentaba algunos temores sobre la nostalgia en algunas partes de la región, regresar a regímenes absolutamente estatistas sin espacios para las empresas privadas, la verdad es que cuando usted señala ese contraste con Colombia, amerita ello que yo haga alguna explicación.

Colombia en la Constitución de 1936, de manera sabia, al abrirle un gran espacio a la empresa privada la reconoció como una función social, en el presente para nosotros la empresa privada es causa, mecanismo insustituible de crecimiento y de redistribución, mecanismo insustituible de crecimiento y de mejoramiento social.

Hemos venido trabajando por una Colombia, por un modelo económico sin exclusiones, sin odio de clases, un modelo económico de fraternidad, de empresa privada como función social, un modelo económico en el cual la tarea del Estado en ningún momento interfiera y sea garantía para todos, para la confianza inversionista, para confianza de los trabajadores, para cimentar la solidaridad, guiado todo por un modelo político pluralista de libertades públicas.

Creo que hay que empezar a revisar la manera como se ve a la región latinoamericana. Algunos la dividen entre gobiernos de izquierda y gobiernos de derecha. Yo creo que esa división es simplista, impractica, obsoleta, polarizante.

Obsoleta. Era una división que tenía razón de ser en aquellos momentos en los cuales América Latina se enfrentaba a las dictaduras militares o civiles. Se definía de izquierda o derecha una u otra posición frente a esas dictaduras, pero superada la época de las dictaduras esa división es totalmente obsoleta.

Polarizante, como acabamos de verlo en la elección del Secretario General de la Organización de Estados Americanos. Polarización que se pudo superar en muy buena parte gracias a la acción diligente, prudente de nuestra Canciller.

Es impractica. Hace pocos días me entrevistaba una periodista de una cadena de televisión, decía que ¿cómo convivía un gobierno como el que yo presido de derecha con gobiernos latinoamericanos de izquierda?, y le dije yo: ¿y tu de qué eres? y me contestó: yo soy de izquierda, le dije: dame una razón para que tu te califiques de izquierda y me califiques a mi de derecha y enmudeció. Y a reglón seguido le dije dame una razón para que tu califiques al gobierno del presidente Lula (de Brasil) de izquierda y al que yo presido de derecha y enmudeció.

Esa calificación esta cargada de pasión ideológica y de carencia de sentido práctico. Lo que hay que preguntar en estas democracias modernas es si son progresistas o retardatarias, si están regidas por instituciones o por caudillismos, si hay liderazgo de quienes resultan elegidos o imperios personalistas y poderes omnímodos, si los gobernantes dan ejemplo de respeto a la Ley o son amenaza por abuso de la Ley. Pienso que desde España, desde donde se ha mirado tan cuidadosamente a las democracias nuestras hay que formularse estas preguntas.

Para contestarlas creo que hay que utilizar al menos cinco parámetros para medir estas democracias: la seguridad, las libertades públicas, la cohesión social, la transparencia y la institucionalidad.

Nosotros estamos en una batalla de seguridad, la estamos ganando. No la hemos ganado, pero la vamos a ganar. Una batalla contra el terrorismo con criterio ampliamente democrático. ¿Por qué denominamos esa Seguridad Democrática? Por razones históricas, por razones de presente y de futuro, porque América Latina vio hace algunas décadas que su continente era recorrido por la doctrina de la seguridad nacional, que se utilizaba apara afianzar dictaduras, para suprimir libertades, para anular el disenso, para perseguir la oposición.

La seguridad nuestra es democrática porque representa todo lo contrario, es para proteger la democracia. Cuando se instaló la elección popular de alcaldes en Colombia pensamos que los terroristas iban a cesar sus acciones violentas porque las justificaban por falta de democracia para elegir las autoridades más cercanas. Todo lo contrario, a partir de allí empezaron a asesinar esas autoridades.

Colombia tiene 1096 alcaldes de elección popular. Cuando este gobierno empezó 400 de ellos no podían ejercer presionados por el terrorismo. Hoy, salvo uno o dos, todos pueden ejercer. Esta es una seguridad para la democracia, una seguridad para proteger por igual al dirigente empresarial que al dirigente de los trabajadores, para proteger por igual las voces del liderazgo político de oposición que las voces de liderazgo político afín con las ideas de gobierno.

Bien importante, apreciados empresarios, que la capacidad de influencia que ustedes ejercen en España y en Europa le hagan ver a todos los habitantes de este viejo y culto continente la importancia de la Seguridad Democrática y ¿por qué democrática? Y democrática por el futuro. En Estados de opinión la única manera de proyectar en el largo plazo temas tan importantes como el de la seguridad es con respaldo de opinión y solamente se consigue ese respaldo de opinión en la medida que esa seguridad sea genuinamente democrática y ese alcance democrático depende de que esa seguridad sea transparente, este al servicio del concepto pluralista de la democracia, adhiera los derechos humanos y no tenga coaliciones expresas o tacitas con grupo alguno de delincuentes. Esas características las reúne a plenitud el proceso de seguridad en el cual avanzamos.

Hemos vencido mucho el homicidio, el secuestro. Medimos indicadores generales y específicos, diariamente miramos qué pasa con la seguridad de los periodistas en un país donde asesinaban 11, está año todavía nos han asesinado dos. Qué pasa con la seguridad de los líderes sindicales en un país donde asesinaban 168, este año todavía han asesinado cinco. Qué pasa con la seguridad de la dirigencia política, miren en el año 2003 bajo la Seguridad Democrática Colombia eligió a alcaldías y a gobernaciones, del primer orden, candidatos que en otras circunstancias habían podido ser asesinados de acuerdo con una negra tradición de nuestra Patria, fueron protegidos eficazmente por nuestras instituciones de seguridad, ganaron su elección, con ellos hemos construido unas bases de unidad de Patria de cooperación, sin importar el origen político de su elección para proyectar este concepto de seguridad a futuro.

Repito diariamente al pueblo que el gran orgullo que habrá de tener nuestra Fuerza Pública, el Ejército, la Policía, la Armada, la Aviación, es el de derrotar el terrorismo u obligarlo a negociar con toda la eficacia pero con toda la adhesión a los derechos humanos. Eso consolida la credibilidad, crea las condiciones de proyectar la seguridad en el largo plazo. Porque no se puede ejercer seguridad de un período de gobierno de cuatro años para que después se regrese a la permisividad con el terrorismo. Tiene que ser una línea de continuidad que haga tránsito de gobierno a gobierno y eso necesita un permanente respaldo en la opinión que se gana con eficacia, con devoción, con adhesión a los derechos humanos, con un concepto pluralista en la acción y en la teoría de nuestra democracia.

Ahí vemos cómo hemos venido conectando esos dos parámetros el de la seguridad con el de las libertades públicas. El continente vio suspender las libertades, suprimirlas en aras del rescate a la seguridad, en Colombia las hemos profundizado. En los grandes medios de opinión es más la crítica y la vigilancia que el aplauso al Gobierno y está bien que así sea, en lo personal muchas veces se sienten resquemores, pero en los institucional es lo correcto, porque un Gobierno aplaudido es un Gobierno que de pronto pierde el norte abandona compromisos, pierde interés en mantener esa profunda y permanente conexión con el pueblo.

Es bien importante que el mundo sepa que Colombia está en la más resuelta batalla contra el terrorismo y al mismo tiempo ha profundizado las libertades públicas, no seguimos el mal ejemplo de otras partes donde la batalla para el terrorismo los llevó a justificar la suspensión de las libertades públicas.

En los últimos meses hemos elegido domingo tras domingo alcaldes en diferentes municipalidades de Colombia, 180 en los últimos meses, rodeados todos los candidatos de garantías, un proceso más tranquilo. Confiamos que las elecciones del año entrante muestren una Nación que concurra a las urnas sin presiones de grupos violentos, unas urnas con plena garantía de las libertades, con un único instrumento: la fuerza de las instituciones, que es la expresión de la Constitución.

Y estamos luchando por la transparencia. Yo les quiero hablar, de los esfuerzos para la transparencia de dos, ejercemos un modelo de gobierno comunitario, un gobierno expuesto permanentemente al diálogo con la comunidad que nos obliga a cada uno de los funcionarios a dar la cara permanente a la comunidad, a asumir nuestra responsabilidad frente a la comunidad, a contar el por qué de nuestras falencias, dificultades y demoras, la razón de la escasez fiscal.

Eso, de estar construyendo Estado Comunitario, como versión necesaria de esa combinación moderna de democracia participativa y representativa, es un camino de transparencia. En cuanto más participe el pueblo -y lo haga diariamente- en la toma de decisiones oficiales, en la ejecución de esas decisiones y en la vigilancia de esas decisiones, hay mayor transparencia.

Esta mañana, en la Cámara de Comercio, sentía un ambiente mucho mejor de la inversión española en Colombia; un reconocimiento general, al final uno de los presentes me dijo: Presidente, representó 50 empresas españolas pequeñas que hoy están muy a gusto en Colombia y quieren crecer. Quedan todavía contenciosos que no hemos podido superar plenamente, pero con transparencia lo vamos a lograr.

En el sector de las telecomunicaciones nosotros encontramos 19 contenciosos, hemos superado 16. No es fácil que la economía crezca, que la inversión afluya en un país con disputas legales de inversionistas en concesiones de obras públicas, concesiones ferroviarias, en concesiones viales, en concesiones aeroportuarias, en asociaciones de telecomunicaciones.

Nosotros vamos en el camino de resolver esos contenciosos, todos tenemos que ayudar. Y ha sido clave el elemento de transparencia.

¿Por qué? porque para esas conciliaciones hay que vencer dos fenómenos: el temor de los funcionarios públicos de irse a la cárcel al firmar un acuerdo conciliatorio y la suspicacia de amplios sectores de opinión frente a cada acuerdo conciliatorio. Para superar ambos escollos es necesaria la transparencia.

Por eso, nos hemos propuesto que cada vez que logremos un acuerdo de conciliación, antes de perfeccionarlo, se publique ampliamente ante los órganos de control y ante la ciudadanía para que todo el mundo se de cuenta de que ha habido transparencia, respeto al ordenamiento jurídico, a la justicia conmutativa; que eso protege el bien público, la confianza del inversionista, que no la podemos desligar del superior interés de la comunidad.

Transparencia es clave para poder incrementar diariamente la confianza de la ciudadanía en las instituciones. Colombia es un país de instituciones independientes, de liderazgo y no de poderes omnímodos. De instituciones independientes y no de caudillismos caprichosos; eso tiene que dar confianza.

Muchas veces se dificultan decisiones, se retardan, se convierten en actos administrativos complejos de participación de muchas instancias, pero finalmente el resultado es más sólido y mayor la garantía de estabilidad. Y un quinto elemento para caracterizar estas democracias, es el de la lucha por la cohesión social; por tener un esquema social de creciente inclusión, no de exclusión. En esa lucha va Colombia.

Yo no puedo separar la construcción de cohesión social, del crecimiento de la economía, muchos compatriotas que al principio del gobierno me decían: Presidente, menos guerra, más inversión social; hoy me dicen —cuando me piden inversión social- Presidente más inversión social, pero también más Policía.

Han entendido esa relación que existe entre la seguridad, la confianza inversionista y el crecimiento, como presupuestos esenciales para construir cohesión social. Hemos hecho una pedagogía en la Patria, para comprender que como íbamos, quedaríamos sin recursos para repartir, que se necesita un crecimiento acelerado y sostenido, basado la confianza inversionista para que esa empresa cumpla la función social y se den todas las posibilidades de mejorar la equidad en el conjunto de la sociedad colombiana.

El Ministro de Hacienda seguramente les explicó esta mañana cómo ha evolucionado la situación fiscal. Tengan la seguridad, apreciados empresarios, que vamos en el camino del saneamiento en las finanzas públicas, de la reducción del endeudamiento. Hemos trabajado intensamente para aumentar los ingresos fiscales, y simultáneamente introducir incentivos que estimulen la inversión.

En los años fiscales 2004, 2005 y 2006 cualquier inversión generadora de renta en Colombia tiene una deducción tributaria del 30 por ciento. Y hemos introducido incentivos tan importantes como la exención a la nueva hotelería, a las empresas de turismo ecológico.

Inventivos tan importantes como la exención tributaria a los cultivos de largo plazo, en donde Colombia tiene amplias oportunidades competitivas. En países exportadores de madera, una hectárea produce metro y medio cúbico por año, a lo sumo 12, 13 metros cúbicos por año. De las mismas especies reclamadas en el mercado internacional, Colombia en el corazón del Caribe, entre dos océanos, produce 25 metros cúbicos por año.

Apenas estamos llegando a 260 mil hectáreas de palma africana y podemos sembrar 6 millones. Apenas vamos a producir este año el primer millón de litros diarios de alcohol carburante y las posibilidades son ilimitadas.

Apenas vamos a dar la primera reglamentación para la producción de biodiesel y las posibilidades no tienen fronteras. ¡Es un país de posibilidades!

Estamos proponiendo que tan pronto vayan expirando estos incentivos bajemos la tasa de renta, para que seamos más competitivos.

Tengan la seguridad de que se está creando una gran conciencia nacional. Primero, para esta etapa caracterizada por mayores impuestos a los que no crecen, grandes incentivos a los que crecen. Y después, para una etapa de reducción de la tarifa que haga la economía colombiana más competitiva.

Hemos trabajado el lado de control de egresos. La Presidencia de la República, para dar ejemplo, ha venido consolidando ahorros del 30 por ciento. Por supuesto, tenemos crecimientos que no dependen de nosotros en el gasto como el tema de pensiones, las transferencias a las regiones, pero todo aquello que discrecionalmente maneja el Gobierno -salvo seguridad- ha habido un descenso.

Nos hemos comprometido a tener un Estado no burocrático, un Estado que no despilfarre, un Estado sostenible. Por eso hemos reformado 152 empresas del Estado, pero faltan muchas.

Por ejemplo la Empresa de Telecomunicaciones perdía 170 millones de dólares al año, la reformamos, el año pasado se ganó 400 millones de dólares. Acabamos de reformar la empresa estatal de televisión; bancos estatales como el Cafetero, en la ruina.

Y dedicaremos todos los días en lo que resta del Gobierno, hasta el último momento, a reformar instituciones del Estado.

Estamos emprendiendo la tarea de reforma de las instituciones de salud. El Ministro de Hacienda ha hecho una inicial evaluación del impacto de esa reforma administrativa. Lo ahorrado hasta hoy, en las grandes líneas y en las grandes empresas, representa un ahorro de 12 puntos del PIB.

Hemos trabajado intensamente en el tema de pensiones. Con el ministro Juan Luis Londoño -que falleció en un accidente aéreo, que todo los días lamentamos esa pérdida prematura- introducimos una nueva reforma pensional en Colombia en diciembre del 2002.

La reforma pensional ha sido un eje transversal en la reforma de 152 entidades del Estado, y el Congreso —cuyo Presidente aquí nos acompaña- acaba de aprobar una reforma constitucional que elimina privilegios en pensiones, que si bien tiene un período de transición hasta julio de 2010 — 2011, período de transición inevitable en sociedades democráticas, en proyectos de reformas constitucional surgidos no de un decreto dictatorial, sino de una profunda controversia en un Congreso pluralista, después de agotado ese período, Colombia quedará sin pensiones privilegiadas. Solamente esa reforma ahorra 19 puntos del PIB, vamos a continuar esa tarea.

Estamos trabajando en lo que llamamos las Siete Herramientas de Equidad: la Revolución Educativa, la Ampliación de la Protección Social, el Impulso a la Economía Solidaria, el Manejo Social de los Servicios Públicos, el Manejo Social del Campo, la Construcción del País de Propietarios, la Calidad de Vida Urbana.

Una política social en un país con tanta pobreza como Colombia, tiene que responder a una pregunta: ¿es de impacto solamente transitorio, de naturaleza escasamente resonante, o contribuye a producir cambios importantes en la distribución del ingreso?

Claro que necesitamos atender las urgencias inmediatas de la comunidad, pero el liderazgo de esa política lo ejerce la Revolución Educativa, en cobertura, en calidad, capacitación técnica, en ciencias, pertinencia.

Y una Revolución Educativa permanente como es de una política social y una garantía de que esa política social en el mediano plazo tiene que producir una consecuencia de mejoramiento en el tejido social de la Nación, en la construcción de equidad.

Esta mañana les decía a los empresarios que entre las oportunidades que ofrece Colombia está la de la buena gerencia. La gerencia colombiana es excelente, y hemos hecho un gran esfuerzo para que esa Revolución Educativa nos permita avanzar en el rubro de la capacitación técnica.

El instituto estatal de capacitación técnica (SENA) estaba capacitando un millón 100 mil colombianos al año, este año capacitará cerca de cuatro millones y aspiramos que capacite más de cuatro millones el año entrante.

Cuando piensen en Colombia, piensen en la capacidad de la gerencia colombiana y en el proceso de formación técnica en que se encuentra empeñado el país como componentes de la Revolución Educativa.

No puedo en este auditorio, a riesgo de hacerme algo extenso, dejar de mencionar otra de las herramientas de equidad, con la participación de empresarios españoles en ella.

Déjenme referir al manejo social de los servicios públicos. Era agosto de 2002, acababa de empezar este Gobierno, Nos reuníamos en el segundo consejo comunitario, los sábados en la Guajira, Caribe colombiano limítrofe con Venezuela, Encontrábamos una situación de servicios públicos muy delicada. Las empresas españolas, distribuidoras de energía en el Caribe querían irse del país y había un discurso popular de incendio, una actitud muy dura contra la presencia del capital privado en los servicios públicos.

Empezamos a trabajar el tema en el corazón del pueblo, con consistencia entre la teoría y la práctica, una pedagogía de enseñanza cotidiana a partir del ejemplo. Fue en actitudes muy distintas.

Se pasó de una facturación menor del 50 por ciento a una mayor del 90 por ciento, de un recaudo menor del 50 por ciento a un recaudo cercano al 90 por ciento.

La decisión de unos de irse se ha transformado en una decisión de permanecer con ilusión en Colombia y de crecer con ilusión en Colombia y la decisión de otros de mirar con odio a las empresas proveedoras se ha convertido en una positiva inquietud de participar con ellas. Hoy los empresarios españoles asisten a las asambleas de usuarios y los delegados de los usuarios se reúnen periódicamente con la empresa.

En un país con tanta pobreza, la empresa privada para cumplir una función social necesita ser muy imaginativa en cómo vincular a la comunidad.

Hoy tenemos en esa área 37 microempresas comunitarias que le compran energía en bloque a las grandes distribuciones y distribuyen en la comunidad. Eso ha ayudado mucho a sintetizar contradicciones.

Comprendió el pueblo la necesidad de un camino de concertación y comprendieron los empresarios españoles la necesidad de construir y de sustituir el desencanto por la ilusión a partir de la compenetración con sus usuarios.

En Emcali, que estaba quebrada y que la estamos sacando adelante, hemos construido un fondo que lo llamamos de capitalización. Aquí está uno de los representantes empresariales más importantes de la ciudad, Leo Valle.

Desde el mes de febrero, en el mes de marzo, cada usuario de Cali está pagando un dos por ciento adicional en su tarifa para ser el socio del fondo de capitalización. Un mecanismo capitalista, social, de base, democrático, de participación, de gran importancia para construir una comunidad solidaria. Un modelo de empresa privada jalonador del desarrollo, sin exclusiones.

El sector financiero ha comprendido inmensamente el esfuerzo que hay que hacer en una sociedad con tanta pobreza como Colombia para llegarle a las empresas medianas, pequeñas y a las microempresas.

Hemos crecido en un 190 por ciento la cartera microempresarial en Colombia. El Estado ha promovido, ha dado garantías, tiene algún porcentaje de descuento, pero el esfuerzo básico lo está haciendo el sector financiero con participación de los bancos españoles.

Quiero agradecerles y estimularlos a que hagamos mucho, mucho más, para construir en Colombia un País de Propietarios, otra herramienta social.

El viernes sancionamos en Colombia tres leyes de gran importancia. La una que simplifica trámites para las empresas y las personas naturales.

La otra que crea toda la institucionalidad moderna y de representación de pequeños accionistas para las grandes empresas que estén en el registro público de valores para facilitar y dar confianza en su concurrencia al mercado de capitales, lo que habrá de permitir que recursos de intermediación se orienten preferencialmente a la pequeña y a la microempresa, al posibilitar en mayor grado la llegada de la gran empresa al mercado de capitales.

Y la tercera, que autoriza al Gobierno a firmar pactos de estabilidad normativa en reglas de juego con los inversionistas. Confiamos que rápidamente se firmen los primeros.

A eso se suman los convenios que nos abren camino, recientemente suscritos con España. Uno para que ustedes al tener inversiones aquí y allá, por esas inversiones no tengan que pagar impuestos en ambos países. Y el otro, para construir protección a la inversión del otro país, en cada uno de nuestros países. Son los primeros de la naturaleza que firma Colombia, que servirán de modelo para replicarlos con otras regiones.

Esta mañana seguramente, habrán sido informados del avance del Tratado de Comercio con los Estados Unidos. Confiamos que sea un instrumento que demuestre también una nueva visión de equidad de los Estados Unidos sobre el continente, y que lo tengamos suscrito en las próximas semanas.

Hace tres años, no se veía la posibilidad de un tratado de la Comunidad Andina con MERCOSUR. Lo hemos hecho. Creo que en lo inmediato produce un gran beneficio político porque muestra una América del Sur unida. Y en lo mediano tendrá que producir para todos beneficios económicos, dado el inmenso universo de la América del Sur.

En la comunidad internacional se controvierte mucho este Gobierno, que siempre parece extraño un Gobierno con toda la determinación de derrotar el terrorismo. Hay que decir claramente que no vamos a ceder en esa determinación.

Mi generación, no ha vivido un día en paz, no queremos que eso le corresponda a generaciones que habrán de venir. El terrorismo no negocia si no cuando se siente derrotado.

Para la paz, así sea negociada, el único camino es el de la autoridad. Los terroristas no negocian por espontaneidad, por liberalidad, negocian por presión, por falta de opciones.

La negociación con el terrorismo surge, no de la posición permisiva, no del apaciguamiento, sino de la determinación de derrocarlos. Acompáñenos ustedes a continuar esa lucha, vamos ganando pero no hemos ganado.

Hasta el momento se han reinsertado en Colombia casi 12.900 terroristas. La política del Gobierno ha sido: toda la firmeza para combatirlo mientras persista en la acción terrorista, toda la generosidad para con esos que en el momento que tomen la decisión de abandonar su acción armada.

Acaba de aprobarse en el Congreso de la República una Ley de Justicia y Paz. Si la comparamos con procesos de paz en otras partes del mundo, es una ley severa. Si la comparamos con anteriores procesos de paz en Colombia es una ley severa.

Uno ve algunas naciones del mundo, con genocidios inimaginables, con procesos de paz y preocupación por la justicia.

En Colombia por primera vez, en una ley de paz, incorporamos dos elementos: el elemento de justicia y el elemento de reparación.

Colombia está en una lucha denodada para conquistar los bienes ilícitamente adquiridos. Este Gobierno reformó la legislación en esa materia, para hacer más simple ese procedimiento de confiscación y eso ayuda a la reparación de las víctimas.

Es bien importante la voz de ustedes apreciados empresarios de toda Europa, cuéntenle a Europa esa ley de Colombia, es una ley bien balanceada entre paz y justicia, es una ley para la paz, sin impunidad, una ley para la paz, en la cual la justicia tampoco puede ser sometimiento. Cuéntenle a la comunidad internacional que la determinación del pueblo y del Gobierno de Colombia es totalmente firme, sin claudicaciones para derrotar el terrorismo, pero también abierta y generosa cuando haya de parte de los terroristas decisión de arrepentimiento, de vivir en paz, de respetar la Constitución.

Los invito a invertir en Colombia, con persistencia y buena fe, podemos superar los contenciosos que aún no se han superado con inversionistas españoles. Esta mañana los examinamos en detalle en la Cámara de Comercio. Si todos ayudamos lo vamos a lograr. Me atreví esta mañana a exceder lo que yo debería decir como Presidente para mostrarles unos caminos que nos permitan salir de los remolinos del estancamiento.

Ayúdenos a construir una Colombia de pleno empleo, una Colombia con cohesión social que nosotros les aportamos una Colombia con Seguridad Democrática, con libertades públicas, con instituciones independientes, una Colombia en plena marcha hacia el progreso, con una Revolución Educativa permanente y con un propósito comunitario: lograr la transparencia, base de la confianza.

Muchas gracias y que los veamos con mucho entusiasmo creciendo sus inversiones en Colombia.

 
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