SEMINARIO “COLOMBIA,
UNA OPORTUNIDAD”
Organizado por el Consejo Español de Organizaciones
Empresariales (CEOE)
Julio 11 de 2005 (Madrid – España)
Señoras y señores:
Agradezco inmensamente la oportunidad
de esta mañana
aquí en Madrid, en este centro tan importante que
congrega a las empresas españolas para ver si examinamos
la situación de un país lleno de ilusiones
de posibilidades, con toda la determinación de salir
adelante y que ha tenido en España su puerta de
ingreso a la Unión Europea, que ha tenido en España
una gran fuente de inversión, que tiene en España —la
madre- su lengua, su madre Patria.
Refería usted señor Presidente a la región
y presentaba algunos temores sobre la nostalgia en algunas
partes de la región, regresar a regímenes
absolutamente estatistas sin espacios para las empresas
privadas, la verdad es que cuando usted señala ese
contraste con Colombia, amerita ello que yo haga alguna
explicación.
Colombia en la Constitución de 1936, de manera
sabia, al abrirle un gran espacio a la empresa privada
la reconoció como una función social, en
el presente para nosotros la empresa privada es causa,
mecanismo insustituible de crecimiento y de redistribución,
mecanismo insustituible de crecimiento y de mejoramiento
social.
Hemos venido trabajando por una
Colombia, por un modelo económico sin exclusiones, sin odio de clases, un
modelo económico de fraternidad, de empresa privada
como función social, un modelo económico
en el cual la tarea del Estado en ningún momento
interfiera y sea garantía para todos, para la confianza
inversionista, para confianza de los trabajadores, para
cimentar la solidaridad, guiado todo por un modelo político
pluralista de libertades públicas.
Creo que hay que empezar a revisar
la manera como se ve a la región latinoamericana. Algunos la dividen
entre gobiernos de izquierda y gobiernos de derecha. Yo
creo que esa división es simplista, impractica,
obsoleta, polarizante.
Obsoleta. Era una división que tenía razón
de ser en aquellos momentos en los cuales América
Latina se enfrentaba a las dictaduras militares o civiles.
Se definía de izquierda o derecha una u otra posición
frente a esas dictaduras, pero superada la época
de las dictaduras esa división es totalmente obsoleta.
Polarizante, como acabamos de verlo
en la elección
del Secretario General de la Organización de Estados
Americanos. Polarización que se pudo superar en
muy buena parte gracias a la acción diligente, prudente
de nuestra Canciller.
Es impractica. Hace pocos días me entrevistaba
una periodista de una cadena de televisión, decía
que ¿cómo convivía un gobierno como
el que yo presido de derecha con gobiernos latinoamericanos
de izquierda?, y le dije yo: ¿y tu de qué eres?
y me contestó: yo soy de izquierda, le dije: dame
una razón para que tu te califiques de izquierda
y me califiques a mi de derecha y enmudeció. Y a
reglón seguido le dije dame una razón para
que tu califiques al gobierno del presidente Lula (de Brasil)
de izquierda y al que yo presido de derecha y enmudeció.
Esa calificación esta cargada de pasión
ideológica y de carencia de sentido práctico.
Lo que hay que preguntar en estas democracias modernas
es si son progresistas o retardatarias, si están
regidas por instituciones o por caudillismos, si hay liderazgo
de quienes resultan elegidos o imperios personalistas y
poderes omnímodos, si los gobernantes dan ejemplo
de respeto a la Ley o son amenaza por abuso de la Ley.
Pienso que desde España, desde donde se ha mirado
tan cuidadosamente a las democracias nuestras hay que formularse
estas preguntas.
Para contestarlas creo que hay
que utilizar al menos cinco parámetros para medir estas democracias: la seguridad,
las libertades públicas, la cohesión social,
la transparencia y la institucionalidad.
Nosotros estamos en una batalla
de seguridad, la estamos ganando. No la hemos ganado,
pero la vamos a ganar. Una
batalla contra el terrorismo con criterio ampliamente democrático. ¿Por
qué denominamos esa Seguridad Democrática?
Por razones históricas, por razones de presente
y de futuro, porque América Latina vio hace algunas
décadas que su continente era recorrido por la doctrina
de la seguridad nacional, que se utilizaba apara afianzar
dictaduras, para suprimir libertades, para anular el disenso,
para perseguir la oposición.
La seguridad nuestra es democrática porque representa
todo lo contrario, es para proteger la democracia. Cuando
se instaló la elección popular de alcaldes
en Colombia pensamos que los terroristas iban a cesar sus
acciones violentas porque las justificaban por falta de
democracia para elegir las autoridades más cercanas.
Todo lo contrario, a partir de allí empezaron a
asesinar esas autoridades.
Colombia tiene 1096 alcaldes de
elección popular.
Cuando este gobierno empezó 400 de ellos no podían
ejercer presionados por el terrorismo. Hoy, salvo uno o
dos, todos pueden ejercer. Esta es una seguridad para la
democracia, una seguridad para proteger por igual al dirigente
empresarial que al dirigente de los trabajadores, para
proteger por igual las voces del liderazgo político
de oposición que las voces de liderazgo político
afín con las ideas de gobierno.
Bien importante, apreciados empresarios,
que la capacidad de influencia que ustedes ejercen en
España y en
Europa le hagan ver a todos los habitantes de este viejo
y culto continente la importancia de la Seguridad Democrática
y ¿por qué democrática? Y democrática
por el futuro. En Estados de opinión la única
manera de proyectar en el largo plazo temas tan importantes
como el de la seguridad es con respaldo de opinión
y solamente se consigue ese respaldo de opinión
en la medida que esa seguridad sea genuinamente democrática
y ese alcance democrático depende de que esa seguridad
sea transparente, este al servicio del concepto pluralista
de la democracia, adhiera los derechos humanos y no tenga
coaliciones expresas o tacitas con grupo alguno de delincuentes.
Esas características las reúne a plenitud
el proceso de seguridad en el cual avanzamos.
Hemos vencido mucho el homicidio, el secuestro. Medimos
indicadores generales y específicos, diariamente
miramos qué pasa con la seguridad de los periodistas
en un país donde asesinaban 11, está año
todavía nos han asesinado dos. Qué pasa
con la seguridad de los líderes sindicales en
un país donde asesinaban 168, este año
todavía han asesinado cinco. Qué pasa con
la seguridad de la dirigencia política, miren
en el año 2003 bajo la Seguridad Democrática
Colombia eligió a alcaldías y a gobernaciones,
del primer orden, candidatos que en otras circunstancias
habían podido ser asesinados de acuerdo con una
negra tradición de nuestra Patria, fueron protegidos
eficazmente por nuestras instituciones de seguridad,
ganaron su elección, con ellos hemos construido
unas bases de unidad de Patria de cooperación,
sin importar el origen político de su elección
para proyectar este concepto de seguridad a futuro.
Repito diariamente al pueblo que
el gran orgullo que habrá de
tener nuestra Fuerza Pública, el Ejército,
la Policía, la Armada, la Aviación, es el
de derrotar el terrorismo u obligarlo a negociar con toda
la eficacia pero con toda la adhesión a los derechos
humanos. Eso consolida la credibilidad, crea las condiciones
de proyectar la seguridad en el largo plazo. Porque no
se puede ejercer seguridad de un período de gobierno
de cuatro años para que después se regrese
a la permisividad con el terrorismo. Tiene que ser una
línea de continuidad que haga tránsito de
gobierno a gobierno y eso necesita un permanente respaldo
en la opinión que se gana con eficacia, con devoción,
con adhesión a los derechos humanos, con un concepto
pluralista en la acción y en la teoría de
nuestra democracia.
Ahí vemos cómo hemos venido conectando esos
dos parámetros el de la seguridad con el de las
libertades públicas. El continente vio suspender
las libertades, suprimirlas en aras del rescate a la seguridad,
en Colombia las hemos profundizado. En los grandes medios
de opinión es más la crítica y la
vigilancia que el aplauso al Gobierno y está bien
que así sea, en lo personal muchas veces se sienten
resquemores, pero en los institucional es lo correcto,
porque un Gobierno aplaudido es un Gobierno que de pronto
pierde el norte abandona compromisos, pierde interés
en mantener esa profunda y permanente conexión con
el pueblo.
Es bien importante que el mundo
sepa que Colombia está en
la más resuelta batalla contra el terrorismo y al
mismo tiempo ha profundizado las libertades públicas,
no seguimos el mal ejemplo de otras partes donde la batalla
para el terrorismo los llevó a justificar la suspensión
de las libertades públicas.
En los últimos meses hemos elegido domingo tras
domingo alcaldes en diferentes municipalidades de Colombia,
180 en los últimos meses, rodeados todos los candidatos
de garantías, un proceso más tranquilo. Confiamos
que las elecciones del año entrante muestren una
Nación que concurra a las urnas sin presiones de
grupos violentos, unas urnas con plena garantía
de las libertades, con un único instrumento: la
fuerza de las instituciones, que es la expresión
de la Constitución.
Y estamos luchando por la transparencia.
Yo les quiero hablar, de los esfuerzos para la transparencia
de dos,
ejercemos un modelo de gobierno comunitario, un gobierno
expuesto permanentemente al diálogo con la comunidad
que nos obliga a cada uno de los funcionarios a dar la
cara permanente a la comunidad, a asumir nuestra responsabilidad
frente a la comunidad, a contar el por qué de nuestras
falencias, dificultades y demoras, la razón de la
escasez fiscal.
Eso, de estar construyendo Estado
Comunitario, como versión
necesaria de esa combinación moderna de democracia
participativa y representativa, es un camino de transparencia.
En cuanto más participe el pueblo -y lo haga diariamente-
en la toma de decisiones oficiales, en la ejecución
de esas decisiones y en la vigilancia de esas decisiones,
hay mayor transparencia.
Esta mañana, en la Cámara de Comercio, sentía
un ambiente mucho mejor de la inversión española
en Colombia; un reconocimiento general, al final uno de
los presentes me dijo: Presidente, representó 50
empresas españolas pequeñas que hoy están
muy a gusto en Colombia y quieren crecer. Quedan todavía
contenciosos que no hemos podido superar plenamente, pero
con transparencia lo vamos a lograr.
En el sector de las telecomunicaciones
nosotros encontramos 19 contenciosos, hemos superado
16. No es fácil
que la economía crezca, que la inversión
afluya en un país con disputas legales de inversionistas
en concesiones de obras públicas, concesiones ferroviarias,
en concesiones viales, en concesiones aeroportuarias, en
asociaciones de telecomunicaciones.
Nosotros vamos en el camino de resolver esos contenciosos,
todos tenemos que ayudar. Y ha sido clave el elemento de
transparencia.
¿Por qué? porque para esas conciliaciones
hay que vencer dos fenómenos: el temor de los funcionarios
públicos de irse a la cárcel al firmar un
acuerdo conciliatorio y la suspicacia de amplios sectores
de opinión frente a cada acuerdo conciliatorio.
Para superar ambos escollos es necesaria la transparencia.
Por eso, nos hemos propuesto que
cada vez que logremos un acuerdo de conciliación, antes de perfeccionarlo,
se publique ampliamente ante los órganos de control
y ante la ciudadanía para que todo el mundo se de
cuenta de que ha habido transparencia, respeto al ordenamiento
jurídico, a la justicia conmutativa; que eso protege
el bien público, la confianza del inversionista,
que no la podemos desligar del superior interés
de la comunidad.
Transparencia es clave para poder
incrementar diariamente la confianza de la ciudadanía en las instituciones.
Colombia es un país de instituciones independientes,
de liderazgo y no de poderes omnímodos. De instituciones
independientes y no de caudillismos caprichosos; eso tiene
que dar confianza.
Muchas veces se dificultan decisiones,
se retardan, se convierten en actos administrativos complejos
de participación
de muchas instancias, pero finalmente el resultado es más
sólido y mayor la garantía de estabilidad.
Y un quinto elemento para caracterizar estas democracias,
es el de la lucha por la cohesión social; por tener
un esquema social de creciente inclusión, no de
exclusión. En esa lucha va Colombia.
Yo no puedo separar la construcción de cohesión
social, del crecimiento de la economía, muchos compatriotas
que al principio del gobierno me decían: Presidente,
menos guerra, más inversión social; hoy me
dicen —cuando me piden inversión social- Presidente
más inversión social, pero también
más Policía.
Han entendido esa relación que existe entre la
seguridad, la confianza inversionista y el crecimiento,
como presupuestos esenciales para construir cohesión
social. Hemos hecho una pedagogía en la Patria,
para comprender que como íbamos, quedaríamos
sin recursos para repartir, que se necesita un crecimiento
acelerado y sostenido, basado la confianza inversionista
para que esa empresa cumpla la función social y
se den todas las posibilidades de mejorar la equidad en
el conjunto de la sociedad colombiana.
El Ministro de Hacienda seguramente
les explicó esta
mañana cómo ha evolucionado la situación
fiscal. Tengan la seguridad, apreciados empresarios, que
vamos en el camino del saneamiento en las finanzas públicas,
de la reducción del endeudamiento. Hemos trabajado
intensamente para aumentar los ingresos fiscales, y simultáneamente
introducir incentivos que estimulen la inversión.
En los años fiscales 2004, 2005 y 2006 cualquier
inversión generadora de renta en Colombia tiene
una deducción tributaria del 30 por ciento. Y hemos
introducido incentivos tan importantes como la exención
a la nueva hotelería, a las empresas de turismo
ecológico.
Inventivos tan importantes como
la exención tributaria
a los cultivos de largo plazo, en donde Colombia tiene
amplias oportunidades competitivas. En países exportadores
de madera, una hectárea produce metro y medio cúbico
por año, a lo sumo 12, 13 metros cúbicos
por año. De las mismas especies reclamadas en el
mercado internacional, Colombia en el corazón del
Caribe, entre dos océanos, produce 25 metros cúbicos
por año.
Apenas estamos llegando a 260 mil
hectáreas de
palma africana y podemos sembrar 6 millones. Apenas vamos
a producir este año el primer millón de litros
diarios de alcohol carburante y las posibilidades son ilimitadas.
Apenas vamos a dar la primera reglamentación para
la producción de biodiesel y las posibilidades no
tienen fronteras. ¡Es un país de posibilidades!
Estamos proponiendo que tan pronto
vayan expirando estos incentivos bajemos la tasa de renta,
para que seamos más
competitivos.
Tengan la seguridad de que se está creando una
gran conciencia nacional. Primero, para esta etapa caracterizada
por mayores impuestos a los que no crecen, grandes incentivos
a los que crecen. Y después, para una etapa de reducción
de la tarifa que haga la economía colombiana más
competitiva.
Hemos trabajado el lado de control
de egresos. La Presidencia de la República, para
dar ejemplo, ha venido consolidando ahorros del 30 por
ciento. Por supuesto, tenemos crecimientos
que no dependen de nosotros en el gasto como el tema de
pensiones, las transferencias a las regiones, pero todo
aquello que discrecionalmente maneja el Gobierno -salvo
seguridad- ha habido un descenso.
Nos hemos comprometido a tener
un Estado no burocrático,
un Estado que no despilfarre, un Estado sostenible. Por
eso hemos reformado 152 empresas del Estado, pero faltan
muchas.
Por ejemplo la Empresa de Telecomunicaciones
perdía
170 millones de dólares al año, la reformamos,
el año pasado se ganó 400 millones de dólares.
Acabamos de reformar la empresa estatal de televisión;
bancos estatales como el Cafetero, en la ruina.
Y dedicaremos todos los días en lo que resta del
Gobierno, hasta el último momento, a reformar instituciones
del Estado.
Estamos emprendiendo la tarea de
reforma de las instituciones de salud. El Ministro de
Hacienda ha hecho una inicial
evaluación del impacto de esa reforma administrativa.
Lo ahorrado hasta hoy, en las grandes líneas y en
las grandes empresas, representa un ahorro de 12 puntos
del PIB.
Hemos trabajado intensamente en
el tema de pensiones. Con el ministro Juan Luis Londoño -que falleció en
un accidente aéreo, que todo los días lamentamos
esa pérdida prematura- introducimos una nueva reforma
pensional en Colombia en diciembre del 2002.
La reforma pensional ha sido un
eje transversal en la reforma de 152 entidades del Estado,
y el Congreso —cuyo
Presidente aquí nos acompaña- acaba de aprobar
una reforma constitucional que elimina privilegios en pensiones,
que si bien tiene un período de transición
hasta julio de 2010 — 2011, período de transición
inevitable en sociedades democráticas, en proyectos
de reformas constitucional surgidos no de un decreto dictatorial,
sino de una profunda controversia en un Congreso pluralista,
después de agotado ese período, Colombia
quedará sin pensiones privilegiadas. Solamente esa
reforma ahorra 19 puntos del PIB, vamos a continuar esa
tarea.
Estamos trabajando en lo que llamamos
las Siete Herramientas de Equidad: la Revolución Educativa, la Ampliación
de la Protección Social, el Impulso a la Economía
Solidaria, el Manejo Social de los Servicios Públicos,
el Manejo Social del Campo, la Construcción del
País de Propietarios, la Calidad de Vida Urbana.
Una política social en un país con tanta
pobreza como Colombia, tiene que responder a una pregunta: ¿es
de impacto solamente transitorio, de naturaleza escasamente
resonante, o contribuye a producir cambios importantes
en la distribución del ingreso?
Claro que necesitamos atender las
urgencias inmediatas de la comunidad, pero el liderazgo
de esa política
lo ejerce la Revolución Educativa, en cobertura,
en calidad, capacitación técnica, en ciencias,
pertinencia.
Y una Revolución Educativa permanente como es de
una política social y una garantía de que
esa política social en el mediano plazo tiene que
producir una consecuencia de mejoramiento en el tejido
social de la Nación, en la construcción de
equidad.
Esta mañana les decía a los empresarios
que entre las oportunidades que ofrece Colombia está la
de la buena gerencia. La gerencia colombiana es excelente,
y hemos hecho un gran esfuerzo para que esa Revolución
Educativa nos permita avanzar en el rubro de la capacitación
técnica.
El instituto estatal de capacitación técnica
(SENA) estaba capacitando un millón 100 mil colombianos
al año, este año capacitará cerca
de cuatro millones y aspiramos que capacite más
de cuatro millones el año entrante.
Cuando piensen en Colombia, piensen
en la capacidad de la gerencia colombiana y en el proceso
de formación
técnica en que se encuentra empeñado el país
como componentes de la Revolución Educativa.
No puedo en este auditorio, a riesgo
de hacerme algo extenso, dejar de mencionar otra de las
herramientas de equidad,
con la participación de empresarios españoles
en ella.
Déjenme referir al manejo social de los servicios
públicos. Era agosto de 2002, acababa de empezar
este Gobierno, Nos reuníamos en el segundo consejo
comunitario, los sábados en la Guajira, Caribe colombiano
limítrofe con Venezuela, Encontrábamos una
situación de servicios públicos muy delicada.
Las empresas españolas, distribuidoras de energía
en el Caribe querían irse del país y había
un discurso popular de incendio, una actitud muy dura contra
la presencia del capital privado en los servicios públicos.
Empezamos a trabajar el tema en
el corazón del
pueblo, con consistencia entre la teoría y la práctica,
una pedagogía de enseñanza cotidiana a partir
del ejemplo. Fue en actitudes muy distintas.
Se pasó de una facturación
menor del 50 por ciento a una mayor del 90 por ciento,
de un recaudo
menor del 50 por ciento a un recaudo cercano al 90 por
ciento.
La decisión de unos de irse se ha transformado
en una decisión de permanecer con ilusión
en Colombia y de crecer con ilusión en Colombia
y la decisión de otros de mirar con odio a las empresas
proveedoras se ha convertido en una positiva inquietud
de participar con ellas. Hoy los empresarios españoles
asisten a las asambleas de usuarios y los delegados de
los usuarios se reúnen periódicamente con
la empresa.
En un país con tanta pobreza, la empresa privada
para cumplir una función social necesita ser muy
imaginativa en cómo vincular a la comunidad.
Hoy tenemos en esa área 37 microempresas comunitarias
que le compran energía en bloque a las grandes distribuciones
y distribuyen en la comunidad. Eso ha ayudado mucho a sintetizar
contradicciones.
Comprendió el pueblo la necesidad de un camino
de concertación y comprendieron los empresarios
españoles la necesidad de construir y de sustituir
el desencanto por la ilusión a partir de la compenetración
con sus usuarios.
En Emcali, que estaba quebrada
y que la estamos sacando adelante, hemos construido un
fondo que lo llamamos de
capitalización. Aquí está uno de los
representantes empresariales más importantes de
la ciudad, Leo Valle.
Desde el mes de febrero, en el
mes de marzo, cada usuario de Cali está pagando un dos por ciento adicional
en su tarifa para ser el socio del fondo de capitalización.
Un mecanismo capitalista, social, de base, democrático,
de participación, de gran importancia para construir
una comunidad solidaria. Un modelo de empresa privada jalonador
del desarrollo, sin exclusiones.
El sector financiero ha comprendido
inmensamente el esfuerzo que hay que hacer en una sociedad
con tanta pobreza como
Colombia para llegarle a las empresas medianas, pequeñas
y a las microempresas.
Hemos crecido en un 190 por ciento
la cartera microempresarial en Colombia. El Estado ha
promovido, ha dado garantías,
tiene algún porcentaje de descuento, pero el esfuerzo
básico lo está haciendo el sector financiero
con participación de los bancos españoles.
Quiero agradecerles y estimularlos
a que hagamos mucho, mucho más, para construir en Colombia un País
de Propietarios, otra herramienta social.
El viernes sancionamos en Colombia
tres leyes de gran importancia. La una que simplifica
trámites para
las empresas y las personas naturales.
La otra que crea toda la institucionalidad
moderna y de representación de pequeños accionistas para
las grandes empresas que estén en el registro público
de valores para facilitar y dar confianza en su concurrencia
al mercado de capitales, lo que habrá de permitir
que recursos de intermediación se orienten preferencialmente
a la pequeña y a la microempresa, al posibilitar
en mayor grado la llegada de la gran empresa al mercado
de capitales.
Y la tercera, que autoriza al Gobierno
a firmar pactos de estabilidad normativa en reglas de
juego con los inversionistas.
Confiamos que rápidamente se firmen los primeros.
A eso se suman los convenios que
nos abren camino, recientemente suscritos con España. Uno para que ustedes al tener
inversiones aquí y allá, por esas inversiones
no tengan que pagar impuestos en ambos países. Y
el otro, para construir protección a la inversión
del otro país, en cada uno de nuestros países.
Son los primeros de la naturaleza que firma Colombia, que
servirán de modelo para replicarlos con otras regiones.
Esta mañana seguramente, habrán sido informados
del avance del Tratado de Comercio con los Estados Unidos.
Confiamos que sea un instrumento que demuestre también
una nueva visión de equidad de los Estados Unidos
sobre el continente, y que lo tengamos suscrito en las
próximas semanas.
Hace tres años, no se veía la posibilidad
de un tratado de la Comunidad Andina con MERCOSUR. Lo hemos
hecho. Creo que en lo inmediato produce un gran beneficio
político porque muestra una América del Sur
unida. Y en lo mediano tendrá que producir para
todos beneficios económicos, dado el inmenso universo
de la América del Sur.
En la comunidad internacional se
controvierte mucho este Gobierno, que siempre parece
extraño un Gobierno
con toda la determinación de derrotar el terrorismo.
Hay que decir claramente que no vamos a ceder en esa determinación.
Mi generación, no ha vivido un día en paz,
no queremos que eso le corresponda a generaciones que habrán
de venir. El terrorismo no negocia si no cuando se siente
derrotado.
Para la paz, así sea negociada, el único
camino es el de la autoridad. Los terroristas no negocian
por espontaneidad, por liberalidad, negocian por presión,
por falta de opciones.
La negociación con el terrorismo surge, no de la
posición permisiva, no del apaciguamiento, sino
de la determinación de derrocarlos. Acompáñenos
ustedes a continuar esa lucha, vamos ganando pero no hemos
ganado.
Hasta el momento se han reinsertado
en Colombia casi 12.900 terroristas. La política del Gobierno ha sido: toda
la firmeza para combatirlo mientras persista en la acción
terrorista, toda la generosidad para con esos que en el
momento que tomen la decisión de abandonar su acción
armada.
Acaba de aprobarse en el Congreso
de la República
una Ley de Justicia y Paz. Si la comparamos con procesos
de paz en otras partes del mundo, es una ley severa. Si
la comparamos con anteriores procesos de paz en Colombia
es una ley severa.
Uno ve algunas naciones del mundo,
con genocidios inimaginables, con procesos de paz y preocupación
por la justicia.
En Colombia por primera vez, en
una ley de paz, incorporamos dos elementos: el elemento
de justicia y el elemento de
reparación.
Colombia está en una lucha denodada para conquistar
los bienes ilícitamente adquiridos. Este Gobierno
reformó la legislación en esa materia, para
hacer más simple ese procedimiento de confiscación
y eso ayuda a la reparación de las víctimas.
Es bien importante la voz de ustedes
apreciados empresarios de toda Europa, cuéntenle a Europa esa ley de Colombia,
es una ley bien balanceada entre paz y justicia, es una
ley para la paz, sin impunidad, una ley para la paz, en
la cual la justicia tampoco puede ser sometimiento. Cuéntenle
a la comunidad internacional que la determinación
del pueblo y del Gobierno de Colombia es totalmente firme,
sin claudicaciones para derrotar el terrorismo, pero también
abierta y generosa cuando haya de parte de los terroristas
decisión de arrepentimiento, de vivir en paz, de
respetar la Constitución.
Los invito a invertir en Colombia,
con persistencia y buena fe, podemos superar los contenciosos
que aún
no se han superado con inversionistas españoles.
Esta mañana los examinamos en detalle en la Cámara
de Comercio. Si todos ayudamos lo vamos a lograr. Me atreví esta
mañana a exceder lo que yo debería decir
como Presidente para mostrarles unos caminos que nos permitan
salir de los remolinos del estancamiento.
Ayúdenos a construir una Colombia de pleno empleo,
una Colombia con cohesión social que nosotros les
aportamos una Colombia con Seguridad Democrática,
con libertades públicas, con instituciones independientes,
una Colombia en plena marcha hacia el progreso, con una
Revolución Educativa permanente y con un propósito
comunitario: lograr la transparencia, base de la confianza.
Muchas gracias y que los veamos con mucho
entusiasmo creciendo sus inversiones en Colombia.
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