CONMEMORACIÓN
DE LOS 45 AÑOS DEL DIARIO LA OPINIÓN
Junio 30 de 2005
(Cúcuta – Norte de Santander)
Compatriotas:
Impongo con inmensa satisfacción la Medalla
al Mérito de las Comunicaciones Manuel
Murillo Toro, Primera Clase en Oro, a La Opinión,
en este aniversario tan importante.
Es un reconocimiento
en nombre de la Patria entera, a las mujeres
y a los hombres de Norte
de Santander, cuyo esfuerzo se ve materializado
en este moderno periódico, a cuya fundación
concurrieron y contribuyeron prohombres de la
Patria, oriundos de esta tierra nortesantandereana:
el ex presidente Virgilio Barco Vargas, Eustorgio
Colmenares, Eduardo Silva, Alirio Sánchez
y León Colmenares.
Desde un pequeño semanario con oficinas
alquiladas, chivaletes e impresora manual de
un pliego, La Opinión, recorriendo el
camino de la inteligencia y el trabajo, ha llegado
a lo que es hoy: un diario con todas las armas
de una empresa moderna, totalmente sistematizado
y vinculado al mundo por el sistema satelital.
La Opinión, concebido para la circulación
local entre la vasta comunidad binacional de
Norte de Santander y Táchira, escrito
con criterio de país, insertado plenamente
en el universo, a través de Colprensa
y de las agencias internacionales.
Aquí con sus directivos y trabajadores,
sí que se entiende bien cuáles
son los retos, las dificultades del periodismo
de la Patria.
Eustorgio Colmenares,
su fundador y director durante 20 años,
fue asesinado como tantos compatriotas exponentes
del periodismo, asesinado
a manos de esa pesadilla que es el terrorismo
que tanto ha afectado a la Patria.
Recuerdo cómo en aquel año, en
esa fecha luctuosa, la solidaridad del pueblo
de Norte de Santander, de todos los colombianos
y de la comunidad internacional, se expresó en
oleadas de indignación, declaraciones
y homenajes póstumos, como los de la Sociedad
Interamericana de Prensa (SIP) y los diferentes
círculos que aglutinan esa defensa de
la libertad del periodismo en nuestra Patria.
Apreciados compatriotas
de Norte de Santander, en un rápido recorrido por la Patria encontramos
tres momentos difíciles para el periodismo:
en el Siglo XIX, muchas de las guerras civiles
se declararon y se surtieron para rescatar las
libertades públicas o para sacar adelante
reivindicaciones de libertades públicas.
Bastante amordazado por épocas estuvo
el periodismo.
En algún momento posterior, ya bien avanzado
el Siglo XX, se temió que los fenómenos
de concentración de la riqueza, se convirtieran
en monopolios periodísticos que impidieran
el libre ejercicio de la profesión.
Afortunadamente, la revolución tecnológica
en el área de las comunicaciones ha impedido
a la consolidación de esos fenómenos
y ha devuelto las posibilidades a ejercicios
tan importantes para la libertad de prensa, como
este que realiza La Opinión.
En nuestra Patria, el
terrorismo se ha convertido en otra amenaza. ¡Qué paradoja,
no ha sido la acción del Estado colombiano
la amenaza al periodismo, sino la acción
del terrorismo, en tantas épocas, enfrentada
con la debilidad del Estado!
Este proyecto de Seguridad
que diariamente desarrollamos, con todo el
entusiasmo, con todo el amor por
Colombia, lo llamamos Seguridad Democrática
por muchas razones. Por razones históricas,
por razones de coyuntura y por razones de prospección
de la Patria.
Históricas, para diferenciar nuestro
concepto de Seguridad con la doctrina de la Seguridad
Nacional que recorrió el continente, que
se utilizó para suprimir libertades, que
se utilizó para maltratar los derechos
de los disidentes, que se utilizó para
perseguir a los opositores de los gobiernos de
turno.
La nuestra es todo lo
contrario. ¡Es una
seguridad para las libertades, para la democracia,
para el pluralismo! ¡Es una seguridad para
que los avances democráticos de Colombia
con la elección popular de Alcaldes, con
los mecanismos de participación directa
de la Constitución de 1991, con la elección
popular de Gobernadores, para que todas esas
libertades se puedan practicar en nuestra Patria.
Esta Seguridad es Democrática porque
la convicción –aquella que se anida
en la intimidad del Gobierno y la que se expresa
permanentemente en público y en privado-,
es proteger por igual a los amigos de las tesis
de Gobierno y a los opositores.
He dicho a la Fuerza
Pública, en privado
y ante todos los colombianos, que hay que proteger
por igual al empresario que al sindicalista,
al trabajador rural que al empresario agrícola.
Que hay que proteger por igual al alcalde originado
en un proceso político contrario a las
tesis de Gobierno, que aquel cercano al Gobierno.
Que hay que proteger por igual al parlamentario
que defiende las iniciativas del Gobierno, como
al parlamentario más radical en la oposición
a las tesis de Gobierno. ¡Vamos a seguir
en esa tarea!
Y esa seguridad, en un
país de opinión
como Colombia, que no puede seguir tendiendo
vacilaciones porque cada vez que en la historia
ha habido vacilación en materia de seguridad
ha crecido el terrorismo, esa seguridad tiene
que ser sostenible y su sostenibilidad depende
del apoyo de la opinión, que a su vez
reposa en la eficacia de esa seguridad, en la
persistencia de la voluntad política,
en la transparencia de esa seguridad.
En aras de la transparencia,
nosotros hemos emprendido, conjuntamente con
el propósito
de hacer que la seguridad sea eficaz, la tarea
de que sea totalmente respetuosa de los derechos
humanos.
Todos los días en Colombia hay mayor
reconocimiento al apego a los derechos humanos
por parte de nuestra Fuerza Pública. Hemos
impartido la instrucción de que la acción
en la iniciativa militar y policiva, tiene que
dirigirse a eliminar todos los factores de terrorismo
en la Patria, sean guerrilleros o paramilitares.
Las oportunidades de reconciliación las
hemos ofrecido por igual.
Cuando este Gobierno
empezó, en la Patria
estábamos asistiendo a 29 mil asesinatos
al año. Quisiéramos tener mejores
resultados, pero al concluir la mitad del año
2005, llevamos 8.114. Venimos de 29 mil por año.
Se estaban asesinando
66 colombianos por cada 100 mil habitantes.
Al concluir la primera mitad
del año 2005, se están asesinando
18. Uno no debería medir en cifras el
tema de la violencia, mientras menor sea el número
de homicidios más sensible cada homicidio,
mientras menor sea el número de secuestros
más sensible cada secuestro, pero no podemos
ignorar las tendencias.
Cuando este Gobierno
empezó, en nuestra
Patria estaban secuestrando 3.050 ciudadanos
al año. Eran 1.883 secuestros extorsivos.
Quisiéramos decirle al mundo, a nuestra
comunidad, que el secuestro está eliminado.
No lo hemos logrado pero lo vamos lograr. De
3.050, en la primera mitad de este año,
llevamos 339, 168 extorsivos.
Y en la idea de asignar
responsabilidades individuales como causa determinante
de mejores resultados,
los señores generales Jorge Daniel castro,
comandante de la Policía y Freddy Padilla
de León, Jefe del Estado Mayor Conjunto,
son los responsables ante el Presidente de la
República de la política de erradicar
el secuestro, de trazar la política, de
hacerle seguimiento, de buscar evitar el secuestro
y de buscar rescatar a cada secuestrado. Eso
va dando resultados importantes.
Me tengo que referir,
en este aniversario tan importante de La Opinión, que es un aniversario
importantísimo de la libertad de prensa
en la Patria, a qué ha pasado con los
periodistas.
En la Patria, estaban
asesinando 11, 13 periodistas al año, este año nos han asesinado
2. Quisiéramos decirle al mundo que estamos
en cero asesinatos de periodistas, infortunadamente
todavía no lo estamos. Pero vengo a La
Opinión, con todo el compromiso patriótico,
a repetir nuestra determinación de luchar
para que ningún periodista de Colombia
sea coaccionado, amenazado, asesinado. No se
puede perder de vista el avance de la tendencia.
Cuando este Gobierno,
empezó casi 400
alcaldes de la Patria no podían ejercer
porque los grupos violentos no les permitían.
Me preguntaba con asombro, ¿pero si la
Farc, en tantas ocasiones justifica su accionar
terrorista sobre el argumento de que en Colombia
no se permite la elección popular de los
funcionarios más cercanos al pueblo como
los alcaldes, cómo se convierte en el
sicario y en el verdugo de esa expresión
de la democracia?
Hoy, con excepción de uno o dos, protegidos
por la Seguridad Democrática, todos los
alcaldes de Colombia, sin considerar el origen
político de su elección, pueden
despachar en su respectivo municipio.
Tuvimos años de asesinar en Colombia
168 dirigentes sindicales, ¡una tragedia!
Quisiera decirle al mundo que hemos superado
totalmente ese flagelo, todavía no hemos
logrado lo que queremos. En la primera mitad
de este año, nos han asesinado 7 ciudadanos
vinculados a las organizaciones de los trabajadores.
Vamos a seguir esta lucha.
Esta mañana al llegar a Cúcuta,
tuve la oportunidad de realizar un Consejo de
Gobierno, como frecuentemente lo realizamos,
dividido en dos etapas, todavía continua
a cargo de los altos mandos militares. En una
primera etapa para escuchar ciudadanía
y en una segunda etapa para hacer las evaluaciones
con el Ministerio y los altos mandos.
Déjenme darles un reporte optimista sí,
pero con la menor subjetividad sobre Norte de
Santander.
Hay una gran disminución en el homicidio
en las masacres, en el secuestro. Hay temores.
Por ejemplo, ha habido mucho temor en el sentido
de que la desmovilización de los mal llamados
paramilitares de La Gabarra y el Catatumbo, abra
espacios que cope nuevamente la guerrilla.
Sobre eso quiero decir lo siguiente: nosotros
encontramos a Norte de Santander, como a tantas
regiones de la Patria, dividido entre guerrillas
y paramilitares.
Yo preguntaba esta mañana: ¿la
situación hoy es mejor? Y me decían:
sin duda. Entonces, alegrémonos de la
desmovilización de los paramilitares del
Catatumbo, si fueran buenos, con su presencia
esto se habría tenido que arreglar y no
se habría puesto tan malo como se puso.
A mi me gusta, permanentemente,
pedirle a Dios que me ilumine para hacer un
cotejo entre la
teoría y la práctica. Entonces
ese tema del paramilitarismo no es meramente
teórico su rechazo, es práctico.
Las democracias no pueden
pretender defensa de la ciudadanía, distinta a aquella que
se provee por los conductos institucionales.
Y en lo práctico, ¿qué ganó el
país con ese remedio?: nada, se empeoró la
situación. Pero sí hay que preguntarse,
hay que aprender para la historia, para el futuro,
a los ciudadanos no se les puede abandonar.
Regiones abandonadas
por parte del Gobierno central, en medio del
desespero para liberarse
de la tragedia guerrillera, acudieron ante esa
orfandad de Gobierno, a una medicina que se convirtió en
otra tragedia, la paramilitar.
Vamos a seguir con afecto
por esta tierra, con devoción por las angustias de cada uno
de ustedes –apreciados compatriotas de
Norte de Santander- trabajando por devolverles
la paz.
Teníamos un batallón con 130 hombres,
hoy hay 3.700 soldados, allá en esa área
del Catatumbo, buscando que podamos tener una
paz de verdad, democrática, institucional;
no una paz aparente, no una paz ilegítima.
Una paz derivada de la presencia de la Fuerza
Pública en esa región con tantas
posibilidades para el futuro de esta tierra.
Entre las muchas excusas
que se han presentado en Colombia históricamente,
frente a la inactividad en materia de seguridad,
quiero resaltar
dos o tres.
Se ha dicho: ‘es que las operaciones no
son permanentes, la Fuerza Pública entra
y sale’. Repito ante ustedes: nuestra decisión
en el Catatumbo es una presencia militar permanente,
dinámica, no estancar la Fuerza Pública,
mantenerla en el área con mucho dinamismo.
Ajustar la política todos los días
para mejorarla en sus resultados. Que los terroristas
no puedan dormir tranquilos, que el único
día en el cual puedan empezar a dormir
tranquilos, sea el día en el cual acepten
reinsertarse, ponerse –como tenemos que
ponernos todos- como súbditos de la Constitución
y del ordenamiento jurídico.
También he encontrado otra disculpa: ‘que
no hay voluntad política’. Aquí la
hay, y de sobra. Y más como ciudadano
que como Presidente, pediré todos los
días al pueblo colombiano que no se vuelva
a desfallecer en la voluntad política
para derrotar el terrorismo. Cuando hay esa debilidad,
el terrorismo se crece.
El Presidente Kennedy,
en aquel bellísimo
discurso de posesión –muchas de
cuyas frases permanentemente se recuerdan- advertía
algo bien aplicable hoy, lo advertía frente
a otra situación, en nosotros bien aplicable
al terrorismo: “quien quiere cabalgar en
las ancas de ese tigre, termina devorado”.
La Patria tiene que pensar eso.
Ahora, la política de firmeza no se excluye
con la política de negociación.
Lo que pasa es que a la negociación no
se llega a través de la debilidad, a la
negociación solamente se llega a través
de la firmeza, que es lo que da credibilidad.
Y es el ejercicio permanente
de autoridad el que muestra el camino correcto
de la negociación
a los terroristas.
Muchos temas hay para examinar en Norte de Santander.
Por ejemplo, se ha dicho
también, que
una de las razones del fracaso de las políticas
de seguridad es porque no hay acompañamiento
social en inversión, a la tarea del Ejército
y de la Policía.
Nosotros hemos tenido
una situación muy
delicada. Esta Patria pasó, ustedes recuerdan
con superior cariño y admiración
al presidente Virgilio Barco, cuando el terminó su
Gobierno, las finanzas públicas de Colombia
estaban en equilibrio, 12 años después –cuando
este Gobierno empezó- las finanzas públicas
de Colombia estaban en un déficit del
4.2 por ciento.
Cuando el Presidente
Barco terminó su
Gobierno, el endeudamiento consolidado de los
sectores públicos de la Nación
no superaba el 16 por ciento del Producto Interno
Bruto (PIB), el del Gobierno Central era del
10, 12; doce años después –cuando
este Gobierno empezó- ese endeudamiento
había subido al 54 por ciento.
Esto ha sido una tarea
difícil, bastante
difícil, pero estamos haciendo un enorme
esfuerzo en seguridad para acompañar a
la Fuerza Pública. Lo pudimos ver con
el señor Gobernador, los alcaldes y muchos
de ustedes, hace mes y medio, en nuestro Consejo
Comunitario de Tibú.
La tarea de erradicar
la pobreza no es fácil,
pero tenemos tanto empeño en devolverle
la seguridad a los colombianos, como en erradicar
la pobreza. Y miren qué relación:
sin esa decisión para seguridad, no hay
decisión para inversión. A este
país se le había caído la
inversión privada al 6, 8 por ciento del
PIB. Ha vuelto al 12.
Colombia empieza a mostrar
en los últimos
2 años, 3 años, un crecimiento
sostenido y lo que hay que mirar es la tendencia,
no el crecimiento de un año.
Este año tenemos una cosa importantísima:
los contribuyentes muestran que en 2004 duplicaron
sus inversiones frente a 2003. Ha incidido bastante
la confianza que se recupera en Colombia, acompañada
de incentivos tributarios orientados al crecimiento
y al empleo.
Yo tengo confianza, que
en medio de tantas dificultades, vamos a ir
avanzando en esa política social
que tiene como causa el restablecimiento de la
confianza, para que esa confianza genere ingresos,
genere empleo, genere inversión. Y a su
vez, esa política social se convierte
en causa de una política de paz que pueda
ser estable, sólida en el largo plazo.
Con el Gobernador, con
el Ministro de Protección,
hemos estado mirando permanentemente cómo
vamos en Norte de Santander en el tema de la
Revolución Educativa, en el tema de la
Protección Social.
En este Gobierno ha habido
un gran crecimiento del régimen subsidiado de salud. Y, con
el liderazgo de la bancada nortesantandereana
y muy especialmente del senador Eduardo Benítez,
el Congreso de Colombia está aprobando
una ley de trascendencia para que podamos llegar
rápidamente a universalizar la cobertura
de salud a favor de los colombianos.
Avanza la Revolución Educativa. Nosotros
pasamos de un Sena burocrático y clientelista,
derrochador de recursos, que formaba un millón
de estudiantes al año, a un Sena que este
año va a formar alrededor de 3 millones
y medio de colombianos y que va para 4 millones.
Hemos crecido Bienestar
Familiar en un 40 por ciento. Propusimos otras
tareas. Por ejemplo,
afincar parte de ese crecimiento en niños
menores de 5 años –ya le estamos
llegando con un desayuno a 517 mil-. Hay una
licitación para adjudicar otros 500 mil
cupos -que se adjudica ahora en el mes de julio-,
confío que sea de gran importancia para
Norte de Santander.
Y como el proceso de
la política social
tiene que ser un proceso que no apunte a remediar
con alcance de corto plazo, sino a cambiar la
estructura del ingreso, el año entrante
vamos a empezar una nueva etapa de la Revolución
Educativa: llegarle con educación a los
niñitos de Bienestar Familiar que solamente
están recibiendo nutrición. En
cuanto más se anticipe la llegada del
niño al aparato escolar, en cuanto más
se anticipe la educación para los niños,
es mayor la garantía de construcción
de buena ciudadanía.
Estamos trabajando con
devoción, para
que las familias pobres de la Patria puedan educar
sus niñitos. Veníamos pagándoles
a 340 mil Familias en Acción. Este año,
con la ayuda de Dios vamos a terminar en 500
mil familias. Un subsidio para que los niñitos
puedan estudiar.
Comprendo enorme dificultades de Norte de Santander.
El tema de la droga.
Además de la lucha
contra las mafias, que no tiene antecedentes
en extradiciones, en capturas, está la
lucha para la erradicación de los cultivos.
Nos falta mucho.
Ya tenemos unos grupos
de erradicación
manual trabajando en La Gabarra. No para reemplazar
las fumigaciones, pero sí para vincular
colombianos en la erradicación manual
y acelerar la erradicación de la droga.
El programa de Familias
Guardabosques ya empieza a practicarse en Norte
de Santander con campesinos
que estaban vinculados a la droga, que se desvinculan
de la droga y con quienes el Estado hace el convenio
de que cuiden las áreas libres de droga,
cuiden la recuperación del bosque y además,
tengan desarrollos económicos sostenibles.
Confío que la
Patria pueda ir derrotando la droga en todas
partes y muy especialmente,
en esta tierra nortesantandereana.
Se de la angustia de
ustedes por el comercio de Cúcuta. Con el Alcalde, el Gobernador,
los gremios, los parlamentarios, luchamos durante
un año hasta que encontramos una primera
solución. Hoy me decía el Presidente
de FENALCO, que de los 30 mil millones de créditos
subsidiados que finalmente logramos aprobar -que
le cuestan al Presupuesto Nacional, en subsidios
de tasa de interés 5 mil millones- ya
se han adjudicado 27 mil, para una cifra de alrededor
de 2.500 medianos y empresarios de Cúcuta.
¡Nuestra revolución del microcrédito
en la ‘Construcción de un País
de Propietarios’ empieza a expresarse también
aquí!
En alguna ocasión en un Consejo Comunitario
me dijo el Alcalde: ‘que el Fondo de Garantías
nos ayude para el banco de los pobres’.
Dije: yo para el banco de los pobres no le ayudo,
yo le ayudo para el Banco del Progreso. A los
pobres lo que hay que hacerles no es decirles
a toda hora pobrecitos, sino ponerlos en una
senda de progreso y de avance. Y en medio de
tantas dificultades eso va bien.
Cualquier cosa que se
haga es poca para la pobreza y las dificultades
de Colombia, pero tenemos
todo el entusiasmo de no perder un momento para
que el país avance.
Veo con inmensa ilusión la posibilidad
del biodisel, del alcohol carburante, de la palma
africana. Esa región de ustedes allá,
en La Gabarra, en el Catatumbo, con la calidad
de los suelos, las corrientes de agua limpia,
la lluviosidad por año y por centímetro
cuadrado, tiene todas las condiciones para ser
un emporio de biodisel.
Este año, gracias a la Seguridad Democrática,
a los incentivos tributarios que nos aprobó el
Congreso de la República, a la orientación
de los recursos de subsidios, a las asociaciones
campesinas –decisión de este Gobierno-,
Norte de Santander siembra alrededor de 5 mil
hectáreas de palma africana. Eso, nos
ilusiona muchísimo y el país va
empezar este año a producir el primer
millón de litros diarios de alcohol carburante,
grandes fuentes de empleo, de recuperación
del sector rural de la Patria.
Y estamos trabajando
aquí, para estimular
esa vocación de ustedes por el café orgánico,
por el café especial. Qué bueno
que rápidamente podamos ver ese Café Toledo
y esas otras expresiones del café nortesantandereano,
en tiendas Juan Valdez que inunden el mundo,
como lo ha hecho Starbucks.
Tenemos un gran compromiso con toda esa caficultura
de la cual ha vivido en muy buena parte la ladera
nortesantandereana.
El carbón en esta región tiene
todas las posibilidades. En alguna forma se ha
restablecido la posibilidad de sacarlo por Venezuela,
no plenamente, pero reitero ante ustedes el compromiso
de avanzar para tener unas vías de Norte
de Santander al río Magdalena y a la Costa
Caribe, que faciliten exportación de todo
el potencial de carbón de este departamento,
sin vicisitudes, sin incógnitas, a través
del territorio de la Patria.
Ustedes saben que durante
muchos meses discutimos y buscamos los recursos,
hasta que empezara un
plan vial importante en el departamento. Ayer
lo evaluaron con el Director de Invías.
Va bien la carretera de Ocaña, estamos
incursionando en ese camino de la Patria, que
recorrió de niño el general Santander
para transportarse de Villa del Rosario al colegio
San Bartolomé, lo que se ha llamado la
vía central del norte. Estamos ahí en
las primeras incursiones de pavimentación.
Más atrasados, por dificultades técnicas,
vamos en la recuperación de la carretera
Pamplona – Cuesta Boba.
Y se que son, en términos
generales, esos contratos que suman 80 mil
millones van
bien, pero las expectativas adicionales son muchas
y justas todas.
Reitero el compromiso
que tan pronto Ecopetrol pueda reanudar un
ritmo más importante
de producción de petróleo en el
Catatumbo, Ecopetrol en reciprocidad a eso, va
a emprender la tarea de recuperar la carretera
de Cúcuta a Tibú y a La Gabarra.
Y los carboneros me han
dicho que no basta con concluir, con llevar
a la práctica el
sueño de tantos años de una buena
carretera pavimentada a Ocaña, sino que
es necesario mejorar una carretera que existe
más al norte del departamento y que comunica
con el río Magdalena y con una de las
troncales del Caribe más al norte de Aguachica.
Vamos a avanzar a ver cómo lo logramos.
Cuando venía al primer Consejo Comunitario,
muy al inicio del Gobierno, en el avión
me decían los parlamentarios: ¿y
qué se va a hacer con el acueducto de
Cucúta? Estamos en esa tarea.
Primero, reitero ante
ustedes el compromiso que hice en ese primer
Consejo Comunitario: la
deuda del Gobierno Nacional, que hoy asciende
a cerca de 100 mil millones, no se le cobra a
Cúcuta ni al departamento, se capitaliza
para tener una empresa próspera, que sea
capaz de resolver los problemas estructurales
y de largo plazo que amenazan la provisión
del acueducto de Cúcuta.
Segundo: hemos realizado una tarea de saneamiento
que va bien. Los indicadores de la empresa son
bastante mejores.
Y tercero: necesitamos
unos recursos muy cuantiosos, que el departamento
no está en condiciones
de aportar, el municipio tampoco, la Nación
tampoco. ¿Qué vamos a hacer?: un
esquema de capitalización social, para
buscar esos recursos.
Aquí saludé al Presidente del
sindicato. Tengo que agradecer a la organización
sindical la manera como ha entendido las soluciones
que debemos implementar para sacra adelante ese
empeño de los nortesantandereanos. ¡Da
gusto encontrar un sindicato con esa responsabilidad!
Calor que le dije: necesitamos
unas ayuditas de más. Y ellos –yo sé- que
en un diálogo con Evamaría (Uribe,
superintendente de Servicios Públicos)
nos tiene que ayudar el Gobernador y el Alcalde,
con el doctor Juan Lozano (Alto Consejero Presidencial),
van a dar esas ayuditas de más para salvar
la empresa.
Y, vamos a hacer en poco
tiempo lo mismo que hemos hecho en Cali. Estamos
salvando a Emcali,
en un proceso bello de participación de
todos los usuarios. Que todos los usuarios del
acueducto de Cúcuta sean socios, a través
de un pequeño aporte en la tarifa mes
a mes. Y que aquellos sacrificios de la convención
colectiva del sindicato, se les entreguen en
acciones de la empresa y que el operado que escojamos
en un concurso público y transparente,
también haga aportes.
Yo diría que hemos concluido bien la
primera etapa: sacar a la empresa de esa crisis
inmediata, pero ahora hay que proyectarla hacia
delante, porque este acueducto necesita inversiones
del orden de 90 mil millones en los próximos
años.
Me emocionan los temas
de Norte de Santander. Quisiera referirme detalladamente
a cada uno
de ellos, en ocasión tan importante.
Esta mañana sentía una reconciliación
con la naturaleza cuando me bajaba del avión
y me llegaba este clima y las brisas del Pamplonita.
Quiero decirles a ustedes,
que con fe en la Patria, con fe en el presente
y en el futuro,
vamos a construir una Colombia en la cual las
nuevas generaciones puedan vivir felices. Una
Patria en permanente debate ideológico,
pero sin antagonismos y sin agravios.
No puede haber antagonismos, porque el antagonismo
enceguece, el antagonismo evita que haya creatividad
para resolver imaginativamente los problemas.
Y no puede haber agravios,
porque el agravio personal hace que la mirada
se desvíe
del problema a la persona. Aquí hay que
resolver problemas, no agraviar ciudadanos.
Confío que la orientación democrática
de la Nación nos permita tener mejores
escalones de avance en este propósito.
Una Patria en debate, pero solidario. Si no
hay solidaridad en el debate no hay creatividad.
Una Patria que construya
equidad social, pero sin ofrecer más de lo que se puede. Hay
que hacer más de lo que se puede, pero
no ofrecer más de lo que se puede.
Una Patria que construya equidad social con
amor, con solidaridad, sin odio de clases.
Esas sociedades que convocan
a la política
social con gérmenes de odio de clases,
nunca logran buenos resultados de política
social.
Y en eso de generosidad, Norte de Santander
es un ejemplo. Leo su himno y me emociona en
ese coro: la Patria, la Patria, la Patria.
Nadie extrañaría que esta tierra
ignorara al General Bolívar, que esta
tierra solamente hiciera la apología del
General Santander, su hijo, quien puso la ley
al servicio de la virtud. La generosidad de esta
tierra le dedica a uno una estrofa y al otro,
otra.
Esta tierra es una invitación
permanente a querer a Colombia y a enfrentar
los problemas
de Colombia con solidaridad.
Muy apreciado doctor
José Eustorgio,
doctor Raúl y queridas familias: recuerdo
mucho a su padre, me dolió inmensamente
cuando la asesinaron. Confiamos que la tarea
para ustedes, los periodistas de Colombia, todos
los días sea más tranquila. Ese
es un compromiso del alma de la Seguridad Democrática.
Mis compatriotas nortesantandereanos:
La Opinión
es una institución de ustedes y de la
Patria. Que estos años sean apenas el
principio.
Muchas felicitaciones.
¡Que viva La Opinión,
que viva Norte de Santander y que viva Colombia!”