XXXIII CONGRESO
NACIONAL
DE CULTIVADORES DE PALMA DE ACEITE
Junio 10 de 2005
(Cartagena de Indias – Bolívar)
Compatriotas:
Quiero saludarlos muy afectuosamente.
Yo soy más
optimista que el doctor Acuña. En el año
2001, buscando la candidatura de la Presidencia,
me reuní ampliamente con ustedes en Santa
Marta, si la memoria no me falla, y examinamos
allí un plan que debería tener en
marcha el siguiente Gobierno para contribuir con
el gremio. Cuando hago el recuento de las decisiones
tomadas por este Gobierno, creo que les hemos cumplido
y que hemos ido más allá de lo que
vimos en aquella reunión de 2001.
Este Gobierno se ha propuesto
recuperar la agricultura. Es una necesidad de
esta Patria. Esta Patria tiene
una altísima dependencia de la agricultura.
El censo le dice a uno que en Colombia todos los
días hay más población urbana
y menos población rural. Pero lo que no
le dice es cuánta población urbana
depende directamente del campo. Y eso no decrece.
Nosotros tenemos viviendo en el campo en áreas
que se consideran rurales a doce millones de ciudadanos.
Pero muchas áreas urbanas son áreas
dormitorio y esos ciudadanos dependen exclusivamente
del campo.
Cuando uno mira esta Patria,
por ejemplo al año
2019, en esa visión de largo plazo que viene
adelantando Planeación Nacional para discutirla
con todo el pueblo colombiano, que se llama Colombia
Segundo Centenario, encuentra que en el campo se
fundamenta buena parte de las posibilidades de
crecimiento de nuestro producto, de nuestras fuentes
de empleo y de nuestra oferta exportable.
Y por eso hemos hecho enormes
esfuerzos, a pesar de las severas restricciones
fiscales, para avanzar
en estas materias. Las restricciones fiscales no
son un cuento, queridos amigos. Cuando el presidente
Barco le transmitió el poder a su sucesor,
7 de agosto del año 1990, el país
estaba en equilibrio fiscal. Cuando este Gobierno
empezó el déficit fiscal era del
4,2. Cuando el presidente Barco terminó su
administración, el endeudamiento público
colombiano era del 10 – 12 por ciento. Cuando
este Gobierno empezó estaba en el 54 – 56.
Aspiramos que este año el déficit
no supere el 2,5. El año pasado fue excepcionalmente
bajo: del 1,2. Y ya el endeudamiento está por
el lado del 46 y confiamos que un tiempo prudencial
lo podamos poner por debajo del 40.
En septiembre de 2002,
al mes de haber empezado este Gobierno, no había dinero con qué pagarle
a los soldados de la Patria. Nosotros tuvimos que
derramar el impuesto a la Seguridad Democrática
que muchos de ustedes pagaron, no sólo para
expandir la Fuerza Pública, como lo hemos
hecho, Ministro, con cerca de 96 mil integrantes
adicionales, sino para poder pagar y sostener la
que venía trabajando.
Sin embargo, ¿qué hemos hecho en
materia de incentivos, que apuntan bastante a este
sector? Una de las primeras decisiones fue eliminar
el IVA a los bonos de capital de las empresas altamente
exportadoras. Una segunda decisión fue reducir
la exigencia para que una empresa califique como
altamente exportadora. Antes esa empresa tenía
que exportar el 50 por ciento. Después de
nuestra decisión, el 30 por ciento.
Otra medida que se tomó fue devolver el
IVA pagado por adquisición de bienes de
capital a todas las empresas, sin importar que
sean o no altamente exportadoras. Otra decisión
que se tomó, que tiene que haber favorecido
la parte industrial de la actividad de ustedes,
fue la eliminación de los aranceles para
los bienes de capital, con alguna restricción:
no podíamos hacerlo para aquellos producidos
en la Comunidad Andina, pero para el resto se eliminaron
esos aranceles. Y los tuvimos eliminados hasta
el 31 de diciembre del año pasado.
¿Por qué revivimos el arancel? Porque
los ministros de Hacienda y de Comercio me hicieron
esta reflexión: eliminamos el arancel cuando
el dólar estaba a 2.800 – 2.900 pesos.
Con dólar a 2.350, el importador de bienes
de capital tiene un estímulo en esa reevaluación,
que es tan dañina para los exportadores,
pero el importador de bienes de capital tiene un
estímulo muy superior a la eliminación
del arancel. Y dada la situación fiscal
del país y dado que ya no se justificaba,
por el estímulo que estaba obteniendo el
importador, revivimos el arancel.
No es fácil en el discurso fiscal de Colombia,
en el discurso político de Colombia, haber
logrado lo que este Gobierno logró en materia
de aprobación de incentivos fiscales específicos
para el sector. Déjenme referir a dos directos
y a uno indirecto de gran importancia.
Los directos. La exención tributaria a
los cultivos de tardío rendimiento. Donde
está la palma, está el cacao, frutales,
el caucho. Directo. La exención del IVA
y del impuesto global al combustible para el biodiesel.
Uno indirecto bien importante.
La deducción
tributaria del 30 por ciento a las inversiones
generadoras de renta. Si bien la norma que crea
ese incentivo dice que ese incentivo no puede coincidir
con algunos de los otros dos a los cuales me referí,
de todas maneras si un grupo empresarial genera
utilidades en un sector distinto a cultivos de
tardío rendimiento e invierte en esos cultivos
de tardío rendimiento, el contribuyente
de ese grupo que generó la utilidad, puede
por esa inversión deducir el 30 por ciento.
La verdad es que un Gobierno
que está cumpliendo
el tercer año, está obligado a rendirles
cuentas a los colombianos. Y por eso he querido
hacer este repaso, queridos amigos, cuyo costo
fiscal todavía no hemos medido, pero que
es de gran importancia. Por eso a ratos me preocupa
muchísimo el discurso pesimista, sobre todo
en un sector que no puede ser pesimista. Si uno
ve este país a largo plazo, la producción
de aceites vegetales es una de sus grandes oportunidades.
Yo he trabajado toda la vida del campo, pero no
tengo veniales de palma. Sin embargo, al escucharlos
a ustedes, al escuchar a los compatriotas de muchas
regiones, ustedes y ellos indican que este producto
es un producto llamado a redimir muchas regiones
de la Patria que no tienen otra alternativa.
Por eso aquí hay un compromiso con la Nación
entera, al cual no podemos ser inferiores. Si nosotros
no hubiéramos visto eso, no habríamos
tenido el interés que tuvimos y que le pusimos
a la tramitación de esos estímulos
tributarios. Y a eso sumémosle el esfuerzo
que se han hecho en materia de crédito.
El esfuerzo que se ha hecho en materia del incentivo
de capitalización rural. ¿Cuánto
ha venido dedicando el Gobierno año tras
año en incentivo de capitalización
rural, Ministro, para el sector palmicultor? Eso
importante mirarlo.
Ahora, nosotros creímos que estábamos
dando pasos prácticos para que esto creciera.
A mí me gustan las cosas prácticas.
El país habló mucho del alcohol carburante,
pero eso no despegaba. A mí me da mucha
pena, porque hubo durante muchos años ese
debate, que se expidió la ley, y creyeron
que ya eso iba a despegar.
Era yo candidato a la Presidencia
y me reunía
permanentemente con los callecaucanos, aquí está el
doctor Ever, y me decía: no, está la
ley, pero nadie va a producir, porque la situación
de impuestos no permite ser competitivos. Eso estaba
embolatado, eso estaba en veremos. Cuando este
Gobierno empezó, hablemos con la verdad,
se había producido una ley, pero eso no
se iba cumplir porque no había quién
garantizara el abastecimiento de alcohol carburante.
Si miento me corrigen. Pero eso fue lo que me dijo
el sector azucarero del Valle del Cauca.
¿Qué tuvo que hacer este Gobierno?
Otro debate fiscal, que bastante le ha costado
al Ministro de Minas y Energía: eliminarle
al alcohol carburante el IVA y el impuesto global
al combustible.
Hace algunos meses, me
decía el presidente
Lula, que Brasil se está preparando para
que dentro de cinco u ocho años exporte
todo su petróleo, y abastezca toda la necesidad
de consumo nacional con alcohol carburante y con
biocombustibles en general.
Yo me pregunto: ¿nosotros por qué tan
pacatos? ¿Nos faltan alientos? No creo.
Entonces hay que echar para adelante, queridos
amigos. Hay un año difícil. Esta
revaluación, el precio internacional. Pero
miren, en materia de precio internacional hay que
ver esto: leyendo la literatura de ustedes, la
franja era entre 200 y 700 dólares. Todo
indica que el piso se ha subido de 200 a 400 por
la expectativa del biodisel. Eso es algo bien importante.
Entonces ustedes, queridos
amigos, ¿mataron
la culebra y los va a espantar el cuero? Ustedes
están viendo que se subió el piso
de 200 a 400 dólares y que hay todas estas
posibilidades que nos acaban de mostrar, tanto
el doctor Acuña como el ministro Botero, ¿y
nos vamos a llenar de miedo?
Yo hice un recorridito
estos tres días.
Antenoche me fui a Neiva a reunirme con Cotelco,
sector que ha crecido mucho, y a acompañar
a la ciudad de Neiva que recibió ese congreso,
porque es que hacer un congreso en Cartagena no
tiene gracia, hacerlo en Neiva es muy importante.
Me sentía mal de no ir a Neiva a acompañar
al sector turístico, que había tenido
el coraje de hacer su congreso en Neiva.
Y llegué a dormir a Antioquia a la medianoche,
y ayer estuve con esos muchachos del ELN por la
mañana. A las 7 de la mañana hablándoles
de palma, una de las grandes posibilidades para
redimir a esta zona. En la única parte que
no he hablado de palma esta semana es en Cotelco.
Entonces yo siempre me
lleno de preocupación
de encontrar a los voceros gremiales de ustedes
tan pesimistas. No, esto pongámosle cuidado,
pero echemos con todo el entusiasmo para adelante.
Le hablé ayer a las 7 de la mañana
a los del ELN de la posibilidad de la palma, del
biodisel. Ahí me fui a Pereira. Primero
estuve por allá donde vamos a impulsar un
parque para estimular el turismo ecológico
en esa zona. Después llegué al periódico
La Tarde y volvía a hablar del alcohol combustible
y del biodisel, dentro de los factores jalonadores
de la economía.
Anoche llegué a Cartagena y tuve dos reuniones
con los señores del foro de inversionistas
que convocó el Gobierno Nacional en coordinación
con la revista The Economist: dos reuniones de
biodisel y alcohol carburante. Esta mañana
volví a reunirme con ellos. De nuevo hablé con
ellos del tema. Me fui a Bogotá a los 60
años de Fenalco. Volvimos a hablar del tema.
Y ahora se me cae a mí el ánimo cuando
encuentro tanto pesimismo aquí.
Uno no puede ser iluso, pero tampoco puede desconocer
oportunidades. Si hay un sector que tiene oportunidades,
es este sector de ustedes, queridos amigos. Pero
hay que inyectarse de optimismo y de ganas.
¿Cómo le parece? Nos vamos a morir
de miedo un país que tiene, que puede terminar
este año con 280 mil hectáreas de
palma africana y que tiene la posibilidad de tener
3 millones y medio. ¡No, echemos para adelante!
En uno de sus apartes el
doctor Acuña nos
decía: hay que sembrar 50 – 60 mil
hectáreas por año. Y hay que hacer
ese esfuerzo.
Yo no sé si ustedes han medido lo difícil
que es para el Gobierno todos esos estímulos
tributarios. Las críticas de la oposición.
Hay que ver la sola batalla del Gobierno con su
equipo económico.
La primera oposición a los estímulos
tributarios surge del equipo económico.
Hay que ver la batallita con los centros de estudio
de los economistas en Bogotá. Y los sectores
beneficiarios se quedan fríos. Me parece
bien difícil eso para el trabajo que queremos
hacer para sacar estos sectores adelante.
Los costos, los laborales.
Estoy de acuerdo con el doctor Acuña. Es imposible pensar en
reducciones. Este país ha hecho dos reformas
laborales recientes: una en 1990 –-me tocó hacer
a mí de autor de la iniciativa y después
ponente–-, que eliminó la retroactividad,
la sustituyó por la liquidación anual
de cesantías. Hoy hay que preguntarnos qué le
hubiera pasado a la empresa privada colombiana,
si hubiera continuado la retroactividad de cesantías.
Más otras cosas que hicimos.
Y una liderada por nuestro
ex ministro, de quien siempre nos acordamos,
Juan Luis Londoño,
a los inicios del Gobierno, que introdujo otros
elementos bien importantes. Entre otras cosas,
para intensificar trabajo en Colombia, anticipando
la jornada diurna de las 8 a las 6 de la mañana
y extendiéndola hasta las 10 de la noche,
y haciendo unos ajustes importantes en recargos
y dominicales.
No veo hoy en el contexto
político colombiano
y latinoamericano posibilidades de nuevas reformas
laborales en Colombia. Me parece que el camino
correcto es el que han buscado algunos de ustedes,
unos esquemas de solidaridad, de cooperativismo
con las organizaciones de trabajadores, de participación.
Me parece que la gran reforma
es ese entendimiento entre empresarios y campesinos.
Esa figura que
ustedes se inventaron del empresario integrador,
que crea ese tejido de solidaridad excelente en
Colombia. Y por ahí hay un gran camino de
reducción de costos, vía incrementos,
no quitándole ingresos a la gente, sino
vía incremento de productividad.
El costo de capital. ¿Quién de ustedes
tiene por ahí 100 mil pesos colocados en
un banco? ¿Usted tiene una platica en el
banco, doctor Carlos? ¿No tiene un peso
en el banco? ¿Usted tiene por ahí unos
ahorros en el banco? ¿A cómo se los
están pagando? Al 4 por ciento. ¿Cuál
es la tasa de retorno en la palma? 17 – 18. ¿Me
incluyó ahí los incentivos tributarios? ¡Hombre!
Hoy lo que genera costo
de oportunidad es no invertir en palma. Hoy lo
que genera costo de oportunidad
es llevarse la plata para el banco. Yo rogaría
mirar eso también. El que tenga dos pesos
en el bolsillo, lo lleva a un banco a que le paguen
nada.
Yo tengo 52 años, casi 53. Yo no recuerdo
un período de la vida colombiana con DTF
a lo que ha estado en los últimos tiempos.
El esfuerzo de este Gobierno era bajarla a 9, a
8, que no superara el 8. Y ha estado por ahí,
esta semana está a 7,17 – 7,19. La
semana pasada estuvo a 7,12. Y en esa tarea estamos.
Miren: esa deducción tributaria a las inversiones
generadoras de renta, también reduce infinitamente
el costo de capital. Que todavía tengamos
desventajas competitivas allí, pero se han
venido corrigiendo. Se han venido corrigiendo enormemente
en lo laboral y en el costo de capital. Y creo
que hay manera de seguir en esa tarea.
El ministro Botero se refirió a
las preocupaciones del doctor Mauricio sobre
la CAN.
El Fondo de Estabilización. Ceo que hay
que defenderlo. Se lo he dicho mucho al Ministro
de Agricultura. No presentarlo como un fondo oficial,
que no lo es, sino presentarlo, en el conjunto
del comercio internacional, como un acuerdo de
productores y manejándolo como una cuenta
privada. Nadie les puede prohibir a unos productores
guardar excedentes de la estación de las
vacas gordas, para gastar en la estación
de las vacas flacas. Lo importante es que eso no
tenga apariencia ni fondo de imposición
oficial, sino un mero acuerdo de productores, un
mero acuerdo privado.
Mi sugerencia es que en
lugar de empeñarnos
en decir que no se puede sostener, se le transforme
claramente todo lo que haya que transformar, para
que sea y aparezca como una mera cuenta privada.
No creo que los organismos internacionales de comercio
puedan objetar una cuenta privada. Es mi respetuosa
sugerencia al oído de mis compañeros
de Gobierno y al oído de ustedes, porque
a mí sí me parece bien importante.
Lo del TLC. Mire, nosotros
no tenemos aproximaciones ideológicas al TLC. A mí por ejemplo
ahora que hablaban de lo de México me preocupa.
Una de las diferencias entre el TLC que nosotros
buscamos y los fenómenos que gravitaron
sobre la agricultura en la década de los
90, es la siguiente:
Con México se hizo un acuerdo de comercio
y se dejó por fuera el sector agrícola.
Y ustedes ven cómo, a pesar de que han aumentado
nuestras exportaciones a México, cómo
es de amplia esa balanza en favor de México.
Logramos hace poco que
nos desmontaran o nos dieran unas certificaciones
para exportar leche y lácteos
a México, pero los aranceles no nos dejan.
Y aquí les abrimos el mercado a muchos productos
mexicanos y no abrimos allá el mercado para
nuestros productos del sector agropecuario. Hay
que hacer el esfuerzo a ver cómo lo corregimos.
Fue lo que pasó con la apertura. Esta semana
me preguntaba un periódico de Neiva: una
definición bien elemental de la diferencia
entre principios de los 90 y el TLC. Miren, aquí no
hay nada ideológico, aquí todo esto
es buscándole mercado a los productos colombianos.
La diferencia puede ser que en una etapa se entregó el
mercado colombiano, en esta etapa lo que estamos
buscando es acceder a mercados a los cuales tenemos
dificultades.
Ustedes mismos me han facilitado
una literatura sobre el porvenir del aceite de
palma como aceite
de consumo humano, a raíz de las últimas
orientaciones de la ciencia.
Están los Transfat
y los Saturated Fat. El de ustedes es Saturated,
que produce un colesterol
bueno, en cantidades muy aceptables y muy superiores
a los Transfat.
Hay mucho entusiasmo en
que eso va a tener un impacto muy favorable en
los hábitos de
consumo y algunos de ustedes dicen que ya lo empiezan
a sentir en los pedidos.
Hace poco la revista The
Economist trajo un artículo
que se llama Biofuels. Se lo mandé a los
ministros Botero, Mejía, Arias y al presidente
de Ecopetrol. A mí me impresionó ese
furor. Los alemanes están haciendo diesel
de pastos, de unos pastos naturales. A mí me
impresionó eso.
Entonces, esto que ocurre
de que hay una recomendación
médica en favor de estos aceites y ese furor
mundial por los combustibles biológicos,
nos dan una gran oportunidad. Ustedes son los que
saben de la materia. Yo soy un Presidente que cree
en la actividad de ustedes, que le ve una gran
alternativa para Colombia, que hemos procurado
que el Gobierno los apoye, pero los que saben son
ustedes. Creo que todo eso está incidiendo
en haberles cambiado el piso de precio, en que
ya el piso no está en 200 sino en 400, motivo
para ser optimistas.
Quedo preocupado al oír al doctor Acuña
en el tema de nuestras demoras para la reglamentación
de una utilización razonable del biodiesel
para mezclarlo con el diesel fósil.
Habíamos hecho una reunión a principios
de año en la Presidencia con la junta directiva
de ustedes, los ministros de Agricultura y Minas,
y habíamos quedado en que aceleraríamos
el proceso de reglamentación. Ojalá esa
reglamentación la tengamos rápidamente.
¿Qué restricciones le ven ustedes,
doctor Acuña, a la reglamentación
que ha anunciado el Ministro?
¿Y en cuantificación de porcentajes
están de acuerdo?
Mire, uno tiene que resolver
muchas cosas científicas
con lógica aristotélica. Les sugiero
lo siguiente: trabajen inicialmente un porcentaje
obligatorio, pero den la facultad en esa reglamentación
de excederlo.
Porque me da mucho miedo
que si salimos con un porcentaje muy pequeño, nada hagamos. Y
mi preocupación, al escuchar al doctor Acuña,
es que no acelerar la instalación de esas
plantas y la producción del biodiesel para
la mezcla, les está costando 25 millones
de dólares al año. Eso fue lo que
nos dijo ahora en su exposición. Eso sí me
preocupa.
Entonces mi sugerencia
a mis compañeros
del Gobierno es que aceleremos cuando antes esa
reglamentación y avancemos todo lo que podamos
en porcentaje, y rápidamente. Para allá va
el mundo. Y con el petróleo los más
optimistas dicen que en 40 años hay que
sustituirlo, y eso se va en nada.
Luis, ¿cuándo crees que podrías
entregar esa reglamentación y con un porcentaje
alto de mezcla?
Luis Ernesto Mejía, ministro de Minas: Venga yo me paro y doy la cara. El tema es que
el producto puede ser viable técnicamente,
pero hay que buscarle la viabilidad financiera,
y la viabilidad financiera parte del mercado.
¿Y cuál es el mercado del biocombustible?
Los vehículos. Y los vehículos tienen
una característica, y es que tienen una
garantía que tenemos que tener en cuenta.
Nosotros no podemos sacar un combustible sin tener
la aprobación de quien da la garantía
del vehículo, porque entonces van a terminar
ustedes o nosotros pagando esas garantías,
y de pronto eso nos vale más de los 25 millones,
doctor Acuña.
Entonces lo que tenemos
que hacer es reunir a los fabricantes de vehículos, que nos dispongan
unos vehículos y empezar a hacer las mezclas
y hacer unas pruebas de largo aliento, para que
estén conformes y den la certificación
de garantía con la utilización del
biodiesel. Y a partir de ahí nos lanzamos
a hacer las mezclas.
¿Qué tan rápido lo podemos
hacer? Ojalá muy rápido, pero tenemos
que hacer pruebas, porque no podemos nosotros asumir
la contingencia de las garantías de los
vehículos.
Ustedes tienen tractores.
Si ustedes compran un tractor nuevo y el dicen
al proveedor que lo van
a operar con biodiesel, y el proveedor les dicen
que entonces pierden la garantía, estoy
seguro que ustedes no le van a echar biodiesel.
De pronto al tractor viejito sí, porque
ya no tiene garantía. Hay que hacer compatibles
todas esas cosas.
Presidente de la
República: Ministro, ¿la
maquinaria agrícola consume qué porcentaje
del diesel de Colombia?
Ministro de Minas: Muy
poquito, Presidente, es una fracción de
lo que se consume.
Presidente de la
República: ¿Y
la maquinaria industrial?
Ministro de Minas: Nosotros
tenemos un consumo diario de 76 mil barriles
de Acpm dirigido a todo
el sector. Es muy poca la maquinaria agrícola
y la maquinaria industrial que usa diesel.
Presidente de la
República: Poniéndole
cuidado a la intervención del doctor Acuña, él
hablaba de una mezcla, ¿de cuánto?
ACUÑA: La capacidad de producción
de aceite nos podría dar un margen del 5
por ciento. Las normas europeas y en Alemania están
hablando que diesel es la mezcla de 95 por ciento
de diesel y 5 por ciento de biodiesel.
Presidente de la
República: Al Ministro le he escuchado decir que con el
5 por ciento inicialmente
no hay problema.
Ministro de Minas: Porque en Europa consideran
la mezcla del 5 por ciento como petrodiesel.
Presidente de la
República: La reglamentación
que saldría en julio autorizando ya una
mezcla del 5 por ciento…
Ministro de Minas: La reglamentación que
sale en julio es la reglamentación del biodiesel
como tal, la materia prima biodiesel. Es una reglamentación
estándar, muy ajustada a la norma ASTM americana
A partir de ahí tenemos que sacar la norma
de calidad del diesel mezclado con el biodiesel,
porque ahí hay que tener mucha claridad
de cuáles son las emisiones que nos generan
nuestras mezclas. No podemos tomar las de Europa
ni las de Estados Unidos, porque allá se
están utilizando aceites fósiles
de menos de 30 partes por millón de azufre.
Y el resultado de esa combinación es bien
diferente de lo que nos va a salir a nosotros acá,
con mil ó 4 mil partes por millón
de azufre.
Yo también tengo la preocupación
de ustedes de que tenemos que buscar una alternativa
y la vamos a encontrar y definitivamente los biocombustibles
son una realidad. Los tenemos que echar adelante
y aquí vamos a hacer biodiesel y aquí vamos
a utilizar biodiesel. Pero tratemos de que las
contingencias por esa decisión sean lo menor
posible.
Presidente de la
República: A mí me
preocupa esto”.