CONMEMORACIÓN
DE LOS 60 AÑOS DE FENALCO
Junio
10 de 2005 (Bogotá – Cundinamarca)
Compatriotas:
Acudo a rendir un homenaje
a este gremio de la Patria en sus primeros 60
años. Una lucha
democrática ardua, librada en todas las
horas de la vida nacional. Cuando leía algunos
aspectos de la monografía de Fenalco, momentos
difíciles en sus inicios, momentos difíciles
en muchos tramos de la vida nacional, tomé la
decisión de no hacer referencia a esas dificultades
sino de destacar el papel de representación
de los grandes intereses nacionales que ha jugado
Fenalco.
Quiero decir desde esta
tribuna a mis compatriotas, que los gremios de
la Patria como la Federación
Nacional de Comerciantes, en lugar de haberse dedicado
a defender exclusivos intereses gremiales, han
asumido, con la responsabilidad que exige la democracia,
con la responsabilidad que han demandado los grandes
problemas colombianos, el reto de defender los
superiores intereses, los colectivos intereses,
los intereses de todos los colombianos.
Gremios al servicio de
la Nación entera,
no simplemente de las aspiraciones de sus afiliados,
esa es una gran característica demostrativa
del capital social de la comunidad colombiana,
de ese espíritu de solidaridad de la comunidad
colombiana.
Esta mañana, en un foro de inversionistas
que se reúne en Cartagena, convocado por
el Gobierno Nacional y coordinado por la revista
The Economist, bastante bien concurrido por parte
de empresarios internacionales, expresaba yo que
una de las características más importantes
de las grandes ventajas para invertir en Colombia,
es que es un país donde prima la solidaridad
sobre el odio de clase, es que es un país
que no se ha entristecido, ni se ha enfurecido,
ni se ha llenado de odios por la violencia, pero
tiene toda la determinación de superarla,
que es un país consciente que hay que resolver
el problema de pobreza, pero que entiende que hay
que hacerlo con solidaridad y no con odio de clases.
A esa circunstancia de
que prevalezca la solidaridad sobre el odio,
ha contribuido mucho el espíritu
solidario, patriótico, la visión
de largo alcance de gremios como Fenalco, que no
se han reducido al ámbito de los intereses
particulares de una actividad de la economía.
Felicitaciones por esa contribución que
hay que empezar a resaltar.
Los gremios, en muchas
décadas de la vida
colombiana, han jugado un papel de vigías
de la democracia, han jugado un papel de guardianes
de la Constitución, han jugado un papel
de catalizadores de contradicciones, han jugado
un papel de constructores de solidaridad, y allí se
destaca Fenalco. Cuánto ha servido eso a
nuestra Patria.
Es bella la historia de
Fenalco. Bella la historia de aquel coterráneo mío, Don Lorenzo
Botero Jaramillo, de ese bello paraje antioqueño:
Sonsón, y de todos sus compañeros
en la gesta de creación de Fenalco. Bella
la historia de quienes han ayudado tanto a conducir
esta empresa gremial y de solidaridad de la Patria.
Qué importante la gestión de todos
los que han sido presidentes de Fenalco, algunos
de ellos Hernando Agudelo Villa, Jaime Tobón
Villegas, Arcesio Londoño Palacio, su actual
presidente Guillermo Botero Nieto, con toda su
agudeza, con su patriotismo, Juan Martín
Caicedo Ferrer, alcalde de Bogotá, ex ministro
de Estado, nuevamente en la actividad gremial,
y del hoy Ministro del Interior y de Justicia,
el doctor Sabas Pretelt de la Vega, a quien como
compañero de trabajo quiero rendir aquí,
en presencia de quienes han estado a su lado durante
tantos años, el homenaje de mi gratitud.
Es un artesano de la gestión pública
para la conveniencia de Colombia.
Cuando la política trae y conlleva tantas
dificultades, hemos visto al Ministro, sin perder
su alegría, sin dejar reducir su fe en Colombia,
sin agriar su efusivo temperamento, su cordialidad,
sus relaciones humanas. Y creo que la semana entrante,
con la ayuda de Dios, gracias a esa armonía
que ha venido construyendo con el Congreso de Colombia,
va a entregar una agenda legislativa de gran importancia.
Para avanzar en el problema
de déficit
fiscal de la Nación, nos falta un debate.
Para la reforma constitucional de pensiones, y
confió que mis compañeros, los Ministros,
con la coordinación del ministro Sabas Pretelt,
le van a entregar esa buena noticia al país,
a los pensionados de la Patria, a las nuevas generaciones,
que van a tener la posibilidad de su pensión
y de que el país no solamente tenga que
gastar el dinero en pensiones privilegiadas que
se van a desmontar, sino en otros frentes de inversión.
Y confío que el lunes o martes, el doctor
Sabas le diga al país que se ha perfeccionado
plenamente el Estatuto Antitrámites, un
paso muy importante para simplificar aspectos de
la vida nacional. Cómo se ha apersonado él
de esa ley. Hoy envió a publicación
en Anales del Congreso el acta de conciliación,
esa acta de conciliación que pone ya de
acuerdo al Senado con la Cámara.
Una ley que se ha discutido
durante largo rato. Discutir sobre trámites es muy difícil,
todo el mundo tiene su propia opinión, seguramente
quedarán muchos problemas por resolver,
pero ahí hay un paso importante. Por supuesto,
la concertación, como tiene que ser en la
democracia, exige que todo el mundo ceda un poquito
de sus aspiraciones.
Y qué bueno que se entregue también
al país el nuevo Estatuto de Capitales,
que crea unas instituciones de gobierno en las
empresas, para darle confianza a los inversionistas,
y que nos va a facilitar el cumplimiento de un
objetivo: que la gran empresa organizada se pueda
financiar más directamente en el mercado
de capitales y que entonces los recursos del sistema
financiero, los recursos de segundo piso de las
instituciones de Gobierno, se puedan orientar más
directamente a la pequeña empresa, a la
mediana empresa.
Qué bueno que también se le puedan
entregar al país otras disposiciones de
gran importancia para la democracia, como la Ley
de Garantías, que, en medio de un difícil
debate, en un país que no debería
necesitar Ley de Garantías porque es un
país de plenas garantías democráticas,
el ministro Sabas Pretelt, con su paciencia, con
su laboriosidad, con su buen humor y con su capacidad
de construir concertación, en el Congreso
de Colombia le vaya a entregar a los colombianos
ese paso tan importante. Será un final de
una agenda legislativa bien, bien positivo.
Acudo hoy a Fenalco en
un momento de bastantes inquietudes de la vida
nacional. Esta mañana,
apreciados amigos, cuando estábamos en el
foro coordinado por la revista The Economist, en
Cartagena, nos sorprendía gratamente la
afluencia de inversionistas a nuestra Patria.
Hace pocos días, a primera hora de la mañana,
asistí a una reunión con 400 inversionistas
de Alemania que se habían retirado de la
Patria y que hoy regresan. Al mediodía asistí a
una reunión con delegados de más
de 20 países de sus fondos de pensiones,
entusiasmados por el avance de esta actividad en
Colombia, que tanto ha contribuido al ahorro, a
la financiación de las actividades públicas
y privadas, y que es tan promisoria. Y en la tarde
asistí a una reunión con 400 inversionistas,
principalmente internacionales, en el área
de gas y de petróleo.
Confío que todo
ese entusiasmo por invertir en Colombia se traduzca
en realidad, que nos ayude
a generar empleo, a superar la pobreza.
Quiero sembrar en ustedes
una idea: a América
Latina la han venido dividiendo, equivocada y simplistamente,
entre países con gobiernos de derecha y
países con gobiernos de izquierda. Creo
que esa división es obsoleta, inconveniente
y no practicable. Era válida para aquellas épocas
en las cuales era necesario combatir dictaduras.
Sometidos hoy todos a la regla democrática,
esa división es totalmente obsoleta.
Inconveniente, polariza,
como lo demostró recientemente
la elección del Secretario General de la
Organización de los Estados Americanos,
enfrentamiento que se pudo superar en muy buena
parte gracias a la prudente diligencia de nuestra
Canciller, la doctora Carolina Barco.
E impracticable. Hace dos
semanas recibí a
una periodista internacional, y hablaba de este
Gobierno como un gobierno de derecha, y ella se
autocalificaba de centroizquierda. Le dije: dame
ejemplos de gobiernos de izquierda en el continente.
Fulano, perano, sutano. Le dije: dime del Gobierno
del presidente Lula, a quien tanto respeto, qué puedes
predicar de él para decir que es un gobierno
de izquierda y que este Gobierno de Colombia es
de derecha. Enmudeció.
Por eso es muy importante
en el debate defender lo que nos rige: la regla
democrática. No
dejar que a Colombia la polaricen en el continente
y al interior de su sociedad con estos apelativos.
¿Entonces qué es lo que debemos
preguntar para las democracias? Debemos preguntar: ¿son
democracias progresistas o son regresivas? ¿Son
democracias caudillistas o son democracias de instituciones? ¿Son
democracias regidas por la ley que tiene que cumplir
de manera principal el gobernante o son democracias
conducidas por los caprichos de los elegidos?
Creo que ahí hay unas preguntas para poder
caracterizar nuestras democracias. Y para responder
a esas preguntas, quiero proponer a mis compatriotas,
hoy en estos 60 años de Fenalco, cinco parámetros.
Examinar nuestras democracias a la luz de la seguridad,
a la luz de las libertades públicas, a la
luz de la cohesión social, a la luz de la
transparencia y a la luz de la independencia de
instituciones.
Nosotros hemos avanzado
bastante en seguridad, nos falta mucho, con un
concepto democrático
de seguridad.
¿Por qué democrático? Porque
no es seguridad para perseguir el disenso, no es
seguridad para suprimir expresiones de la democracia.
Es seguridad para la democracia. Seguridad para
proteger por igual al líder gremial que
al líder sindical. Seguridad para proteger
por igual al doctor Juan Hurtado Cano, representante
a la Cámara, uno de los más fervorosos
defensores de este Gobierno, y proteger por igual
al doctor Wilson Borja, uno de mis más fervorosos
opositores. Seguridad para la democracia.
Y en el avance de esa tarea,
adheridos por igual a la eficacia, a los derechos
humanos y a la transparencia
de realizar esa labor con las cartas sobre la mesa
y apelando exclusivamente al ejercicio de las instituciones,
eso tiene que ayudarnos a superar el estado terrorista.
Esta situación terrorista que no ha dejado
que la generación nuestra, la mía,
haya podido vivir un día de completa paz.
En el año 2002 fueron asesinados casi 30
mil colombianos. Quisiéramos tener cifras
mejores. En lo que va corrido de este año
llevamos 7.200 asesinatos. Aspiramos que el fin
de año muestre una reducción bien
importante frente a esos casi 30 mil asesinatos
de 2002.
Mirando esto a la luz de
nuestros deberes democráticos.
En el año 2001 fueron asesinados más
de 160 integrantes de organizaciones sindicales
en Colombia. Quisiéramos que no hubiera
un solo caso. Este año todavía van
7, llegando casi a la mitad de año. Pero
ahí vamos trabajando, para dar completas
garantías.
En el año 2001 fueron secuestrados 3.050
colombianos. Este año llevamos 142 secuestros
extorsivos, en total 297 secuestros. Quisiéramos
haber erradicado ese mal completamente. No desmayaremos
hasta lograrlo, pero hay una gran reducción.
Se me ha zafado, y se me
vuelve a zafar hoy, contar una historia. Esta
mañana se me tuvo que
zafar porque tenía que decirlo en el foro
de The Economist, y cruzo los dedos para que no
sea un desafío. Por ejemplo, el último
atentado terrorista contra Cartagena ocurrió el
5 de agosto de 2002. En Bogotá no ha habido
un solo secuestro extorsivo este año. Pero
falta mucho.
Hace 15 días secuestraron un paisano mío
en Santafé de Antioquia. Nos pusimos a mañana,
mediodía y tarde, con nuestras instituciones
armadas, antes de ayer lo rescataron. Un rescate
de nuestra Fuerza Pública.
Cada secuestro nos duele.
Si yo pudiera dedicar mi tarea exclusivamente
a derrotar el secuestro,
a estar con los grupos Gaula a toda hora para derrotar
el secuestro, orgullosamente lo haría.
Antes de ayer me llamó uno de los vicepresidentes
de Manuelita. Me dijo: acaban de secuestrar una
señora y un señor en una finca cerca
de Palmira. Llamé a la Brigada, a la División,
al Subcomandante del Ejército, a la Policía,
al DAS: por favor, demostrémosles a los
vallecaucanos todo nuestro compromiso para derrotar
el secuestro.
Felicito a la Fuerza Pública. Ayer a las
6 de la tarde me llamaron y me dijeron: están
liberados los secuestrados.
General Padilla de León, usted, que honra
la Fuerza Pública, que me acompaña
en tantas de estas tareas, trasmitamos a la Fuerza
Pública que cada secuestro es un desafío
a las instituciones para derrotar el secuestro,
liberar a los secuestrados y para que Colombia
supere definitivamente ese flagelo. Clave para
la Seguridad Democrática.
Y el segundo parámetro,
el de las libertades. Muchas democracias suprimieron
libertades, so pretexto
de luchar contra el terrorismo. Nosotros las hemos
profundizado.
Las elecciones de referendo
de 2003 fueron una expresión de libertad en favor de opositores
y abstencionistas. Al siguiente día, candidatos
provenientes de partidos alternativos a los tradicionales,
candidatos con un sentimiento de oposición,
candidatos soportados también en partidos
formados por antiguas guerrillas, que habían
recibido durante la campaña todas las garantías
de parte de la Seguridad Democrática, fueron
elegidos.
Para construir Patria hemos
trabajado prudentemente con ellos, como alcaldes
o como gobernadores, respetándoles
sus esferas, recordando que este es un país
de instituciones democráticas, no negando
ningún aporte del Gobierno Nacional a sus
gestiones.
Creo que es una manera
de ir construyendo lo que Álvaro
Gómez llamaba el consenso sobre lo fundamental
entre todos los colombianos.
En los últimos meses han sido elegidos
168 alcaldes, en igual número de municipios
de la Patria. Más de 50 pertenecen a la
oposición. Todos los candidatos han recibido
plenas garantías del Gobierno.
Confío que las elecciones de 2006 marquen
una diferencia, que se supere aquel fenómeno
de candidatos coaccionados por guerrillas, paramilitares
y narcotráfico. Que sean unas elecciones
donde la pureza electoral no se refleje solamente
por la sana intención del gobierno de turno
(que siempre la ha habido), sino por la eficacia
de la política de Seguridad que les quite
a los colombianos la coyunda de los actores terroristas
interfiriendo los procesos democráticos.
Y el tema de la transparencia.
Vamos a seguir luchando por una Nación todos los días
más transparente. Esta mañana les
decía a quienes están congregados
en el foro con The Economist en Cartagena: aquí manejamos
temas muy controversiales. El ministro Sabas Pretel,
el comisionado Luis Carlos Restrepo, con patriotismo,
con estoicismo, han llevado el debate sobre la
Ley de Justicia y Paz, una ley muy difícil.
Primera vez que en este
país nos preocupamos
por el tema de la justicia y por el tema de la
indemnización a las víctimas en los
procesos de paz. Antes solamente nos preocupábamos
por el perdón, el olvido y la conciliación.
Ahora hay una gran preocupación por la justicia
y por restituirles derechos a las víctimas.
No voy a entrar en esa
controversia. Confío
que lo que se ha tramitado de buena fe produzca
buenos resultados para la Patria. Lo que quiero
destacar es esto: nada ha estado escondido. Ha
sido un debate con todas las cartas sobre la mesa,
que va a hablar de la transparencia colombiana
ante propios y extraños.
Hemos avanzado con esquemas
como los prepliegos para tener más transparencia en las licitaciones,
como las audiencias comunitarias. Hemos avanzado
con esquemas como la publicación de los
acuerdos en transacciones sobre disputas legales
con concesionarios o asociados del Estado, para
publicar esas transacciones antes de perfeccionarlas,
a fin de que la opinión pública conozca
su texto antes del compromiso final del Gobierno.
Y eso ha ayudado a construir confianza.
Hemos reformado 152 entidades
del Estado, desmontando regímenes privilegiados de pensiones, cláusulas
convencionales que no permitían que esas
empresas fueran sostenibles.
Qué tal que no hubiéramos hecho
la reforma de Telecom, qué tal que no hubiéramos
hecho reformas de hospitales como las del González
Valencia de Bucaramanga y otros 50 hospitales,
qué tal que no hubiéramos hecho las
recientes reformas como la del Banco Cafetero o
la de Inravisión. 152 reformas adelantadas
con transparencia. Faltan muchas reformas en muchas
entidades del Estado. Eso ayuda mucho a construir
confianza y a construir todos los equilibrios macroeconómicos.
Por primera vez Colombia
ha nombrado sus maestros por un concurso de méritos. 135 mil maestros
acudieron a un concurso para proveer 60 mil plazas.
Se sustituyó el viejo mecanismo de nombrarlos
por recomendación política.
A este Gobierno se le ha
criticado, y aceptó la
crítica, por haber nombrado, y es mi responsabilidad,
algunos parientes de parlamentarios en la Cancillería.
Hemos nombrado gente buena, honesta, comprometida
con la política de Seguridad Democrática,
con la idea de que no podemos tener una Cancillería
débil para defender la seguridad, a tiempo
que ha habido una cancillería alterna de
la Farc en el extranjero, que no se le ha combatido
suficientemente y que ha distorsionado la realidad
de Colombia.
Pero acepto. Un Gobierno
que ha venido ampliando la carrera administrativa,
un Gobierno que ha llevado
tantos cargos al concurso de méritos, un
Gobierno que ha desclientelizado 152 instituciones,
no puede dejar que eso quede ennublado por el nombramiento
de parientes de parlamentarios.
He tomado la decisión desde hace semanas,
y se le ha comunicado al país, de corregir,
de aceptar ese reclamo nacional, de no nombrar
parientes de parlamentarios, salvo casos excepcionales
que sean plenamente acreditados ante la opinión
pública.
Todo lo que haya que hacer en aras de la transparencia,
estamos dispuestos a hacerlo.
Apreciados compatriotas,
les puedo dar seguridad de algo: en este Gobierno
no hemos asignado un
peso de auxilios parlamentarios. No habrá afugia
electoral que nos lleve a violar esta norma. Nos
comprometimos en la campaña y lo cumpliremos
gasta el último día. Ni un solo peso
de auxilios parlamentarios. Hay que contárselo
al país para que el país lo corrobore.
Y tenemos que trabajar
en otro tema bien importante de estas democracias
modernas, la independencia
de instituciones. Este país ha venido avanzando
muchísimo.
El Presidente de la República no puede
fijar las tarifas de energía. Todo lo que
puede hacer es directamente o a través del
Ministro, discutir el tema con los integrantes
de la Comisión de Regulación. El
Presidente de la República no puede fijar
la política monetaria, la política
cambiaria. Todo lo que puede hacer es llamar al
doctor José Darío a implorarle que
hagan algo por esa revaluación cuando nos
afectan las exportaciones, pero respetando inmensamente
lo que finalmente decida el Banco de la República.
Defendamos nuestra Patria,
no la dejemos que la estigmaticen diciendo que
lo que tenemos aquí es
un Gobierno autocrático. Es una democracia
de instituciones. Es muy peligroso que eso se oculte
ante la realidad de los analistas. Un país
donde no se imponen los caprichos del gobernante
sino las decisiones de las instituciones creadas
por la Constitución y la ley, es un país
que merece todo el reconocimiento nacional e internacional
a su democracia.
Y vamos a seguir trabajando
por la cohesión
social. Especialmente después de regresar
de China y en el ánimo de simplificar, he
visto a la sociedad colombiana en dos grupos: un
48 por ciento que vive bien, en un modelo social
presentable orgullosamente en cualquier parte del
mundo, y un 52 por ciento en la pobreza, que tenemos
que superar.
Pero he preguntado: ¿es la empresa privada
la causante de esa pobreza? Mi propia respuesta
es ¡no! La empresa privada colombiana es
solidaria, la empresa privada colombiana paga la
mayor parte de las contribuciones de la seguridad
social, que no ocurre en algunos Estados que se
autodenominan de izquierda, donde la carga la paga
el trabajador. La empresa privada colombiana soporta
unas altas cargas impositivas.
La informalidad, la pobreza,
se ha hecho es por falta de empresa privada.
Lo que, a mi juicio,
en los últimos lustros ha sido el factor
determinante de esta pobreza, es esa perversa combinación
de narcotráfico, guerrillas y paramilitares.
La circunstancia de que hubieran crecido, de no
haberlos derrotado a tiempo, frenó la inversión
en Colombia, produjo una estampida de recursos
financieros y humanos de colombianos hacia el extranjero,
un éxodo de 4 millones de colombianos al
extranjero, un desplazamiento interno de 2 millones.
En la medida que vayamos
recobrando la seguridad, que persistamos en el
buen manejo económico,
en la transparencia, que se consolide esta confianza,
una empresa privada vigorosa nos va a ayudar a
superar esta pobreza. Creo ciegamente en ese camino.
No es sino comparar aquí en cualquier calle
de Bogotá los ingresos de un trabajador
informal, con los ingresos del trabajador de salario
mínimo de las más sencillas de nuestras
empresas. El trabajador de salario mínimo
y de seguridad social de la más sencilla
de nuestras empresas, deriva casi tres veces el
ingreso consolidado del trabajador de los sectores
informales de la pobreza. Por eso hay que insistir
en ese camino.
Estamos avanzando en campos
que constituyen nuestra política de justicia social, la Revolución
Educativa. Y para no repetir las cifras de lo que
se ha hecho allí, déjenme decirles
los dos nuevos retos: no nos vamos a conformar
con que el Sena pase en este Gobierno de un millón
de estudiantes al año a cuatro millones,
sino que estamos en la nueva etapa, en la que los
técnicos y tecnólogos del Sena puedan
en cualquier momento de su vida matricularse en
las universidades, que los créditos que
fueron necesarios aprobar en el Sena para obtener
el grado en técnico o tecnólogo,
les sean recibidos, validados en las respectivas
universidades y que, con el complemento de estudios,
accedan al grado de educación superior.
Una segunda acción en la nueva etapa de
Revolución Educativa: no nos vamos a conformar
con avanzar hacia casi una plena cobertura en educación
básica, con avanzar en calidad a través
de todas las acciones que implementa la Ministra.
Vamos a avanzar hacia la educación en la
primera etapa de los niños.
Nosotros hemos crecido
Bienestar Familiar en un 40 por ciento. Dentro
de poco otro contingente
de 500 mil niñitos menores de cinco años,
empezará a recibir un desayuno de parte
de Bienestar Familiar. Y el 20 de julio aspiramos
decirle al Congreso que hay 570 mil ancianos subsidiados:
170 mil ancianos con un subsidio financiero y 400
mil ancianos con una comida al día.
Pero no nos vamos a quedar
en este crecimiento de Bienestar Familiar. Estamos
trabajando con Bienestar
Familiar una nueva etapa de la Revolución
Educativa: que ese número superior al millón
de niñitos por debajo de seis años,
que asisten a Bienestar Familiar, también
reciban educación, para anticipar la edad
de la educación que, como lo han probado
los científicos, es un camino necesario
para construir ciudadanía, para construir
convivencia, para construir la Colombia de nuestros
sueños.
Vamos a seguir trabajando
en la ampliación
de la seguridad social. Espero que la plenaria
del Senado apruebe la semana entrante una Ley que
modifica el régimen subsidiado de salud,
y que a partir del 20 de julio sea aprobada por
la Cámara.
En este Gobierno hemos
pasado en régimen
subsidiado de 10 a 15 millones de afiliados. Confiamos
llegar rápidamente a 18 millones, pero el
país, como una prueba fehaciente de su cohesión
social, necesita demostrar en breve tiempo que
tiene plena cobertura en salud para los sectores
pobres de la población.
El objetivo ahora no es
aumentar el 50 por ciento, no es aumentar el
60 por ciento, el objetivo es
dar con celeridad todos los pasos para llegar rápidamente
a la plena cobertura.
Hemos avanzado bastante
en financiación
de la pequeña empresa, de la microempresa.
Más de dos millones de microempresarios,
gracias a los acuerdos sector privado-financiero,
fundaciones del sector privado, alcaldías,
gobernaciones, coordinados por el Gobierno Nacional,
fondos de garantías, más de dos millones
de microempresarios han recibido crédito
en este Gobierno.
El Banco de la República, en sus informes,
revela que la cartera de microcrédito en
este Gobierno ha crecido en un 190 por ciento,
pero hay que hacer mucho más.
Si bien tenemos las tasas
de interés en
el nivel histórico más bajo, hay
que hacer un gran esfuerzo para que ese beneficio
se traduzca a los medianos empresarios, donde vemos
todavía cuellos de botella muy severos para
la financiación del acceso al crédito
y el acceso a tasas de interés más
razonables. Sé que por el camino de la concertación
lo vamos a lograr.
Hoy nos acompaña la doctora Patricia Cárdenas,
presidente de la Asociación Bancaria, y
el doctor Guillermo Botero Nieto hará parte
de mi delegación la semana entrante a la
reunión de la convención bancaria.
Porque los muchachos de ahora al perseverante lo
llaman intenso, mi mamá hablaba de constancia.
Y para resolver problemas nacionales hay que enamorarse
de las soluciones y hay que tener toda la constante
y todas las ganas. Este Gobierno no va a desmayar
hasta ver unos buenos resultados finales en el
tema de comisiones de tarjetas entre la Asociación
Bancaria y el sector comercio.
Vamos a regir ese proceso
de concertación.
Y le he dicho a la doctora Patricia Cárdenas
otra cosa: ayúdenos con esto, que la principal
noticia de la Convención Bancaria en la
semana entrante sea un billón de pesos de
crédito para vivienda social, a inflación
más ocho, plazo mínimo 12 años.
Haríamos un principio de revolución
silenciosa.
¿Saben qué necesita
el sector bancario? Hacerse querer de los sectores
populares de la
Patria.
Yo, que soy un enamorado
de los votos, sí que
sé lo importante que es hacerse querer.
Yo le voy a pedir al sector bancario, que ha sido
muy exitoso, que se enamore del pueblo colombiano
como yo vivo enamorado de los votos, y que entonces
tome acciones para hacerse enamorar del pueblo
colombiano, y que una acción rápidamente
sea un billón de pesos en crédito
de vivienda social, plazo mínimo 12 años,
tasa de interés UVR más 8.
Si logramos, en pocos meses,
que el comercio vea reducidas sus comisiones,
que los usuarios sientan
alivio y que despegue velozmente ese crédito
de vivienda social, todos los colombianos, hasta
el más humilde de los colombianos, gozarán
con las noticias de utilidades en el sector financiero.
Hay que hacer populismo
pero del bueno. Uno no puede hacer populismo
contra las utilidades del
sector financiero. Hay que hacer populismo para
que el sector financiero, con sus utilidades haga
política social y se haga querer del pueblo
colombiano, que lo necesitamos para la cohesión
social de esta gran tierra de la Patria.
Hemos impuesto hoy la presea
que creara el Libertador en el grado de Cruz
de Plata a Fenalco, por su
espíritu democrático, por su tarea,
doctor Guillermo Botero Nieto, distinguidos integrantes
de la junta, en favor de todos los sectores sociales
de la Patria.
Yo aplaudo la labor gremial
de ustedes. Cuando veo que defienden con el mismo
entusiasmo al humilde
tendero de Bogotá o de Barranquilla, al
comerciante mediano y a las grandes superficies,
eso es unir a los colombianos en la práctica.
Muchas felicitaciones,
Fenalco, y sigan construyendo esta Patria para
que las nuevas generaciones vivan
felices en nuestra Colombia”.