CUMBRE VENEZUELA – BRASIL – ESPAÑA – COLOMBIA
Marzo
29 de 2005 (Ciudad Guayana - Venezuela)
Señoras y señores:
Gracias, Presidente Chávez. Bueno, es muy grato compartir
esta reunión con ustedes. Yo empezaría preocupado
por el tiempo y porque ahora vi al Presidente Rodríguez
Zapatero reclamar ya la hora del almuerzo aquí, la comida
suya. Pero déjenme empezar por esto: nada hay más
importante para desvirtuar la agenda de rumores, que la agenda
del trabajo práctico y eficaz. Nosotros tenemos que
escoger si vivimos jalonados por los rumores, si dejamos que
se agrien las relaciones de nuestros pueblos, o si avanzamos
con la agenda de lo práctico.
Cuando miro la historia de Colombia
con Brasil, veo una historia amazónica, de relaciones de cortesía, de encuentros
de coctel y de acuerdos esporádicos para defender el
precio del café, pero una historia a espaldas, una frontera
bien importante y una historia de espaldas. Creo que hemos
dado pasos que son de gran importancia. El primero, a lo que
tanto contribuyó el Presidente Lula, esa integración
entre la CAN y MERCOSUR. Porque diría que eso rompió una
historia de indiferencia y la hizo suceder a un tramo bien
importante de integración no retórica sino práctica.
Confío que rápidamente, Presidente Lula, Presidente
Chávez, nuestros Congresos ratifiquen esa integración
entre la Comunidad Andina y MERCOSUR. Ese es un paso de gran
importancia.
Por supuesto que tenemos que integrarnos
en todos los campos. Está el campo de la infraestructura. Para mencionar,
Presidente Rodríguez Zapatero, dos temas con el Brasil
de gran importancia: está lo del río Putumayo.
Ahí va bajando por la frontera Ecuador – Colombia – Perú – Colombia
y le sale al Amazonas por el Brasil. Ahí hay una comunicación
importantísima del Brasil con el Pacífico, a
través de Colombia.
Voy a ver cómo está el pulso mío desde
aquí.
Hugo Chávez, presidente de Venezuela: Mejor que el
mío. Mira, ¿cuántos kilómetros
hay del Putumayo al Pacífico, de donde sale el Putumayo?
Álvaro Uribe Vélez,
presidente de Colombia: A ver, el Putumayo tiene unos 1.200 kilómetros navegables
del Amazonas a un sitio colombiano que se llama Puerto Asís. ¿Y
de ahí al Pacífico hay unos 320 kilómetros,
Santiago? ¿Entonces qué nos falta allí?
Nos falta pavimentar 200 kilómetros de carretera y hacer
unas variantes bien importantes entre dos sitios colombianos
que se llaman Mocoa y Pasto. Eso se convierte en una gran vía
de integración suramericana y en una gran salida del
Brasil al Pacífico.
Y el otro tema donde ya va tocando
a la hermana República
de Venezuela, Presidente Rodríguez Zapatero, es el tema
que mencionaba el Presidente Chávez. Aquí viene
el Orinoco, aquí está el río Meta, en
esta área tenemos Colombia y Venezuela una llanura común.
Usted me decía esta mañana que Venezuela tiene
dos riquezas: petróleos, combustibles en general, y
agua. Aquí tenemos un llanura común, con todo
el futuro, una llanura donde llueve más o menos 2.500
milímetros año, bien repartidos, sin épocas
de sequía extensas, con todas las posibilidades para
el desarrollo de palma africana, de biodiesel, de caucho, etcétera.
Y tenemos este río Meta, afluente del Orinoco, que es
una gran arteria de navegación. Al llegar aquí a
este sitio colombiano, Puerto Carreño, fronterizo, uno
puede tomar el Orinoco aguas abajo, a venir a este Estado de
Bolívar, o puede tomarlo aguas arriba al Caño
Casiquiare, y a pasar aquí al Río Negro y llegar
a la hermana República del Brasil, al Amazonas, y a
seguir al sur por lo que se llama la hidrovía suramericana
-que ya la tiene el Presidente Chávez-, a buscar el
río Paraguay y el Paraná.
Esas son obras de gran importancia. ¿Qué queremos,
Presidente Rodríguez Zapatero? Poder financiar rápidamente
por lo menos la recuperación de la navegabilidad del
Meta – Orinoco, como primer trayecto de esa hidrovía
y la salida del Brasil al Pacífico por Colombia, a través
del río Putumayo y la carretera de Mocoa – Pasto –Tumaco,
salida del Brasil al Pacífico colombiano.
Con Venezuela tenemos una agenda de
gran importancia. Venezuela, que es 200 veces más rica en hidrocarburos que Colombia,
necesita durante algún tiempo alimentar de gas sitios
de su occidente. Colombia está haciendo un desarrollo
de gas acá. Entonces uno de los primeros puntos es suministrarle
a Venezuela gas desde este punto hasta acá y en reciprocidad
que en el futuro Venezuela se constituya en una fuente de venta
de gas a Colombia. Pero nosotros no podemos pensar solamente
en esta integración de infraestructura en Suramérica.
Usted ve a Colombia aquí, es el eslabón que une
a Suramérica con Centroamérica. Colombia ya hace
parte del Plan Panamá Puebla, que es otra instancia
bien importante para ir avanzando hacía la integración
Iberoamericana.
Entonces, ¿en qué estamos? Primero, construir
un gasoducto desde la hermana República de Venezuela
pasando por Colombia a Panamá, para que se integre hasta
Puebla. Segundo, construir la Línea de Integración
Eléctrica. Venezuela está integrada con el Brasil,
está bastante integrada en varios puntos con Colombia –las
líneas eléctricas-, Colombia a su vez tiene una
integración con el Ecuador, por aquí no estamos
integrados con el Perú, la integración con el
Perú hoy la tenemos que hacer a través del Ecuador
y es bien importante que hagamos esta línea de integración
eléctrica de Colombia a Panamá, pensando en el
Plan Panamá Puebla, en la integración de Suramérica – Centroamérica.
Pero esto hay que pensarlo mucho más allá, Presidente
Rodríguez Zapatero. Hay que pensarlo en función
del Asia. Nada vale que nos integremos nosotros para estancarnos.
Algún día le decía al Presidente Lula
que esta integración sirva como un estímulo para
que juntos, en bloque, busquemos otras economías. Y
le dije al Presidente Chávez en diciembre, que él
iba para China, le dije: lleva las cartas de representación
de Colombia en tus reuniones con los chinos.
Entonces estamos en esta idea. Del
Lago de Maracaibo, Venezuela sacaría un gasoducto o un poliducto al Pacífico
colombiano, para exportar sus combustibles a través
del Pacífico colombiano, a Asia, buscando esas economías
como la china. Eso es algo plenamente aceptado por la opinión
pública colombiana. Nosotros queremos que eso se haga
y estamos dispuestos.
Esa integración nos ayuda muchísimo, porque
en la medida que más integrados estemos, más
necesidad de integración vamos a sentir. No creo que
lleguemos a la moneda única de un momento a otro. La
integración nos va forzando a llegar a nuevos pasos
de integración, como serían los acuerdos monetarios,
los acuerdos cambiarios. La Unión Europea, antes de
tener la moneda única, hizo unos acuerdos de armonización
de sus indicadores macroeconómicos. Allá tenemos
que llegar nosotros. Y esa integración nos ayuda a que
cada uno cuide su propia democracia y la democracia del vecino.
Y esa integración nos ayuda a que cada uno cumpla con
la tarea de erradicar la pobreza en su propio país.
Si algo le ha ayudado a Europa en ese proceso de erradicación
de la pobreza, es la integración. Cada socio de la Unión
Europea se ha convertido en un fiscal para que el otro cumpla
con su agenda social.
Por esos nosotros tenemos que conectar
muy claramente en nuestro medio la idea de la integración con la agenda social.
La integración es un camino de expansión de la
economía y es un medio de fiscalización de cada
uno sobre los demás, para que cada uno cumpla con su
agenda social.
Y ayuda inmensamente en otro tema.
Si ustedes me preguntaran desde el punto de vista de Colombia, ¿cuáles
son las causas eficientes de la pobreza, y que la tenemos y
bien alta?, diría: en las últimas décadas
en Colombia ha habido dos causas eficientes de la pobreza:
el terrorismo alimentado por el narcotráfico y la corrupción.
No hay presupuesto que aguante la corrupción que hemos
tenido en muchos de nuestros países. La integración
ayuda a eliminarla. Porque cada uno de los miembros de la integración
se convierte en un fiscal, que va atener los ojos puestos sobre
los demás, para que los recursos en lugar de que se
vayan a la corrupción se vayan a la agenda social.
Y es fundamental el tema de la seguridad.
He anotado aquí,
y voy a hacer uso de lo que ha dicho el Presidente Rodríguez
Zapatero: la seguridad tiene que ser algo compartido. He insistido
mucho, cada vez que hablo con el Presidente Lula, cada vez
que hablo con el Presidente Chávez, en la necesidad,
déjenme decirlo humildemente, de que nos ayuden en este
tema del terrorismo en Colombia. Hoy por Colombia, mañana
por estos países hermanos. Y les he dado a ambos una
garantía. Nosotros estamos cuidando celosamente nuestra
democracia.
Hugo, te voy a mandar unos goticas
que me dan por allá a
mí en mi pueblo, porque cuando te oigo, digo: bueno,
pero por qué le he prestado tan poca atención
a todo lo que de pronto dicen de los políticos que ganamos
una que otra elección. Cuando a mí me eligieron,
decían “llegó el fascista, la mano dura,
el militarista, se acabó la democracia”. La hemos
profundizado. Las elecciones del 2003 en Colombia, regidas
por la Seguridad Democrática, fueron un ejemplo.
Allí están muchísimos alcaldes, gobernadores,
provenientes de partidos alternativos a los tradicionales,
provenientes de lo que otrora se llamaba la izquierda radical,
provenientes de partidos de antiguas guerrillas. No solamente
llegaron, sino que llegaron rodeados de garantías del
Gobierno que presido. Y no solamente llegaron, sino que han
tenido todo el respeto a sus espacios de gobernabilidad. Han
tenido toda la colaboración y el respeto del Gobierno
Nacional, hasta el punto de que ellos hoy se sienten cómodos
con un Gobierno del cual pensaron que sería muy diferente.
Entonces cuando tenemos ese proceso
de profundización
democrática, invocamos el derecho de que contra la democracia
colombiana no haya violencia. Y cuando por un lado hay una
democracia en profundización y por otro lado unos grupos
financiados por la droga, atentando con armas contra esa democracia,
los que defendemos y garantizamos esa democracia tenemos todo
el derecho a señalarlos de terrorismo.
Cuando leo las legislaciones europeas
y veo, por ejemplo, que en muchos de los países europeos se define terrorismo
como el uso o la simple amenaza de uso de la fuerza por razones
ideológicas, políticas o religiosas, encuentro
que eso tiene una razón histórica. En la medida
que se consolidaron las democracias europeas, la contrapartida
fue negar la posibilidad de que se les combatiera por la vía
armada. En la medida que nosotros hemos profundizado la democracia
colombiana, la contrapartida tiene ser negar la posibilidad
de que se nos combata por la vía armada y de que se
nos combata de la manera en que se nos combate. Es que allá no
solamente hay una gente en armas, allá hay una gente
financiando su acción con el narcotráfico, amenazando
la selva amazónica. Presidente, usted me preguntaba
esta mañana, cuando esperábamos a los presidentes
Chávez y Lula, por la Amazonía.
Colombia es la inserción noroccidental en la selva
amazónica, aquí está la selva amazónica.
Colombia es esta inserción noroccidental en dirección
noreste en la parte más occidental de la selva amazónica.
La droga ha destruido en Colombia un millón 700 mil
hectáreas de selva tropical amazónica. Eso empieza
a ser la gran amenaza contra el equilibrio ecológico.
Ha corrompido todo.
A mí me ha tocado en el curso de mi generación
ver la evolución de las guerrillas. Cuando era un adolescente
las guerrillas colombianas eran ampliamente ideológicas.
Las unas defendían la revolución del Presidente
Castro en Cuba, las otras eran la línea prosovietica,
las otras seguían las tesis de Mao Tse Tung en China,
etcétera. Pero eran ideológicas. Nunca pensé,
hace 30 ó 35 años en la universidad pública,
que la guerrilla, que en esa época se veía como
el antípoda del narcotráfico, 30 años
después estuviera fusionada con el narcotráfico.
Vivir para ver.
Esa transición nos ha tocado presenciar en Colombia,
y el daño ha sido enorme. Nosotros llegamos a tener
en Colombia hace dos años 30 mil homicidios, en un país
de 42 millones de habitantes. Cómo no va a estar uno
alarmado con eso. Llegamos a tener 3 mil secuestros. Que ha
mejorado la situación, sí, pero falta mucho.
Uno no puede, no se cuántos secuestros tiene Brasil.
En Colombia se dice: cómo ha mejorado, y todavía
hubo 700 el año pasado. Es una barbaridad. Porque estábamos
mal acostumbrados, porque veníamos de 3 mil. Cómo
ha mejorado, y todavía hubo 19 mil homicidios el año
pasado.
Entonces un problema de esas dimensiones
no lo resolvemos sin la ayuda de los vecinos. Por eso molesto
tanto al Presidente
Chávez y al Presidente Lula en ese tema, y sé que
todos los días vamos a avanzar en esa tarea. Y esta
gente tiene capacidad de hacer daño en todas partes.
Ahora, por ejemplo, tenemos el caso de uno acá, colombiano,
lo capturaron en Venezuela. Me contaba el Presidente Chávez
que es responsable de un secuestro de la mamá de un
beisbolista. Ellos para secuestrar y hacer daño tienen
tácticas, tienen momentos, pero finalmente no respetan
fronteras. Por eso muy importante avanzar en ese camino.
El tema de las Farc, el ELN. En la
misma forma que nosotros hemos tenido toda la firmeza para
la política de seguridad,
también hemos ofrecido toda la apertura para procesos
de paz.
Cuando empezó este Gobierno, mi antecesor, el Presidente
Pastrana, había autorizado unas conversaciones con el
ELN en Cuba, y unas conversaciones con los paramilitares a
través de la Iglesia Católica. Yo dije que estábamos
dispuestos a continuarlas a condición de que hubiera
cese de hostilidades. El planteamiento, y se lo expresé aquí en
una reunión reciente, cordial, productiva, muchísimo
al Presidente Chávez, es: urgencia para el cese de hostilidades,
paciencia para llegar a los acuerdos finales.
Le he dicho a estos grupos: mire, no
hay afán de que
ustedes se desmovilicen, se desarmen, eso sí, silencien
las armas. Si silencian las armas, se crean las condiciones
para que en un proceso paciente, bien manejado, lleguemos al
punto final que es su desmovilización, su desarme y
su reincorporación a la vida constitucional. Eso ha
sido la exigencia. Hasta el momento no hay proceso de paz sino
con algunos sectores paramilitares, no con todos. Hoy a las
cinco de la mañana la Fuerza Pública colombiana
dio de baja a un jefe paramilitar en el departamento del Cesar.
Está aquí, aquí está la ciudad
de Valledupar, ahí a las cinco de la mañana dieron
de baja a un jefe paramilitar. No obstante que hay unos grupos
paramilitares con quienes estamos en proceso de paz. La orden
del Gobierno es: quienes respeten el proceso de paz, avanzamos
con ellos en ese proceso, quienes no lo respeten, los combatimos
militarmente.
En el pasado en Colombia, cuando se
desmovilizó el
M – 19, se desmovilizaron 280 guerrilleros, más
unos 500 simpatizantes. Cuando se desmovilizó el EPL,
se desmovilizaron mil guerrilleros, más mil simpatizantes.
En este Gobierno se han desmovilizado 6 mil paramilitares y
casi 6 mil guerrilleros. Las desmovilizaciones colectivas en
algunos casos de los paramilitares, las desmovilizaciones individuales
de la guerrilla. Y los estamos tratando con toda la generosidad
democrática. No es fácil. El costo de esos procesos
es muy alto, la escasez del presupuesto colombiano es crónica,
aguda, pero estamos haciendo todos los esfuerzos, y es bien
importante la ayuda de la Unión Europea, Presidente
Rodríguez Zapatero, en eso.
No hemos podido con las Farc y con
el ELN. Ahora, Presidente Lula, no me tiene que dar explicaciones
de las que dio ahora.
Yo me avergüenzo, usted sabe cuánto respeto y confianza
le tenemos. Cuando lo molesto a usted o al Presidente Chávez
para que nos ayuden, pues lo hago justamente en un marco de
confianza. Algún día llegué a mi casa
y los hijos míos estaban llorando, era yo Gobernador
de Antioquia, por todo lo que se decía de mí,
y porque había unos graffitis en mi ciudad donde me
trataban muy mal. Les dije: no, estén tranquilos, acostúmbrense,
no los lean. Les dije: ¿qué decían los
graffitis? Que yo soy ladrón, no papá eso no,
decían que yo soy depravado sexual, no papá eso
no, entonces quédense tranquilos, con tal de que me
salve de esas dos acusaciones, que digan todo lo que quieran.
Entonces el tema es de trabajar una agenda, y que ustedes
nos ayuden o nosotros ayudemos en lo que se pueda, en un marco
de confianza.
¿Qué ha pasado con estos amigos de las Farc?
El acuerdo humanitario. Yo asumí la Presidencia con
la tesis de que para existir un acuerdo humanitario tenía
que reiniciarse un proceso de paz a partir de un cese de hostilidades.
Me reuní con el Presidente Chirac,
con los familiares de los secuestrados de las Farc, con el
Secretario General
de Naciones Unidas, y me dijeron: cambie esa tesis, facilite
un proceso de acuerdo humanitario a ver si liberan los secuestrados.
Lo hicimos.
Para no llevarlos a ustedes por el
recorrido de estos dos años y medio, ¿en qué estamos hoy? Nosotros
unilateralmente liberamos en diciembre del año pasado
27 integrantes de las Farc. Están hoy libres en Colombia.
Yo he ofrecido que los que se liberen, o deben irse al extranjero
o se deben quedar en Colombia en el proceso de paz, en el proceso
de reinserción, porque lo que no podemos permitir es
que vuelvan a las Farc.
¿Qué le digo a la Fuerza Pública, al
Ejército Colombiano? El año pasado las minas
antipersonal de las Farc, hirieron 600 integrantes de la Fuerza
Pública colombiana, muchos de ellos quedaron mutilados.
Cómo les digo yo: aquí les solté de la
cárcel a sus agresores para que vuelvan a maltratarlos
a ustedes. Eso sería una desmotivación total
del Ejército, en un país que tiene que recuperar
el control institucional. Entonces por eso he dicho: magnífico,
los soltamos, pero no pueden volver a delinquir. Tienen que
escoger: o se sitúan en el extranjero, bajo la tutoría
de un país que responda por su conducta, o se quedan
en Colombia, pero en el proceso de paz
Lo segundo. Les he dicho: no hay zonas
de despeje. Las Farc nos reclaman una zona de despeje de
60 mil kilómetros.
Las zonas de despeje en Colombia no han servido sino para que
crezca el narcotráfico, las han convertido en lugares
de cautiverio de secuestrados y las han convertido en depósitos
de armas.
Sin embargo, les hemos ofrecido un
encuentro en el extranjero, un encuentro en una iglesia colombiana,
donde la escojan, en
cualquier sitio, un encuentro en una embajada, un encuentro
en la Nunciatura. Les he dicho: un sitio sí, una zona
de despeje no. Y lo tercero que les he dicho es: tengo que
cumplir la Constitución. La Constitución no me
permite liberar de la cárcel personas incursas en delitos
atroces, sino personas que estén simplemente por la
causa de delitos políticos. Esas son las tres condiciones
que pone el Gobierno.
Presidente Lula, todo lo que ustedes
puedan ayudar, magnífico.
Si ustedes encuentran que esas tres condiciones no son razonables,
las reviso. Nosotros hemos creído, después de
procesarlas con todo el buen cuidado, que son razonables, por
lo que someramente les acabo de explicar.
El ELN. Con el ELN estamos en conversaciones.
Esto lo digo aquí en privado, no obstante entre nosotros
200.
Estamos en conversaciones y ayer pasó lo siguiente.
Llama a la cárcel ayer a un líder del ELN y hablé con él
un rato. Me contó la carta que les está mandando
a ustedes. Nos ha ayudado muchísimo México, el
presidente Castro nos ayudó con muy buena fe, con toda
la devoción, mal haría en ignorar la ayuda del
presidente Castro, él nos ha ayudado en eso con todo
el interés. No hemos podido tener éxito. A raíz
del mismo ELN, empezamos la opción de México,
porque surgió de manera espontánea allá.
¿En que estamos? Ellos piden una reunión directa
con el Gobierno en México. Ofrecen cesar acciones violentas
contra la Fuerza Pública y contra la infraestructura. ¿Cuál
es mi repuesta? Hombre, tienen que cesarlas también
contra la población civil. No tendría presentación
que nos vamos a conversar en México o en otro país
y que el Gobierno acepte que en ese tiempo ustedes no le disparan
a la Fuerza Pública, no atentan contra la infraestructura,
pero que el Gobierno nada dijo de la reserva de ustedes frente
a la población civil. No creo que nazca bien un proceso
de paz, si mientras estamos en las etapas iniciales, ellos
continúan secuestrando.
Esto no lo voy a decir en público. Cuando conocimos
ayer esa declaración del ELN dijimos que seguíamos
en conversaciones y vamos a seguir en conversaciones.
Presidente de Venezuela: Presidente,
permítame que
lo interrumpa, para que usted sepa, están transmitiendo.
Así que permítame alertarlo, Álvaro.
Presidente de Colombia: ¿Lo oyen cuántos millones? ¿25?
Ahí queda ese secretico entre nosotros 26 millones Presidente
Chávez, ahí queda ese secretito.
Entonces vamos a seguir manejando esto
tranquilamente con el ELN, buscando crear condiciones, pero
si alguna ayuda les
pido a ustedes, es que le hagan saber al ELN que es razonable,
que mientras estemos en esas conversaciones, la cesación
de sus actividades militares sean generales.
Hoy secuestran sin permiso, pero si
les acepto ir a México,
solamente con el compromiso de no atentar contra la Fuerza
Pública y de no atentar contra la infraestructura, me
van a decir que les dí permiso de secuestrar. Y un proceso
que empieza con esas licencias, es un proceso que empieza mal
y como el arbolito que nace mal y crece torcido, torcido se
queda.
Pero tenemos toda la buena voluntad,
si el ELN nos ayuda con eso. El arzobispo Tutu de Sudáfrica hace pocos días
estuvo en Colombia, y me pregunto a mí a través
de la televisión también que qué opinaba
si él se llevaba a los dirigentes de la guerrilla a
Sudáfrica. Para mí muy comprometedor, porque
me lo pregunta el arzobispo Tutu, que lo recibimos en Colombia
con toda la esperanza y con todo el cariño, el respeto.
Le dije: no me opongo, obispo, pero, ¿le puedo proponer
una condición? No me contestaba. Le dije yo: es chiquitica.
No me contestaba. Y después de que guardó silencio
unos minutos me hizo así, un gesto, entonces le dije:
le voy a proponer la condición. Para que esto sea serio
que mientras estén en Sudáfrica, que no cometan
actos violentos en Colombia.
Él les dirigió un mensaje a ellos en esa misma
sesión diciendo que aceptaran esa condición.
Eso es lo que le estamos pidiendo al ELN. Creo que eso es muy
poco.
Y les he dicho: Mire, el Presidente
que más los ha
combatido soy yo, pero con quien más fácil harían
la paz es conmigo.
Les quería contar eso, apreciados
Presidentes y muchas gracias. Presidente Chávez, te
demoré algo más
el almuerzo.