HOMENAJE PÓSTUMO
A OCTAVIO ARIZMENDI POSADA
Mayo 25 de 2005 (Bogotá – cundinamarca)
Compatriotas:
Enaltecemos la memoria de Octavio Arizmendi
Posada y expresamos nuestro testimonio de admiración
al ilustre hijo de Antioquia, a su grandeza,
inteligencia y vocación de servicio.
Fue una vida ejemplar, cuya huella está impresa
profundamente en la cultura, la política
y la educación de nuestra nación.
Como servidor publico se concentró en
cada detalle de la gestión, en lo macro
y en lo micro. Antioquia recuerda como recorrió palmo
a palmo su territorio, transitando por las escarpadas
carreteras de su arisca geografía.
Ni uno solo de sus municipios quedó esperando
su visita, porque todos, sin excepción,
vieron llegar al joven gobernador para alentarlos
al progreso y a la paz.
A la alternativa de si es la Patria la que debe
preocuparse por el individuo o este por la Patria,
Arizmendi respondió con un lapidario: ¡Por
Colombia, los antioqueños podemos hacer
más! Y él sí que hizo mucho
por Antioquia y por Colombia.
Como gobernador, y posteriormente como Ministro
de Educación en el gobierno del Presidente
Carlos Lleras Restrepo, ideó con visión
de largo alcance, entidades como Turantioquia,
COLDEPORTES, COLCULTURA, COLCIENCIAS, el ICFES,
la Corporación Forestal de Antioquia,
los Institutos de Enseñanza Media Descentralizada
y los fondos educativos regionales.
Al retirarse del servicio público –aunque
nunca se retiro del servicio a lo público-
consagró su esfuerzo a la fundación
y rectoría de la Universidad de La Sabana.
Allí muchas cosas tienen su impronta,
y recorrer sus campus es como ver el tejido que
se fue bordando bajo su guía, por centenares
de directivos y profesores.
Colombia agradece su esfuerzo como ministro
y como rector por la Revolución Educativa,
por la investigación científica,
la cultura, el deporte, la construcción
de infraestructura; como pionero del esfuerzo
por la calidad y la cobertura en educación.
Nos queda también su obra como escritor
castizo, su esfuerzo intelectual orientado a
dos elevados objetos de conocimiento: la religión
y la vida del Libertador. En todas sus páginas
hay fe, ortodoxia exenta de fanatismo, apertura
ecuménica.
Como hijo de la Universidad de Antioquia, reconocemos
en él, la elevada expresión de
la formación que se imparte en nuestras
instituciones de educación pública.
Como dirigente político, vemos al hombre
público transparente, con capacidad gerencial;
al líder social comprometido.
Como intelectual, maestro y amigo, predicó con
su ejemplo. Su pensamiento, su palabra y sus
actos tuvieron la concordancia de quien obra
guiado por los principios.
Sus últimos días fueron expresión
de grandeza y estoicismo.
Hoy, desde lo alto, su ejemplo sigue iluminando
a Antioquia y a Colombia, y siempre las ilumine;
y su memoria es fuente de inspiración
para todos los hijos de esta gran nación.
Tuve la fortuna de contar con su compañía,
con su espíritu estimulante, con su ejemplo
de moral pública, con su entusiasmo estudioso
de todos los temas nacionales, en un tramo muy
importante de mi vida política. Esa fue
la última de sus batallas terrenales,
y fue exitosa, sin que pensáramos que
fuera la última.
Impongo, con respeto y admiración, sobre
la imagen egregia del gobernador, del ministro,
del rector y, sobre todo, del ciudadano ejemplar,
Octavio Arizmendi Posada, la Orden de Boyacá en
el grado de Gran oficial.
La memoria que deja en su familia, en sus coterráneos
y compatriotas, es la memoria de un colombiano
ejemplar. Que nos ayude desde la historia.
Muchas gracias.