Compatriotas:
Quiero dar un saludo muy
afectuoso a todos. Expresar nuestra bienvenida
a quienes nos acompañan
de la comunidad internacional en este foro, que consideramos
de gran importancia.
Quiero enmarcar el tema de
la seguridad social en lo que, a mi juicio, deben
ser los parámetros
para entrar a clasificar las democracias latinoamericanas.
Creo que, equivocadamente,
se viene hablando en América Latina de gobiernos democráticos
de derecha y de gobiernos democráticos de
izquierda. Equivocadamente, porque eso no corresponde
al momento histórico. Porque eso correspondía
a las épocas de las dictaduras. Además,
inconvenientemente, porque lo único que ha
hecho es generar polarizaciones, que hacen mucho
daño, como la que acabamos de ver en el caso
de la elección del Secretario General de la
Organización de Estados Americanos, y que
por fortuna pudimos finalmente superar.
Y tampoco corresponde a los
resultados prácticos,
porque ya en la práctica, cuando pasa el discurso
electoral es prácticamente imposible diferenciar
un gobierno comprometido con la democracia, de otro
igualmente comprometido con la democracia a la luz
de si son de izquierda o de derecha.
He creído que los parámetros contemporáneos
que deben utilizarse para calificar nuestras democracias
deben ser otros. Hemos propuesto que se miren estas
democracias a la luz de la seguridad, a la luz de
la transparencia, a la luz de la institucionalidad,
a la luz de la cohesión social y a la luz
de las libertades.
Eso permite definir si una
democracia es institucional o caudillista, si una
democracia está regida
por el ordenamiento jurídico o por caprichos
personalistas, si una democracia es progresista o
retardataria.
Por ejemplo, en el campo
institucional, Colombia es un país de instituciones bastante independientes.
El Presidente de la República no tiene facultades
para definir una política de tarifas de servicios
públicos. Puede proponerla, pero finalmente
hay una comisión independiente. No tiene facultades
para definir una programación de televisión.
Puede hacer sugerencias, pero finalmente hay una
comisión independiente.
Los delegados internacionales
que hoy nos visitan encuentran una Nación que ha avanzado muchísimo
en institucionalidad. Y a mi juicio, una democracia
moderna para considerarla si es progresista o retardataria,
debe obedecer al respeto de la institucionalidad
independiente. De lo contrario se convierte en una
democracia caudillista, en una democracia personalista.
Tema bien importante dentro
de esos cinco parámetros
es el tema de la cohesión social, la construcción
de justicia social. Creo que es mucho más
importante retar a estas democracias en los resultados,
que simplemente examinarlas por los discursos de
sus voceros.
El tema de cohesión social en América
Latina tiene que ser un tema más de resultados,
que un tema de discursos electorales. Colombia viene
haciendo un gran esfuerzo en materia de cohesión
social.
Déjenme expresar lo siguiente: ustedes, apreciados
delegados internacionales, encuentran un país
cuya fotografía más general muestra
un 48 por ciento de la población por un lado
y un 52 por ciento por otro lado. Ese 52 por ciento
vive aún en condiciones de pobreza deplorable,
que tenemos que superar.
Cuando empezó este Gobierno, la pobreza estaba
en el 59. Estamos trabajando para que Colombia, cuando
cumpla el segundo centenario de vida independiente,
haya reducido la pobreza a no más del cinco
por ciento.
Pero el otro 48 por ciento
de la sociedad colombiana vive en un modelo respetable,
en un modelo que se
puede mostrar en cualquier parte del mundo. Y lo
que hay que preguntarse es: ¿cuál es
la causa de ese 52 por ciento de pobreza en Colombia? ¿El
48 restante? No.
Como lo vamos a ver enseguida,
al examinar el tema de la seguridad social, para
ir pasando de lo más
general a lo más específico, ese 48
tiene inmensas responsabilidades sociales con el
conglomerado.
A mi juicio, las grandes
causas determinantes de la pobreza en Colombia,
que ha sumido a este 52 por
ciento, han sido el terrorismo, el narcotráfico
y la corrupción. De ahí que este país
tiene que superar estas causas.
Espantaron la inversión, expulsaron 4 millones
de colombianos al extranjero, han producido un desplazamiento
interno de dos millones, frenaron la expansión
de la economía, y todo ese volcamiento de
desplazados de la ruralidad colombiana a estas grandes
ciudades no pudo encontrar una economía en
crecimiento, fuerte, que los acogiera, que los absorbiera,
y tuvieron que sujetarse, someterse simplemente a
expresar su pobreza en la economía callejera.
La seguridad social de Colombia
nosotros la miramos dentro de una dimensión más amplia.
Este Gobierno, para construir confianza en esta Nación,
ha venido trabajando tres ejes. El eje de la Seguridad
Democrática, la derrota del terrorismo, la
seguridad para todos nuestros compatriotas, independientemente
de su grado de oposición o de su grado de
identificación con las ideas de gobierno.
Seguridad Democrática para todos los colombianos.
El tema de la transparencia,
y el tema de la reactivación
económica y de la reactivación social.
Esa reactivación social, que corresponde a
ese parámetro de la cohesión social,
la hemos desagregado en lo que llamamos siete herramientas
de equidad: el avance de la Revolución Educativa,
el avance de la protección social, el impulso
de la economía solidaria, avanzar hacia un
manejo social de los servicios públicos, hacia
un manejo social del campo, el país de propietarios
y la calidad de vida urbana, que se expresa por ejemplo
en la circunstancia de que con un 70 por ciento de
financiación del Gobierno Nacional, hoy se
está trabajando en sistemas de transporte
masivo en tres ciudades.
Bogotá, al terminar este Gobierno, tendrá más
de 80 kilómetros de transporte masivo. Y se
está trabajando en la ciudad de Cali, en la
ciudad de Pereira y en otras ciudades como Barranquilla,
Cartagena, Bucaramanga y el Valle de Aburrá.
Estamos en las vísperas de las nuevas licitaciones.
En el tema de la expansión de la protección
social estamos trabajando no solamente en el tema
de lo que se ha conocido propiamente como seguridad
social, sino en un área mucho más amplia,
en el área de familias educadoras, de familias
guardabosques, en el incremento de nuestras responsabilidades
con los desplazados, en un programa de reinserción
que beneficia hoy a 12 mil reinsertados de los grupos
terroristas, con un programa vasto de atención
social al pueblo colombiano, a pesar de todo lo que
falta.
El tema de la seguridad social.
Creo que es bien importante notar lo que definió la Constitución
de 1991 en Colombia. Aboga por una seguridad social
que avance gradualmente hacia la universalidad eficiente
y al mismo tiempo solidaria, cuyos actores deben
ser el Estado como titular del monopolio de la reglamentación
y de la supervisión, y también participante
en la prestación del servicio, pero no de
manera exclusiva, en la prestación del servicio
pueden participar los particulares.
¿Cuál fue el paso importante? Que
se abrió la posibilidad de que participen
los particulares en la prestación del servicio,
pero sin afectar la solidaridad. Entonces ahí,
al mirar esa solidaridad en la seguridad social de
Colombia, empezamos a ver si el 48 por ciento ha
tenido responsabilidades sociales con el conglomerado
o no las ha tenido. Empezamos a ver si en este país
hay esfuerzos por la cohesión social o no
los hay.
Veamos, por ejemplo, cómo se traduce esa
solidaridad constitucional en la práctica.
Primero: el sistema de cotizaciones.
El mayor esfuerzo lo tiene que hacer el empleador.
En muchos países
el sistema de cotizaciones está a cargo exclusivamente
del trabajador, aun en países que se autodenominan
de izquierda.
Cuando vemos aquí pensiones, la cotización
básica pensional de 13 y medio puntos, corresponden
10 puntos al empleador, tres y medio al trabajador.
Veámoslo en salud. La cotización básica
12 puntos, corresponden 8 puntos al empleador, cuatro
al trabajador.
Y en riesgos profesionales
-el tema que en buena hora concita este seminario-
la totalidad de la cotización
está a cargo de los empleadores. Primera expresión
de la solidaridad.
Segunda expresión de la solidaridad. Creamos
fondos de solidaridad tanto para salud, como para
pensiones. Los trabajadores de equis nivel de salarios
hacia arriba, tienen que cotizar al Fondo de Solidaridad
Pensional. Y de los 12 puntos de cotización
al Régimen Contributivo de Salud, un punto
se destina a subsidiar lo que se llama, o a financiar,
a cofinanciar lo que se llama el Régimen Subsidiado
de Salud
Y veamos otra expresión de solidaridad. Independientemente
de que el afiliado seleccione una empresa promotora
de salud estatal o privada, hay solidaridad. ¿Cómo
se da esa solidaridad? En cualquiera de ellas, el
plan obligatorio de servicios tiene que ser igual
para el trabajador, independientemente de su nivel
salarial.
El trabajador que gana un millón, tiene
que tener el mismo plan obligatorio de servicio
que el trabajador que gana 400 mil.
Hay un esquema de solidaridad
al interior, donde lo que le sobra al trabajador
de altos ingresos del
conjunto de su cotización para pagar el costo
de su plan obligatorio de salud, se traslada para
completar lo que le falta al trabajador de bajos
ingresos.
La compensación se hace en cada entidad a
su interior y hemos avanzado machismo para que todas
las entidades y todos los afiliados participen en
el Sistema Nacional de Compensación. Para
que aquella entidad que por la estructura de ingresos
de sus afiliados tenga déficit, reciba del
Sistema Nacional de Compensación el equivalente
a ese déficit y por lo menos se garantice
su equilibrio.
Y aquella entidad que por
la estructura de ingresos de sus afiliados tenga
superávit, ese superávit
lo traslade al Fondo de Solidaridad para ayudar a
poner en equilibrio a aquellas entidades que están
en déficit.
El sistema pensional. Colombia
introdujo el sistema de las cuentas individuales,
el sistema de capitalización,
pero no eliminó el sistema de prima media.
Desde 1994 hemos visto el
funcionamiento de ambos. El país ha estado en un proceso serio y detallado
de observación de cómo se comportan
ambos.
Algunas personas han dicho
que no ha crecido la afiliación, la cobertura. En muy buena parte
le asiste la razón. Apenas empezamos a ver
una recuperación de la dinámica de
ampliación de cobertura ahora.
¿Cual ha sido la causa? ¿El sistema?
No, porque el costo es el mismo, la causa ha sido
que ha correspondido la época a una época
de inmensas dificultades en la economía colombiana.
Entre 1994 y el año 2000 el desempleo abierto
en Colombia pasó del 7 y medio por ciento
a casi el 20 por ciento. En esa misma época
el desempleo de jefes de hogar paso del cuatro al
diez por ciento, Por fortuna un desempleo que iba
para el 25, logramos frenarlo y hoy ya lo tenemos
entre el 11 y el 13, ojalá podamos terminar
el año entre el 10 y el 12.
Eso nos ha ayudado a que
se reinicie la afiliación
de los trabajadores al sistema de seguridad social
en el área de pensiones.
Por ejemplo, entre enero
y febrero de este año,
el Seguro Social captó 24 mil afiliados más
a pensiones y los fondos privados de pensiones captaron
100 mil afiliados más, solamente entre enero
y febrero de este año.
En el consolidado del sistema
hoy tenemos más
de 600 mil nuevos afiliados en lo que va corrido
de este Gobierno.
Por un lado, la transición ha sido difícil
porque le ha costado al Estado muchísimo en
términos fiscales, pero por otro lado ha sido
bondadosa, porque un país que pasó sin
ahorrar entre 1993 y los años recientes, ha
tenido en el crecimiento de las reservas de los fondos
de pensiones la única fuente de ahorro.
Me preguntaría qué le habría
pasado al déficit fiscal de este país,
al endeudamiento público, a la tasa de interés,
si en medio de ese creciente desahorro de los sectores
público y privado, no hubiéramos tenido
esa nueva fuente de ahorro que por fortuna ha funcionado
que es el sistema de los fondos privados de pensiones.
Confío que con las reformas que se han venido
introduciendo en el Honorable Congreso, varias en
este Gobierno, la ley pensional de diciembre de 2002,
el acto legislativo que ahora está en curso
y que necesitamos aprobarlo porque el costo actuarial
de las pensiones en Colombia, representa el 190 del
PIB.
La reforma que hemos hecho
en 152 empresas del Estado para que esas empresas
recuperen su viabilidad, confío
en que eso nos vaya conduciendo en el camino del
equilibrio en materia de la deuda pensional. En buena
hora el país ha venido con todo empeño
sacando adelante esas reformas.
En el régimen contributivo de salud, tenemos
tanto el Seguro Social como el sistema de las EPSs.
En las EPSs las tenemos privadas del sistema privado
ordinario y también cooperativas. Allí se
ha presentado un crecimiento enorme de afiliados.
Pasamos de tener tres millones y medio de afiliados
en el año de 1993 a unos 15,
16 millones de beneficiarios a la fecha. Ese crecimiento
ha sido bien importante.
La primera decisión que tomamos en esa materia,
es que se generalizara y se obligara en todo el país
a la afiliación, a la cobertura de la familia
del afiliado. Antes no existía. Apenas en
unas pocas regiones del país se había
avanzado en cobertura familiar. Hoy la cobertura
familiar es una exigencia universal en toda Colombia.
El sistema de riesgos profesionales,
como lo acaba de mencionar el doctor Quinche, presidente
del Seguro
Social, es sano y confiable, tanto en el sector privado
como en el Instituto de los Seguros Sociales. Y ha
crecido muchísimo, ha crecido muchísimo.
En agosto de 2002 teníamos 4 millones 212
mil 504 afiliados al Sistema de Riesgos Profesionales.
En febrero de este año completamos cuatro
millones 912 mil, un crecimiento de 696.500 afiliados.
Y qué bueno ver que también hay un
crecimiento proporcional de la demanda del servicio,
porque algo que estaba pasando en Colombia es que
no había demanda del servicio, por carencia
de afiliación, por carencia de protección.
Las reservas son sanas, el
crecimiento va veloz. Este Gobierno tomó la decisión de facilitar
el acceso al Sistema de Riesgos Profesionales de
los trabajadores independientes. Eso ha ayudado muchísimo
a que los trabajadores independientes se vinculen.
Pero con nada de esto podemos
estar contentos en un país que tiene un 52 por ciento de pobreza.
La tarea tiene que ser de todos los días,
de todas las horas con gran empeño.
Nosotros necesitamos llegar
cuanto antes a la cobertura universal en salud.
Además del sistema que
se llama régimen contributivo, tenemos el
régimen subsidiado para aquellos colombianos
que por su nivel de ingresos o la informalidad de
su actividad laboral, no alcanzan a afiliarse al
régimen contributivo.
Este Gobierno encontró, en cifras grandes,
10 millones de afiliados al régimen subsidiado.
A la fecha tenemos 14 millones 900 mil. Hemos crecido
en ese Gobierno 4 millones 900 mil el número
de afiliados al régimen subsidiado de salud,
pero no estamos contentos. Necesitamos llegar a 22
millones de afiliados.
Confiamos terminar este año con cerca de
18 millones. Hemos introducido unas reformas importantes:
primero, el Congreso nos aprobó una proposición
para que en adelante solamente entidades sin ánimo
de lucro, puedan ser administradoras del régimen
subsidiado de salud.
Tomamos la decisión administrativa de reducir
los costos de administración del régimen
subsidiado de salud del 15 al 8 por ciento, hemos
denunciado la corrupción en donde la hemos
conocido. No nos ha temblado la mano para entrar,
a través de la Superintendencia de salud,
a tomar las decisiones que se requieran y la vamos
a derrotar totalmente.
El Congreso de la República está tramitando
la nueva ley de salud. Esa ley nos va a ayudar muchísimo
porque introduce mecanismos para tener mejores controles
en la contratación, en la selección
de las ARS y en la ampliación de los recursos
de prevención y de educación sobre
cuyo manejo, que es un manejo descentralizado, que
escapa al alcance del Gobierno Nacional, hay bastantes
quejas.
Confío que con los nuevos recursos que trae
esa ley y que con los nuevos esquemas de administración,
esa ley nos va a ayudar a llegar a esa meta rápidamente
de tener 22 millones de colombianos en el sistema
de subsidios y de depurar el sistema y eliminar del
sistema cualquier vestigio de corrupción.
Con el Ministro de Hacienda
(Alberto Carrasquilla) y el Ministro de Protección (Diego Palacio),
para apoyar la norma del Congreso, estamos explorando
la siguiente decisión: hasta el momento este
Gobierno ha invertido 700 mil millones en saneamiento
hospitalario, de hospitales que no le corresponden
(departamentales, municipales), de las ESES del Seguro,
porque hemos avanzado bastante en la reforma del
Seguro pero falta muchísimo.
Nosotros hemos reformado
152 empresas del Estado. Si me dijeran: ¿dónde está el
gran reto de lo que falta? Diría yo en muchos
hospitales públicos donde todavía no
han podido llegar la reforma, en las clínicas
del Seguro Social y en unas reformas que confiamos
el doctor Gilberto va a sacar adelante en lo que
se llama la EPS y el Sistema de Riesgos Profesionales
del Seguro, para hacer un Estado sostenible.
Nosotros no estamos en la
modalidad privatizadora de América Latina de los 90. Aquí hay
un espacio total al sector privado, pero un Estado
que no abandona sus responsabilidades. En lugar de
la propuesta privatizadora, la propuesta nuestra
ha sido Estado sostenible. Porque la posición
más fácil es la de que, en nombre de
que no se es privatizador, no le meten la mano al
Seguro. Entonces mantienen un discurso entre comillas
socialdemócrata, no reforman el Seguro y después
resulta que lo dejaron quebrar y lo dejaron desparecer.
Nosotros hemos preferido
enfrentar la crítica,
involucrarnos en la reforma del Seguro, pero con
un objetivo: salvarlo. Es mejor pagar el costo político
de la crítica y mostrar como resultado en
el mediano y largo plazo un Seguro Social salvado,
que simplemente mantener un discurso cómplice
con los malos manejos, darle la espalda a la problemática
y después recoger como cosecha el resultado
de un Seguro Social totalmente quebrado y desaparecido.
Ustedes pueden tener la certeza
que vamos a continuar con el propósito de salvar el Seguro. Hay
que hacer grandes esfuerzos: esfuerzos del presupuesto,
esfuerzos de la administración, esfuerzos
de las instituciones políticas de la Nación
como el Congreso y esfuerzos de los sindicatos de
los trabajadores del Seguro.
Llamo a los sindicatos a
que nos ayuden. Por ejemplo, anoche veíamos anoche en Cartagena que estamos
a punto de que una cooperativa de trabajadores contrate
el manejo de una de las clínicas del Seguro.
Ese sería un magnífico ejemplo. Eso
es ir haciendo el tránsito que Colombia necesita
del sindicalismo reivindicativo tradicional al sindicalismo
participativo. Y mejor que seguir teorizando sobre
el tema es dar un paso de la teoría a la práctica
para que eso nos cree un gran ejemplo.
Qué bueno que rápidamente los colombianos
puedan ver que se ha firmado ese convenio de manejo
de una de las clínicas del Seguro Social con
la misma organización de trabajadores. Ese
es un gran paso para adelantar todo lo que nos falta
en el proceso reformista del Seguro Social. Vamos
a seguir en esta tarea, pero no podemos quedarnos
solamente allí.
Celebro inmensamente los
convenios laborales que hoy se han suscrito. Este
país, por múltiples
causas, una de ellas la violencia, tiene 4 millones
de personas que han sufrido pérdida de capacidad.
Se ha avanzado en lo legal y lo importante es que
se avance en lo práctico.
Agradezco inmensamente a
las empresas privadas que conjuntamente con el
Seguro Social están en
la tarea de darles una oportunidad laboral a nuestros
compatriotas que han perdido capacidad. Un paso necesario
en la construcción de una Nación con
cohesión social, en la construcción
de una Nación solidaria.
Nosotros hemos crecido enormemente
la capacitación
en Colombia. Cuando este Gobierno llegó, apreciados
visitantes internacionales, el Servicio Nacional
de Aprendizaje capacitaba un millón de colombianos
por año. Este año capacitará más
de tres millones y confiamos que el año entrante
esté capacitando cuatro millones. Hace parte
de la Revolución Educativa. Pero lo más
importante es que ya entró en la capacitación
de las personas que han perdido capacidad.
Es muy importante ver que
mientras la clínica
San Pedro Claver del Instituto de los Seguros Sociales
nos muestra estos ilusionantes avances en las terapias
de recuperación de personas que han perdido
capacidad, también está el Sena abriendo
espacios de capacitación laboral a las personas
que han perdido capacidad. En Suba, con una organización
religiosa privada, ya tenemos el primer convenio
del Sena capacitando en Bogotá más
de dos mil personas que han perdido capacidad.
Qué bueno pues este
esfuerzo del sector privado, este esfuerzo del
Seguro Social, y lo importante
es mostrarlo masivamente.
Y una de las empresas aquí presentes, Paz
del Río, cuando este Gobierno empezó la
administración se decía: “esa
empresa ciérrenla, está quebrada”.
Llevaba muchos años quebrada. ¿Qué hicimos
nosotros? Allí propusimos la tesis de pasar
del sindicalismo de reivindicación al sindicalismo
de participación. Los trabajadores renunciaron
a prestaciones, nos ayudaron los pensionados. Esa
empresa, que estaba a punto de cierre, el año
pasado produjo más de 100 mil millones de
utilidad. Quién representa hoy al gerente
se comprometió conmigo, que ya están
comprando la maquinaria para renovarla, para ponerla
en la vanguardia competitiva, para que esa empresa
perdure por los siglos de los siglos en favor de
los trabajadores colombianos.
Cuando este Gobierno empezó, esa empresa
tenía una participación accionaria
de trabajadores del 9 por ciento. Era una vergüenza.
Los que se sintieron quebrados en esa empresa, para
lavarse las manos, les dieron acciones a los trabajadores
y los dejaron con el problema. Nosotros hemos pasado
esa participación al 48 por ciento y pusimos
todas las bases para el resultado que hoy está mostrando
la empresa, una empresa de los trabajadores en un
48 por ciento, que está saliendo adelante,
que era un moribundo y hoy es una empresa rejuvenecida,
una empresa próspera, una empresa que muestra
que este país puede ser un gran constructor
de cohesión social.
Los invito pues a que pensemos
en estas democracias de América Latina, no en función de
titulares de discurso político que califican
a unas como de izquierda y descalifican a otras como
de derecha, lo cual es totalmente obsoleto, impráctico,
polarizante e inconveniente.
La calificación moderna es preguntarnos cómo
van estas democracias de América Latina en
seguridad, cómo van en transparencia, cómo
van en respeto a la institucionalidad independiente,
cómo van en cohesión social y cómo
van en respeto a las libertades públicas.
Todo lo que podamos avanzar
en materia de seguridad social, en materia de riesgos
profesionales, es un
avance en cohesión social, es un avance en
construcción de capital social, es un avance
en construcción de unión de ciudadanía,
es un avance para que nuestras sociedades no se polaricen
más.
Muchas gracias a todos por
venir a Colombia a este evento”.