SEMINARIO FIAP – 2005
Mayo 20 de 2005 (Cartagena
de Indias – Bolívar)
Compatriotas:
Quiero dar un saludo muy afectuoso a todos ustedes
y muy especialmente a los distinguidos ciudadanos
que nos acompañan hoy provenientes de tantos
países cercanos y aun de la Federación
Rusa, de países más lejanos, de países
europeos. Veo que tenemos una delegación
muy importante de Antillas Holandesas, de Argentina,
de Bolivia, de Brasil, de Costa Rica, de Chile,
de Ecuador, El Salvador, España, Rusia,
Honduras, México, Perú, Ucrania,
Uruguay y Venezuela. Aquí no me pusieron
Panamá. Si los saludé allí,
están estrenando la ley. Con más
gracia haberlos recordado. Y Polonia. A todos un
saludo lleno de afecto.
Ustedes visitan un país con inmensas dificultades,
pero que está haciendo todos los esfuerzos
para salir adelante.
La doctora Patricia Cárdenas Santamaría
sabe de memoria un discurso que me ha oído
repetir esta semana, muchas veces, sobre mi visión
elemental de América Latina. Creo que hay
una equivocación muy grande al tratar de
dividir América Latina en países
con gobiernos de derecha y países con gobiernos
de izquierda. Esa es una división obsoleta.
Corresponde a la época de las dictaduras.
Además inconveniente. Lo único que
ha generado es polarización, como lo vimos
recientemente para la elección del Secretario
General de la OEA, donde por fortuna, con una intervención
muy tinosa, adecuada, también de nuestra
Canciller, se pudo superar esta polarización.
Y es impráctica. Esta semana me preguntaba
una periodista extranjera que qué opinaba
yo de los gobiernos de izquierda y los gobiernos
de derecha en América Latina. Y le expresé esta
teoría ella insistía y le dije: dígame
por qué usted cree que equis gobierno es
de derecha o dígame por qué cree
que equis gobierno es de izquierda. Y no fue capaz
de darme la respuesta. Creo que ahí simplemente
estamos asistiendo a una provocación periodística,
basada en un discurso político que empieza
a tener poco asidero en la realidad.
Adoptada la regla democrática, a mi juicio
estas democracias hay que medirlas en función
de cinco elementos para definir si son democracias
caudillistas o institucionales, si son democracias
en las cuales hay sometimiento riguroso del elegido
al ordenamiento jurídico o no, si son democracias
progresistas o retardatarias.
Esos cinco elementos a mi juicio deben ser: la
seguridad, las libertades públicas, la cohesión
social, la transparencia y la institucionalidad.
Colombia ha venido trabajando esos cinco elementos.
No voy a detenerme en ellos, pero cuando se hace
una evaluación se encuentra una democracia
progresista, una democracia que avanza en todos
estos factores, una democracia donde todos estamos
sometidos rigurosamente a la independencia de las
instituciones, del ordenamiento jurídico,
empezando por el Alto Gobierno y por el Presidente
de la República.
Eso tiene que ir generando mejores condiciones
de entendimiento en toda la región latinoamericana
y creciente confianza de inversionistas y de ciudadanía
en general.
El tema de las pensiones es un tema crucial en
uno de esos cinco elementos: en la cohesión
social.
Sería yo muy extenso si tratara de emular,
con el ex ministro Luis Fernando Alarcón,
en la historia suscinta pero profunda que él
nos ha traído sobre la evolución
pensional de Colombia, sobre la agenda que ya aspiramos
terminar y sobre el nuevo capítulo de agenda
que se debe abrir.
Quisiera, de manera aislada, para iniciar, a fin
de aprovechar este escenario para responder algunos
cuestionamientos que todavía se hacen en
nuestro país al sistema de capitalización,
tomar unos datos de ustedes mismos.
Hoy me aparece en los Fondos de Pensiones 28,5
billones de activos, que corresponden a 5 millones
954 mil afiliados. De esos, en diciembre de 2002
eran 4 millones 700. Hoy tenemos millón
250 más en número de afiliados. En
diciembre de 2001 eran 4 millones 300. Hoy tenemos
millón 600 más.
Pero, ¿cómo ha evolucionado la relación
de trabajadores afiliados con cuentas activas?
Porque lo que estábamos encontrando era
una afiliación nominal y mucha inactividad
en las cotizaciones. ¿Cómo ha evolucionado
la actividad en el cumplimiento de las cotizaciones? ¿En
la misma forma que el crecimiento de afiliados
o no?
Cerca de 850 en activos. ¿Cuántos
activos le da a la fecha? 5 millones 316 mil frente
a 5 millones 954. O sea que hay 600 mil inactivos.
Luis Fernando Alarcón, presidente de ASOFONDOS: Vale la pena que la cifra que le da el Ministro
es del total, incluyendo el Seguro Social. Hay
que reconocer que el número de activos es
aproximadamente la mitad de la cifra. Es decir,
se mantiene en el tiempo el número de trabajadores
activos. Es casi exactamente el 50 por ciento del
total de afiliados.
Presidente de la República: ¿Quién
está de la EPS del Seguro? ¿No los
invitaron? ¿Qué le da en el Seguro,
Ministro?
La inactividad en el Seguro es mucho mayor. Creo
que son personas que ya deben estar esperando alguna
pensión, porque seguramente deben ser prepensionados,
están esperando el requisito de la edad,
seguramente ya cumplieron semanas.
Entonces podríamos ir sacando una conclusión:
que en estos casi tres años de Gobierno
hay un crecimiento de afiliados del orden de millón
600, pero se mantiene la misma tasa de inactividad
del 50 por ciento. Si sumamos activos de uno y
otro, encontramos más o menos 5 millones,
6 millones de activos.
Eso ha servido para que muchos críticos
digan que el sistema de capitalización ha
fracasado en Colombia, porque no se nota un gran
avance en cobertura. Creo que eso hay que responderlo
de la siguiente manera: lo que ha incidido en la
cobertura no es el sistema, lo que ha incidido
es el comportamiento general de la economía.
Entre 1994 a la fecha, cuando empezó el
sistema, la economía colombiana ha tenido
momentos muy difíciles, de crecimiento muy
lento o de decrecimiento. Saltó de un desempleo
en 1994 del 7,5 a un desempleo que bordeó el
20 por ciento en el año 2000. En ese mismo
período, entre 1994 y 2000, el desempleo
de jefes de hogar saltó del 4 al 10 por
ciento. La pobreza creció enormemente. La
tasa de participación del sector privado,
que hoy está nuevamente en el 11, 12, me
corrigen, llegó a situarse en el 6 por ciento.
Creo que la más baja en la historia de las últimas
cinco décadas de que las cifras nos den
cuentas, doctor Luis Fernando. Eso es lo que hay
que tener en cuenta.
Por el otro lado, le veo inmensos beneficios.
Entonces lo primero es: no se ha presentado un
crecimiento mayor de cobertura, no por el sistema,
sino por el comportamiento general de la economía.
Sin embargo, en lo últimos dos años
y diez meses se presenta un crecimiento de 1 millón
900 mil afiliados.
Veamos otro tema allí de gran importancia.
Es el tema fiscal. Algunos imputan buena parte
del déficit fiscal de Colombia al tema pensional,
a la circunstancia de haber adoptado el sistema
de los fondos privados de pensiones, del sistema
de capitalización.
Déjenme hacer esta anotación: cuando
terminó el Gobierno del presidente Barco,
que tuvo dos Ministros de Hacienda: el después
presidente Gaviria y usted, las finanzas públicas
en Colombia estaban en equilibrio y el endeudamiento
público de la Nación no superaba
el 10, 12 por ciento del PIB. Me estoy refiriendo
al año 1990.
Doce años después, cuando empezó esta
administración presidencial que me ha correspondido
presidir, el endeudamiento público había
saltado del 10, 12, al 54, 56 por ciento del PIB.
Y habíamos pasado de unas finanzas en equilibrio
a un déficit del 4,2, que se registraba
en agosto de 2002, cuando empezó este Gobierno.
Terminamos 2002 con el 3,6, pero con después
de tomar dos decisiones: el derrame del impuesto
al patrimonio para la Seguridad Democrática
y una congelación de gasto público
de un billón.
Entonces vamos viendo dos realidades para juzgar
bien el sistema pensional. Vamos viendo una economía
con un comportamiento bastante complicado en términos
de crecimiento y bastante negativo en términos
de empleo. Y vamos viendo que esa economía
hace unos saltos impresionantemente graves en materia
de endeudamiento y en materia de déficit.
¿
Qué ha pasado en ese mismo período?
Un desahorro inmenso en el sector privado, una
fuga de capitales inmensa, acompañando la
fuga de la población. Cuatro millones de
colombianos emigraron al extranjero y se presentó un
desplazamiento interno de dos millones de colombianos.
Eso agrava bastante la situación. Mi pregunta
es: ¿en ese contexto económico, en
ese contexto fiscal, en ese contexto de desconfianza
y de desahorro, ¿qué le hubiera pasado
a este país sino hubiera creado ese mecanismo
de construcción de capital, de construcción
de reservas, de construcción de ahorro,
que es el sistema de capitalización en pensiones?
Les ruego procesar este elemento. Un país
en estampida, una inversión en barrena,
un déficit fiscal y un endeudamiento y un
desempleo en ascenso, tasas negativas de ahorro
privado, con ese déficit fiscal tan alto,
creciente, ¿qué nos hubiera pasado
si no hubiéramos tenido este sistema de
ahorro, si el país no lo hubiera incorporado
en el año 1993?
Este sistema de ahorro ha tenido, en mi concepto,
ha traído un gran beneficio para la economía
colombiana. Hoy el país tiene la inflación
más baja de los últimos 40 años.
Yo voy a cumplir 53 años el próximo
4 de julio y no recuerdo tasas de interés
como las que va teniendo la economía colombiana
hoy. Claro que hay que rebajárselas, doctora
Patricia, a los medianos y a los chiquitos.
Pero la DTF en el 7,17 tiene el registro histórico.
Jaime, usted y yo que somos de la misma edad, ¿usted
recuerda alguna vez una DTF más baja?
Creo que este esquema ha contribuido enormemente
a ese proceso de declinación de la inflación
en Colombia y a ese proceso de declinación
de las tasas de interés.
Me pregunto: con semejante crecimiento del endeudamiento
público, con el peso del servicio de la
deuda pública en el presupuesto nacional –cuando
este Gobierno empezó, el servicio más
las amortizaciones estaban representando el 40
por ciento del presupuesto, con ese déficit,
hoy todavía representa el 32, 34 por ciento–, ¿qué sería
de la tasa de interés en Colombia si no
tuviéramos los 28 billones y medio ahorrados
en los fondos de pensiones?
Creo que al país hay que ponerlo a reflexionar
sobre estos beneficios del sistema.
Algunos han dicho que el sistema ha sido perverso
porque nos incrementó el déficit
fiscal. Creo que ha tenido, al contrario de lo
dicho por los opositores al sistema, entre muchos,
dos beneficios fiscales que quiero destacar.
Primero, nos acercó la realidad, nos obligó a
introducir correctivos. Y segundo, nos ha financiado.
Si hubiéramos seguido con el sistema de
prima media, no habríamos visto la llegada
a la realidad presupuestal de ese pasivo que todavía
en muchas partes no se quiere contabilizar, que
se le trata como un pasivo implícito que
nunca habrá que pagar, que es el pasivo
pensional.
Creo que la circunstancia de que se hubiera exteriorizado
el problema, es un gran atributo haber dado ese
paso de creación del sistema de capitalización
en 1993.
Si ha sido tan difícil, a pesar de la conciencia
ganada sobre el problema, introducir correctivos,
qué tal que no hubiéramos creado
un mecanismo que nos hubiera hecho ver la realidad
del problema. Pienso que no habríamos introducido
correctivos, que el país seguiría
embelesado ahí con unas reservas del Seguro
Social, que el país seguiría embelesado
allí pagando pensiones privilegiadas y que
no se habría podido hacer correctivos.
Y el otro gran beneficio fiscal: ¿que habríamos
hecho para financiar al Estado colombiano?
Es que la gracia de este sistema es que este sistema
ha ayudado a conseguir una tasa de interés
muy baja, a pesar de los altos requerimientos que
ha recibido del Estado colombiano para financiar
el mismo Estado. Los fondos se han convertido en
la gran fuente de financiación del Estado
colombiano. Han producido allí la doble
virtud de financiar el Estado y simultáneamente
algo que parece contradictorio con esto, que es
que inducir esa tendencia a la baja en las tasas
de interés.
Correctivos. Ya lo ha dicho el doctor Luis Fernando:
este Gobierno empieza con un déficit pensional
implícito del 200 por ciento del PIB. Aspiramos
que termine con un déficit inferior en 72
puntos.
¿Por qué me dan las cuentas un resultado
más optimista que el del doctor Luis Fernando?
Porque él está contabilizando la
reforma legal general que introdujimos y aprobamos
en diciembre de 2002 y está contabilizando
la reforma constitucional que está en marcha,
reforma constitucional que requiere ocho debates,
ha sido aprobada en seis, nos tienen que ayudar
para que en estas cuatro semanas, en estas tres
semanas del período de sesiones, el Parlamento
nos apoye y nos apruebe en los dos debates que
faltan.
Y yo estoy contabilizando adicionalmente la reforma
administrativa.
Este Gobierno ha reformado 152 entidades del Estado,
eliminando en todas donde ha habido sistema privilegiado
de pensiones, eliminando esos privilegios.
Eso hay que contabilizarlo. Porque miren ustedes
la reforma de Telecom. Telecom estaba perdiendo
400 mil millones al año. El año pasado
se ganó 950 mil. Pero no se puede quedar
ahí. Telecom ahora, por ejemplo, necesita
socios estratégicos. Si no cómo va
a incorporar tecnología y cómo va
a avanzar.
Mi pregunta es: ¿qué hubiéramos
hecho si no reformamos a Telecom? El pasivo que
tiene que servir Telecom en materia de pensionados
al año, cuesta 500 mil millones. Entonces
la vieja Telecom en liquidación le tiene
que trasladar a la nueva Telecom, tiene que recibir
de la nueva Telecom por lo menos 500 mil millones,
para ir pagando ese crédito privilegiado,
que es el crédito en favor de los pensionados.
¿Ustedes se imaginan donde esa reforma
no se hubiera hecho? Habría tres consecuencias:
primero, un colapso en mucha parte de la telefonía.
Segundo, un drama fiscal. El Presidente de Telecom
pidiéndole ese dinero al Ministro de Hacienda
(Alberto Carrasquilla) para pagar pensionados.
Y tercero, habría continuado la causación
de pensiones que el país es incapaz de pagar.
Porque lo importante allí también
fue eliminar el sistema privilegiado. Los trabajadores
de la nueva Telecom no están en el sistema
privilegiado. Ese es un paso bien importante.
Y políticamente, ¿cómo lo
defendimos? Como hemos defendido esa reforma administrativa.
Hemos dicho: mire, no se trata de privatizarlo
todo, como algunos critican que trató de
ocurrir en América Latina en los 90. Se
trata de crear un Estado sostenible, eficiente,
transparente. Eso ha sido un hilo conductor de
la reforma de 152 entidades del Estado. Para mencionar
una bien cerquita: el hospital Universitario de
Cartagena. El Gobernador y yo lo encontramos quebrado,
hemos arbitrado con la ayuda del Ministro de Protección
(Diego Palacio) la platica para liquidar a la gente
y va a surgir una nueva entidad, pero sin esas
cargas, sana, blindada.
Reformas recientes: la del Banco Cafetero. Yo
he defendido, y algunos economistas se oponen,
a que haya un nuevo Banco Cafetero. Lo hemos creado.
Porque para la Colombia rural, remota, no alcanzamos
con el Banco Agrario.
En el proceso de reestructuración de las
entidades financieras uno encuentra que han cerrado
sucursales en muchos sitios donde los usuarios
demandan servicios. Entonces nos piden Banco Agrario
y Banco Agrario y no alcanzamos. Le he dicho al
Ministro de Hacienda y al Superintendente: dejemos
una nueva entidad, eso sí, blindada, totalmente
vacunada contra el clientelismo, contra la ineficiencia.
Si hay que dar el paso de contratar un administrador,
contratémoslo. Pero una entidad que nos
preste no el servicio clientelista de derrochar
dinero, sino el servicio público de asistir
financieramente a unas comunidades que no tienen
otra posibilidad.
Nos costaba 280 a 300 mil millones liquidar a
los trabajadores del Banco Cafetero. Se consiguió el
dinero, se adelanta la liquidación. Teníamos
que respaldar el pasivo pensional en 500 mil millones,
está respaldado, no hay problema.
La última reforma: Inravisión. Particularmente
yo era muy pesimista. Cuando la Ministra de Comunicaciones
(Martha Pinto de De Hart) me dijo que lo iba a
hacer, me descubrí ante ella. Porque yo
simplemente leía el artículo constitucional
que le dio una protección en el nivel constitucional,
eso es inaudito, insólito, a una empresa
estatal con nombre propio. Y una protección
constitucional detallándola hasta el punto
de que les garantizaba la estabilidad, lo que parecía
una inmovilidad absoluta a los trabajadores de
Inravisión. La Ministra, con su patriotismo,
con su inteligencia, con su habilidad, logró obtener,
hallar un caminito, y hoy tenemos una nueva Inravisión,
en liquidación la antigua, sin esos costos
privilegiados.
Entonces creo que va a haber que medir esa parte
doctor Luis Fernando. Creo que ahí el país
se va a ganar unos 12, 14, 15 puntos más
del PIB, en todo ese desmonte de regímenes
privilegiados de pensiones en todas estas entidades.
Advierto que nos faltan muchas. En salud apenas
estamos empezando.
¿Cuántos salarios y cómo
era el sistema pensional del Hospital Universitario
de Cartagena, Ministro, o del González Valencia
de Bucaramanga?
Diego Palacio Betancourt, ministro
de la Protección
Social: En el caso del Ramón González
era un promedio de 31 salarios básicos al
año.
Presidente de la República: Y unos sistemas
privilegiados de pensiones insostenibles.
Bueno, confío que con la reforma administrativa
y con la reforma constitucional el país
vaya avanzando bastante en lo que, en la calificación
del doctor Luis Fernando, era el primer capítulo
de la agenda.
Déjenme hacer una referencia al segundo
que él ha planteado.
Soy partidario que este Gobierno en lo que le
queda aboque ese segundo capítulo. Sería
el compromiso que quisiera hoy asumir con ustedes,
que el Ministro, el sector privado nos ayuden a
ponernos de acuerdo en ese segundo capítulo
y presentar al Congreso de la República
el proyecto que haya que presentar.
Déjenme hacer unas referencias. Tema de
período de transición. Muy difícil.
Moverlo más va a ser muy difícil.
Me remonto a 1993. Yo había empezado por
esa lucha por esa reforma en el año 86.
La logramos sacar en la administración Gaviria
año 93. Y recuerdo que uno de los puntos
de transacción fue aplazar la transición
hasta el 2014. Eso tuvo una razón. Hubo
que ceder a favor de aquellos que decían:
bueno, aquí una persona se cotiza, se jubila
con 20 años, aplacemos la transición
20 años. La ley la aprobamos en diciembre
del 93, empezaba a regir el primero de enero del
94. Para dar esa transición de 20 años,
fue que se pospuso, se extendió la transición
hasta el año 2014.
En la reforma de 2002, con el antecesor de Diego,
el doctor Juan Luis Londoño, que en paz
descanse, uno de los líderes más
importantes de esta Patria, nosotros aceleramos
el período de transición. Pero la
Corte Constitucional declaró inexequible
esa norma.
Cuando uno lee la sentencia, uno encuentra argumentos
para proceder como los sofistas griegos: para defender
la sentencia o para atacarla.
Si ustedes me invitan a atacar la sentencia, diría:
cómo asimilaron una expectativa de derecho
a un derecho adquirido. Y si me invitan a que sea
sofista y cambie de posición y defienda
la sentencia, digo: tiene toda la razón
la Corte Constitucional, porque a unas personas
les habían definido unas reglas, el derecho
adquirido no es la pensión sino la regla,
y lo que están modificando es esa regla,
y al modificarle esa regla, entonces le están
violando un derecho adquirido. Y alguien podría
replicarme: según eso puede haber inmovilidad
en las reglas pensionales.
Es cierto, con esa interpretación se corre
ese riesgo. Es un riesgo de esa interpretación
de la honorable Corte, que con el pretexto de que
no se puede afectar la regla porque se asimila
la regla al derecho adquirido y no se le consagra,
no se le define como expectativa de derecho, entonces
no haya posibilidad de introducir modificaciones
a un sistema de pensiones.
Pero la Corte también le puesto limites
a eso, más pragmáticos que jurídicos.
Y entonces paró ahí su interpretación
jurídica y dijo: no, la transición
es la definida en la Ley 100. Quiere decir que
nos fijó una transición, la asimiló a
derecho adquirido, pero tampoco llegó al
extremo al que pudo llegar de decir que cualquier
regla pensional hay que asimilarla a derecho adquirido
para la persona que en ese momento esté trabajando,
y que cualquier modificación a esa regla
tiene que ser para nuevos trabajadores. Tampoco
llegó la Corte a este extremo. Pero es una
realidad. Estamos en frente de una sentencia de
la Corte.
Y algunos me han dicho: ¿pero por qué no
la modifican, si ahora están en una reforma
constitucional? Primero, nosotros hemos apelado
a esta reforma constitucional, porque no pudimos
sacar adelante la norma que propusimos en el referendo.
Creo que este Gobierno ha luchado mucho por el
tema pensional. La ley de diciembre de 2002, otra
nueva ley para rescatar unos de los puntos que
declaró inexequible la Corte, todo lo que
se ha hecho en la Reforma Administrativa en 152
empresas del Estado, el esfuerzo del referendo,
alto riesgo, la Ley Pensional para las Fuerzas
Militares y de Policía, maestros en el Plan
de Desarrollo, que ahí se corrigió bastante.
En lo de los maestros se corrigió mucho
también. Eso deberían medirlo. Porque
por ejemplo estos 60 mil maestros que entran ahora
a la nómina oficial, todos seleccionados
por concurso, entran ya con el sistema general
de pensiones, no entran con el régimen de
privilegios que traía el Magisterio. Y creo
que eso ya empieza a ahorrarle bastante al problema
de causación de pasivos que se estaba presentando
frente al presupuesto.
Entonces nos toca trabajar con ese criterio de
la Corte. Y nosotros hemos contestado a quienes
dicen: ustedes no tienen que acatar la jurisprudencia
de la Corte sino de las leyes. No la tienen que
acatar frente a una reforma constitucional. Tanto
en el referendo como en esta reforma constitucional,
nosotros hemos dicho: no es conveniente, como antecedente,
que el país utilice reformas constitucionales
para violar derechos adquiridos.
Una constante del referendo fue, a pesar de que
era una propuesta del nivel constitucional, no
utilizarla para afectar derechos adquiridos. Se
crea un precedente muy grave. Mañana o pasado
mañana, al que le de por afectar un derecho
adquirido dice: como no me lo dejan afectar por
ley, camine lo afecto por la norma constitucional.
Y el derecho adquirido, a mi juicio, hay que considerarlo
como intangible, intocable, no a la luz de la ley,
sino a la luz de todo el ordenamiento jurídico.
Y cuando uno examina el concepto de derecho adquirido
como un intangible frente a todo el ordenamiento
jurídico, no puede darle vía libre
a la idea de utilizar el nivel constitucional para
afectar derechos adquiridos. Esa es una razón.
Y viene la discusión con el Congreso, donde
yo tengo toda la solidaridad con el Ministro, porque
sé lo que es eso. Yo digo que a mí este
pelo no me lo ha vuelto blanco las Farc. Llevo
peleando contra esos bandidos 30 años. Este
pelo me lo han vuelto blanco los problemas fiscales
del país y los problemas pensionales. Yo
sé qué es estar en el Congreso en
esa lucha. Entonces confío que ese caminito
que viene desbrozando el Ministro llegue a buen
término. No va a ser el ideal, pero creo
que es un buen paso para el país.
Cuando estábamos aquí en la ley
en el año 93 y me preguntó mucho: ¿pero
ustedes por qué están con ese período
de transición tan largo? Ya les di una razón ¿Y
por qué van a dejar el sistema mixto? La
ley fue un gran paso, como lo dice el doctor Luis
Fernando, pero él anotó, la negociación
política exigió hacer unas concesiones.
Yo recordaba, por ejemplo, en Chile el sistema
había sido adoptado por decreto del gobierno
del general Pinochet. El sistema nuestro lo introdujo
un Congreso pluralista, postconstituyente, donde
participaba un grupo de ciudadanos que por primera
vez llegaba a ese Congreso, con un discurso bastante
fuerte en estas materias. Entonces también
hay que ver el momento histórico en que
se dio y hay que ver las circunstancias políticas
en que se desarrollan estos procesos.
El tema de la nueva agenda. Lo de los ancianos
lo comparto plenamente. Es una expresión
de solidaridad. Este año vamos a tener un
avance, porque con recursos fiscales le estamos
pagando a 170 mil ancianos y Bienestar Familiar
está abriendo una licitación para
incorporar 400 mil ancianos a una comida diaria.
El país terminará julio–agosto
con 570 mil ancianos subsidiados. Pero creo que
la meta tiene que ser llegar a un millón.
De todas maneras, cuando este Gobierno empezó,
se les pagaba un subsidio financiero a 60 mil ancianos
de manera intermitente. Vamos a seguir haciendo
ese esfuerzo, doctor Luis Fernando, nada le discuto
de eso.
El tema de los impuestos a la nómina. Ese
es un tema bastante complicado. A mí me
dicen: Chile eliminó unos de esos impuestos,
pero por ejemplo las cajas de compensación
fueron asumidas por el fisco. Si nosotros elimináramos
hoy Sena, cajas de compensación, Bienestar
Familiar, eso nos implicaría un ahorro de
cuatro billones de impuestos de nómina.
Pero el Estado no tiene manera de reemplazar esos
cuatro billones. ¿Eso es 1,8 del PIB, doctora
Patricia, más o menos? 2,5 es un punto del
PIB. 2,6. Entonces ahí tengo ese temor.
Y en las condiciones sociales de Colombia, donde
tenemos un 52 por ciento de la población
en pobreza, decir que vamos a financiar a Bienestar
Familiar, al Sena y a las Cajas de Compensación
con aportes del Estado, y que vamos a quitar la
parafiscalidad, creo que la gente se llena de dudas.
Dice: el Estado les cumple el primer año,
pero no les cumple después. Sin embargo,
el país tendrá que seguir dando ese
debate.
¿Qué hemos hecho en materia de impuestos?
El déficit nos obligó a subir los
impuestos, pero para matizar eso hemos creado unos
incentivos bien importantes. Por ejemplo, años
2004, 2005 y 2006, todas las inversiones que se
realicen en Colombia generadoras de renta, tienen
una deducción del 30 por ciento.
El año pasado volvimos a tener en el país
un gran crecimiento de inversión privada.
Los gremios afirman que la inversión privada
en Colombia creció un 30 por ciento. Ya
está más o menos en el 11– 12
del PIB y confiamos que siga subiendo.
Pienso que la deducción tributaria y otros
estímulos han ayudado muchísimo.
Un segundo estímulo: eliminamos el IVA
para la adquisición de bienes de capital
de empresas altamente exportadoras. Antes para
que una empresa calificara como altamente exportadora
tenía que exportar el 50 por ciento. Nosotros
redujimos esa exigencia al 30.
Se determinó también devolver el
IVA de bienes de capital al conjunto de las empresas.
Y hasta diciembre tuvimos otro incentivo: la eliminación
del arancel a los bienes de capital. Tuvimos que
restablecerlo en diciembre, ¿por qué?
Por la situación fiscal y porque cuando
los introdujimos la tasa de cambio estaba en 2.800– 2.900
pesos el dólar. Ahora en 2.350. Entonces
la revaluación le ayuda más a los
importadores de bienes de capital, que lo que les
estaba ayudando la eliminación del arancel.
Nos hicimos una reflexión mínima:
en este momento, con esta revaluación, no
se necesita estimular la adquisición de
bienes de capital con la eliminación del
arancel. La revaluación es suficientemente
estimulante de ese crecimiento en bienes de capital.
No obstante que ustedes saben todo el temor que
le tengo a la revaluación y los dolores
de cabeza que nos está causando en sectores
exportadores.
Pienso que los que debemos considerar es responder
esta pregunta: cuando terminen estos incentivos
que son temporales, ¿qué debe hacer
Colombia en materia de impuestos? Eso ya no le
toca a este Gobierno. Es muy difícil en
el período de este Gobierno una nueva reforma
tributaria. Pero este Gobierno sí tiene
la responsabilidad política de crear conciencia.
La propuesta que este Gobierno quiere lanzar como
motivo de reflexión ciudadana, es que se
adopte una tarifa de renta sustancialmente menor.
Que se defina, en el momento en que desaparezcan
los incentivos, haya una tarifa general de renta
sustancialmente menor. Y eso no es caprichoso.
Para allá va Centroamérica. Nosotros
para ser competitivos necesitamos esa tarifa de
renta sustancialmente menor.
Además, hay un elemento que ayuda a aclimatar
esa tesis: la lucha contra la evasión, la
ampliación de la base de contribuyentes.
Cuando este Gobierno empezó había
300 mil contribuyentes de renta. El año
pasado terminamos con 715 mil. Confiamos terminar
este año con millón y medio de contribuyentes
de renta. Y nos estamos preparando en la Administración
de Impuestos, para que el año entrante el
país tenga dos millones de contribuyentes
de renta.
Esa ampliación de la base da también
argumentos para decir: en ausencia de incentivos,
no nos dé miedo bajar la tasa de renta.
Esa es la propuesta de política tributaria
que queremos ir aclimatando en la conciencia de
nuestros compatriotas.
Y muchos me preguntan por el IVA, y me da mucho
miedo hablar del tema. Porque cuando hablo de IVA
es lo único que genera noticia. Y eso es
complicadísimo. Pero sí quiero recordar
esto: cuando este Gobierno empezó, el conjunto
de bienes y servicios gravados con IVA no representaba
más del 37–38 por ciento, hoy estamos
gravando con IVA el 50 - 52 por ciento. O sea que
tuvimos una ampliación de la base de 12
-15 puntos.
Tomamos una decisión legal muy importante
al principio del Gobierno. Para ese porcentaje
exento o excluido, una tasa general de IVA del
2 por ciento, antitécnica, pero la propuse
y la defendí. Porque dije: hay que buscar
lo políticamente viable, lo socialmente
equitativo y presentable. Entonces nos ideamos
un sistema que no le gusta a muchos técnicos,
pero que funciona finalmente, que es una tasa de
IVA decreciente, a medida que se inmiscuye más
en el corazón de la canasta familiar.
Lástima que esa tasa general de IVA del
2 por ciento la declaró inexequible la Corte
Constitucional. Ahí tiene el país
un antecedente que no debe perder de vista.
En cuanto al tema de facilitar el acceso a la
pensión mínima. El tema es muy complicado,
porque si alguno de los ministros o el Presidente
dice: se va a reducir la pensión mínima,
se crea un conflicto social en el país enorme.
Creo que debemos buscar opciones. Por un lado,
garanticémosles la pensión mínima
como está a quienes puedan accederla. Y
por el otro lado, pensemos en esa gran masa de
colombianos que no tienen posibilidades de acceso
a la pensión mínima. Creemos para
ellos una especie de pensión voluntaria
popular, sin las inflexibilidades de la pensión
mínima. Ahí les dejo la idea. Facilitándoles
cotización, edad, semanas, sin los requerimientos
de la pensión mínima. Una pensión
voluntaria popular bien impulsada, bien estimulada,
para los sectores que no tienen posibilidades de
acceder a la pensión mínima.
Para presentar el tema, no con un vocabulario
y un esquema de propuesta que sea regresivo, sino
con una actitud positiva, progresista. En lugar
de decir: vamos a afectar el derecho de la pensión
mínima, busquemos otro caminito. Vamos a
ampliar la cobertura, creando un esquema de pensión
voluntaria popular. Yo tengo algunas ideas en borrador
allí, pero prefiero que ojalá para
el 20 de julio, con la ayuda del doctor Luis Fernando,
el Ministro y su equipo puedan tener un proyecto
sobre esto. Creo que es bien bonito para el país.
No conozco el tema de los multifondos. ¿Cómo
funcionan los multifondos? Que se lo escuché ahí al
doctor Luis Fernando en relación con el
tema de rentabilidad mínima.
Presidente de ASOFONDOS: Presidente, hoy en
día
cada administradora administra un fondo de pensiones.
Todos los afiliados tienen sus recursos invertidos
en ese fondo. Si usted piensa, es muy distinta
la situación de un joven y una persona de
edad mayor.
Un joven tiene todo el horizonte de tiempo
por delante para que se puedan invertir sus recursos
en portafolios digamos de alta volatilidad o alto
riesgo, que puedan invertir más en acciones,
para ser concretos. En el entendido de que si hay
caídas en el valor de ese portafolio, pues
tienen tiempo suficiente para recuperarlos. Y lo
que la teoría de manejo de portafolios dice
es que uno logra, obviamente en un portafolio bien
administrado, una mayor rentabilidad en el largo
plazo si tiene un portafolio de mayor riesgo.
Lo que hicieron en Chile, al darse cuenta
de eso y del problema que hay en yo tener un
portafolio
donde esté metido todo el mundo al tiempo,
es que se creó una familia de fondos. Cada
administradora maneja cinco fondos. Las personas
de menor edad pueden invertir en portafolios de
más riesgo. Las personas a medida que se
acercan al momento de su pensión, tienen
que estar en portafolios más conservadores.
Los resultados de eso son muy buenos, y digamos
lo que queremos, y lo hemos hablado con el Ministro,
con la Superintendencia, es que estudiemos el tema,
porque creemos que ahí hay mucho para ganar,
para todos. Para los afiliados, que pueden tener
una mayor rentabilidad de largo plazo; para el
mercado, porque va a haber una mayor demanda por
activos de riesgo, de acciones y cosas de éstas,
y creo que nadie pierde y todos ganan, y es un
tema supremamente importante.
Presidente de la República: ¿Y eso
requeriría reforma legal o simplemente de
la Superintendencia?
Bueno, invito al Ministro y a su equipo y a ustedes,
encabezados por el doctor Luis Fernando, a que
nos ayuden a tener un proyecto que inicie lo que
se llama la segunda etapa de reformas para el 20
de julio.
No nos equivoquemos en la presentación
social de ese proyecto, Para que ese proyecto entusiasme
a las mayorías colombianas y al Congreso
de la República. Ideemos a ver qué se
puede hacer con el sistema. Tenemos un problema:
esa gran masa de colombianos sin posibilidades
de pensión. Entonces el objetivo es ellos.
Y no me opongo a que estudiemos con todo el juicio,
además si tantos han entrado al sistema
de multifondos.
Comentario: Permítame hacer un comentario,
Presidente. El sistema de multifondos, que ya lleva
aplicándose en Chile tres años, tuvo,
además del mérito de ofrecer muchas
mejores rentabilidades, tuvo el mérito de
acercar al afiliado, al trabajador, a su sistema
provisional. Y no tenía, ya no es indiferente
frente a su sistema provisional, sino que tiene
una actitud mucho más proactiva, que es
importante al evaluar la cobertura, al evaluar
la conciencia previsional.
Presidente de la República: ¿Qué pasa
al adoptar el sistema de multifondos con la garantía
de rentabilidad mínima?
Comentario: Se mantiene para cada fondo independientemente.
Presidente de la República: Se mantiene
para cada fondo independientemente. Ese es un tema
bien importante en este lenguaje. Que el pueblo
colombiano esté seguro del mantenimiento
de esa institución, porque el sistema todavía
está jovencito en Colombia y la gente lo
mira con cariño. Pero uno tiene que darle
todos los días más confianza a la
gente, y no dejar que la vayan a asustar.
Presidente de ASOFONDOS: En Chile se mantuvo
esa rentabilidad mínima, pero definida con unos
límites y en unos términos obviamente
distintos para cada fondo, porque el fondo de mayor
volatilidad requiere un margen más amplio.
Pero uno de los mensajes que a mí me gusta
transmitir es que, yo sé, soy consciente
de que la rentabilidad mínima que existe
en Chile y en muchos países, tiene un origen
político. Pero que tengamos claro que eso
puede afectar la rentabilidad de los fondos, porque
los administradores tienen que cuidar el riesgo
de la rentabilidad mínima y en muchos casos
administrar los portafolios más conservadoramente
de lo que se debería. Pero sé cuáles
son las implicaciones políticas del tema,
debido a que es complejo y difícil de entender.
Por eso hay que manejarlo dentro de todo este paquete
que busca cómo crear unas condiciones y
explicarlas muy bien, para permitir una mayor rentabilidad
de largo plazo en los portafolios.
Presidente de la República: Magnífico.
Y el tema final es el modelo ISA. Voy a hablar
con el Ministro de Minas sobre algunas ideas que
el tiene. Y el sistema integrado de pagos.
Cualquier empresario colombiano tiene que hacer
hoy cuatro pagos. Un pago a pensiones, otro pago
a riesgos profesionales, otro pago a salud y un
cuarto pago que involucra cajas de compensación,
Sena y Bienestar Familiar. Cuatro trámites,
cuatro pagos.
Presidente de ASOFONDOS: Pueden ser muchos
más,
Presidente. Porque si usted tiene trabajadores
afiliados a 20 EPS o a los seis fondos de pensiones,
a cada uno le tiene que hacer formulario diferente.
Presidente de la República: A cada uno
le tiene que hacer formulario diferente. Razón
de más. Eso implica mucho trámite,
muy dispendioso y facilita evasión. ¿Por
qué? Especialmente en salud. Porque hoy
el trabajador es cuidadoso para que no haya evasión,
cuando está afiliado a los fondos de pensiones.
Porque conoce muy bien la proporcionalidad entre
lo que cotiza y el monto de la pensión que
obtendrá. Pero no es cuidadoso cuando se
trata de la afiliación al Seguro Social,
o cuando se trata de la afiliación a salud.
Porque el sistema de salud, en nombre de la solidaridad,
permite que, cualquiera sea el nivel del cotizante,
mínima cotización o máxima
cotización, le den el mismo plan de beneficios.
Entonces la gente tiende a declarar un salario
para cotizar de la media hacia abajo. Creemos que
ese sistema integrado va a simplificarle mucho
la vida al empresario y le va a evitar evasión
al sistema.
Los sacamos con todo el juicio. Creo que el Ministerio
viene trabajando con ustedes. Pero no me dejen
terminar el Gobierno, hombre, es que ya se va a
terminar eso, saquémoslo rapidito.
¿Cuándo cree, doctora Patricia,
que lo tengamos? Esta semana le firmé otro
decreto sobre eso.
Bueno, les aplacé bastante el almuerzo.
Les agradezco muchísimo y me parece descomedido
de mi parte que les siga estirando el tiempo en
esta hora de almuerzo.
Que disfruten mucho a Cartagena y que nuestros
invitados internacionales nos sirvan de embajadores
de esta Patria colombiana en sus patrias.
Muchas gracias.