DECLARACIÓN
DE PUNTO FIJO PRESIDENTES DE COLOMBIA Y VENEZUELA
Noviembre 24 de 2005 (Punto
Fijo – Venezuela)
Álvaro Uribe Vélez, presidente
de Colombia: Quiero
agradecer inmensamente al señor presidente Hugo
Chávez, a su gobierno; al señor Gobernador
del Estado de Falcon, a las autoridades de Punto Fijo,
a las autoridades de PDVSA, al hermano pueblo de Venezuela,
la cálida hospitalidad que mis compañeros
de Gobierno y yo hemos recibido hoy.
Esta ha sido una
reunión de trabajo de gran importancia,
diría yo que una reunión de persistencia
para seguir adelante con los temas de la agenda que nos
propusimos todavía en el año 2002.
Las declaraciones
que acaban de leerse muestran progresos. Por ejemplo,
en el tema del gasoducto ya se ha definido
que lo construirá la hermana República
de Venezuela, será dueño y operador, por
supuesto cobrará una tarifa a quienes exporten
el gas inicialmente de Colombia hacia Venezuela y posteriormente
de Venezuela hacia Colombia.
Se ha definido también que empiece esa construcción
ojalá antes del segundo semestre del año
entrante. Ahí ya hay unos trabajos bien avanzados
en materia de estudios y fundamentalmente unas decisiones
políticas que tomaron mucho tiempo.
En el tema del gasoducto,
es muy importante concebirlo como parte de la integración energética
de nuestra Suramérica y de nosotros con Centroamérica,
con el Plan Panamá – Puebla. Vamos a seguir
trabajando, de acuerdo como lo ha dicho el Presidente
Chávez, en todos estos circuitos de integración
de energía.
Hemos reiterado
al Presidente Chávez, al gobierno
de la hermana República Bolivariana de Venezuela,
la voluntad política de Colombia para que Venezuela
construya el oleoducto o el poliducto entre los sitios
de producción que definan y el Pacífico
colombiano, para facilitar sus exportaciones desde un
puerto colombiano a todo el Pacífico, en sus diferentes áreas
y por supuesto con la visión de los mercados asiáticos.
Y se ha definido
que ese proyecto tendrá también
en Colombia unas estaciones que agreguen valor, que mejoren
el combustible.
Además, hemos mirado el tema de Monómeros
colombo – venezolanos. El Gobierno de Colombia,
por la liquidación del IFI, ha tomado la decisión
de vender su participación en Monómeros
colombo – venezolanos, fábrica situada en
Barranquilla de gran importancia por su participación
en el mercado colombiano de fertilizantes y como lo dicen
sus estatutos, debemos ofrecer para que Venezuela decida
si ejerce o no el derecho de preferencia. Colombia quedaría
muy a gusto que el Gobierno de Venezuela, a través
de sus empresas respectivas, ejerza el derecho de preferencia
y continúe en esta oportunidad ya, con una mayor
participación en Monómeros colombo – venezolanos
y por supuesto con una gran responsabilidad como es el
suministro de fertilizantes en Colombia.
También muchos de esos fertilizantes vienen a
la hermana República de Venezuela.
Hemos venido intercambiando
conceptos, visiones sobre energías alternativas. Colombia ya tiene un proyecto
inicial de energía eólica en La Guajira,
hoy el Ministro de Minas (Luis Ernesto Mejía)
le ha entregado al Presidente Chávez un resumen
de ese proyecto –porque Venezuela se apresta también
a instalar proyectos experimentales de energía
eólica-.
Conjuntamente debemos
hacer grandes esfuerzos para el desarrollo de los biocombustibles,
con menos urgencia
en Venezuela por su riqueza en hidrocarburos y con muchísima
más urgencia en Colombia.
En Venezuela han
venido estudiando el tema y ya Colombia está produciendo los primeros 250 mil litros diarios
de etanol, que en enero deberán ser en cuantía
de un millón.
Es bien importante
resaltar que se le ha puesto fecha al proyecto binacional
para que la distribución
de combustibles en la zona de frontera evite el contrabando,
le garantice ingresos a las personas como los pimpineros
o las comunidades indígenas Wayuu –que han
venido participando en esa distribución informal
de combustible- y además se cree un fondo binacional
para ayudar en la reinvindicación social de estas
zonas.
Voy a llevar a nuestros
compatriotas de La Guajira, Presidente Chávez, la buena noticia que el 19
de diciembre se reanudará –ya con la intervención
de Ecopetrol, con el sistema cooperativo allí previsto,
gracias a este acuerdo, a la decisión acordada
con el gobierno del presidente Chávez-, ese proceso
de formalización de la distribución de
combustible en La Guajira.
Analizamos una serie
de temas todos de gran trascendencia, en una reunión fructífera y simplemente
me restaría reiterar toda mi gratitud al presidente
Chávez, a su Gobierno, al Gobernador de Falcon
y a todo el hermano pueblo de Venezuela.
En la medida que
nuestra agenda avance se construye confianza. Confianza
para que las presentes y futuras
generaciones de colombianos y venezolanos puedan vivir
hermanadamente en estas tierras. Confianza para que en
estas tierras se invierta. Confianza para que en estas
tierras se genere empleo. Confianza para que en estas
tierras se pueda vivir en procura de la felicidad. Confianza
para que estas tierras le muestren al mundo su voluntad
política y su capacidad de erradicar la pobreza.
Ese afianzamiento
de la confianza es un imperativo de la hermandad de
nuestros pueblos y a ello contribuye
enormemente la continuación en busca de la ejecución
de nuestra agenda.
Le expreso toda
mi gratitud, mi amistad, Presidente Chávez. Lo esperamos en Colombia en uno de los
días de navidad, usted se ha comprometido con
nosotros en esa visita que ya tendrá muy contentos
a nuestros hermanos de La Guajira de lado y lado de la
frontera y que esta reunión sea una reunión
para que –con miras grandes, que tenemos los dos
países, con un concepto de total hermandad- podamos
avanzar en señales clarísimas a nuestros
pueblos de que siempre marcharemos juntos, pero no para
estancarnos, sino para reinvindicar la pobreza, construir
la solidaridad en los hechos y las posibilidades de que,
especialmente, las nuevas generaciones y las que habrán
de venir, puedan vivir felices en esta tierra donde tuvo
su cuna y también su hora final, El Libertador.
Sueños que jamás tuvieron un momento final
y que están todos por realizarse.
De nuevo muchas
gracias, Presidente Chávez.
Hugo Rafael
Chávez Frías, presidente de
Venezuela: “No aspiro a otra gloria que a la consolidación
de Colombia”, dijo el Padre Bolívar, nuestro
Padre común, allá en Santa Marta, aquellos
días de diciembre de 1830.
Hoy, a nombre del
pueblo venezolano que se viste y se llena de júbilo, Presidente Uribe, con esta nueva
visita, llena de afecto, cargada de optimismo, de fraternidad,
de buen diálogo, de afectos, de muchas esperanzas,
de mucha fe en el futuro común, hoy, a nombre
de nuestro pueblo, repetimos lo mismo.
Y sabemos que Simón Bolívar, cuando dijo
o cuando lanzó aquella frase, al borde de la tumba,
estaba pensando en todos nosotros y especialmente en
los colombianos, los venezolanos de hoy. Estaba pensando
en esta Nación que nosotros conformamos, somos
una sola Nación y de ella nacieron estas dos repúblicas
que sabemos nacieron como una sola en aquellos años
heroicos de la Independencia.
Yo estaba recordando,
al pensar en Colombia y en aquel proyecto y aquel sueño –como tú decías, Álvaro-
y estando aquí en Paraguaná, en esta península
mágica que les abre los brazos a ustedes siempre
y para siempre, muy cerca del sitio donde desembarcó hace
ya casi 200 años Francisco de Miranda, en 1806,
recordaba que fue Miranda el primero que utilizó y
lanzó el nombre de Colombia, como proyecto de
libertad, de fraternidad, de unidad, de justicia, de
igualdad.
Si mal no recuerdo,
por 1788 ya Francisco de Miranda, en sus escritos –que fueron numerosos, largos y
detallados, en sus memorias- ya estaba hablando del Proyecto
Colombia. Y aquel hombre, después de haber recorrido
medio mundo como guerrero y como pensador, después
de haber participado en la Independencia de los Estados
Unidos, después de haber estado en la Corte de
Catalina la Grande, después de haber participado
en la Revolución Francesa, de haber llegado a
ser Mariscal de Francia, a sus 60 años se vino
por estos rumbos del Caribe, con aquellos 3 barcos y
aquella bandera tricolor, ¡esta bandera tricolor
que hoy compartimos nosotros! y con aquella proclama,
en la que llamaba a los suramericanos a la independencia,
a la libertad, a la felicidad. Quijote sin locura, llegó a
llamarlo Napoleón Bonaparte a Francisco de Miranda.
Estamos preparándonos, amigo Presidente, para
el próximo año conmemorar por lo alto –como
debe ser-, la llegada de Miranda, aquí mismo a
la Vela de Coro, con su pequeña tropa, pero su
gran sueño independentista. Fue el precursor.
Sabemos de nuestra independencia. Invitamos a Colombia
toda a que nos sumemos a la conmemoración del
bicentenario de la llegada de Miranda, con aquel sueño
y con esta bandera, con aquel proyecto y con estas ideas
que hoy nos animan.
Y esta visita de
ustedes, en estos días finales
de noviembre, contribuye a avivar esa llama de verdadero
afecto, de verdadero cariño y hermandad. Ya el
Presidente Uribe hacía un repaso de los avances
que hemos tenido en las conversaciones de hoy. Se han
leído además las dos declaraciones de Punto
Fijo y la Declaración Energética.
Ahora, creo que
estamos estructurando la integración.
Bueno, no fue posible que nos conserváramos como
una sola república, cosas de la historia, de la
geografía también, de la política,
pero seguimos siendo una sola nación. ¿Quién
nos va a dividir como nación?
Y, aquella frase
de Bolívar moribundo: “no
aspiro a otra gloria que a la consolidación de
Colombia”, es válida hoy para Colombia,
es válida hoy para Venezuela, pero sobre todo
es válida –esa expresión, ese deseo, último
y final que se alargó en el tiempo y se hizo eterno-,
es válido sobre todo cuando nos vemos los dos
juntos, las dos Repúblicas como una sola, los
dos pueblos como uno solo, la Nación como una
sola. Un solo concepto y una sola realidad. Sobre todo
allí es absolutamente válida la expresión
de Bolívar en Santa Marta: “no aspiro otra
gloria que a la consolidación de Colombia”.
De la unidad, de la integración, de la unión
de mismo proyecto entre nosotros.
Y creo que vamos avanzando en ese camino ahora, cuando
comienza el Siglo XXI, a pesar de los vaivenes de los
tiempos que vivimos, a pesar de los vientos que van y
los vientos que vienen.
Hace apenas dos
días estábamos allá en
Ciudad Guayana, allá yo recordaba –por cierto,
con el presidente Kirchner-, que fue allá en Angostura
donde en 1819 se aprobó la ley fundamental de
la cual nació la república, vamos a llamarla
originaria, la Colombia de 1819 y luego ratificada en
el Congreso de Cúcuta en 1821. Por cierto que
el próximo año serán 185 años
de aquel Congreso de Cúcuta. Buenas estas fechas
no sólo para recordar, no solo para rememorar –decimos
siempre, Álvaro- sino para realimentarnos de aquel
sueño, de aquel proyecto latente, vigente, de
integración, de unión, de libertad, de
justicia.
Así que creo que estamos –como le decía
a Kirchner y decíamos con él y le oíamos
a él-, estructurando la integración. Más
allá, repito, de las corrientes de pensamiento.
Más allá de los vaivenes económicos,
comerciales, de las coyunturas –pudiéramos
decir también-, ahí vamos nosotros avanzando.
Y creo que estamos haciendo lo correcto, Álvaro.
Por sobre las dinámicas cambiantes, por sobre
los distintos pesos geopolíticos de una región
y de la otra o de nuestras conexiones con una región
o con la otra del mundo, en este continente o en otros
continentes, nosotros tenemos un solo destino, nosotros
tenemos un solo camino. Está trazado, de siglos
ya, si miramos hacia atrás, y de siglos, si miramos
hacia adelante. Así que creo que estamos haciendo
lo correcto y creo que cada día debemos todos
nosotros, desde los dos presidentes, los gobiernos, nacionales,
regionales, las instituciones, los empresarios, los productores,
los militares, los líderes sociales, políticos,
religiosos, las instituciones, en fin, y los pueblos,
creo que debemos seguir esta senda, marcando, sellando
los caminos de la unión, de la integración,
estructurándola.
Tenemos ya, como
tú decías, varios años
hablando del gasoducto, del gasoducto transguajiro, del
gasoducto colombo – venezolano.
Bueno, hoy, después de la decisión que
tú tomaste, después de los estudios que
hemos estado haciendo y gracias a la recuperación
económica de ambos países, al ritmo económico
que llevamos, gracias a la disponibilidad de recursos
de inversión con los que nosotros contamos, hemos
decidido comenzar a construir el gasoducto. Hoy estuvimos
revisando incluso las opciones de ruta, que va a ser,
por cierto, muy útil para Paraguaná, nuestro
complejo refinador, para el Estado Zulia y para todo
el occidente del país.
Sólo pido a ustedes, señores Ministros
y los equipos técnicos de PDVSA y Ecopetrol, que
ahora, ya ratificada la decisión política,
firmado el comunicado, aprovechemos estos meses, diría
incluso estos días, para que lo más temprano
posible, en el 2006, comencemos la construcción
del gasoducto.
Me atrevo incluso
a invitarte, Presidente amigo, a que pongamos la primera
piedra este próximo año,
para arrancar la construcción. Será dos
años, dice dos años el documento, pero
habíamos oído que era 18 meses: entre 18
meses y dos años. Es decir que en el 2008, Dios
mediante y con el trabajo conjunto, estaremos ya abriendo
la llave para traer el gas de Ballenas hacia el Estado
Zulia y Paraguaná.
Como sabemos, es una reserva importante de gas que tiene
Colombia, que va a ser muy útil para nosotros
y luego por el mismo tubo, de 230 kilómetros,
de norte a sur –de aquí para allá-,
entonces ya en el año 2008, en el 2013, está estimado,
ojalá sea 15, seguramente la reserva de Colombia
va a rendir varios años, entonces el gas comenzaría
a fluir de aquí hacia allá.
Además hoy ratificamos nuestra voluntad, nuestro
deseo, de continuar estudiando el proyecto para alargar
esa tubería, ese gasoducto, por la Costa colombiana,
buscando a Panamá, para interconectarnos con Centroamérica.
Eso incluso –como decíamos con Kirchner-
aún cuando alguien no quisiera por alguna razón,
ese gasoducto habrá de ser construido. Aún
cuando alguien no quisiera construir el gasoducto hacia
Buenos Aires, que hemos anunciado hace poco allá en
Guayana, desde el Caribe hasta Buenos Aires, unos 6 mil
kilómetros, un mega – gasoducto, habrá que
construirlo, para interconectar, es un poco la propuesta
que hemos hecho, el cono energético Suramericano,
por una parte, Caracas – Buenos Aires y el cono
energético Andino, porque tendremos que buscar
conexión –porque estoy completamente seguro,
el mapa lo dice, los números lo dicen, la matemática
lo dice, la ciencia lo dice-, habrá que conectar
no sólo con Centroamérica sino de Colombia
hacia el sur por el Pacífico, buscando al Ecuador,
al Perú, a Bolivia y hacer una verdadera integración,
estructural, energética, de toda Suramérica.
Pero, bueno, este es un paso muy importante.
Luego el otro proyecto
del poliducto hacia el Pacífico.
Hoy vimos ya varias opciones, revisando los mapas. Agradecemos
la generosidad de Colombia, porque es salida del petróleo
venezolano hacia el Pacífico, por cualquiera de
las opciones que ya se están estudiando. Y además
eso va a potenciar la complementariedad de las economías
productivas de Colombia y de Venezuela en petróleo,
en gas, en petroquímica y en cuantas otras corrientes
aguas abajo del desarrollo económico, del desarrollo
social.
El gobernador del
Estado Táchira, Ronald Blanco
La Cruz, nos ha traído –como siempre- la
propuesta, la hemos estado revisando, para una zona de
integración fronteriza. Hemos dado los Presidentes
el visto bueno para comenzar a conformar también
esa zona de integración fronteriza entre el Estado
Táchira y el Norte de Santander. Algo también
sumamente importante para estructurar la integración
necesaria, la integración hacia el futuro, la
integración liberadora, diría incluso.
Algo que no quiero
dejar pasar por alto, que es muy importante también,
porque toca directamente el tema tan sensible de lo
social, es el mecanismo que hemos
acordado estudiar ahora en detalle para, por una parte,
eliminar el contrabando de combustible, pero al mismo
tiempo producir, con esa estrategia, un Fondo Social
binacional para atender necesidades urgentes de las poblaciones
fronterizas.
La orquesta sinfónica infantil y juvenil, maravilloso
instrumento para integrarnos desde esos ámbitos
de los sueños, de la esperanza y los cantos de
los niños y de las niñas, es otro de los
aspectos en el que hoy hemos avanzado en esta reunión
de Punto Fijo.
En fin, creo que
estamos en el camino correcto. Debatiendo, hay un gran
debate en el mundo, hay un gran debate en
el continente y habrá que seguir debatiendo, pero
mientras tanto estamos obligados a la acción integradora,
en todos los frentes posibles: en lo económico,
en lo social, en lo comercial, en lo político – institucional,
en lo científico, en lo económico.
El comercio, por
ejemplo, entre Venezuela y Colombia –esto
nos place mucho decirlo-, este año se dirige a
batir un récord: seguramente estaremos por encima
de los 3 mil millones de dólares en la balanza,
el intercambio comercial. Esto es símbolo de fortalecimiento
de nuestras economías.
Estaba comentando
con el Presidente Uribe, el crecimiento de Colombia
este año va a estar por cerca de un
5 por ciento, me decía. El crecimiento del Producto
Interno Bruto. El crecimiento nuestro también
va a ser bastante importante.
El desempleo aquí lo hemos llevado ya, estamos
apuntando a un dígito. Y en Colombia igual ha
descendido a cerca del 11 por ciento, me informaba el
presidente Uribe, dominando la inflación, impulsando
la economía pequeña, la microeconomía,
la economía productiva. En fin, echando adelante
allá y acá, cada proyecto, cada plan, cada
programa que en el fondo se unen, interconectados por
la historia, por la geografía, por el afecto y
por la hermandad.
“No aspiro a otra gloria que a la consolidación
de Colombia”, como no aspiro a otra cosa que a
la felicidad de todo el pueblo colombiano. A la paz,
al progreso, al futuro. Sean cuales fueren los caminos
que las coyunturas abran o indiquen, sean cuales fueren
los vientos que corran, aquí estaremos siempre,
con la mano abierta hacia Colombia y con el corazón
palpitando de amistad y de afecto por Colombia.
Me has invitado
a visitarte y a visitar Colombia en diciembre y encantado,
iremos a comer mondongo, creo, ¿no?
Y dulces, caballitos. A visitar ese querido pueblo, para
ratificar estos sentimientos y este afecto.
Pase lo que pase
y ojalá pasen siempre cosas
buenas para Colombia y para Venezuela, pero pase lo que
pase, estaremos siempre. Estamos incluso, como diría
alguien jugando con el lenguaje, estamos condenados a
ser hermanos para siempre. Vaya esa mano y ese afecto.
Muchas gracias, Presidente.