86
AÑOS DE LA FUERZA
AÉREA COLOMBIANA
Noviembre 11 de 2005 (Rionegro – Antioquia)
Compatriotas:
Nos reunimos hoy para celebrar
un nuevo aniversario de la Fuerza Aérea Colombiana. La Fuerza Aérea
de la Patria que cumple una tarea definitiva en un momento
que también puede ser definitivo para la consecución
de la paz con el previo rescate de la seguridad.
Se ha dicho coloquialmente de
esta Patria colombiana que como pionera de la aviación comercial en América
hizo el salto de la mula al avión. Las mismas
características geográficas que obligaron
a ese salto son las que determinan el papel esencial
que tiene que cumplir la Fuerza Aérea Colombiana
en el rescate de la seguridad.
Nuestras distancias, los accidentes
geográficos,
578 mil kilómetros de selva que por fortuna conservamos,
son algunos elementos que hacen imprescindible el trabajo
de la Fuerza Aérea.
Esta batalla contra el terrorismo,
esta tarea por el rescate de la seguridad la vamos
ganando, pero no la
hemos ganado todavía. La vamos ganando como indica
el estado de ánimo de nuestros compatriotas, la
vamos ganando como lo indican las cifras, salvo en algunos
lugares del territorio, pero no la hemos ganado todavía.
Por eso al celebrar hoy el esfuerzo
de la Fuerza Aérea
en estos 86 años de historia, acudimos también
a recordar ante todos los colombianos la necesidad que
la Patria tiene de la eficacia de su Fuerza Aérea
en este momento.
Las operaciones que llevamos
tuvieran muchísimas
mayores dificultades de no tener una Fuerza Aérea
tan preparada en Colombia. Diría yo que más
preparada que dotada.
En ocasiones parece que los logros
fueran superiores a la disponibilidad logística y lo único
que lo explica es la destreza y el patriotismo de los
integrantes de la Fuerza Aérea.
Hay veces que pienso, y lo confieso,
en esa desproporción
y la sintetizó en esta frase: “tenemos muy
poquito avión pero mucho piloto”. Eso merece
un aplauso del alma de todos los colombianos al sacrificio,
a la abnegación, a la exposición al riesgo
y a la audacia patriótica de nuestra Fuerza Aérea.
¿Cómo la visualizamos? Esta en un proceso
de permanente reorganización. Diría yo
que ha mejorado mucho en el agregado de valor nacional
a la logística importada. Los helicópteros,
los aviones, día a día, tienen un mayor
componente de agregado nacional gracias al talento de
la Fuerza Aérea.
Hemos estado en un proceso de
adquisición de
helicópteros y de aviones. Con toda transparencia
y paciencia se esta culminando ya el proceso de la adquisición
de los nuevos aviones.
En la página de Internet de la Fuerza Aérea,
como señal inequívoca de nuestra voluntad
de transparencia están y han estado todas las
etapas de ese proceso de adquisición y todos los
detalles de ese contrato podrán ser mirados por
los colombianos antes de su perfeccionamiento definitivo.
Esas adquisiciones van a ayudar mucho.
Creo que la Fuerza Aérea Colombiana esta llamada
a ser un muy importante elemento de industria aeronáutica
de uso militar y civil en nuestra Patria.
En Colombia, hay una gran demanda
por la presencia de Satena y Satena sería totalmente inviable sin
la Fuerza Aérea. Hemos crecido enormemente a Satena
con una flotilla moderna, con mayores responsabilidades
para sus resultados financieros. Cuando veo a Satena,
cuando veo el agregado de valor que nuestra Fuerza Aérea
le ha dado a la logística de la aviación
militar y pienso en el futuro de la institución,
creo que la Fuerza Aérea Colombiana que se ha
preparado tanto para enfrentar estas dificultades de
la Patria al proyectarse en un sendero de mejoramiento
continuo, puede convertirse en un gran eslabón
de la industria aeronáutica y ser un gran apoyo
no solo de la industria aeronáutica de doble uso
para Colombia, sino para el continente.
Pienso General Lesmez que la
venta de servicios de la Fuerza Aérea al continente es una posibilidad
y una necesidad que tenemos que buscar. No veo muchos
desarrollos en los países de nuestro nivel que
les permitan llegar a vender el valor agregado y el servicio
que si podrá ofrecer nuestra Fuerza Aérea.
Algo semejante he pensado para Indumil, algo semejante
para Cotecmar.
Colombia, que ha tenido que hacer
una inversión
inmensamente superior a los recursos de que dispone para
enfrentar el terrorismo, requiere de estas fuerzas tres
respuestas: la eficacia total contra el terrorismo, la
transparencia total para construir ciudadanía
con confianza en nuestras instituciones y también
la capacidad de entrar a buscar unas compensaciones económicas
y científicas para el país a través
del agregado de valor y a través de la venta de
servicios. Vamos a continuar en esa tarea. Todos los
días, General Lesmez, hay que dar pasos en esa
dirección.
Nos reunimos hoy también para condecorar en esta
conmemoración a un grupo de colombianos servidores
de nuestras instituciones y de la Fuerza Aérea.
Hemos condecorado con la Cruz
de la Fuerza Aérea
al Mérito Aeronáutico, en la categoría
de Gran Oficial, a las banderas de guerra de la Tercera
División del Ejército, de la Cuarta División
del Ejército, de la Fuerza Naval del Pacífico,
de la Policía Nacional.
Eso simboliza que nuestras fuerzas
se han venido integrando cada día mejor, que hay más armonía
entre ellas y la armonía y la integración
en nuestras fuerzas es un presupuesto para alcanzar escalas
superiores en economía de recursos y para alcanzar
niveles superiores de eficacia.
Hemos condecorado al señor presidente de la Corte
Suprema de Justicia, doctor Carlos Isaac Nader, y al
señor presidente del Consejo de Judicatura, doctor
Guillermo Bueno Miranda.
La Constitución del 91 tomó sabiamente
del texto centenario del 86 aquella norma de la cooperación
armónica entre las ramas del poder público.
La independencia de las ramas
que conforman la institucionalidad del Estado es necesaria
para que el Estado Democrático
opere, pero la armonía es necesaria para que esas
instituciones produzcan resultados.
Sabiamente, el constituyente
del 86 incorporó el
principio, y lo recogió el constituyente del 91.
Una institución del Estado que se dedique simplemente
a reivindicar su independencia e ignore el balance que
se da con la cooperación armónica con las
demás, es una institución que estaría
condenada a ser inoperante.
Esta condecoración también simboliza el
reconocimiento de la Fuerza Aérea a la cooperación
armónica de las instituciones independientes de
justicia.
Hemos condecorado al vicealmirante
Fernando Elías
Román Campos, inspector general de las Fuerzas
Militares, por sus servicios a la institución;
al joven Viceministro –hoy encargado del DAS (Departamento
Administrativo de Seguridad), Andrés Peñate
Giraldo; a los distinguidos gobernadores Anibal Gaviria,
de Antioquia; Elí Cala, del Casanare; y Juan José Chaux,
del Cauca, convencidos desde el ejercicio de sus gobiernos
locales, territoriales, de la necesidad de que este país
recupere la seguridad.
Al señor brigadier general Alberto Ruiz García,
director operativo de la Policía; a los señores
brigadieres generales Oscar Enrique González Peña,
comandante de la VII División; Rubén Carrillo
Vanegas, comandante designado de la región de
Policía que tendrá sede en Medellín;
al brigadier general Clímaco Solórzano
Aguilar, jefe de apoyo logístico de la fuerza;
al brigadier general José Javier Pérez
Mejía, quien está al mando del destacamento
de esta ceremonia y quien ha tenido la inmensa responsabilidad
de dirigir las operaciones aéreas contra el terrorismo
en el suroccidente de Colombia, con sede en la ciudad
de Cali.
Al señor brigadier general, en uso de buen retiro,
Carlos León Gómez Mateus, rector de la
Universidad Militar Nueva Granada; y al señor
alcalde de Medellín, doctor Sergio Fajardo Valderrama.
En la categoría de comendador, a los doctores
Darío Montoya, director del Sena; Iván
Darío Gómez, director del Agustín
Codazzi; Giancarlo Mejía, decano de la facultad
de derecho de la Universidad Nueva Granada; y Graig Peters
Osth, Consejero de Asuntos Regionales de la Embajada
de Estados Unidos.
En la categoría de oficial, a los oficiales retirados
mayor Guillermo Alberto Ayerbe Cortés, capitán
Bernardo Escobedo Bermúdez, teniente Ernesto Recamán
Saravia.
En orden público, por segunda vez, ha recibido
la condecoración el teniente Marlón Julián
Marín Sinisterra; y por primera vez ha sido concedida
en reconocimiento a sus servicios, al mayor Jaime Botero
Gutiérrez, al capitán Víctor Alexander
Celis Herrera, y al teniente Oliver Alexander Mongaleano
Torres.
La medalla al valor se ha conferido
por segunda vez al teniente Johan Jiménez Valencia y por primera
vez a los capitanes Oscar Javier Cuspoca Salamanca, Claudio
Germán Suta Revelo, Anibal Pinzón Peña;
al teniente Jaime Correa Jaramillo, al técnico
primero José Fajardo Sierra; y al técnico
tercero Carlos Andrés Tulcán Delgado.
La medalla militar Marco Fidel
Suárez, el gran
patriota nacido en esta tierra, Presidente de la República,
ejemplo de lucha y fundador de la Fuerza Aérea
Colombiana, la medalla militar Marco Fidel Suárez
-de quien hemos conmemorado este año los 150 años
de su nacimiento- se ha conferido al mayor general Mario
Montoya Uribe, comandante del Comando Conjunto Número
Uno Caribe; a la doctora Ketty Valbuena, ex secretaria
del Ministerio de Defensa; a la doctora Julia Gutiérrez
de Piñeres, directora de empleo del Sena; a la
doctora María Carolina Hoyos Turbay, directora
ejecutiva de la Corporación General Gustavo Matamoros
D´Costa.
No puedo ocultar la tristeza
de no ver en esta ceremonia al ex presidente (de la
República) Julio Cesar
Turbay Ayala, quien con tanto corazón y devoción
apoyó a las instituciones armadas de la República,
y que con tanto entusiasmo siguió esa carrera
que empieza María Carolina, de servir a estas
instituciones.
Al doctor Jorge Iván Granada Jiménez,
gerente del sistema logístico Silog, y al doctor
Rafael de Urbina, asesor del macroproyecto de Marandua.
A todos ellos, todas nuestras felicitaciones.
Compatriotas, hemos avanzado
en la Política de
Seguridad Democrática, pero falta un camino por
recorrer. No podemos dejar de ser eficaces un solo día,
estos mandatos son muy cortos, la voluntad de los pueblos
no se puede malgastar.
Un terrorismo afincado contra
nuestra Nación
durante 40 años juega a la trampa de que los gobiernos
malgasten la voluntad de apoyo popular para derrotarlos
y entonces así poder crear escenarios de recuperación.
Yo le decía al señor ministro (de Defensa)
Camilo Ospina, y al señor general Carlos Alberto
Ospina, comandante general de las Fuerzas Militares,
en reunión que sostuvimos anoche y que continuamos
este medio día, sobre las decisiones que ellos
tienen que tomar en materia de ascensos y movimientos
en las diferentes fuerzas, yo les decía: en la época
actual de Colombia quien esté en el Gobierno por
hacer tiempo de jubilación o en la Fuerza Pública
para que pase el tiempo para llegar al retiro, frustra
la ilusión popular. No podemos perder un día,
un día que nosotros perdamos es un día
que gana el terrorismo.
Hay mucho heroísmo en nuestra Fuerza, pero todos
tenemos que hacer esfuerzos superiores al despuntar de
cada mañana. La consigna es no perder un segundo,
no perder un minuto, no perder una hora, no perder un
solo día en el desafío de la eficacia para
recuperar la seguridad.
En la evaluación del país, aparecen todavía
tareas en las cuales hemos avanzado menos, hemos dedicado
las últimas semanas a Nariño. Ese departamento
con 34, con 50 mil hectáreas de droga, con todo
ese terrorismo hay que rescatarlo.
Lo que ha pasado en las últimas dos semanas,
señores generales, indica que todavía tenemos
espacios para que con la misma fuerza y una voluntad
que mire más homogéneamente todo el territorio,
podemos avanzar en resultados.
Hemos procedido de manera más diligente y más
ordenada sobre Nariño y hay mejor respuesta. El
Consejo de Seguridad de Ipiales, de hace dos semanas,
nos demostró debilidades allí. La guerrilla
enseñoreada de la victoria de Chiles, de Miraflores,
en toda la línea fronteriza con el Ecuador, un
pueblito de cinco mil habitantes como Llorente, con unos
carteles de la droga tan poderosos como los otrora de
Medellín y Cali, hay que capturarlos a todos,
todo el que esté involucrado en la droga en Llorente
hay que capturarlo y rapidito.
A mi me entristece que mis compatriotas
de Nariño
nos digan que después de 36 meses de este Gobierno
se desplazan vehículos entre Junín y Barbacoas,
para distribuirle combustible y precursores químicos
al narcotráfico. Hay que capturarlos a todos.
Nos tiene que angustiar que los
compatriotas de Nariño
nos digan que ha florecido mucho el negocio de los almacenes
de agroquímicos en Barbacoas, no porque haya allí nada
diferente de la selva y del manglar, no porque haya cultivos
de caucho o cultivos de palma africana, sino porque se
están utilizando esos fertilizantes y esos agroquímicos
para intentar mejorar la productividad de la droga.
Pues bien, allí no solamente hay que capturar
a los narcotraficantes, fumigar y erradicar los cultivos,
sino hay que capturar a quienes desde esos almacenes
de agroquímicos les prestan tan perverso apoyo.
A mi me entristece mucho que
esa combinación
de guerrilla y narcotráfico nos asesine los policías
en La Cruz, Nariño, ¿cómo no nos
va a doler esa denuncia sobre extorsión?
Pues bien. ¿Qué ha pasado en las últimas
dos semanas? Están armonizadas las diferentes
fuerzas entre sí, integradas en una estructura
de apoyo con la Fiscalía General de la Nación,
y hemos destacado al señor general del Ejército
Carlos Eduardo Ávila para coordinar toda la operación
en Nariño.
El señor Ministro y los altos mandos regresaron
a Nariño el fin de semana, yo estuve ayer y regresé con
el general Ávila a Bogotá por la tarde
y le dije: General, ¿cuándo vuelve a estar
en Nariño? Me dijo, pasado mañana. Le dije,
General, para resolverle estos problemas a Colombia,
yo le ruego que en su mente no tenga un cronograma de
fechas para estar en Nariño, sino un horizonte
de resultados. Hay que quedarse en Nariño hasta
que podamos decir: hemos derrotado este fenómeno
terrorista.
Permítanme señor Ministro y señores
Generales reiterar la permanencia en las brigadas, en
las divisiones, en los batallones no puede ser una permanencia
de tiempo, tiene que ser una permanencia de resultados.
Eso lo reclaman todos los ciudadanos y ha sido muy lento
incorporar ese concepto a la cultura de nuestras fuerzas.
La responsabilidad individual
y la circunstancia de hacer visible aquellos que han
sido revestidos de esas
competencias para asumir responsabilidades individuales,
como el caso del señor general Carlos Eduardo Ávila
en Nariño, es también un requisito fundamental.
Entonces, que además de institución haya
una responsabilidad personal de carne y hueso, y que
el General nos responda por el avance de esos operativos
en Nariño.
Hace poco encomendamos al señor general Fredy
Padilla de León una misión personal en
el Chocó. Esa fue transitoria. Una misión
en Buenaventura y una misión en el Cañón
de Garrapatas entre el Valle del Cauca y el río
San Juan donde tiene que realizarse una tarea de resultados.
El señor general Castro Castro, director general
de la Policía y el señor general Fredy
Padilla de León, desde hace algunas semanas han
asumido ante el Presidente de la República la
responsabilidad personal y directa frente a cada secuestro.
Ya ayer aparecieron los dos secuestrados
hermanos del Alcalde de Chalán en Sucre, pero estábamos
a la espera de poder rescatar a los dos antioqueños
trabajadores que el domingo fueron secuestrados entre
Montebello y Versalles.
Con la ayuda de Dios, con la
responsabilidad mayor de los generales Fredy Padilla
y Castro Castro, confiamos
tenerlos rescatados rápidamente, como debemos
rescatar al empresario del Magdalena secuestrado el lunes
en La Guajira y a todos los colombianos secuestrados.
Nos preocupan algunas ciudades.
En Bogotá, como
en todo el país, ha mejorado inmensamente, ha
disminuido inmensamente para bien el secuestro hasta
el punto de que no hay secuestros extorsivos este año
registrados en Bogotá.
Hemos tenido problemas como el
carro bomba contra el senador Germán Vargas Lleras y todos los días
tenemos que tener más voluntad para poder dar
contra los agresores, para poder dar con ellos pero la
situación de terrorismo en Bogotá ha mejorado
sustancialmente. Yo comparo la Bogotá de ahora,
con la que me tocó vivir a principios de 2002
como candidato a la Presidencia durante los primeros
meses de gobierno.
Sin embargo, tenemos dos problemas,
mientras en el país
ha disminuido este año en un 15 y 16 por ciento
el homicidio, en Bogotá tenemos 72 casos más.
Mientras en el país ha disminuido en este año
el robo de vehículos en un 21 por ciento. En Bogotá tenemos
140 vehículos hurtados más.
Vamos a hacer los esfuerzos extraordinarios
que tengamos que hacer. Hoy empiezan operativos especiales
de Ejército
y Policía todos los días y todas las noches
en áreas de Bogotá y además del
señor general Gómez Heredia, comandante
de la Policía Metropolitana, hoy comunicamos la
decisión de nombrar tres coroneles de la República
para asumir responsabilidad con nombre propio en tres
Comandos Operativos que se han creado en Bogotá y
sobre lo cual pude esta mañana conversar con el
señor Alcalde, quien está de acuerdo.
Para el Comando Operativo número 1, que incluye
los Distritos 1 y 2: Suba, Usaquén, Chía,
Chapinero, Barrios Unidos, Teusaquillo se ha designado
al coronel Rafael Sabogal Pérez.
Para el Comando Operativo Número 2 de los Distritos
3, 4 y 5: Santa Fe, Candelaria, Mártires, Puente
Aranda, San Cristóbal, Antonio Nariño,
Tunjuelito, Rafael Uribe Uribe, Ciudad Bolívar,
Usme, Sumapaz se ha designado al coronel Yamil Moreno
Arias.
Para el Comando Operativo Número 3 que incluye
Kennedy, Fontibón, Engativá, Soacha, Bosa,
se ha designado al coronel Luis Eduardo Martínez
Espitia.
En esto, como en todo, hay que
hacer permanentes revisiones. Toda una mañana, apreciados compatriotas, ministros,
generales, coroneles, oficiales, suboficiales, soldados,
toda mañana hay que tocar trompeta, revisar la
manera como venimos trabajando, tener la capacidad de
la autocrítica y ajustar a ver cómo mejoramos.
Por eso, nosotros debemos mantener
una actitud permanente de mejoramiento. Experimentar,
evaluar, confirmar, descartar
y muchas veces es mejor pulir sobre el experimento que
quedarnos a la espera de que maten a los ciudadanos mientras
pulimos la teoría.
En estos casos, hay que pulir
el nadado, nadando. Hay que pulir el estilo del toreo
en el ruedo, no en el salón.
Hagamos pues todos estos esfuerzos y los que se ocurran
para resolver problemas como este problema de nuestra
ciudad capital.
Colombia para caracterizar cada
día su condición
de democracia moderna, incluyente, con liderazgos no
caudillistas, pluralista y solidaria, a mi juicio tiene
que acreditar su compromiso con la Seguridad Democrática,
el respeto a las libertades públicas, la cohesión
social, la transparencia y el respeto a las instituciones
independientes que colaboran armónicamente.
Y al pensar en un trasunto de
estos cinco parámetros
a lo que sería un trabajo por la credibilidad
permanente del país del país en la comunidad
internacional, tenemos que mostrarle diariamente a la
comunidad internacional que avanza nuestra Seguridad
Democrática, que avanza la lucha por la transparencia
y que avanzamos en el cumplimiento de las metas sociales
del Milenio.
Y cómo está eso de hilvanado. La Seguridad
Democrática crea una confianza en los ciudadanos
que facilita la inversión, estimula el crecimiento,
anima el pago de impuestos Abre caminos para la construcción
del cumplimiento de las metas sociales del Milenio.
La Seguridad Democrática crea en los colombianos,
una actitud mental de respeto por el bello colectivo
que es la Nación de la cual surge el sentido de
transparencia.
Hay más sentido de transparencia en la medida
que haya más sentido de pertenencia al colectivo
que es la Nación. Y la Seguridad Democrática,
con transparencia, y con avance hacia las Metas Sociales
del Milenio, tienen que constituir el puente para pasar
del rescate de la seguridad a la consolidación
de la paz.
Muchos ciudadanos me dicen, Presidente,
no hable solamente de seguridad, hable de paz. Creo,
apreciados compatriotas,
que la Seguridad Democrática con cohesión
social y con transparencia es el camino a la paz.
Algunos críticos me dicen, y amablemente, Presidente
no les diga terroristas, invítelos a la paz. A
la hora de hacer la paz, si cesa su actividad violenta
dejan de ser terroristas.
Nosotros hemos planteado, y creo
que es práctico,
que en una democracia garantista como la nuestra, cada
día más garantista, la acción violenta
es terrorista. Así lo define la gran mayoría
de la legislación europea.
Pero también hemos dicho que en el momento que
haya una voluntad de paz, expresar un cese de hostilidades
cesa la acción terrorista y se crean condiciones
para la negociación.
El problema no es de llamarlos terroristas o misioneros;
el problema es que proceden violentamente o que tengan
voluntad de paz.
¡Qué bueno que pensaran en la paz! Las
FARC y el ELN deberían pensar que un país
que está todos los días luchando más
denodadamente por la Seguridad Democrática, por
la transparencia y por la cohesión social es un
país que ofrece todas las garantías a aquellos
que quieran regresar a la vida constitucional.
Para contrastar estas palabras
con las que ustedes mismos me escucharon hace algo
más de una semana en la
celebración de la fiesta de la Policía
en Bogotá, déjenme decir esto: los mal
llamados paramilitares tienen que pensar que el pueblo
colombiano generosamente les está dando una oportunidad
de reintegrarse a la familia, a la sociedad y al goce
de la libertad.
Los mal llamados paramilitares deben reflexionar que
las instituciones colombianas hemos hecho un gran esfuerzo
para que ese proceso tenga credibilidad nacional e internacional.
Pueden reflexionar y deben reflexionar
que aquí hay
un pueblo serio, un Estado serio y un Gobierno serio.
Que no va a permitir ni que el proceso sea defraudado
ni que aquellos que participen de buena fe en el proceso
sean engañados.
En Colombia, con la generosidad
y la transparencia de nuestro pueblo, con la seriedad
de las instituciones
y el empeño del Gobierno, no puede haber espacio,
y óigase muy bien, ni para defraudar un proceso
ni para engañar a quienes de buena voluntad entren
a él.
Es la reflexión que desde Rionegro, desde esta
base José María Córdoba quiero enviar
a los paramilitares. Cuánto mejor que nos ayuden
a que el proceso avance. Claro que hay dificultades en
la reinserción, claro que los proyectos masivos,
productivos, no surgen de la noche a la mañana.
Pero hay toda la buena voluntad
para ir ajustando eso. Y que piensen cuánto mejor es contribuirle a este
proceso con una decisión de no interferir la democracia,
que frustrar este proceso a través de violentar
la democracia.
Los mal llamados paramilitares
tienen que ayudarnos en una reflexión. Si este proceso sale adelante,
si Colombia le puede decir al mundo que estas mal llamadas
fuerzas paramilitares se han desmovilizado y desintegrado,
que hay un proceso de paz por supuesto con controversias,
pero de buena fe, no defraudado ni adelantado sin engaños,
eso nos consolida muchísimo la legitimidad para
combatir a quienes persistan en la violencia.
Para las Fuerzas Militares y
de Policía su prestigio
ante el pueblo y la comunidad internacional es mucho
más difícil pero más positivo tener
que enfrentar a los grupos que persistan en la acción
violenta con ausencia de paramilitarismo.
Y por supuesto, el Gobierno tiene
firmeza pero no vanidad. Yo no puedo desvincular las
contingencias de mi ser de
carne y hueso del ejercicio institucional de la Presidencia,
pero reconociendo todas mis limitaciones y defectos,
déjenme decir compatriotas que procuro hacer una
revisión diaria para trazar y reteñir la
línea divisoria entre la vanidad y la firmeza.
Aquí hay firmeza para combatir la delincuencia
pero no hay arrogancia para frenar la reconciliación.
En el momento que el ELN y las FARC hagan una revisión
para buscar caminos de reconciliación, las puertas
están abiertas. La firmeza para la negociación
será igual o mayor a la que hemos procurado tener
para enfrentar la violencia.
Generales, déjenme decirles algo coloquial, con
el afecto que yo le tengo a estas Fuerzas. Yo no me pongo
el camuflado por respeto, pero como lo dije en la Policía,
debajo de este everfit hay una carnita y unos huesitos
con alma de soldado, con alma de Policía.
Déjenme decir, con el afecto que tengo con la
Fuerza Pública de la Patria, si logramos más
eficacia se posibilita un discurso mío, menos
duro. Y esa combinación de mayor eficacia y de
menor dureza en el discurso creo que nos puede ayudar
a acelerar las condiciones para la paz.
Ojala nos pudiéramos entender a toda hora de
pensamiento, para evitar esos discursos que algunas veces
pronuncio y que muchos entienden que pueden ser obstáculos
para la paz.
Nuestra eficacia, señores Generales, es el lenguaje
que persuadirá a los violentos de que tienen que
negociar la paz. Y es un lenguaje que lleva dos mensajes:
el mensaje de que un Estado democrático es inderrotable
y el mensaje de que una vez ellos tomen la decisión
de negociar, ese Estado inderrotado e inderrotable les
dará todas las garantías.
Nuestra eficacia es el mensaje
a los señores
paramilitares, a los señores de las Farc y del
Eln en el sentido de que, tomada por ellos la decisión
de la reconciliación, esa eficacia será la
garantía para que ejerzan en Colombia sus libertades.
Vamos pues a proceder introduciendo
todos los ajustes, mejorando todos los días.
Señor General Lesmez agradezco a usted y a la
Fuerza Aérea en nombre de todos los compatriotas
la abnegada misión de todas las horas. Recuerden
tenemos mucho atraso en aviación, pero mucho adelanto
en pilotos. Y eso es un mérito muy grande de la
Fuerza Aérea.
Adelante, la Fuerza Aérea es fundamental en un
sueño, en un sueño que mi generación
tiene que hacer posible en la realidad para la tranquilidad
y la felicidad de las nuevas generaciones de colombianos.
Una Patria sin terrorismo, una Patria sin drogas ilícitas,
una Patria sin corrupción y una Patria que reivindique
a los pobres.
Muchas felicitaciones Fuerza
Aérea de Colombia.