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CONMEMORACIÓN DE LOS 30 AÑOS DE ASCENSORES ANDINO
Octubre 5 de 2005 (Medellín - Antioquia)

Compatriotas:

El doctor Darío Moreno, al exaltar la tarea de Coservicios y de Ascensores Andino, refirió a la loable circunstancia de desarrollar una empresa tan importante, como tantas otras se han desarrollado en unas circunstancias tan difíciles: a tanta distancia del mar, con unas carreteras de montaña que, a la luz de los estándares internacionales de competitividad, se constituyen hoy en unas trochas bien difíciles.

Pues bien, esto se ha logrado por los valores antioqueños, que el Gobernador en su intervención ha radicado esta noche en dos personas: en el doctor Darío Moreno Restrepo y en el doctor Rodrigo Villa Galvis. El uno, como el visionario que abrió el camino, y el otro, como el ejecutivo que ha mantenido la bandera en alto y la ha llevado permanentemente al éxito.

Los dos encarnan esos valores antioqueños de trabajo, honradez, persistencia, tesón para vencer dificultades. No conocen de amilanarse, y es la misma su actitud, siempre optimista en las dificultades o en los días favorables.

Quiero rendirle un homenaje a usted, Rodrigo, por su tenacidad, por su capacidad gerencial, por su fortaleza empresarial. A su junta directiva, presidida por un compañero mío, de generación, a quien tanto apreciamos, el doctor Ricardo Mejía Cano. Un homenaje a todos los trabajadores de Coservicios.

Y quiero superar inhabilidades de familia para decirle al doctor Darío Moreno cuánto representa él por su capacidad de estudio. Es miembro de esa brillante generación que, para bien de Colombia, produjo y sigue produciendo la Escuela de Minas.

Cuánto representa por su tarea visionaria, cuánto representa por sus inquietudes intelectuales, cuánto representa por su apertura de espíritu, cuánto representa por sus condiciones humanas, por la capacidad de generar empresas, por la capacidad de representar ese valor antioqueño de construir asociación, de construir sociedades, de articular esfuerzos, de articular capitales, de juntar valores, de agregar lo individual para salir airoso en lo colectivo.

Y quiero animarlos a que sigan esa gran tarea. Yo tengo confianza, muchísima, en la economía colombiana. En 1994 Coservicios empezó a exportar. En 1990 la industria colombiana apenas exportaba el 7 por ciento. Este año exporta en promedio casi el 40. Eso incluso nos está llevando a la necesidad que se tengan que ajustar las cifras, los deflactores, para medir su real comportamiento.

Cuando el Banco de la República, el Dane, ajusten los deflactores, vamos a ver un crecimiento industrial, como lo advierte hoy la Andi, por encima del registrado por las cifras oficiales. ¿Por qué? Porque es distinto medir una producción industrial de 1990, la cual se deflactaba exclusivamente como la de hoy, con la inflación nacional, que medirla hoy.

Cuando apenas se exportaba el 7 por ciento, era intrascendente en el resultado final, aplicar sólo la inflación nacional. Pero cuando se exporta el 40 por ciento, los deflactores son diferentes. A ese 60 por ciento de la producción nacional, hay que deflactarlo con la inflación nacional. Y a ese 40 por ciento que se exporta, hay que deflactarlo con la inflación internacional, la inflación de los destinos.

Algunas simulaciones que han hecho científicos en la materia, nos demuestran que cuando se apliquen correctamente esos deflactores, vamos a tener un resultado, vamos a tener unas cifras que reflejan un resultado mejor del que están reflejando las cifras de hoy. Tengo mucha confianza en que las autoridades competentes hagan rápidamente esos ajustes.

Y el otro tema es de la tasa de cambio, que en un caso como el de Ascensores Andino, tiene que golpear mucho. ¿Por qué? Porque empezaron con un componente importado muy alto, que hoy es muy bajo. Hoy el mayor porcentaje es de agregado nacional.

Y esta revaluación a ellos, como a tantos otros exportadores, los ha golpeado muchísimo. Por supuesto, esas fluctuaciones de tasa de cambio no se tienen en cuenta para medir las variaciones de la economía. El año pasado se vendió un ascensor en mercado internacional con dólar a 2.700 pesos. Este año se vende con dólar a 2.300 pesos.

Entonces los ingresos del productor colombiano eran más, por menos unidades. Y hoy exportar más unidades, los ingresos son menores. Y lo que vemos medir es cómo varía la producción de unidades. Y eso lo está distorsionando la circunstancia de no tener en cuenta en las mediciones, lo que es el impacto de las fluctuaciones cambiarias.

Es tan grave creer que la economía está creciendo más aceleradamente de lo que en efecto crece, cuando hay etapas de devaluación que muestran más ingresos en pesos a quienes exportan en dólares, como subestimar el crecimiento de la economía, cuando los ingresos en pesos provenientes de la revaluación se reducen y quieren ocultar el crecimiento en unidades vendidas.

Por eso creo que cuando estos indicadores o esta manera de hacer las mediciones se corrija y se ajuste a las realidades del momento, por eso soy optimista de que el país se va a encontrar con la grata sorpresa de ver un crecimiento industrial superior al que registran las cifras.

Y hay muchas circunstancias que demostrarían la consistencia del reconocimiento de ese resultado con otros indicadores, por ejemplo, a pesar de que introdujimos los estímulos tributarios tan importantes para impulsar la economía. Ascensores Andinos no hacía inversiones importantes desde hace doce años. Las está haciendo en los últimos dos años. Bastante apoyada en la circunstancia de la reactivación económica y de los estímulos tributarios.

Esa deducción del 30 por ciento le ha costado al fisco aproximadamente 900 mil millones este año, solo en relación con las deducciones requeridas por los contribuyentes y que tienen que ver con sus inversiones efectuadas en el año fiscal 2004. A pesar de eso, el recaudo está creciendo por encima del 14 por ciento. Que viene de unas bases que crecieron mucho en los dos años anteriores, porque el año pasado el recaudo creció el 22 por ciento y en el 2003 el recaudo creció el 18 por ciento.

Entonces uno ve que hay un crecimiento importante del recaudo, que refleja un mayor crecimiento de la economía de aquel crecimiento que están registrando las cifras oficiales.

Y por supuesto hay otros indicadores bien importantes. La participación de la inversión privada en el PIB de Colombia llegó a reducirse a niveles del 6, del 8. El año pasado ya se situó en el 12. Todo indica que este año va a estar alrededor del 15 por ciento, pero tendrá que llegar al 25 por ciento. En pocos años, pasar del 8 al 15 por ciento indica que está tonificándose sólidamente la economía.

Y otro punto relacionado, bien importante, apreciados coterráneos: la inversión extranjera directa en nuestra Patria llegó a reducirse a 500 millones de dólares al año, orientados prácticamente en su totalidad al sector de hidrocarburos. El año pasado superó los 3 mil millones de dólares. Naciones Unidas, hace dos semanas, produjo un reporte en el cual reconocía que la inversión extranjera directa en Colombia en el año 2004, creció en un 95 por ciento.

Y confiamos que este año, sin contabilizar transacciones de acciones, la inversión extranjera directa en Colombia supere los 5 mil millones de dólares. Con un elemento positivo adicional: está bastante diversificada, como diversificado se registra el crecimiento de la economía, lo que pone bases mucho más sólidas para mirar el futuro.

Y vemos una cosa importante en el empleo. Cuando empezó el Gobierno, el ministro Juan Luis Londoño de la Cuesta, que tanta falta nos hace, me decía: “Presidente, prepárese para ver tasas de desempleo del 25 por ciento”.

En este cuatrienio será imposible ver que el desempleo descienda. Yo le decía: “¿por qué?”.

Me decía: “Porque en un corto período el desempleo pasa del 7,5 por ciento a casi el 20. El desempleo de los jefes de hogar ha pasado del 4 al 10. Entonces un salto tan abrupto en un período de tiempo tan corto crea una masa crítica, una fuerza inercial, que nos puede llevar el desempleo al 25, antes de que empecemos a estabilizarlo y a inducir una tendencia muy lenta de reducción”.

Me lo decía con sobradas razones.

Vamos teniendo éxito en la reducción del desempleo. El mes pasado se situó en el 11,3 por ciento.

Tengo confianza que si sigue este espíritu optimista en nuestra Patria y que si seguimos edificando condiciones para que Colombia se convierta, como tiene ganas de convertirse a los ojos de los inversionistas internacionales, como el destino preferido de América, en el año 2007 el desempleo promedio mensual puede estar por debajo del 10.

El 11,3 es muy alto aún. El 10 es muy alto. Pero no podemos olvidar que en un corto período de tiempo pasamos del 7,5 a casi el 20.

Y hubo allí factores agravantes, como la evolución del desempleo de los jefes de hogar. Me parece que es el elemento de empleo más crítico. Porque cuando el jefe de hogar pierde el empleo, la familia entra en una situación de desespero. La cónyuge muchas veces tiene que abandonar obligaciones con los niñitos, saltar afanosamente a hacer presencia en el mercado del trabajo. Los niñitos o jóvenes inmediatamente corren el riesgo de ser desertores del aparato escolar o universitario. Se crea una catástrofe social y familiar.

Ese desempleo de los jefes de hogar saltó, en el mismo corto período, del 4 al 10 por ciento. Se ha reducido al 5,3.

Lo que sigue, muy grave. Es el subempleo. Hemos tenido más éxito en la reducción del desempleo que en la del subempleo.

Y cuando vemos el tema del subempleo, entonces eso nos conecta con lo que tiene que ser la visión de largo plazo.

¿Por qué? Porque empezamos a apreciar que uno de los problemas que refleja el subempleo, es la falta de pertinencia en la orientación educativa de la Nación.

Uno encuentra que necesariamente el subempleo no es empleo de mala calidad ni de bajos ingresos, sino empleo en actividades diferentes a las cuales se preparó el trabajador.

Y eso es una expresión clarísima de la falta de pertinencia en la tarea educativa.

Por eso, en la visión del largo plazo, la tarea educativa se tiene que constituir en el primer pilar de la política industrial de Colombia.

Y a eso hay que sumarles los esfuerzos en materia de infraestructura. Estamos construyendo la agenda de infraestructura, que hace parte de nuestro documento “Colombia: Visión de Segundo Centenario”.

La Patria, el 7 de agosto de 2019, cumplirá dos siglos de vida independiente.

Es necesario combinar el trabajo cotidiano, esforzado, con la visión de largo plazo. Es un elemento de gobernabilidad. Porque esa visión de largo plazo va aunando esfuerzos, se convierte en hilo en conductor que finalmente une a un ciudadano con los demás, hace que todo el mundo se sienta integrante de ese todo colectivo, que es la Nación, y ese sentimiento facilita la gobernabilidad en la medida que todo el mundo apunta los remos hacia el mismo puerto.

Por eso nos hemos empeñado en promover este debate de construcción de visión de futuro. Necesario, porque si se trabaja con todo el esfuerzo en el día a día, pero no se tiene visión de futuro, hay incertidumbre sobre el resultado del esfuerzo.

Si hay visión de futuro, pero no se trabaja esforzadamente cada día, esa visión de futuro no deja de ser quimera inalcanzable.

El país necesita combinar el esfuerzo cotidiano con la visión de futuro. Y esa visión de futuro, para que produzca ese fenómeno final de gobernabilidad, hay que construirla democráticamente.

Por eso el documento que lanzamos el 7 de agosto, lo denominamos Primer Borrador para estimular el debate constructivo entre los colombianos. Y a medida que se vayan agotando etapas de ese debate, entonces publicar los siguientes borradores hasta que hay un referente más elaborado, un nivel elevado de consenso entre los colombianos.

Esperamos los anexos de las regiones y los anexos de los sectores económicos y sociales.

Y allí tiene que estar la agenda de competitividad. Y de la agenda de competitividad tiene que hacer parte la agenda de infraestructura.

Y eso nos obliga a un buen manejo de los temas macroeconómicos. Porque si no hay buen manejo para lograr una inflación que no supere la baja inflación de los países industrializados, si no hay un buen manejo para lograr confianza inversionista, si no hay buen manejo para ir avanzando hacia el equilibrio fiscal, si no hay buen manejo para tener controlado el endeudamiento externo, que con el déficit fiscal se había salido de lo que fue la regla tradicional de Colombia, si no hay buen manejo, no se crea confianza. Si no hay buen manejo en ello, es imposible tener tasas de interés bajas accesibles en el largo plazo, que permitan que a través de un moderado porcentaje de endeudamiento, los sectores productivos puedan agregar valor.

Ese es otro elemento fundamental de lo que tiene que ser la política industrial de largo plazo.

Tengo mucha fe que llevando de la mano la Seguridad Democrática, la reactivación económica, la inversión social para construir ese elemento que es la cohesión social que nos permita hacer el tránsito de la seguridad a la paz, nuestra Patria tiene que salir adelante.

El doctor Darío Moreno, sus compañeros de esa brillante generación de líderes industriales de Antioquia, el equipo liderado por Rodrigo Villa Galvis, han hecho un gran esfuerzo en épocas muy difíciles, un esfuerzo que nos pone un punto muy alto para trabajar con amor, permanentemente, con amor infinito por Colombia y por Antioquia, para que el esfuerzo de ellos se traduzca en que un día no lejano las nuevas generaciones de esta tierra puedan vivir plenamente felices en este suelo amado de Antioquia y de Colombia.

Muchas felicitaciones, doctor Darío. Muchas felicitaciones, Rodrigo. Muchas felicitaciones, querida familia, trabajadores de Coservicios.

 
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