INAUGURACIÓN
DE LA BIBLIOTECA UNIVERSITARIA DEL CAQUETÁ
Septiembre 01 de 2005 (Florencia – Caquetá)
Compatriotas:
Muchas felicitaciones por este
gran logro. Este es un logro, porque hay eficiencia.
Y hay eficiencia porque hay
honradez y porque hay consagración.
Sin mayores recursos, estirando
su presupuesto, con mística,
con devoción y con patriotismo, ustedes lo han logrado.
La presencia hoy de varios compañeros del Gobierno
Nacional y la mía, es para expresar a ustedes todas
nuestras felicitaciones.
Los indicadores que presentaba Roberto Camacho ponen a
la Universidad a la vanguardia del buen manejo en Colombia.
Y cuando escuchamos al señor Rector y vemos programas
tan importantes que está adelantando la Universidad,
sus pregrados, sus postgrados, vemos que se expresa allí uno
de los elementos de la Revolución Educativa: la
pertinencia.
En Colombia tenemos que preguntarnos
cómo vamos
a lograr la paz y cómo la vamos a sostener.
Para lograrla hay que aplicar la
seguridad. Cuando no hay autoridad en procura de la seguridad,
el terrorismo
se apodera de la Nación, como apoderado estuvo y
todavía quisiera apoderarse del Caquetá,
donde lo tendremos que sacar definitivamente.
Pero cuando esa seguridad se ejerce
con criterio democrático,
se van creando las bases para que haya confianza de parte
de todos los ciudadanos. Y la confianza de todos los ciudadanos
en un programa democrático de seguridad, es el camino
final a la paz y a la reconciliación.
¿Saben qué día dialogarán
las Farc? Cuando sientan que se le acabó la opción
militar. Y como esa opción militar la ejercemos
dentro del Estado democrático, habrá total
confianza para que entren en un proceso de paz.
¿Y cómo se vuelve esa paz sostenible? Esa
paz se vuelve sostenible con crecimiento económico,
con inversión social, con revolución de oportunidades.
¿Y cómo se dan las oportunidades? En la
sociedad moderna básicamente a partir de la educación.
La falta de movilidad social en Colombia, la circunstancia
de que los hijos de los pobres son condenados a ser pobres,
se constituye en un trauma para nuestra democracia.
Para romper los canales a fin de
que haya ascenso y movilidad social, lo fundamental es
la Revolución Educativa.
Por eso nosotros hemos planteado
en la política
social la Revolución Educativa como el eje central,
además de las otras seis herramientas: la ampliación
de la protección social, el impulso a la economía
solidaria, el manejo social del campo, el manejo social
de los servicios públicos, la construcción
de un país de propietarios y un país con
calidad de vida urbana.
Para que todo ello contribuya a
estabilizar la paz, a proyectarla como un valor indefinido
en el tiempo, en bien
de toda la comunidad colombiana, requerimos, mis apreciados
compatriotas del Caquetá, que la Revolución
Educativa abra la movilidad social.
Esa Revolución Educativa, llamada a la revolución
de las oportunidades en Colombia, la hemos desagregado
en cinco elementos: la cobertura, la calidad, la pertinencia,
la capacitación técnica y la investigación
científica.
Las cifras de cobertura de la Universidad
de la Amazonía
demuestran cómo está cumpliendo con el primer
elemento. Y tendremos mucha fe que todavía sean
mayores en los años que vienen.
Las cifras, los esfuerzos de calidad,
especialmente el registro calificado y la acreditación de alta calidad,
demuestran los esfuerzos de la Universidad por ese segundo
elemento tan importante de la Revolución Educativa,
que es la calidad.
Le preguntaba ahora al señor Rector –mientras
observábamos esas dulces y bellas danzas del Caquetá,
allí en un espacio exterior–, por los programas
de pregrado: lo que están haciendo en zootecnia,
en veterinaria, en las ingenierías, en matemáticas,
es pertinente. Eso va a formar una comunidad de investigadores,
que es lo que necesita la Amazonía Colombiana.
De aquí al sur, de aquí al occidente, la
Patria tiene toda una gran posibilidad de recursos naturales,
muchos desconocidos, para contribuir al mejoramiento del
nivel de vida de los colombianos, a los avances que esperan
a la medicina y al mejoramiento del nivel de vida de la
población del mundo.
Pero eso necesita investigadores
y creo que los programas de la Universidad van orientados
hacia allá, siguiendo
el buen ejemplo del profesor Manuel Elkin Patarroyo.
Celebré mucho en mi interior cuando conversaba
con el Rector, porque se abren unas universidades simplemente
para enseñar lo que todo el mundo debería
conocer. Eso no se justifica. En cambio encontrar uno en
Florencia, en la Universidad de la Amazonía, ese
esfuerzo por las matemáticas, ese esfuerzo por las
ciencias, demuestra que hay pertinencia, que no hay facilismo.
En Colombia no se pueden seguir
abriendo universidades para enseñar lo que todo el mundo debe conocer.
Aquí hay que seguir el ejemplo de la Universidad
de la Amazonía. Y eso nos acredita el tercer elemento:
la pertinencia.
Los esfuerzos que ustedes están haciendo en calidad
se conectan con los esfuerzos de pertinencia. Esto es:
ustedes están formando para lo que necesita el país
y para lo que necesita la región. Y creo que eso
va a conducir al otro elemento de la Revolución
Educativa, que es la investigación.
Y lo que están haciendo para desagregar sus ciclos
en la parte técnica y tecnológica, y después
en el complemento para acceder al título superior,
nos ayuda a esa integración entre la universidad
y la capacitación técnica.
Cuando un muchacho en los dos años primeros logra
un título de técnico o de tecnólogo,
queda habilitado para trabajar y para estudiar. Y si después
puede, continuando con los créditos, acceder al
título de educación superior en su misma
universidad o en otra, cuánto mejor.
Nos ayuda eso, apreciados amigos
del Caquetá, a
algo que requiere la Patria: crear condiciones para que
los colombianos estudiemos y trabajemos toda la vida.
En buena hora la Universidad del Caquetá ha venido
desarrollando esta integración entre las técnicas,
las tecnologías y la educación superior.
Y qué bueno cuando me mostraba el señor
Rector ahora la biblioteca, preguntar allí por la
conectividad. Tienen ya en las pantallas del computador,
a disposición de los estudiantes en frente de esas
pantallas, 70 mil textos con toda la publicación,
con toda la extensión del texto a disposición
de los estudiantes.
Qué bueno una conectividad desde Florencia con
el mundo entero. Eso cómo ayuda a salir adelante.
Hemos avanzado en régimen subsidiado de salud,
hemos avanzado en los programas de Bienestar Familiar con
los niñitos y con los ancianos, y vamos a avanzar
más.
Hemos avanzado en Familias en Acción. Hemos avanzado
en el programa Resa. Están próximos a iniciarse
los contratos de unas pavimentaciones bien importantes
en el Caquetá.
El señor Ministro de Agricultura lanzó hace
poco el programa de redoblamiento bovino para el Huila
y el Caquetá. Confiamos mucho en el crecimiento
de la palma africana y del caucho.
Tenemos atrasos sensibles en vivienda
social. Y el señor
Alcalde me ha presentado la necesidad de que el Gobierno
ayude para poder hacer las obras de protección que
defiendan las inundaciones en 30 barrios de Florencia.
Lo que hemos avanzado está bien, pero en un país
con tantas necesidades hay que mirar siempre adelante.
Le rogaría, Alcalde, que, con la Ministra del Medio
Ambiente, busquemos cómo en los presupuestos que
vienen le ayudan a resolver este problema de las inundaciones
de los barrios de Florencia.
El señor Director de INVIAS –que aquí me
acompaña–, en el Consejo Comunitario de Puerto
Rico, se comprometió a ir arbitrando recursos para
mejorar la carretera de Florencia a Montañita, El
Doncello, Puerto Rico, San Vicente del Caguán.
Ahí están llegando los recursos. Este año
apenas se alcanza a hacer un parcheo mínimo, pero
viene una partida presupuestal de 7 mil millones de pesos
para mejorar sustancialmente la carretera.
Y ya están adjudicados los kilómetros importantes
que corresponden al Caquetá en el Plan 2.500.
Y para el próximo Gobierno, a fin de que gane tiempo
en materia de planeación, con los parlamentarios,
con los gobernadores, con los alcaldes, tenemos que preparar
desde ya el nuevo plan de pavimentos.
Creo que me faltan muchas visitas
al Caquetá, con
la ayuda de Dios.
Esta tarde les preguntaba a los
representantes Serrano y Almario: ¿no será que nos podemos ir a
bañar allá al Río Hacha, aguas arriba
de Florencia? Hay que venir a eso, porque esto es encantador.
Estaba sobrevolando de Puerto Rico
a Larandia con el señor
general Ardila, viendo esa inmensidad: 74 mil kilómetros
tiene el Caquetá.
¡Uy!, ¿me pelé tanto? Entonces repasábamos
esa cifra. Con este respaldo de cordillera y el resto esa
llanura y esa riqueza en aguas, esa hermosura de llanura
con esas leves ondulaciones.
Yo le decía: aquí se puede producir la ganadería
del mundo, aquí se puede producir la leche del mundo,
aquí se puede producir la carne del mundo.
General Ardila, General Martínez, señor
Coronel Rodríguez, ustedes y yo tenemos que acabar
de hacer un trabajito aquí, ustedes saben cuál
es: que no nos quede ni uno. Para que la Universidad del
Caquetá haga el otro trabajo: entregarle esta gran
juventud a la Patria y al mundo, para que con la ciencia,
el orden y la disciplina, prospere la democracia y las
nuevas generaciones de compatriotas vivan felices.
Los felicito por esta gran obra.