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REUNIÓN DE TRABAJO EN CALI
Septiembre 12 de 2005 (Cali – Valle del Cauca)

Compatriotas:

La presidente del Senado, doctora Claudia Blum de Barbieri, había solicitado una reunión para tratar una agenda definida con sus compañeros de bancada vallecaucana. Esa reunión empezó la semana pasada en la Presidencia, pero dada la densidad de los temas vimos que era necesario dedicarle unas horas, que no alcanzábamos a evacuarla en el corto período de la reunión de la semana anterior.

Hemos querido proceder de la siguiente manera: dividir el tema en dos grandes capítulos, el capítulo de seguridad y los otros temas.

En el capítulo de seguridad, proceder de la siguiente manera: en la primera media hora o 40 minutos de esta reunión, escuchar un resumen de lo que se dijo en Bogotá por parte de los voceros vallecaucanos. Uno de los voceros en materia de seguridad, no veo que haya llegado, es el senador Francisco Murgueitio. Y también habló el senador Arenas, el señor representante, general en uso de buen retiro, el general Jaime Canal. Se pidió que se escuchara a los alcaldes.

Tan pronto terminemos esa parte, el señor Ministro y los Altos Mandos se retirarán de este recinto y continuarán el Consejo de Seguridad.

Y aquí seguimos con la segunda reunión de los diferentes temas. Queremos remitirnos exclusivamente a la agenda temática que presentó la semana pasada la honorable senadora Claudia Blum.

Entonces procederíamos de la siguiente manera: escuchamos a los voceros seleccionados por ustedes por cada tema y después, responde el Gobierno Nacional.

En los Consejos de Seguridad, a lo largo de estos tres años de Gobierno, hemos procedido de la siguiente manera: primero, no realizarlos exclusivamente en Bogotá sino periódicamente en las diferentes regiones. Segundo, en la primera etapa de esos consejos escuchar a la comunidad.

¿Cuáles son las razones para ese procedimiento? Primero, cuando solamente tenemos oportunidad de reunirnos los Altos Comandantes, el Ministro y yo en Bogotá, no se cumple un imperativo de la política de Seguridad cual es que permee en todas las bases de las fuerzas institucionales, que llegue hasta el más recientemente vinculado de los soldados y policías de la Patria.

Entonces para que la política de Seguridad permee, a lo largo de estos tres años ha sido muy útil realizar los consejos de seguridad en las regiones, para que la política de Seguridad comprometa todo el estamento institucional de la Nación, sin excepción.

¿Y por qué en la primera etapa que los comandantes, el Ministro y yo escuchemos a la comunidad? Porque cuando simplemente presentamos nuestros informes, quedan incompletos. Es muy importante estar escuchando a la comunidad para darnos cuenta cuál es la percepción comunitaria sobre el tema, cuáles son los problemas que más aquejan y cuáles son las diferencias entre la percepción comunitaria y nuestra propia evaluación del avance de la política de Seguridad.

En la reunión de la semana pasada encontramos mucha preocupación por el norte del Valle del Cauca. Yo he tratado de recordar cómo era la situación hace tres años, compararla con la de ahora.

Hace tres años había una gran angustia por los secuestros en la ciudad de Cali, por lo que venía pasando desde Los Farallones. Hemos tenido tres años sucesivos de disminución del secuestro en la ciudad de Cali.

Este año, por ejemplo, llevamos en secuestro extorsivo otra disminución del 27 por ciento en la ciudad de Cali. Y creo que avanzamos bastante con la instalación del Batallón de Alta Montaña en Los Farallones.

Diría que los dos hechos más apremiantes en materia de seguridad cuando empezó el Gobierno, eran lo que ocurría desde Los Farallones que se reflejaba en secuestro en la ciudad de Cali y la inseguridad en la carretera de Buenaventura, cuyo transporte estaba prácticamente paralizado. Creo que en los dos hay un buen avance.

Una enorme preocupación por el secuestro de los grupos terroristas ubicados en la cordillera caucana, que venían a secuestrar al sur del departamento. Diría que lo que estamos haciendo en esa cordillera va a ayudar muchísimo. Ya entró la nueva Brigada Móvil que habíamos ofrecido al departamento del Cauca. Confío que vamos a mejorar bastante la seguridad en el Cauca, porque ya llevamos casi dos años con el Batallón de Alta Montaña en el sur del Macizo Colombiano. Allá hay un gran alivio de la comunidad.

Y con las operaciones que, desde febrero – marzo de este año estamos adelantando en cordillera norte del departamento del Cauca y el refuerzo ahora con la nueva Brigada Móvil, y la coordinación de esas operaciones con las operaciones que vienen del Huila y con las operaciones que vienen del Tolima, pueden producir un gran alivio sobre el sur del Valle del Cauca y sobre la Cordillera Central.

En la Cordillera Central diría que se ha advertido algún mejoramiento. Ha producido un buen efecto el Batallón de Alta Montaña en el Quindío y las operaciones coordinadas con el Tolima y, por supuesto, con el Huila.

Preocupa muchísimo el tema del Cañón de Garrapatas, toda esa comunicación con el Pacífico, en el río San Juan y con el Pacífico, y el tema del norte del departamento, especialmente en la Cordillera Occidental. Hay unas operaciones militares que tienen que ser sostenidas en ese Cañón de Garrapatas, que se están efectuando del departamento del Valle del Cauca hacia el occidente buscando el río San Juan. Y ya entró la Armada por el río San Juan, hemos fortalecido bastante el río San Juan, a ver cómo vamos presionando a estos grupos terroristas en ambas direcciones.

En el norte del departamento había una calma ficticia cuando empezó este Gobierno. Una calma impuesta ahí por una presencia de los grupos de narcotráfico, que no estaban siendo perseguidos en debida forma. Tan pronto empezó la acción de este Gobierno frente a ellos, esa calma ficticia se perdió y se expresó lo que se venía ocultando, lo que se venía congelando: la violencia.

Tenemos mucha queja de, primero, una tendencia muy preocupante de asesinatos entres estas bandas. En los últimos meses se ha revertido para bien la tendencia.

Y unas preocupaciones presentes, vigentes, sobre el ingreso de las Farc a extorsionar campesinos, por ejemplo, del municipio de Argelia y de otros de estos municipios. Es lo que hemos recibido. Entonces es muy importante examinarlo y ver cómo vamos a enfrentar allí la situación.

Lo que me han dicho los alcaldes, y lo que dijo alguno en la reunión de Bogotá, es que en la comunidad y en las autoridades locales no hay confianza sobre la acción de los batallones en el norte del Valle del Cauca y no hay confianza sobre la acción de la Policía.

Entonces, estas cosas me toca repetirlas con toda franqueza, porque nada hacemos. Estas reuniones tienen que ser muy respetuosas, pero muy francas. Cualquier extremo es muy grave: si se vuelven unas reuniones donde nos faltemos al respeto, nada hacemos, y si en aras de la cortesía no son francas, tampoco hacemos algo positivo.

Encontramos la queja de que, no obstante el mejoramiento en Cali en algunos aspectos, hay mucha queja sobre la inteligencia en la ciudad de Cali y sobre la inteligencia en el norte del departamento, sobre la circunstancia de que todavía no se han terminado de desmantelar esos carteles de la droga aquí. Sus jefes, como el señor Diego Montoya y el señor Varela, no están todavía, como deberían estar, a buen recaudo. Entonces se han presentado esas quejas.

Yo me he propuesto hacerle un seguimiento diario al tema del homicidio en la ciudad de Cali. Y este año, a 9 de septiembre, tenemos 527 homicidios menos en Cali que el total acumulado en el mismo período del año anterior.

Esto es un día a día que hemos venido llevando sobre la ciudad, con el propósito de que la ciudad recupere plenamente la seguridad. Hemos hecho todo el esfuerzo con el destacamento aquí de Policía, de Ejército.

Hay que mirar en qué estamos fallando en inteligencia a ver cómo lo corregimos. Confío que la ciudad se pueda recuperar fiscalmente, porque –y lo digo con todo el aprecio por el alcalde, es una situación vieja, no de esta administración-, nosotros necesitamos que en una ciudad del tamaño, de las complejidades, de los desafíos de Cali, el presupuesto local nos pueda dar un gran aporte para el tema de seguridad, que lo tenemos en otras ciudades.

La ciudad de Bogotá está aportando este año 56 mil millones de pesos al tema de seguridad. La ciudad de Medellín, con Metroseguridad, una suma parecida.

Mientras la ciudad se pone al día y puede hacer eso, el Gobierno Nacional seguirá haciendo todos los esfuerzos. Ustedes muchos son testigos que se han hecho, incluso, hasta en el tema de gasolina.

La gran preocupación que capté de esa primera reunión sobre la ciudad de Cali es sobre el tema inteligencia para golpear lo que queda de estos carteles en la ciudad.

 
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