X SEMINARIO DE LA SERIE HOUSTON
“ DEMOCRACIA, IMPERIO DE LA LEY Y PAZ EN COLOMBIA”
Septiembre 09 de 2005 (Medellín – Antioquia)
Compatriotas:
Quiero saludarlos a
todos muy respetuosamente. Seguramente hace no mucho tiempo,
si muchas de las personalidades que
hoy nos acompañan en Medellín hubieran sido
invitadas para realizar el seminario aquí en la ciudad,
habrían enviado unas señales para que cambiaran
de sede.
La verdad es que la
circunstancia de congregar un grupo de visitantes tan importante
en la ciudad de Medellín
hoy, indica que algo ha pasado y ha pasado para bien.
Esta ciudad, su área metropolitana, tuvieron años
de 6.500 homicidios. Voy a leer unas cifras, siempre me da
pena después de lo que dijo el Gobernador de las cifras.
Pero hemos buscado que sean totalmente objetivas.
En el Área Metropolitana, contando todos los homicidios,
culposos, agravados y sumando allí también
los delincuentes dados de baja, ha tenido la siguiente evolución:
en el año 2003 en relación con el 2002 hubo
una caída del 34 por ciento. En el 2004 en relación
con el 2003 una caída del 42 por ciento.
El año pasado, por esta misma fecha, este es boletín
del primero de septiembre, el Área Metropolitana llevaba
1.089 homicidios. Este año lleva 722, una caída
del 34 por ciento.
Los secuestros este
año han caído acá.
Prácticamente la ciudad no ha tenido secuestros extorsivos
este año.
Cuando veo situaciones
como la de Bogotá, Medellín,
con cero secuestros extorsivos en el año, cruzo los
dedos y digo que por decirlo ojalá podamos seguir
diciéndolo.
La semana pasada sufrimos
mucho en Bogotá por la
desaparición de dos niñitos, pensamos que los
habían secuestrado. Bueno, gracias a Dios al otro
día aparecieron y todo indica que se quedaron en una
casa de familia en el vecindario.
En el departamento de Antioquia llevamos este año,
en relación con el año pasado, una disminución
del 74 por ciento en secuestros, incluyendo secuestro simple,
secuestro extorsivo.
Esto no es para resignarnos.
Medir el homicidio y el secuestro por tendencias de pronto
parece muy inhumano. Pero de todas
maneras uno tiene que trabajar tendencias para ir ajustando
políticas.
Esta Patria nuestra,
que hace poco llegó a tener
3.050 secuestros, este año lleva 440, de los cuales
son 205 extorsivos. Y llevamos tres años con un descenso
consecutivo importante en el homicidio.
En el 2003 tuvimos un
descenso del 19 por ciento. El año
pasado del 15. Este año veníamos con el 21,
en este momento vamos con el 18. Ojalá en lo que resta
del año podamos terminar con un descenso superior
al 20 por ciento.
Muchas instituciones,
personas, han contribuido a este enorme mejoramiento de
Medellín. El alcalde Sergio Fajardo
ha hecho un valioso esfuerzo. Yo lo pongo de ejemplo en el
país, de la manera como nos ha ayudado en ese proceso
de reinserción.
Y el complemento que
están haciendo con educación
es magnífico. Hace poco que se celebraron aquí los
50 años de Empresas Públicas de Medellín,
el regalo que le va a dar Empresas Públicas a la ciudad
es un regalo para la Revolución Educativa de Medellín.
Creo que eso va a producir
unas consecuencias extraordinarias en materia de productividad,
competitividad, ingreso, movilidad
social, consolidación de la paz, ya en un horizonte
de mediano y largo plazo.
Sus antecesores también
hicieron, todos, esfuerzos muy importantes con diferentes
aproximaciones.
Cuando me correspondió empezar la Presidencia de
la República iniciamos la Seguridad Democrática,
que la teníamos muy metida en el alma, con algunas
decisiones.
Antes de las seis de
la mañana del 8 de agosto empezamos
la recuperación de las carreteras en la Costa Caribe
entre Valledupar-Santa Marta, Valledupar-Rioacha.
Esa misma tarde empezamos
el proceso de recuperar la seguridad para los alcaldes
del país en Florencia. Todos los
alcaldes de Caquetá estaban refugiados en la Gobernación
en la ciudad de Florencia. Eran casi 400 alcaldes de los
1.096 de Colombia desalojados de sus municipios por el terrorismo.
Hoy prácticamente todos están ejerciendo.
Y empezamos simultáneamente
otras tres acciones.
El control de las principales
vías en los puentes.
Recuerdo aquel puente del 12 de octubre de 2002 y después
el del 1 de noviembre, cuando vi que mis compatriotas regresaban
a las carreteras, me parecía ver un país saliendo
de un secuestro colectivo.
Lo otro que iniciamos
fue el proceso de recuperación
de la Comuna 13 de Medellín. En mi manera de ver las
cosas, muy simple, me parecía que la Comuna 13 de
Medellín era un escenario ya no de incursiones de
guerrillas o de paramilitares en movimiento, sino de posicionamiento
de estos grupos terroristas. Ya era de posiciones.
Recuerdo el ejemplo
que ponían los profesores de
Introducción al Derecho de Teoría General del
Estado, para establecer la diferencia entre el poder formal
y el poder eficaz. Entonces cuando la invasión alemana
a Francia solían preguntar, en esos años de
invasión en ese territorio francés, ¿quién
ejercía el poder? Por supuesto había un poder
formal y un poder real que lo ejercían los invasores.
La Comuna 13 de Medellín es un ejemplo clarísimo
de un poder real que lo estaban ejerciendo los grupos terroristas.
Nos propusimos recuperar
esa Comuna. E iniciamos el Plan Patriota en los alrededores
de Bogotá.
Los primeros cuatro
elementos que dirigieron esa política
de Seguridad Democrática fueron: objetivo recuperación
institucional, acciones encaminadas a recuperar control territorial,
construir confianza ciudadana, desabastecer a los terroristas
y aislarlos.
La entrada en septiembre,
el ingreso en septiembre de 2002, de las Fuerzas Especiales
del Ejército a la Comuna
13 de Medellín, implicaba muchos riesgos. Entre ellos
un gran riesgo de opinión, porque había una
teoría muy enraizada en la ciudad de que eso no se
podía enfrentar militarmente. Por muchos años
yo había sido una voz disidente en ese tema.
La instrucción que se dio fue muy simple: hay que
proceder con toda la transparencia, el respeto a los derechos
humanos y con toda la imparcialidad. Allá hay que
derrotar por igual a guerrilla y a paramilitares.
Algún día, cuando se escriba la historia de
esa Comuna, creo que los lectores se van a horrorizar más
de quienes la vivimos directamente.
Una señora permaneció durante 12 días,
de pie, en un escaparate secuestrada. Fue una de las personas
que rescatamos en ese operativo.
En diciembre de 2002
visité la Comuna y encontré una
ciudadanía volcada a apoyar su Fuerza Pública.
No me lo dijeron, yo estuve muchas horas allí, saludé a
los ciudadanos, conversé con ellos y vimos que habíamos
empezado a acertar en aquello de desalojar a los terroristas
y de recuperar el poder real para las instituciones.
Y habíamos empezado a producir un fenómeno
ciudadano. Una ciudadanía que estaba sometida por
el terrorismo, empezaba a ser una ciudadanía que adhería
a las instituciones, que quería a las instituciones,
que estaba en plan de apoyar las instituciones y que demandaba
más y más eficacia de las instituciones.
El caso de la Comuna
13 ejemplifica muchas reflexiones. La reflexión de que un terrorismo todopoderoso no
llega fácilmente por la vía de la persuasión
a la negociación. Se fracasó durante muchos
años allá, intentado la negociación.
Produce otra reflexión: la ciudadanía se somete
al terrorismo, pero jamás lo adhiere.
Produce una tercera
reflexión: lo que hay que buscar
de la ciudadanía frente a las instituciones, es confianza.
Entonces todo eso nos
fue guiando la acción en la
Comuna 13.
Me sorprendió mucho que organizaciones internacionales,
que nunca habían criticado lo que allí pasaba,
sí vinieron a ser muy críticas con lo que estábamos
haciendo en materia del rescate del imperio de las instituciones.
Y eso coincide con otro punto.
Embajador Word: como
usted me dijo que abriéramos
aquí de pronto un pequeño Consejo Comunitario,
por qué con el Alcalde y con el Gobernador no ordenan
que se vayan comiendo esa entradita.
Sí me da pena de todos ustedes. No, no, Alfredo,
déle, déle, por favor.
Por favor sigan, sigan.
Les prometo que no por eso alargo más la intervención.
Yo fui informado durante
la transición presidencial
de dos procesos de paz que venían en curso. Uno a
través de Cuba con el ELN, y otro a través
de la Iglesia Católica con los mal llamados paramilitares.
Se me preguntó qué pensaba y dije en la transición:
estoy de acuerdo, continuemos con ellos, pero la condición
es llegar al cese de hostilidades.
Será muy importante investigar por qué cuando
las fuerzas institucionales iban recuperando terreno, ganando
confianza ciudadana en la Comuna 13, a los muy pocos días
estos sectores paramilitares le dicen a la Iglesia Católica
que están dispuestos a un cese de hostilidades.
Yo diría que no se puede perder de vista esa coincidencia
en el momento. Yo creo que hay que investigar qué relación
de causa, de efecto, o por lo menos qué fenómenos
con causales se presentaron allí.
La verdad es que, dada
la importancia en los temas que ustedes van a tratar, me
parecería un abuso de mi parte decirles
ahora lo que muchos de ustedes en innumerables ocasiones
me han escuchado sobre lo que pienso de la política
de Seguridad Democrática.
Entonces quisiera hacer
una afirmación sobre su relación
con la paz y una afirmación sobre su relación
con la justicia y abrir esto a un diálogo con ustedes.
Muchos han tenido discrepancias con esa política,
con puntos de ella. Preguntas que deseen formular y que yo
pueda responder, comentarios, etcétera.
Yo no creo que en un
país que llegó a tener
casi 30 mil homicidios, un país de 40 ó 42
millones de habitantes –creo que el censo va a dar
menos de los 44 que estimamos, por los ensayos que hemos
hecho, uno en Pereira y otro en Soacha–, no creo que
la justicia pueda ser eficaz si no hay una acción
de autoridad que empiece a derrotar, a disminuir y a contener
la criminalidad.
Con esas tasas de homicidios
que nosotros llegamos a tener, y que todavía son
muy altas, no hay justicia en el mundo que sea capaz de
ser eficaz.
Entonces se ha hecho
y se están haciendo esfuerzos
muy grandes en materia de justicia. El doctor Luis Camilo
Osorio, anterior Fiscal, y el Presidente (de la República,
Andrés) Pastrana, iniciaron la reforma constitucional
para incorporar el sistema acusatorio y la oralidad.
Este Gobierno la encontró aprobada en la primera
ronda constitucional, y nos dimos a la tarea, con el Congreso
de la República, de que se perfeccionara el proceso
de aprobación.
Creo que ahí hay una gran reforma a la justicia,
que apenas está empezando a aplicarse. Después
vino todo ese proceso de actualización de los códigos
y ahora estamos en esa etapa de implementación inicial
en el Eje Cafetero y en la ciudad de Bogotá.
Hay que hacer todos
los esfuerzos en materia de justicia. Yo soy de la tesis
que no habrá justicia posible en
Colombia, para ser eficaz, si no se antecede y se acompaña
permanentemente de un proceso de autoridad que reduzca, contenga
y derrote la criminalidad.
Y la segunda afirmación
que quiero exponer ante ustedes es que creo, estoy convencido
que la paz es hija del ejercicio
firme y transparente de la autoridad.
Esa política de Seguridad Democrática la hemos
querido enmarcar en su espíritu democrático,
en voluntad política y en permanencia hacia las operaciones
militares y policivas, en transparencia y en eficacia.
Creemos que todo eso
va recuperando la institucionalidad y la confianza, y que
finalmente crea las condiciones para
adelantar los procesos de paz con quienes persistan en el
terrorismo. Y si se le puede ir acompañando más
velozmente de una política que mejore la cohesión
social en nuestra comunidad, consolida la paz en un horizonte
de mediano y largo plazo.
Creo, pues, que en la
situación que hemos vivido
en nuestra Patria, en la ciudad de Medellín, para
romper ese proceso inercial de violencia, es necesario el
ejercicio firme de la autoridad y que esa autoridad, con
vocación democrática, eficacia, transparencia,
exclusividad institucional en el ejercicio, es el gran camino
para conducir a la paz.
Muchas gracias.