CELEBRACIÓN DE LOS 20 AÑOS
DE INALDE
Septiembre 6 de 2005 (Chía – Cundinamarca)
Compatriotas: Quiero rendir un sentido homenaje,
en nombre de todos los colombianos, a estos 20 años
de esfuerzo. A sus fundadores, a quienes han tenido sobre
sus hombros esta responsabilidad
que tantos frutos da para la Patria, a todos ellos, nuestra
gratitud inmensa.
A Octavio Arizmendi Posada, Jaime Carvajal,
Vicente Arteaga, Jorge Carulla Soler, Alfonso Dávila Ortíz, Hernando
Escallón, Roberto Pardo, Guillermo Pardo Koppel, a todos
los que participaron en la fundación de este sueño
tan importante de la Patria.
Se destaca en la comunidad internacional
un reconocimiento bien importante a Colombia: su buena gerencia.
Creo que ahí tenemos
un factor para ser competitivos, que nosotros no hemos valorado
suficientemente. Y allí hay aportes trascendentales
como el que viene haciendo Inalde.
Y se destaca otro elemento: una gerencia
de empresa privada con criterio social. Eso facilita que
el país supere
polarizaciones y ha ayudado a superar momentos en que las polarizaciones
habrían querido perturbar gravemente la vida nacional.
Esa gerencia, con un factor de eficiencia tan importante que
es el elemento social, ayuda muchísimo a consolidar
la sociedad colombiana.
Quiero hacer esos dos reconocimientos
a Inalde, su contribución
a ese alto nivel de la gerencia colombiana y su contribución
a ese elemento, el factor social, como un elemento importantísimo,
integrante del concepto de eficiencia. El doctor Pedro Niño
(Director General de Inalde) nos ha traído unos comentarios –que
valoramos mucho– sobre la Visión Colombia para
el II Centenario.
La Patria tiene que trabajar los asuntos
cotidianos con todo esmero, estudiar la visión de largo plazo y procurar
todos los días avanzar en la ejecución para cumplirla.
No podemos quedarnos solamente en el postulado sin capacidad
ejecutiva ni solamente en la ejecución sin norte. Cualquiera
de esos dos extremos es de inmensa gravedad. Tan grave es dedicarnos
a pensar y no a ejecutar, como dedicarnos a ejecutar sin rumbo.
Por eso este Gobierno ha tenido una visión en la materia:
hay que proyectar una visión macro del país y
trabajar diariamente en el detalle para poder ejecutarla.
El documento que presentamos el pasado
7 de agosto ‘Visión
Colombia, II Centenario’, metas, estrategias, actores,
al 7 de agosto de 2019, lo llamamos un primer borrador, ‘un
documento para la discusión’. En una sociedad
democrática, una visión de largo plazo que trascienda
los planes cuatrienales de desarrollo, nadie la puede imponer,
tiene que surgir de que la asimile el pueblo colombiano a partir
del debate democrático. Por eso, bienvenidos estos comentarios.
Le voy a pedir al doctor Santiago Montenegro
y al equipo de Planeación Nacional que con él ha trabajado este
documento, que se reúna con ustedes para que se tengan
en cuenta las apreciaciones que ustedes vienen formulando,
porque el propósito es que en este segundo semestre
se adelante una gran discusión en todo el país
y que en el primer trimestre del año entrante se produzca
una nueva edición del documento, que deberá ser
el segundo borrador.
El país, en su concepción democrática,
cada cuatro años debe formular un nuevo plan de desarrollo.
Ninguna norma exige que haya enlace entre el anterior y el
nuevo plan. Eso, en alguna forma, ha atentado contra las políticas
de Estado. No creo que el tema se pueda resolver con normas
imperativas. Soy de la idea que la única manera de salir
adelante en ese tema, para garantizar la mínima continuidad
requerida, es a través del debate democrático
y fijándonos unas metas de largo plazo.
Los colombianos debemos prepararnos
para tres cosas, para la discusión del documento. El Gobierno Nacional ofrece
toda la receptividad porque cree que su deber no es imponerlo
sino proponerlo y ser ampliamente flexible para estudiar la
crítica constructiva, los cambios que sugieran nuestros
compatriotas.
Los colombianos debemos prepararnos
para trabajar intensamente, a fin de cumplir unas ambiciosas
metas al 7 de agosto de 2019
y los colombianos debemos laborar intensamente para que el
20 de julio de 2010, cuando estemos cumpliendo los 200 años
del Grito de Independencia y revisemos cómo vamos en
metas parciales que nos permitan cumplir las metas finales
de 2019, podamos mostrar una calificación, un avance
satisfactorio en relación con esas metas parciales.
Lo otro que hemos querido proponer
es que este documento se ajuste a las Metas del Milenio,
para que el país muestre
toda su voluntad, toda su sensibilidad en el cumplimiento de
las Metas del Milenio.
El doctor Pedro Niño, en su diagnóstico de por
qué se ha reducido el crecimiento en Colombia, ha traído
el elemento de la violencia, el elemento de la mala distribución,
el problema fiscal referido al tamaño de la participación
del fisco en el PIB (Producto Interno Bruto), al crecimiento
del déficit –que en pocos años nos llevó a
pasar de una situación en equilibrio que registraba
el país en 1990, a un déficit del 4.2 por ciento
que registraba en agosto de 2002–. A la evolución
del endeudamiento, que en el sector público consolidado
pasó de un 12.16 por ciento de inicios de los 90’s,
a un 54, 56 por ciento en agosto de 2002. A un decaimiento
de la productividad, y a una falta de modelo.
Me parece de gran importancia, ayuda
mucho a la reflexión
sobre el tema, a quitarle sesgos ideológicos, pasiones
sin razón al tema, la referencia que ha hecho al Consenso
de Washington. Creo que eso nos tiene que aterrizar mucho en
la discusión, porque algunos le atribuyen todos los
malos nacionales al Consenso de Washington. Es la primera vez
que escucho decir a un colombiano: ‘no, el problema es
que no hemos tenido modelo, adoptamos unos elementos, otros
no’. Ese es un tema bien interesante para esta discusión.
Se ha referido a la necesidad de incrementar
la inversión
productiva, a la necesidad de hacer esfuerzos en ahorro nacional,
reconoce la incapacidad de los colombianos para lograr unas
altas tasas de ahorro, las requeridas para poder sortear estos
obstáculos, y por eso nos recomienda que el país
sea bastante atractivo para poder que acá lleguen grandes
cantidades de ahorro externo.
En algunos temas señala que el documento es poco ambicioso,
pero también reconoce que lo que se viene haciendo en
los acuerdos comerciales con MERCOSUR, con los Estados Unidos,
lo planeado con Europa –que ya ha cumplido un paso, como
es la extensión de las preferencias unilaterales por
10 años– son pasos en la dirección correcta
para que el país sea más atractivo del ahorro
internacional.
Para atraer el ahorro internacional
enfatiza sobre la necesidad de la seguridad jurídica y destaca la norma que recientemente
se ha aprobado por el Congreso, ya reglamentada por el Gobierno.
Le pedí tanto al Ministerio de Industria, Comercio y
Turismo como a la Secretaría Jurídica de la Presidencia,
que no hiciéramos publicidad sobre el reglamento. Había
algún escepticismo de que ese reglamento se demora,
ya se aprobó el documento Conpes y se firmó el
decreto reglamentario. Pero queremos volver a publicitar ampliamente
la norma, cuando estemos firmando los primeros acuerdos de
estabilidad en las reglas de juego con inversionistas.
Creo que no hay mejor camino para contribuir
a ese factor de creación de confianza, que alimentarlo a través
de ejemplos concretos, de casos concretos de suscripción
de acuerdos con determinados inversionistas. Ha planteado él,
el tema de las normas tributarias, la necesidad de reducir
tarifas, de eliminar exenciones, de ampliar la base. Se ha
referido al tema de cuál debe ser la meta de tasa de
cambio real, donde tenemos serias dificultades por lo que ha
venido pasando. Habla de que el país tiene que buscar
nichos como el turismo receptivo y que todo esto exige consolidar
el tema de la paz, que en mi concepto nace de la Seguridad
Democrática.
Muchas gracias a todos ustedes.
|