CUMBRE MUNDIAL DE LA ONU
Septiembre 16 de 2005 (Nueva York – Estados
Unidos)
Señoras y Señores:
Permítame felicitarlo a Suecia por su elección
para presidir esta Asamblea General.
Colombia reafirma su compromiso con las Naciones Unidas
y con el multilateralismo amplio e incluyente. El proceso
de reforma debe tener como objetivo central el fortalecimiento
de los Estados y su capacidad para responder de manera eficiente
a las necesidades de las poblaciones.
Las metas de desarrollo
del Milenio son alcanzables en la medida en que todos hagamos
esfuerzos y concesiones. Los
países en desarrollo podrán cumplirlas cuando
sea posible competir y tener acceso libre a los mercados.
Se facilita ello con la eliminación de subsidios,
especialmente aquellos que benefician a la agricultura en
los países desarrollados.
Con el logro de las
metas, más que profundizar en
el asistencialismo y la ayuda, los países deben consolidar
sus capacidades y perspectivas de desarrollo sostenible que
permita generar riqueza, progreso y bienestar.
Colombia entiende que
hay que apresurar el logro de las metas del Milenio para
asegurar en el tiempo la legitimidad
democrática que emerge de la seguridad, las libertades
públicas, la independencia de las instituciones y
la transparencia.
En mi país hemos incorporado las metas del Milenio
en el Plan de Desarrollo y en un ejercicio de discusión
que hemos denominado ‘Visión Colombia, Segundo
Centenario’. Ello permitirá cumplirlas antes
de 2015.
De la mano de la Seguridad
Democrática para derrotar
el terrorismo y garantizar las libertades de todos mis compatriotas,
de la transparencia y la participación ciudadana para
derrotar la corrupción, nos hemos comprometido a erradicar
la pobreza y a mejorar las condiciones de equidad.
Nuestra política social cuenta hoy con 7 capítulos,
permítanme mencionarlos:
- La revolución educativa, eje de la cohesión
social, es el camino de la equidad en la distribución
del ingreso y de la apertura de canales de ascenso
social sin los cuales la democracia queda a medias.
- El país de propietarios, con énfasis en
la financiación de medianas, pequeñas empresas
y microempresarios para superar la barrera del acceso al
crédito, odiosa discriminación que oscurece
la democracia.
- Y la protección social, que en tres años
tener seguro de salud para toda la población pobre,
que avanza en la alimentación de los niños
para facilitar su acceso a la educación y en la atención
de los ancianos.
Colombia debe terminar
este año con 500 mil Familias
en Acción o familias pobres educadoras que reciben
un subsidio del Estado para la alimentación y educación
de sus hijos. En el próximo futuro llegaremos a un
millón, todo lo cual se suma a los crecientes esfuerzos
para la revolución educativa.
En 2006 completaremos
10 millones de niños beneficiados
por los programas de nutrición y 570 mil ancianos
atendidos con subsidio financiero y alimentación.
Hacemos grandes esfuerzos
para atender a los desplazados, a 20 mil reinsertados que
han abandonado los grupos violentos
y a 33 mil Familias Guardabosques que provienen de haber
abandonado la droga y que hoy cuidan el reestablecimiento
del bosque tropical, que reciben un estipendio por ello y
por cumplir la obligación de mantener sus áreas
libres de drogas ilícitas.
Estos tres items: desplazados,
reinsertados y Familias Guardabosques, en 2006 –solamente- costarán 300 millones de
dólares.
En el proceso de reforma
de los órganos de las Naciones
Unidas, creemos que aquellos encargados del desarrollo deben
ser fortalecidos y convertirse en foros reales para discutir
la problemática de los países en desarrollo
con toda su diversidad, incluyendo a los países de
renta media.
La propuesta de crear
una comisión de consolidación
de la paz debe centrarse en establecer políticas y
estrategias de apoyo a las iniciativas y programas nacionales
de desarrollo de los países que superen dificultades.
El éxito de las Naciones Unidas se cristaliza cuando,
una vez se lleva a cabo la tarea encomendada, se retira de
los países que solicitan su ayuda. Su fracaso radica
cuando permanece durante décadas y crea dependencia
de las estructuras nacionales con el sistema internacional.
Su fracaso radica cuando suplanta a los Estados en vez de
facilitar que puedan gobernarse con autonomía e independencia.
El papel de los Estados
no puede ser suplantado por la Organización.
Cada nación debe tener los medios y mecanismos para
superar los retos y responder con eficacia a las necesidades
de sus pueblos.
En cuanto a la propuesta
de creación de un consejo
de derechos humanos, creemos que debe orientarse con una
perspectiva de cooperación con los Estados y de consolidación
de la capacidad de gestión de cada país. En
este consejo no deberán prevalecer los enfoques punitivos
y de señalamiento que han politizado el tema y han
debilitado la capacidad de Naciones Unidas para contribuir
y apoyar a los Estados en la promoción y protección
de los derechos humanos.
El consenso debe ser
el hilo conductor de esta reforma. De este modo, será posible
responder a las expectativas de introducir cambios reales
y significativos. En este proceso
debemos participar todos, respetando el principio de igualdad
soberana y guiados por los principios rectores de la Carta
de Naciones Unidas.
Gracias.