INSTALACIÓN
DE LA ASAMBLEA DE ANIF
Abril 26 de 2006 (Bogotá – Cundinamarca)
Compatriotas:
Al final de este
Gobierno acudo a la Asamblea de ANIF (Asociación Nacional de Instituciones Financieras)
como ha sido la costumbre, para examinar con ustedes
algunos temas de superior interés para la Patria.
En primer lugar,
no encuentro palabras para agradecer, la presentación que acabamos de escuchar a Luis
Carlos Sarmiento, que nos compromete mucho –a mis
compañeros de Gobierno y a mí- a trabajar
más y con mayor intensidad por esta Patria.
La verdad es que
a mí también me toman
con mucha sorpresa porque voy a los consejos comunitarios
y la gente es muy amable, pero hacen lo que tienen que
hacer, reclaman lo que no se les ha dado. Entonces llego
a un Consejo Comunitario en Sogamoso y me dicen: ‘Presidente,
sí está bien la carretera Sogamoso – Foravitoba – Iza
pero falta tal carretera y falta tal otra’. Y voy
a una reunión de microempresarios y me dicen: ‘bien,
lo del microcrédito pero no nos ha llegado a fulano,
a perano, a sutano’. El país siempre es
deliberante en lo político entonces tengo que
mantenerme en deliberación. Me sorprende mucho,
doctor Luis Carlos, le agradezco de corazón tanta
generosidad con lo que ha podido hacer este Gobierno,
que mucho más nos compromete para Colombia.
Ustedes han convocado
esta Asamblea con el especial interés de mirar lo que podría ser una
agenda económica y social de mediano plazo en
nuestra Patria. Me parece que es fundamental ubicarla
alrededor de una palabra: confianza.
Esa agenda tiene
que buscar que los colombianos tengamos confianza para
vivir en Colombia, para invertir en Colombia.
Que los colombianos tengamos confianza que en Colombia
podemos estudiar, que en Colombia podemos adelantar una
vida científica, que en Colombia podemos encontrar
oportunidades de empleo digno, estable, bien remunerado.
Que en Colombia podemos encontrar oportunidades de emprendimiento.
Confianza en Colombia,
a mi juicio, debe ser la palabra que guíe la agenda económica y social de
mediano y largo plazo. Para construir esa agenda alrededor
de la generación de confianza, es muy importante
definir el marco político y social para nuestra
Patria. Creo que tenemos que interiorizar reflexiones.
Colombia requiere trabajar por una democracia social
incluyente, sin exclusiones pero sin odios.
Y entonces es muy
importante, que ese marco político
defina un modelo democrático fraterno, no un modelo
de odios de clases. Al visitar recientemente muchas de
las universidades públicas de la Patria –y
soy hijo de la universidad pública-, me preocupa
que todavía algunas tendencias políticas
de la Nación quieren insistir en el modelo del
odio de clases.
Cuando escucho el
debate frente al TLC, me parece ver allí la prolongación del odio de clases
que se le quiso inocular al país en los años
60 y 70 y que lo vimos por entonces en el movimiento
estudiantil. Hoy lo veo en algunos niveles políticos,
disimulado pero en los apoyos de esas estrategias políticas,
con total pasión, expresado con ira, por supuesto,
con menos doctrina que cuando existía ese proyecto
marxista tan identificado doctrinariamente que el país
conoció en los años 60 y en los años
70.
El modelo político nuestro, tiene que ser un
modelo de permanente debate, un modelo pluralista sí,
pero un modelo sin odios, un modelo fraterno. El debate
con odios estanca el país. El debate con odios
frena la inversión. El debate con odios crea toda
clase de dudas, desconfianza. El debate con odios pone
a la gente simplemente a defender posiciones con fundamentalismo,
con dogmatismo y evita que la creatividad permita superar
contradicciones.
Un debate democrático permanente para una sociedad
incluyente pero fraterno, estimula un debate creativo,
estimula el encuentro de opciones. Es bien importante
pues, trabajar la visión del marco político
de democracia pluralista en permanente debate fraterno
y del marco social de la sociedad incluyente pero sin
odios.
Y Colombia tiene
que escoger si vamos a permitir que al país lo ubiquen en alguna de las posiciones
en que quieren dividir a América Latina, en un
país de izquierda o de derecha o si Colombia va
a trabajar para sobresalir como una democracia moderna.
La división que se pretende profundizar en América
Latina entre izquierda y derecha, es una división
obsoleta, impractica, polarizante.
Hace algunos meses,
una periodista internacional me preguntaba que ¿cómo podía desempeñarse
un Gobierno colombiano, regido por un Presidente que
ella ubicaba en la derecha, en un medio latinoamericano
de creciente afiliación a la izquierda? Y le dije:
hágame un favor, déme una sola razón
que le permita sustentar a usted que el Gobierno que
preside el presidente Lula en el Brasil es un Gobierno
de izquierda y el que yo presido en Colombia es un Gobierno
de derecha. La periodista enmudeció.
Esa división es polarizante, así lo demuestra
la última elección del Secretario General
de la OEA. Esa división es obsoleta, tuvo alguna
razón de ser cuando América Latina enfrentaba
dictaduras de diversa naturaleza. Pero sometidos hoy
a la regla democrática, esa división no
encuentra fundamento en la realidad y es impráctica.
Le decía a mi casual interlocutora, aquella distinguida
periodista internacional: ¿usted por qué insiste
en acreditar unos gobiernos como gobiernos de izquierda
y en demeritar otros gobiernos como gobiernos de derecha?,
y finalmente me reconoció que era por sus propias
inclinaciones, que ella es de izquierda. Entonces le
dije: sustentemos esto, déme finalmente una razón
que explique porqué usted se autodefine de izquierda
y porqué define al Presidente de Colombia de derecha.
Y enmudeció de nuevo.
Creo que Colombia
no puede hacerle juego a esto, que el marco político pluralista, fraterno, de la
sociedad incluyente sin odios, que tenemos que construir
para que nuestra Nación, a través de la
confianza, supere los grandes retos, supere la pobreza,
cumpla con las metas sociales del Milenio, cumpla con
la Visión del país 2019 –que estamos
construyendo con la Dirección de Planeación
Nacional-, creo que ese marco político tiene que
proponer en lugar de que Colombia se ubique en obsoletas
formas de dividir la política, proponer consolidar
una democracia moderna.
Esa democracia moderna,
a mi juicio, tiene que estar regida por 5 parámetros: la seguridad con alcance
democrático, el respeto a las libertades públicas,
la construcción de cohesión social, la
transparencia y el respeto a instituciones independientes.
Creo que estos 5 parámetros concilian muchos temas
que en algún momento del desarrollo histórico
e ideológico parecieron excluyentes.
Bobbio mismo, a
quien podríamos considerar el
pensador reciente más evolucionista de la izquierda,
nos demostró cómo valores que defendía
la izquierda europea y valores que defendía la
derecha, finalmente tendrían que convertirse en
valores concurrentes de modelos políticos para
consagrar y tipificar democracias modernas.
Las libertades individuales,
que eran un patrimonio de la derecha y la cohesión social un patrimonio
de la izquierda, tienen que ser convergentes. Un ciudadano,
en una democracia moderna, para poder reivindicar sus
libertades individuales, tiene que ser un gran contribuyente
a la construcción de justicia social. Y aquellos
que reclaman que se le ponga más énfasis
a la erradicación de la pobreza, a la construcción
de equidad, tienen que ser respetuosos de las libertades
individuales de todos aquellos a quienes convocan para
esa construcción de cohesión social.
La seguridad hoy
no se excluye con las libertades públicas,
al contrario, es una fuente de libertades públicas,
es un valor democrático. Creo que si algo importante
le ha ocurrido a Colombia es sustituir ese viejo concepto
que asociaba la seguridad al militarismo, la descalificaba
por antidemocrática, la ubicaba como un patrimonio
intelectual de unos reducidos grupos de derecha. Colombia
empieza a entender que la seguridad es un valor democrático,
una fuente de recursos, que es un presupuesto fundamental
para la garantía de las libertades individuales.
Esa propuesta del marco político de democracia
moderna que concilie la seguridad y la lleve de la mano
con el respeto a las libertades individuales, muestra
ahí su importancia. Por ejemplo, cuando examino
en todas las regiones de la libertad de prensa, encuentro
que hoy hay un periodismo más libre que hace algunos
años.
Hace algunos años, el periodismo se autocensuraba
en todas las regiones por temor a la guerrilla o por
temor a los paramilitares. Algo importante que ha logrado
la Seguridad Democrática es que el periodismo
le ha perdido el temor a esos grupos. Hoy en todas las
regiones de la Patria el periodismo tiene absoluta confianza
para denunciarlos. El periodismo ha superado la autocensura
a que había tenido que someterse por presión
de estos grupos.
Un periodismo más libre para denunciar, una oposición
que se siente contenta en Colombia para criticar y presentar
sus tesis, son demostraciones claras de que las libertades
individuales encuentran en la Seguridad Democrática
la mejor garantía.
Por eso, el concepto
de seguridad no puede seguir, jamás
puede volverse a considerar en Colombia como un concepto
que se excluye con el respeto a las libertades individuales.
La libertad democrática ha demostrado en nuestro
país ser un gran camino de reivindicación
de las libertades individuales.
En ese marco, con
esos 5 parámetros, para consolidar
a nuestra Patria como una Nación que avanza todos
los días por el camino de una democracia más
moderna, aparecen una serie de reformas pendientes. En
pueblos, como el nuestro con tantas dificultades, los
gobiernos no pueden pensar sino dos minutos en cualquier éxito
pasado, tienen que pensar el resto de los 58 minutos
de la hora en lo que está pendiente, en lo que
toca sen la siguiente hora, en los siguientes días,
en los siguientes meses, en los siguientes años.
En esas reformas
pendientes, aparecen reformas tan importantes como
la tributación, la de transferencias, la
administrativa, la de regalías.
Después de escuchar la juiciosa y minuciosa exposición
de Luis Carlos Sarmiento, permítanme decir –sobre
la reforma tributaria- que es fundamental que una nueva
reforma tributaria en el país sea una reforma
más orientada al crecimiento, orientada a la formalización,
que simplifique.
Hay que insistir
en reformas tributarias orientadas al crecimiento,
porque la experiencia de estos 4 años
me ha indicado que las escuelas económicas que
prevalecen en nuestra Patria, por una u otra razón,
no han sido amigas convencidas de los estímulos
tributarios que estimulen el crecimiento. Con muchas
dificultades pudimos tramitar en diciembre de 2003 aquel
artículo de la reforma tributaria que introdujo
una deducción del 30 por ciento a las inversiones
generadoras de renta. Se anticipaban debacles.
En efecto, nos costo
en el año 2004 alrededor
de un billón de pesos y este año, cuando
estamos recibiendo las declaraciones de rentas y el pago
de impuestos correspondientes al año fiscal 2005,
puede costar otro tanto, ¿pero cuánto contribuyó al
crecimiento de la inversión y cuánto contribuyó al
crecimiento del recaudo?
Quiero llamar la
atención de nuestros compatriotas
sobre la necesidad de cualquier reforma tributaria que
vayamos a sacar adelante, ponga el buen cuidado en ser
una reforma tributaria orientada hacía el crecimiento.
Por supuesto, el tema de la formalización está asociado
con la ampliación de las bases. Cuando el Gobierno,
en la reforma tributaria de 2002 luchó y finalmente
logramos sacar adelante aquel IVA del 2 por ciento sobre
lo no grabado o excluido, que fue declarado inexequible
por la Corte Constitucional, no estábamos pensando
tanto en el recaudo derivado de ese IVA, como en dar
un gran paso vía expansión de la tributación
hacía la formalización de la economía.
Es más importante pensar en las responsabilidades
de cada ciudadano con la tributación y en el fisco,
así sea a través de tarifas simbólicas,
que simplemente en una pretensión fiscalista que
puede desatar contradicciones políticas y sociales
que frenan estas reformas.
Por eso, hay algunos
aspectos técnicos de tarifas
altas, unificación de tarifas, etcétera,
que es muy importante revisar incluso renunciar a ellos,
en ocasiones, para darle paso a otras normas de mejor
aceptación popular que pueden cumplir el objetivo
de formalizar y hacer que cada ciudadano se sienta más
comprometido con su Nación, más comprometido
con los ingresos de su país, más comprometido
con las fuentes de financiación de los programas
sociales.
El sistema tributario
nuestro no es fácil de
simplificar. El Gobierno ha hecho un gran esfuerzo a
través del programa MUISCA. Aspiramos que a medida
que más colombianos puedan realizar sus diligencias
ante la DIAN por vía electrónica, se vaya
gozando de la simplificación del sistema.
Hace algunos meses
le preguntaba al Ministro de Hacienda (Alberto Carrasquilla)
y a un destacado grupo de economistas ¿cuál
sería la mejor vía para simplificar el
sistema tributario colombiano?, y algunos de ellos dijeron:
el impuesto simple al ingreso, que en países como
aquellos de la antigua Cortina de Hierro, están
aplicando con éxito.
Les dije: no me
atrevo, porque si bien muestra bondades, se maneja
de manera muy simple, de todas maneras hay
una diferencia, esos países venían de unas
sociedades muy atrasadas en aspectos, pero también
muy avanzadas en igualdad. Y es diferente aplicarle un
impuesto simple al ingreso, a unas sociedades que tienen
un alto grado de igualdad, que aplicarlo en unas sociedades
como las nuestras con este alto grado de desigualdad.
Mi invitación es que pensemos, muy cuidadosamente,
cómo podemos superar las dificultades que son
retos, el sistema tributario nuestro, a ver cómo
lo hacemos más simple, más manejable para
la administración, más amigable para el
ciudadano. Reto nada fácil.
REFORMA DE LAS TRANSFERENCIAS
Debemos reconocer
que el incremento del recaudo de impuestos nacionales
en este cuatrienio, incrementos del 12 por
ciento en el 2003, del 22 por ciento en el 2004, del
15 por ciento en el 2005 y este año ha empezado
en el primer trimestre con un buen desempeño,
debemos reconocer que esos incrementos le dan la razón
a la reforma constitucional sobre transferencias -a la
que se refirió Luis Carlos Sarmiento- liderada
por el entonces ministro de Hacienda, Juan Manuel Santos,
en la administración del Presidente Pastrana.
Pero una de las prioridades que tiene Colombia ahora,
es definir el marco legal para sustituirla.
Es bien importante
allí tener en cuenta lo siguiente:
han mejorado más las regiones que la Nación.
Las regiones han pasado de un déficit, en el 2000
del 1 por ciento del PIB, a un superavit en el 2005 del
0.8 por ciento del PIB.
No obstante que
quedan algunos departamentos y bastantes municipios
todavía en plan de desempeño,
su situación de ingresos ha mejorado ostensiblemente.
Y la aplicación rigurosa por parte de este Gobierno,
de la Ley 617 de austeridad territorial, aprobada por
la anterior administración presidencial, ha contribuido
bastante al saneamiento de las finanzas territoriales.
A eso hay que sumarle
que el buen desempeño de
la economía ha causado mejores ingresos para los
entes territoriales. Y también debemos que adicionar
que durante este Gobierno se consagró una nueva
sobretasa a la gasolina. El IVA a los licores extranjeros
fue cedido a los departamentos y para mejorar el recaudo
de licores, se introdujo el tratamiento de grados alcoholimétricos
para los aperitivos.
Todo esto, una combinación de nuevos esfuerzos
de descentralización, de mejor desempeño
de la economía, de disciplina en el gasto, de
buena administración territorial, cuesta unas
finanzas territoriales más sanas.
La Nación, todavía –como acabamos
de verlo en el informe de Luis Carlos Sarmiento- en el
Gobierno Nacional central, no obstante todos los esfuerzos
hechos, tiene un déficit del 4.9 por ciento. Es
bien interesante que las regiones entiendan esta situación
para el paso que tiene que dar el país en materia
del nuevo marco de transferencias.
Nosotros creemos
que se puede hacer un esfuerzo para aumentar transitoriamente
las transferencias especialmente
en educación y salud, siempre y cuando haya un
compromiso de desempeño para que durante los próximos
tres años el país logre dos metas fundamentales
en lo social: plena cobertura en educación básica
y plena cobertura en régimen subsidiado de salud.
Esos incrementos
estarían atados al cumplimiento
de estas metas. Metas posibles apreciados compatriotas.
Este Gobierno, tenemos
la esperanza de que, al llegar al 7 de agosto, podamos
decirle a la Nación entera
que hemos cumplido la meta de crear millón y medio
de cupos en educación básica. Eso anticipa
la posibilidad de que la próxima administración
en esa educación básica, llegue a plena
cobertura y eso nos obliga a hacer unos esfuerzos adicionales
en la transferencia específica de educación.
Por supuesto, cuando
hoy tenemos alrededor de dos millones de niñitos menores de 5 años en los programas
de nutrición de Bienestar Familiar, otro reto
en educación –en esa agenda social de mediano
plazo- es empezar a llevarle a esos niñitos –que
son beneficiarios de los programas de nutrición-
un pensum escolar especial. Eso también exigirá esfuerzos
adicionales.
En cuanto a la salud
el Gobierno considera que debe examinarse al tema de
la transferencia de salud a favor
de las entidades territoriales, también a condición
de que en los próximos tres años, Colombia
logre plena cobertura en régimen subsidiado, es
posible.
Quiero compartir
con ustedes estas cifras ni mucho menos para decir
que estamos en el paraíso, pero sí para
significar que estamos avanzando y que estas metas más
exigentes es posible cumplirla si todos nos aplicamos.
Hace 4 años nuestra Patria tenía 10.5 millones
de afiliados al régimen subsidiado de salud. Hoy
tiene 18 millones 600 mil.
Ya hemos logrado
plena cobertura en seis departamentos: Huila y Antioquia,
Casanare y Arauca, Cesar y La Guajira.
Estamos próximos a lograrla en otro departamento.
Todo indica que para estratos 1, 2 y 3, Colombia lo puede
lograr en 3 años, haciendo un gran esfuerzo y
por eso nos toca pensar en un esfuerzo también
en el caso de las regalías de las transferencias
para la salud.
En estos años que han sido de muchas dificultades
en lo fiscal, hemos logrado esos avances, pero también
hay que pensar en lo que viene. No solamente hay que
lograr esa meta de cobertura, es necesario mejorar la
calidad. No obstante que cuando visito tantas regiones
de la Patria a diario, con el Ministro de Protección
(Diego Palacio), los colombianos nos cuentan que ya han
recibido su carné y que están afiliados,
subsiste mucho reclamo de calidad.
Para legitimar la
política social del Estado,
no basta con que ampliemos las coberturas, esas coberturas
tienen que ser eficaces a través de la calidad.
Un reto en la agenda social de mediano plazo es la calidad
en salud.
Y no podemos contentar
con lograr plena cobertura en régimen subsidiado con buena calidad, en ese momento
aparecerá otro reto en el cual tiene que pensar
el país desde ya: todavía hay una profunda
brecha entre el plan obligatorio de servicios de salud
en el régimen contributivo y el plan obligatorio
en el régimen subsidiado. Cerrar esa brecha implicará grandes
esfuerzos para las entidades territoriales, para el Gobierno
Nacional y para el sector privado.
Sin embargo es posible.
A medida que esta economía
crezca –y me llené de optimismo patriótico
cuando escuché a Luis Carlos Sarmiento ahora en
su exposición-, con criterio democrático,
fraterno, sin odio de clases, con compromiso social de
resultados, no demagógico, con compromiso social
de resultados, no de discurso de odio de clases, puede
resolver el problema de la salud.
Miren apreciados
compatriotas: hace 4 años teníamos
13 millones 100 mil beneficiarios de régimen contributivo.
Hoy hay 15 millones 600 mil beneficiarios del régimen
contributivo.
El crecimiento del
empleo empieza a aumentar sustancialmente la afiliación de los colombianos a la seguridad
social. Eso muestra que es posible, en los próximos
años, cumplir unas metas exigentes.
Si sumamos régimen contributivo y régimen
subsidiado, en este Gobierno hemos pasado de 23 millones
de beneficiarios a más de 34 millones.
En un país que probablemente tendrá 42
millones, 44 millones de habitantes, tener ya una cobertura
de 34 millones 100 mil ciudadanos asegurados, indica
que se han dado grandes pasos y que es posible la meta
de la plena cobertura, tenemos que lograrlo.
Por eso es muy importante
pensar las transferencias en función de dos realidades: están en
mejores condiciones las regiones que la Nación,
pero las regiones también necesitan un esfuerzo
adicional de la Nación para cumplir coberturas
tan importantes como las que ambicionamos en educación
y salud. Esto, para no hablar del tema del agua potable
y el saneamiento básico.
REFORMA DE LAS
REGALÍAS
Comparto plenamente
las preocupaciones de muchos colombianos por el tema
de regalías.
El Gobierno Nacional
lo que quiere –y ojala lo
tengamos listo antes del 7 de agosto- es introducir en
la vigilancia de las regalías, el tema de auditores
visibles. Que los interventores que vigilan las regalías
de las regiones, estén dando un informe permanente
a la ciudadanía, pormenorizado, sobre cómo
se invierten las regalías en las regiones.
La experiencia me
ha enseñado, apreciados compatriotas,
que es muy importante para derrotar la corrupción,
trabajar el tema penal, impulsar investigaciones fiscales
de la Contraloría, administrativas de la Procuraduría,
penales de la Fiscalía, pero que lo más
importante es estimular la participación de la
opinión ciudadana.
La participación de la opinión ciudadana
nos ha legitimado todos los acuerdos con los contenciosos
que tenía el Estado cuando empezó el Gobierno.
Hemos superado 19 contenciosos de Telecom. Están
superados casi todos los contenciosos en las concesiones
viales, salvo Commsa, que hoy tiene amigables componedores:
un ministro español y al ex fiscal general de
Colombia, Alfonso Gómez Méndez.
La participación de opinión ha dado más
confianza en el proceso de licitación, participación
de opinión que hemos estimulado a través
de exigir el prepliego como una instancia obligatoria
para publicar ese proyecto de pliegos antes de entregarlo
a los eventuales proponentes.
Las audiencias públicas para discutir las propuestas
en las licitaciones, para escuchar a todos los proponentes
a toda la ciudadanía, a los organismos de control.
Las audiencias públicas, como audiencias de debate
para hacer las adjudicaciones de licitaciones, han dado
más confianza en la contratación pública
en Colombia. Hay que fortalecer los esquemas de participación
ciudadana para derrotar la corrupción.
Estamos adelantando
en el país ahora una tarea
importante, se llama Contratistas Visibles. Hoy nos encontramos
en plena ejecución de lo que se llama el Plan
2.500, que pavimenta 3.200 kilómetros de carreteras.
Pues bien, región tras región estamos haciendo
el ejercicio de convocar la ciudadanía, las autoridades
de la región y los contratistas y tanto los constructores
de esas obras, como los interventores, deben comparecer
a esas audiencias públicas a honrar el programa
Contratistas Visibles, a responder ante la comunidad.
Eso ayuda mucho a la eficiencia, contribuye totalmente
a la transparencia.
Extender estas experiencias
al control de regalías
me parece una prioridad nacional. Qué bueno, Santiago
Montenegro (director de Planeación Nacional),
que antes del 7 de agosto, nuestra Patria vea en plena
práctica el programa Auditores Visibles, para
el control de las regalías.
REFORMA ADMINISTRATIVA
Déjenme decir esto: no creo que la contribución
más importante de este Gobierno al saneamiento
fiscal de la Nación sea la tributación,
es importante. No creo que sea la disminución
del gasto, es importante. No creo que sea la mayor confianza
que se ha obtenido en los mercados internacionales, es
importante. Creo que es la reforma administrativa.
Este Gobierno ha
reformado más de 272 entidades
del Estado, empezando por Telecom, culminando con Megabanco,
el Banco Cafetero, 126 hospitales públicos. Hoy
está reformada, reestructurada, vigorosa, la red
hospitalaria de Boyacá, la del Huila, la del Atlántico,
redes hospitalarias agónicas hace cuatro años.
Ustedes visitan
Bucaramanga y encuentran que hace 4 años el hospital (Ramón) González
Valencia era un centro de causación, de derroche
de recursos fiscales y estaba próximo a desaparecer.
Hoy es un vigoroso hospital público reestructurado
como hospital universitario.
Pienso que la reforma
administrativa empieza a dar sus resultados y le ha
ahorrado mucho a Colombia. El ahorro
supera un punto del PIB. ¿Qué habría
pasado sin la reforma de Telecom?: me imagino ese escenario,
perdiendo 400 mil millones (de pesos) al año,
acudiendo el gerente de Telecom al Ministerio de Hacienda
a pedirle el ministro de turno los recursos para pagarles
a los pensionados y sin inversiones para modernizar las
telecomunicaciones.
Algunos compatriotas
han criticado en estos días
la nueva reforma en Telecom. No bastaba con la primera,
necesitábamos la segunda. La primera nos permitió pasar
de un Telecom que perdía 400 mil millones, a un
Telecom que en cada uno de los últimos dos años
se ganó 900 mil millones. Pero las deficiencias
del país en Internet, las deficiencias en banda
ancha, los requerimientos ciudadanos para mejorar los
servicios, la competencia de la telefonía móvil,
de la telefonía privada con las posibilidades
de proveer los servicios que Telecom reestructurada no
alcanzaba a financiar, nos hacía prever un futuro
negro para Colombia Telecomunicaciones.
Por eso dimos el
segundo paso. Creo que ha sido un buen ejercicio para
el país y repito y les pido a ustedes
que me ayuden a transmitirlo ante los compatriotas, que
ejerzan la tarea de pedagogos sobre el Estado, sobre
la suerte de la democracia, repito, creo que ha sido
un buen paso para el país.
Es preferible que
el pueblo colombiano sea dueño
del 50 por ciento menos una acción en Colombia
Telecomunicaciones, que le puede pagar a los pensionados,
que está pagando todo el pasivo acumulado de la
antigua Telecom, que tiene unos recursos muy importantes
para invertir en los próximos años, desatrasar
el país en Internet, en banda ancha, presupuestos
necesarios de la competitividad, es preferible eso, a
que Colombia sea dueña del ciento por ciento de
una empresa decadente.
Pero la reforma
administrativa no está completa,
creo que en las reformas sustanciales el país
tiene que exigir que continúe la reforma administrativa.
En el Seguro Social
logramos desprender las clínicas
de la parte central del Seguro, un buen paso, pero todavía
no hemos hecho la reforma de las clínicas, apenas
estamos empezando.
Si bien todas las
electrificadoras están mostrando
hoy balances positivos, queda pendiente una gran reforma:
unificar en un pool, que gané economía
en economías de escala, las electrificadoras del
Estado y entrar a hacer una democratización parcial,
a semejanza de ISA (Interconexión Eléctrica
S.A.). En Isagen corresponde esa democratización
parcial.
Y no hemos reformado
126 hospitales públicos,
quedan muchísimos por reformar. Quiero pedirle
a los auditorios económicos, a los grupos de estudio
en los temas de la economía, que le asignemos
toda la importancia al tema de la reforma administrativa,
pienso que es la mejor contribución al saneamiento
fiscal de la Nación.
Cuando hablamos
de la agenda social, habría muchos
temas a los cuales referirnos, déjenme hablar
de tres: el ICETEX, Familias en Acción y el Banco
de las Oportunidades.
Comparto plenamente –y me preocupa mucho por Colombia
y es un desafío- esa angustia al comparar cuántos
chilenos pueden ir a graduarse al extranjero, pueden
ir a complementar sus estudios al extranjero, cuántos
malayos lo hacen y se compara eso con tan pocos colombianos
que pueden hacer ese esfuerzo.
Tenemos que adicionar
los aportes del sector privado y del sector público. El ICETEX ha pasado en este
Gobierno de una cartera educativa que estaba en 500 mil
millones (de pesos) hace 4 años y que hoy supera
los 800 mil millones (de pesos), pero tiene que llegar
rápidamente a un mínimo de 2 billones (de
pesos).
Ya cuenta con un
instrumento: el diciembre el Congreso de la República nos aprobó la ley que le
da independencia al ICETEX, para que el ICETEX no siga
permanentemente amarrado a los topes del presupuesto
nacional. Con independencia, bien administrado, en la
situación financiera del país y del entorno
internacional, el ICETEX puede cumplir esa tarea.
Pero, el tema lo
manejo con mucha delicadeza, porque cuando se habla
de estudios en el extranjero ya aparecen
unos cuestionamientos que me preocupan. Hace pocos días,
una niña de la Universidad Industrial de Santander
me dijo: ‘Presidente ¿es cierto que por
el TLC van a cerrar las universidades públicas?, ¿qué ustedes
lo que quieren es forzarnos a ir a estudiar al extranjero
o a que aquí venga la Universidad de Harvard,
acabe con la Universidad Industrial de Santander y cada
uno de nosotros tenga que pagar 35 mil dólares
al año?’ Historias de esta naturaleza hemos
tenido que enfrentar en toda la Patria en esta pedagogía
democrática incesante, para superar malos entendidos.
Y entonces cuando
asumimos este compromiso de que crezca el ICETEX y
le de un énfasis importante a los
estudios de colombianos en el extranjero, tenemos que
clarificar que el TLC es una oportunidad para nuestras
universidades, nunca una amenaza. Ayúdenme a difundir
esto ante los colombianos: el TLC no afecta la autonomía
universitaria consagrada en la Constitución, en
nada interviene con la Ley 30 que desarrolla esa autonomía
universitaria. El TLC no mengua el principio constitucional
y legal de que la universidad en Colombia tiene que ser
una entidad sin ánimo de lucro. El TLC en nada
deteriora la obligación que la Constitución
les impuso a los gobiernos, de financiar en valores crecientes,
año tras año, la universidad pública.
La transferencia a la universidad pública le cuesta
al Gobierno más de 2 billones de pesos este año.
Entonces es importante hacer esa clarificación.
Familias en Acción, programa iniciado por el
presidente Pastrana. Este Gobierno lo tomó sin
vanidad, con patriotismo, con ganas, lo hemos sacado
adelante, lo hemos financiado, lo hemos crecido. Colombia
tiene ya 520 mil Familias en Acción. Cada familia
recibe un subsidio para garantizar la educación
y la nutrición de los hijos.
¿Por qué lo menciono? Porque si algo hay
esencial en la democracia, es abrir los caminos de la
movilidad social. Y esos caminos se cierran cuando los
hijos de los pobres son condenados a ser pobres. Una
revolución educativa permanente es la que quita
esa condena, la que abre los caminos de la movilidad
social.
El país está preparado para llegar este
año a 650 mil Familias en Acción y en el
próximo Gobierno a un millón de Familias
en Acción. El programa está en 850 municipios.
No se le conoce en las grandes ciudades, donde empieza
apenas a llegar. Ojalá en los años que
vienen Colombia pueda masificar el programa Familias
en Acción en las grandes ciudades.
Y el Banco de las
Oportunidades. Hace casi 4 años
con ustedes hicimos un acuerdo: darle un gran impulso
al microcrédito. Tengo que agradecerle al sector
financiero colombiano que nos ha ayudado mucho en el
tema del microcrédito, en el tema para recuperar
el crédito de vivienda y en el tema de compra
de bonos de Findeter para poder financiar vivienda a
través de las cajas de compensación.
Eso ayuda muchísimo a legitimar las instituciones
económicas de la Patria. Nada peor para una nación
con necesidades de desarrollo, que un sector financiero
que no sea querido por el pueblo. Nada mejor para impulsar
el crecimiento que un sector financiero que sea querido
por el pueblo.
A mí me preocupa mucho y permanentemente se lo
digo con afecto, con fraternidad democrática a
la doctora Patricia Cárdenas: mire, hagamos todo
lo que haya que hacer para que el pueblo colombiano quiera
a su sector financiero. Eso legitima mucho la vida económica
de la Nación.
Por eso agradecemos
lo que hemos podido crecer en microcrédito,
pero falta mucho. Hace unos meses acudí con el
ministro Jorge Humberto Botero (de Comercio) a una reunión
de microempresarios, y estaban ofuscados. El uno decía: ¿cómo
me dicen que inviertan si estoy reportado y no me prestan?
El otro: no he encontrado apoyo del Fondo de Garantías.
Y me dijo el ministro Botero: ¿pero por qué si
esta cartera ha crecido tanto, por qué están
tan bravos? Le dije: Ministro, por eso el Gobierno no
se puede quedar en las oficinas, en el power point, tiene
que venir a reunirse con el power people. Porque en el
power point usted ve los que han recibido el crédito,
en el power people usted oye las protestas de los que
no han recibido el crédito.
Tenemos que hacer
unos esfuerzos importantes en esta materia. Confío que antes del 7 de agosto esté creado
el Banco de las Oportunidades, una entidad promotora
de la masificación del crédito popular,
así la entendemos. Que trabaje con todos los bancos
públicos y privados, con las fundaciones, con
las cooperativas, para masificar el crédito popular
en Colombia.
Y tenemos que prepararnos
a hacer esfuerzos adicionales. Miren: los profesionales
jóvenes en Colombia necesitan
que les estimulemos la confianza en nuestra Patria. Hay
que crear el mecanismo para que con un apoyo del ciento
por ciento del Fondo Nacional de Garantías, los
profesionales jóvenes tengan diligente crédito
de emprendimiento.
Las mujeres de los
estratos 1 y 2 madres cabeza de familia, en la ocasión más reciente, en Ibagué,
me decían: ‘sí, nosotros queremos
responderle al país, queremos ser emprendedoras
pero necesitamos crédito’. Porqué no
hacen un esfuerzo promovido por ese Banco de las Oportunidades
para que a esas compatriotas madres cabeza de familia,
de estratos 1 y 2, se les preste sin fiador, con un apoyo
más rasgado, más generoso, del Fondo Nacional
de Garantías.
Miro con mucho optimismo
esto. Algunas compatriotas dicen: ‘¿y por qué no se hizo en
estos 4 años?’ Porque no teníamos
los recursos, porque el Banco de las Oportunidades, por
ejemplo, el Gobierno va a poder darle ese capital inicial
gracias a lo que ha ocurrido con Bancafé, con
Megabanco. Porque para vincular las cooperativas era
fundamental el paso dado en Megabanco, que hace pocos
días no se podía anticipar. Con Megabanco,
con Coopdesarrollo, se recuperan 690 mil millones (de
pesos) aproximadamente que se invirtieron para rescatar
los ahorradores del sector cooperativo. Se recuperan
los aportes que en Coopdesarrollo habían perdido
3.114 cooperativas. Y unos dineros remanentes el Gobierno
los va a aplicar a fortalecer la participación
del cooperativismo en el Banco de las Oportunidades.
Quiero invitarlos
a ustedes a que tengamos toda la fe y toda la devoción para un propósito, que
sea fundamental en la agenda de mediano plazo: la masificación
del crédito popular en nuestra Patria. Nada mejor
para el crecimiento, nada mejor para la democracia de
empresa privada, nada mejor para el pluralismo fraterno,
sin odio.
INFRAESTRUCTURA
Creo, apreciados
compatriotas, que hay un círculo
virtuoso entre el TLC y la agenda de infraestructura.
El TLC nos fuerza a ejecutarla y nos da las oportunidades
de financiarla. Los países para dar credibilidad
en que son capaces de construir las agendas de competitividad,
tienen que iniciar su construcción. Y cuando,
adicionalmente incursionan en los mercados internacionales,
les ayudan a financiar esas obras.
Hace poco me dijo
el Ministro de Obras (Andrés
Uriel Gallego) que esperaba una visita al país
de los delegados del Banco del Japón, interesados
en financiarnos lo que falta en el Túnel de la
Línea. Le dije: Ministro, no los vayas a sentar
en una oficina a mostrarles un power point, se te aburren.
Mejor mándales un video al Japón. Si vienen,
móntalos en un helicóptero y llévalos
a La Línea. Así lo hizo el Ministro.
Allá hay 2.700 metros excavados del túnel
básico. Y los japoneses se entusiasmaron, ese
día sonrieron y nos dijeron: cuenten con la financiación
en condiciones concesionales. Un crédito a no
menos de 40 años, con una tasa muy excepcionalmente
baja de interés. ¿Por qué? Porque
vieron que el país empezó la obra y que
gracias al TLC va a tener condiciones para pagarla.
Toda la obra de
infraestructura que estamos proponiendo, que estamos
debatiendo con los compatriotas –y
aquí está uno de los más importantes
propulsores, el ex ministro Juan Martín Caicedo-
no es una obra para que la ejecute un gobierno, tiene
que ser el compromiso de muchos presidentes, de muchos
gobiernos, pero hay que empezarla. Y el TLC nos fuerza
a hacerlo. De lo contrario las grandes obras de infraestructura
seguirán siendo apenas objeto de menciones en
campañas políticas. Con el TLC no hay disculpas,
hay que empezarlas. Y el TLC nos ayuda a abrir las puertas
de financiamiento. Tengo confianza en que lo podamos
hacer. Y las noticias de los últimos días
registradas por el doctor Sarmiento, por ejemplo sobre
las dobles calzadas, van en esa dirección.
SEGURIDAD DEMOCRÁTICA
Persistamos. Vamos
ganando, pero no hemos ganado todavía.
Esta mañana un periodista de Radio Capital me
decía: ‘nos asesinaron los del DAS en Norte
de Santander, fracasó la Seguridad Democrática’.
Le dije: mire, un revés en el sendero del triunfo.
Los detectives del DAS, los soldados, ¿para dónde
iban? Para las madrigueras de la guerrilla, donde nunca
había entrado la Fuerza Pública. Hemos
pagado un sacrificio muy alto, pero vamos a persistir.
Vamos ganando, no hemos ganado todavía. Hemos
avanzado mucho, pero la culebra está viva.
Les rogaría entender la Seguridad Democrática
como un camino para la seguridad y un camino para la
reconciliación. El proceso de paz con los paramilitares
no ha sido un proceso de paz por liberalidad de ellos,
por su generosidad. Ha sido un proceso de paz forzado
por la Seguridad Democrática. Este Gobierno pasó de
la palabra a la acción frente a los paramilitares.
Más de 1.632 dados de baja. Eso los ha forzado
a negociar.
Cuando la Seguridad
Democrática se aplica imparcialmente,
eficazmente, tarde que temprano va llegando la negociación. ¡Qué importante
poderle decir a la Patria, al mundo entero, que Colombia
está en la víspera de ser un país
sin organizaciones paramilitares! Faltan por desmovilizarse
dos grupos, por completarse la desmovilización
de un grupo en el norte del Chocó, dirigido por
un señor a quien apodan el ‘Alemán’ y
se espera que se desmovilice un grupo en los llanos,
de un señor ‘Martín Llanos’.
Ese grupo ha estado renuente, pero en los últimos
días ha dado señales de querer entrar a
convenir con el Gobierno la desmovilización. El
Gobierno le ha aplicado toda la fortaleza militar. Dados
esos dos pasos, la Patria podrá decir: Colombia
ha superado la pesadilla del paramilitarismo.
Ahora, hay casos
de reincidencia, por ejemplo, las hemos encontrado
en Tierradentro, Córdoba o en el Catatumbo
o en Nariño. Esas reincidencias el Gobierno las
reconoce y han sido perseguidas con toda la determinación
de autoridad. Los beneficios de la ley son para aquellos
que cumplan, los beneficios de la ley, de ellos se priva
aquellos que incumplan.
No es fácil en un proceso que tiene alrededor
de 30 mil desmovilizados de los paramilitares y 7 mil
desmovilizados de la guerrilla, evitar reincidencias,
lo importante es reconocerlas, enfrentarlas con toda
determinación.
Cuando me dicen
que mis críticos advierten el
proceso con los paramilitares ha fracasado porque algunos
reinciden, digo: el Gobierno no puede negar los hechos.
Recuerdo una profesora de liderazgo que me decía:
los gobiernos para ejercer liderazgo no pueden negar
reveses, lo que tienen que hacer es buscar soluciones.
Me hacen una denuncia,
de unos paramilitares que están
sembrando coca en Tierradentro, el Gobierno no lo va
a negar, lo que hace es ir, enfrentarlos, reducirlos
militarmente y quitarles los beneficios de la ley de
Justicia y Paz. El país puede tener absoluta confianza
en ello.
La Seguridad Democrática es un camino hacia la
reconciliación. Miremos el tema del ELN.
Creo ser el Presidente
que más he perseguido
la guerrilla y creo ser el Presidente más odiado
por la guerrilla, pero es el mismo Presidente que le
ha firmado los salvoconductos a los señores del
ELN para que puedan disfrutar de paz y adelantar esas
gestiones. Estamos hoy, empezando la tercera ronda de
paz en Cuba. El Gobierno apoyará con prudencia
el avance de ese proceso.
Repito mis votos,
para que los señores del ELN
contribuyan a que finalmente, se adelante, se llegue
a final término este proceso de paz.
Hace algunos días me dijo un amigo y me dijo
públicamente: ‘¿para qué les
da salvoconducto?, ¿no ve que ahí dijeron
que había que votar contra usted?’ Le dije:
que bueno que lo digan, que prueben la democracia, que
ensayen lo que es buscar votos a favor o en contra, eso
es muy interesante. Lo que queremos es que estos salvoconductos
les permitan percibir en carne propia las auroras amables
de la libertad y que eso los lleve a cambiar las metralletas
por los votos, a cambiar el terrorismo por el ejercicio
cotidiano de la democracia.
La Farc. Le ha propuesto
al país dos disculpas
en los últimos años, yo le conozco muchas.
Cuando era estudiante en la universidad pública,
la Farc mandaba unos papelitos diciendo que no hacía
la paz porque en Colombia no se podía elegir a
las autoridades inmediatas, alcaldes y gobernadores.
Colombia introdujo
esas reformas, después de
100 años de debate, el Gobierno del Presidente
Betancourt, por iniciativa del entonces Senador Álvaro
Gómez, introdujo la reforma constitucional para
elegir los alcaldes. Y la Constituyente del Presidente
Gaviria introdujo la reforma constitucional para elegir
los gobernadores y para que Colombia tenga mecanismos
de participación directa como el referendo y la
consulta.
Estos señores que habían justificado sus
acciones violentas en el pretexto de que no había
democracia territorial, se convirtieron en sicarios de
los actores de la democracia territorial. Todavía
no hemos podido tener éxito para que cese el asesinato
de los concejales del Huila.
Segunda disculpa.
Dijeron que no hacían la paz,
porque Colombia no protegía la oposición. ¿Qué van
a decir después de que termine este proceso electoral?
Le ruego a los compatriotas, cotejar esa excusa de la
FARC, con lo que ha sido la realidad democrática
de este Gobierno. En el referendo de 2003, la oposición
tuvo efectivas garantías, lo mismo la abstención.
Al otro día Colombia eligió muchos alcaldes
y gobernadores, provenientes de partidos alternativos
a los tradicionales, de la real oposición, tuvieron
todas las garantías y lo importante no es que
las hayan tenido solamente en el proceso electoral, con
ellos hemos construido gobernabilidad, con prudencia
hemos construido unidad nacional dentro de la diversidad.
Colombia ha elegido
muchísimos alcaldes y gobernadores
en lo que se llama, elecciones atípicas, en un
municipio un domingo, en un departamento el siguiente.
En todas, ha habido plenas garantías.
Las elecciones del
parlamento que acaba de darse en nuestro país, fueron otra muestra de garantías
eficaces a la oposición.
Alguien me llamó y me dijo: ‘Presidente,
la oposición fue a Tierralta, Valencia, allá hablaron
mal del Gobierno, gritaron ¡abajo el paramilitarismo!, ¡qué preocupación¡’ Y
le dije: qué bueno, que puedan visitar todos los
sitios del país, que puedan gritar en Tierralta
o en Valencia la consigna que no se habrían atrevido
a lanzar hace 4 años.
Y esta elección presidencial está demostrando
que la oposición goza de todas, de todas las oportunidades.
Colombia –y permítanme, hacer esta atrevida
reflexión- ha pasado por la Seguridad Democrática,
de ser un país de garantías retóricas,
a ser un país de garantías efectivas. De
ser un país de garantías declarativas,
a ser un país de garantías materiales a
la oposición.
Entonces, habrá que preguntarle a la Farc: está desmontado
el paramilitarismo, ¿negocian o no? El país
ha demostrado plenas garantías a la oposición, ¿negocian
o no?
Y quiero desde aquí hacerles saber a la Farc
lo siguiente: a mi no me perturba la circunstancia de
que ellos digan que si eligen a Uribe habrá más
sangre, lo que me preocuparía sería que
dijeran lo contrario. A mi me preocuparía que
la Farc saliera a decir ahora: ‘voten por Uribe
que él es muy bueno, voten por Uribe que el es
muy querido, voten por Uribe que con el nos entendemos’.
Mi respuesta a la
Farc es: estamos en la víspera
del desmonte del paramilitarismo, oposición con
plenas garantías, hemos mostrado toda la buena
fe para negociar, el Gobierno está listo a mejorar
la Seguridad Democrática para enfrentar el terrorismo
y dispuesto a adelantar con presteza y con diligencia
cualquier negociación conducente a la paz. Repito,
que tenemos disposición para los dos caminos.
TLC
Veámoslo dentro de un gran propósito
de integración, que ha jalonado a Colombia en
los últimos años. Ayer con el presidente
Lula, hacíamos este repaso: hace 4 años,
Brasil no quería, Colombia no quería el
acuerdo Comunidad Andina - MERCOSUR, hoy es un hecho,
ratificado por los congresos en plena vigencia. Creo
que no nos va a dar muchos frutos económicos en
los primeros años, después probablemente
si, pero nos da gran legitimidad política para
que cumplida esa tarea de integración con Suramérica,
podamos buscar otros mercados.
Hace 4 años no teníamos la unidad suramericana.
Hoy la tenemos. Hoy es Colombia integrante del plan Panamá – Puebla,
como país observador, en las próximas semanas
lo van a probar como miembro de pleno derecho. Eso nos
permite integrarnos con infraestructura de transmisión
de energía, con infraestructura de conducción
de gas, al plan Panamá, Puebla, ojalá nos
abra espacios para la carretera del Darién. Y
nos permite integrarnos a algo más, la visión
Centroamérica del Caribe – Mesoamerica,
cumplir la tarea de ser el gran articulador entre América
del Sur y América central.
Pues bien, en ese
contexto llega el TLC, decir los porqués
en esta reunión es inútil, ustedes lo conoce,
la mayoría lo comparte. Lo interesante es hacerle
ver a América Latina, a nuestros compatriotas,
a nuestros países vecinos, hermanos como Venezuela
y Bolivia, que el TLC es útil para todos.
Le explicaba ayer
al Presidente Lula: cuando Colombia firmó el G-3 con México y Venezuela, hubo
muchísimas dudas de que se produciría un
fenómeno de desviación de comercio hacía
México que afectaría el comercio andino.
Todo lo contrario, el crecimiento de ese comercio hacía
México lo que hizo fue jalonar el comercio intrandino.
Miren, la experiencia
del APTDEA, tienen que mirar a Venezuela y Bolivia.
Nosotros hemos casi duplicado nuestras
compras a Venezuela en los últimos 4 años. ¿Qué ha
incidido en eso? Hay una variable determinante, muy importante,
nuestras mayores exportaciones a los Estados Unidos nos
han dado una capacidad adquisitiva y una capacidad de
demanda sobre reglones de la producción y de los
servicios, que nos ha llevado a duplicar nuestras importaciones
provenientes de Venezuela.
Estas experiencias
demuestran como el TLC puede ser benéfico para todos los países andinos.
Hay unos reclamos de soya de la hermana Bolivia. Creo
que las respuestas nuestras son lógicas, pero
no queremos estancarnos en la discusión, queremos
buscar soluciones. Ayer propuse públicamente,
que si el TLC con Estados Unidos llegare a causarle algún
daño a Bolivia, Colombia está dispuesta
a negociar una compensación y lo honramos y lo
cumplimos, porque no se trata de quedarnos en un debate
con la hermana Bolivia, se trata de buscar soluciones.
Y hace algunas semanas
llamé al Presidente Chávez,
la Cancillería está buscando una nueva
reunión bilateral.
Quería hacerle una reflexión adicional:
Colombia hace votos para que se mejoren las relaciones
entre políticas entre los Estados Unidos y Venezuela.
Nosotros vemos que
hay unas magníficas relaciones
comerciales entre los Estados Unidos y Venezuela, ambos
se benefician. Venezuela le vende el 80 por ciento de
su producción de petróleo a Estados Unidos
y Estados Unidos obtiene ese gran suministro de Venezuela.
Pero no hay armonía entre esas magníficas
relaciones comerciales y las alteradas relaciones políticas
y eso afecta a países como Colombia.
Si se supera ese
problema en lo político, entonces
Colombia también va a poder ejercer el derecho
de venderle sus productos a Estados Unidos, más
difíciles de vender porque quien tenga petróleo,
como tiene Venezuela o quien tenga gas como tiene Bolivia,
que tiene 10 veces las reservas probadas de Colombia,
no tiene hoy problemas para vender esos productos en
el mercado internacional. Una economía de manufactura
mediana como Colombia, de productos agrícolas
muy competidos, si tiene esos problemas.
Qué bueno que superen las dificultades políticas
Venezuela y Estados Unidos, que eso nos ayuda a crear
una mayor comprensión para que las relaciones
comerciales entre Colombia y Estados Unidos sean tan
vigorosas, tan cuantiosas, como son las relaciones comerciales
entre Venezuela y Estados Unidos. Insistiremos en el
diálogo creativo, en la perseverancia del diálogo
creativo y paciente, porque para nosotros es fundamental
nuestra Comunidad Andina y es fundamental que Colombia
pueda ingresar al mercado de los Estados Unidos.
Antes de ayer me
preguntaban, en un foro de la Comunidad Andina, si
sentíamos traicionado el ideal bolivariano,
yo dije ¿por qué? Si nosotros hubiéramos
sacrificado los medicamentos genéricos, tendríamos
vergüenza, pena en lo personal frente a la memoria
del Libertador. El TLC salva los medicamentos genéricos.
Si nosotros hubiéramos sacrificado la salud pública,
habría motivos para avergonzarnos frente a la
memoria del Libertador. El TLC salva la salud pública.
Si nosotros hubiéramos sacrificado los bienes
de nuestra biodiversidad, no podríamos mencionar
el nombre del Libertador.
La biodiversidad
colombiana queda protegida, es el primer tratado que
firma los Estados Unidos en el cual reconoce
derechos ambientales. Colombia no contrajo la obligación
de patentar nuevas plantas.
Si nosotros hubiéramos maltratado expresiones
de la cultura tan importantes como las telenovelas, que
expresan una idiosincrasia colombiana, una manera de
entender nuestras costumbres, tendríamos que avergonzarnos
ante la memoria del Libertador, pero la cultura queda
totalmente protegida en el TLC.
Creo que son los
temas que hay que repetir ahora ante nuestros compatriotas,
porque definitivamente cuando
el Gobierno no se guardó la negociación
del TLC para después de las elecciones, sino que
la anticipó por responsabilidades ante el cronograma,
por la angustia de que este país vea finalizar
las preferencias unilaterales del ATPDEA el 31 de diciembre
y no tenga el TLC para seguir creciendo las exportaciones
a Estados Unidos, para crear confianza en la democracia,
sería inconsistente con el discurso de confianza
si guardara las cartas del TLC para después de
elecciones, por eso las pusimos sobre la mesa.
Por eso cuando me
dicen qué opina de la propuesta
de un referendo para el TLC, yo digo: no, lo mejor es
que todos los candidatos digan si sí o si no,
el gran referendo es el proceso electoral colombiano,
por eso el Gobierno ha puesto las cartas sobre la mesa
antes de las elecciones.
Pero pensemos esto
en perspectiva: el TLC no es un dogma ideológico
para negociar con Estados Unidos, es un paso de los
muchos que necesita Colombia.
Necesitamos ingresar
al mercado centroamericano ¿qué tal
Centroamérica con el CAFTA, nosotros con el TLC
y Centroamérica y la Comunidad Andina de espaldas?, ¿qué tal
que se frenen nuestras exportaciones a Centroamérica?
10 años pasan en nada, se acaban las preferencias
unilaterales que hemos obtenido de la Unión Europea,
la Unión Europea nos está urgiendo a emprender
con ellos la negociación.
Tenemos que llegar
a otros bloques de Comercio. El tema de China es insostenible
simplemente con salvaguardias
o con normas antidumping, necesitamos rápidamente
llegar a un acuerdo de inversión con China.
Este acceso a los
mercados internacionales, esto de crear en Colombia
una gran plataforma de inversión
internacional es parte fundamental de la agenda social
de mediano plazo de nuestra Patria.
Doctor Luis Carlos,
muchas gracias por los generosos reconocimientos a
la tarea cumplida en el frente económico
por mis compañeros de Gobierno en este cuatrienio,
no estamos en el paraíso pero con amor a Colombia
la Patria la sacamos adelante.
Muchas gracias.