DECLARACIÓN
DURANTE VISITA DE TRABAJO EN BRASIL
Abril 25 de 2006 (Brasilia – Brasil)
Compatriotas:
En primer lugar
quiero agradecer al señor presidente
Lula y a los miembros, muy distinguidos, de su Gobierno,
la magnífica reunión que acabamos de concluir,
ampliamente benéfica para nuestros dos países.
Es muy grato celebrar encuentros con el presidente Lula.
Siempre que se celebran se encuentran caminos, se despejan
vías, se analizan los temas serena, creativa,
constructivamente. Yo confieso que aprendo mucho en cada
ocasión que tengo la oportunidad de hablar con él.
Los temas que hemos
examinado en el día de hoy
son delicados. Voy a pedir la benevolencia de ustedes
para referirles una declaración y me voy a abstener
hoy de responderles preguntas. Voy a procurar que la
declaración incluya todos los puntos relevantes
de esta buena reunión.
Los dividiría en dos capítulos. Primero
un capítulo de varios asuntos y segundo lo relativo
a la integración.
En el tema de asuntos
varios, buenas noticias. La empresa estatal colombiana
Satena, que presta servicio de transporte
aéreo a muchas zonas del país, ha asegurado
hoy ya la adquisición de un nuevo avión
producido por Embraer del Brasil. Hemos adquirido varios
en este Gobierno a Embraer, con lo cual seguimos aumentando
la oferta de capacidad de Satena. Esa es una buena noticia
para muchas regiones de Colombia.
Segunda buena noticia
para los compatriotas colombianos del Amazonas: la
noche anterior el Brasil tomó la
decisión de aceptar la petición colombiana
de quitarles la obligación de practicantes brasileros
a bordo, con un alto costo, a los buques de bandera colombiana,
hasta dos mil toneladas, que navegan por el río
Amazonas. Esa es una muy buena noticia para los transportadores
fluviales colombianos del río Amazonas. En adelante
ya no tendrán que pagar en esos buques, hasta
dos mil toneladas, los costos de los practicantes brasileros.
Allí hay un ahorro de costos que debe traducir
se en bienestar y en mejores posibilidades para los colombianos
que viven en el Amazonas.
Tercero: examinamos
de nuevo la pavimentación
de la vía Puerto Asís–Mocoa y la
construcción de la variante de Mocoa a Pasto,
con especificaciones excelentes y con pavimento. Esa
es una vía muy importante para los dos países.
Es muy importante para el Brasil porque permite la comunicación
del Brasil con el Pacífico a través de
Colombia. Y es muy importante para Colombia, no solamente
porque facilita la comunicación con el Brasil,
sino también la comunicación de muchas
partes del territorio colombiano, incluida la Capital
de la República, Bogotá, con la hermana
República del Ecuador.
El Gobierno colombiano
ha reiterado al Gobierno del Brasil la decisión de invertir 170 millones de
dólares en esa vía. No se ha podido concretar
el crédito con el Banco de Desarrollo del Brasil,
porque en los últimos meses la situación
crediticia para Colombia ha mejorado mucho. Las tasas
de interés, los costos finales que nos ofrecen
los bancos multilaterales son inferiores a los costos
que nos ofrece el Banco del Brasil.
El Gobierno del
señor presidente Lula quedó de
estudiar una propuesta nuestra que la resumo: Colombia
ejecuta la obra, paga el crédito, pero requerimos
que el Brasil nos dé un crédito que no
nos cuente más de lo que nos cuesta el crédito
con los bancos multilaterales.
Segundo tema, la
integración. Hace cuatro años
la Comunidad Andina caminaba por un lado, MERCOSUR por
otro. Hace cuatro años se hablaba ocasionalmente
de la integración, solamente como inquietud intelectual.
Nos propusimos, con un gran entusiasmo del presidente
Lula y un gran entusiasmo nuestro, sacar adelante la
integración. Hoy es una realidad el acuerdo Comunidad
Andina – MERCOSUR.
Lo estuvimos evaluando.
Ha crecido tanto nuestro comercio, que en los últimos tres años y medio se
ha multiplicado por tres el total del comercio entre
Colombia y Brasil. Y hoy hay un gran flujo de inversión
brasilera hacia Colombia y también un gran crecimiento
de las exportaciones de Brasil a Colombia. Este año
empiezan a mejorar las exportaciones de Colombia hacia
Brasil.
Hace cuatro años la Unión Suramericana
era una ilusión en la mente de unos pocos soñadores.
Hoy es una realidad. Y reconozco el entusiasmo, el liderazgo
del presidente Lula en el impulso a la Unión Suramericana.
Hemos reafirmado hoy nuestro compromiso con la Unión
Suramericana, que tiene que llevarnos a la mayor integración
en todos los campos, con una gradualidad que ojalá aceleremos.
También hablamos de otro aspecto muy importante:
el papel que tiene que jugar Colombia como articulador
de la Unión Suramericana con el Plan Panamá-Puebla,
con Centroamérica, el Caribe y la visión
de Mesoamérica que lleva a México.
Le informé al presidente Lula cómo Colombia
fue primero admitido como miembro observador del Plan
Panamá – Puebla, y confiamos en los próximos
días Colombia sea miembro pleno del Plan Panamá – Puebla
y pueda cumplir allí una gran tarea de articulador
entre la Unión Suramericana y el Plan Panamá – Puebla,
la visión Centroamérica, la visión
Mesoamérica.
Hablamos de la integración energética.
Le expresé al presidente Lula, y quiero hacerle
saber a todos los distinguidos presidentes de Suramérica
la decisión de Colombia de apoyar nuestra integración
energética.
Mañana habrán de reunirse aquí,
en Brasilia, con el señor presidente Lula, los
señores presidentes Néstor Kirchner de
Argentina y Hugo Chávez de la República
Bolivariana de Venezuela.
Ellos deben saber
el compromiso de Colombia de participar activamente
en la integración energética.
Probablemente Colombia no haya sido muy comunicativa
en esa materia, pero sí práctica. Ya hemos
autorizado a la hermana República de Venezuela
para que, en desarrollo de esa integración energética,
construya el gasoducto de La Guajira a Maracaibo. Están
dados todos los pasos. El primero de julio se anuncia
la iniciación de la construcción.
Estamos construyendo
la tercera línea de integración
en transmisión de energía hacia la hermana
República del Ecuador. Y una de las razones de
la integración de Colombia al Plan Panamá – Puebla,
es servir de medio de punto intermedio para la integración
energética de la Unión Suramericana con
el Plan Panamá – Puebla.
Saludamos también el impacto del Tratado de Comercio
que Colombia ha negociado con los Estados Unidos, en
el acuerdo de la Comunidad Andina con MERCOSUR. Y hemos
visto cómo ese Tratado en ningún momento
afecta los acuerdos de la Comunidad Andina con MERCOSUR.
Al contrario, vemos
que hay mucho interés brasilero
en invertir en Colombia, en incorporar bienes de capital
a Colombia fabricados en el Brasil, en producir en Colombia
con materias primas de Brasil, para poder utilizar a
Colombia como una plataforma de exportación hacia
el mercado de los Estados Unidos.
Y aprovechando la
confianza, la amistad con el presidente Lula, el reconocimiento
que hacemos de todos sus buenos
oficios para estos propósitos integracionistas,
tuve la oportunidad de hablarle a él, con el corazón
y con la convicción, sobre los temas del impacto
del Tratado de Libre Comercio al interior de la Comunidad
Andina.
Examinamos ampliamente
las relaciones de Bolivia con la Comunidad Andina,
con Colombia, el impacto del TLC.
También, por supuesto, las relaciones de Bolivia
con MERCOSUR. Y le he dicho al presidente Lula que Colombia
está dispuesta a examinar con Bolivia, primero,
las relaciones Bolivia – MERCOSUR y las relaciones
de Colombia en el TLC con los Estados Unidos. Y en el
evento que encontremos que pueda crearse algún
riesgo a la economía de la hermana Bolivia, Colombia
estaría dispuesta a pactar una compensación.
Estamos dispuestos,
y lo anuncio desde Brasilia, después
de esta muy constructiva reunión con el presidente
Lula, estamos dispuestos a que si de la revisión
y la práctica con la hermana república
de Bolivia, tanto el Tratado de Libre Comercio de Colombia
con los Estados Unidos como del comercio de Bolivia con
MERCOSUR, llegare a deducirse, a derivarse algo que afecte
la economía de Bolivia, Colombia está dispuesta
a pactar, de manera bilateral con la hermana Bolivia,
la compensación que se requiera. Es bien importante
que esto lo sepa Bolivia y que lo sepa todo el continente.
En cuanto a los
temas con la hermana República
Bolivariana de Venezuela, déjenme decir lo siguiente:
Colombia en los últimos cuatro años ha
gozado de un sistema de preferencias unilaterales para
acceder al mercado norteamericano. Eso nos ha ayudado
a aumentar las exportaciones a los Estados Unidos, y
lo que vemos es que gracias a que Colombia ha mejorado
la capacidad adquisitiva, por venderle más a los
Estados Unidos, Colombia le ha comprado más a
Venezuela. El año pasado yo creo que fue un año
récord de compras de Colombia a Venezuela. Le
compramos a Venezuela alrededor de 1.100 millones de
dólares.
Esto demuestra cómo en cuanto más exportemos
al mercado de Estados Unidos, más podemos adquirir
de Venezuela. Y también reconocemos que cuando
Venezuela puede obtener mejores recursos por el petróleo
o puede obtener mejores recursos por su integración
a MERCOSUR, también puede mejorar su capacidad
adquisitiva frente a Colombia.
Le he dicho al señor presidente Lula que nuestro
propósito en todas las esferas de integración
es uno: La erradicación de la pobreza. Aquí hay
un propósito de erradicación de la pobreza,
no un capricho, no un dogma ideológico. Buscamos
mercados y buscamos integración porque allí encontramos
caminos de erradicación de la pobreza.
Alrededor de este
propósito aspiramos reanudar
el diálogo, tener una nueva fase de diálogo
con el señor presidente Chávez. En mi última
conversación telefónica con el presidente
Chávez, hace algunas semanas, convinimos sobre
la necesidad de tener una nueva reunión bilateral.
Quiero dejarle nuevamente esta invitación, aquí en
Brasilia, para que la encuentre el señor presidente
Chávez, mañana, que habrá de reunirse
con el presidente Lula.
Y quiero mencionar
allí unos temas: yo encuentro
que hay una relación comercial alrededor del petróleo
muy fluida entre Venezuela y los Estados Unidos, pero
una relación política muy alterada, que
afecta a toda la región. Venezuela le vende un
alto porcentaje de su producción de petróleo
a Estados Unidos. ¿Eso cuánto le ayuda
a Estados Unidos? Muchísimo. Ha sido también
muy útil para Venezuela. Uno encuentra que es
una relación comercial normal, que finalmente
es muy útil para la región.
¿Qué preocupa? Que no hay una armonía
entre esa relación comercial tan intensa alrededor
del petróleo y la relación política.
Desde Brasilia,
en nombre de los colombianos, reiteramos nuestro deseo
de que Venezuela y Estados Unidos encuentren
un camino para que su relación política
sea tan armónica como ha sido su relación
comercial en el tema del petróleo y en el tema
de las inversiones en general en el sector de hidrocarburos.
Colombia quiere,
prudentemente, expresar ese deseo. Y qué bueno que en algún momento el continente
pudiera tener la noticia de que esas relaciones políticas
entre Venezuela y los Estados Unidos se armonizan y se
vuelven tan constructivas, tan dinámicas, tan
positivas como han sido sus relaciones históricas
en el plano del comercio alrededor del petróleo
y de las inversiones en general de hidrocarburos.
Porque me pregunto
o me hago esta reflexión:
si hay buenas relaciones políticas con respeto
entre todos, con respeto a los principios de la integración,
con respeto a los principios rectores del derecho internacional
público, se puede muy bien orientar esas relaciones
de comercio, siempre en procura de erradicar la pobreza.
Y si se armonizan esas relaciones políticas, eso
ayuda a que un país entienda que si él
tiene buenas relaciones con otro país en materia
comercial por el petróleo, permita que otros países
hermanos tengan buenas relaciones con ese otro país
entrando en su mercado con productos diferentes al petróleo.
Si Venezuela entra
al mercado de Estados Unidos con el petróleo y hay buenas relaciones políticas
entre Venezuela y Estados Unidos, Venezuela más
fácilmente comprenderá que Colombia, a
través del TLC, entre con sus productos industriales,
con sus productos agropecuarios al mercado de los Estados
Unidos. Y esto nos ayuda muchísimo. Esas buenas
relaciones políticas que confiamos se reestablezcan
entre Venezuela y Estados Unidos, ayudarían mucho
a la general comprensión que requieren todos estos
temas.
Esperamos con optimismo
persistir en el diálogo
con el presidente Chávez. Nuestra agenda bilateral
es importante. Colombia honró la palabra y le
vendió su participación a Venezuela en
la planta de fertilizantes de Barranquilla. Colombia
honró su palabra y ha permitido que sea la hermana
República Bolivariana de Venezuela la que construya
y opere el gasoducto de La Guajira a la ciudad de Maracaibo.
Queremos en ese
diálogo intercambiar ideas con
el presidente Chávez sobre las reformas que debamos
introducir a la Comunidad Andina, para que la Comunidad
Andina a todos nos ayude. Queremos intercambiar ideas
para revisar y advertir qué reformas debemos introducir
a la Comunidad Andina, en el marco de la Unión
Suramericana.
Creo que si nos
sentamos con el propósito de
un diálogo constructivo, y cada uno entiende las
necesidades del otro, con hermandad, podremos encontrar
las reformas que la Comunidad Andina necesita para ser
una comunidad absolutamente de criterio social, como
lo soñara El Libertador Bolívar. Una Comunidad
Andina bolivariana, una Comunidad Andina que incorpore
un capítulo social, que exija a todos sus países
integrantes cumplir en fechas definidas en los mismos
acuerdos de la Comunidad, metas como la erradicación
de la pobreza.
Creo que más importante que quedarnos estancados
en debates ideológicos sobre modelos, es comprometer
nuestra Comunidad Andina como una auténtica comunidad
bolivariana para pactar fechas y metas de erradicación
de la pobreza, de construcción de equidad en nuestros
países.
Estamos dispuestos
a sentarnos con el presidente Chávez,
en la próxima oportunidad que los dos gobiernos
habíamos hablado para tener nuestro diálogo
bilateral, a examinar qué reformas proponer a
la Comunidad Andina, para que esas reformas hagan de
la Comunidad Andina una verdadera Comunidad Andina bolivariana,
con preocupación fundamental en lo social.
Un capítulo social que nos obligue a cumplir
unas metas de erradicación de la pobreza, de construcción
de equidad social en unos plazos fijos, en unos plazos
limitados. Todo eso dentro de esa cobertura mayor, que
es la integración más grande, la visión
superior, que es la unidad suramericana. Con la anotación
de que Colombia tiene que ser, por su ubicación
geográfica, el gran articulador entre la Unión
Suramericana, el Plan Panamá – Puebla y
la visión de Mesoamérica.
Agradezco la hospitalidad
de que hemos sido objeto por el presidente Lula, por
su Gobierno, por las autoridades
y por el pueblo del Brasil. Reitero que nos sentimos
muy contentos de que en estos años últimos
hayamos cumplido varios sueños: primero, integrar
a la Comunidad Andina con MERCOSUR. Segundo, construir
la Unión Suramericana. Y estos sueños que
hemos cumplido, son la base que nos impulsa a trabajar
para cumplir los siguientes sueños.
Al pueblo del Brasil
un saludo lleno de afecto. Y tengo que decir en público lo que le he dicho a la señora
Canciller en privado: cada vez que hablo con el presidente
Lula, encuentro el alimento de la sensatez, encuentro
el alimento de la imaginación. Cada vez que hablo
con el presidente Lula, encuentro un gran líder,
encuentro un gran amigo, me inspira toda la confianza.
Y por eso también confieso que él es un
líder muy importante para ayudarnos a encontrar
ese capítulo social que le dé nuevos impulsos
a la Comunidad Andina dentro de ese gran marco de la
Unión Suramericana.
A todos, muchas gracias.