HOMENAJE A LA CÚPULA
MILITAR SALIENTE
Agosto 23
de 2006 (Bogotá – Cundinamarca)
Compatriotas:
Acudimos de nuevo
a este campo de paradas de la Escuela Militar José María Córdova a un
acto emocionante, a un acto que nos congrega para expresar
el testimonio de gratitud de la Nación entera
a tres soldados de la Patria.
Tres soldados de
la Patria que prestaron el servicio durante décadas en las Fuerzas, que sirvieron
bien a la Nación. Tres soldados de la Patria que
pasan al retiro por la puerta grande, a pedido propio,
en medio del reconocimiento de todos sus compatriotas,
con la gratitud del Gobierno, con la admiración
de todos sus compañeros de armas. Con la admiración,
la gratitud, el reconocimiento, que no tengo palabras
para expresar, personal, mío, quien durante estos
años, con el inmenso honor de ser Presidente de
la República, he podido trabajar hombro a hombro
con ellos, percibir sus servicios a la Nación,
y hoy quisiera tener las palabras afortunadas para expresarles
la dimensión de nuestra gratitud.
En unión del Ministro de la Defensa, de los oficiales,
suboficiales, de los soldados, alféreces, policías
de la Patria y de la ciudadanía, expresamos nuestra
gratitud a ustedes, Generales y Almirante.
Han procedido ustedes
con agresividad, han procedido ustedes con vocación de dar resultados, han procedido
ustedes con transparencia, elementos fundamentales para
la credibilidad de nuestra política de Seguridad
Democrática.
Conocí al general Carlos Alberto Ospina Ovalle
cuando, recién ascendido a General de la República,
empezaba a desempeñarse como Comandante de la
IV Brigada de Medellín. Desde ese día he
tenido la oportunidad de trabajar con él, de seguir
muy de cerca sus ejecutorias, de llenarme de motivos
para profesarle profunda admiración y para expresarle
permanente gratitud.
Un soldado ejemplar
de la República. Muchas virtudes
tenemos que destacar en el general Ospina. Permítanme
hoy referir a una de ellas: tiene una virtud escasa en
el liderazgo, apenas común en los liderazgos más
sobresalientes, la virtud de dar ejemplo antes que dar órdenes.
En lugar de estar dando órdenes a los soldados
de la Patria, él está en todos los sitios
donde se adelantan las operaciones dando ejemplo, fundamental
en el liderazgo.
Al categorizar las
tareas del liderazgo, que son muchas, es muy importante
pensar en cómo las ha jerarquizado
el general Ospina. Estas dos: antes que dar órdenes,
ha dado ejemplo. Muchas gracias, General.
Al general Édgar Lesmez Abad lo conocí cuando
era un mayor de la Fuerza Aérea Colombiana, aún
muy joven. Me desempeñaba yo como Director de
la Aeronáutica Civil, y él era allí el
Jefe de Operaciones Aéreas. He seguido durante
26 años su trayectoria en la Fuerza Aérea,
con transparencia, serenidad, eficiencia. El general
Lesmez Abad ha ejercido el liderazgo con eficiencia y
serenidad.
Quiero destacar
de él hoy la manera como ha optimizado
el uso de los recursos de la Fuerza Aérea. En
varias ocasiones he dicho que la actividad de la Fuerza
Aérea ha sido más eficaz en sus logros,
que en proporción a lo que debería ser,
dada la obsolescencia de su parque de aeronaves.
Y con transparencia,
el general Lesmez Abad condujo el proceso de adquisición de aeronaves para modernizar
la Fuerza, que empezarán a llegar al país
en el mes de noviembre.
El almirante Mauricio
Alfonso Soto Gómez, un
liderazgo caracterizado por prudencia y eficacia gerencial.
Cómo, sin alardes oratorios, con parquedad en
las declaraciones de prensa, sus ejecutoriashan brillado.
Cómo se ha transformado la Armada. Cómo
pasó del brillo de uniformes en el Club Naval
de Cartagena a la presencia heroica de los infantes,
llámese en los Montes de María, en el Guaviare,
en las Bocas del Inírida, en el Amazonas, en el
Putumayo, en nuestros océanos.
De esa gerencia
eficaz sin alardes, lideró el
proceso de transformación del Astillero de la
Armada, que nos trae hoy tantas ilusiones.
Ustedes, como dice
el decreto, Generales y Almirante, pasan al retiro
por voluntad propia. Lo hacen saliendo
por un corredor de aplausos de sus compatriotas y de
gratitud. Y también, como lo dice el decreto,
pasan de manera temporal. La Nación requiere su
apoyo durante todos los años, que esperamos sean
muchos, Dios los conserve. Ustedes pasan al retiro, pero
formalmente, materialmente, son pieza fundamental en
nuestra organización institucional armada.
Quiero agradecer
inmensamente a sus familias por la compañía que han dado a ustedes en estos
años, en estas décadas de servicio.
Quiero agradecer
inmensamente a doña Marta Lucía,
a sus hijos, por la compañía al general
Ospina.
Quiero agradecer
de todo corazón a Nora, a sus
hijos, por la compañía al General Lesmez.
Quero agradecer
de todo corazón a Carmencita,
a toda la familia, por la compañía al Almirante
Soto.
La compañía familiar a estos tres soldados
de la República ha sido una garantía para
que ellos hubieran procedido con la eficiencia y la transparencia
con que lo han hecho en bien de toda la Nación.
Hoy vemos una Nación desplazándose por
sus carreteras con más confianza y con alborozo.
Vemos una Nación invirtiendo para generar empleo
con más entusiasmo y con más confianza.
Vemos una Nación en la cual los jóvenes
quieren vivir todas sus expectativas en la Patria. Ya
no están impulsados por ese miedo y ese desapego
que había creado en ellos la confianza de migrar
para siempre.
Una Nación que ha mejorado gracias a ustedes,
Generales y Almirante, una Nación que por lo mismo
está agradecida.
Dejan ustedes unas
Fuerzas más unidas. La prueba
de la unidad de la armonía. La armonía
sin la cual la Fuerza no es eficaz, es la manera como
se ha hecho este tránsito. Es la manera como ustedes
pidieron su retiro, como se ha dado, y la manera como
ustedes mismos, percibiendo, captando la unanimidad de
todas las Fuerzas, ayudaron a definir sus sucesores.
Una fuerza en armonía es un presupuesto para
la conquista definitiva de la Seguridad Democrática.
Legan ustedes esta
tarea para que sea continuada por el General Freddy
Padilla de León. Esta tarea
para que sea continuada por quienes estaban ayudándonos
en la Armada, en la Fuerza Aérea.
Tenemos mucha confianza
en lo que ellos habrán
de hacer. Pero estamos muy exigidos, generales que están
al mando.
Hace cuatro años, un atraco en una carretera,
no era noticia, porque no había cupo para contabilizar
en los medios las decenas de atracos al día. Hoy
un atraco es noticia y es motivo de angustia.
Hace algunos años, un secuestro no era noticia,
porque eran 3 mil los secuestrados al año. Hoy
un secuestro es motivo de alarma. Si no se enfrenta a
tiempo, crea desconfianza, cunde desazón.
Hace cuatro años, un carro bomba más era
un episodio más, una lotería negra que
podía afectar al uno o al otro, con la indiferencia
de una sociedad que había perdido la capacidad
de inmutarse. Hoy causa desazón, hoy causa inmensa
preocupación.
Por eso, Generales y Almirante, estamos obligados a
hacer totalmente eficaces. Sabemos el camino que nos
queda por recorrer. Ustedes, el Ministro (de Defensa,
Juan Manuel Santos) y yo lo tenemos bien identificado.
No podemos fallar.
La Nación nos da más confianza, pero también
nos exige más. Hay una relación directamente
proporcional entre la mayor confianza de la opinión
y la mayor exigencia para responderle bien a la opinión.
No podemos fallar.
La ciudadanía está esperando la eficacia
definitiva, que es la causa para poder hacer el tránsito
de la seguridad a la paz
¡Qué compromiso
tan grande el que tenemos enfrente de nosotros!
Sé que ustedes llegan no con el criterio de acumular
un honor, ni de tener una pasantía en los cargos
superiores, sino con el compromiso de producir los resultados
definitivos. Es lo que espera la Nación entera.
Es nuestro compromiso para dejarle un país tranquilo,
que les permita vivir feliz a las nuevas generaciones
de colombianos.
No podemos fallar en eficacia. No podemos fallar en
las metas de los resultados superiores. No podemos fallar
en transparencia.
Hace algunos años, la incertidumbre generada
entre la violencia, acusaciones, hacía que muchas
veces una falla no se notara. Hoy la más elemental
falla, causa revuelo.
Una Fuerza Pública que ha venido ascendiendo
en la escala de la confianza nacional, esté retada
a no cometer la más mínima falla, porque
a mayor confianza, mayor la reacción negativa
cuando se tiene la mínima falla.
No podemos dejar que se caiga la esperanza.
Estamos obligados
a comprometer a todos, a cada uno de los integrantes
de las Fuerzas, en esos dos valores:
eficacia y transparencia. Que ninguno de nosotros falle,
que la Nación no pueda sentirse defraudada, porque
respondimos a su confianza fallando en transparencia.
Y tenemos el reto,
Generales y Almirante, de comunicar, de crear una sensibilización en aras de la transparencia,
a lo largo de toda la institución.
Transparencia desde
el Presidente, el Ministro, los Altos Mandos, hasta
el más joven, el más
recientemente vinculado de los policías, cadetes,
soldados de la Patria.
¡Transparencia
y eficacia, credibilidad y resultados superiores!
Nos entregan esta antorcha hoy unos soldados de la Patria
que cumplieron bien, que salen en medio del aplauso,
y esta antorcha la tenemos que recibir nosotros para
cumplir bien, para los resultados superiores.
Hace muchos años la Nación no asistía
al desfile de hoy. La Fuerza Pública de la Patria,
en el patio mayor, desfilando en testimonio de gratitud
a quienes cumplieron bien.
Generales y Almirante.
General Ospina, General Lesmez, Almirante Mauricio
Alfonso Soto, ustedes han cumplido
bien, la Nación entera está agradecida.
Yo tengo personalmente
una gratitud que llevaré conmigo
frente a ustedes, durante los años que Dios me
prolongue la vida, pero la Nación no quiere y
no permite que ustedes declaren cumplido su deber, la
Nación espera mucho más de ustedes. Sigan
acompañándonos.
Muchas, muchas gracias.
Solamente el aplauso de los colombianos es la reciprocidad
a la cual podemos apelar.
El aplauso del corazón de los colombianos, a la
abnegada labor que ustedes cumplieron.
Muchas, muchas gracias.