LANZAMIENTO DEL
LIBRO: “DESPUÉS
DEL TLC, ¿QUÉ?”
Agosto 09
de 2006 (Bogotá – Cundinamarca)
Compatriotas:
Quiero felicitar a Carlos Gustavo Cano por este nuevo
y gran esfuerzo en favor del agro colombiano, que nos
trae tantas reflexiones sobre lo que tiene que ser un
futuro para agregar valor y ganar competitividad, y aprovechar
las condiciones de Colombia, de sus ciudadanos.
Quiero felicitar a la Corporación
Colombia Internacional (CCI), a Adriana Senior Mojica
(Presidenta de CCI), por
la tarea que viene realizando y por su constante esfuerzo
para orientar bien el agro colombiano.
Celebro también la realización
de este evento, que los ha congregado para conocer
la extraordinaria
experiencia de Tailandia, y para el lanzamiento del libro
del Carlos Gustavo Cano.
Me parece que a lo que ha dicho
Adriana y a lo que ha dicho el Carlos Gustavo Cano,
nada hay que agregarle.
Son bien elocuentes las comparaciones que ella ha traído
del volumen de exportaciones agrícolas de Tailandia,
del nuestro, no obstante que aquí tenemos en semejantes
condiciones tropicales mucho más territorio y
por ende más posibilidades.
Son bien elocuentes sus palabras
sobre lo que hay que hacer en materia de agregar valor.
Por ejemplo, los casos
que nos trajo para poner en los mercados internacionales
una agricultura hortícola mucho más atractiva
a los consumidores.
Cuando la escuchaba me parecía que nosotros estamos
más cerca de eso de lo que creemos. Por ejemplo,
toda la experiencia en flores de la Sabana de Bogotá,
del oriente antioqueño, alguna del Cauca, de Nariño,
otra de Risaralda, nos hace pensar que allí tienen
una masa crítica, que allí ya tienen una
sinergia que les permite pasar de los productos que,
con ese gran avance tecnológico, han estado exportando,
como las flores, a exportar otros con esos agregados
de valor como son las hortalizas, tal como lo propone
la Corporación, hoy por conducto de su Presidenta,
Adriana.
De gran importancia los temas
tratados por Carlos Gustavo Cano. El tema de la biotecnología, el tema de
los transgénicos, el tema de los biocombustibles,
donde tenemos nosotros más posibilidades de las
que todavía advertimos.
Más aún, yo creo que esa revolución
de los combustibles biológicos no va a necesitar
tratados de comercio. Yo animaría a los colombianos
a producir combustibles biológicos en presencia
o en ausencia de tratados de comercio.
En alguna ocasión le dije amistosamente al presidente
(Hugo) Chávez (de Venezuela): ustedes con petróleo,
no tienen afán de tratados de comercio. Nosotros
que tenemos una economía con una industria mediana
y con unos productos agrícolas sumamente competidos,
sí requerimos tratados de comercio para acceder
a los mercados. A ustedes les arrebatan el petróleo,
nosotros tenemos que derrumbar muchas barreras para entrar
con nuestros productos a los mercados.
Pues bien, es tan rápida la evolución
que empieza a tener el mundo a raíz de estos precios
del petróleo, que no muestran signos de reversa,
y es tan rápida la evolución en favor de
los combustibles biológicos, que el mundo los
va a arrebatar sin necesidad de tratados de comercio.
Por eso hay que hacer el esfuerzo de producirlos rápidamente
y sin temor.
Hace pocos días a la asamblea de palmicultores
en Villavicencio les decía: cuando empezamos el
Gobierno en el 2002 tenían 175 mil hectáreas
de palma. Hoy tienen alrededor de 300 mil. Parece un
gran salto en un cuatrienio, pero es chiquitico. Un país
que puede sembrar seis millones de hectáreas sin
tumbar un milímetro cuadrado de bosque, para sembrar
materias primas de biocombustibles, no puede conformarse
con tener 300 mil hectáreas de palma.
Les dije: para que cumplamos
les voy a proponer un reto. En el Gobierno que empieza
sembremos 400 mil, pero no
se vayan asustar, que es muy poquito. Nos deberíamos
asustar es por ver que el número es muy pequeño.
Ojalá podamos cristalizar todos los proyectos
que están en marcha. La idea del Gobierno es crear
condiciones para que allí donde haya empresarismo, éste
se desarrolle plenamente con este tipo de proyectos.
Y allí donde no haya empresarismo, que el Gobierno
haga presencia empresarial transitoria con recursos de
capital de riesgo.
Por ejemplo, le decía al Ministro de Agricultura
(Andrés Felipe Arias): una cosa es el Valle del
Cauca. Allí hay un gran empresarismo. Sabíamos
que creando el Gobierno las condiciones tributarias,
la regla técnica, la regulación de precios,
se producía el alcohol carburante. Y, en efecto,
se dio.
Otra cosa son departamentos muy
pobres del país,
que no tienen esa masa crítica empresarial, pero
que tienen todo el potencial para ser grandes productores
de biocombustibles. Resolver problemas sociales del campo
con la producción de biocombustibles, allí vamos
a tener que hacer presencia.
El país no puede perder de vista esfuerzos históricos
muy importantes. Todo ese estímulo que el presidente
(Carlos) Lleras Restrepo le dio al IFI, no obstante que
después se cometieron errores, es un estímulo
que no se puede ignorar. Había muchísimas,
positivas razones en el pensamiento del presidente Lleras
Restrepo para fomentar ese Estado promotor. Nosotros
no podemos dejarnos alejar del concepto de Estado promotor.
La vida es un proceso de aprendizaje permanente, pero
hay unos puntos fundamentales que no se pueden abandonar.
Por supuesto, una cosa es que
el Estado promueva actividades necesarias, y otra cosa
es que lo fuerce a invertir sus
recursos para sacar a algunos empresarios de las quiebras.
Cometer estos segundos errores no se puede. Pero realizar
la función de jalonar proyectos empresariales
en algunas regiones de la Patria es un imperativo.
Confío que con las decisiones que está tomando
el Ministerio de Agricultura sobre el Fondo de Capital
de Riego, que en el Gobierno que terminó tuvo
una magnífica experiencia con la siembra de maderables
en los departamentos del Magdalena y del Cesar, confío
que al trasladar esa experiencia ahora, con mayores recursos,
a promover, a jalonar proyectos de biocombustibles en
algunas regiones de la Patria, sea muy útil.
¿Con qué visión llega allí el
Estado? Con la visión de sacar adelante un potencial,
de convertirlo en realidad, de jalonar unos proyectos,
y detrás de ese jalonamiento vincular la empresa
privada. Y una vez esos proyectos hayan tomado fuerza,
ya el Estado podrá salir.
Por ejemplo, tenemos previsto
que en esas 10 mil hectáreas
de madera en el Magdalena y en el Cesar, una vez el vuelo
forestal esté de cierto tamaño, el Estado
proceda a venderlo, a titularizarlo, recupere esos dineros
y traslade esos recursos del Fondo de Capital de Riesgo
al embrión de otros proyectos, igualmente importantes
para el país. Vamos, pues, a jugar un papel importante
en algunos departamentos en esta tarea.
Si ustedes me preguntarán: ¿cuál
es la alternativa de la coca en el Pacífico? Yo
no veo más alternativa a la coca en el Pacífico
que lo que se pueda hacer con camarones, lo que se pueda
hacer con caucho y lo que se pueda hacer con biocombustibles.
Les he dicho a los palmicultores:
hay unas regiones de la Patria que tienen en los biocombustibles,
en el
biodiesel, la alternativa inmediata, casi la única
que estamos viendo, por sus condiciones de suelo, por
sus condiciones de altura sobre el nivel del mar, por
sus condiciones de lluvias, etcétera.
Y Carlos Gustavo se ha referido
al tema de cómo
el país tiene que avanzar más rápidamente
en la biotecnología. Ojalá podamos. Es
que los gobiernos pasan muy rápido y los procesos
son muy lentos.
Yo he venido hablando en estos
días del cambio
de velocidades, del sentido de urgencia. Y hay que estrujarlo
todo para cambiar velocidades, para poder trabajar con
resultados, con sentido de urgencia.
Ojalá podamos avanzar mucho más rápidamente
en eso, porque siempre da tristeza gastarse un cuatrienio,
para que apenas se incorpore una variedad de semilla
transgénica en el algodón y que haya que
esperar tanto para poder incorporar la otra, y para traer
la del maíz.
Entonces cuando creemos aquí que fue muy importante
lo que hicimos, resulta que esa transgénica ya
es de una generación vieja, que no es repelente
de algunas plagas, y que los países con los que
tenemos que competir van mucho más adelante, que
ya están utilizando otras transgénicas
que les ahorran muchísimo más en costos
de lo que la semilla de la anterior generación
le ahorra a la producción colombiana.
Ojalá en todo esto podamos ir mucho más
rápidamente.
Yo sé que hay una preocupación por el
tema de la reforma tributaria. Quiero repetir ante ustedes,
apreciados empresarios del sector agropecuario, que la
decisión del Gobierno Nacional es trabajar con
el Congreso para que la reforma tributaria cumpla con
estas características: impulse el crecimiento
de la economía; nos ayude en temas sociales, metas
muy importantes como las del milenio que debemos cumplir,
y en temas de equidad; sea recibida por un sector de
la doctrina y de la academia económica, como reforma
estructural.
No pretendemos que tenga un unánime recibo como
reforma estructural, porque se escuchan muy diversas
acepciones de lo que es una reforma estructural. Pero
por lo menos que un importante sector de la academia
económica la reciba como estructural.
Que sea un paso que, conjuntamente
con los otros esfuerzos de manejo económico y con las otras normas de
manejo económico, nos permita que le regresen
a Colombia el grado de inversión.
Y además que sea un estatuto
que simplifique, que los colombianos puedan decir:
tenemos una normatividad
tributaria verdaderamente simple.
Uno de los temores que a mí me han asaltado cada
vez que proponemos el tema tributario, es la tradición
colombiana de rechazar las normas tributarias como factor
de crecimiento de la economía.
Nosotros tenemos que superar
ese complejo, tenemos que confiar en la bondad de las
normas tributarias, para
estimular el crecimiento de la economía.
Yo he venido sosteniendo que un crecimiento de largo
plazo y un recaudo de largo plazo, no se garantizan simplemente
con una rebaja general de tarifas, que hay que darles
un tratamiento diferente a aquellos que arriesgan y crecen,
del tratamiento que se les da a aquellos que no crecen.
En el Gobierno que terminó incluimos unos incentivos
muy importantes. Hoy empieza a verse la importancia.
En su momento fueron muy controvertidos por sectores
de la academia económica, pero hoy se empieza
a ver la importancia.
¿Qué tal que no hubiéramos introducido
los incentivos a la madera, a los biocombustibles, a
los cultivos de tardío rendimiento?
Entonces me preguntan los empresarios: ¿y qué va
a pasar con esos incentivos? La respuesta que me ha dado
el Ministro de Hacienda (Alberto Carrasquilla) es: los
proyectos que ya están en desarrollo adquirieron
un derecho que se les respeta. Y se está haciendo
la siguiente cuenta: el Ministerio de Hacienda sostiene
que el conjunto de estímulos al crecimiento, que
se incorpore en la reforma, compensa esos estímulos
y los hace generales.
Por ejemplo, voy a citar dos
casos, tres casos: uno, se reduce la tarifa de renta;
otro, se da la posibilidad
de deducir el ciento por ciento de la inversión
en el primer año, y se elimina el impuesto de
timbre.
Le he preguntado al Ministerio
de Hacienda: ¿qué puede
pasar con la madera o con un cultivo de tardío
rendimiento, que en los primeros años simplemente
tienen costos, no generan ingresos? Entonces, ¿qué puede
pasar frente a la posibilidad de depreciar el total de
la inversión en el primer año? La respuesta
que me ha dado el Ministerio: eso se va a manejar como
un crédito fiscal. Esa deducción se puede
hacer a medida que el proyecto empiece a retornar.
Por eso le he pedido al Ministro
de Agricultura que con los gremios examinen muy cuidadosamente
las cifras,
y verifiquemos la propuesta del Ministerio de Hacienda.
Si llegare a haber dificultades, buscamos los correctivos
que se necesiten, pero lo que requerimos es una reforma
tributaria que no le dé miedo estimular el crecimiento
de la economía.
Quería aprovechar la magnífica
audiencia que ustedes integran, para repetir este compromiso.
El tema de los tratados de comercio.
La verdad es que ha habido una transición política muy importante
en el país. El temor a la apertura se había
constituido en temor a los tratados de comercio, pero
yo mismo estoy gratamente sorprendido de la velocidad
con que se ha venido dando esa transición.
En diciembre, en el contacto
masivo y permanente del Gobierno con el pueblo colombiano,
nosotros encontrábamos
más resistencia a los tratados, que apoyo. Hoy
ocurre todo lo contrario. Hoy lo que encontramos es pedido
de más tratados por parte de nuestros compatriotas.
Esa transición es muy importante.
El principio de negociaciones
con Europa va bien. Confío
que con los tres países centroamericanos con los
cuales hemos abierto negociaciones, rápidamente
podamos culminarlas.
Estamos esperando que se despeje
definitivamente el proceso post-electoral de México, y que haya claridad
sobre el nuevo gobierno mexicano, para reemprender con
ellos el examen de unas revisiones al G3, porque productos
agropecuarios que nosotros necesitamos colocar en el
mercado mexicano, que no están en el G3, todavía
tropiezan con barreras arancelarias. Por ejemplo, en
el caso de los lácteos, cuando superamos las barreras
sanitarias.
La Presidente de Chile, con la
diligencia que la caracteriza, ha expresado el deseo
de hacer el tratado bilateral de
comercio con Colombia en términos de semanas.
Esa ya cambió de velocidades, ahora nos toca a
nosotros. Vamos a hacer ese acuerdo con Chile muy rápidamente.
Yo tengo una gran esperanza con
Chile. En mi concepto, Colombia es hoy uno de los países que más
interés despierta a la inversión chilena.
Y Chile hoy es más importante como inversionista
que como mercado. Un país que le sobran 50 mil
millones de dólares, que quiere a Colombia, que
ve en la democracia y en la empresa privada colombiana
una gran posibilidad, es un país que puede ser
el gran aliado nuestro para invertir acá recursos,
y ayudarnos a sacar esta economía adelante.
Voy expresar una preocupación
sobre los Estados Unidos.
Nosotros no tuvimos cálculos electorales para
negociar el Tratado de Libre Comercio. Incluso se cerró pocos
días antes de la elección parlamentaria.
En diciembre las encuestas de opinión aconsejaban
que el Gobierno no adelantara el tratado de comercio
con los Estados Unidos antes de elecciones, porque era
mayor la desaprobación de los colombianos a ese
tratado, que la aprobación.
Nosotros dijimos: el bien público no puede someterse
a encuestas, hay que trabajar de buena fe, con celeridad
y con argumentos. Defendimos el tratado en los términos
en que lo ha dicho Carlos Gustavo Cano. Un tratado en
el cual hemos buscado equidad, que no es la panacea,
no es el tratado ideal, pero creemos que es un paso muy
importante.
¿Qué me preocupa? Me preocupan estas dilaciones,
me preocupa que estemos hoy a 9 de agosto y que todavía
no haya notificación al Congreso de Estados Unidos,
y me preocupa que allí haya válidos temores
sobre la cantidad de votos que se requieren en el Congreso
norteamericano para aprobar.
Yo, amistosamente, quiero hacer
llegar un mensaje al Gobierno de Estados Unidos, después
de que en la noche del 7 de agosto nos reunimos de
nuevo durante
dos horas, con los ministros, con el Secretario del Tesoro
y con el Secretario de Comercio de los Estados Unidos.
Quiero hacer un llamado amistoso
al Gobierno y al Congreso de los Estados Unidos, para
que aceleremos los pasos
muchos que todavía faltan para firmar el tratado
y para el ulterior proceso de perfeccionamiento.
Me preocupa mucho que el tema
de las elecciones de noviembre en Estados Unidos, dilate
indefinidamente la firma del
TLC. Nos angustia muchísimo que llegue el 31 de
diciembre, culmine la vigencia de las preferencias unilaterales,
no tengamos en tránsito o aprobado en el Congreso
norteamericano el TLC, y tampoco tengamos una extensión
transitoria de las preferencias para poder mantener el
ritmo creciente de exportaciones, mientras se perfecciona
el TLC.
Quiero hacer llegar un mensaje,
que llevaré personalmente
en las próximas semanas al Congreso, al Pueblo
y al Gobierno de los Estados Unidos.
Las relaciones con Colombia,
con la región, son
unas relaciones que países como Colombia aprecian
y valoran, que muchos no entienden y que Estados Unidos
debería estimular, agilizando estas decisiones
sobre la base de mantener frente a nuestros países
lo que se ha llamado allá la política bipartidista.
Vamos a insistir en estos temas,
pero de no expresar estas preocupaciones esta noche,
ante la audiencia que
ustedes integran, mejor habría sido no venir.
Seguramente el Ministro Botero (jorge Humberto, de Comercio,
Industria y Turismo) me va a decir ahora: ¿para
que dijo eso? Yo le voy a decir: ¿para qué me
invitaron?
Son preocupaciones inocultables,
son incógnitas
inocultables, que tenemos que procurar superar con toda
prudencia, sí, pero con toda franqueza y con toda
diligencia.
Ya que por aquí vi al doctor Lafourie entre los
distinguidos dirigentes gremiales que han venido hoy
acompañar a Carlos Gustavo Cano en el lanzamiento
del libro, le reconfirmo la noticia de que en el proyecto
de reforma tributaria y en la voluntad política
del Gobierno, está la idea de que por lo menos
el equivalente a un punto de la tarifa de renta, los
contribuyentes colombianos puedan tener la opción
de invertir ese equivalente en sociedades anónimas,
cuyo objeto sea el campo colombiano y que estén
debidamente inscritas en la Bolsa, y que se activen,
que se pongan activas en el mercado bursátil.
Pienso que eso puede ayudar mucho.
Cálculos iniciales nos dicen que eso tendría
un potencial de recursos frescos del orden de 600 - 700
mil millones por año en cada uno de los primeros
años. Y creo que eso sería un gran aporte.
Felicito, pues, a la Corporación Colombia Internacional.
Deberíamos salir de aquí, Adriana, a empacar
esas hortalizas como usted dice, esas hierbitas como
usted dice, y a colocarlas en esos mercados.
Y qué bueno que Colombia
tenga voces, claridad de pensamiento, como el pensamiento
de Carlos Gustavo
Cano, para animar el campo colombiano y para que en este
libro nos traiga temas tan importantes, como el futuro,
que ya no es futuro sino que es presente, de los biocombustibles.
Háganos animar, Carlos Gustavo, porque el Brasil
ya va a tener cuatro millones de hectáreas de
higuerilla. Aquí la hemos conocido toda la vida
y apenas la estamos experimentando.
Y allá empiezan a tener hoy otras fuentes de
biodiesel, que no tienen problemas de glicerina, que
los científicos le advierten a la higuerilla.
O sea que muy oportuno su libro y muy oportuna esta convocatoria
de la Corporación Colombia Internacional.
Tenemos preocupaciones por el
TLC, vamos a ver cómo
se pueden despejar, y tengan la certeza ustedes, apreciados
compatriotas del agro, de todo nuestro compromiso con
el agro colombiano.
Muchas gracias.