PALABRAS DEL PRESIDENTE
URIBE AL ENTREGAR PREMIO “INNOVA 2006”
Diciembre 5 de
2006 (Bogotá - Cundinamarca)
“Los felicito a todos, a las empresas que han
ganado estos premios, a quienes han sido sus gestores,
felicito el esforzado trabajo de quienes le dan al país
hoy esta grata noticia, felicito al Ministerio, al Fondo
de la Pequeña y Mediana Empresa, a la Cámara
de Comercio, a los gremios, a Acopi, por ayudarnos en
esta promoción tan importante para que salgan
a flote las potencialidades creativas de nuestros compatriotas.
Quiero agradecer
inmensamente al jurado. Qué bueno
este trabajo, qué bueno este 5 de diciembre poder
entregar estos premios, poder escuchar las cosas importantes
que están haciendo estos compatriotas.
Qué bueno esta noche escuchar esta noche aquí al
doctor (Mariano) Ghisays Farah (gerente de Super Brix)
contarnos cómo en la producción de etanol
de los Estados Unidos ya hay componentes industriales
desarrollados por los investigadores colombianos.
Cómo nos llena eso de entusiasmo, en algo que
ya no es el prodigio del futuro sino del presente, que
es la energía alternativa. En un mundo que está a
40 años, por mucho, de ver el final del petróleo,
en el cual la energía alternativa le ha llegado
su hora. Terreno donde Colombia tiene todas las posibilidades,
estos desarrollos en etanol, producto de la investigación
colombiana, nos llenan de entusiasmo.
Y los casos de cada uno de los exitosos empresarios
que han sido premiados esta noche con el Premio Innova
2006. Muchas felicitaciones.
Confiamos que podamos
avanzar bien en la economía.
Tenemos una meta: la meta de que esta economía
crezca establemente al 6 por ciento.
El crecimiento de
la economía no es un fin en
sí mismo. Es un medio para lograr otra meta. Hace
cuatro años nuestra pobreza estaba en el 60 por
ciento, el año pasado en el 51, estamos esperando
las nuevas mediciones. Aspiramos el 20 de julio de 2010,
día cuando estemos haciendo las evaluaciones parciales
de la meta Colombia 2019: Segundo Centenario, ese 20
de julio de 2010, en la víspera de transferirle
la Presidencia de la República a nuestro sucesor,
poderles decir a los colombianos que se ha reducido la
pobreza al 35 por ciento. Para crear condiciones a fin
de que aquellos gobiernos que nos sucedan, el 7 de agosto
de 2019, en los 200 años de la Batalla de Boyacá,
puedan presentar una pobreza no por encima del 15 por
ciento.
El Ministro de Comercio
se ha referido a unos temas bien importantes, como
todo lo que tenemos en nuestro
proyecto de inserción de la economía colombiana
en el mercado mundial.
Es bien interesante:
la semana pasada al firmar el acuerdo con Chile veíamos que ese país tiene más
de 50 acuerdos de comercio. Cuando hay dificultades con
un mercado, los chilenos no se desvelan, porque les quedan
49.
Nosotros tenemos
que desafiarnos a incursionar en todos los mercados
del mundo que podamos. Mientras pasaban
por aquí los compatriotas distinguidos con este
Premio Innova, decía yo: estos compatriotas nuestros
tienen la capacidad, la garra, la fortaleza, para competir
en todos los mercados del mundo, ellos tiene el talento,
la capacidad de trabajo. Por eso lo que tiene que hacer
el Gobierno es vencer los obstáculos políticos
para abrirles esos mercados, a fin de que lleguen con
el producido de su talento a competir en todos esos mercados.
Está bien que le tenga temor a la inserción
en la economía mundial un país que no tenga
la gente colombiana. Pero nosotros, con los talentos
que por aquí desfilaron esta noche, no le debemos
tener temor. Hay que tenerle temor es a que nos estanquemos,
hay que tenerle temor es a que el discurso ideológico,
la vieja política, nos deje estancados, simplemente
mirando hacia adentro, y nos niegue las posibilidades
de insertarnos en esa economía mundial donde el
talento colombiano tiene tantas posibilidades.
Confío, apreciados compatriotas, que podamos
avanzar en los recursos de ciencia y tecnología,
sumados los de presupuesto nacional, los que transfiere
el Sena, los esfuerzos del sector privado.
Hace cuatro años todo esto sumaba el 0,22 del
PIB, el año pasado el 0,71. Aspiramos llegar al
1 por ciento rápidamente en ese consolidado.
Estamos en las dos
semanas finales del período
de sesiones del Congreso de la República. Confiamos
sacar adelante leyes de la importancia del nuevo estatuto
de la contratación, para tener más transparencia,
más agilidad. Confiamos sacar adelante otros proyectos
de gran importancia, como la capitalización de
Ecopetrol.
En la primera ronda
legislativa el acto de reforma constitucional de transferencias,
y la reforma tributaria. Unos pequeños
comentarios.
¿Por qué la capitalización de Ecopetrol?
Porque uno de los obstáculos de la economía
colombiana, a futuro, es la falta de hallazgos de nuevas
reservas de petróleo, y la falta de capacidad
para producir petróleo en unas zonas relativamente
probadas, que en el pasado no se explotaron porque estaban
con crudos pesados, que por el precio no era rentable
su producción, hoy sí.
Hace cuatro años explorábamos 10 pozos,
este año exploramos 50. Hace cuatro años
hacíamos 1.200 kilómetros de sísmica,
este año hacemos más de 22 mil. Hay confianza
en el país, pero los recursos que han afluido,
lo que hemos podido incrementar de inversiones de Ecopetrol
no es suficiente.
Hace cuatro años Ecopetrol invirtió 500
millones de dólares, este año invierte
1.400 millones de dólares. El aumento del precio,
que nos ha ayudado en las finanzas, no obstante la declinación
de la producción, en buena parte se ha orientado
a aumentar la inversión de Ecopetrol.
Un Gobierno que
no fuera responsable, en lugar de incrementar en 900
millones de dólares al año la inversión
de Ecopetrol, habría podido traerse esos recursos
al gasto público. Nosotros los hemos llevado a
fortalecer las inversiones de Ecopetrol. Pero no es suficiente,
compatriotas. Por eso hemos pedido al Congreso de la
República que nos apruebe la ley para capitalizar
a Ecopetrol en un 20 por ciento.
No es privatizarla.
Es sacar adelante ese patrimonio público con
la ayuda de los particulares.
Es algo parecido
a lo que hicimos con Telecom, aquí en
menor porcentaje. Cuánto mejor el proceso que
adelantamos con Telecom que haber asistido a lo que nos
esperaba: la muerte de Telecom, la pérdida del
patrimonio, el grave problema pensional, la cesación
de pagos a los trabajadores y a los acreedores comerciales.
¿Ustedes se imaginan si no hubiéramos
hecho esa reforma en Telecom al Ministro de Hacienda
recibiendo al Presidente de Telecom, y el Presidente
de Telecom, diciéndole: Ministro, déme
500 mil millones para pagarles a los pensionados de Telecom,
y el Ministerio de Hacienda manejando un déficit
bien alto y sumándole la carga pensional de Telecom?
¿Hoy qué vemos en Telecom después
de esa reforma que costó tanto en lo político?
Vemos una empresa próspera, al día con
los pensionados, no han tenido que ser absorbidos por
el Presupuesto Nacional, al día con los trabajadores
en salarios y en prestaciones, estable, y con un gran
prospecto de inversiones. Tiene 650 millones de dólares
en caja para invertir en estos próximos años,
a fin de que Colombia tenga un gran adelanto en banda
ancha, un gran adelanto en Internet, un gran adelanto
de conectividad en todo el territorio.
Mucho mejor para
la Nación, para nuestros compatriotas,
ser dueños del 50 por ciento menos una acción
en una Telecom próspera, que haber continuado
de propietarios del ciento por ciento en una Telecom
en ruina.
Vamos a capitalizar
a Ecopetrol en un 20 por ciento. Creemos que con esa
operación, mediante la voluntad
de Dios, los resultados nos permitirán tener una
Ecopetrol próspera. Y finalmente para el pueblo
colombiano será mejor ser dueño del 80
por ciento de una Ecopetorl próspera, que del
ciento por ciento de una Ecopetrol que no sea capaz de
despejar las grandes incógnitas en materia de
inversión, de búsqueda y hallazgo de reserva
y de explotación de hidrocarburos. Esa es una
iniciativa fundamental sobre la cual debe pronunciarse
definitivamente el Congreso en estas dos semanas.
La otra es el acto
legislativo de transferencias, un gran debate nacional.
Hemos procurado ponernos en un
punto de equilibrio: estimular la descentralización,
pero evitar que se quiebre a la Nación.
Esta mañana tuve cuatro horas de reunión
con una de las bancadas del Congreso, repetiré otra
reunión por la mañana, hemos estado todos
los días tratando estos temas con el Congreso,
y les decía: miren, lo peor que le puede ocurrir
a la descentralización es que por ganarnos un
aplauso, por ganarnos un aplauso, aceptemos una fórmula
que les transfiera a las regiones lo que no seamos capaces
de pagar. Porque al otro día nos suben las tasas
de interés 10 – 12 puntos.
Y eso castiga al
Gobierno Nacional, pero también
a los departamentos y municipios, y castiga la confianza
inversionista y castiga al sector privado colombiano.
Quiero pedir a ustedes
comprensión, que cada
uno de ustedes nos ayude en la discusión familiar,
en la discusión empresarial, en la discusión
con los amigos, sobre esta plataforma económica
que está en el Congreso. Temas tan importantes
como la capitalización de Ecopetrol, como esto
de transferencias.
Porque se dice muy
claramente y muy fácilmente:
es que Uribe quiere acabar la descentralización.
No, no es así, no hay recorte. Las transferencias
valían hace cuatro años 9 billones, el
año entrante valdrán 17 billones y medio,
no hay recorte. Lo que pasa es que las subimos de manera
moderada pero realista. No de la manera idealista como
lo previó la Constitución del 91, que no
fue capaz de cumplir, y por eso tuvieron que hacer al
reforma del 2001.
Tengan confianza
que estamos buscando, con todo juicio, un punto de
equilibrio. Ayúdennos a aclimatar
en el corazón de los colombianos, en la razón
de los colombianos, esta reforma.
En la parte tributaria,
déjenme reconocer qué no
hemos podido lograr y qué hay bueno en la reforma.
No se pudo lograr
la universalización del IVA,
no hay condiciones políticas en Colombia, hicimos
todo el esfuerzo.
Hace cuatro años el conjunto de bienes y servicios
sobre los cuales se derramaba el IVA representaba el
37 por ciento del PIB. Ahora antes de esta reforma, con
nuestras reformas anteriores, habíamos llegado
al 51 – 53 por ciento, podremos quedar en el 56.
El Gobierno hizo
todos los esfuerzos, pero en este proceso de diálogo con nuestros compatriotas y con las
bancadas del Congreso, yo tengo que decir que no hay
condiciones políticas en Colombia para hacer una
mayor ampliación de la base que se grava con el
IVA.
Los ingresos laborales
se mantienen sin afectación.
Quiero darles esa tranquilidad a mis compatriotas. Eso
es muy importante.
La reforma avanza
mucho en algunos temas para fomentar la inversión. Primero, unas exenciones tributarias
que habíamos incorporado en este Gobierno, y que
las criticaban mucho. Decían: hay que desmontar
esas exenciones, esas exenciones para qué, no
hacen sino costarle al fisco.
Pues bien, el Ministro
de Hacienda propuso que se desmontaran y todo el país se vino en contra. Me decían
a mí: Presidente, ¿cómo van a quitarle
el estímulo que introdujo la Ley del Cine, cuando
apenas está empezando? ¿Ustedes, Presidente,
hace tres años introdujeron las exenciones a los
hoteles, y ahora que están llegando las inversiones
en nuevos hoteles, cómo van a quitar eso? ¿Ustedes
hace tres años introdujeron las exenciones a los
cultivos de tardío rendimiento, a la madera, el
estímulo a las energías alternativas, al
etanol, al biodiesel, y ahora que están empezando
los proyectos, cómo van a quitar eso?
La buena noticia:
el Gobierno oyó la reacción
del país, y hoy hay un acuerdo entre el Gobierno
y el Congreso para convertir esos estímulos en
estímulos permanentes. Yo creo que es una buena
noticia, y me parece que nuestros críticos deberían
analizar ese debate.
El Ministro dijo:
bueno, voy a proponer que las quiten todas. Y esa reacción durante 5 meses no puede
pasar en vano, no puede arar en campo estéril,
tiene que hacernos pensar a los colombianos sobre la
utilidad de esos estímulos. De lo contrario, no
habría habido tanta reacción contra la
propuesta inicial de eliminarlos.
Y quedan otros estímulos. Hoy está aprobado
por las Comisiones Económicas, por los ponentes
que han radicado su ponencia ante las plenarias de Senado
y Cámara, vamos a ver cuál es la decisión
definitiva, una deducción del 40 por ciento a
las nuevas inversiones, general, eso es muy importante.
Usted invierte 100 pesos, puede deducir 40. Eso es muy
importante.
Con otros elementos
allí. En ese esquema que
introdujimos con porcentajes del 30 por ciento hace tres
años, quedaba un problema: en el momento en que
se repartiera utilidad, entonces la deducción
se convertía en ingreso gravable en cabeza del
socio. Aquí se elimina eso.
Y muchos colombianos
me habían preguntado: bueno,
eso le ayuda a las empresas existentes para fomentar
nuevas inversiones, ¿y qué pasa con las
nuevas?
El Ministerio de
Hacienda y el Congreso han convenido darles a las nuevas
empresas la posibilidad de que esa
deducción, hasta ahora hablada en el Congreso
del 40 por ciento, las empresas nuevas la puedan llevar
a pérdida y puedan absorberla durante los años
fiscales que requieran, sin límite de tiempo.
Yo creo que allí hay un gran paso. Esa reforma
en esa parte de promoción de la inversión
es muy buena.
En estos días analizaba en algunos textos las
críticas a la disminución de impuestos
en Estados Unidos, y las comparaba con lo que son los
estímulos tributarios en Colombia. Los economistas
que critican la disminución de impuestos en los
Estados Unidos dicen que cuando simplemente se rebajan
las tarifas para todo el mundo, se facilita es la apropiación
de utilidades y no se estimula necesariamente la inversión.
Hasta ahí una gran diferencia con lo nuestro.
Aquí vamos a tener dos punticos de rebaja de
la tarifa de renta, son dos puntos prudentes, pero no
estamos en la tesis de Estados Unidos de creer que todo
se resuelve bajando muy fuertemente la tarifa de manera
general para todo el mundo, porque compartimos la crítica:
eso estimula más la apropiación de utilidades,
que los esfuerzos de nuevas inversiones.
Aquí lo que hemos hecho es bajar moderadamente
la tarifa y crear estímulos muy importantes a
las nuevas inversiones. Yo creo que eso debe ayudarnos.
Y conservamos una
serie de estímulos que se fueron
introduciendo durante años al tema de vivienda
social. Y eso marca diferencia con otros países.
En otros países esos estímulos se consideran
como estímulos a la especulación inmobiliaria.
En Colombia son estímulos necesarios para resolver
una necesidad básica insatisfecha, que es la necesidad
de vivienda de amplios sectores de la población.
En síntesis, pocos avances en IVA, no se tocan
las rentas laborales, y en renta hay grandes estímulos
a la inversión.
Yo miro, apreciados compatriotas, ese panorama con confianza.
No vamos a hacer
de la reunión de hoy un consejo
empresarial, yo no los voy a poner a que delante del
ministro Botero me cuenten problemas. Además hay
que celebrar hoy con los de Innova, y yo les cuento que
tengo los Generales de la República esperándome
en la Presidencia.
Eso sí, el Gobierno no la va a dejar caer en
materia de seguridad. El objetivo es un país sin
criminales: un país sin criminales del narcotráfico,
sin criminales paramilitares, sin criminales guerrilleros.
El que por las buenas
quiera cumplir con acuerdos de paz, bien. El que crea
que los acuerdos de paz son simplemente
posibilidades para legalizar la criminalidad, está equivocado.
No la dejemos caer en eso, que el Gobierno no la va
a dejar caer.
Que Dios nos dé fortaleza para batallar en todas
las horas por una Nación libre de guerrilla, libre
de paramilitares, libre de narcotráfico, libre
de corrupción. Por una Nación emprendedora,
con innovadores como los premiados esta noche.
Felicitaciones a
los premiados, y a todos, mucho ánimo”.