CÁTEDRA ‘LAS
RELACIONES INTERNACIONALES DE COLOMBIA’
Febrero 08 de 2006 (Bogotá -
Cundinamarca)
Compatriotas:
Me complace mucho llegar
esta mañana a examinar
este tema con ustedes en la universidad Jorge Tadeo Lozano,
porque las universidades, en alguna forma, le van transmitiendo
al país los objetos científicos de su mayor
interés.
No hay duda que en la conciencia de los colombianos
empieza a quedar clara la idea en el sentido de que si
hay una universidad pionera en el tema de las relaciones
internacionales, es la universidad Jorge Tadeo Lozano.
Bien lo ha dicho
su Rector (Jaime Pinzón López),
cómo la universidad ha mostrado un interés
incomparable en el manejo de las relaciones exteriores
del país, a lo largo de muchos gobiernos.
Ha iluminado gobiernos,
ha criticado gobiernos, ha obligado a reflexiones y
a rectificaciones. Siempre le ha agregado
muchísimo a la política internacional.
Creo que, fundamental
en una democracia, es una universidad científica, crítica, democrática
y masiva.
Una universidad
no puede ser crítica si no es
científica. Hacer la crítica desde la cátedra,
sin rigor científico, desvirtúa lo que
es la universidad. La crítica desde la cátedra
no puede ser una crítica de discurso, no puede
hacer una crítica simplemente en el terreno de
lo emotivo, no puede ser una crítica simplemente
con cargas pasionales, tiene que ser una crítica
fundamentada en el estudio rigurosamente científico
de los temas y en aquellos, donde no es posible la total
objetividad porque hay un componente valorativo para
definirlo, la universidad crítica tiene que reposar
en el análisis científico de la menor subjetividad.
Y la universidad
crítica y científica,
en una sociedad democrática, tiene que ser de
masas e integrada a las masas.
De ahí el reconocimiento que debo hacer a la
tarea de la universidad Jorge Tadeo Lozano, de hacer
de la política internacional una política
de masas en Colombia. Creo que no hay una institución
académica que más haya contribuido a que
los colombianos, en su conjunto, se preocupen más
por la política internacional, que la universidad
Jorge Tadeo Lozano.
Voy a tomar la agenda
del Decano (Jorge Uribe Roldán)
y yo se que nos darán unos minutos para las discrepancias
de ustedes, los comentarios, las preguntas.
Seguramente en esta
primera parte no voy a tocar muchos de los temas que
despiertan el interés de ustedes
ni tampoco voy a ahondar en ellos a la manera como ustedes
quisieran, pero por eso en la segunda parte, el Rector
y el Decano nos coordinarán las preguntas y comentarios
de ustedes.
El Decano plantea
que la política internacional
de Colombia tiene lugar hoy en un complejo escenario:
de terrorismo, de choque de civilizaciones, de pobreza.
PLAN COLOMBIA
Es bien importante
anotar esto: la Constitución
de 1991 le ordenó al Estado Colombiano un especial énfasis
en la integración con los países hermanos
de Suramérica y los procesos políticos
y de relaciones internacionales, llevaron a que en el
año 2000 se firmara el Plan Colombia.
El Plan Colombia,
guste o no guste, produce un efecto objetivo que trasciende
el tema de las drogas y es el
perfeccionamiento de lo que yo llamaría una nueva
etapa de la alianza de Colombia con los Estados Unidos.
El Gobierno que
presido encuentra el Plan Colombia –que
se había suscrito en el 2002- y lo entiende, también,
como un nuevo escalón en la etapa de la alianza
con los Estados Unidos.
Debo advertir que
como candidato presidencial apoyé el
Plan Colombia. La opinión pública conoce
mis discrepancias con la política histórica
de seguridad en nuestro país, con temas como el
Caguán, pero mal haría en tratar de olvidar
o de ignorar que apoyé abiertamente el Plan Colombia.
Y el Plan Colombia
también nos suscitó muchas
reacciones con los vecinos. Particularmente encontré mucha
oposición en el vecindario suramericano y complacencia,
apoyo o silencio en el escenario centroamericano.
Entonces partimos
de dos hechos: el mandato constitucional de fortalecer
las relaciones con nuestros hermanos de
América del Sur y el Plan Colombia, ese nuevo
paso en la alianza con los Estados Unidos.
El Gobierno Nacional
ha procurado proceder como un aliado leal con los Estados
Unidos y un hermano solidario de
Suramérica. Y eso lo hemos adelantado en una política
internacional que ha buscado caracterizarse por la prudencia
en el discurso, la eficacia en los resultados, el apoyo
a la democracia, el compromiso con la cohesión
social y la apertura hacia todo el universo democrático
del mundo.
TERRORISMO
Nosotros hemos sido
muy cuidadosos en manejar allí dos
aspectos: una cosa es la lucha contra el terrorismo y
otra cosa es el respeto a la democracia y a la autodeterminación
de los pueblos.
La lucha contra
el terrorismo no se puede invocar para afectar la democracia.
La lucha contra el terrorismo
no se puede invocar para irrespetar la regla democrática
de otro país. La lucha contra el terrorismo no
se puede invocar para afectar en lo interior las libertades
públicas o para afectar en lo exterior el principio
de la autodeterminación de los pueblos.
Por supuesto, si
fuéramos a comparar las relaciones
internacionales de hoy, de lo que percibía en
la cátedra mi generación –cuando éramos
estudiantes de pregrado- en este punto resaltaría
la siguiente evolución: en aquella época
el principio fundamental era el respeto a la autodeterminación,
el respeto al principio de la no intervención.
Hoy, eso tiene un matiz nuevo: la exigencia de que todos
respeten la regla democrática.
Diría que un país, para exigir que se
respete su autodeterminación, para exigir que
frente a él se cumpla el principio de la no intervención,
tiene que tener un factor legitimante: su respeto interno
a la regla democrática. Eso no se consideraba
claramente a principios de los años 70’s
y hoy empieza a reconocerse como un principio universal.
Una cosa es la lucha contra el terrorismo asiladamente
y otra cosa es la lucha contra el terrorismo de la mano
del respeto a la democracia. Eso tiene implicaciones
en lo interno y en lo internacional.
Por eso en lo interno,
nuestra política la hemos
denominado de Seguridad Democrática, porque es
una política de lucha contra el terrorismo y contra
todos los factores de violencia, para profundizar la
democracia.
Mientras en otros
países del mundo, en nombre
de la lucha contra el terrorismo se cercenaron las libertades
públicas, aquí se han profundizado. No
porque las negara el Estado, sino porque hoy son más
eficaces, gracias al avance del Gobierno en contra del
terrorismo.
Mientras en otros
países del mundo la lucha contra
el terrorismo se invocaba como un pretexto para afectar
los derechos humanos, creo que Colombia ha logrado hoy
un gran avance en materia de derechos humanos.
Si ustedes preguntan
en la Procuraduría General
de la Nación, si preguntan en la Defensoría
del Pueblo, si conversan con las comunidades colombianas,
verán que todos los días hay más
reconocimiento de la Fuerza Pública, menos quejas
en materia de derechos humanos y eso nos legitima en
lo interno y en lo internacional.
Esa política de Seguridad Democrática,
como legitimante interno y como legitimante internacional,
requiere que esa política sea en beneficio de
todos los colombianos, independientemente de su afecto
o de su desafecto por el Gobierno, independientemente
de que sean líderes trabajadores o líderes
empresariales.
Y esto tiene una
gran importancia en la política
internacional.
CHOQUE DE CIVILIZACIONES
El libro del Choque
de Civilizaciones, que quizás
tendría en su mente el señor Decano cuando
enunció el tema como una de las características
complejas de la política internacional de hoy,
nos obliga a todos a oponernos al choque de civilizaciones,
con la actitud de respeto a civilizaciones.
Fundamental en la
política internacional de Colombia,
estimular el principio de respeto a las civilizaciones,
eso hace parte de nuestra trayectoria constitucional,
de nuestra trayectoria política. La alianza nuestra,
leal con los Estados Unidos, no se opone a que nosotros –con
los hermanos suramericanos- busquemos el entendimiento
con la Comunidad Árabe.
Hay que procurar,
en la teoría y en la práctica,
que el choque de civilizaciones lo confrontemos con el
respeto a las civilizaciones. Eso lo requiere el mundo.
El tema de la pobreza
es fundamental, nosotros no podemos tener hoy unas
relaciones internacionales retóricas,
todo paso económico en las relaciones internacionales
tiene que tener un objetivo: la eliminación de
la pobreza, la cohesión social.
Y estamos en la
Unión Suramericana, en el Grupo
de Río, fortaleciendo la Comunidad Andina, etcétera,
todo tiene que tener entre sus objetivos esenciales aquel
de la construcción de la cohesión social.
A medida hemos fortalecido
esa alianza con los Estados Unidos, que tuvo ese paso
en el año 2000 con el
Plan Colombia, hemos procurado –también-
fortalecer nuestra hermandad con Suramérica, con
la Comunidad Andina y construir hermandades reales que
eran retóricas o episódicas con los países
centroamericanos y profundizar aquella hermandad con
los países del Caribe.
En Colombia se quiso,
por parte de algunos, presentar como excluyente una
política de acercamiento con
los Estados Unidos, con una política de acercamiento
con Suramérica. Eso no es excluyente, es complementario
y necesario, más aún, si incurriéramos
en el error de tratar esas políticas como excluyentes,
quedaríamos retrasados.
Hace poco me hacía reflexionar mucho sobre el
tema, la decisión del Presidente de Uruguay, Tabaré Vásquez,
de pedirle a los Estados Unidos –independientemente
de MERCOSUR, sistema de comercio del cual Uruguay es
parte esencial- un Tratado de Libre Comercio bilateral
con Uruguay.
Cuando leí esta propuesta del Presidente Tabaré dije:
una razón de más para que Colombia no caiga
en la tentación de las polarizaciones, una razón
de más para que Colombia no caiga en el equivoco
de pensar que la alianza con los Estados Unidos es excluyente
con la hermandad suramericana.
Por ejemplo, cuando
nosotros –al principio del
Gobierno- empezamos a plantear el Tratado de Comercio
que hoy se negocia con los Estados Unidos, muchas voces
dijeron: ‘¿cómo van a hacer eso?,
se necesita es la Unión Suramericana’ y
estábamos dando dos pasos: el primero, el Tratado
de Comercio entre Comunidad Andina y MERCOSUR. Y el segundo,
la construcción de la Unidad Suramericana.
Hoy, ese Tratado
de Comercio de Comunidad Andina y MERCOSUR está firmado y está ratificado. El honorable
Congreso de la República, en el último
período, produjo la ley ratificatoria del Tratado.
Hace cuatro años ese Tratado no estaba en el horizonte
de las relaciones internacionales de Colombia.
Yo visité como Presidente Electo al Presidente
Cardozo (Fernando Enrique), teníamos con el Brasil
unas relaciones de cortesía, teníamos premeditadas
distancias en la actitud y totalmente alejada la posibilidad
de avanzar hacia nuestra integración económica.
Creo que logramos dar el paso de cambiar esa trayectoria
y el resultado esta a la vista, el Tratado de Comercio
entre Comunidad Andina y MERCOSUR, hoy es una realidad.
Pero no nos quedamos
allí, hemos venido fortaleciendo
nuestras relaciones políticas con Suramérica,
hacemos parte hoy, de la Unión Suramericana.
Lo que hemos pedido
es que no la burocraticemos, que avancemos hacia metas
prácticas de esa Unidad,
pero que las competencias para las tareas ejecutivas
o para las decisiones que deban tomarse en órganos
diferentes a la reunión de Presidentes, las asignemos
a un grupo coordinador de Comunidad Andina – MERCOSUR.
Estamos ante el
hecho de que hay dos resultados que muestran el fortalecimiento
de esas relaciones: Comunidad
Andina – MERCOSUR y la Unión Suramericana.
RELACIONES CON EL VECINDARIO
Pero no nos quedamos allí.
Entremos un poquito al terreno andino, nuestros hermanos.
- Panamá
¿Qué encontramos en el vecindario?: una
situación muy difícil con Panamá por
las permanentes incursiones de los grupos terroristas
de Colombia a Panamá y por los desplazamientos
de nuestros compatriotas del Chocó y del Urabá antioqueño,
expulsados por los grupos terroristas hacia Panamá.
Eso se ha superado
enormemente, verán ustedes
que en los últimos dos años y medio no
ha habido incidentes con Panamá, de esa naturaleza,
que se repetían de manera permanente. Infortunadamente
hace un mes, un ciudadano panameño fue secuestrado
en el Pacífico panameño, cerca de la frontera
con Colombia. Estamos ayudándole al gobierno de
Panamá para ver como eso se esclarece.
Hicimos todos los
esfuerzos para regresar desplazados, para proteger
Juradó, para proteger el área
de Capurganá, para proteger esa área de
frontera y vemos una situación más tranquila
con Panamá –ahora volveré sobre Panamá mirándola
en un mapa más grande el Plan Panamá Puebla-.
- Ecuador
Recuerdo mi primera
reunión con el Presidente
Gustavo Novoa. Además de una prensa muy irritada
en el Ecuador por el Plan Colombia, una opinión
pública muy desorientada en el Ecuador por el
Plan Colombia, aparecían unos factores comerciales
de mucha discrepancia.
¿Qué hemos hecho? Frente al Plan Colombia
hemos asumido una posición clara en el Ecuador.
Cuando visito Ecuador,
los periodistas ecuatorianos vienen a decirme que cuándo vamos a desmontar
el Plan Colombia y en lugar de estar el Presidente, acomplejado,
por ahí metido contra una esquina, agachando la
cabeza para que se queden ellos tranquilos, les digo:
muchachos, lo vamos a desmontar cuando terminemos la
droga, porque si no terminamos la droga en Colombia,
a nosotros nos va a destruir y a ustedes también.
Hemos hecho de manera
pedagógica y también
de manera sencilla y franca, una defensa del Plan Colombia
ante la opinión de nuestros países vecinos,
porque lo peor sería actuar allí con complejos,
morirse de la vergüenza del Plan Colombia, darle
la razón a los desorientadores.
Y entonces aparece el tema de las FARC, tan sensible
en el Ecuador.
El Presidente de
la República, en terreno ecuatoriano,
con toda franqueza ¿qué ha dicho?: dejen
de contemplar a esos bandidos, dejen de contemplar a
esos terroristas. Ni más faltaba que por ponerse
uno de cuidadoso, en una falsa cortesía internacional,
dejará de llamar las cosas por su nombre.
Al contrario, unas
relaciones internacionales de falsa cortesía,
son unas relaciones de apaciguamiento que no resuelven
problemas, sino que aplazan soluciones
y profundizan problemas.
Hay una realidad frente al Ecuador, que es transmitir
una firmeza en el sentido de que Colombia va a acabar
el terrorismo y va a acabar la droga.
En el aspecto comercial
hay dificultades todos los días,
diría que con tendencia a disminuir.
No faltan las dificultades
con el arroz. Ahora que esta la discusión del TLC (tratado de libre comercio)
con los Estados Unidos y que el arroz es uno de los temas
hipersensibles –apreciados compatriotas-, debo
recordar que es un tema de dificultad con la Comunidad
Andina y con el Ecuador, de todos los días.
El Ecuador es autosuficiente
y excedentario en arroz, Venezuela tiene años en que además de ser
autosuficiente es excedentario, además llegan
importaciones a Venezuela y Venezuela importa muy barato
a terceros países. Entonces el Ecuador quiere
colocar sus excedentes en nuestro mercado y por la frontera
de la hermana Venezuela, se nos filtra todos los días
arroz hacia Colombia.
No ha sido fácil manejar los legítimos
intereses de nuestros arroceros y al mismo tiempo, la
aspiración ecuatoriana, valida y legítima,
a la luz de la legislación andina, de colocarnos
aquí los excedentes de arroz sin arancel.
Le hemos dado a eso un manejo diario y creo que hoy
hay mejor entendimiento con ellos en esa materia.
Nos preocupaba mucho
también la ampliación
de la brecha comercial en la balanza bilateral. Hicimos
un esfuerzo de ofrecerle al Ecuador unos recursos de
nuestro Bancoldex para financiarles exportaciones a Colombia,
de tal manera que al estimular las compras colombianas
en el Ecuador, se vaya cerrando esa brecha que tanto
nos preocupa.
Con Ecuador y Venezuela
hemos buscado, que una agenda de incidentes de rifirrafes
periódicos –que
tanto gustan en los medios de comunicación- se
vaya tornando en una agenda práctica.
Por ejemplo, con
el Gobierno ecuatoriano –permanentemente-
estamos examinando el tema de cómo nos vamos a
defender en los tratados internacionales en materia de
propiedad intelectual. Y con el gobierno de Venezuela
tenemos una agenda práctica que venimos desarrollando.
Aspiramos que esas
agendas prácticas superen
las agendas de incidentes y de episodios, que al calor
de la problemática diaria de unas fronteras vivas,
tanto aprovechan los medios de comunicación para
crear susceptibilidades en las relaciones entre pueblos
hermanos.
Ahora, hay dificultades.
El gobierno de Ecuador, generosamente, nos ha ayudado
y allí se han capturado unos bandidos
de la FARC y han venido a Colombia. Pero estos terroristas
incursionan esa frontera, la violan y desde allá preparan
el asesinato de 22 soldados colombianos en Teteyé o
lo que pasó el domingo en La Victoria (Nariño).
Estos terroristas
incursionan en el Ecuador, se esconden allí, contra la voluntad del Gobierno ecuatoriano –el
Presidente (Alfredo) Palacio ha sido totalmente colaborador
con las instituciones colombianas- y desde allí vienen,
nos matan a los soldados en Teteyé o los policías
de Chiles o a los policías de La Victoria.
El domingo, nuestra
policía en La Victoria, fue
a requisar unas personas –en toda la frontera,
como se utiliza en esos puestos de frontera-, resultaron
ser unos terroristas de la FARC con unas metralletas
debajo de la ruana y nos mataron tres policías.
Nosotros confiamos
que un manejo franco de la situación,
al cual se acompaña el reconocimiento al esfuerzo
del Presidente Palacio, nos va a llevar a que nuestros
países vecinos entiendan que ese terrorismo no
es solamente enemigo de las instituciones colombianas,
sino enemigo de sus instituciones y de sus pueblos.
- Venezuela
Con la hermana República de Venezuela planteamos,
desde 2002, una agenda también práctica
en la idea de que las relaciones no se manejen en un
curso de incidentes, sino en una agenda práctica
permanente.
Acudimos a esa primera
reunión de Santa Marta
con el Presidente Chávez (Hugo) a proponer al
gasoducto de Ballenas, en La Guajira, a Maracaibo.
Miren compatriotas,
Colombia no tiene sino 7 teras cúbicas
de gas probadas, Bolivia 70, Venezuela 170. Ahí ven
ustedes la diferencia en las reservas de gas probadas
en uno y otro país, pero Venezuela no tiene todavía
gas en el occidente, sus grandes yacimientos están
del centro al oriente y necesita gas en el occidente.
Para estimular nosotros
la apertura, la explotación
de otros pozos en La Guajira, nos parecía muy
importante –también- ofrecerle la posibilidad
a Venezuela que ellos tengan gas colombiano en el occidente,
mientras conectan al occidente con el oriente del país.
Nos hemos demorado
todos estos años de Gobierno
para sacarlo adelante, ya parecer que es un hecho. Ha
habido muchas discusiones, finalmente hubo que resolverlas
con una decisión política.
Venezuela decía: ‘hagámosla los
dos países’, nosotros no teníamos
el presupuesto. Propusimos que lo hiciera un tercero,
privado, Venezuela no estuvo de acuerdo. Finalmente tomamos
la decisión política que lo haga el estado
venezolano a través de la empresa que quiera,
parece que lo va a construir PDVSA (Petróleos
de Venezuela S.A.) en un gesto de confianza con la hermana
República de Venezuela.
Ellos lo van a construir
y lo van a operar y nosotros les venderemos gas para
sus ciudades de occidente. Y
en el futuro, cuando ellos tengan conectado su occidente,
el compromiso es que le venden gas a Colombia, que a
pesar de que esté en una tarea exploratoria bien
importante, no tiene sino 7 teras cúbicas de reservas
probadas de gas.
En esa agenda práctica ha entrado también
el fortalecimiento de la interconexión eléctrica.
Hicimos lo del Puerto Carreño –que lo había
iniciado mí antecesor, el Presidente Pastrana
(Andrés)- y ahora estamos buscando conectar algunas
poblaciones fronterizas como: San Fernando de Atabapo,
en Venezuela, con Puerto Inírida. Seguimos en
esa tarea.
Esta la oferta de
Venezuela de que ellos construyan a través del territorio colombiano un gasoducto
o un poliducto, para poder sacar sus combustibles al
Pacífico. Ellos están buscado un socio
en China para hacer esa inversión, tienen toda
la disponibilidad de Colombia.
Ustedes saben que
las posibilidades de exportación
de carbón de Norte de Santander son inmensas,
hemos estado buscando mejorar la salida de Norte de Santander
a los puertos venezolanos, lo que implica hacer unos
puentes –ya instalamos un puente militar- y lo
que implica mejorar unas vías en parte del territorio
venezolano.
En esa tarea vamos:
una agenda práctica común,
bien importante.
- Centroamérica
Panamá: no sé qué paso con las
relaciones de la hermana Panamá en el último
siglo, es muy importante un estudio muy profundo de parte
de ustedes, porque hay muy buenas publicaciones, sobre
todo de aquello que antecedió a la separación
de Panamá, pero todavía no se conoce –para
analizar- qué paso en el último siglo con
Panamá. A ratos me parece que fueron calidas,
a ratos me parece que fueron de indiferencia, a ratos
me perece que no les importábamos y que no nos
importaban.
Nosotros empezamos
a asignarle toda la importancia a esas relaciones,
allá hay un gran reconocimiento
a la tarea del Gobierno del presidente López Michelsen
(Alfonso), por el apoyo al Tratado de Torrijos – Carter,
pero nos falta un estudio completo porque ese primer
siglo, después de la independencia de Panamá,
la conclusión es que deberíamos estar mucho
más integrados.
Acudimos a la celebración de ese Centenario (en
noviembre de 2003), en ese acto habló la Presidente
de Panamá (Mireya Moscoso) y hablé yo,
en nombre de los colombianos. Encabecé unas palabras
que dirigí allá, citando el acta de independencia
de Panamá, donde saludan a Colombia como su hermana
mayor y ellos declaran que han llegado a la mayoría
de edad y que necesitan disponer solos, a partir de este
momento.
Y hemos estado trabajando
con la hermana República
de Panamá para la integración de Colombia
al Plan Panamá –Puebla.
La integración de Colombia al Plan Panamá – Puebla
es fundamental por muchas razones y también por
otras. Colombia tiene que cumplir el papel de articulador
de la Unión Suramericana y la Comunidad Andina,
por un lado y Centroamérica por el otro. Y el
camino tiene que ser un camino práctico, me parece
que la agenda del Plan Panamá – Puebla es
una agenda práctica bien importante.
A mí me sorprende gratamente el avance en madurez
democrática de Centroamérica, me sorprende
gratamente el manejo gerencial y no retórico de
la unión entre los países centroamericanos,
me sorprende gratamente cómo les preocupa más
avanzar en resultados, que en el lanzamiento del discurso.
Les confieso que
como Presidente de los colombianos tengo la más grata impresión de cómo
ha venido evolucionando la unión entre los países
centroamericanos, alrededor del respeto a la regla democrática
y alrededor del propósito de que Centroamérica
salga adelante en materia de productividad, competitividad,
erradicación de la pobreza, construcción
de cohesión social.
Ya ingresamos al
Plan Panamá - Puebla como miembro
observador y los Presidentes de Salvador (Elías
Antonio Saca), Guatemala (Oscar Berger) y el nuevo Presidente
de Honduras (Manuel Zelaya), se han comprometido a liderar
la presentación de la proposición de Colombia
para ser miembro de pleno derecho.
El Plan Panamá – Puebla
es un plan muy ambicioso, para no hablar sino de un
campo, el de la
infraestructura.
¿Qué estamos buscando en el Plan Panamá – Puebla?:
que tengamos la interconexión eléctrica
para el año 2008, si Panamá toma unas decisiones
en los próximos días, podremos cumplir
con eso en el 2008, si no se nos aplaza, es fundamental.
Estamos buscando
la integración del gas, donde
Colombia, con sus pocas reservas, no puede ofrecerse
como el gran proveedor de Centroamérica, pero
si como el paso, para que reservas tan importantes como
las de Venezuela y más a delante las de Bolivia,
encuentren en el mercado centroamericano un gran destino
de ese gas.
Confiamos en dos etapas: primero, un envío de
gas en barcazas, gas licuado, en contenedores especiales.
Y segundo, la construcción del gaseoducto.
El tema de la carretera
quedó en leyes y en el
olvido. Mi percepción es que la oposición
no está dada por el gobierno de Panamá sino
por su opinión pública. Hemos buscado que
los medios de comunicación de Colombia hagan un
gran esfuerzo con los medios de comunicación de
Panamá, para orientar a la opinión pública
sobre el imperativo de esa carretera.
Les decía en Panamá: ‘¿por
qué nos van a castigar a las generaciones presentes
a tener que ver esa carretera desde el cielo?, déjenla
hacer’. Además, con la educación
ecológica de los pueblos, la gente quiere tener
hoy la posibilidad de ir a los santuarios ecológicos,
no a destruirlos, sino a ayudar a preservarlos.
Un santuario ecológico a distancia, aislado,
con presencia de terroristas, donde no pueden ir los
universitarios, donde no hay manera para que vaya turismo
científico, el día que el mundo lo descubra,
lo va encontrar destruido.
Mucho más importante para cuidarlo, que allá haya
paz, que no haya terroristas y que haya una vía
de comunicación. Yo diría que uno de los
objetivos de la política internacional de Colombia
tiene que ser una tarea persuasiva de la opinión
pública panameña sobre esa carretera y
no la puede hacer el Gobierno, el gran actor colombiano
deben ser nuestros medios de comunicación.
Creo que es un gran
reto a los medios de comunicación,
porque a los medios de comunicación –muchas
veces- les gusta, en materia de relaciones internacionales,
es incitar a peleas, en lugar de vivir incitando a peleas,
que ayuden a estas integraciones. Sería formidable
que los medios de comunicación de nuestra Patria
ayudaran –en alianza con los medios de comunicación
de Panamá- a crear conciencia en la opinión
pública panameña sobre la necesidad y conveniencia
de esa carretera.
Ahí hay un tema bien delicado, que es el tema
energético.
Venezuela le está vendiendo petróleo,
en condiciones generosas de financiación, a varios
países: a Cuba, a República Dominicana,
ha hecho trueque –recientemente- con Argentina,
también con Uruguay y, la posición colombiana
es: a nosotros nos corresponde oponernos a eso, sino
buscar que los países que no tienen esas soluciones,
las puedan tener.
Lo que he dicho
es: ¡qué bueno!, que Venezuela
le pueda ayudar a Cuba y a Republica Dominicana, pero
busquemos también cómo se le ayuda a los
países centroamericanos que no tienen petróleo
y que no tienen gas.
Entonces hemos venido
estimulando y apoyando la iniciativa Mexicana para
resolverle problema de suministro energético
a Centroamérica.
La tesis nuestra
es: en lugar de ponernos a criticar la política de Venezuela, busquemos cómo
se le ayuda a aquellos que no han recibido ayuda, como
son los centroamericanos. Nos parece pertinente la iniciativa
de México.
Y ahora queremos
que esa iniciativa se sumen Estados Unidos, España y Francia y los bancos multilaterales. ¿Cuál
es el peligro?: que los países centroamericanos,
por pagar la canasta energética, vean sucumbir
sus democracias y vean posponerse las Metas del Milenio.
Nuestro temor es
que ese problema energético
cree en Centroamérica un caos social, de tal magnitud,
que ponga en riesgo la estabilidad democrática.
Y que nuestros hermanos centroamericanos, por tener que
pagar la canasta energética, no pueda pagar cumplir
con los presupuestos para financiar las Metas Sociales
del Milenio.
Por eso hay que
buscar cómo trabajamos allí,
sin que nosotros estemos en el paraíso, porque
nuestras reservas de gas son pocas y a pesar del gran
aumento en la búsqueda de petróleo, en
este Gobierno todavía no hay hallazgos significativos
y subsiste el riesgo de que siga declinando la producción
en Colombia, que perdamos los excedentes exportables
y que lleguemos, en algún momento, a perder la
autosuficiencia.
Pero vemos otra
perspectiva enormemente importante con Centroamérica, que es la búsqueda común
de alternativas energéticas. Algunos de los países
centroamericanos ya tienen magníficas experiencias
en energía geotérmica y habrá que
buscar cómo trasladamos esas experiencias acá.
Y lo que nosotros
estamos haciendo, este país
ya esta empezando a producir – ya no es una promesa,
es una realidad, el Gobierno dio todos los pasos, faltaba
que estaban en pruebas en dos de las plantas de las cinco
que estimuló el Gobierno con nuestra ley general
de estímulos a la producción de alcoholes
carburantes. En pocos días –me ha dicho
el Ministro de Minas (Luis Ernesto Mejía)- ya
vamos a tener la producción de un millón
300 mil litros de alcohol carburante. Ya Bogotá empezó a
sentir ese alivio porque la producción empezó a
llegar a Bogotá, la mezcla ayuda ambientalmente
y también redujo el precio y confió que
este año Colombia tenga la primera planta de producción
de biodisel.
Si ustedes me preguntaran
un renglón económico
en el que Colombia tenga futuro, sin vacilación
les diría: la producción de combustibles
biológicos y en eso tenemos que trabajar con Centroamérica
para traernos desde allá toda la experiencia en
geotérmica y para llevar desde aquí, la
experiencia que empezamos a tener en alcohol carburante
y lo que estamos haciendo para tener en pocos días
el tema del biodisel.
- Países
del Caribe
La agenda con el
Caribe es de trascendental importancia. La verdad es
que el apoyo del Caribe a la elección
de Luis Alberto Moreno como presidente del BID (Banco
Interamericano de Desarrollo), es muy significativo,
un gesto de confianza en Colombia.
Y fue un gesto de confianza de lo que Colombia hace,
discretamente en el discurso pero eficaz en los resultados,
para no polarizar y para ayudar a todo el Continente.
Es bien importante
que los analistas de la política
internacional de este Gobierno, se pregunten en algún
momento cómo se ganó la elección
de Luis Alberto Moreno, porque eso no es un hecho fortuito
ese es el resultado de toda una política internacional,
de construcción de confianza. Esa es una respuesta
muy importante para indagar a los interrogantes sobre
nuestra política internacional.
- Países del Pacífico
Hemos pedido que
en la reunión de 2007, cuando
los países de la Cuenca del Pacífico van
nuevamente a considerar solicitudes de nuevos socios,
que están hasta este momento congeladas, se considere
la inclusión de Colombia que en alguna forma fue
rechazada, anteriormente.
Tenemos todo el
interés de que ese viejo sueño
colombiano, esa necesidad más que un sueño,
de incursionar en la Cuenca del Pacífico, se convierta
en realidad.
RELACIONES CON EUROPA
Los apoyos a nuestros procesos de paz en Dinamarca,
Noruega, Holanda, Suecia, son gestos muy significativos
de Europa.
Mis críticos esperaban que un Gobierno presidido
por mí, signado de paramilitar, de derechista,
fuera en Europa pasado por la hoguera. ¡Por supuesto,
no fue fácil aquella intervención en el
Parlamento Europeo hace dos años!, pero Europa
ha venido ganando confianza en nuestra vocación
democrática, ven que nosotros manejamos las cartas
sobre la mesa.
Europa ha venido
ganando confianza en que nuestra política
de seguridad conlleva dos mensajes: un mensaje de amenaza
y autoridad a los que persistan en el terrorismo y un
mensaje de confianza a quienes hagan la paz.
Señores, la política de seguridad que
los combate, mientras persistan en la violencia, es la
misma que habrá de protegerlos en los momentos
que hagan la paz.
Los temas con Europa,
algunos han tratado de ponerlos muy difíciles, pero diría
que las grandes contradicciones que han podido hacer
este Gobierno se
han superado y favorablemente.
- Ley de Justicia y Paz
Lo que iban a decir
sus opositores (a la ley) a Washington y a Europa,
nos creaba muchas dificultades. Europa empieza
a ver que en el mundo no hay una legislación comparable,
en materia de paz, justicia y de reparación a
las víctimas. No es un texto jurídico perfecto,
pero es el texto jurídico que más ha avanzado
en ese equilibrio.
Y la pregunta que
he formulado a la comunidad internacional es: empecemos
a pensar, no tanto en las críticas
a esta Ley, como en la legislación que se va a
necesitar frente al ELN y frente a la FARC. Porque, a
la comunidad internacional le han dicho mis críticos: ‘la
Ley de Justicia y Paz es una ley de impunidad frente
a los paramilitares’ y cuando a muchos de mis críticos
les preguntan: ¿y qué se va a hacer con
la del ELN y la FARC?, contestan: ‘ah, eso es otra
cosa’.
En resumen, quienes han dicho ante la comunidad internacional
que es una ley muy suave frente a los paras, han dicho
que es muy dura frente a la guerrilla. Y eso tiene que
ser igualito.
Yo no veo, en las
circunstancias nacionales e internacionales de hoy,
manera de establecer diferencias entre las atrocidades
de unos y las atrocidades de otros. El país se
tiene que preparar.
El ELN ha dicho –continuamente- que ellos necesitarían
amnistía e indulto para todos los delitos.
La FARC dice que
no reconocen el Estado colombiano, que por ende no
reconoce que sus conductas tipifiquen
delitos a la luz de la legislación colombiana.
¿Qué pasará en
el futuro en procesos de paz con el ELN y con la FARC?
Yo creo que el país
tiene que empezar a pensar en esos escenarios y a comunicarlos
a la comunidad internacional.
Pienso que nuestra
política de seguridad, con
todos los errores, es una política de buena fe
democrática, tiene resultados muy importantes
a pesar de los que faltan: desmovilizadas más
de 25 mil personas, todo ese grueso del paramilitarismo
que encontró este Gobierno en plan de desmovilizarse,
tendría hoy la esperanza –con lo sucedido
en las últimas semanas- que estemos en la víspera
del desmote de la estructura paramilitar que encontró este
Gobierno.
Además se
han desmovilizado alrededor de 6 mil guerrilleros.
En estos días hablaba con mi buena amiga, la
senadora Piedad Córdoba –yo habló con
ella, el debate colombiano tiene que ser un debate menos
agrio en lo personal y más amable, franco y fraterno-
y le decía: bueno, Piedad, yo no hice sino tratarte
bien en la gobernación de Antioquia, te he respetado
profundamente siempre, ¿por qué esa actitud
tan dura? Y me dice: ‘es que tengo diferencias
contigo’, le dije: ‘¿en qué?’ y
se puso a pensar: ‘en Seguridad Democrática’ y
le dije: ‘pero qué raro, antes llegabas
al país, ahí mismo te amenazaban y tenías
que pasar meses en Canadá o en otra parte. Yo
te veo ahora feliz en Colombia, haciéndole oposición
al Gobierno que presido, todo el mundo te protege, ¿entonces
cuál es la diferencia?, ¿cuál es
la crítica a esta política de Seguridad
Democrática?’ Quedamos de continuar el diálogo –y
le pido a los amigos de comunicación aquí presentes,
que esta notica me la presente amablemente porque yo
no dejaré de hacer esfuerzos persuasivos-.
Esta política de Seguridad Democrática
ha tenido buenos resultados, todo lo que falta y todos
los días hay dolores de cabeza. Mientras estábamos
en Puerto Asís (Putumayo), el lunes, en un consejo
de seguridad, mirando toda esa arremetida contra nuestro
Ejército y contra el Putumayo, encabezada por
Raúl Reyes, los incidentes de la zona de frontera,
llegó la noticia de los policías que nos
habían asesinado en ese gran proyecto de erradicación
que es La Macarena.
A esto todavía le falta, pero hoy tenemos un
reto que es reinsertar más de 25 mil desmovilizados.
Culminar el desmote de esa estructura paramilitar que
encontramos, y creo que eso es muy importante, porque
el mundo nos debe juzgar más por los hechos y
por los resultados, que por los discursos de nuestros
contradictores.
La FARC decía que una de las razones por las
cuales no hacía la paz en Colombia era por la
existencia de los paramilitares, ¿qué va
a decir apenas se culmine el desmonte de esta estructura
paramilitar?
Ahora, esto no ha
sido liberalidad a los paramilitares, yo tengo mi balance
frente a ellos: más de 1.500
paramilitares dados de baja.
Yo, que creo ser
el Presidente de Colombia que más
ha conversado en privado y en público con la Fuerza
Pública, yo no me pongo el camuflado por respeto
a los policías y soldados, pero ellos saben que
debajo de este everfit, hay una carne y unos huesos de
policía y soldado y en mis permanentes conversaciones
con ellos he sido muy cuidado para que cuando salga de
la Presidencia, puedan decir: ‘Uribe, ni en público
ni en privado nos dio mal ejemplo. Las instrucciones
del Presidente que más ha ejercido como comandante
de las Fuerzas Militares han sido agresividad y transparencia,
por igual a guerrilla y a paramilitares’.
Una cosa es hablar
de los paramilitares en cócteles,
otra cosa es asumir el gobierno y poder decir hoy que
le hemos dado de baja a más de 1.500 y que se
ha venido desmontado esa estructura, como el país
lo ha registrado y que estamos en la víspera de
que se acabe esa estructura.
Es un gran reto,
cómo vamos a reinsertar y ahí nos
tiene que ayudar la comunidad internacional. Es un punto
fundamental de nuestra política internacional
ahora, que la comunidad internacional nos ayude en la
reinserción.
Hoy, de 19 mil paramilitares,
más los que desmovilicen
en las próximas semanas, 6 mil guerrilleros y
eso crece todos los días, mañana de los
otros grupos. Eso cuesta mucho y es muy difícil.
Alguien me decía: ‘cuidado Presidente,
no vayan a fracasar en esa reinserción porque
entonces todos esos tipos, desarticulados, cada uno va
a delinquir por su lado, van a pasar de una criminalidad
organizada a una criminalidad lumpenizada. ¡Que
tema tan difícil! Por eso estamos haciendo enormes
esfuerzos en materia de reinserción.
Ayer definíamos con la gerente de Empleo y Reinserción,
Julia Gutiérrez de Piñeres (del SENA),
vincular 15 a 20 mil muchachos de estos como auxiliares
cívicos que dependan de la Policía Nacional,
no armados, para ayudarnos con el cuidado de carreteras,
de parques, de estadios, de teatros, parques naturales,
sitios de ecoturismo, zonas de desastres.
¿Ustedes saben cuánto cuesta este año
la atención a desplazados?, ¿la atención
a reinsertados y las Familias Guardabosques?: Billón
y medio de pesos. La atención a desplazados cuesta
este año 880 mil millones (de pesos), el año
pasado costó 449 mil (millones de pesos). En pesos
de hoy, antes costaba 80 mil millones (de peso) por año,
o sea que este año queda multiplicada en 10 veces.
Y todo eso requiere un gran apoyo de la comunidad internacional.
Nosotros necesitamos
que la comunidad internacional se vuelque a ayudarnos
en este proceso y tengo que agradecer
porque ya muchos países, que pudieron tener mucha
resistencia frente al Gobierno que presido, han empezado
a mostrar su confianza en esta política y nos
quieren ayudar en todo lo de la reinserción.