ASCENSOS DE OFICIALES DE LA ARMADA
NACIONAL
Junio 09 de 2006 (Cartagena
de Indias – Bolívar)
Compatriotas:
Acudimos esta noche al campo
de parada de la Escuela Naval Almirante Padilla para
asistir a un acto bien
importante para la Patria, dos Capitanes de Navío
ascienden hoy al grado de Contralmirante y 34 jóvenes
compatriotas se gradúan como tenientes.
Que importante saber que los
capitanes de navío
Hugo de Jesús García de Vivero y José Benjamín
Manzanera Rodríguez han aprobado una larga vida
al servicio de la Patria a través de la Armada
y hoy merecidamente reciben el ascenso a Contralmirantes
de la República. A ellos todas nuestras felicitaciones,
nuestra voz de aliento, nuestro estímulo para
la tarea que de ahora en adelante la Patria espera
cumplan con la misma vocación y siempre con
mejores resultados a sus familias.
Al señor Contralmirante Hugo de Jesús
García de Vivero lo acompañan Ana María,
su señora, sus hijos, el cadete Felipe Andrés
y Vanesa. Cuando le entregábamos el bastón
de mando de Contralmirante quien lo acompañaba
y traía ese bastón es su hijo, el cadete
Felipe Andrés. A la señora a los hijos,
nuestra felicitación y nuestra gratitud, como
a sus padres Hugo García González y Albertina
de Vivero Amador.
Cuanto sufren las familias
de los integrantes de la Armada y de todas las fuerzas
de la República
por el trabajo abnegado de ellos, por su permanente
exposición al riesgo, por su obligación
de no eludir sacrificios para el bien de la Patria.
No se sabe que es más
importante si la tarea de los Contralmirantes o el
apoyo de sus familias.
Ambas, esa tarea y ese apoyo, reclaman toda la gratitud
de la Patria.
Y hoy ascendemos a Contralmirante
al señor
Capitán de Navío José Benjamín
Manzanera Rodríguez, quien cumple una tarea
bien especial para la Patria en Puerto Leguízamo,
en el Putumayo, recuperando el poder soberano del Estado
para las fuerzas legítimas de la democracia.
Muchas felicitaciones Contralmirante Manzanera Rodríguez,
a usted, a su señora Adriana, a sus hijos Alejandro
y Santiago, a sus padres José Benjamín
y doña Luz, a esta familia nuestra gratitud
también inmensa. Ese es un sacrificio muy grande
el de entregar los hijos a este servicio de la Patria,
en una Patria flagelada y martirizada por las acciones
de los violentos en la cual se hace un gran esfuerzo
corriendo todos los riesgos en la vida y en la integridad
por parte de quienes portan las armas de la República.
Y nos congregamos para graduar
como tenientes a 34 compatriotas que reflejan lo
mejor de la juventud colombiana.
Una juventud estudiosa y seria, trabajadora, responsable.
Y en este caso, una juventud resuelta a servir al bien
superior de la Nación, el rescate de la paz
y la protección de la paz, para que sea perdurable
Veinte de nuestros graduandos
corresponden a la promoción
de la Escuela, y otros 14 son colombianos que habían
cursado una profesión anterior, y que después
de haber obtenido ese grado, han acudido a la Escuela,
y esta noche -después de un año adicional
de estudios- también se les gradúa como
tenientes de la Armada.
¡Qué bueno esta promoción
donde se combinan quienes han hecho toda su carrera
en la
Armada, con aquellos que vienen de universidades donde
cursaron otras profesiones y por voluntad propia, por
entusiasmo de servicio a Colombia, se vinculan a la
Armada y esta noche reciben el grado de tenientes!
Todos, de las mejores calificaciones;
todos, por sus condiciones morales, por su formación,
por su valor civil, despiertan el optimismo de los
colombianos.
En ustedes, 34 graduandos,
ponemos los colombianos toda la fe, toda la esperanza
de que esa espada que
les hemos entregado, esa espada sucedánea de
la del Libertador, es el emblema del valor con que
ustedes forjarán la paz de Colombia, para que
las nuevas generaciones puedan vivir felices.
Me sentí muy honrado, estimulado en el cumplimiento
del inmenso honor de Presidente de la República,
al entregarles la espada, notar el vigor con que las
recibían en sus manos, mirarlos a los ojos y
encontrar en ustedes un ceño fruncido de compatriotas
comprometidos, una mirada altiva, siempre en frente,
unos colombianos dispuestos a ofrendarlo todo por la
Patria.
Define la Armada, destacar
con la medalla Francisco José de Caldas, al alumno más destacado
de la promoción. Ha correspondido al teniente
Millerson Galvis Ramírez, oriundo de la ciudad
de Cali.
¡Muchas gracias teniente, por representar tan
bien a su generación y a sus compañeros!
¡Con cuánta esperanza abandonaremos esta
noche este campo, con cuánta esperanza en lo
que será su fructífera labor y la de
sus compañeros!
Desde aquí hacemos llegar
a su padre enfermo nuestro saludo afectuoso.
¿Dónde está doña Eduviges
Ramírez? Yo la había saludado por allí. ¿Y
doña María de Jesús? A las dos,
la madre y la abuela, un aplauso que se los hacemos
llegar desde el alma.
Ellas, la madre y la abuela,
de Millerson Galvis Ramírez,
nuestro teniente, representan las familias de estos
34 graduandos.
Apreciadas mamás, apreciados papás,
apreciados familiares, muchas gracias por este sacrificio,
por esta entrega de sus hijos a la más noble
tarea de la Patria: la consecución de la paz.
En nombre de todos los papás y mamás
de Colombia, con ese sentimiento de papá, que
no se alcanza a adivinar sino cuando el Creador da
la oportunidad de sentirlo en la realidad del hijo,
permítanme que los aquí presentes en
nombre de todos los colombianos hagamos llegar a ustedes
nuestro aplauso sincero de nuestra gratitud.
He tenido en estas semanas
la gratísima oportunidad
de asistir en una ocasión a la Escuela José María
Córdova, a graduar una promoción del
Ejército; a la Escuela Francisco de Paula Santander
en dos ocasiones, a graduar una promoción y
a unos ascensos, como el ascenso del señor general
Alberto Ruíz a mayor general y la gratísima
oportunidad de acudir esta noche a este campo de parada
de la Escuela Almirante Padilla.
A lo largo de estos últimos días hemos
venido proponiendo unas reflexiones en estos campos
de parada, unas reflexiones sobre el bienestar de los
integrantes de las fuerzas, unas reflexiones sobre
esa compañera inseparable de la eficacia que
es la transparencia para que se construya credibilidad
permanente, unas reflexiones sobre las relaciones entre
la justicia penal militar y la justicia ordinaria,
unas reflexiones sobre lo logrado y también
sobre aquello que falta.
En los últimos años logramos avances
en algunos aspectos de seguridad social. Por ejemplo,
se mejoraron las condiciones de acceso a la pensión
de sobrevivencia y las condiciones de acceso a la pensión
por incapacidad. Además, se decretó y
empezó a pagarse la prima de orden público
a los soldados profesionales.
Ahora, nos tocan nuevos pasos.
El señor Ministro
está tramitando el decreto para simplificar
las condiciones de acceso al subsidio de vivienda para
que esté más al alcance de la vida de
las expectativas de los integrantes de nuestras fuerzas,
la posibilidad de adquirir vivienda.
Y confiamos que en las próximas semanas, quede
perfeccionada la alianza estratégica entre las
diferentes cajas del Ministerio y de las Fuerzas con
el Fondo Nacional del Ahorro para dar otra oportunidad
de acceso de vivienda en las mejores condiciones crediticias
a los integrantes de las fuerzas.
Esa tiene que ser una tarea
incesante porque de la misma manera como los colombianos
y el Gobierno que
represento como expresión del pueblo, tenemos
que exigir diariamente más eficacia en el cumplimiento
del deber de ustedes y también tenemos que acompañar
más y más con nuestra solidaridad esa
abnegada tarea que ustedes desarrollan.
Hemos hablado en estos días del trípode
que garantiza nuestra seguridad: la eficacia de la
fuerza pública, su adhesión a la Constitución
como garantía de transparencia y la cooperación
ciudadana.
Hemos hablado a lo largo de
estas últimas dos
semanas, sobre la necesidad de que la fuerza pública
colombiana todos los días le de al país
nuevas, renovadas y vigorosas señales de eficacia
y de transparencia.
Hemos dicho que el mandato
recibido de los colombianos, nos impone la obligación de que esta lucha por
la paz no se prolongue indefinidamente en el tiempo
sino que se cristalice en un resultado positivo, en
breve. ¡Que compromiso tan grande!
Pensaba yo en ustedes, señores generales y
señores almirantes, la noche de la elección
presidencial del 28 de mayo cuando las matemáticas
confirmaban el veredicto de la democracia, empezaron
a rondar por mi mente y por mi ser los superiores compromisos
con la patria y pensaba yo en ustedes como los compañeros
necesarios para cumplir la obligación emanada
del veredicto de la Patria de rescatar, rápidamente,
ya sin demoras, la extraviada paz que el país
añora con angustia.
Y a lo largo de estas semanas,
reflexionando sobre Jamundí, sobre las decisiones que tomamos después
de esa tragedia, hemos reiterado que es posible perder
batallas militares o policivas pero que no se puede
perder la batalla de la confianza. Un revés
militar o policivo es inevitable pero hay que evitar
a toda costa un revés en la batalla de la confianza.
En los estados democráticos de opinión,
la seguridad se sustenta en la confianza del pueblo
a las instituciones competentes para deparar esa seguridad.
Estos son temas que hemos tratado en extenso en los
días anteriores y hoy quiero repetir aquí algo
a lo cual me referí esta mañana en la
Escuela General Santander en Bogotá: la reinserción,
nuevas bandas criminales, esfuerzos adicionales de
las diferentes fuerzas.
La reinserción es uno de los primeros imperativos
de la coyuntura nacional. La cifra, rebasa cualquier
expectativa previa, si hace cuatro años, algún
compatriota me hubiera preguntado si en el 2006, al
terminar este Gobierno, sería posible contar
con más de 30 mil reinsertados, la sola mención
de la cifra en la pregunta, me habría abrumado
y habría sido incapaz de responder afirmativamente,
pero, por el heroísmo de ustedes, los integrantes
de la Armada, de los policías, de los soldados,
de la Fuerza Aérea, del DAS, Colombia ha logrado
tener más de 30 mil desmovilizados, casi 40
mil, más de siete mil de ellos son de la guerrilla,
el resto de los mal llamados paramilitares.
Esa cifra, superior a siete
mil, de desmovilizados provenientes de la guerrilla,
supera la sumatoria de
las anteriores desmovilizaciones, alrededor de 900
del M-19 que entregaron menos de 300 armas, más
aproximadamente dos mil del EPL, más un pulsado
de compatriotas del Quintín Lame, y otros de
la corriente de renovación socialista, no ascienden
a cuatro mil, ahora, más de siete mil guerrilleros
y alrededor de 30 mil paramilitares.
Una cifra difícil de imaginar y es muy difícil
el tránsito logrado de la acción armada
terrorista en que se encontraban a la desmovilización
que han aceptado, y enormemente difícil el tránsito
que espera de la desmovilización a la reinserción.
Los gobiernos, tienen que ser
concientes del tamaño
de las responsabilidades, y estar ajustando las estrategias
para cumplir bien esas responsabilidades. Por eso,
en relación con la difícil tarea de la
reinserción, hemos tomado la decisión
de crear una Alta Consejería en la Presidencia
para que asuma las responsabilidades de la reinserción,
que esté en permanente coordinación con
el Ministerio del Interior y de Justicia, en permanente
coordinación con la oficina del Alto Comisionado,
en permanente coordinación con la comunidad
internacional que nos quiere ayudar y con todos los
estamentos de la comunidad internacional, porque tamaña
tarea exige asistencia sicológica, la oferta
educativa, de capacitación técnica, recursos
de crédito, apoyo a proyectos de emprendimiento,
búsqueda de oportunidades laborales.
Aspiramos que un colombiano,
con entusiasmo y amor por la Patria, con ganas de
prestarle servicios superiores
a la Patria, asuma dentro de algunos días la
responsabilidad como Alto Consejero Presidencial para
la Reinserción, una de las mayores responsabilidades
de la Colombia del presente donde hay que llevar a
cabo la combinación de funciones para concebir
el programa con una eficaz tarea operativa para ejecutarla.
Los gobiernos tienen que revisar
permanentemente los procesos. Hemos recibido quejas
en el sentido de que
el monitoreo o seguimiento a los desmovilizados tiene
fallas, lo divido en dos: una parte, es el seguimiento
para pagarles el estipendio mensual para que acudan
a los centros de formación, al SENA, otra parte,
es el monitoreo o seguimiento para verificar que su
conducta se ajuste a la ley, que no haya reincidencia
en el delito; en esta segunda se han presentado fallas,
por eso, en el día de ayer tomamos la decisión
de que la Policía Nacional haga el monitoreo
a los desmovilizados, el seguimiento que verifique
que sus conductas se ajusten a la ley, que no reincidan
en el delito.
El señor general Jorge Daniel Castro Castro,
comandante de la Policía, todos los altos oficiales
que a él lo acompañan, los comandantes
de las regiones, de los distritos, de las áreas
metropolitanas, de los municipios, bajo la comandancia
del general Castro Castro, deben organizar en las próximas
horas la manera de realizar esa tarea de monitoreo
y le van a entregar al Gobierno y al país, durante
los cinco primeros días de cada mes, el reporte
de cómo ha sido el desempeño en materia
de ajuste a la ley de los desmovilizados.
Los colombianos todos, tenemos
fe, que será una
tarea proba y eficaz de la Policía y que contribuirá muy
positivamente a la credibilidad en el proceso de desmovilización
y de reinserción.
Además, debo repetir esta noche, que el Gobierno
ha venido haciendo esfuerzos, para instalar puestos
de Policía para conducir brigadas militares
a los sitios en donde se han presentado las desmovilizaciones.
En ellos ha habido quejas y temores, en unas partes
el temor ya no susurrado en baja voz sino expuesto
al oído de todos los colombianos, de los moradores
de regiones que decían, desmovilizados los paramilitares ¿quién
nos protegerá?.
Hemos sido persistentes en
la pedagogía de
que ningún grupo irregular puede legitimarse
como protector del pueblo, que la única protección
a la cual podemos aspirar los colombianos, la única
que nos garantiza la convivencia, la tranquilidad para
nuestra generación y las que han de venir, es
la protección a cargo de las autoridades legítimas
de la República.
En los últimos días la Policía
ha instalado 84 puestos y se propone en el segundo
semestre del año en curso, instalar otros 50,
un enorme esfuerzo, pero he reiterado al señor
General Castro Castro, como al señor comandante
del Ejército, General Mario Montoya, que en
todas partes hay que demandar la cooperación
ciudadana.
En un país de la extensión de Colombia,
de su accidentada topografía, de sus mares,
ríos, cordilleras y selvas, por extensa y bien
dotada que llegare a ser la Fuerza Pública,
siempre será insuficiente si no cuenta con la
cooperación organizada y eficaz de la ciudadanía.
Por eso ahora tenemos que fortalecer
nuestro llamamiento a la ciudadanía para que los indiferentes se
dediquen a apoyar la Fuerza Pública, y aquellos
que en el pasado por situaciones de opresión,
tuvieron que aceptar la presencia guerrillera o paramilitar,
hagan un alto en el camino, cambien de rumbo y tomen
la decisión que requerimos de dedicarse a apoyar
la Fuerza Pública.
En algunas partes del país que coinciden que
con zonas de desmovilizados se ha venido denunciando
el surgimiento de unas bandas criminales nuevas. Yo
recuerdo que una de mis profesoras de liderazgo solía
repetir que los gobiernos no pueden incurrir en el
error de negar hechos, que la obligación de
los gobiernos es reconocer los hechos negativos verificados,
imaginar soluciones y enfrentarlos.
Las diferentes fuerzas y la
Fiscalía tienen
información sobre el nacimiento de esas bandas
criminales. La decisión que hemos tomado es
perseguirlas con la acción implacable de las
fuerzas legítimas del Estado, desarticularlas.
En ninguna parte se pueden legitimar y que no esperen,
quienes están en esas bandas, que van a tener
gestos generosos de la Nación. Ellos son los
que tienen que pensar que a la Nación no se
le puede martirizar más.
Ojalá algunas coordinaciones que se vienen
poniendo en marcha, la creación de la Dirección
de los Carabineros Rurales, la acción combinada
de todas las fuerzas, nos permitan en los próximos
días mostrar resultados eficaces frente a estas
nuevas bandas criminales.
Algunas se denuncian en sectores
donde opera la Armada, como Tumaco. Confío, señores generales
y señores almirantes, que los resultados de
las fuerzas bajo su conducción le demuestren
a los colombianos nuestra determinación y nuestra
eficacia para desarticularlas.
Debemos advertir que si en
esas bandas participan desmovilizados, a ellos hay
que perseguirlos con la
decisión implacable de la Fuerza Pública,
el país ha sido generoso para invitarlos a la
desmovilización y para ofrecerles la reinserción,
pero no podemos permitir que la generosidad de la Nación
sea bofeteada con trampas. Generosa la Nación
para la desmovilización y la reinserción,
implacable la Fuerza Pública frente a la reincidencia.
Y también tenemos información que hay
jefes de los carteles del narcotráfico impulsando
estas bandas. Esta mañana expresaba yo al señor
General Oscar Naranjo, comandante de la Policía
Judicial, que el país añora que esos
jefes del narcotráfico que quedan merodeando
en el delito, en perjuicio de la Nación entera,
sean capturados rápidamente allí donde
se encuentren.
Que los colombianos sepan que
la pesadilla de un Diego Montoya, o la pesadilla
de un señor Varela,
están en el objetivo de las Fuerzas Militares
y de Policía, y en la determinación total
del Gobierno para desarticularlos como jefes y desarticular
esas bandas criminales.
Llegan momentos en que el Presidente
de la República
tiene que hablar con nombres propios porque el deber
del Presidente de la República es liderar la
acción esforzada de la Fuerza Pública
para que sin vacilación, se enfrenten todas
las expresiones de la criminalidad.
Confío señores generales y almirantes,
que ustedes le puedan dar buenos partes positivos a
Colombia en esta acción que debemos enfrentar.
Hemos progresado mucho, las
elecciones parlamentarias y las presidenciales mostraron
otro clima en Colombia,
gracias al heroísmo de la Fuerza Pública.
Pero es mucho lo que falta, por eso para recorrer el
camino que falta, salimos hoy con la ilusión
reverdecida al graduar como Contraalmirante a dos Capitanes
de Navío de excelente hojas de servicios y al
graduar como Tenientes a 34 jóvenes de la Armada
de la Patria.
Muchas gracias Contraalmirantes,
muchas gracias Tenientes, muchas gracias queridas
familias, por este gran esfuerzo
de ustedes que le traerá, queriendo Dios, la
felicidad a las nuevas generaciones de colombianos.
Tenientes y Contraalmirantes
su éxito es la
felicidad de la Patria, que tengan todo el éxito,
lo requerimos.
Muchas gracias.