CONVERSATORIO
EN EL INSTITUTO TECNOLÓGICO DE MEDELLÍN
Marzo 15 de 2006 (Medellín
- Antioquia)
Compatriotas:
Regreso con mucha
gratitud al Instituto Tecnológico
de Medellín (ITM). He seguido de cerca su historia,
y es sorprendente.
En un diálogo que tuve ahora con los estudiantes,
y que me tomó bastante tiempo para llegar a este
auditorio, les preguntaba: ¿ustedes están
estudiando qué técnica, qué tecnología?
Y me decían: producción, sistemas, diseño. ¿Tienen
la posibilidad una vez terminen acá de trabajar?
Me decían: el 85 por ciento de nosotros está trabajando.
Les preguntaba: ¿ya tienen la posibilidad, al
terminar una técnica o una tecnología,
de completar los estudios, de conseguir que les validen
los créditos aprobados para la técnica,
para la tecnología, y poder acceder posteriormente
al grado de educación superior? Todos me contestaron
que sí.
Hace unos años, esta era una institución
de mucha calidad, como lo es hoy, era de 600 estudiantes,
y hablamos de hace muy pocos años, lo único
que ha pasado en ese trayecto es que este pelo mío
se volvió blanco.
Y me hacía esta reflexión, al entrar a
este auditorio a saludar a algunos de ustedes: aquí tenemos
una expresión, en la realidad, del sueño
de la Revolución Educativa. Una Colombia donde
todos estudiemos y trabajemos toda la vida, donde todos
estemos combinando los diferentes ciclos de estudio con
las diferentes oportunidades de trabajo y de emprendimiento.
Una Colombia con gran esfuerzo local y con gran visión
internacional. Una Colombia de educación con cobertura,
con calidad, con pertinencia, con capacitación
técnica y también con vocación científica.
Hemos encontrado
aquí un salto enorme en todos
los aspectos.
Yo quiero felicitar
al ITM, a sus directivos, encabezados por su Rector,
el doctor Marduck Sánchez, por
este gran esfuerzo que honra a Medellín, a Antioquia,
y que podemos poner de ejemplo ante todos los colombianos.
Además, qué bueno ver este ánimo
de Revolución Educativa en la ciudad, que bastante
se ha fertilizado con la feliz idea del alcalde, Sergio
Fajardo, de aplicar los recursos de los 50 años
de Empresas Públicas de Medellín, para
avanzar en la dirección correcta de la Revolución
Educativa en la ciudad.
Creo que eso va
a ayudar a poner a Medellín a
la vanguardia de la educación en Colombia y en
la región latinoamericana.
Además, esto es trascendente, porque definitivamente
lo único que garantiza hoy la movilidad social,
la circunstancia de que los pobres no estén condenados
a ser pobres, lo único que garantiza que se abran
caminos a de apertura para el progreso de los seres humanos,
esa movilidad que es un requisito esencial de la democracia,
es vivir en una permanente revolución educativa
que no se puede estancar, como usted lo ha logrado en
el ITM.
Quiero pues felicitarlo,
doctor Marduck Sánchez,
a usted, a quienes con usted dirigen la institución,
a todos los decanos, a los profesores, a los estudiantes,
y quiero felicitar a la administración municipal
de Medellín por ese esfuerzo que habrá de
poner la ciudad en un lugar muy visible en el mundo,
como ciudad educadora.
¡Qué bueno que en la comunidad internacional
tengamos que hacer el tránsito de la ciudad del
Cartel a la gran ciudad educadora de América Latina!
Eso, para las nuevas
generaciones, será vital.
La sola circunstancia de que el mundo tenga que empezar
a notar en Medellín, que el mundo tenga que empezar
a ver en Medellín, que el mundo tenga que empezar
a reconocer en Medellín una profunda Revolución
Educativa, le dará a Medellín una buena
fama internacional, de consecuencias insospechablemente
positivas para las nuevas generaciones.
Eso lo digo con ilusiones y con realismo, lo digo pensando
con el deseo, pero alimentado por la realidad que en
materia educativa se observa en la ciudad.
Le agradezco inmensamente
a los estudiantes que tan generosamente se les ocurrió hacer esta invitación,
encabezados por Juan Carlos Naranjo, y yo creo que lo
mejor es dar la oportunidad de que estos minuticos en
el ITM podamos dedicarlos a examinar inquietudes.
Les digo esto a
los estudiantes, podríamos hacerlo
de la siguiente manera: si abro a preguntas, como lo
voy a hacer enseguida, y me hacen unas preguntas que
no me obliguen a ser preciso, entonces no habría
diálogo, porque para responderlas tengo que dirigirles
un discurso quién sabe con cuánta monotonía,
con cuántas generalidades, con cuánto aburrimiento.
Yo les pediría lo siguiente: ayúdenme
con preguntas, comentarios, cuestionamientos muy concisos,
y entonces el uno está atento al anterior, y si
alguno pensaba preguntar eso, pero se le quedó algo
dentro del tintero, él lo pregunta.
Mientras saludaba
a los estudiantes aquí afuera,
hubo preguntas muy importantes sobre diferentes aspectos
de la vida nacional, especialmente sobre las posibilidades
de la pequeña empresa en el TLC, y hablé con
muchos de los estudiantes y me contaron que, además
de estar estudiando acá, están vinculados
a pequeñas empresas, con un gran interés
en el futuro de las pymes.
Muchas gracias.