CONMEMORACIÓN DEL
DÍA INTERNACIONAL DEL TRABAJO
Mayo 01 de 2006 (Sogamoso – Boyacá)
Compatriotas:
Es muy grato para
el Gobierno Nacional, muy, muy grato celebrar este
primero de mayo, Día del Trabajo,
aquí en Paz del Río.
En primer lugar,
quiero agradecer inmensamente a nuestro arzobispo,
monseñor Luis Augusto Castro Quiroga,
presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, la
celebración de la Santa Misa aquí bajo
el techo de esta bodega de Paz del Río, en compañía
muy honrosa de la representación de sus trabajadores
y pensionados, en este Día del Trabajo, que nos
da para muchas reflexiones.
Compatriotas, queremos una Colombia sin exclusiones,
una Colombia sin odio de clases, una Colombia de relaciones
fraternas, cristianas entre empleadores y trabajadores.
¡Qué buen símbolo
para esto, el de haber antecedido cualquier idea sobre
el presente
y el futuro laboral de la Patria con la misa que acaba
de celebrar el Presidente de la Conferencia Episcopal!
Hemos hecho un esfuerzo
en estos años, para lograr
la protección más eficaz de los trabajadores
de Colombia. Hubo años anteriores a este Gobierno
en los cuales, de acuerdo con organizaciones internacionales,
en nuestra Patria fueron asesinados 165 líderes
sindicales. El año pasado todavía nos asesinaron
12. Hemos reducido muchísimo, de 165 a 12, pero
no estamos contentos.
Estamos trabajando
con toda la devoción para
que llegue un día en el cual la noticia honre
a nuestra Patria y podamos decir ante la faz del mundo,
que en Colombia no se asesina un solo afiliado a las
organizaciones de los trabajadores.
Ha sido muy difícil la conducción de la
economía en estos años, inmensamente difícil
el tema de la inversión, del endeudamiento, el
tema del empleo. Sin embargo, permítanme decir
a los trabajadores de Colombia, desde esta bodega de
Paz del Río, que durante los cuatro años
que han correspondido a este Gobierno, para participar
en la fijación del salario mínimo, el salario
mínimo en cada uno de esos cuatro años
ha crecido por encima de la inflación.
Si miramos el acumulado
de estos cuatro años,
encontramos que el salario mínimo más el
subsidio de transporte han crecido en un 31 por ciento,
y el acumulado de inflación en un 23,8 por ciento.
En cada uno de los años de este Gobierno se ha
fijado el salario mínimo por encima de la inflación,
y el acumulado es salario mínimo más subsidio
de transporte, ha crecido 31 por ciento, inflación
23,8 por ciento. Por supuesto no estamos contentos.
La remuneración de los sectores sociales y trabajadores,
en una Patria con tanta pobreza, tiene que mejorar más
aceleradamente. Destacó también la circunstancia
de que para haber aumentado el salario mínimo
por encima de la inflación ha sido muy importante
la reforma laboral, que también ha sido muy importante
para esa revolución que se ha venido presentando
en el Sena, con el número de aprendices, con el
Fondo Emprender. Antes de esa reforma de este Gobierno,
Colombia tenía poco más de 20 mil aprendices,
hoy tiene más de 100 mil.
¡Qué bueno para la productividad, qué bueno
para la formación laboral, qué bueno para
la generación de empleo!
Antes de este Gobierno
no existía el Fondo Emprender.
Creamos la obligación a los empleadores de financiarlo ¿cómo?
Cuando ellos no tengan un aprendiz por cada 20 trabajadores,
deben pagarle una cuota equivalente al costo de ese aprendiz
al Sena, con eso nutre el Sena el Fondo Emprender.
Ese Fondo está generando más o menos 40
mil millones (de pesos) por año. Vemos en todas
las regiones de Colombia una gran tarea ciudadana, una
gran movilidad ciudadana para presentar proyectos de
emprendimiento.
Ha sido tan importante
la motivación, que hoy
los proyectos de emprendimiento rebasan con creces las
disponibilidades del Fondo Emprender, por eso Colombia
tiene que pensar –y lo vamos a lograr antes del
7 de agosto- en un nuevo paso: el Banco de las Oportunidades,
para que trabajando con el Sena se pueda masificar lo
que es el crédito popular, lo que es la posibilidad
de ofrecer crédito a los nuevos emprendedores.
Quiero destacar
en este acto el compromiso con el sindicalismo de participación. Yo creo que es la época
de dejar atrás tanto el egoísmo empresarial,
para negar el espacio a las organizaciones sindicales,
como el viejo modelo sindical de reivindicación:
ni lo uno, ni lo otro.
En una sociedad
regida por unas relaciones de producción
entre empleadores y trabajadores, cristianas y fraternas,
no puede haber desconocimiento a las organizaciones sindicales,
ni tampoco las organizaciones sindicales pueden frustrar
el crecimiento de la economía, la consolidación
de las empresas.
Por eso, el Gobierno
desde un principio ha venido estimulando el contrato
sindical. Recientemente, como lo acaba de
informar el doctor Carrillo, del Ministerio de Protección
Social, expedimos un decreto de gran importancia que
lo reglamenta.
El contrato sindical
lo vemos muy oportuno para ese tránsito del viejo sindicalismo reivindicatorio
a las nuevas formas de participación de los trabajadores.
Tenemos 20 ejemplos
importantes de contratos sindicales que empiezan a
tener éxito en Colombia, aquí los
tenemos en un listado, que para no fatigarlos a ustedes
me permitiré leer tres, o cuatro, o cinco de estos
contratos sindicales.
En la Empresa General
de Equipos de Colombia y el Sindicato Nacional de Trabajadores
(Sintragecolsa), se firmó el
contrato sindical el 11 de septiembre de 2002, el primero
de este Gobierno.
El segundo, en el
Ingenio Mayagüez. Entre esa entidad
y el Sindicato de Trabajadores de la Industria del Dulce,
se firmó el contrato sindical el 27 de febrero
de 2003. Y así venimos avanzando.
Por ejemplo, se
han firmado contratos sindicales entre el Hospital
Ramón González Valencia y Anthoc
(Asociación Nacional de Trabajadores de Clínicas
y Hospitales de Colombia).
Este Gobierno se
ha dado a la tarea de sacar adelante los hospitales
públicos. Hemos tenido un gran
aliado: el señor Gobernador de Boyacá,
el doctor Jorge Eduardo Londoño Ulloa.
Ha sido grato el
esfuerzo del Presupuesto Nacional, para apoyar a Boyacá, porque ese dinero Boyacá lo
ha aplicado bien, y Boyacá hoy empieza a tener
una red hospitalaria pública que está saliendo
adelante.
Faltan puntos, faltan
pasos. Ayer, por ejemplo, escuchamos críticas que se que el señor Gobernador,
con el apoyo del señor Ministro de Protección
van a superar. Falta todavía dotación a
hospitales, etcétera, pero hemos sacado adelante
en el país 126 hospitales públicos.
¿Qué proponemos hoy? Que esos hospitales
públicos le abran un gran espacio al contrato
sindical. Que los nuevos hospitales públicos,
producto de la reestructuración de los antiguos
hospitales públicos que estaban agónicos,
no vinculen a sus trabajadores exclusivamente con las
cooperativas, que lo hagan a través del contrato
sindical.
El contrato sindical
permite garantizar que esos hospitales públicos tengan equilibrio fiscal, sean austeros,
no tengan politiquería. Que esos hospitales públicos
estén al servicio, no de excesos sindicales, no
de intereses politiqueros, no de politiquería,
sino al servicio de la comunidad. Y al mismo tiempo permite
la presencia de la organización sindical, ya no
a través del viejo esquema de la contratación
reivindicatoria, sino por intermedio del nuevo esquema
en el cual la organización sindical con sus trabajadores,
se compromete a realizar la prestación de servicios
para el nuevo hospital, o a ejecutar obras para el nuevo
hospital.
Mi invitación
a los colombianos, hoy en este primero de mayo, es
que generalicemos ese contrato sindical
que ya tiene muy buenas experiencias en Colombia.
Hace poco en Popayán, el sábado antes
del Domingo de Ramos, cuando realizábamos un consejo
comunitario para invitar a los compatriotas a volcarse
a Popayán para la Semana Mayor, podíamos
verificar cómo el hospital de Popayán ha
venido saliendo adelante, gracias a que se reestructuró.
Y ahora presta sus servicios por intermedio de contratos
sindicales con las organizaciones de trabajadores. Ese
es un gran modelo, fraterno, cristiano para replicar
en toda Colombia.
Yo he trabajado
toda mi vida por el cooperativismo, es otra expresión cristiana para sintetizar lo
que en algún momento de la historia pudo ser el
enfrentamiento entre el capital y el trabajo. Para buscarle
salidas al antagonismo entre lo público y colectivo
y lo privado, que no puede ser individualista.
Creo profundamente
en el cooperativismo, pero el cooperativismo no puede
abusar, ni tampoco puede ser la única
manera de vinculación de trabajadores. No puede
abusar. No se pueden utilizar cooperativas para evadir
salarios, no se pueden utilizar cooperativas para evadir
prestaciones, no se pueden utilizar cooperativas para
evadir la afiliación a la seguridad social. No
se puede acudir a cooperativas, para evadir el pago de
los parafiscales al Sena, a Bienestar Familiar y a las
cajas de compensación familiar.
Encontramos un problema
muy grave, un gran crecimiento en las cooperativas,
pero sin cumplir sus obligaciones
sociales. No había habido manera de tramitar una
ley que pusiera las cosas en su punto.
¿Qué hizo el Gobierno?, examinamos la
modalidad del reglamento constitucional, esto es la figura
mediante la cual el Gobierno puede reglamentar unos principios
constitucionales, cuando esas normas constitucionales
no refieren expresamente a la ley como instrumento de
desarrollo a través del reglamento. Y por intermedio
de ese reglamento constitucional, definimos lo siguiente:
las cooperativas de trabajo asociado están obligadas
a pagar la afiliación social de sus asociados,
la afiliación a la seguridad social. Están
obligadas a pagar las contribuciones parafiscales al
Sena, a Bienestar Familiar y a las cajas de compensación.
Hago un llamamiento
a mis compatriotas, para que en la reestructuración empresarial, le demos énfasis
a la figura del contrato sindical. Eso nos permite reconocimiento
y participación de las organizaciones de los trabajadores,
y una nueva modalidad de entendimiento fraterna y cristiana,
entre empleadores y trabajadores.
Y hago un llamamiento
para que las cooperativas regresen a su cause, para
que en todas las cooperativas de trabajo
asociado, cumplan con la obligación de pagar las
prestaciones a sus asociados, de no postrar los salarios.
Cumplan con la obligación de pagar la afiliación
a la seguridad social, y cumplan con la obligación
de pagar las obligaciones parafiscales. Porque este país
no puede pensar en eliminar el Sena, hay que crecerlo
más. Este país lo que tiene que hacer es
fortalecer Bienestar Familiar, fortalecer las cajas de
compensación. Y por eso necesitamos que todo el
mundo cumpla con sus obligaciones parafiscales frente
a estas instituciones.
Tenemos magníficos ejemplos de sindicalismo de
participación.
Y déjenme referir a otro tema, al tema de la
carrera administrativa. Este Gobierno ha sido especialmente
cuidadoso en impulsarla, para que los ciudadanos entren
al Estado por méritos, no simplemente por recomendación
política.
Desde Paz del Rio,
anuncio que hemos tomado dos decisiones que nuestra
bancada parlamentaria, procurará sacar
adelante en el Congreso de la República, en el
beneficio de los trabajadores:
Primera decisión, que los trabajadores y empleados
civiles de las Fuerzas Armadas y de Policía, no
tengan que ser sometidos a los concursos ordinarios de
la carrera administrativa. Que en virtud de las características
especiales de un oficio relacionado con la seguridad
nacional, como es la prestación de obligaciones
laborales en las fuerzas militares y de policía,
su vinculación se rija por un sistema especial
de selección.
Segunda decisión: los miles de trabajadores provisionales
del Estado colombiano, han dicho que a ellos se les debe
respetar la experiencia acumulada en la provisionalidad,
que por lo tanto no se les debe dar un tratamiento de
común y corriente para el acceso a través
de la carrera administrativa, a cargos estables, cuya
estabilidad esté protegida por la carrera administrativa.
El Gobierno Nacional
acepta este pedido de los empleados del Estado que
están en provisionalidad, y hemos
tomado la decisión de impulsar en el Congreso
de la República, una norma para que la experiencia
de los funcionarios provisionales del Estado, los exima
de lo que es la prueba básica en los concursos
de carrera administrativa.
Invito desde Paz
del Río a los empleadores y
a los trabajadores de Colombia a un pacto social de un
solo punto, a un pacto social para que todos los empleadores
de Colombia acepten que aquellos trabajadores que están
como temporales desempeñando oficios de naturaleza
permanente, sean enganchados de inmediato como trabajadores
a término indefinido.
Si queremos una
sociedad regida por la fraternidad, el espíritu cristiano no en el discurso sino en
la práctica, en las relaciones entre empleadores
y trabajadores, hay que ser consecuentes. La temporalidad
es para atender picos estacionales en la demanda de la
producción, la temporalidad es para emergencias,
la temporalidad es para ajustes transitorios, la temporalidad
no es para evitar el salario, la temporalidad no es para
evitar las prestaciones, la temporalidad no es para maltratar
a los trabajadores, manteniéndolos en acoso, en
angustia, porque no saben en qué momento esa precaria
vinculación temporal termina causando que la familia
quede sin ingresos.
Vamos a invitar
constantemente todos los días,
y hacer un seguimiento desde el Ministerio, con los gremios
y con los sindicatos, para que le vayamos anunciando
al país, cuántos trabajadores temporales,
en cada empresa, en cada renglón de la producción
están siendo ya aceptados como trabajadores permanentes.
Eso tranquiliza a la familia del trabajador temporal,
porque al ser permanente, la familia ya tiene la garantía
del ingreso, la garantía de la seguridad social,
y es útil para la empresa. Nada mejor para una
empresa que las relaciones fraternas con los trabajadores.
Es útil para la empresa, porque en el trabajador
temporal la empresa no se nutre de esa experiencia que
si la alimenta y le mejora la productividad y el rendimiento
cuando el trabajador es permanente y puede aplicar para
el bienestar de la empresa la acumulación de conocimientos
que se traduce en productividad.
Un pacto social
de un solo punto, un pacto social de un solo punto
y eso ayudaría mucho a construir
esta Colombia fraterna, esa Colombia cristiana en la
práctica, esa Colombia sin exclusiones y sin odio
de clases. Un pacto social de un punto que todos los
empleadores vinculen como trabajadores permanentes a
los trabajadores temporales que están hoy vinculados
como temporales, pero que en la práctica realizan
oficios que corresponden a naturaleza de oficios permanentes,
pero que lo hagamos.
Y quiero referirme
apreciados trabajadores y empleadores de la Patria,
desde Paz del Río, a otro tema trascendental:
el empleo. Años muy difíciles. Recordemos
de dónde vinimos, está Patria estuvo cerca
de tener niveles de desempleo del 20 por ciento. Marzo
acaba de marcar el 11,3, todavía es muy alto el
desempleo, pero es diferente al 20 por ciento. ¿Qué ha
pasado? La Seguridad Democrática, la mayor confianza
en la inversión en Colombia, el esfuerzo conjunto
de empleadores y trabajadores ha permitido avanzar muchísimo.
Quiero compartir
con ustedes este cifra: en 2002, en marzo Colombia
tenía 16 millones 654 mil trabajadores,
este año 18 millones 505 mil. Se ha creado durante
este Gobierno un total de un millón 951 mil nuevos
empleos. No es suficiente pero es un gran avance.
Y miremos qué ha pasado en la afiliación
a la seguridad social. Hoy no solamente hay un millón
951 mil nuevos trabajadores en la Patria, sino que hay
dos millones y medio de nuevos beneficiarios del régimen
contributivo de salud. Hoy no solamente hay un millón
951 mil nuevos trabajadores en la Patria sino que hay
más de un millón de nuevos afiliados al
sistema general de pensiones y al sistema general de
riesgos profesionales. También las cajas de compensación
registran que hoy hay más de 700 mil nuevos trabajadores
afiliados a las cajas de compensación.
El subempleo en
comparación con el 2002 ha cedido,
pero no lo suficiente, sin embargo déjenme destacar
un aspecto positivo, hoy dos millones de trabajadores,
de una cifra mucho mayor que en 2002 decía que
no estaba trabajando suficientes horas, hoy dos millones
de aquellos que contestaban que no tenían suficientes
horas de trabajo hoy contestan que sí.
Hemos creado un
millón 950 mil nuevos empleos
y dos millones de trabajadores que trabajaban tiempo
parcial ya hoy son trabajadores de tiempo completo, a
pesar de todo lo que falta. Esto demuestra que si trabajamos
bien, con mejor pulso, con más buena letra en
nuestra Patria, vamos a sacar adelante el sueño
de un país con empleo suficiente, digno, estable,
bien remunerado, con contratos sindicales de participación
de trabajadores y un punto que es muy importante: el
TLC ayuda a los derechos de los trabajadores, porque
los países al firmarlo definimos que si el otro
país viola los derechos de los trabajadores, eso
autoriza al otro país a negar que a su mercado
entren productos de aquel país que viola los derechos
de los trabajadores.
En Colombia la Constitución, la Ley, el Ministerio,
los sindicatos, las convenciones, los pactos, protegen
los derechos de los trabajadores. Estos tratados internacionales
como el TLC, se convierten en un factor adicional de
protección de los derechos de los trabajadores.
Si los Estados Unidos viola los derechos de trabajadores,
el TLC nos autoriza a frenar envío de productos
norteamericanos hacía acá. Si nosotros
violamos derechos de los trabajadores el TLC autoriza
a los Estados Unidos a impedir que los colombianos enviemos
nuestros productos hacía allá. Si aquí producimos
bienes de exportación con trabajo ilegal de niños
que deben estar estudiando los Estados Unidos validamente
a la luz del tratado puede frenarnos el envío
de esos bienes al mercado norteamericano.
Déjenme pasar a Paz de Río. En primer
lugar los felicito de todo corazón por esta tarea,
una tarea ejemplar. Hace 4 años en Bogotá me
decían: no insista en Paz del Río, es un
cadáver insepulto. Hoy es una empresa recuperada
y con futuro, los felicito a todos. Felicito a los trabajadores
y a su sindicato. Felicito a los pensionados y a sus
organizaciones. Felicito a la administración.
A su gerente actual, Luis Guillermo Parra Dussan, a su
junta directiva. Felicito a la Iglesia que nos ha ayudado,
a la Gobernación de Boyacá.
Agradezco a mis
compañeros del Gobierno, inicialmente
al doctor José Roberto Arango, ahora al equipo
encabezado por Juan Lozano, por esta tarea a favor de
Paz del Río. Ha sido un modelo de recuperación
empresarial excelente, excelente.
Cuando me encuentro
por estas calles de Belencito con trabajadores y sus
familia y veo caras alegres, niños
con ilusión, comparo con aquella expresión
lánguida de hace 4 años, de incertidumbre,
de perplejidad, ¡qué bueno esta evolución!
Pero hablemos del
futuro. ¿Puedo presentarles
una propuesta atrevida? Tómenla en borrador, no
me contesten ahora, si no están de acuerdo con
ella la descartan, es muy atrevida, es para los trabajadores
y los pensionados, no vendan la empresa, no la vendan.
Y se los voy a decir no para generar controversia sino
para ayudar en la discusión.
He preguntado: ¿la empresa tiene futuro o no
tiene futuro? y todos me han dicho: tiene mucho futuro.
Entonces es la primera razón. Si hoy viéramos
una empresa sin futuro, con una coyuntura de especulación
precios de acciones y a mí me preguntaran: mire
Presidente ¿qué recomienda el Gobierno,
la empresa no tiene futuro pero hay una oportunidad para
venderla porque hay mucha especulación en el mercado
de acciones? Yo diría: véndanla. No vacilaría
en decir: véndanla. Pero a mí me dicen
lo contrario. A mí me dicen: la empresa tiene
futuro.
El mundo está ansioso de encontrar proyectos
siderúrgicos Acerías Paz del Río.
Lo necesitan los chinos, los asiáticos en general,
la economía norteamericana, los grandes capitales
del Brasil, de Europa quieren invertir en estas empresas,
si tiene futuro y la estamos recuperando. No la vendan
los trabajadores, no la vendan los pensionados.
A mí me gusta mucho aplicar algo que decía
uno de mis profesores de liderazgo, decía: miren
hay que agotar cuatro etapas, primero observar, segundo
indagar, tercero dar ejemplo y cuarto dar órdenes.
Yo observo hoy un
gran ambiente en Paz del Río.
Cuando indago me presentan un panorama futuro bien importante,
por eso me atrevo a esa recomendación, de que
no la vendan.
Y también pregunto en esa segunda recomendación
de mi profesor ¿qué van a hacer con la
plata? Me dicen: si los trabajadores y los empleados
necesitan una plata, ¿la necesitan toda? Que quieren
ahorrar, que quieren invertir en otras cosas, y les he
dicho: si esta empresa tiene futuro ¿qué mejor
posibilidad de inversión tienen que dejar la plática
en Paz del Río?
A mi me da miedo
que se la gasten por ahí en
motos o en carros. Si esto fuera un mal negocio hay que
buscar alternativas de inversión, pero si es bueno,
déjenme decir una cosa coloquial, hogareña,
cuando un padre de familia ha constituido un buen patrimonio
para la familia y llega un hijo calavera y dice: denme
lo mío, saca su plática del patrimonio
de la familia, cree que va a hacer maravillas y a los
dos o tres años está quebrado. Lo mejor
es dejar la platica en el patrimonio familiar, en la
olla grande. Ustedes tienen acá un patrimonio
familiar muy importante, una olla grande y muy importante
que es Paz del Río, cuídenla como tal.
Entonces en una
muy constructiva discusión, más
que discusión análisis esta mañana,
con el señor Presidente de la compañía,
con el Presidente de la junta y con su junta, me decían
dos cosas en la cual tienen ellos toda la razón:
decían, esta empresa que tiene muchos valores,
valores adicionales a lo que es el negocio central siderúrgico,
valores con los que no cuentan las mayorías siderúrgicas
del mundo, es una empresa que debe entrar en las grandes
ligas. Eso necesita una gran inversión, un horizonte
de muy largo plazo, pero también los trabajadores
están demandando platica, porque la necesitan.
Yo después de ese análisis y de escucharlos
e indagarles creo en lo siguiente: por qué no
piensan en este esquema, -ojala esto lo estén
grabando-, si no sirve, olvídense que yo les dije.
Por qué no toman una decisión más
o menos con estos puntos: primero, no vendan. Ustedes
tienen aquí el mejor patrimonio familiar, no se
salgan de él. Segundo, busquen una gran empresa,
seria, de las grandes ligas siderúrgicas que capitalice.
Tercero, invítenla, díganle venga, sea
socio nuestro pero no le vamos a vender. Usted va a entrar
aquí a ayudarnos a que esto tenga mucho futuro,
invierta y administre. Hacen con esa empresa, la seleccionan
de manera transparente, doctores tiene la santa madre
Iglesia, encontrarán la manera de seleccionarla.
Entonces hacen con
esa empresa un acuerdo de accionistas para que aquí, conservando los trabajadores y
los pensionados su participación, ojala Boyacá,
el Gobierno no se saldría hasta que esté todo
resuelto, se haga una cuerdo de accionistas entre los
actuales accionistas, trabajadores, el 20 por ciento
de Boyacá, ese 7 ó 9 por ciento del Gobierno
y el accionista nuevo que vaya a entrar, para que él,
sin que le tengamos que vender, así sea un accionista
minoritario, a través de un aporte para capitalizar
la empresa, le permitamos en ese acuerdo de accionistas
que no obstante que sea socio minoritario, tenga todas
las facultades para dirigir la empresa.
Porque nadie va
a poner plata como socio estratégico
si no la dejan dirigirla. Entonces así se combinarían
dos intereses, serían satisfechos: el interés
de que no salgan los trabajadores y el interés
de tener un socio estratégico que permita que
la empresa entre en las grandes ligas.
En seguida viene
el tema de los trabajadores como trabajadores. Seguramente
ahí se va a plantear un tema, el de
convertir en permanentes algunas cláusulas de
la convención que se suspendieron, y el de proveer
a los trabajadores con más ingresos, porque tienen
necesidades, busquemos eso.
Yo decía esta mañana, ¿por qué no
les hacen un reparto de dividendos?, me contestaron con
razón: porque la empresa está en Ley 550
y no se puede, hasta que pague. Decía, ¿por
qué no le resuelven a los trabajadores el problema
de una platica que necesitan?, con lo que sería
un anticipo de dividendos, un anticipo contra los dividendos
que les paguen en el futuro, cuando ya salgan de la Ley
550, y me decían, tampoco se puede, no lo permite
la ley.
Y les dije: ¿por qué no lo hacen a través
del fondo de préstamos?, esa es una posibilidad.
Ahora que la empresa está bien, que se aumente
el fondo de préstamos para que le entreguen a
los trabajadores una platica, resuelvan problemas que
tienen y los trabajadores lo pagarían en el futuro,
cuando concluida la Ley 550, ya puedan empezar a percibir
dividendos.
Yo creo que sentados
todos constructivamente a mirar cuál es el camino para aliviar la falta de ingreso
para los trabajadores, se encuentra una solución.
Esta que les cito puede que no sea la solución,
simplemente la menciono como una de las opciones. Pero
algo que necesita la vida en todos los aspectos, y sí que
se requieren estos aspectos empresariales, es la actitud
de no tener la mente cerrada, sino la mente abierta con
mucha imaginación a buscar opciones.
Esa es mi propuesta, conserven
la empresa no la vendad, es el mejor patrimonio que hoy
tienen. Los analistas
dicen que tiene futuro, para qué van a salir
de ella. Se meten una platica al bolsillo y de pronto
la botan. Yo no veo hoy en Boyacá mejor alternativa
para ustedes, si se cumple lo que me han dicho que
esta empresa tiene este futuro, que conservar la platica
aquí.
Consigan un socio
estratégico, hagan un acuerdo
para que él capitalice y le permitan manejar.
Orientar esto, ejercer derechos administrativos sobre
la empresa. Un socio serio con buena reputación
en el mundo. La misma iglesia ayude a encontrarlo para
que sea garantía para el país, para Boyacá,
para Paz del Río, para los trabajadores, para
los pensionados. No un aparecido, sino un socio serio.
Y busquemos un mecanismo para ayudar a resolverle ese
problema de falta de liquidez a los trabajadores. Allí puede
haber varias maneras de lograrlo.
Era mi propuesta
apreciada familia de Paz del Río,
en este primero de mayo para que esta empresa siga adelante.
Muchas gracias.