ENCUENTRO REGIONAL DE
EMPRESARIOS
Mayo 10 de 2006 (Cali – Valle
del Cauca)
Compatriotas:
Me es muy grato
reunirme nuevamente con ustedes, en medio del entusiasmo
que contagia al Valle del Cauca.
Esta mañana, cuando apenas despuntaba el sol,
el señor Gobernador (del Valle, Angelino Garzón)
me dio la triste noticia de un nuevo derrumbe en la carretera
de Buenaventura.
Todo es superable,
pero es una tragedia que nos duele mucho, porque me
ha confirmado el señor (brigadier)
general (Hernando) Pérez, comandante de la (Tercera)
División Militar, que el alud terminó la
vida de una señora y de dos niñitas.
Eso es lo triste.
Aludes de tierra, derrumbes, los sacamos. La vía la recuperamos. Allí ya están
trabajando los ingenieros militares a ver cómo
se destruyen y se remueven esas rocas. El Instituto Nacional
de Vías está movilizando toda la maquinaria
a ver cómo damos rápidamente paso.
Pero quiero reiterar
ante ustedes, apreciados compatriotas del Valle del
Cauca, el compromiso del Gobierno Nacional
con la doble calzada Buga – Buenaventura.
Hace cuatro años, por la situación fiscal,
porque teníamos enfrente desafíos tan grandes
como Emcali, como el MIO, yo no me atrevía al
principio del Gobierno a comprometerme con esa vía.
Tengan ustedes la
certeza de que este final del Gobierno, que termina
el 7 de agosto, es un compromiso total con
esa vía. Vengo a reiterar ante ustedes, a pedirles
que me avalen, que no los hago quedar mal, que esa es
una prioridad del Gobierno Nacional.
Ya se han separado
375 mil millones de pesos de diferentes presupuestos,
para empezar con esa doble calzada, es
la cuota inicial, y para mejorar lo que es la vía
Simón Bolívar, la vía vieja que
va por Anchicayá, que la necesitamos habilitada
para carga pesada, así no sea en óptimas
condiciones, por dos circunstancias: primero, para atender
emergencias en la vía principal, y segundo, porque
una vez empiecen los trabajos de la construcción
de la doble calzada, seguramente va a haber interrupciones
y dificultades que van a obligar a utilizar la vía
vieja debidamente rehabilitada.
Yo quiero agradecer
inmensamente esta generosa reunión.
Las palabras que me abruman de doña Rosita Jaluf
de Castro (presidenta de la junta directiva de Fenalco
Valle). Y sería muy importante que escucháramos
al doctor Julián Domínguez, en representación
de la Cámara de Comercio.
Yo creo que la agenda,
como la estamos conduciendo con el Gobernador, los
alcaldes, los parlamentarios. La senadora
Claudia Blum de Barberi, como presidente del Congreso
de Colombia, ha hecho un magnífico esfuerzo de
persistencia en lo que es la agenda nacional con relación
al Valle del Cauca. No solamente la proposición
de la agenda sino un seguimiento periódico.
Y la Cámara de Comercio de Cali nos ha permitido
adelantar un magnífico ejemplo. Porque casi todas
las regiones de Colombia pedían que tuviéramos
un alto consejero presidencial para la región.
A mí me parecía muy difícil. Era
replicar en el Gobierno Nacional un modelo, reproducir,
revivir un modelo centralista.
Se nos creaba una
fronda de funcionarios muy copiosa, difícil de coordinar y de administrar. Y creo
que el experimento que adelantamos con la Cámara
de Comercio nos puede ayudar mucho, respetando toda la
institucionalidad de la descentralización, la
institucionalidad de las gobernaciones, la institucionalidad
de las alcaldías. Simplemente se hace un convenio
con la Cámara de Comercio para que haga, autorizadamente,
un seguimiento riguroso del cumplimiento que tiene que
darles el Gobierno Nacional a las obligaciones con el
Valle del Cauca y con la ciudad de Cali.
Si lo tuvieran a
bien, yo terminaría la introducción
con dos o tres comentarios y podríamos escuchar
al doctor Domínguez para que él nos fije
claramente la agenda, doña Rosita y doctor Guillermo.
Bueno. Miren: la
noche que tuve la oportunidad de amanecer en frente
de la televisión, respondiendo preguntas
de mis compatriotas sobre el TLC, cuando hablábamos
de la Agenda de Competitividad, algún compatriota
ilustre dijo esa noche: eso que está diciendo
Uribe, eso no se puede hacer.
La verdad es que
yo creo que hay una relación
virtuosa, un círculo virtuoso, entre el TLC y
la Agenda de Competitividad. El TLC obliga a adelantar
esa Agenda de Competitividad, pero también da
las posibilidades de financiarla. Es bien importante.
Nos obliga a adelantarla.
Ante la inminencia de un TLC, el país no puede seguir con la Agenda de Competitividad
simplemente como proclamación de discurso electoral.
Tenemos que darnos a la tarea de sacarla adelante. Pero
el TLC ayuda a financiarla.
Sacarla adelante
no quiere decir que se pueda hacer todo rápidamente. En un cuatrienio se pueda hacer
todo lo que se requiere en el país en materia
de competitividad. Pero si se prioriza, si se toman las
decisiones políticas, si nos llenamos de voluntad
política, si empezamos, vamos avanzando, y esa
Agenda de Competitividad toma una velocidad imparable.
Hace cuatro años, cuando empezaba el Gobierno,
veíamos muchas dificultades para el Túnel
de la Línea. Había habido dificultades
en dos licitaciones que no se pudieron adjudicar, las
dificultades con la financiación, dificultades
con los seguros, etcétera.
Con el señor Ministro de Obras, tomamos la decisión
de que separáramos unos recursos del presupuesto
nacional, hiciéramos la excavación básica
del Túnel de la Línea, que no esperáramos
tener toda la plata junta para empezarlo, porque si uno
espera tener toda la plata junta para empezar estas obras,
y eso es válido para la Agenda de Competitividad,
pues nunca la va a empezar.
Y entonces nos propusimos
avanzar con él de tal
manera que se constituyera ya no en un sueño sino
en una obra en plena ejecución, de que se constituyera
en una obra que obliga a los diferentes gobiernos a llevarla
a su conclusión.
Pues eso ha sido
bueno, porque regresó la credibilidad
en la obra y al mismo tiempo nos ha abierto las posibilidades
de financiarla.
Y cito el tema del
Túnel de la Línea porque
nos ilustra cómo cuando hay voluntad política
para acometer las obras, que el TLC obliga a acometerlas,
y cuando hay horizontes de expansión de la economía,
que pueden mejorar los recursos del Estado, entonces
la voluntad política es garantía de que
se emprendan las obras y la perspectiva de mejores recursos
del Estado es garantía de que se van a financiar.
Hace pocos meses,
una misión del Banco del Japón,
interesada en la financiación del Túnel
de la Línea, se propuso visitar a Colombia. El
Ministro me contó y le dije: Ministro, no los
vaya a llevar a una oficina a mostrarles un power point,
se le duermen, bostezan, no los haga venir a eso. Mejor
mándeles un video al Japón, si a eso fueran
a venir. ¿Yo qué hago con ellos? Móntelos
en un helicóptero y llévelos a La Línea,
muéstreles la excavación.
En efecto, esa excavación ya tiene hoy 3.200
metros. Los japoneses se admiraron. No los tuvimos en
el ambiente, aburrido, de cuatro paredes, en una oficina,
sino que estuvieron en las laderas de la Cordillera Central,
por ambas bocas, la boca del lado del Tolima y la boca
del lado del Quindío, viendo cómo avanzan
las obras.
Se llenaron de optimismo
y ya se está concretando
una financiación, a 40 años de plazo, con
una tasa de interés muy baja, que si ponemos ese
dinero a valor presente es un crédito muy, muy
favorable. Tan favorable es que ese crédito vale
pagarlo el 35 por ciento de lo que valdría pagar
un crédito en condiciones ordinarias.
Entonces por eso
los bancos multilaterales, para calificar la situación financiera de Colombia, contabilizan
ese crédito por mucho menos, gracias a que es
un crédito concesional. Yo creo que ese es un
buen ejemplo.
¿Sabe qué dijeron los japoneses? Los japoneses
dijeron: Ya aquí hay 3.000 metros excavados, plena
prueba de la voluntad política de acometer la
obra.
Y Colombia, por
el sendero de la recuperación
de la seguridad, por el sendero de nuevos mercados, Colombia
de miras al TLC, Colombia tiene un camino por delante
de crecimiento de la economía que hará posible
que estos créditos se paguen.
Por eso, en agosto
de 2002, yo recuerdo que asumí la
Presidencia el miércoles 7 de agosto en la tarde,
y al otro día a las cinco y media de la mañana
estábamos aterrizados en el aeropuerto de Valledupar
para empezar en las calles, en un consejo comunitario,
todavía desorganizado, donde estaban los ciudadanos,
las autoridades, las Fuerzas Militares y de Policía,
el proceso de recuperación de las carreteras colombianas.
Ese día empezamos a sacar de esas carreteras
de la Costa Caribe a guerrilleros y a paramilitares,
y a devolvérselas a los ciudadanos de bien de
nuestra Patria.
Eso fue jueves,
al amanecer. Por la tarde tuvimos una reunión en el departamento del Caquetá,
donde todos los alcaldes estaban arrumados, en búsqueda
de exilio, en la Gobernación, no podían
ejercer por presiones de los grupos terroristas. Hoy
por fortuna vamos ganando, pero no hemos ganado todavía,
pero vamos por el camino. La totalidad de los alcaldes
de la Patria pueden ejercer sus atribuciones en todos
los municipios.
Eso fue jueves en
la tarde. Y en la noche del viernes hicimos el primer
consejo comunitario en Cali, para tratar
el tema de Emcali. Pienso que la empresa está bastante
recuperada, han sido cuatro años de ardua labor,
de momentos difíciles, de discusiones. Cuando
las discusiones son francas, y uno discute dejando que
se expresen sin filtros las conclusiones del alma, pues
esos debates no son siempre muy delicados. Hay veces
que son duros, pero francos, y eso está bien.
Yo quería invitarlos a pensar dos cosas sobre
Emcali: primero, que le pongamos mucha fe al fondo de
solidaridad, porque el fondo de solidaridad tiene muchísimas
razones lógicas para su existencia.
En esta Patria hemos
encontrado mucha contradicción
política entre los amigos de empresas estatales
de servicios públicos y los amigos de empresas
privadas de servicios públicos. Hemos encontrado
mucha contradicción entre las empresas y los usuarios.
Yo creo que el fondo
de solidaridad nos ayuda a sintetizar ambas contradicciones.
Por un lado a sintetizar la contradicción
entre empresa pública y empresa privada de servicios
públicos. Emcali continúa como una empresa
estatal industrial y comercial de la ciudad de Cali,
de servicios públicos.
Y el fondo de solidaridad
es un fondo que reúne
a todos los usuarios, que parte de lo que está pagando
se le lleva a ese fondo de solidaridad. Tienen una retribución,
y al mismo tiempo les va a dar una palanca de administración.
Porque el propósito es que en el momento de la
devolución de Emcali a la ciudad, haya un contrato
muy bien elaborado, que le dé al fondo de solidaridad
toda la participación en la vigilancia de la administración,
para garantizar a futuro una muy buena administración
de Emcali.
Yo creo que todos
los ciudadanos, participando, a través
del fondo de solidaridad, sintiéndose aportantes
del fondo de solidaridad, sintiendo que son corresponsables
de la administración de la empresa, yo creo que
eso se constituye en una garantía de buen gobierno
futuro, y se supera la contradicción entre los
que quieren que todo sea estatal y los que desconfían
del Estado. Porque mantenemos una empresa estatal también
con un convenio de buen manejo, con un fondo de solidaridad
donde participan todos los ciudadanos.
Y creo también que eso nos ayuda, a través
de la vigilancia ciudadana, a eliminar esa contradicción
entre el prestador del servicio y el usuario del servicio.
Que cuando una persona abra la llavecita del acueducto,
sepa que no solamente es usuario de ese acueducto, sino
que también, a través de un fondo de solidaridad,
está vinculado y es un corresponsable de la buena
administración de los servicios.
Pero creo que debemos pensar muy a largo plazo el futuro
de Emcali. Creo que es necesario pensar que no se nos
agote en la parte de telefonía. Preservando plenamente
la propiedad estatal de la empresa, yo vengo a proponer
a todos ustedes que estudiemos que Emcali, preservando
plenamente la propiedad estatal de la empresa, haga alianzas
estratégicas con empresas más modernas
en materia de telefonía y de servicios de comunicaciones,
para que no se nos atrase.
Miren, sería muy grave que este esfuerzo de recuperación
se viera en alguna forma desestimulado a futuro, con
el crecimiento de la telefonía móvil, con
el decrecimiento de la telefonía fija, con la
necesidad de proveer servicios de banda ancha, de desatrasar
a la ciudad y al departamento en materia de internet.
Por eso mi propuesta
es: hagamos otro esfuerzo, el esfuerzo que Emcali recuperada,
preservando totalmente la propiedad
pública, realice alianzas estratégicas
que le permitan ir siempre a la vanguardia en materia
de prestación de los servicios de comunicaciones.
Que podamos tener allí una esperanza de internet,
grande, importante, de banda ancha, etcétera.
Se que hay un sector
del comercio que se ha quejado por el proceso de construcción del MIO. Y tienen
razón.
Yo vengo a reiterarles
lo siguiente: el Gobierno está dispuesto
a buscar con ese sector una línea de crédito,
gestionada a través de Bancóldex, de las
mejores condiciones, que le permita a ese sector recuperarse
de los traumas que de alguna forma le haya podido causar
la construcción de las obras del MIO, en frente
de sus locales.
Está conmigo el doctor Gustavo Ardila, y yo le
voy a pedir que, con la coordinación del doctor
Juan Lozano, avancemos en contacto con Fenalco Cali,
con Fenalco Valle del Cauca, para mirar cuáles
son los comerciantes afectados, a ver cómo se
les puede ayudar con una línea de crédito
en condiciones que realmente les sirva.
Y finalmente déjenme proceder como viejo amigo
de ustedes y abusar algo. Miren, me pusieron muy nervioso
porque en una declaración que di en Pereira sobre
la necesidad de hacer la carretera que va al Chocó,
y que comunica al centro del Chocó, con el Pacífico,
con Nuquí, causó aquí muchas preocupaciones.
No, no se preocupen, déjenme abusar de ustedes
con toda la amistad que les profeso y el cariño
que siento por esta tierra: la carretera de Buenaventura
con la ayuda de Dios la hacemos, y no puede faltar de
ahora en adelante presupuesto para que esa carretera
se vea avanzar permanentemente.
Aquí yo creo que por tener, por haber tenido
en tantas décadas de la historia, tanta lentitud
para las obras, por haberlas prometido durante tanto
tiempo, por no realizarlas, por no emprenderlas, entonces
se crea una situación muy difícil. Porque
entonces cuando se vislumbra la posibilidad de empezar
una obra, nos hacen creer que cualquiera otra que se
anuncie se va a excluir con ella.
Yo creo que el tema
no es de rivalidad entre regiones, sino de exigirle
al Gobierno que las haga. Las tenemos
que hacer y tengan ustedes la fe de que hay todo el compromiso
para sacar adelante esta obra de Buenaventura, que es
trascendental para el país.
Miren, allá, el departamento del Chocó es
un departamento bien extenso de sur a norte y bien angosto
de oriente a occidente. El departamento prácticamente
es un eje de sur a norte. En la parte sur el río
San Juan estructura ese eje y en el norte lo estructura
el río Atrato.
Y el departamento
es un departamento que está partido
entre ese eje estructurante y su Costa Pacífica.
No tiene comunicación. Se levanta un helicóptero
en Quibdó, una avioneta, y ahí rapidito
ve allá el Mar Pacífico. Sin embargo, no
tienen comunicación. Llevan muchos años
de frustración porque no se han construido los
65 kilómetros que faltan por comunicar esa parte
interna de departamento del Chocó con su Costa
Pacífica.
Nosotros hemos venido
trabajando en este Gobierno en los estudios de ingeniería, en los estudios ambientales.
En este momento está en la fase de licencia ambiental,
y el país no le puede negar al Chocó esa
carretera.
Yo les voy a rogar
un favor: cualquier preocupación
por cualquier atraso en Buenaventura en lo que corresponda
a este Gobierno, acósenme a mí, acósenme
a mí. Pero no piensen que la carretera que se
va a hacer en el Chocó podría excluir la
prioridad que se debe asignar a Buenaventura. Hay que
manejar muy hermanadamente todas las aspiraciones de
las regiones de la Patria, y yo creo que, pensando en
grande y procurando actuar en grande, vamos sacando estas
reivindicaciones adelante en toda parte.
Quería hacerles esta introducción muy
respetuosamente, y entonces si les parece escuchamos
al doctor Julián Domínguez.
Muchas gracias.