XVI CUMBRE IBEROAMERICANA
DE JEFES DE ESTADO
Noviembre
4 de 2006 (Montevideo - Uruguay)
Compatriotas:
Nuestra gratitud a usted, Presidente
Tabaré Vásquez,
por su hospitalidad y por el esfuerzo y el éxito
de esta Cumbre, nuestra gratitud a Su Majestad, al Presidente
del Gobierno de España y a su Gobierno, por el
permanente interés por sacar adelante a la comunidad
iberoamericana, nuestra gratitud al Presidente Iglesias
(Enrique), por esta dedicación a coordinarnos
y un saludo muy respetuoso a ustedes, distinguidos presidentes,
jefes de Estado y delegados.
Colombia tiene dos características, es un país
abierto, con las menores restricciones a las corrientes
de inmigrantes, pero es un país que por el terrorismo
se ha convertido en las últimas décadas
en expulsor de ciudadanos.
El ocho por ciento de los colombianos
viven hoy por fuera, en una Nación de casi 44 millones habitantes.
Nuestro primer esfuerzo es que la recuperación
de la seguridad permita que los colombianos que quieran
migrar, lo hagan libremente, no expulsados por el terrorismo.
Por supuesto cuando ya hay cerca
de cuatro millones de colombianos en la comunidad internacional,
todos los
días los problemas con estos compatriotas son
mayores, pero también aparecen soluciones.
Queremos destacar el esfuerzo
que ha hecho el Gobierno de España en pro de la legalización, en
pro de la legalización de los colombianos que
viven allí. Expreso aquí, al Presidente
del Gobierno Español, al pueblo Español
por conducto de Su Majestad, nuestra gratitud. Y lo ponemos
como un ejemplo de lo que puede hacerse en muchos países
del mundo.
El tema de las migraciones debería convertirse
en el primer imperativo de la globalización. Es
incomprensible que se le asigne más importancia
al flujo de capitales que a las consideraciones sociales
con los migrantes.
Nuestra propuesta es que la migración se entienda
no como una libertad formal, sino como un derecho social,
que en consecuencia, vaya acompañado con unos
acuerdos que nos obliguen a todos en materia de seguridad
social.
Desde hace muchas décadas estamos hablando que
cualquier ciudadano de cualquiera de nuestros países,
debería poder ejercer los derechos de acceso a
la seguridad social en cualquiera otro de los países
de nuestra comunidad. Hagámoslo.
Apenas hay unos pocos acuerdos
entre algunos de nosotros, para que los servicios de
afiliación pensional
se acumulen entre un país y el otro. Y son casi
inexistentes los acuerdos para que a un emigrante de
un país, en el país receptor, le presten
los servicios de seguridad social relacionados con la
salud. La integración de la seguridad social se
convierte en un factor esencial para poder desarrollar
la migración como derecho social.
Deberíamos dar el paso de buscar el pasaporte
iberoamericano. Yo creo que esa identificación
ayudaría a consolidar esos elementos culturales
de gran región que son los que soportan los esfuerzos
de ésta cumbre.
LA SEGURIDAD
Por supuesto, no puedo dejar
de informar a ustedes sobre el tema del rescate de
la seguridad en Colombia, estando
completamente de acuerdo con las palabras del Presidente
de España, en su acepción de la seguridad
como un concepto integral.
Nuestra seguridad es democrática. El gran enemigo,
el terrorismo, no es equiparable con las insurgencias
latinoamericanas que enfrentaron dictaduras. Allí es
el sicario, el verdugo de la democracia.
Tenemos reveses, pero los avances
son considerables. Este año realizamos las elecciones de Parlamento
y de Presidencia, pudieron ser las más amenazadas
de la historia y en concepto de la prensa internacional,
resultaron las más pacíficas
.
La seguridad demostró en Colombia su virtud para
la democracia. Nadie, ni opositores ni amigos de Gobierno,
pueden levantar la mano para decir que la seguridad no
estuvo al servicio del ejercicio efectivo de las libertades
democráticas.
La seguridad en nuestro caso
no se opone al diálogo.
De 60 mil terroristas que encontramos hace cuatro años,
se han desmovilizado 40 mil, alrededor de 30 mil paramilitares
y casi 8 mil guerrilleros.
En el pasado Colombia desmovilizó 3.500 guerrilleros,
en procesos de paz muy sonoros, que el mundo entero conoció.
Nosotros, sin procesos de paz formales, en nombre de
una política de seguridad, hemos desmovilizado
cerca de 8 mil guerrilleros. Por los resultados, es el
proceso de paz más ambicioso de la vida colombiana,
surgido del ejercicio de autoridad, no del apaciguamiento
de los terroristas.
Allí tenemos un gran reto que es reinsertarlos.
Un reto costoso, exigente, ETA, IRA, han tenido apenas
docenas de activistas. Nosotros enfrentamos un país
con 60 mil terroristas bien armados, ricos, financiados
por el narcotráfico y ya hay 40 mil de ellos desmovilizados.
Nos cumple un deber costoso, muy exigente, que es reinsertarlos,
para lo cual necesitamos toda la cooperación internacional.
El terrorismo en Colombia ha
sido causa muy eficiente de la pobreza. El terrorismo
no solo ha producido el éxodo
de cuatro millones de colombianos, un desplazamiento
interno de más de dos millones, sino que dejó la
economía del país totalmente paralizada
durante años. Se estancó el crecimiento,
desaparecieron los recursos para hacer inversión
social y el país llegó a niveles de pobreza
que amenazaban con destruir la unidad de la Nación.
Para nosotros la seguridad es
un valor democrático
y una fuente de recursos, es un camino de superación
de pobreza. Y también lo relacionamos con el tema
ambiental al que refería el señor Presidente
del Gobierno de España.
El terrorismo es un perturbador
ambiental de mayor grado. Para financiarse de la droga
destruye la selva. Colombia
tiene en su territorio una extensión igual a la
extensión de Francia, solamente en selva. El terrorismo
ha destruido 2 millones de hectáreas de selva
para sembrar coca.
La contaminación de los ríos ha sido producto
de los precursores químicos del procesamiento
de la coca. La derrota de la droga en Colombia es un
imperativo para recuperar medio ambiente, para preservarlo
y, por supuesto, para superar el terrorismo.
En el tema de seguridad hemos
tenido que tomar decisiones recientes que quiero brevemente
explicar a ustedes. Para
nosotros la seguridad es un camino de reconciliación,
lo muestra la desmovilización. Pero no puede ser
un camino de apaciguamiento que le entregue el país
al terrorismo.
Por el auspicio, la generosidad
de Cuba, hemos venido adelantando allí diálogos que aspiramos
conduzcan a la paz con el ELN, la segunda guerrilla.
Transcurridas las elecciones presidenciales el 28 de
mayo, abrí como Presidente de la República,
un amplio compás, para buscar procesos de paz
con las FARC, para buscar un acuerdo humanitario que
permitiera la liberación de Ingrid Betancourt
y de otros 80 colombianos que la guerrilla tiene secuestrados.
La respuesta de estos señores del terrorismo
fue explotar carros bombas. Por eso explicaba esta mañana
a la Comisión Europea, que Colombia, como país
democrático, no puede avanzar hacia una zona de
encuentro con terroristas, mientras la respuesta de los
terroristas sea explotar carros bombas.
La confianza de los colombianos
depende, en muy buena parte, de la firmeza de su Gobierno
frente al terrorismo.
Me preguntaba la Comisaria Europea: ¿Hay manera
de reanudar los diálogos de un acuerdo humanitario?
Yo le decía, en el momento en que haya una señal
de buna fe, una decisión de estos grupos de suspender
acciones terroristas.
Regresando al tema de la pobreza,
nosotros queremos presentar aquí tres elementos a los cuales algunos
de ustedes se han referido. El tema de la energía
biológica, el tema del agua, el tema del microcrédito.
El continente debería convertirse en el gran
productor mundial de energía biológica.
Tenemos todas las posibilidades, eso permite tres grandes
retos, la alternativa de los combustibles fósiles,
la preservación del medio ambiente y la erradicación
de la pobreza en las zonas más pobres que son
las rurales.
Deberíamos asignarle toda la prioridad que, y
esta conectado con el agua, está conectado con
el reto que nos proponían esta mañana,
de superar las deficiencias en suministro de agua.
Entre las estrategias sociales que viene adelantando
Colombia, hemos asignado especial énfasis al tema
del microcrédito, muy en consonancia con la política
que promueve en toda la región el Banco Interamericano.
Nuestra cartera microempresarial creció en un
300 por ciento los anteriores cuatro años. Y ahora
con diferentes mecanismos que compromete toda la banca
pública, la privada, las instituciones de segundo
piso, fondos estatales de garantía, fundaciones
de acompañamiento y capacitación, esperamos
llegarle a los sectores más pobres de la población.
Cuando en América Latina muchos sectores tienen
que financiarse del agiotismo, la financiación
formal de los sectores más pobres se convierte
en un camino muy eficiente de superación de pobreza.
Permítanme hacer una referencia
a Europa y una referencia al comercio internacional.
Majestad, estamos preocupados porque en Europa aparece
el mayor crecimiento de consumo de drogas, y buena parte,
crecientemente la droga, que infortunadamente se produce
en Colombia, busca el destino europeo.
Requerimos que Europa fortalezca las medidas contra
el consumo, nos abra las fronteras a los latinoamericanos
pero le cierre las fronteras a la droga.
Una de las grandes preocupaciones
que nosotros tenemos frente a Europa, con excepción de España
que ha sido tan generosa frente a nuestro migrantes,
es que Europa es muy restrictiva con nuestro migrantes
pero muy ineficaz para controlar la llegada de la droga.
Muy difícil para nosotros enfrentar este problema,
si esos mercados no se le cierran.
Tenemos dos estrategias en Colombia,
que necesitamos que España nos ayude para que la Unión
Europea las apruebe, las apoye masivamente. La una es
la erradicación manual, no nos hemos dedicado
solamente a la fumigación, la manejamos con los
Estados Unidos y que tiene bastante resistencia a Europa.
El año pasado erradicamos manualmente 32 mil
hectáreas y este año estamos erradicando
manualmente 40 mil hectáreas, esas ya son cifras
mayores, pero lo hemos hecho fundamentalmente con presupuesto
del Gobierno colombiano y con toda limitación.
Qué bueno que Europa nos pudiera ayudar más
activamente en ese tema de la erradicación.
Y el otro tema es el tema de
guardabosques. Los europeos permanentemente preguntan
por cultivos alternativos.
En la selva amazónica el mejor cultivo alternativo
para el planeta, en su conjunto, es proteger el bosque
y recuperarlo allí donde ha sido destruido. Nosotros
ya tenemos 43 mil Familias Guardabosques. El seguimiento
se los hace Naciones Unidas.
La obligación de esas familias es evitar que
haya droga en sus áreas, cuidar la recuperación
del bosque y reciben un subsidio estatal, un estipendio
de más o menos dos mil dólares al año.
Lo hemos financiado casi todo con nuestros recursos.
Cuando uno ve documentales de
televisión producidos
en Europa muy preocupados porque se tala la selva amazónica
para sembrar soja, yo me pregunto: ¿Y porque esos
documentales no han ido a mirar donde se tala la selva
amazónica para sembrar coca? ¿Y por qué esos
documentales no se preocupan por buscar cómo remuneramos
esos campesinos por prestarle al mundo el servicio de
recuperar nuestro bosque?
Ojalá podamos avanzar en otro tema con gran velocidad,
que es el acuerdo de la Comunidad Andina y la Unión
Europea. Los países, nuestros compañeros
compatriotas ecuatorianos, bolivianos, peruanos y nosotros
los colombianos, estamos en todo el empeño de
sacar adelante esta negociación y estamos muy
esperanzados en el acuerdo de la Comunidad Andina con
Chile, y ojalá en los días que vienen también
con México.
Finalmente, necesitamos que tenga éxito la ronda
de Doha, cada día que fracasa la ronda de Doha
se desestimula el multilateralismo, cada fracaso de la
Ronda de Doha es un atentado contra el multilateralismo.
Los que estamos acudiendo al bilateralismo no lo hacemos
por convicciones, ni por darle la espalda al multilateralismo,
sino porque no tenemos alternativas.
Es muy importante que se entienda
que si queremos salvar el multilateralismo, la Ronda
de Doha tiene que ser capaz
de superar problemas. Pasan y pasan los días y
la Ronda de Doha no le entrega a nuestros países
un resultado en materia de compromiso de los países
desarrollados, para desmontar los subsidios a la producción
agropecuaria y para ser más flexibles en sus mercados
para que nosotros podamos llegar.
Yo comprendo la gran preocupación por el multilateralismo
pero a eso no se llega hoy simplemente por vocación
ideológica, hay que llegar a través de
un camino práctico. Dejo esta reflexión:
mientras esfuerzos como el de la Ronda de Doha no prosperen,
no produzcan unos satisfactorios resultados, muchos países
no vamos a tener más camino, contra nuestra voluntad,
que seguir buscando el bilateralismo.
Muchas gracias.