LANZAMIENTO DEL
IV CONGRESO INTERNACIONAL
DE LA LENGUA ESPAÑOLA
Noviembre 7 de
2006 (Bogotá - Cundinamarca)
Compatriotas:
Queremos agradecer inmensamente
al ex presidente Belisario Betancur, a la Academia
Colombiana de la Lengua, encabezada
por su presidente, nuestro ex ministro Jaime Posada,
la diligencia, el esfuerzo para que Colombia fuera honrada
como sede del nuevo Congreso de la Lengua y de la reunión
previa de las Academias. No era fácil, dada la
manera como se miraba al país, pero lo lograron.
El domingo en la mañana tuve oportunidad de hablar
con Su Majestad el Rey de España, quien me confirmó que
estaría presente en los dos eventos: tanto en
la reunión de las Academias en Medellín,
como en el Congreso en Cartagena.
Quiero agradecer inmensamente
el esfuerzo que todos vienen haciendo, encabezados
por la señora Ministra
de la Cultura, para el buen suceso de estos eventos,
que honran mucho a Colombia.
Y esta Patria lo merece. Nuestra
Academia es la decana de todas las americanas. Nuestras
letras están
en la avanzada de la humanidad. En Colombia, el arte,
la literatura, la música, están unidos
al alma popular. El país habría visto disolverse
su capital social, si no tuviera lazos espirituales que
nos enaltecen y configuran la personalidad nacional,
el principal de los cuales es este idioma castellano.
Somos un pueblo con una esencia
literaria. Hemos sacado de nuestra difícil situación toda una inspiración,
que nos hace tener una verdadera literatura nacional.
Desde épocas remotas se ha desarrollado en Colombia
el arte de escribir y componer. La gesta libertadora,
por ejemplo, produjo millares de páginas memorables:
García del Río, Caballero, Caldas, Nariño,
Zea, José Manuel Restrepo, son una pequeña
de ello.
Luego vinieron los cultivadores
de la lengua, los juristas, ensayistas y teólogos. Su altura intelectual explica
por qué don Miguel Cané dijo en 1877 que
Bogotá era como una Atenas Suramericana.
El Siglo XX entonces recibió una literatura colombiana
madura, llena de presión autóctona, pero
con valor universal. Carlos E. Restrepo, presidente de
Colombia, fue quien indujo, o más bien retó a
don Tomás Carrasquilla con una apuesta, para que
escribiera la primera novela urbana de Medellín,
publicada en los albores del Siglo XX, con prólogo
de Pedro Nel Ospina, también presidente de Colombia.
A Carlos E., Pedro Nel Ospina
y Marco Fidel Suárez,
les unió su membresía en la gran fraternidad
mundial de admiradores de Cervantes, estudiosos de su
obra, discípulos de sus enseñanzas, donde
hemos aprendido el castellano.
Vamos a aprovechar este año para hacer una reflexión
sobre el lenguaje, para corregir los abusos, para pulirlo.
Vamos a pulir este año nuestro lenguaje. Vamos
a cumplir un objetivo del Ministerio de Educación:
mejorar para bien de la Patria el manejo del lenguaje,
la comprensión del lenguaje. Que los tecnicismos
no sigan estrechando el lenguaje. Debemos recuperar su
amplitud, mejorarlo.
Los colombianos debemos releer
los Sueños de
Luciano Pulgar, ese compendio de saber enciclopédico,
la relación de sus variados y amenos recuerdos,
las pinceladas sobre las gentes que dejaron huella perdurable
en su memoria. El estudio sobre temas gramaticales, la
historia, las descripciones de los paisajes que admiró en
sus extensos recorridos por la Patria. Una obra que,
por su prosa y la pureza de su estilo, es un clásico
de la lengua castellana.
En esos ensayos del presidente
Marco Fidel Suárez
hay uno publicado en el primer tomo de sus Sueños,
con valiosísimos conceptos, conceptos sobre el
ejercicio responsable de las libertades y la defensa
del idioma.
Decía don Marco Fidel Suárez: Sí,
señor, aquí se han olvidado los estudios
de lenguaje que prosperaron en otro tiempo. Esto ha dado
causa para que la mayor parte de los periódicos
no ofrezca ya aquella tersura que llegaron a ostentar,
sino tal descuido que en ocasiones lo que hace uno al
recibirlos es, primero que todo, pasar por ellos la vista
para entresacar y apuntar los dislates que todos los
días se producen.
Y continuaba don Marco Fidel:
En lugar de decir asunto, argumento, campo, cosa, caso,
cuerpo, materia de negocio,
objeto, particular, sujeto, materia, tema, dice ‘el
tópico’, palabra que absolutamente no tiene
que ver con otras ideas. Sin necesidad llaman a la ciudad
la ‘urbe’, latinismo tan innecesario, como
los de Juan de Mena, que ocasionaba una transposición
de letras de resultado muy desagradable.
Llaman ‘verbo’ la elocuencia, el intelecto,
el entendimiento, afectación innecesaria que pervierte
el lenguaje llano con el empleo de voces escolásticas
para decir, manifestar o declarar palabras muy claras
y de uso espontáneo.
Dicen ‘exteriorizar’, como si hubiera interiorizar.
Y para significar impedir, estorbar o dificultad, dicen ‘obstaculizar’,
vocablo nefando a todas luces.
‘Otras voces oyen cantar el gallo y no saben dónde’,
continuaba don Marco Fidel, extendiendo correcciones
muy fundadas a casos que ellos no comprenden, cuando
supongo que así como no puede decirse: ‘recién
que llegó’, tampoco puede decirse ‘recién
llegado’, siendo muy corriente el uso de ‘recién’ con
palabras como ‘llegado’, ‘nacido’, ‘venido’.
Lo mismo sucede con frases como ‘entonces fue
que llegó’, que se corrige: ‘entonces
fue cuando llegó’, pero que no obliga a
decir a todo trance desde cuándo llegó,
hasta cuándo venga, porque en estas locuciones
puede muy bien decirse: ‘desde que’, ‘hasta
que’, como en otras muchas en que no medía
el verbo ser, ahora, hoy que, luego que.
Todas estas reflexiones las hacía en sus ensayos
de los Sueños de don Luciano Pulgar don Marco
Fidel Suárez, preocupado por las distorsiones
del lenguaje en su época.
Vamos a aprovechar la reunión
de las Academias, del Congreso de la Lengua en Cartagena
para que pulamos
el lenguaje.
Quiero sugerir a los ministerios
de Cultura y Educación,
que realicemos un trabajo con la Academia Colombiana
de la Lengua, para masificar en la televisión
el llamado de atención sobre los malos usos del
lenguaje. Yo creo que sería un efecto práctico
de la posibilidad de Colombia de tener estas dos reuniones.
Así como don Marco Fidel en la época,
lo preocupaban aquellas locuciones, hoy uno encuentra,
en personas con un alto nivel intelectual, repetir permanentemente: ‘ha
habido’. Hay un inmenso problema en la conjugación
de verbos compuestos. Nos tiene que aclarar la Academia
(de la Lengua) si se puede decir: ‘pueden haber’ o
es necesario decir: ‘puede haber’.
Preocupa muchísimo cómo, mientras nuestro
lenguaje avanza para ser el segundo en el mundo, en la
cantidad de personas que lo hablan tratamos de maltratarlo
con la adopción de nuevos vocablos extranjerizantes.
Cuando se está preparando una presentación,
ya no se oye decir ‘preparemos las ideas fuerza’,
sino ‘los bullet points’.
Hay una preocupante reducción del vocabulario.
Para escuchar la palabra ‘apesarada’, hay
que ponerse de nuevo, con falta de tiempo, a escuchar
aquel vallenato, que dice: ‘con su nota apesarada
llora mi acordeón’.
Preocupante la manera como hemos estrechado el lenguaje,
y preocupante la manera como lo maltratamos.
Aprovechemos para que la Academia
de la Lengua nos ayude a precisar, a identificar cuáles son los maltratos
de común usanza, y hagamos una tarea pedagógica
en la televisión, en todos los establecimientos
de educación, para corregirlo.
Por ejemplo, podríamos sacar una colección
de introductores, y decir: no digamos ‘en base
a, digamos ‘con base en’. Pero la verdad
es que esta oportunidad es necesaria para que los colombianos
volvamos por los caminos del buen manejo del idioma.
Confundimos y nos confunden con estos manejos incorrectos
del idioma.
No entenderíamos tener esa gran oportunidad,
hacerla coincidir con el homenaje a García Márquez,
a todo lo que ha sido la tradición del buen manejo
del idioma en Colombia, no entenderíamos que se
hiciera una nueva publicación con el título ‘La
Gramática de Medellín’, si nosotros
no hacemos un gran esfuerzo para mejorar el idioma.
La Ministra de Educación viene trabajando en
las pruebas Saber, una prueba muy importante: la de Comprensión
de Lectura. Es el momento para insistir en que ese lenguaje
que queremos que se comprenda, también se escriba
de mejor forma, como de perfecta forma lo han escrito
tantos en Colombia.
Muchas gracias a todos, por este
esfuerzo, por la tarea ejecutiva que están emprendiendo. Señor
ex Presidente Belisario Betancur; doña Elvira
Cuervo, nuestra ministra de la Cultura; doctor Jaime
Posada, presidente de nuestra Academia (de la Lengua).
Que este sea uno de los grandes
sucesos colombianos de todos los tiempos, porque habrá otros el año
entrante, como la reunión del Congreso Mundial
del Turismo, en la ciudad de Cartagena, sede que con
tanto tesón gestionó el señor Vicepresidente
de la República (Francisco Santos), y otros eventos
en varias ciudades colombianas, como el evento también
cultural que vamos a tener en nuestra ciudad de Bogotá.
Muchas gracias y cumplámosle
bien a Colombia y al mundo con este gran compromiso.