CLAUSURA DEL CURSO
DE ALTOS ESTUDIOS MILITARES
Noviembre 30 de
2006 (Bogotá - Cundinamarca)
“Nos reunimos nuevamente, a final
de este año que ya entra, en los últimos
días, para asistir al reconocimiento de estos esfuerzos
académicos, para certificarlos, para entregar sus
diplomas, para felicitar a quienes los han realizado y
para estimularlos a que contribuyan más y más
en esta tarea por una Patria segura, por una Patria sin
guerrilla, sin paramilitares, sin narcotráfico,
sin corrupción.
Quiero felicitarlos de todo corazón.
El esfuerzo de todos ustedes es cuanto más valioso
porque tiene que combinar el cumplimiento de pesadas cargas
laborales con esta tarea académica, tienen que ejercer
pesadas cargas laborales, en una época en que la
tarea pública es mucho más exigente, tanto
en seguridad como en aquellos temas que refieren al servicio
de las actividades propias de los ciudadanos civiles.
Quiero felicitarlos por la disposición
de seguir sirviéndole a la Patria en esta difícil
y tan importante actividad. Agradezco la vinculación
de tantas personas que, no estando vinculadas a las Fuerzas
Militares y de Policía, se vinculan a estos grandes
esfuerzos y a quien hemos entregado también hoy
el diploma de su graduación. Muchas gracias por
esa tarea patriótica, voluntaria, de intervenir
en estos temas acuciantes para la Nación.
Y lo hacemos en un momento de reflexión,
en un momento en el cual la Patria, gracias al sacrificio
de las Fuerzas Militares y de Policía avanza en
la derrota del terrorismo. En un momento en el cual se
sigue avanzando en el resultado, no obstante, que se agita
la controversia.
Hemos avanzado en rescate de instituciones.
Hace cuatro años veíamos la situación
que el país estaba viviendo y que gradualmente había
aumentado por años, mediante la cual desaparecía
el poder eficaz del Estado en muchas regiones de Colombia
y era remplazado por usurpadores de diferente naturaleza
terrorista.
Eso no se dio de la noche a la mañana,
se encubó durante años. Se encubó por
el descuido en seguridad de quienes tenemos la obligación
de la comandancia constitucional sobre las Fuerzas Armadas
de la República. Porque muchos prefirieron coquetear
con el terrorismo que enfrentarlo. Porque prefirieron coquetear
con el terrorismo, ser indiferentes con las Fuerzas Armadas
y no apoyarlas.
La memoria histórica no se puede
perder. Nosotros vamos para adelante pero tenemos que saber
de donde venimos. En la Segunda Guerra Mundial, después,
cuando se evaluaba, se propuso a los estudiantes de derecho
un problema de introducción al estudio del derecho
de la teoría general del Estado. Alemania había
invadido a Francia, sin embargo los franceses reclamaban
que ese era el Estado francés, después de
muchas discusiones se llego a la conclusión que
allí no quedaba del Estado francés sino las
formalidades aparentes, que quien ejercía al poder
de hecho, tenía la capacidad de tomar decisiones
y hacerlas cumplir coactivamente o coercitivamente con
el uso potencial de la fuerza, era el Estado alemán
invasor.
Eso había pasado en muchas zonas
de Colombia, se mantenían los emblemas de la Nación,
las formalidades, pero las fuerzas invasoras del terrorismo
ejercían el poder real, que todos los días
se escapaba más de las competencias del Estado legítimas.
Ustedes han trabajado intensamente por
desalojar a los invasores, han contado con todo nuestro
apoyo, pero falta un recorrido y lo vamos a lograr. Reitero
ante ustedes, representantes genuinos de lo mejor de nuestra
Fuerza Publica, de nuestra Fuerza constitucional, la vocación
del Gobierno de apoyar a la justicia para que todo se esclarezca,
para que se conozcan todas las relaciones de todos los
estamentos con los mal llamados paramilitares, con las
guerrillas, con los grupos delincuenciales. Serán
los jueces de la Republica quienes, en su sabiduría,
dirán quienes tuvieron relaciones coaccionados,
quienes tuvieron que acudir a citas con un fusil en la
nuca, quienes fueron a citas o a reuniones por razones
humanitarias y quienes acudieron con el propósito
de conformar grupos delincuenciales.
Eso ocurrió durante mucho tiempo
en Colombia, era normal oír decir que ‘tales
políticos habían sido citados por tal grupo
guerrillero y después por tal grupo paramilitar’,
que ‘tales alcaldes en tal región del país’,
tenían que rendir periódicamente cuentas
a la guerrilla y después a los paramilitares.
Lo que sale ahora a flote, en la administración
de justicia, en esta época de Seguridad Democrática
es, lo que se oía decir en muchas partes del país.
Muchos colombianos que vivieron eso, no se extrañan
de lo que hoy aparece. ¿Por qué se daba?:
porque no había voluntad de derrotar al terrorismo.
Y, ¿por qué ahora aflora?: porque hay voluntad
de derrotar al terrorismo.
En todo escenario donde me corresponda
hoy, dirigir unas palabras a mis compatriotas, propondré esta
reflexión: esto se ha dado porque la Seguridad Democrática,
el heroísmo de los soldados y policías de
la Patria, ha venido desmontando el poder criminal de la
guerrilla y el paramilitarismo. Si esos aparatos criminales
no estuvieran en franca debilidad, habría seguido
ese estado de connivencia, forzada por la coacción
y la amenaza en muchos casos; en otras, buscadas para llenar
vacíos de presencia estatal y en otros casos, con
claros propósitos de delinquir.
Los colombianos deben hacer la reflexión
que, gracias al avance de la Seguridad Democrática,
se están desmontando esos poderes. Al desmontarse
esos poderes, regresa la prevalencia de las instituciones
del Estado, se quita la interferencia a la justicia, los
colombianos pierden el temor y se van independizando de
los poderes del crimen. Eso es lo que está sucediendo.
Vengo hoy a decirle a la justicia, de
nuevo, que nuestro deber constitucional de apoyarla, lo
cumplimos con agrado.
Vengo a decirle a las Fuerzas Militares
y de Policía, de nuevo, que hoy sí que hay
que apretar el acelerador para que avance la Seguridad
Democrática.
Vengo a decirle a la democracia de mi
Patria, de nuevo, que en nuestras manos, las instituciones
que hemos venido rescatando, terminará el proceso
de rescate y no permitiremos que se debiliten.
Congresista que sea llamado por la justicia,
no tiene porqué afectar la institución legislativa,
que lo reemplace quien sigue en la lista.
Esto no tiene porque afectar la política
de Seguridad Democrática, es la consecuencia bondadosa
de que gracias a la política de Seguridad Democrática,
se están desmontando los poderes del crimen que
antes no se enfrentaron en debida forma.
Y esto no tiene que afectar la confianza
en Colombia, contrariamente, debe profundizarla, porque
el observador juicioso debe darse cuenta de que Colombia
está avanzando seriamente para el desmonte de las
organizaciones criminales.
Al felicitarlos a todos y hacer estos
planteamientos, Generales, permítanme hacer unos
comentarios específicos.
El desafío del crimen en las últimas
semanas en la ciudad de Cali, nos llevó a tomar
medidas excepcionales, esas medidas vienen recuperando
la confianza ciudadana, todos los días aparecen
nuevas denuncias, porque la ciudadanía tiene confianza,
viene y los denuncia.
Ruego al General (Fredy) Padilla de
León, comandante general de las Fuerzas y ministro
encargado de la Defensa y al General Arango, subcomandante
de la Policía –quien en esta oportunidad representa
al General (Jorge Daniel) Castro Castro, quien ha estado
a cargo de la situación excepcional de Cali-, tomar
nota de las denuncias que he recibido en las últimas
horas.
Muchos ciudadanos se han acercado a
mi, a decirme que estos actos terroristas fueron determinados
por unos bandidos de las Farc, uno a quien se conoce con
el alias de ‘JJ’, quien actúa entre
Cali y Buenaventura; otro, a quien se conoce con el alias
de ‘Santiago’. Las operaciones vienen avanzando
bien pero hay que derrotarlos. Y una vez el Comando Nacional
de la Policía se reintegre a Bogotá, tenemos
que mantener esas operaciones en el más alto nivel.
No puede ser que nos descuidemos, que crezca el terrorismo
debajo de la corriente y que nos demos cuenta apenas se
hace sentir con sus explosivos terroristas.
También he recibido la queja
de que hay un individuo que ejerce la política,
a quien conocen con el alias de ‘Pucho’, que
es el jefe criminal con bandas del narcotráfico
en Jumbo. Hoy, como en tantas ocasiones lo he hecho, hago
esta denuncia. Le ruego al General Padilla, de nuevo a
mi General Arango, tramitarla hoy ante la Fiscalía
General de la Nación.
Esta mañana varios ciudadanos
me llamaron a decirme que bandas del mal llamado paramilitarismo,
siguen imponiendo cuotas en las plazas de mercado de Pereira
y de Cartago y de Desquebradas y también en Buenaventura.
Le ruego, General Padilla de León y General Arango,
tomar nota de esto para verificarlo, contribuir a judicializarlo,
ponerlos en la cárcel y desmontar definitivamente
esas organizaciones.
En la tarde de ayer, cuando visitaba
a Medellín, con motivo de la premiación de
los microempresarios del año, fui informado de lo
siguiente: del departamento de Caldas hay consenso por
operaciones contra bandas no desmovilizadas de paramilitares,
que han dado resultados de muchas capturas en los últimos
días, pero hay preocupación porque el jefe
de esa organización paramilitar, en el norte de
Caldas, sigue actuando con un grupo de bandidos. Como también
hay preocupación por Iván Ríos, jefe
de las Farc, bandido que, al parecer, está en el
oriente de Caldas, en compañía de la bandolera
a quien se conoce con el nombre de Karina.
En Medellín fui recibido ayer
con asombro, porque a unas muertes selectivas, de los últimos
meses, una de las cuales tuvo como víctima a un
señor que aparecía como líder del
equipo de fútbol de Envigado, se han sucedido otras
muertes, otros asesinatos que continúan en la impunidad.
Me voy a referir a dos. Al de un señor,
que al decir de la oficina del Alto Comisionado (para la
Paz), era el segundo o un hombre muy importante en la estructura
criminal de ‘Jorge 40’. Ese señor fue
asesinado en Medellín, hace pocos días. También,
de otro señor a quien se le conoce como ‘Daniel’,
que dirigía las oficinas de cobro de Envigado, que
yo, como Presidente de la República denuncié en
varias ocasiones. Me voy a referir a los dos casos.
Pregunté por el asesinato del
segundo de ‘Jorge 40’ y he recibido dos hipótesis –que
les pido, a ustedes Comandante General y Subcomandante
de la Policía, se dediquen a esclarecerlas con la
Fiscalía-. Una hipótesis sobre el asesinado
del segundo de ‘Jorge 40’: que lo asesinaron
narcotraficantes ajenos a los cabecillas que están
recluidos en La Ceja, por cuentas de cobro. Una segunda
hipótesis: que el asesinato fue ordenado por algunos
de los recluidos en La Ceja, para evitar que la persona
les delatara delitos.
Nosotros tenemos que esclarecerlo, no
puede ser que si lo mató la mafia –como tantas
veces ha ocurrido-, así contra él hubiera
cualquier clase de cargos, el crimen queda en la impunidad.
Ese cuento de que preguntamos por qué lo mataron
y quién, antes de rechazar el crimen, no puede seguir
en Colombia. Esclarezcamos ese crimen, pero con toda la
diligencia.
Y esclarezcamos lo que parece ser, haber
sido el crimen de Daniel. Después de que se ordenó por
mi parte, hace más de dos años, públicamente –repitiendo
en público lo que le había pedido a las Fuerzas,
en privado-, que destruyéramos las oficinas de cobro
del narcotráfico en Envigado, meses después ‘Daniel’ se
sometió a la justicia en el proceso de paz con los
mal llamados paramilitares. Tristemente, salió de
La Ceja hace dos o tres semanas o algo más, hubo
que dejarlo salir porque no había proceso judicial
contra él. Para que no quedara la menor duda, pedí a
la oficina de Prensa de la Presidencia que lo comunicara
a la opinión y ahora todo indica que lo asesinaron.
Si lo asesinó mafia desvinculada
a quienes están recluidos en La Ceja, hay que meterlos
a la cárcel. No puede ser que esos carteles se mantengan.
Y, si lo asesinaron personas que están
en el proceso de paz, esas personas deben perder los beneficios
de la ley, ser sometidos a la ley ordinaria.
Y si llegare a ver un imputado por estos
crímenes, que tengan hoy en su favor una suspensión
de extradición, inmediatamente levantaré esa
suspensión para que sea extraditado.
Yo asumo la responsabilidad –como
siempre- de transmitir esas denuncias y pido a ustedes,
con el liderazgo suyo, General Padilla de León,
de la Policía –hoy representada por el General
Arango-, que con la Fiscalía y los jueces se esclarezcan
estos crímenes, de inmediato.
Si hay razones de imputar a alguien
de los que están en el proceso de paz, yo asumiré la
responsabilidad de enviar una carta a la justicia, diciendo
que esa persona ha perdido su condición de elegible
en el proceso de paz.
Si además, algún imputado
llegare a ser beneficiario de la suspensión de extradición,
yo asumiré la responsabilidad de levantar la suspensión
de extradición.
Apliquémonos a esos temas, porque
nosotros necesitamos, con toda la fortaleza, producir hechos
todos los días, en el propósito de una Patria
sin guerrillas, sin paramilitares, sin narcotráfico,
sin corrupción.
El sábado en la mañana,
no tendremos Consejo Comunitario porque a las dos de la
tarde debo estar en el Cañón del Chicamocha,
en Santander. Vamos a aprovechar la mañana para
el consejo de seguridad que nos habíamos comprometido
en Villavicencio para el pasado viernes. Llevemos una repuesta
sobre quien hoy se habla como uno de los mayores responsables
del narcotráfico, que le compra droga a la Farc
y a todos esos grupos, corruptor de funcionarios de instituciones
públicas, a quien señalan allí como
el ‘Gordo Barrera’. Hay que judicializarlo,
capturarlo.
Eso no lo plantearon en el anterior
consejo de seguridad en Villavicencio y tenemos la responsabilidad
de dar una respuesta el próximo sábado a
nuestros compatriotas del Llano.
Hagamos seguimiento a estos elementos,
apreciados generales, que la Patria agradecerá la
diligencia con que ustedes procedan para que mañana,
cuando ustedes terminen su carrera militar o policiva y
yo termine mi ejercicio presidencial, podamos mirar a los
ojos de los compatriotas, con la conciencia tranquila,
de no haber sido inferiores ante ninguna expresión
del crimen. Con la conciencia tranquila por haber enfrentado,
con toda determinación, todas las expresiones el
crimen.
Apreciados oficiales, graduandos: muchas
gracias por su esfuerzo, nos esperan mayores responsabilidades.
Fe enorme hay en la Nación, de
que las cumplirán bien. De que ustedes, en poco
tiempo, nos ayudarán a entregar una Colombia libre
de todas estas plagas de bandidos.
Apreciados ciudadanos de la sociedad
civil, no integrantes de la Fuerza Pública, que
han participado en estas actividades y hoy hacen parte
del grupo de graduandos: muchas gracias, la clave del éxito
está en una alianza universal entre la Fuerza Pública,
la sociedad colombiana toda, al amparo de la Constitución
y de la Ley.
A todos, muchas felicitaciones”. |