CONMEMORACIÓN
DE LOS 30 AÑOS DE INCOLMOTOS – YAMAHA
Noviembre 15 de
2006 (Girardota - Antioquia)
Compatriotas:
Me emociona mucho ver este gran
esfuerzo de Incolmotos – Yamaha.
Este esfuerzo de optimismo, de confianza en Colombia,
de confianza en Antioquia. Qué bueno asistir a
la puesta en marcha de una inversión generadora
de tecnología, generadora de empleos con buena
remuneración, de empleos con afiliación
a la seguridad social.
Agradezco inmensamente el giro
que ha venido dándose
en nuestras relaciones con el Japón. Hace cuatro
años, las inversiones de Japón en Colombia
estaban suspendidas. Suspendidas por secuestros de japoneses
en Colombia, suspendidas porque parte de los 21 pleitos
que encontramos en la vieja Telecom eran con empresas
japonesas. Se han reiniciado estas inversiones. Tenemos
superados ya todos los pleitos con los japoneses en Telecom.
De todos los que encontramos allí nos queda el
de Alcatel, que confió que lo podamos superar
rápidamente, que no es empresa japonesa.
Y una muestra de la confianza
recobrada de Japón
en Colombia es que, por primera vez, el Ministerio de
Hacienda de Colombia ha tenido éxito en la colocación
de bonos del Tesoro colombiano en Japón, a períodos
muy largos de 20 a 30 años y con tasas de interés
difícilmente pensables.
Ahora nos aprestamos a avanzar
con el Gobierno del Japón
en otras obras de gran trascendencia para nuestro país.
Muchas gracias al Pueblo y al
Gobierno del Japón
por su recobrada confianza en Colombia. Sabemos que una
de las características de la Nación japonesa
es que no hace inversión, ni presencia internacional,
mientras haya desconfianza de su Gobierno en el destino
internacional. Por eso al celebrar esta inversión,
hay que reconocer que los inversionistas japoneses participan
en ella porque hay el visto bueno de su Gobierno.
Quiero honrar la memoria del
doctor Arturo Rodríguez
Echavarría, quien en buena hora fuera inspirador
de esta gran empresa y quien nos acompaña hoy
desde la historia. Un antioqueño inolvidable.
Felicitar al doctor Francisco
José Sierra, nuestro
Embajador en Japón, quien con el entusiasmo empresarial
de laboriosidad que siempre mantiene, ha sido, con sus
socios, con el capital nacional, con el capital japonés,
artífice muy importante de esta gran tarea de
Incolmotos – Yamaha.
Felicito a todo el equipo de
Incolmotos – Yamaha,
su Junta Directiva, a sus ejecutivos, encabezados por
el doctor José Luis Arango, a sus trabajadores.
Celebro este gran ensanche. Lo celebro porque es un ensanche
generador de empleo estable, de empleo bien remunerado,
de empleo que todos los días exige más
destreza técnica de empleo con afiliación
a la seguridad social.
Felicito a quienes participaron
en el diseño,
en la construcción y en la instalación
de esta gran planta.
Apreciados compatriotas, hace
cuatro años la
pobreza en Colombia estaba en el 60 por ciento. El año
pasado en el 51. Nuestra meta es, para 20 de julio de
2010, haberla reducido entre el 39 y el 35, para que
aquellos gobiernos que nos sucedan encuentren un camino
que permita que el país, el 7 de agosto de 2019,
al cumplir los 200 años la Batalla de Boyacá,
fecha para la cual estamos construyendo la visión
de largo plazo, pueda llegar a niveles de pobreza no
superiores al 15 por ciento.
El país había vivido 20 años de
crecimiento económico promedio del 2 – 2,5.
La crisis del 99, del 2000, que no apareció súbitamente
sino que fue el producto de una serie de causas que se
fueron acumulando en los años anteriores, nos
produjo un gran decrecimiento de la economía.
Todos perdimos. Perdió el empleo, perdieron los
empresarios, perdió el fisco, perdieron transferencias
las regiones.
En el 2002 crecimos el 1,9. Empezamos
a trabajar para crecer al 5. Era un sueño. Lo logramos el año
pasado. Ahora la meta es estabilizar ese crecimiento
al 5 y lograr el 6.
Para nosotros el crecimiento
no es un fin en si mismo, es un medio de reducción de pobreza, de construcción
de una sociedad democrática, de una sociedad sin
exclusiones, sin odio de clases, de generación
de empleo de buena calidad.
El crecimiento es posibilidad
de emprendimiento. Todos los esfuerzos que estamos
haciendo se orientan a estas
metas. Seis por ciento de crecimiento estable como medio
para lograr la reducción de la pobreza al 39,
al 35, para que el país en el año 2019
la situé en el 15 por ciento.
Hace cuatro años, la inversión privada
había descendido al 6,5 por ciento de PIB. La
inversión total estaba alrededor del 9, 11. Hace
muchos años añorábamos la participación
de la inversión en Chile del Producto. Era del
21. Este año la inversión colombiana participa
increíblemente en el 26 del Producto. ¿Cuándo íbamos
a soñar que podríamos registrar un índice
de participación de la inversión superior
al de Chile?
Vengo justamente del aeropuerto
Olaya Herrera, y una de las personas que me acompañaba en esta visita
a los Estados Unidos y en la reunión esta mañana
en la República de El Salvador para impulsar nuestro
acuerdo con los países centroamericanos, es el
Presidente de la ANDI. Y me ha dicho que la inversión
privada en Colombia este año crece en el 32 por
ciento, y que se está situando en el 20 – 21
del PIB.
Yo creo que son buenos caminos,
no obstante todo lo que falta, que es mucho más por la situación
tan difícil del empleo, de la pobreza, de la afiliación
a la seguridad social en Colombia.
Tenemos articulado un programa
de construcción
de capital social, de construcción de capital
físico, de manejo macroeconómico, de incursión
de la economía en la comunidad internacional.
En el capital social nuestras
metas son muy exigentes. En este cuatrienio, plena
cobertura en educación,
grandes avances en calidad, un avance significativo en
el Sena, millón y medio de estudiantes en el Sena
en ambiente virtual.
Hemos reformado 300 empresas
del Estado, nos faltan muchas. Ahora apenas empezamos
a reformar las Clínicas
del Seguro Social.
Una de las empresas reformadas,
Telecom, garantiza los pagos a los pensionados, a los
trabajadores, y la nueva
Telecom tiene en sus arcas 650 millones de dólares
para invertir en los años que vienen, a fin de
hacer un gran avance en banda ancha, en internet, en
conectividad de escuelas, en conectividad de empresas,
de librerías, de oficinas públicas, en
conectividad de esta Patria con el mundo, en dar un salto
adelante en acceso tecnológico.
Tenemos unas metas muy ambiciosas en salud, como la
llegada a la plena cobertura.
Unas metas muy ambiciosas en
crédito popular.
Hemos avanzado mucho en microcrédito. Pero hoy
los colombianos que no han accedido dicen: como ya algunos
accedieron ahora lo necesitamos para todos.
El 21 de noviembre, con la ayuda
de Dios, vamos a empezar en Bogotá, el esquema de Banca de Oportunidades,
para llegarles a los sectores más pobres de la
población.
En el capítulo del capital físico, sabemos
que tenemos que hacer un gran esfuerzo en vías
para el comercio exterior de Colombia. Confío
que, además de esta doble calzada Medellín-Atillo-Barbosa,
podamos avanzar con la licitación en su totalidad
y parte de la obra en la doble calzada Medellín – Puerto
Berrío, para poder darle más competitividad
al comercio exterior de nuestra tierra, conectándolo
de manera más ágil con el Caribe a través
del río Magdalena.
Estamos trabajando un programa
de comercio exterior, de acceso a mercados. Hemos hecho
todos los esfuerzos
para tener el tratado de comercio de la Comunidad Andina – MERCOSUR.
Apreciados trabajadores de Incolmotos – Yamaha,
para nosotros el libro comercio no es una categoría
ideológica. Es un principio práctico. Una
Nación con 42 millones de habitantes, necesita
tener la posibilidad de que los productos que produzcan
sus trabajadores se vendan en otros mercados, y que los
productos que compren sus consumidores sean de mercados
locales y externos, para garantizar la mejor calidad
y el más bajo precio.
El 22 de noviembre firmaremos
el Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos.
Sabemos que no es fácil
la aprobación en los dos Congresos, pero haremos
todo el esfuerzo.
Queremos visitar los 535 congresistas
de los Estados Unidos, uno a uno o en grupo, con toda
la paciencia,
con toda la dedicación, para llevar todos nuestros
argumentos, hacerlo de la misma manera como hemos venido
hablando con cada uno de los congresistas de Colombia.
Hemos firmado un acuerdo de comercio con Cuba. Aspiramos
firmarlo con Venezuela, para poder sustituir en el tiempo
el retiro de Venezuela de la Comunidad Andina.
El 27 de noviembre nos procedemos firmar con la presidenta
Michelle Bachelet, de Chile, el acuerdo de comercio entre
Colombia y Chile, fundamental.
Me entusiasma no tanto por el
comercio como la inversión.
A los chilenos les sobran 30 mil millones de dólares
para invertir. Cuando yo veo esa platica tan grande,
desocupada en Chile, digo: en Colombia tenemos donde
ocuparla. Por eso hay que hacer ese tratado de comercio,
para darle uso aquí a 30 mil millones de dólares
que tiene la Nación austral, parte de lo cual
puede invertir en nuestra tierra.
Y estamos luchando por este tratado
con Europa, con los países centroamericanos. Cuando les doy la
mano a los trabajadores de Incolmotos, cuando tuve la
oportunidad de saludarlos a la entrada, pensaba: estos
esfuerzos internacionales son para ellos, para que aquí allá confianza
en la inversión, para que crezca la inversión
en esta arrugada topografía, se aproveche el talento
colombiano, le vendamos al mundo. Esa es la razón
de ese esfuerzo.
Tenemos una plataforma legislativa
en el Congreso. Confiamos sacarla adelante. Está articulada a nuestros propósitos
de crecimiento económico. Las transferencias,
la capitalización de Ecopetrol, la reforma tributaria.
Constituyen ustedes una gran
audiencia que me permite decir: la capitalización de Ecopetrol no es para
vender la compañía sino para agrandarla,
para que la compañía no se seque por falta
de reservas de petróleo, para que tenga los recursos
para poder invertir en exploración, en refinerías,
en distribución.
Va a valer para Colombia mucho
más el 80 por
ciento de una Ecopetrol capitalizada, vigorosa, va a
valer más ese patrimonio público, que lo
que valdría el ciento por ciento de un patrimonio
público sin reservas de petróleo, sin capacidad
de invertir. Son saltos adelante, generan mucha controversia
política. Pero voy a pedir a mis compatriotas,
en todos los sitios de la Patria, que nos apoyen, que
lo que queremos es dar estos saltos por el bienestar,
la pujanza, la prosperidad de nuestra Nación.
Esta noche, al asistir al periódico El Colombiano,
para ser testigo de los premios a los mejores, explicaré en
detalle el proyecto de las transferencias.
Aquí, en una tierra que ha sido líder
de la descentralización en Colombia, estamos buscando
el equilibrio, fomentar la descentralización,
sin arruinar a la Nación. Nada peor para la descentralización
que arruinar a la Nación.
La fórmula es equilibrada. Prevé que para
el 2008 las transferencias a las regiones crezcan en
inflación más 4, para el 2009 en inflación
más 4, para el 2010 inflación más
3,5.
Todo eso es positivo en términos reales, si se
tiene en cuenta que la población está creciendo
al 1,03. Todo lo que crezca por encima del 1,03, y va
a crecer, porque será inflación más
4, más 3.5, más 3, es ganancia real para
la descentralización.
Se evita el albur en contra de
las regiones. Hoy existe la norma que si la economía llegare a crecer a
menos del 2 o al 2, se le hace un recorte a las regiones.
Nuestra propuesta elimina eso. En cambio se mantiene
la posibilidad, la obligación de que cuando la
economía crezca al 4 o más, se haga un
ajuste proporcional en favor de las regiones.
Dedicamos dos puntos porcentuales
de esas transferencias a atender las necesidades de
los municipios de menos
de 25 mil habitantes, que son aproximadamente 785, en
un país con 1.098 municipios.
Y se dispone que en los años 2016 ó 2020,
las transferencias se ajusten de acuerdo con el promedio
de crecimiento de los ingresos corrientes de los últimos
años.
La consigna política es: descentralización
sin arruinar a la Nación.
Les he dicho a los alcaldes,
a los gobernadores, lo quiero repetir a todos mis compatriotas:
cuando la Nación
se arruina, como se nos estaba arruinando, al llegar
a esos déficit tan altos y a esos porcentajes
de endeudamiento tan altos, no solamente le va mal a
la Nación sino a las regiones.
En el 99, en el 2000, por la
ruina de la Nación,
las regiones vieron recortadas sus transferencias. Allí se
aplicó aquella enseñanza de esta tierra:
qué ganas con que me comprometa a pagarte cinco,
si a la hora de la verdad no puedo pagarte sino uno.
Esto de las transferencias tiene que ser ambicioso dentro
de la realidad.
Cuando se dan esas crisis, como
la crisis que Colombia no asimiló bien en la opinión pública,
de haber perdido la calificación como país
de inversión, que estamos buscando recuperar,
los intereses se elevan exageradamente, como los tuvo
exagerados el país.
Hace cuatro años estábamos sorteando una
crisis de Papeles del Estado, con tasas de interés
al 17, cuando este año se colocan entre el 8 y
el 10.
Hace cuatro años, el Banco Mundial nos dijo que
habíamos perdido la viabilidad financiera. Por
eso, cuando ello ocurre por el mal manejo de las finanzas
de la Nación, a los municipios y a los departamentos
se le encarecen las tasas de interés.
Cuando les prestan, reciben los
créditos a plazos
más cortos, se les cierra el acceso al crédito,
se deprime la economía, disminuye su captación
de recursos.
Voy a llamar a los alcaldes y
a gobernadores de Colombia a que hagan esta cuenta:
miremos el total de los ingresos
que recibe el Estado colombiano. Ellos están recibiendo
hoy el 34, el 35 por ciento de los ingresos corrientes
de la Nación.
Pero además, por su cuenta, recaudan el 12 – 14
por ciento del total de los ingresos que recibe el fisco
estatal colombiano, que incluye Nación, Departamentos
y Municipios.
Y hay otras transferencias de
la Nación muy importantes,
como las Universidades Públicas Departamentales,
otras transferencias a la salud, etcétera.
Y a la Nación todos los días se le exige:
dé el aval para tal obra, cofinancie esta doble
calzada, cofinancie aquel túnel, aquel de más
allá, y en todo el país. Entonces no se
le puede exigir y al mismo tiempo privarla de los recursos.
Creo que al aprobar la capitalización de Ecopetrol,
el proyecto de transferencias, el país va a tener
más confianza en su economía, mejores posibilidades
de generar empleo. A eso le vamos a sumar la continuidad
de nuestra política de transformar el Estado.
Cuando llego a nuestra ciudad
de Medellín, pasa
por mi mente esta reflexión: tenemos las clínicas
privadas mejores del mundo, mejor administradas del mundo,
más competitivas del mundo, y las clínicas
del Seguro Social que dan pena.
Acabamos de entregarle la clínica del Seguro
Social de Envigado al municipio de Envigado, que administra
muy bien su hospital. Vamos a entregarle la de Bello
al hospital de Bello. Y he llamado a los gerentes de
las clínicas de Medellín para que estudien
la manera de hacerse cargo de la administración
de las clínicas del Seguro Social, para ponerlas
en un nivel tan bueno de servicio, como las clínicas
privadas de Medellín, hoy al alcance de todos.
Gracias a la Ley 100, clínicas que son modelo
en el mundo. Vamos a continuar esa reforma administrativa.
Todo esto, apreciados paisanos,
genera controversia, genera discusión política,
lo importante es tener serenidad y firmeza para avanzar.
Y en cuanto a la Reforma Tributaria,
ha habido una gran discusión en estos meses. A mí me parece
saludable. El Gobierno y el Congreso captaron qué quiere
el país y qué necesita. En el período
anterior luché mucho por introducir unos estímulos
tributarios, casi no consigo los votos en el Congreso.
Los criticaron los centros de estudio de Bogotá,
los periódicos de Bogotá, los economistas
de Bogotá, y finalmente el Ministro de Hacienda
propuso eliminar todos esos estímulos y en los últimos
cuatro meses se vino el país encima, en contra.
Qué bueno que se haya dado esto, para que la ortodoxia
económica se dé cuenta que aquí hay
unos sectores productivos que necesitan esos estímulos.
Por eso, consciente de que no
hay condiciones políticas
para avanzar en IVA, me parece que lo que está impulsándose
en la reforma tributaria en la parte de impuesto corporativo,
es importante para Colombia.
Se mantienen los estímulos a la Ley del Libro,
a la Ley del Cine. Se mantienen los estímulos
a vivienda. No son para que crezca la especulación
inmobiliaria, son para dotar a los colombianos más
pobres de vivienda social.
Se mantienen los estímulos que introdujimos para
darle exención a la reforestación comercial.
Ya los chilenos están comprando aquí, en
Antioquia, 40 mil hectáreas para reforestarlas.
Se mantienen los estímulos que introdujimos a
los cultivos de tardío rendimiento, a los combustibles
alternativos, al etanol, al biodiesel, a la industria
turística, en todo lo cual nuestro país
tiene tanto futuro.
En la ponencia han acordado una
modesta reducción
de la tarifa de renta. El Gobierno abogará para
que esa reducción sea mayor.
Pero lo más importante: preguntaba el doctor
Arango si Yamaha, Incolmotos, en esta expansión
utilizó nuestra deducción del 30 por ciento,
y me dijo que sí. La introdujimos hace tres años.
Dispone que toda nueva inversión generadora de
renta se puede descontar del ingreso gravable del contribuyente
hasta en un 30 por ciento. Se aprobó con alcance
provisional. Nuestra propuesta ahora es que quede con
alcance permanente en nuestra legislación.
Yo no creo que baste con bajar
la tarifa. Más
importante que bajar tarifas, es dar estímulos
para que se expanda la inversión. Cuando simplemente
se bajan las tarifas, hay más apropiación
de utilidades, pero no hay garantía de inversión.
Y en Colombia más que apropiar utilidades, necesitamos
esfuerzos inversionistas para expandir la economía
y generar empleo.
Confío que la reforma tributaria que aprobemos,
sea una reforma que estimule el crecimiento de la economía.
Mateo Restrepo, quien trabaja
con nosotros en la Presidencia, va a estudiar, doctor
Arango, su propuesta de dar unos
pasos en materia de arancel, que protejan a las ensambladoras
nacionales frente a la moto importada. Usted lo ha entendido
bien: el ajuste en IVA es por decisión de la Organización
Mundial de Comercio.
Claro, doctor Arango, que cuando
yo lo vi a usted, le respondía por allá en mi mente: para bien
de este país, Colombia hace cuatro años
producía 120 mil motos, este año 380 mil.
Tenemos que estar mejor, pero no vamos mal, doctor Arango.
Yo creo que no hay mucho que preocuparse en este renglón.
Y sé la preocupación por esos miles de
compatriotas que hoy son moto-taxistas. No podemos mirar
el país como un todo. Hay que mirarlo selectivamente.
Una ciudad de la Costa hace cuatro años tenía
600 motos, hoy tiene 14 mil. Otra ciudad de la Costa
hace cuatro años tenía mil motos, hoy tiene
24 mil.
Hemos encontrado una gran disputa
entre el transporte formal y el mototaxismo. No ha
sido fácil para
el Gobierno. Creo que el decreto que expedimos es razonable,
porque ese tema que se llama manejo del espacio público,
por ende, del transporte, la Constitución lo radica
exclusivamente en cabeza de los alcaldes.
El decreto que el Gobierno expidió les da facultades
a los alcaldes para que introduzcan algunas regulaciones.
En las últimas semanas hemos visto buena evolución.
Yo creo que para esta industria, para el transporte popular
en motos, es mejor una regulación a tiempo que
una confrontación que concluya con una prohibición.
El tema de los seguros, son muy
difíciles para
garantizar la formalización del transporte público
en motos. El tema de la seguridad es muy difícil
para garantizar el transporte público en motos.
Nosotros queremos una salida intermedia, la consignada
en el decreto, para que se dé una regulación
razonable que evite la agudización de la confrontación.
Es muy difícil cuando el Gobierno llega a algunas
ciudades colombianas y encuentra esa confrontación
en toda su dimensión. El transporte formal totalmente
quejoso y los mototaxistas totalmente a la defensiva.
Para el buen suceso de esta industria a futuro, yo creo
en la regulación razonable. Vamos a ver cómo
lo logramos.
Aquí está el doctor Pedraza, director
de transporte del Ministerio, y estoy seguro que él
va a mirar con ustedes aquí en Incolmotos Yamaha,
va a mirar con ustedes el proyecto de ley.
En un tema tan difícil seguramente nadie va a
quedar del todo contento con ese proyecto de ley, nos
tocará aplicar con él la máxima
de Santa Teresa: la distribución equitativa de
la inconformidad. Pero es mejor para el futuro, que simplemente
quedarnos de espaldas a una realidad que trae confrontación.
Usted lo decía doctor Arango: necesitamos nuestra
política de seguridad. Un país sin guerrilla,
sin paramilitares y sin narcotráfico.
Hace cuatro años no había un paramilitar
preso, hoy el 80 por ciento de los líderes del
paramilitarismo están presos. El 20 por ciento
que todavía no se ha sometido a la justicia, hay
orden perentoria a la Fuerza Pública de perseguirlos
y llevarlos a la cárcel.
Este país, durante muchos años, permitió que
el crecimiento de guerrilla, narcotráfico y paramilitares
fuera desplazando el poder real del Estado.
Hoy con 40 mil desmovilizados,
con una política
de seguridad avanzando, a pesar de todo lo que falta,
se empiezan a desmontar esos poderes y empiezan a imperar
las fuerzas institucionales, el Ejército, la Policía,
la administración de justicia. En esa tarea continuaremos,
porque sabemos que la seguridad es una fuente de recursos,
un valor democrático. Sin seguridad no se dan
estas inversiones, sin seguridad no se expande la economía,
para poder recaudar los impuestos que requiere nuestra
inversión social.
Gracias, Incomotos Yamaha, por
esta nueva planta que nos llena de ilusiones a los
antioqueños y a los
colombianos todos. Necesitamos muchas más, con
inversión japonesa, aquí en nuestro país.
Muchas gracias.