CLAUSURA DEL XXXI CONGRESO NACIONAL DE
COLFECAR
Octubre 06 de 2006
(Cartagena de Indias – Bolívar)
Compatriotas:
Yo cerraría con la venia de ustedes esta participación
esta tarde, reiterándole un saludo muy respetuoso
a todo el gremio, felicitándolo por los esfuerzos
crecientes que hacen en favor del país.
El tema de competitividad
se ha convertido en uno de los principales temas de
Colombia. ¿Cuál
es el objetivo que el Gobierno ve, a través de
gran esfuerzo de competitividad? Bajar la pobreza. Hace
cuatro años estaba casi en el 60 por ciento, en
septiembre del año pasado en 51, en marzo de este
año en 47, estamos esperando la nueva medición.
La propuesta del
Gobierno es que todos hagamos un gran esfuerzo para
que el 20 de julio de 2010, la pobreza
esté en el 35. Es un esfuerzo mayúsculo,
bajarla en todos esos puntos en un cuatrienio. Planeación
Nacional dice que optimistamente pudiéramos hablar
del 39. Pero vamos a tener que recorrer el kilómetro
adicional, para bajarla al 35.
Eso nos obliga también a pensar con más
ambición en el crecimiento económico. Es
necesario que el país piense en un crecimiento
económico sostenido no inferior al seis por ciento.
Hemos logrado el cinco, parece que lo estamos consolidando,
y hay que hacer ahora el esfuerzo adicional para poner
ese crecimiento no inferior al seis por ciento.
Nosotros miramos
varios elementos que deben integrar una estrategia
de competitividad: la Seguridad Democrática,
el capital social, el capital físico, el manejo
macroeconómico, incluido el manejo del comercio
exterior.
En el capital social
el Gobierno tiene metas muy importantes en educación, en salud, en vivienda, en crédito
popular.
Por ejemplo: en
educación la meta es llegar en
el cuatrienio que empieza a plena cobertura en educación
básica. Eso nos implica crear cerca de millón
y medio de nuevos cupos escolares. Para fortalecer ese
programa y hacerlo posible, tenemos que pasar en el programa
de Familias en Acción, que son familias que reciben
un subsidio del Gobierno para garantizar la educación
de los hijos, de 600 mil familias que hoy están
subiendo el subsidio, a aproximadamente millón
y medio de familias.
Tenemos unas metas
también muy ambiciosas en
materia del SENA, en materia de formación universitaria
y en materia de financiación universitaria.
Para no ser exhaustivo
ahora con ustedes y no referirme a todas, déjenme simplemente decir la del ICETEX.
Hace cuatro años tenía una cartera de 500
mil millones, en agosto de este año llegó a
800 mil, y nos proponemos mínimo para el 20 de
julio de 2010 tener una cartera no inferior a dos billones
en el ICETEX.
Y manejado de tal
manera que facilite el acceso ágil,
la gran mayoría a través de crédito
virtual, y con el apoyo de las universidades donde los
muchachos están estudiando.
En salud aspiramos
llegar a plena cobertura en régimen
subsidiado, y aspiramos que esos factores de corrupción
que todavía rondan por la salud los podamos extirpar.
Uno de los grandes
esfuerzos en materia de reforma administrativa ha sido
en el sector de la salud, hemos reformado 127
hospitales. Ahora han visto muchos de ustedes cómo
está el hospital universitario de Barranquilla,
totalmente reestructurado. El González Valencia
de Bucaramanga. Así hay 127 en el país.
Y ahora estamos trabajando en el Materno Infantil de
Bogotá. Esta semana se logró el acuerdo
mediante el cual el Gobierno Nacional aporta 60 mil millones
de pesos para poder garantizar la reestructuración
del Materno Infantil de Bogotá.
En el tema de crédito popular, en el cuatrienio
anterior pasamos la cartera de microcrédito de
750 mil millones a una cartera hoy por encima de tres
billones. Estamos definiendo las nuevas metas de cartera
en el crédito popular, con el esquema de Banca
de Oportunidades.
Las metas sociales
son muy exigentes en Bienestar Familiar, en el SENA,
en las cajas de compensación, en el área
de la salud, en el área de educación y
en el área de vivienda.
En el cuatrienio
anterior, logramos entregar alrededor de 370 mil soluciones
de vivienda social. Ahora nos hemos
comprometido con una cifra mucho más ambiciosa:
800 mil, que deben ser el resultado de sumar nuevas soluciones,
soluciones mejoradas mediante el banco de materiales
y legalización de escrituras.
En capital físico, el tema de infraestructura.
Un reciente estudio del Banco Mundial nos ha dicho que
Colombia tiene un buen nivel en lo que es la infraestructura
de servicios públicos, y un gran atraso en lo
que es la infraestructura de transporte de competitividad.
Sin embargo, a pesar
de que hemos mejorado en servicios públicos, todavía registramos muchos atrasos.
Una de las acciones para la estrategia de servicios públicos
es proponer que el billón de pesos de audiencias
públicas se lleve en su totalidad al tema del
saneamiento básico, al tema de los acueductos,
al tema de los alcantarillados, al tema de la disposición
final de basura.
En el tema de infraestructura
de transporte, sobre el cual el Banco Mundial tiene
un mal diagnóstico
de la situación actual de Colombia, ustedes lo
han examinado ampliamente con el Ministro (de Transporte,
Andrés Uriel Gallego), con el director del INVIAS
(Mauricio Ramírez Koppel) y con el director del
INCO. Nosotros tenemos que avanzar en los sistemas de
transporte masivo, concluir los que hemos iniciado.
Y la mayoría de las ciudades donde los estamos
construyendo, ya nos están pidiendo recursos porque
dicen que las metas que nos hemos propuesto lograr tienen
que ser más ambiciosas. En Bogotá hace
cuatro años teníamos 32 kilómetros,
hoy más de 80 kilómetros. El Gobierno Nacional
financia todo eso en un 70 por ciento.
En Cali está avanzando la ejecución de
obra, en Pereira también hay ya un buen tramo
con servicio, avanza la ejecución de obra aquí en
Cartagena, en Barranquilla, en Bucaramanga y en Medellín.
Y además de que la mayoría de estas ciudades
están diciendo: necesitamos más, hay unas
nuevas que empiezan a decir: ¿y nosotros por qué no?
Cúcuta lo pide, lo pide Ibagué, lo pide
Neiva, y el Gobierno Nacional se tendrá que preparar
en el futuro para poder dar respuesta a estas ciudades.
En materia de las
vías, tenemos que concluir
el Plan 2500. Los alcaldes lo agradecen, pero dicen:
es insuficiente. Para tener más kilómetros
de vías departamentales, el Gobierno está consiguiendo
un crédito de mil millones de dólares para
ponerlo a disposición de los departamentos, a
fin de que ellos lo ejecuten y lo paguen. Y que las nuevas
obras que emprende el Gobierno Nacional se refieran a
vías de competitividad para el comercio exterior,
como muchas de las aquí mencionadas.
Tuvimos un gran
atraso en concesiones, pero hay que decir por qué. Porque una serie de factores: la
violencia, la desaceleración de la economía,
etcétera, problemas de contratación, llevaron
a que este Gobierno hace cuatro años encontrara
casi todas las concesiones en pleito.
Nos tuvimos que
dedicar el primer cuatrienio a resolver pleitos. El último pleito, después de 10
años de estar martirizando al país, que
se ha resuelto, es el pleito de COMMSA, la salida de
Bogotá al río Magdalena. Afortunadamente
ahí se consiguió una solución equitativa.
En cuanto al pleito
del ferrocarril, tenemos resuelto el pleito del ferrocarril
del Atlántico. La solución
que logró el Ministro es promisoria: ese ferrocarril
va a pasar de transportar 22 - 24 millones de toneladas
el año pasado, a transportar aproximadamente 60
- 66 millones de toneladas de carbón en el 2010
- 2011.
Va a tener la segunda
línea, y nos va a permitir
en los pocos meses decirle al país que ya está rehabilitado
en una línea, norte sur, por lo menos hasta la
Dorada.
Subsiste el pleito
del Ferrocarril del Pacífico,
que de haber cumplido el concesionario no tendría
que tener hoy mayores problemas la carga de Buenaventura.
El Gobierno Nacional encontró adjudicada esa concesión,
hemos pagado 148 millones de dólares, se ha rehabilitado
la vía pero no se presta el servicio. El Ministro
está haciendo un gran esfuerzo, y aspira en 60
días tener un acuerdo para que ese ferrocarril
empiece a prestar servicio.
Hay que hablar con
claridad: hemos tenido que gastar muchos esfuerzos
resolviendo los pleitos que encontramos.
Pero también hay factores de optimismo, no solamente
derivados de la solución de esos pleitos, sino
de la manera como se han adjudicado los nuevos contratos.
Esta semana, para
hablar de lo más reciente,
en obras públicas FONADE hizo una adjudicación
de 440 mil millones en cárceles, en un proceso
de audiencia pública a través de la televisión,
que genera toda la legitimidad, la confianza del país
en nuestra transparencia, en la contratación.
¿Ustedes saben cómo adjudicó el
Ministro la concesión del aeropuerto El Dorado,
la concesión de la doble calzada de Bogotá a
Girardot? Yo creo que los contratos que este Gobierno
ha hecho, son contratos que generan confianza, por la
transparencia y objetividad como se han definido y se
han adjudicado.
No me voy a referir
a las obras muy importantes que están hoy con licitación cerrada o con
licitación abierta o en proceso de estructuración,
porque ustedes tuvieron la oportunidad de mirarlas ayer
en detalle, en la presentación del Director del
INCO y en la presentación del Director de INVIAS.
El país no está en bonanza fiscal, pero
estamos haciendo un gran esfuerzo para que empiece un
proceso de desatraso en lo que se llama las vías
de competitividad para el comercio exterior.
El caso de Buenaventura
es un caso particular de la mayor importancia. Hemos
concluido la vía alterna
interna, una inversión de 180 mil millones de
pesos, ya está en servicio, faltan unas obras
complementarias que pueden costar entre cuatro y diez
mil millones.
He preguntado a
los transportadores en estos días: ¿qué les
ha pasado con la utilización de la vía
alterna interna en Buenaventura? Alguno me dijo: nos
estamos ahorrando media hora. Otro me dijo: nos estamos
ahorrando hasta dos horas en tiempo de recorrido gracias
a esa vía.
Ustedes saben el
empeño del Gobierno Nacional
para sacar adelante las licitaciones, a fin de ir avanzando
en doble calzada hacia Buenaventura.
Y viene el tema
del Puerto. El Gobierno Nacional reitera toda la voluntad
con las medidas para descongestionar
el Puerto, ya muchas de las cuales se han tomado, y para
extender la concesión.
Pero la concesión necesita una revisión:
más eficiencia en la gerencia y menos privilegios
para sus socios, porque no puede ser que en unos terrenos
que son escasos en área, socios de la concesión
tengan el privilegio de tener algunos espacios a su disposición
y muchas veces sin utilizarlo.
De la manera más constructiva todos esos problemas
hay que señalarlos para poder lograr recuperar
la eficiencia en el Puerto Buenaventura.
El Gobierno quiere
la extensión de la concesión,
pero necesitamos el compromiso y el músculo de
la concesión para hacer las inversiones que se
requieren.
Todavía me preocupa muchísimo la diferencia
en cantidades, porque les oí decir a algunos de
los concesionarios que bastaba con una inversión
de 160 millones de dólares, y el Ministerio cuantificaba
la inversión en más de 400 millones de
dólares.
Confiamos que rápidamente, en el curso de los
próximos días, se llegue a un acuerdo.
Mi sugerencia es
que el concesionario de Buenaventura solo y que no
se halla en condiciones de hacer estas
inversiones, se asocie. Porque hay toda la voluntad del
Gobierno, pero el Gobierno, para no frustrar al país,
tiene que garantizar que la contraprestación a
la extensión al plazo de esa concesión
sea una garantía de las inversiones que requiere
Buenaventura.
El Ministro se refería a la tercera salida al
Pacífico. Ya está abierta la licitación
para concluir la carretera del centro del Chocó al
Pacífico.
Y se están pavimentando unos kilómetros
en la carretera de Pereira al centro del Chocó.
Pienso que en la medida que avancemos con ello, ahí va
a tener el país otra vía muy importante
de competitividad, que va a llevar al sector privado
a hacer puertos en el Pacífico, como el puerto
del cual se ha hablado, que es el puerto de Tribugá,
en el Golfo de Tribugá, en el área de Nuquí.
Pero no vamos a hacer el repaso de todas estas vías.
Sepan ustedes que
el Gobierno quiere trabajar incansablemente, por poderle
entregar todas estas concesiones en plena
ejecución a la Nación, en el curso de los
próximos años.
Permítanme referir a un tema muy importante:
el tema tributario. Yo he hablado varias veces con el
Ministro de Hacienda (Alberto Carrasquilla) sobre los
temas que inquietan a ustedes, y confío que haya
una solución.
Me parece que en
el tema del IVA, tanto para la prestación
del servicio como para la adquisición del equipo
de transporte, hubo claridad con el Ministro esta mañana.
Creo que hay todavía dudas y preocupaciones y
diferencias sobre el tema de la facturación, porque
una facturación global que no desagregue la parte
que corresponde a la empresa y la parte que la empresa
le paga al dueño del equipo, esa facturación
podría generarles a ustedes mayor costo en los
impuestos locales, como el impuesto de industria y comercio.
Vamos a seguir examinando este tema con ustedes y con
el Ministro.
En los días
que vienen voy a procurar dedicar todo el tiempo necesario
de mi agenda para trabajar con
el Ministro y los congresistas y buscar ya un texto unificado
de reforma tributaria.
La discusión que hemos adelantado en el país
es saludable. Eso ayuda a que vayamos identificando errores
y a que vayamos hallando cuáles deben ser los
mejores contenidos.
Les ruego considerar
que esa reforma tiene aspectos muy importantes, como
la depreciación acelerada,
que estimulará muchísimo la inversión.
No sé su impacto en el transporte, pero el conjunto
de la economía es muy saludable, porque propone
que la inversión que se haga en un año
por parte del contribuyente, pueda ser depreciada en
el miso año. Y eso tiene un gran alivio financiero.
Si el contribuyente no alcanza a realizar esa depreciación
en el primer año, al artículo propuesto
autoriza que el saldo se convierta en un crédito
fiscal en favor del contribuyente, que lo pueda utilizar
en los años subsiguientes sin límite en
el tiempo.
La reforma tributaria
busca que se estimule con la tributación,
con este tipo de incentivos, el crecimiento a la economía.
Busca poder financiar las metas sociales, a algunas de
las cuales me he referido. Busca que un sector de la
doctrina económica la reciba como una reforma
estructural, que es lo que da garantía de estabilidad
en la tributación.
Los países que tiene reformas estructurales,
legislaciones estructurales, garantizan estabilidad,
no las están cambiando frecuentemente.
Cuando la doctrina,
cuando la academia económica
considera que la legislación tributaria de un
país no es estructural, entonces hay inestabilidad,
porque se crea la necesidad de estar reformando esa legislación
años tras año. Hace poco le pregunté al
presidente Alan García del Perú si el proponía
en su gobierno reformar la tributación y me dijo
que no, que porque el Perú tiene una tributación
estable, con una gran aceptación nacional, gracias
a que es una tributación estructural.
Buscamos también que esta reforma, como la reforma
que discutimos para regular las transferencias a las
regiones, y que deben aprobarse en el Congreso de la
República, ayude a que Colombia avance en el paso
de mejorar el grado de inversión, de recuperar
el grado de inversión.
Una de las aspiraciones
de nuestro manejo económico
es que, para el final de este gobierno, Colombia haya
recuperado el grado de inversión.
Hoy tenemos mucha
confianza en los mercados internacionales. Colombia
está de moda. Con todo el que uno habla,
que tiene dos dólares que le sobran en la chequera,
quiere invertir en Colombia. Pero eso hay que cuidarlo.
Hace dos semanas,
se dio otra magnifica prueba de confianza en el país: colocamos títulos del tesoro
colombiano por mil millones de dólares, a un plazo
de 31 años y con una tasa de interés de
7.44.
Esto parece milagroso
para el país. Y eso lo
podemos consolidar si el país recupera el grado
de inversión. De ahí la importancia de
esta reforma.
Y busca esa reforma
tributaria también la simplificación.
La aspiración nuestra es pasar de un estatuto
tributario que tiene hoy alrededor de 1.100 artículos,
a un estatuto tributario que no necesite más de
280 artículos.
Hemos tenido una
gran discusión pública,
a mí me parece bien. Uno en Colombia tiene que
escoger si vive en una permanente discusión pública,
con la cara al sol, con las cartas sobre la mesa, o si
mantiene el viejo esquema de que sea el lobby clandestino,
a través de algunos privilegiados que son escuchados,
el que determine finalmente el contenido de las decisiones
del Ejecutivo y del Congreso.
El Gobierno prefiere
exponerse a la crítica por
la discusión pública, que manejar esos
temas por allí soterradamente y escuchar apenas
a algunos voceros del lobby
Confío, doctor Jaime, que la reunión que
tuvieron con el Ministro esta mañana y el diálogo
en los próximos días, abierto, de cara
a la opinión pública, con los congresistas
que tienen que tomar la decisión final, despeje
preocupaciones que tiene el sector del transporte en
el tema tributario.
Pero también contra aquello que les preocupa,
empiecen a comparar aquello que los va a beneficiar,
como es el tema de la reducción de la tarifa de
renta y de la depreciación acelerada de las nuevas
inversiones.
Quiero hacer un
llamado al Congreso de la República
para que aceleremos el trámite de estas reformas.
El Gobierno ha venido trabajando con toda amplitud, por
ejemplo, para aceptar que los ponentes en la ponencia
de la reforma constitucional de transferencias, eleven
los porcentajes sobre inflación, que en los próximos
años tienen que trasladarse a las regiones.
El Gobierno ha venido
defendiendo la reforma tributaria sin terquedad en
los contenidos, abriendo espacios para
que la discusión pública la mejore. Pero
necesitamos celeridad. Porque si esta reforma se aplaza,
también se aplazan las condiciones para que la
gente invierta más en Colombia.
Hoy hay mucho inversionista
que está esperando
el contenido final de esta reforma, para tomar su decisión
final e invertir en Colombia. Inversión que necesitamos,
que no podemos desaprovechar ahora que hay confianza
en el país, porque es el camino, es el imperativo
para poder generar empleo y cumplir nuestras metas de
reducción de pobreza.
Sé la preocupación de ustedes por las
restricciones en las carreteras derivadas del orden público.
Está hablado en esta reunión, el Gobierno
ha tomado unas decisiones levantando restricciones, el
más angustiado por eso soy yo, cruzo los dedos.
Mi pedido es que
ustedes estén trabajando muy
integradamente con la Armada, con la Policía,
y donde corresponda también con el Ejército.
Esto es: el libre tránsito por esas carreteras
de noche, que lo teníamos restringido, nos tienen
que ayudar a que sea un tránsito de verdad libre,
sin interferencias del terrorismo, nos tienen que ayudar
ustedes trabajando muy coordinadamente con la Fuerza
Pública.
Saben ustedes que
para el Gobierno ha sido tan importante la firmeza
en la Seguridad Democrática como la
apertura hacia la paz. No otra circunstancia explicaría
que Colombia tenga hoy alrededor de 40 mil desmovilizados,
más de 30 mil de los paramilitares y más
de 7 mil de las guerrillas.
Eso no tiene antecedentes.
Cuando uno compara el número
de más de 7 mil guerrilleros desmovilizados, con
los guerrilleros que se desmovilizaron en períodos
anteriores, este número rebasa con creces lo que
ocurrió en el pasado.
El M – 19 tenía 280 hombres que entregaron
armas, se desmovilizaron en total 900, en el EPL 2 mil,
en el Quintín Lame y en la Corriente de Renovación
Socialista unos pocos, en este Gobierno más de
7 mil.
Hemos tenido generosidad
para crear condiciones para una negociación con el ELN, cuya próxima
ronda, en eso que se llama el diálogo exploratorio,
debe realizarse en la Habana.
Y hemos expresado
la disposición que ustedes
conocen para un acuerdo con las Farc sobre lo que podría
ser el acuerdo humanitario, y también para empezar
un proceso de paz.
Pero les pido que
al regresar a sus hogares y a sus sitios de trabajo,
lleven en la mente algo muy claro
y me ayuden a transmitirlo a todos los compatriotas:
el Gobierno, por ningún motivo, debilitara la
política de Seguridad Democrática.
Hoy me llamaron
unos compatriotas y me decían:
Presidente, tenemos mucho miedo a la dialoguitis, tenemos
mucho miedo de un nuevo Caguán, tenemos mucho
miedo a una nueva frustración. Les dije: no se
preocupen, ustedes nos han visto actuar estos cuatro
años, y además nos vieron actuar tres años
en la Gobernación de Antioquia.
Nosotros no vamos,
por ningún motivo, a permitir
que haya riesgos para la política de Seguridad
Democrática. Por eso el 7 de agosto dije con mucha
claridad que el Gobierno no le teme a la negociación.
Pero el Presidente de la República sí le
teme a que si las cosas no se manejan bien, nos quedemos
sin la paz y perdamos la Seguridad Democrática.
La paz tiene que ser una ganancia de la Seguridad Democrática.
No puede ser al costo de sacrificar la Seguridad Democrática.
Y no nos llamemos
a engaños: la circunstancia
de que yo haya tenido un mensaje moderado en materia
de seguridad desde el 28 de mayo, obedece a una convicción:
el país sabe cuál es el grado de nuestra
determinación total en materia de seguridad, pero
el fin último de la seguridad es la reconciliación.
Me propuse, en aras
de los superiores intereses de la Patria, tener un
lenguaje moderado en materia de seguridad,
para contribuir con ese lenguaje a crear un ambiente
de reconciliación con quienes todavía insisten
en la violencia.
La Seguridad Democrática es una premisa muy importante
para el presente y para el futuro de la Nación.
Con el respaldo
de ustedes y del pueblo colombiano, la Seguridad Democrática todos los días
asciende en el proceso de convertirse en el mejor activo
para la reconciliación de esta Nación,
para su crecimiento económico, para la superación
de la pobreza y para que los colombianos de las nuevas
generaciones puedan vivir felices.
Apreciados transportadores,
hay avances y muchos temas que subsisten. Confío
que la nueva agenda de trabajo, que ha empezado a esbozarse
hoy para resolver temas que
a ustedes les crean dificultades, la podamos cumplir
exitosamente.
A todos ustedes, los mejores augurios en la bella empresa
del transporte, con la cual contribuyen diariamente a
construir Patria.
Muchas gracias.