INAUGURACIÓN
DE LA XXVI FERIA INDUSTRIAL DE BOGOTÁ
Octubre 2 de
2006 (Bogotá - Cundinamarca)
Compatriotas:
Quiero celebrar la nueva realización de la Feria,
de gran importancia para el momento que vive el país
y que vive Bogotá.
Colombia ha venido construyendo
una visión de
largo plazo, al 7 de agosto del 2019, cuando nuestra
Patria habrá de completar 200 años de vida
independiente. Esa visión se ha venido ajustando,
en el diálogo permanente con todos los sectores
de la vida nacional.
El Gobierno, que empezó el 7 de agosto, se propone
hacer todos los esfuerzos para que los avances que el
país registre el 20 de julio de 2010, en las vísperas
de terminar el Gobierno, sean unos avances significativos
que puedan considerar unas metas parciales bien importantes
para esa visión del país del 2019.
Por ejemplo, en materia de pobreza
venimos de una línea
de base de casi el 60 por ciento en el 2002, la medición
del año pasado dio el 49 por ciento, estamos a
la espera de la medición de este año.
El país debe llegar, haciendo un gran esfuerzo,
al 15 por ciento en el año 2019. Para ello tendríamos
que pasar en este cuatrienio del 49 por ciento al 35.
Planeación Nacional me ha dicho que en el mejor
de los casos podremos llegar al 39, pero estamos ajustando
todas las previsiones a ver cómo podemos entregarle
al país una cifra de pobreza no superior al 35
por ciento en julio del año 2010.
Nosotros no creemos ni en la tesis brasilera de los
60, ni en la tesis que algunos sectores de la social-burocracia
latinoamericana le vendieron al continente.
Nos parecen graves ambos extremos.
El primero, le hizo creer al
continente que lo que se necesitaba era crecimiento
de la economía, que
la superación de la pobreza y el mejoramiento
de la equidad sobrevendrían naturalmente.
Y los segundos despreciaron el
crecimiento de la economía
y nos condujeron a un debate en el que finalmente quedamos
enredados alrededor del tema de distribuir pobreza.
Nuestra propuesta es crecimiento con equidad.
Por eso estamos haciendo todos
los esfuerzos. Primero, para que el país estabilice un crecimiento no
inferior al 5 por ciento. Segundo, para cumplir con las
metas de reducción de la pobreza. Y tercero, para
que el coeficiente Gini, que indica la distribución,
mejore en nuestro país. Ya ha empezado a dar los
primeros asomos de querer mejorar.
Eso nos implica crear un sistema
más competitivo
en lo económico y con mayor equidad en lo social.
Entonces nos proponemos trabajar el capital social, el
capital físico, los soportes macroeconómicos,
el comercio internacional.
En el capital social, permítanme compartir con
ustedes algunas metas del Plan de Desarrollo que se está preparando.
Por ejemplo, en educación. En el Gobierno que
concluyó creamos un millón 419 mil cupos
escolares. En el nuevo Gobierno debemos llegar a plena
cobertura en educación básica. Eso nos
implica crear otro millón y medio de cupos escolares
y empezar a avanzar hacia mejores cobertura en preescolar.
Bienestar Familiar tiene un poco
más de dos millones
de niñitos, menores de cinco años, en los
programas de nutrición. El esfuerzo del Gobierno
apunta a iniciar la escolarización gradual de
esos niñitos con pénsum especiales.
Aspiramos que los esfuerzos que
se están haciendo
en calidad, vayan mejorando los resultados de los estudiantes
colombianos y el grado de capacitación de los
profesores.
Confiamos en el 2010 no estar
por debajo del promedio latinoamericano de cobertura
universitaria. Estamos trabajando
por igual con las universidades públicas y las
universidades privadas, exigiéndoles a ambas todos
los estándares de calidad.
Tenemos la convicción de que vamos a lograr,
en breve, la certificación del ciento por ciento
de los programas universitarios y la certificación
de excelencia del 50 por ciento de los programas universitarios.
Y esto va acompañado de un gran esfuerzo en la
administración pública, que debe empezar
por la certificación de calidad en el Gobierno
Nacional de todas las entidades del orden nacional.
El ICETEX, para apoyar las universidades,
en el Gobierno que concluyó pasó de 500 mil millones de
cartera a 800 mil. El Plan de Desarrollo en preparación,
nos pone en la necesidad de llegar a una cartera no menor
de 2 billones.
Se está haciendo todos los esfuerzos para que
el viejo ICETEX burocrático de las recomendaciones
políticas, se acabe. Que los estudiantes puedan
acceder virtualmente, a través del apoyo de sus
universidades, a los créditos del ICETEX.
Y el SENA, tan importante en
esta feria (que nos ha cumplido ya metas parciales
bien significativas, como
la de pasar de un millón de estudiantes a cuatro
millones, de cinco millones de horas de enseñanza
a 16 millones de horas de enseñanza), tiene ahora
varios retos en el nuevo Gobierno.
Un reto: certificar los programas
técnicos y
tecnológicos para que los muchachos que se gradúan
en el SENA, con esos programas debidamente certificados,
puedan ingresar a las universidades, las universidades
los reciban, les aprueben los créditos cursados
en el SENA y puedan acceder al título de educación
superior.
Un segundo reto en el SENA: acompañar a los egresados,
en proceso gradual, para acceder a recursos de crédito.
Y un tercer reto en el SENA:
entrar, como entidad del acompañamiento, en todo el tema del crédito
popular, a través del sistema Banca de Oportunidades.
En capital humano, tenemos otras
metas muy exigentes en salud, muy exigentes en vivienda,
metas muy exigentes
en crédito popular.
Para no extenderme demasiado,
en salud voy a compartir con ustedes solamente una:
aspiramos en el 2010 poderles
decir a los colombianos que hemos logrado plena cobertura
en régimen subsidiado de salud.
En vivienda, en el Gobierno que
terminó, pudimos
realizar unas 360 mil soluciones de vivienda social.
En el nuevo Gobierno, con los incrementos presupuestales,
las nuevas normas, aspiramos llegar a 800 mil soluciones,
que sean la suma de soluciones nuevas, de mejoramiento
a través del banco de materiales y de legalización
de títulos.
En crédito popular, en el día 100 del
Gobierno que empieza, iniciaremos el nuevo programa de
revolución de microcrédito, con el sistema
Banca de Oportunidades. No será un nuevo banco.
Será un sistema, que ojalá comprometa a
todo el sector financiero, a todos los niveles de Gobierno,
a las cámaras de Comercio, a las fundaciones,
a las Ong, a las cooperativas, para avanzar profundamente
en el crédito popular de nuestra Patria.
En el Gobierno anterior pasamos
de 750 mil millones de cartera microempresarial, a
tres billones de pesos.
Confiamos ir mucho más allá en el nuevo
Gobierno.
Tuvimos un millón 800 mil microcréditos.
Y he propuesto una meta, que todavía no me la
han aceptado las entidades de Gobierno ni el sector privado,
de llegar a cinco millones de microcréditos en
el Gobierno que empieza.
Confío que la economía y la vida social
se tonifiquen muchísimo, en la medida que avance
vigorosamente el sistema de Banca de Oportunidades.
En capital físico, en infraestructura, el reciente
reporte del Banco Mundial dice que Colombia está bien
en la infraestructura social de servicios públicos,
y muy retrasada en la infraestructura de competitividad.
No obstante los avances en servicios
públicos,
entre el año 2006 y el 2019, para poder cumplir
las metas, el país debe invertir 29 billones en
mejoramiento de servicios públicos.
Esa tarea es inmensa. Por eso
el Gobierno que empieza pondrá todo el énfasis, y uno de los nuevos
instrumentos es la propuesta al Congreso para que la
totalidad de los recursos de audiencias públicas
se lleve al mejoramiento de agua potable y de saneamiento
básico.
En infraestructura de competitividad
registramos atrasos. Vamos a acelerar todo el proceso
de licitaciones para
las grandes vías del comercio exterior.
Por lo pronto hemos cumplido
una tarea de saneamiento de una serie de litigios,
que tenían estancando
el proceso constructivo en el país. El último
el de Commsa, la comunicación de Bogotá al
río Magdalena por el noroccidente de la ciudad,
un litigio que duró más de 10 años.
Hemos gastado estos años, buena parte de ellos,
en la solución de esos litigios, y con excepción
del ferrocarril del Pacífico, todos los litigios
que encontramos están resueltos. Lo mismo en el
campo de las telecomunicaciones.
Hoy el país está pavimentando 3.300 kilómetros
de vías. Ese pavimento se encuentra en plena ejecución.
Hemos abierto un conjunto de licitaciones de gran importancia
para las nuevas concesiones. Hemos adjudicado con total
transparencia concesiones tan importantes como la doble
calzada Bogotá – Girardot, la concesión
del Aeropuerto de Bogotá, que permitirá en
el curso de unos años duplicarlo en número
de pasajeros, duplicarlo en capacidad de carga, y queremos
trabajar, como se ha hablado con la administración
de Bogotá y con el alcalde Luis Eduardo Garzón,
en todo lo que es la adecuación del entorno del
aeropuerto, para que haya una gran armonía entre
la ciudad, las aproximaciones y los desarrollos de la
concesión del aeropuerto.
Tenemos obstáculos grandes, como el obstáculo
de Buenaventura. En los últimos cuatro años
invertimos 148 millones de dólares en la rehabilitación
de la vía férrea, honrando una concesión
que habíamos encontrado. Y ahora después
de esa inversión del Gobierno, los concesionarios
no han cumplido con los equipos, alegando que no han
encontrado disponibilidad de esos equipos y que las tarifas
no son competitivas en el ferrocarril de montaña.
Confiamos, después de que el Gobierno honró una
concesión que encontró, que se pueda resolver
este problema con los concesionarios, el que nos queda
de los litigios que encontramos en las grandes obras
públicas.
Pero ya están abiertas licitaciones para parte
de los trayectos a fin de construir esa doble calzada
de Buga a Buenaventura, trayecto tan importante del corredor
Bogotá – Buenaventura.
Y tenemos toda la disposición de ampliar los
plazos de las concesiones portuarias. En el caso de Buenaventura
existe una gran diferencia con los requisitos de inversión
previstos por el Gobierno y la oferta de inversión
de los actuales concesionarios.
Tenemos la esperanza de que ellos
recapaciten en los próximos días, podamos cerrar esa diferencia,
y que se comprometan a hacer una inversión del
tamaño que necesita Buenaventura, que es el puerto
por donde se mueve el 60 por ciento del comercio del
país.
Tenemos dificultades, pero las
metas son ambiciosas y las ganas de cumplirlas son
infinitas. Todo esto exige
tramitar una agenda legislativa, que está en curso
y que tiene proyectos tan importantes como el proyecto
de reforma tributaria y el proyecto de las transferencias.
Cada vez que un gobierno en cualquier
parte del mundo presenta una reforma tributaria, se
genera mucha discusión.
Y a mí me parece bien que se dé la discusión.
Por eso, personalmente, he asistido a todos los foros,
el último de los cuales fue FENALCO, a escuchar
críticas de mis compatriotas, a buscar con ellos
opciones.
Lo grave es que los gobiernos
se encierren, eliminen ese diálogo con los compatriotas
y el lobby clandestino -muchas veces turbio y corrupto-,
sea el que determine
los contenidos finales de las reformas tributarias.
Cuánto mejor un examen abierto, espontáneo,
de cara al sol, para lograr el mejor texto posible.
No entro en detalles. Simplemente,
para que ustedes tengan seguridad en sus inversiones,
quiero decirles
qué busca la reforma tributaria: primero, estimular
el crecimiento. Colombia ha sido un país que,
en su historia tributaria, no le ha asignado importancia
a los estímulos como factores remolcadores de
inversión.
Hace tres años, con muchas dificultades logramos
aprobar en el Congreso de la República una deducción
del 30 por ciento a las nuevas inversiones generadoras
de renta, y el resultado ha sido formidable.
Yo soy de la tesis de que las
tarifas no puede dar el mismo estímulo al que crece que al que no crece.
Creo que fue un error en el mundo ese concepto de las
reformas de los años 80, aquí en Colombia,
en Estados Unidos, bajo el Gobierno del presidente Reagan
y en Inglaterra bajo el Gobierno de la señora
Thacher.
Simplemente se rebajaron las
tarifas, dándoles
el mismo tratamiento a los que crecían y a los
que no crecían. Por supuesto se aumentó el
recaudo en los años subsiguientes, pero la tributación
dejó de estimular la inversión.
Nosotros, con la experiencia
de los últimos tres
años, queremos insistir a factores diferenciales
que premien a quienes crezcan.
Por eso una propuesta fundamental
del nuevo estatuto tributario es la depreciación acelerada: que los
inversionistas puedan depreciar el ciento por ciento
de las inversiones en el primer año, y que aquello
que no alcancen a depreciar se convierta en un crédito
fiscal. Y que ese crédito fiscal lo puedan utilizar
en el futuro durante los años que requieran.
Las cuentas que estamos haciendo
muestran que eso puede ayudar muchísimo a la inversión en nuestro
país.
Segundo, que esa reforma nos ayude a financiar las metas
sociales, a algunas de las cuales me he referido.
Tercero, que esa reforma sea
un paso para que el país
recupere el grado de inversión.
Cuarto, que por lo menos un sector
de la academia económica
la reciba como estructural.
Y quinto, que esa reforma simplifique.
El estatuto tributario colombiano tiene alrededor de
1.100 artículos.
La propuesta es que tengamos un estatuto tributario de
no más de 250 – 280 - 290 artículos.
Y estamos en la tarea de sacar
la reforma de transferencias. La reforma de transferencias,
que nos debe llegar a un
equilibrio. Nosotros, en aras de la descentralización,
no podemos quebrar a la Nación. Y en aras de la
Nación, no podemos frenar la descentralización.
La reforma a las transferencias
que estamos tramitando en el Congreso, está buscando el equilibrio. Que
el país continúe con el proceso de descentralización,
pero que se tenga mucho cuidado con las dificultades,
con los riesgos de la Nación.
Tenemos muchas dificultades:
un país todavía
con un 12,6 de desempleo, a pesar de lo que ha reducido
en las 13 áreas metropolitanas, es un país
con mucho problema. Un país que todavía
en septiembre del año pasado tenía un 49
por ciento en la línea de pobreza, es un país
con muchas dificultades.
Pero hemos mejorado. Y los colombianos
pueden tener la certeza de que, con la ayuda de Dios,
nada nos hará debilitar
la determinación en materia de recuperar la seguridad,
que tanta confianza le ha dado al país.
Por eso yo celebro mucho que
podamos tener un trabajo integrado con el alcalde Luis
Eduardo Garzón,
para garantizarle a Bogotá, guía del país,
los mejores niveles de seguridad.
Y en medio de las dificultades
hay buenas noticias. Permítanme compartir algunas
con ustedes.
Por ejemplo, la semana pasada en el congreso de FENALCO,
divulgaba las siguientes: en julio de 2006 las ventas
reales de alimentos y bebidas presentaron un incremento
del 7,88.
Esto es muy importante en términos reales. Y
es muy importante por lo siguiente: porque eso demuestra
que los sectores populares más vulnerables de
la Patria vienen aumentando, mejorando paulatinamente
su capacidad adquisitiva.
Y a eso se le suman aspectos
en sueldos y salarios: en julio de 2006 los sueldos
y salarios reales per cápita
del comercio minorista, aumentaron 5,94 por ciento.
Entonces si esto se coteja con
lo que han sido los incrementos de afiliación de los colombianos a las cajas de
compensación, a la sumatoria pensional entre fondos
de pensiones y Seguro Social, cuentas activas, los colombianos
que están ingresando a las empresas promotoras
de salud, gracias a que se viene mejorando el empleo,
esos son indicadores que nos deben decir a los colombianos
que vamos ganando unas metas parciales, unas bases sólidas
para que nuestro país avance económica
y socialmente más velozmente.
Este año el consumo de energía no regulada,
el que mide la energía de los sectores productivos,
ha venido creciendo por encima del 7 por ciento.
Yo creo que es algo muy importante. El recaudo ha venido
creciendo por encima del 17 por ciento.
En fin, hay una serie de elementos para que, reconociendo
los problemas que tiene nuestra Patria, nos sintamos
comprometidos, estimulados, a sacar esta Patria adelante.
Por eso celebro que aquí es más importante
la concentración de los colombianos en su empeño
de sacar el país adelante, que dejarse desviar
la atención por circunstancias que ocurren, que
no podemos subestimar, pero que podemos superar, como
estas alarmas de los últimos días, que
aspiramos todos los días el avance de la seguridad
pueda darle más tranquilidad a nuestros compatriotas.
Todos los éxitos en esta feria. Le ruego a cada
expositor, le ruego a cada comprador: cuando usted esté en
un diálogo pensar: hay que hacer el aportico para
que Colombia crezca el 6 por ciento y reduzca en este
cuatrienio la pobreza del 49 al 35.
A todos, muchas gracias.