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HOMENAJE A LA EX MINISTRA MARTHA PINTO DE DE HART
Octubre 20 de 2006 (Bucaramanga – Santander)

Compatriotas:

Me honra muchísimo llegar esta noche a esta gran tierra y me levanta el ánimo patriótico advertirla congregada alrededor de uno de sus superiores valores: la exministra Martha Pinto de De Hart.

Que bueno que ustedes nos dan el ejemplo a todos los colombianos de superar todas las diferencias para reunirse alrededor de quien lo ha hecho bien por la región y por la Patria en momento oportuno y de quien a pesar de ese recorrido exitoso, es apenas una figura promisoria que tiene un gran futuro de servicio a Colombia y a Santander.

Tengo por esta tierra, afecto, admiración, respeto. Cuando los avatares del servicio público quisieran invitar a vacilaciones del carácter, siempre pienso en Santander como punto de referencia para correr todos los riesgos con excepción de las declinaciones del carácter.

Hace cinco, seis años, tuve el privilegio de conocer a Marta Pinto de De Hart. Cuando ya avanzaba la campaña de Primero Colombia, entre los años 2001 y 2002, amenazada como ninguna otra por la violencia, me sorprendía su disciplina para viajar permanentemente de Bucaramanga a Bogotá. Su serenidad para enfrentar los riesgos, su firmeza para acompañar y liderar una política que desafiaba al terrorismo que se sentía campeón.

No me extrañaba ese carácter. Sabía de donde provenía pero me preguntaba con asombro, ¿cómo hay tanto valor civil en medio de tanta serenidad? Que difícil combinación. Ese nivel superior de valor civil y esa serenidad que derrota todo lo que se atraviese como adverso.

Tuve la fortuna de que aceptara el Ministerio de Comunicaciones. Me dijo que ella no había trabajado en el área. Y le contesté: “Es una de las razones por las cuales me gusta su designación”. Y emprendió esa tarea con ese aplomo, con esa visión, con esa capacidad ejecutiva, con esa transparencia.

Se había intentado en el pasado reformar a Telecom y quienes anunciaron la idea debieron reversarla sin ejecutarla, porque las reacciones políticas y sindicales habían amenazado con paralizar la marcha del país.

Martha Pinto de De Hart es de pocos anuncios. De una manera muy concisa de concebir, muy clara de planear y muy firme de ejecutar. No se mide, ni se mide en la grande elocuencia, sino en el resultado.

Lo que parecía imposible lo fue convirtiendo en una gran transformación del Estado. Yo admiraba como todos los días avanzaba, vencía con gran facilidad las mayores dificultades. Estábamos compenetrados con una idea.

Colombia no podía estar en ninguno de los extremos que sobre patrimonios públicos se había disputado la política de América Latina, ni en el extremo de los excesos sindicales y de la politiquería, que deformaron la social democracia que impidieron que se reformaran las empresas del Estado y que por no haberla reformado las condijeron a la quiebra, ni en el otro extremo, el de desmantelar el Estado.

Con la Ministra, en sus ejecutorias reafirmamos nuestra tesis del Estado Comunitario, de los patrimonios públicos no al servicio de burocracias politiqueras ni de excesos sindicales. La tesis de los patrimonios públicos al servicio de la comunidad.

La tesis de los patrimonios públicos que no sean cargas pesadas para el presupuesto, sino factores de contribución al servicio de la comunidad. Me entusiasmaba ver como con una gran febrilidad intelectual pero sin temores, sin arrogancia y sin desafíos, avanzaba en lo que parecía imposible, la transformación de Telecom, que la anunció al país en una intervención de segundos; en dos párrafos, le anunció al país una gran visión, una gran decisión, podríamos hablar muchas horas de todos los procesos de Martha Pinto de De Hart en el Ministerio de Comunicaciones y en el Gobierno.

Déjenme simplemente dar un resultado, la vieja Telecom estaría hoy demandando anualmente del Ministerio de Hacienda, 500 mil millones de pesos para enjugar pérdidas y pagar pensionados.

La vieja Telecom no tendría manera de invertir y el país seguiría condenado eternamente a no avanzar en las comunicaciones de las escuelas, de los hospitales, de las alcaldías, en las inversiones de la banda ancha, en todo lo que es la conectividad para la competitividad y la equidad de nuestra Patria.

La nueva Telecom puede generar este año cerca de un billón de utilidades por tercer año consecutivo, genera un flujo de recursos que permite que sin contribuciones del presupuesto nacional, se pague oportunamente a los pensionados, no hay riesgo para sus trabajadores y tiene asegurados más de 800 millones de dólares para invertir en este año y en los que vienen, a fin de que el país produzca un salto en Internet, banda ancha y conectividad como el que ya Martha alcanzó a percibir fruto de sus esfuerzos en telefonía móvil.

La nueva Telecom es garantía para los pensionados de la vieja Telecom, es garantía para los trabajadores, es garantía para la educación, para la salud, para la empresa privada, para la administración pública. La nueva Telecom es un patrimonio muy importante del Estado.

Me permitió la gestión de Martha Pinto decirle a los colombianos en la campaña que terminó el 28 de mayo, que era mejor ser dueños del 50 por ciento menos una acción de de Colombia Telecomunicaciones próspera, patrimonio del presente y del futuro, que haber permanecido el estado colombiano como dueño del 100 por ciento de la antigua Telecom camino a la ruina.

Pero, el liderazgo de Martha Pinto de De Hart se caracteriza por otra circunstancia: cabalga sobre el lomo de la iniciativa. No se había terminado el proceso de transformación de la vieja Telecom en la nueva, y ya estaba pensando en el socio estratégico. No se había podido avanzar en el socio estratégico y ya estaba reformando la televisión. No había podido concluir la reforma de la televisión y ya estaba poniendo las bases para al reforma de Adpostal, que le toca continuar a su muy distinguida sucesora María del Rosario Guerra de la Espriella.

A todos nos asombraba, muchas las virtudes de la Constitución del 91, pero también quedaron por allí estragos del clientelismo. Alguno de los constituyentes creyó que mantendría muchos votos a futuro si en la norma constitucional establecía un elemento de inmovilidad que impidiera cualquier reforma de la vieja empresa estatal de televisión a futuro.

En efecto, se introdujo en la Constitución del 91 una norma que daba esa apariencia, todos creíamos que esa Constitución había cerrado las posibilidades de reformar la televisión y había lanzado las llaves al mar. Se necesitaba que llegara al Ministerio de Comunicaciones Martha Pinto de De Hart, con gran pericia ejecutiva consultó con el Consejo de Estado, con los tribunales, con los expertos y un día me dijo, tengo ya el diseño para reformar el instituto de televisión sin necesidad de reformar la Constitución. Una proeza, un desafío y lo logró sin alardes, serenamente como es una personalidad, la suya, donde prevalecen los resultados.

Hace pocos días visitantes internacionales me dijeron que ese conjunto de reformas habría sido imposible en otro país, y me expresaron y cómo es que cuando los correos no han podido ser reformados en el Japón ni en Inglaterra, Martha Pinto de De Hart se lanza y saca adelante semejante reforma en Adpostal.

La admiración es de propios y de extraños, nos deja muchas reflexiones, la reforma del Estado hay que continuarla, cada vez que los colombianos pensemos en la reforma del Estado tendremos que citar a Martha Pinto de De Hart y revisar sus logros.

En mi concepto, su gestión al frente del Ministerio de Comunicaciones debe ser un caso de estudio de gerencia pública, de visión pública, de reforma del Estado.

Sé que para ustedes, como para todos los colombianos, pero aquí, por especiales circunstancias de la geografía y de la historia, Ecopetrol es importante en grado sumo.

Su futuro hay que pensarlo, teniendo en cuenta lo realizado por Martha Pinto en Telecom.

El Gobierno ha hecho grandes esfuerzos en Ecopetrol, déjenme citar algunos: por primera vez, después de haber denunciado una convención colectiva de trabajo, se mantuvo el Gobierno firme, llevó el proceso al laudo arbitral y a su confirmación por la Corte Suprema de Justicia.

Eso le introdujo factibilidades de sostenibilidad a Ecopetrol en el campo laboral y pensional.

Contrasta con alguna ocasión del pasado, cuando un ilustre santandereano presidía Ecopetrol. Visionó la necesidad de la reforma, presentó la denuncia a la convención colectiva de trabajo, y el Ejecutivo Central lo desautorizó, retiró la denuncia y forzó la denuncia del entonces excelente Presidente de Ecopetrol. Ahí hemos dado un paso importante.

Hace cuatro Ecopetrol invertía 500 millones de dólares al año, este año invierte 1.400 (millones de dólares).

Un Gobierno irresponsable habría podido mantener el nivel de 500 – 700 millones de dólares en inversión anual en Ecopetrol, y llevarse la diferencia al gasto público de cada período del cuatrienio. No lo hicimos así, crecimos esa inversión hasta donde resisten las finanzas de Ecopetrol y de la Nación.

Hasta ahí dos reformas muy importantes, pero necesitamos la tercera, necesitamos la capitalización.

Hemos dado el salto, para pasar de invertir 500 millones de dólares a invertir 1.400, sin embargo no es suficiente. Hay que pensar en el futuro. La empresa no valdrá por sus activos. Estamos haciendo grandes inversiones en la actualización de la Refinería de Barranca y hemos superado otro escollo: tenemos un socio, seleccionado en un procedimiento transparente, como transparente ha sido toda la contratación de nuestro Gobierno, para actualizar la Refinería de Barranca, pero todo eso no es suficiente.

Las demandas de inversión de Ecopetrol en los años que vienen exigen un gran esfuerzo de capitalización, que no está al alcance de las finanzas públicas.

Por eso, le hemos propuesto al país capitalizar Ecopetrol en un 20 por ciento, si Ecopetrol no hace inversiones superiores que le permitan proveerse de más reservas, que le permitan, por ejemplo, incursionar con fortaleza en el campo de los biocombustibles, Ecopetrol puede perder su valor. Su valor futuro depende de que tenga éxito en lo uno y en lo otro. Por eso la capitalización.

Y así como en los debates preguntaba: ¿qué le conviene más al país? ¿Ser dueño del ciento por ciento de Telecom en ruinas, o del 50 por ciento, menos una acción, de Colombia Telecomunicaciones en prosperidad? Quiero dejar una reflexión en la mente de mis compatriotas santandereanos: ¿qué le conviene más al país a futuro? ¿Ser dueño del ciento por ciento de una Ecopetrol sin capacidad de realizar todas las inversiones que se requieren, corriendo mayores riesgos de perder reservas? ¿O que el Estado sea dueño del 80 por ciento de una empresa con músculo inversionista, que puede agregar reservas y diversificar fuentes de energía?

La capitalización es un incremento de la empresa, y eso la hace diferente de la venta. El Estado colombiano no va a disminuir el patrimonio que tiene, va a invitar a una capitalización para que se aumente el patrimonio de la empresa.

Y si ese proceso, gracias a sus inversiones, genera mayor valor en la empresa, ese patrimonio del Estado colombiano también incrementará su valor.

El valor civil de Martha Pinto de De Hart en el tema de las comunicaciones, es un valor civil que hoy necesitamos en el tema de la industria petrolera, para hacer estas reformas.

Cada vez que tengo el agrado de departir con mis compatriotas santandereanos, repasamos una agenda, y aparece el tema, lógico, de los combustibles biológicos.
Hace cuatro años el país no tenía combustibles biológicos. Hoy estamos destilando diariamente un millón, un millón 100 mil litros de alcohol carburante.

En el Gobierno anterior tomamos todas las medidas tributarias de regulación, que posibilitaron que esa industria tomara cuerpo en nuestro país. Todavía hay atrasos muy caros a Santander, como el de la Hoya del río Suárez, que comparte con Boyacá, pero uno de los proyectos ya parece haber logrado el cierre financiero y estar en la etapa de pedido de la maquinaria.

El Gobierno mantendrá toda la atención para que esos proyectos se desarrollen. Pero no podemos mirar el departamento solamente en el área geográfica del río Suárez, en los límites con Boyacá, donde están hoy establecidas las industrias paneleras que se transformarían en alcohol carburante.

Tenemos que mirarlo en el Magdalena Medio donde hay todas las posibilidades del desarrollo del biodiesel a partir de la palma africana. Quiero compartir hoy con ustedes la decisión de Ecopetrol de invertir en Barranca y en el Magdalena Medio santandereano para producir biodiesel a partir de palma africana.

La discusión no es para impedirle al Estado que abra el proceso de capitalización de Ecopetrol, creo que la discusión tiene que ser para exigirle al Estado que Ecopetrol sea futurista en la configuración de su canasta energética. Yo miro con mucho optimismo la posibilidad, que estamos buscando sea realidad, de que en un periodo relativamente corto podamos inaugurar en Santander el proyecto de biodiesel de Ecopetrol, tan importante para agregarle valor a la empresa, para ir convirtiendo la agricultura en agricultura para la energía, para el tema ambiental y para darle a Colombia alternativas biológicas a los combustibles fósiles.

No podía desaprovechar esta oportunidad para proponer a ustedes mis compatriotas santandereanos este tipo de reflexiones.

Lo han dicho mis ilustres antecesores en el uso de la palabra, cómo Martha Pinto de De Hart fue una embajadora permanente de su tierra. En las bellas palabras de Borges, cuando yo venía a Bucaramanga y la oía desde acá hacerle planteamientos al país, en las bellas palabras de Borges veía allí a alguien desde la provincia, provincia de la cual yo provengo allí al otro la do del río Magdalena a alguien desde la provincia con visión universal y al otro día cuando compartía con ella una reunión en Bogotá, en las bellas palabras de Borges veía a alguien desde el universo luchando por todos los intereses de lo local. No hubo tema santandereano que ella no batallara con toda ardentía y amor por su Patria Chica y por su Patria Grande durante los cuatro años que desempeñó con lujo el Ministerio de Comunicaciones.

Le sirvió a su departamento con transparencia y con eficacia. Un concepto bien distinto de la política, entendió que la manera de servirle a su departamento no era con clientelismo ni con contratos, sino con reivindicaciones. No había posibilidad de que se desfilara por su cartera ministerial para reclamar prebendas o puestos públicos, pero abrió todas las posibilidades para que se llegara a su cartera ministerial a demandar las grandes reivindicaciones de Santander.

Ahora el Alcalde, el Gobernador, el presidente del Comité Intergremial, el joven y magnifico director ejecutivo de la Cámara de Comercio, hacían un listado de las gestiones por su tierra de la ministra Martha Pinto de De Hart, yo empezaba a hacer el mío y si quisiera enumerarlo esta noche, aquí no saldríamos hasta las primeras horas de la madrugada.

Se les han olvidado algunos aspectos. Usted me dijo Alcalde: que si “que estaba dispuesto a aportar el 30 por ciento para adelantar el sistema de transporte masivo de Bucaramanga, el Transmetro, -que tiene un aporte del 70 por ciento de la Nación-, pero que yo le tenía que ayudar antes que eso a financiar el viaducto de la novena”, me puso en aprietos, yo no encontraba los recursos, y le dije a la ministra: “¿Martica qué hacemos?”, ella con gran tino, con perseverancia, porque eso si que la distingue, cómo aprendió de bien ese lema de las mamás: ‘la constancia vence lo que la dicha no alcanza’, empezó a buscar esos recursos y los encontró a través de los mejores resultados de Telebucaramanga.

¿Qué aspecto de la vida de Santander no representó Martha Pinto con vocación de servicio en el Gobierno? Ninguno. ¡Y convencía! Porque llegaba a todas partes con prudencia pero con firmeza. Una expresión dulce en un carácter de hierro. Unos argumentos expresados muy razonablemente, pero soportados con la firmeza de no reclinarlos. Así reclamaba todo lo que quería para su tierra.

¡Qué bueno que el país y Santander tengan en las ejecutorias de Martha Pinto una semilla para que todos los reclamemos muchas más ejecutorias de servicio público en el futuro, en el presente, por Colombia y por Santander.

Ninguna reunión con ella es frívola, y menos podría ser la de esta noche. Yo sé que en la mente de todos ustedes circulan los temas de la gran agenda santandereana.

Hemos hecho una referencia a Ecopetrol. No hablemos de lo que está en curso, como los pavimentos viales o el proceso de reestructuración hospitalaria. Hablemos de otros temas.

Confiamos en los próximos días adjudicar en audiencia pública a través de la televisión, con la transparencia con que lo hemos hecho en todos los otros contratos, el contrato de la concesión del área metropolitana de Bucaramanga, que tiene unos trayectos básicos y unos trayectos adicionales que dependerán de las posibilidades del presupuesto nacional, para acercar la ciudad al puerto de Barrancabermeja a través de una doble calzada.

No se puede construir con la rapidez con que quisiéramos, pero quedará definido el esquema contractual, el contrato para que los gobiernos, en permanente acuerdo con el pueblo santandereano, le vayan asignando recursos.

Me parece de gran importancia lo que tenemos que hacer con otras vías. No basta con concluir el Plan 2.500. Y además cada vez que hablo con los alcaldes en Santander o en Antioquia, en las diferentes regiones colombianas, me dicen: Presidente, es insuficiente. Y tienen razón.

Estamos contratando un empréstito de 1.000 millones de dólares para poner a disposición de los gobernadores, a fin de que los departamentos continúen ese Plan 2.500 emprendido por la Nación. Y concentrar a la Nación en las grandes vías de competitividad del comercio exterior.

Tenemos que recuperar totalmente la carretera Cúcuta – Bucaramanga, completar la pavimentación y mejoramiento de la Vía Central del Norte, tan importante también para la competitividad del país y para el oriente de Santander.

La bancada parlamentaria, el Gobernador, el Alcalde de Bucaramanga, en causa común con Norte de Santander, nos han pedido que se reviva el tema de la carretera Cúcuta – Bucaramanga por el Alto del Escorial.

Durante todos estos años yo he sido prudente con el tema, porque no es fácil responderle a todas las regiones de la Patria, con un déficit fiscal que hace cuatro años era del 4,2 y un endeudamiento de la Nación del 54 por ciento del PIB.

Nos hemos venido llenando de razones. En la última reunión le hice una petición a los parlamentarios. Les dije: esta no es una reunión de un cuarto de hora, se convirtió en una reunión de cinco horas, porque los temas hay que mirarlos en detalle para poder tomar decisiones acertadas.

Y al cabo de cuatro horas y media les pregunté: ¿están de acuerdo que no podemos descuidar las obras en marcha? Y me contestaron: sí.

¿Están de acuerdo que para poder acometer la carretera del Escorial necesitaríamos recursos adicionales, porque de lo contrario tendríamos que sacrificar obras en marcha? Me dijeron: necesitaríamos recursos adicionales.

¿Están de acuerdo que la perspectiva de la carretera del Escorial no puede llevarnos a abandonar el proceso de recuperación de la actual carretera por el Alto de Berlín? Y me dijeron: estamos de acuerdo.

¿Estamos de acuerdo que el Gobierno Nacional le tiene que cumplir a Bucaramanga con los recursos de cofinanciación para que Bucaramanga saque adelante el plan de expansión del acueducto? Y me dijeron: estamos de acuerdo.

Entonces les dije: denme una oportunidad de buscar recursos para la vía del Escorial.

Y como esas reuniones no se pueden quedar en el plano de la cortesía, sino que tienen que aprovecharse para tocar los temas como deben ser enfrentados, les dije: permítanme vender las dos electrificadoras: la de Norte y la de Santander, no para que el Gobierno Nacional se lleve el dinero. Con un compromiso, lo firmamos: la totalidad del dinero es para ser invertido en la carretera del Alto del Escorial.

Les voy a hacer estas reflexiones y voy a venir a discutirlo con ustedes en un consejo comunitario. Tómenlas tranquilamente. Escúchenme que después hay tiempo de discutir. Tómenlas tranquilamente.

Estos servicios públicos hoy hay la posibilidad de que sean prestados por muchos actores. Venderla no equivale a que se la lleven. Al contrario, de pronto se crean las condiciones de inversión para que cada día la mejoren.

Independientemente de que sea del Estado o mixta o de particulares, ese servicio público está regulado. Las cuentas hay que pagarlas, sea la empresa estatal o privada. Y el servicio lo cortan, sea la empresa estatal o privada, cuando hay morosidades.

Las tarifas están sometidas a un régimen de regulación, que lo tiene que cumplir una empresa estatal, mixta o privada. La dirigencia política y los usuarios son más exigentes con la empresa privada que con la empresa estatal.

Porque como la empresa estatal en períodos incurre en dañinos paternalismos, entonces no se le exige lo que sí se le exige a la empresa privada, que no puede incurrir en paternalismo.

Me parece que la oposición radical tendría sentido si el Gobierno se fuera a llevar ese dinero para pagar deuda de la Nación o para invertirlo en otras partes.

Pero la propuesta es presentable para que si ustedes (tengan tranquilidad, que este ha sido un pueblo de carácter pero de tranquila y argumentada deliberación), si ustedes estiman, como me lo insistían esta noche el Gobernador y el Alcalde viniendo del aeropuerto, que para integrar las dos áreas metropolitanas, para facilitar las exportaciones de Bucaramanga a la hermana República de Venezuela, la carretera del Escorial es una necesidad, yo tengo toda la voluntad de reemprenderla, pero ayúdenle al Gobierno, que carece de los recursos, a buscar una fuente de financiarla.

De lo contrario a mí me pondrían ante el dilema de mentirles o frustrarlos, de prometerles lo que no podría ser, o definitivamente no poder hacerlo por falta de recursos.

Y el acuerdo sería muy bueno, porque cualquiera sea el valor de las electrificadoras, será apenas una parte del valor de la inversión del Escorial, el resto lo tendrá que coger la Nación.

Es más fácil forzar a la Nación a que aporte ese dinero después de que aquí se ha puesto la cuota inicial con las electrificadotas, que forzar a la Nación a que ponga ese dinero sin la cuota inicial.

No crean que el tema es fácil. La carretera el Escorial tiene en la tecnocracia mucho enemigo. Los unos dicen que la geología de ese tramo de la cordillera no permite que se construya la carretera. Los otros dicen que no les da la tasa de retorno.

Yo tengo la voluntad política para hacer la carretera independientemente de los obstáculos de la tecnocracia, pero necesito ir en alianza con ustedes, que me ayuden con los recursos de la electrificadora.

Y piensen en otro escenario, mis apreciados compatriotas santandereanos. De pronto un Gobierno en apuros vende esas electrificadoras todas en un decir amén. Sin que alcancemos a abrir los ojos y a darnos cuenta que la gastan para pasar apuros y nos quedamos ahí si, sin la electrificadora y sin la vía el Escorial.

Por lo menos el compromiso nuestro es para la vía del Escorial que es la prioridad de ustedes. Y les voy a mencionar otra vía. Ustedes que visionariamente quieren trabajar en región con Norte y con Casanare y con Arauca y con el Sur del Cesar y con las vecindades del Magdalena Medio, están en el imperativo de obligar al Gobierno a mirar la región en su conjunto.

Miren otros compromisos que tenemos. ¿Para qué el Puente de Barrancabermeja sino avanzamos en la carretera de la margen izquierda del río, dirección al Sur de Bolívar? ¿Para qué el puente de Barrancabermeja? sino avanzamos en la carretera que habrá de comunicar a Bucaramanga con Panamá y que exige pavimentar los tramos viales por Antioquia desde el río Magdalena en Yondó, al frente de Barranca hasta Caucacia en el río Cauca, cruzando el Sur de Cordoba, para llegar al Golfo de Urabá y buscar más adelante el Darien y hacer de ese trayecto la comunicación de Cúcuta y Bucaramanga con Panamá. Y eso implica altísimos costos.

Y permítanme referir a otra vía. La parte norte de Norte de Santander. Afectada por los sembradíos de coca empieza a encontrar una gran alternativa en la palma africana y se han aumentado mucho las explotaciones carbón. Pero la vía para sacar esos productos al Caribe colombiano no será la vía del alto del Escorial. Será la vía del Catatumbo a la Mata, cruzando la cordillera por los Motilones. Y esa vía tiene grandísimos costos y la región también me la ha presentado como prioritaria.

En todas ellas tiene que invertir la Nación. Una Nación con escasez de recursos, démosle gracias a mi Dios que encontramos ese déficit si no, no habríamos tenido que trabajar tanto.

Mi Dios nos supo equilibrar, dijo: “Estos que tienen muchas ganas de trabajar ahí les mando una chequera estrecha”. No crean que la tenemos abundante, todo es muy difícil. Por eso el Gobierno comprometido a responderle en todo lo que esté a su alcance a la agenda santandereana, les dice: Piensen en permitirnos un aporte a este proyecto con los dineros de la venta de la electrificadora.

Y es que los compromisos no vencen ahí. Ahí sigue en estudio, con mucha discusión en la alta tecnocracia, la hidroeléctrica del río Sogamoso. Y siguen otros temas de gran trascendencia. En el Gobierno que empieza tenemos el compromiso de alcanzar plena cobertura en educación básica, de avanzar en educación preescolar. De avanzar machismo en universidades, en el Sena.

Plena cobertura en salud. Hoy tenemos 600 mil Familias en Acción, tenemos que llegar a millón y medio de Familias en Acción para que la política social no se quede en le discurso como tantas veces por quedarse en el discurso ha frustrado a Colombia, hay que financiarla. Y nuestra voluntad es cumplirle a Santander y a toda la Patria con esa política social y eso cuesta.

Hace cuatro años en un primer consejo comunitario de Bucaramanga, Alberto Montoya Puyana dijo que el reto era colocar cinco billones en microcrédito. Parecía una utopía. Lo logramos en exceso, pero ahora el país nos dice, “nos quedamos cortos”.

En las próximas semanas empezará el sistema de banca de Oportunidades que exigirá grandes esfuerzos parta darle crédito a los sectores más vulnerables de la Nación, a aquellos que no tienen acceso al crédito o que dependen de la casa de agiotismo.

La política social es muy ambiciosa. Hace cuatro años Colombia tenía la pobreza en el 60 por ciento, el año pasado en el 51. Nuestra meta es dejarla no por encima del 35 en el 2010. Planeación Nacional dice que es muy difícil para el 2010 tenerla por debajo del 39 pero vamos a recorrer el kilómetro adicional para que no quede por encima de 35, a fin de que los Gobiernos que nos sucedan puedan cumplir con la visión de largo plazo para que en 2019, cuando se evalúe la visión Colombia, segundo centenario al completarse los dos siglos de la batalla de Boyacá, Colombia haya reducido el nivel de pobreza al 15 por ciento

Y todo ello nos implica grandes inversiones. Si ustedes van dimensionando todo eso, verán apreciados santandereanos que el resultado puede ser de prosperidad.
Tener un buena empresa de servicios públicos, a través de un acuerdo entre los accionistas, la comunidad y los gobiernos y avanzar en esta infraestructura de competitividad.

No puedo venir a Bucaramanga a acompañar este homenaje a una de las más notables e importantes mujeres de la Patria, sin referirme al tema del orden público

Esta tierra, con su himno, con su historia, con su carácter, ha sido para mi una fuente alimentaría para persistir en la tarea de la derrota del terrorismo.

Nosotros expresamos a la largo de la campaña que terminó el 28 de mayo que la seguridad democrática es un camino a la seguridad y a la reconciliación, cómo no va a ser un camino a la reconciliación si la seguridad democrática ha mostrado sus bondades para todos los estratos sociales, para los periodistas, para los sindicalistas, para los maestros, para las gentes de la política independientemente de que estén en la línea ideológica del Gobierno o en la oposición. Todo eso le da importancia a la seguridad democrática.

Y cómo no va a ser un camino para sostener la reconciliación si ha abierto los espacios de la desmovilización y es la garantía de que al hacer la paz los grupos terroristas sus militantes no sean asesinados en el futuro, porque esa seguridad democrática es la misma que se encargará de protegerlos.

En consecuencia, expresamos que de ganar las elecciones de mayo, abriríamos un espacio para buscar la paz con las Farc. Dije, ese espacio lo vamos a abrir sobre supuestos muy importantes, la Farc se negaba a negociar aduciendo que Colombia no desmontaba el paramilitarismo, los gobiernos hay que medirlos en la elocuencia de los hechos, hoy está desmontado el paramilitarismo en un alto porcentaje, desmovilizado el gran número de paramilitares y la mayoría de los líderes paramilitares recluidos a órdenes de la justicia.

Decía la Farc que no negociaba porque en Colombia se asesinaba a los voceros de la oposición, en el Gobierno de la Seguridad Democrática la oposición ha tenido garantías efectivas sin antecedentes, siempre ha tenido garantías retóricas y formales en Colombia pero en las últimas décadas no había tenido la eficacia de las garantías que ha tenido en este Gobierno, como quedó demostrado en las libertades efectivas que rodearon a la oposición en los últimos certámenes electorales.

Dije allí hay dos presupuestos para avanzar en la negociación, además hemos hecho todos los esfuerzos para que se desarrolle un proceso de paz con el Eln, y el 28 de mayo al agradecer a mis compatriotas la copiosa afluencia a las urnas, con que nos favorecieron, tomé la decisión de buscar la paz acompañando esa gestión de un lenguaje moderado en la sustentación de la política de seguridad.

Pero los actos terroristas, como el atentado de ayer a la Universidad Militar, me han demostrado que ese lenguaje moderado confunde a las grandes mayorías colombianas amigas de la seguridad democrática, desorienta la Fuerza Pública y, lo peor, en lugar de convencer a los terroristas para que hagan la paz, les agranda su espíritu terrorista y los convierte de terroristas en personajes de la política.

Por eso esta mañana a las 7:00 de la mañana hice una pregunta, ¿Qué responde el terrorista cobarde Jorge Briceño, conocido con el alias de Mono Jojoy, al hecho de que unos milicianos de Bogotá el enviaron un mensaje diciéndole que ya habían logrado la tarea asignada de terrorismo en la capital de la República.
¿ A donde está la respuesta del cobarde terrorista?

Y esta noche, después de conocer nuevas evidencias en el día, le pregunto a ese terrorista cobarde, qué responde al mensaje que le envió hoy al jefe de las milicias de las Farc que subsisten en Bogotá dándole las gracias por el atentado y pidiéndole que no lo comunique.

¿Qué responde ese terrorista cobarde?, de ese grupo que mata y roba y engaña, ese terrorista cobarde que no mira de frente, ¿qué responde, ese terrorista cobarde a la coincidencia entre esos mensajes que se ha cruzado con los milicianos de las Farc que aun quedan en Bogotá, y las publicaciones de la página de internet de la Farc de hoy?

Por eso, apreciados compatriotas santandereanos, nosotros queremos buscar la paz pero no al costo de la seguridad democrática, estamos dispuestos a la paz pero no estamos dispuestos a que nos engañen.

Autorice en las últimas semanas al Comisionado, Luis Carlos Restrepo, para buscar acuerdo con las Farc para una zona de encuentro. Pero lo que nosotros no podemos permitir es zonas de encuentro que las Farc utilice como zonas de despeje para reconstruir su capacidad terrorista.

Lo que no podemos permitir es que nuestra generosidad en la búsqueda de una zona de encuentro para el acuerdo humanitario, esté acompañada de carros bomba estallados por las Farc.

La paz, la búsqueda de la paz, no vamos a permitir que el cinismo terrorista, la quiera amenazar con carros bomba. Con nosotros la paz es en serio, la política de seguridad democrática se reafirma en cada momento más en serio.

Por eso esta mañana expresé que quedaba revocada la autorización al Comisionado para reunirse con las Farc, que mientras las Farc persista en acciones terroristas, no hay reuniones, ni zona de encuentro, ni hay tampoco acuerdo humanitario.

Me llamó el Comisionado desde Cuba y me dijo, que allí había la interpretación de que yo lo estaba revocando para que no continuara los diálogos con el Eln, y le dije, el tema del Eln está excluido de esta intervención.

En efecto el tema del ELN está excluido de esta intervención.

En efecto, esta mañana, en las instrucciones dadas a la Fuerza Pública, hubo muchas. Lucha frontal contra el paramilitarismo no desmovilizado, lucha frontal para capturar a Vicente Castaño, lucha frontal contra bandas emergentes, lucha frontal contra cabecillas de las Farc, lucha frontal contra grupos como las Águilas Negras, lucha frontal contra el narcotráfico. No se mencionó al ELN, porque queremos acompañar con toda la buena fe los esfuerzos de paz.

También debo repetir esta noche en Bucaramanga, que a los tres países que han venido buscando acuerdos entre el Gobierno y las Farc para una zona de encuentro, a fin de liberar a los secuestrados, hoy les expresé que esas gestiones quedan suspendidas mientras las Farc persistan en acciones terroristas.

Que mientras las Farc persistan en acciones terroristas el único camino que tenemos para rescatar a los secuestrados es el rescate militar.

Y expresé que estos países que nos han ofrecido sus buenos oficios para la zona de encuentro y el acuerdo humanitario, nos deberían apoyar militarmente, operativamente, con acciones de inteligencia, para poder tener éxito en el rescate militar de los secuestrados, y así lo hablaré con cada uno de esos gobiernos.

Que no quepan dudas, es menos difícil proteger la vida de los secuestrados cuando los gobiernos son firmes contra el terrorismo, que cuando los gobiernos empiezan a cavilar, a vacilar y a prestarse a engaños del terrorismo.

Al mundo hay que decirle que hemos hecho todos los esfuerzos por el acuerdo humanitario, pero que nosotros no podemos avanzar en acuerdos humanitarios mientras las Farc pretenden beneficiarse de esos acuerdos. Y la respuesta que da es la de lanzar cobardes carros bombas.

Que venga a decir ahora que la responsabilidad de la vida de los secuestrados está en el Gobierno, los que dicen eso, revisen si lo dicen por convicción o por miedo a las Farc. El Gobierno no los secuestró, este Gobierno ha reducido el secuestro de más de tres mil casos al año –este año todavía hay muchos- hace 20 días llevábamos 169 secuestros extorsivos.

Este Gobierno ha luchado eficazmente contra el secuestro, y los comandantes militares tienen precisas instrucciones de depurar todos los operativos para buscar el rescate de nuestros compatriotas secuestrados.

Que no quepa duda: la inversión que necesitamos en Colombia para genera empleo y derrotar la pobreza, llega más fácil si los inversionistas ven que hay un país con un pueblo y con un gobierno firmes frente al terrorismo, que si los inversionistas advierten que el Gobierno ha flaqueado, para atender las demandas del terrorismo.

El gobierno español está empezando un diálogo con ETA. Pero ETA lleva tres años sin producir un asesinato en España. ¿Cómo pretenden que a nosotros nos pongan carros bombas, y que el Gobierno responda rogándole a las Farc que nos sentemos a dialogar?

Nosotros no podemos continuar en Colombia una historia de debilidades. El futuro de nuestra Patria, la dignidad de nuestra Patria, el futuro de las nuevas generaciones, en buena parte depende de nuestra firmeza para derrotar el terrorismo.

Esa firmeza será la única que habrá de liberarnos de tener que padecer la eterna esclavitud del terrorismo.

Mis compatriotas de Santander, ¡qué emoción de Patria se siente al decir esta noche que esta tierra tiene en Martha Pinto de De Hart una líder excepcional de la vida colombiana!

¡Qué bueno expresarle, en nombre de mis compañeros de Gobierno, de mi familia, todo el afecto y la admiración que sentimos por ella, por su familia, por su obra!

¡Qué bueno registrar ese universo de Martha Pinto de De Hart, su preparación, su competencia, para expresar lo que conoce y para estudiar lo desconocido, su liderazgo para conducir equipos, su liderazgo para ser compañera en equipos de gobierno, su calidad humana, su sentido de familia, su amor a la Patria, sus responsabilidades con la región.

En esta tierra digamos a Colombia, como dice el himno a Santander, ‘ni un paso atrás, siempre adelante’. Martha Pinto es un ejemplo. ¡Qué viva Colombia y que viva Santander!

 
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