Permítanme concentrarme en ese capítulo
del Capital Social que es la salud.
Hablemos de cobertura y de
calidad: aspiramos, en este Gobierno, llegar al ciento
por ciento de cobertura
en régimen subsidiado.
Segundo, si lo logramos, las
próximas administraciones
presidenciales podrán avanzar para que la brecha
que existe entre el plan obligatorio del régimen
subsidiado y el plan obligatorio de régimen
contributivo se cierre. Si nosotros logramos la meta
de la plena cobertura en régimen subsidiado,
le facilitaremos a los siguientes gobiernos, garantizarle
a los colombianos del régimen subsidiado, el
mismo plan obligatorio del régimen contributivo.
Fuente de financiación, las que se están
buscando con concordancia entre el proyecto de ley
de seguridad social en salud –liderado por la
Presidente del Congreso- y el proyecto de ley de reforma
tributaria.
Ahí vienen unos elementos muy importantes:
transparencia. Nosotros necesitamos –y voy a
hacer unas referencias al país entero- en todo
el país, erradicar vestigios de corrupción
que sean en el manejo local de los recursos de prevención.
Nosotros necesitamos absoluta transparencia y eficiencia
en esos recursos de prevención. Esos recursos
los manejan los municipios, en muchas partes están
bien manejados, en otras partes esos recursos se están
despilfarrando por los caminos tortuosos de la corrupción.
En el tema de hospitales, permítanme
hacer referencia a los procesos de salvamento de
hospitales
y al futuro laboral de los hospitales.
El tema parecería extraño en un hospital
que es solución, en un hospital que va bien,
pero ningún escenario mejor que este para hacer
unos comentarios relacionados con el tema, dirigidos
al país en su conjunto.
Nosotros hemos ayudado a reestructurar
128 hospitales. Llevábamos 127, el número 128 es el Materno
Infantil de Bogotá, esta semana la Nación
le aportó 60 mil millones (de pesos) para ayudarlo
a reestructurar. Hemos invertido 800 mil millones (de
pesos), ustedes desde aquí no ven todo el problema,
porque aquí hay una red hospitalaria que va
bien. Pero ustedes no saben la situación del
Hospital Universitario de Barranquilla, la red hospitalaria
del Atlántico, el Hospital Universitario de
Santa Marta, el de Cartagena, la red hospitalaria de
Boyacá, la red hospitalaria del Huila, etcétera.
El Gobierno Nacional se ha
dado la tarea de ayudar a que salga adelante esa
red hospitalaria. Pues bien,
encontré dos extremos ideológicos, sumamente
apasionados, sumamente adheridos a sus tesis convertidas
en dogmas. Uno, que se expresaba más y otro
menos.
Un extremo que se opone a cualquier
reforma en los hospitales y que por negarse a reformarlos,
finalmente
los condena a que se cierren. El otro extremo, que
juega a que los hospitales (…inaudible…) el Gobierno que dijo: ni lo uno ni lo otro. Vamos a
reestructurarlos, a reducir los costos, a garantizarles
equilibrio fiscal para que puedan subsistir y llegar
nuevamente a ser prósperos.
Les cito dos o tres ejemplos.
Hace cuatro años
el hospital González Valencia de Bucaramanga
era un desastre y era presa de ese antagonismo: los
unos, aquí no se admiten reformas y los otros,
déjelo morir. Y para la Nación era insostenible.
La Nación, que mantiene bastante escasez crítica
de recursos, enviaba un dinero –y eso sucedía
en muchos hospitales-, aliviaba la crisis unos meses
y a los meses recaían en la enfermedad. No eran
sostenibles, hoy es un gran modelo. Lo mismo el Universitario
de Barranquilla.
Ahí nos empezamos a encontrar con una visión
de Estado: ni la tesis latinoamérica de algunas
décadas, que en nombre de la socialdemocracia
llegó al exceso de impedir la reforma del Estado
y arruinó muchas empresas estatales por no dejar
reformarlas ni la tesis neoliberal de los años
90’s de desmantelar el Estado.
Para nosotros lo fundamental es el Estado al servicio
de la comunidad, con entidades eficientes, transparentes,
con entidades sostenibles.
Vamos a seguir en esa tarea.
Faltan muchos hospitales públicos para reestructurar y queremos seguir
en esa tarea. Reestructurarlos trae desgaste político
para el Gobierno, inmensas dificultades, pero es mejor
reestructurarlos que dejar que se mueran.
Se que aquí, a pesar de la generosidad del
presupuesto departamental, de los recursos que pela
la Presidenta de Congreso en el Presupuesto Nacional,
van a necesitar unos nuevos desafíos. Jorge
Iván, usted está muy joven, yo puedo
ser su papá, déjeme darle un consejo:
no le tenga miedo al endeudamiento prudente. Nosotros
tenemos una gran línea de crédito en
FINDETER, a 15 años de plazo, con la DTF. Eso
es prácticamente un regalo. Lo que necesite
para dotación técnica en el hospital,
para dotación científica, allá se
lo podemos prestar. Yo no vengo a regalarle nada, pero
sí a ofrecerle ese caminito.
La línea está abierta para los diferentes
hospitales. Plazo 15 años, tasa de interés
DTF. Me dirán ustedes: ‘van a quebrar
a FINDETER así’. No. El Presupuesto Nacional
subsidia esa tasa de interés y creo que hemos
encontrado allí un gran camino.
Esto es: toda línea
de FINDETER necesita un banco de primer piso para
colocarlo.
Déjenme referir al Seguro Social. Tema bien
difícil, les voy a hablar a ustedes con toda
la franqueza.
A este Gobierno le pasó en pensiones algo muy
grave: se acabaron las reservas. ¿Ustedes saben
cuánto le tenemos que trasladar del Presupuesto
Nacional al Seguro Social este año, para que
cumpla con los pensionados?: 4.5 billones de pesos. ¿Con
eso cuántas veces haríamos la doble calzada
Buga –Buenaventura?, pero le hemos cumplido.
No hemos dejado que se atrasen los pensionados y no
vamos a dejar que se atrasen.
Hicimos la primera parte de
la reforma del Segur, fue desprender las clínicas de la parte central
del Seguro. Esa, apenas, es la primera parte de la
reforma pero ya hay un ahorro. Si nosotros no hubiéramos
esa reforma, este año, el subsidio a las clínicas
del Seguro valdría un billón (de pesos),
todavía las tenemos que subsidiar con 500 mil
millones (de pesos).
¿Cuál es la nueva parte de la reforma?:
por un lado las clínicas y por el otro lado
la parte central del Seguro.
Sobre las Clínicas, vamos ha avanzar en procesos
de reestructuración no uniformes, de una manera
en unas regiones, de otras manera en otras regiones.
Sobre la parte central del
Seguro: ya por ejemplo hemos avanzado, antes de entrar
en la parte central
del Seguro, con procesos en el hospital de Riohacha,
en la clínica de Santa Marta y en la clínica
de Cartagena y esos procesos, que llevan cuatro semanas,
empiezan a encontrar ya, un gran alivio, en los pacientes.
¡Increíble!, en cuatro semanas de haber
empezado a transformar esas clínicas, hoy hay
un gran alivio en los pacientes, lástima que
no esté el Ministro de Salud (Diego Palacio)
aquí, gran amigo de este hospital. El Ministro
tiene muchas virtudes, una que quiero resaltar es la
devoción por ejercer con febril actividad las
funciones de su cargo y me ha dado el reporte de cómo
vienen evolucionando bien esas clínicas.
Aspiro que al final de este
Gobierno podamos mostrar una transformación para los pacientes de las
Clínicas del Seguro Social.
La parte central. Se que hay
discusión. Si
abriera un debate con mi buen amigo, el senador Alexander
López, aquí amaneceríamos debatiendo
sobre el futuro del Seguro. Pero la seguridad que quiero
darles a ustedes es: primero, los pensionados pueden
tener la certeza de que lo que vamos a hacer es para
bien y que así como les hemos quedado bien,
no obstante que se agotaron las reservas, no les vamos
a quedar mal un minuto.
Segundo, se puede tener la
certeza de que algo que va bien, que es riesgos profesionales,
irá mejor.
Y tercero, la EPS, donde tenemos
muchas dificultades, el país se va a sorprender gratamente con una
solución social, que le va a ayudar mucho a
los usuarios, a los pacientes colombianos. Me comprometo
ante ustedes con eso.
Mire, hay que hacer reformas
en las entidades del Estado. ¿Ustedes se imaginan que le hubiera
pasado a Telecom si no lo reformamos?, se hubiera muerto.
A mi me decían hace cuatro años: ‘Presidente
no se preocupe por eso, que lo sustituyen los privados,
déjelo morir’. Siempre es bueno, esa reforma
que hicimos. Hoy vale plata y es muy promisoria empresa
y están a salvo trabajadores, están a
salvo pensionados, está a salvo el patrimonio
colombiano.
Tengo fe que la solución
que esta concibiendo el Ministro para la EPS en el
Seguro Social va a ser
muy buena para Colombia.
Tema laboral. Creo que en los
hospitales –y
le estoy hablando al país, porque aquí estamos
en un hospital sano, sin problemas-, lo que hemos encontrado
en el país, en muchos hospitales públicos,
en clínicas del Seguro Social, etcétera,
me llevan a la siguiente conclusión. Causas
del daño: politiquería, que es infla
costos de ineficiencia, burocráticos. En unas
partes, también excesos sindicales. No se puede
desconocer.
Y empiezo a ver con preocupación un remedio,
que son los abusos de las cooperativas. El cooperativismo
es una solución cristiana a las relaciones entre
el capital y el trabajo, no se puede utilizar, para
deprimir salarios, no se puede utilizar para evadir
prestaciones, no se puede utilizar para que a la gente
no se le vincule a la seguridad social.
El Gobierno que presido dictó un decreto, hace
dos años –por fortuna no lo ha tumbado
el Consejo de Estado- que obliga a las cooperativas
de trabajo asociado a afiliar a los trabajadores a
la seguridad social, a pagar las cotizaciones a las
diferentes entidades y estoy preparando un nuevo decreto
para que las cooperativas de trabajo asociado sean
de verdad de trabajo asociado y no simples intermediarias
laborales.
Quiero proponerles una reflexión: ni excesos
sindicales ni deformación del cooperativismo.
No podemos tener hospitales quebrados por excesos sindicales
ni trabajadores arruinados por abusos del cooperativismo.
Es la reflexión que les quiero proponer.
Vamos a trabajar con otro mecanismo
para financiar mejor la salud. Hoy hay mucha evasión en los
pagos a la salud porque un empleador hace varios pagos,
en el tema de seguridad social y parafiscal. Un pago
en pensiones, que puede ser muchos pagos, dependiendo
de que la nómina de trabajadores se divida entre
el Seguro Social, los fondos y entre muchos fondos.
Un pago de salud que pueden ser muchos, dependiendo
de que la nómina de trabajadores se divida entre
una o varias EPS. Un tercer pago en riesgos profesionales
y un cuarto pago que corresponde a cotizaciones de
SENA, Bienestar Familiar y Cajas de Compensación.
Eso es muy costoso en trámites y estimula evasión, ¿por
qué?: porque los trabajadores controlan que
no les evada cuando están afiliados a los fondos
de pensiones, pero no controlan en salud, porque el
sistema de salud lo tiene que dar, la misma atención
al trabajo de salario mínimo que por decir algo
al trabajador de un millón. Entonces ahí se
abusa y hay mucha evasión de la salud.
¿Cómo la vamos a controlar?: venimos
trabajando desde hace 3 baños para que esos
4 pagos se conviertan en un pago único y entonces
así no haya posibilidades de evasión
y se disminuya los trámites. Vamos a llegar
al ciento por ciento contribuyentes con pago único
en mayo del año entrante.
Veo eso con mucha esperanza para evitar que se evadan
recursos de salud.
ACUERDO HUMANITARIO
Se que no puedo eludir en ningún
escenario de Cali el tema del acuerdo humanitario,
voy a abusar
de ustedes para hacer unos comentarios sobre el tema.
Hace cuatro años, cuando fui elegido Presidente
de la República, llegué con la tesis
que había agitado en campaña, de que
un acuerdo humanitario tendría que ir de la
mano de un nuevo proceso de paz, que debería
tener como presupuesto un cese de hostilidades. Flexibilicé la
posición, después hablar con el Presidente
(Jacques) Chirac, de Francia, con los familiares de
los secuestrados; con la Iglesia Católica y
con el Secretario General de Naciones Unidas (Kofi
Annan).
Para no ser exhaustivo en el
recuento de los pasos que ha dado el Gobierno, permítanme referir
a unos pocos: liberamos unilateralmente 27 guerrilleros
de las Farc, aceptamos una zona de encuentro en la
Cordillera Central vallecaucana, que no aceptó la
guerrilla, fue propuesta por Francia, España
y Suiza, de aproximadamente 180, 220 kilómetros,
con la condición de que no hubiera soldados,
tampoco guerrilleros con armas. El Gobierno la aceptó,
solícitamente, cuando lo propuso la Unión
Europea.
Las puertas están abiertas, pero sin afectar
la Seguridad Democrática.
El 7 de agosto dije que el
Gobierno no le teme a la negociación, que aquello a lo cual le temo es
a que: avance el Gobierno, no ganemos la paz y perdamos
los avances en Seguridad Democrática.
El Gobierno insistirá en la Seguridad Democrática, ¿por
qué?: ha demostrado que es útil para
todos los colombianos. Falta mucho en resultados, pero
ha ganado dos cosas: primero, la circunstancia de que
la Seguridad Democrática haya protegido por
igual a los amigos del Gobierno que a sus críticos,
ha demostrado que la Seguridad Democrática es
un valor para el ejercicio de todos los valores democráticos.
Y eso debería llevar a que las personas que
disienten de mis tesis, empiecen a pensar en la necesidad
de convertir a la Seguridad Democrática en un
patrimonio de todos los colombianos. Sin Seguridad
Democrática es imposible el disfrute de los
otros valores democráticos, además es
una fuente de recursos para que crezca la economía
y haya inversión social.
Segundo, hemos ganado en motivación de Fuerza
Pública. Falta mucho, pero hemos ganado. Nuestra
Patria no ha tenido unas Fuerzas Armadas golpistas,
pero nuestras Fuerzas Armadas han tenido años
de desmayo, de desmotivación. Ahora están
motivadas, eso no lo podemos afectar.
Nosotros tenemos tanta firmeza
para la Seguridad Democrática,
como apertura para la paz. La Seguridad Democrática
es el camino a la reconciliación y a sostener
la reconciliación. Y lo digo por dos razones:
un opositor mío, que sienta que la Seguridad
Democrática lo protege, debe pensar que en este
país debemos vivir reconciliados, a pesar de
que tengamos diferencias.
Segundo, un guerrillero o un
paramilitar que se desmovilice y que sienta que la
Seguridad Democrática lo
protege y que no se repite lo del pasado, que se desmovilizaban
y los mataban, debe entender que la Seguridad Democrática
es un gran elemento para sostener la reconciliación,
una vez lograda.
Por eso, la voluntad de paz
no puede poner a riesgo la Seguridad Democrática. Y ha habido toda la
voluntad de paz, los hechos son más elocuentes
que las palabras. De los 40 mil desmovilizadosm hay
más de 7 mil de la guerrilla, mucho más
que los que se desmovilizaron en el pasado. Se desmovilizaron,
que se yo, números más, números
menos, 900 del M – 19, entregaron menos de 300
armas. 2 mil del EPL. Un grupo de la Corriente de Renovación
Socialista, el Quintín Lame. Mucho más
es la cifra de ahora, más de 7 mil desmovilizados
de la guerrilla.
El Gobernador sabe todo el
esfuerzo que hemos hecho para el proceso de paz con
el ELN. En las últimas
semanas el Comisionado (de Paz, Luis Carlos Restrepo)
ha cumplido una tarea discreta, sin publicidad, con
el ELN, preparando la ronda de Cuba y ojalá sea
exitosa.
¡Qué mejor que
hacer la paz con las Farc!
El 28 de mayo, cuando los colombianos
me permitieron extender este período, me dije: voy a asumir
una actitud prudente en el discurso de Seguridad Democrática,
para contribuir a la paz. He procurado tener un lenguaje
prudente en esa materia, para ayudar a crear un ambiente
de paz.
El Gobierno tiene disposición
del acuerdo humanitario y de la zona de encuentro.
Pero mire, sobre esta geografía de esta bella
tierra vallecaucana digamos lo siguiente: aquí hay
un gran sufrimiento de parte de los familiares de los
secuestrados y un gran miedo de amplios sectores de
la comunidad, de que llegare a darse una zona que sea
una réplica del Caguán.
Por un lado escucho a los familiares
de los secuestrados –ahora
me acaba de entregar Angela Giraldo una carta, que
la voy a leer con todo detenimiento, comprendo su angustia,
su dolor- y por otro lado, muchos estamentos vallecaucanos
dicen: ‘Presidente, no se le vaya a ocurrir otro
Caguán en el Valle del Cauca’.
Miren el equilibrio con el
cual tenemos que manejar esto. Yo repito toda la
voluntad para una zona de encuentro,
con condiciones propicias para la eficacia del acuerdo
y de la paz. He autorizado al Comisionado, Luis Carlos
Restrepo, para que se reúna con las Farc, a
hacer un preacuerdo, que creo que se necesita para
que eso funcione bien.
Y he dicho: hay zonas de encuentro
de zonas de encuentro. En una zona de encuentro puede
que no se exija cese
de hostilidades, para otras sí hay que exigirse.
Y un cese de hostilidades debe ser verificable y las
personas entonces deben ubicarse en unos sitios donde
la comunidad internacional pueda verificar.
“Que el cese de hostilidades tiene que tener
reciprocidad del Gobierno”, ¡por supuesto!,
pero para eso tiene que ser verificable. Y creo que
eso es razonable.
Y le he expresado al país otros dos puntos:
así uno desvincule el acuerdo humanitario del
proceso de paz, un acuerdo humanitario habrá que
entenderlo como un paso hacia un proceso de paz, por
eso tiene que tener toda la buena fe y las características
que demuestren esa buena fe, en pro de la paz. Y ahí entramos
al segundo punto, algunas condiciones adicionales.
He venido diciendo, desde el
principio del Gobierno, que no podemos soltar guerrilleros
de las cárceles
para que vuelvan a delinquir. En el pasado fue muy
grave, salieron unos guerrilleros de la cárcel,
se reincorporaron a las Farc y a los 15 días
aparecían en los canales de televisión
con el uniforme de las Farc, en actitud desafiante,
blandiendo armas.
¿Ustedes se imaginan qué pasa en la
sicología de un soldado de la Patria, que esté recuperándose
de una herida en una pierna, en un pabellón
de sanidad de un hospital, que de pronto le hayan tenido
que amputar una pierna, que esté esperando una
prótesis, herido por una mina antipersona y
que vea que los guerrilleros salen de la cárcel
para volver a la guerrilla?
El Presidente de la República no tiene facultades
para liberar a cualquier condenado, me han dicho la
Procuraduría y me han dicho los abogados, que
si hubiera un acuerdo humanitario, hay facultades para
liberar algunos condenados. La condición, por
la conveniencia del país es, no vuelvan a delinquir.
Que haya una garantía operativa de que no se
van a reintegrar a actividades delincuenciales. Creo
que esto es razonable. Lo digo con franqueza, pero
con el ánimo de abrir las puertas sobre bases
razonables.
¿Para qué abrir
las puertas para un fracaso?, arbolito que crece
torcido, torcido se queda.
Esto tiene que crecer con solidez, nacer con solidez,
con vigor y tiene que tener condiciones como esta en
la buena fe.
El tema de las armas, que la
guerrilla necesita llegar allí con una gente armada para que los proteja
y que no puede haber soldados ni policías de
la Patria. Me pregunto, ¿entonces de la zona
que llegare a demarcarse, vamos a retirar las armas
constitucionales de la República, para permitir
las armas de la guerrilla?, eso no queda bien. So pretexto
de que la guerrilla necesita una gente armada que la
cuide, entonces ¿quién nos va a cuidar
a la ciudadanía si tenemos que retirar las armas
de la República?
Por eso lo que propuso Europa
es razonable: que no hay guerrilleros armados, que
se retire la Fuerza Pública
y que en lugar de unos y otros haya unos observadores
internacionales. Si se quiere, una delegación
internacional para proteger a unos y otros.
Yo siento muchas dificultades
en el Valle del Cauca para decir estas cosas, porque
aquí hay mucho
dolor por los secuestrados. Pero también me
veo obligado a decirlas porque aquí hay mucha
preocupación y la gente me dice: ‘Presidente,
mucho cuidado que no vaya a haber otro Caguán’.
Por eso he querido tomarme
estos minutos de ustedes para decirles esto: abramos
las puertas, pero no arriesguemos
la Seguridad Democrática. Que bueno dar pasos
hacia la paz, pero rodeados de la confianza del pueblo
colombiano.
¿Saben qué le da confianza al pueblo
colombiano sobre la paz?: gestos de buena fe. ¡Gestos,
hechos de buena fe! Los hechos son más elocuentes
que las palabras.
Jorge Iván, queridos
compatriotas vinculados al Hospital, todas las felicitaciones.
Muchas gracias.