LANZAMIENTO DE
LA MATRIZ DE INTERESES DE COLOMBIA EN LA NEGOCIACIÓN
DEL TLC CON ESTADOS UNIDOS
Octubre
19 de 2006 (Bogotá – cundinamarca)
Compatriotas:
Permítanme, en primer lugar, deplorar el carro
bomba que afectó esta mañana las instalaciones
de la Universidad Militar y la Escuela de Altos Estudios
Militares.
A las 7:00 de la
mañana, de mañana, con
los Altos Mandos, el señor Ministro (de Defensa,
Juan Manuel Santos), acudiremos a la Escuela para reiterar
allí todo lo que es la política de seguridad,
la necesidad de su persistencia y algunos puntos específicos
que se definieron el Consejo de Seguridad de hoy.
Estamos a la espera
de que las autoridades competentes para las investigaciones
vayan haciendo claridad sobre
los autores materiales e intelectuales de este nuevo
atentado terrorista. Pero lo vamos a enfrentar con toda
determinación. De eso que no quepa la menor duda.
Dependiendo de cómo avancen esta noche las investigaciones
a cargo de las autoridades competentes, nosotros introduciremos
nuevos comentarios que se agregarán a las decisiones
que hoy tomó el Consejo de Seguridad, y que debió comunicar
esta tarde el señor Ministro de la Defensa.
Quiero agradecer
inmensamente el esfuerzo de ustedes, doctor Ramírez Ocampo, doctor Martín Gustavo
Ibarra, doctor Darío Castaño, y a todo
el equipo que ha ayudado en este examen tan valioso.
Examen que nos va a ayudar muchísimo, que se convierte
en un gran legitimador de lo que fue el proceso de negociación
y de lo que es el contenido del acuerdo.
Nos va ayudar muchísimo en las etapas que vienen
ante el Congreso de la República para la aprobación
de la ley ratificatoria, y ante la honorable Corte Constitucional
para la revisión de constitucionalidad, que debe
tramitar la Corte Constitucional antes de que el Presidente
de la República sancione la ley ratificatoria
y se proceda al canje de ratificaciones.
Ese magnífico esfuerzo profesional no tiene de
parte del Gobierno sino una expresión de reconocimiento
y de gratitud. Qué bueno lo que les hemos escuchado
sobre cómo Colombia obtuvo ese alto porcentaje
de lo que logró, cómo en aquel cinco por
ciento de lo no logrado no se afectan intereses sustanciales
del país, cómo el tratado, por ejemplo,
nos permite unas disposiciones más ventajosas
en materia de origen, de planes Vallejo, de zonas francas
de exportación, que las que tuvieron países
como México.
Yo he oído a muchos compatriotas, que se oponen
al tratado, referirse al caso mexicano, y no reconocen,
por ejemplo, ese gran avance en exportaciones de nuevos
productos que México ha tenido hacia el mercado
de Estados Unidos, a lo cual se refería usted,
doctor Ramírez Ocampo, sino a la circunstancia
de que en México no ha habido un favorecimiento
regional homogéneo, derivado de este tratado.
Creo que el argumento
que usted nos trae de cómo
han crecido esas exportaciones mexicanas basadas en nuevos
productos, más la circunstancia de que el tratado,
próximo a firmarse entre Colombia y Estados Unidos,
tiene unos elementos de reglas de origen que favorecen
a Colombia, y que en su momento no favorecieron a México,
y que en un tratado bilateral firmado por Estados Unidos
más reciente, que no tiene más de dos,
tres años, que es el tratado con Chile, tampoco
favorecieron a Chile, eso nos da un argumento muy importante
ante el Congreso de la República y por supuesto
ante la Corte Constitucional.
Me parece de gran
importancia el reconocimiento que usted les hace a
mis compañeros de Gobierno, encabezados
por el ministro (de Comercio, Industria y Turismo) Jorge
Humberto Botero, los ministros que por el sector que
conducen tuvieron que participar activamente en la negociación
del tratado, como el Ministro de Agricultura y el Ministro
de Protección Social, a Hernando José Gómez
y al equipo negociador, no sólo sobre la destreza,
el conocimiento, la capacidad negociadora, el éxito
negociador, sino sobre la transparencia.
El ministro Botero
en múltiples ocasiones ha
recordado al país que se suscribió un convenio
de vigilancia especial con la Procuraduría, para
que la Procuraduría, a lo largo de todo el proceso,
ejerciera esa vigilancia sobre la manera como marchaban
las negociaciones. Y eso está publicado hoy en
lo que han denominado el Libro Blanco de la Negociación.
Y lo que es importante
es que no sólo está publicado
por el Gobierno, sino que está publicado con el
aval de la Procuraduría General de la Nación.
Y quiero resaltar
lo que usted recordaba, dos elementos que le dan mucha
legitimidad al tratado. Primero, la
amplia participación en el proceso de negociación.
Nosotros vamos a llegar al Congreso de la República
sin que el Congreso pueda decir que se siente sorprendido,
porque quienes estaban en el periodo anterior tuvieron
oportunidad de hacer seguimiento paso a paso, letra a
letra, del proceso de negociación del tratado.
Y quienes por primera vez han llegado al Congreso de
la República, como ciudadanos que intervenían
activamente en la política, también pudieron
conocer, casi en el mismo nivel de detalle del Congreso,
cómo iban avanzando las negociaciones, por esa
manera abierta, con criterio de plena luz del día,
de cara a la opinión pública, con la cual
procedimos.
Y no sólo fuimos a la elección presidencial
con el compromiso del tratado, sino que cuando algunos
estrategas de la política a principio de año
nos decían que debíamos aplazar las negociaciones
para que primero se diera la elección del Congreso
y después la elección de la Presidencia
de la República, nuestra posición fue la
contraria: hay que acelerarlas para que el país
llegue a elecciones de Congreso y a elecciones de Presidencia
sabiendo claramente qué proponen los diferentes
aspirantes y los diferentes candidatos sobre esta materia,
para que no haya aquí ningún aplazamiento
por cálculo político.
Eso hizo parte de
un elemento conductor de nuestra campaña
tanto en Congreso como en la campaña presidencial:
nunca someter el superior interés público
al cálculo electoral. Fue muy importante haber
apresurado el cierre de esas negociaciones, antes incluso
de la elección de parlamento.
Se quedaron temas,
que después aparecieron, como
algunos temas relacionados con la industria avícola,
y el tema de la carne de ganado vacuno.
Aparecieron después de elecciones como dificultades
con los Estados Unidos. ¿Por qué? No por
culpa del Gobierno de Colombia, sino por interpretaciones
de los negociadores de los Estados Unidos. Pero también
los resolvimos con toda transparencia. El último
de ellos, el de la carne de ganado vacuno que los Estados
Unidos podría exportar a Colombia, proveniente
de animales de más de 30 meses de edad, después
de muchas discusiones, muchas semanas de atraso, se logró resolver
a partir de una pregunta: ¿la carne que los Estados
Unidos nos enviaría de animales de más
de 30 meses de edad, tendría los mismos requerimientos
para ser exportada a Colombia, que los requerimientos
que se imponen para ser consumida en los Estados Unidos?
Y nos contestaron: sí. Y lo pusieron por escrito.
En ese momento,
cuando además se sumaron certificaciones
de organismos internacionales sanitarios que tienen bajo
su control temas como el de la ‘peste loca’ en
el ganado vacuno, nos permitieron avanzar y cerrar esa
negociación.
Estamos a espera
de que terminados estos 90 días
que la legislación norteamericana impone al Ejecutivo
para que, una vez cerrada la negociación, durante
90 días pongan a consideración del Congreso
el Tratado, estamos a la espera que culminado ese periodo
del 22 de noviembre, muy próximo a esa fecha,
podamos firmar el Tratado.
Y hay temas allí cruciales, a partir de ese momento.
Estados Unidos está en elección de Congreso.
La aspiración nuestra será que en ese periodo,
entre la elección del nuevo Congreso y la iniciación
de actividades del nuevo Congreso, el Congreso norteamericano
lo apruebe. Si llegáremos a no tener éxito
en esa aspiración, que muchos analistas la ven
muy difícil por la complejidad del momento político
de los Estados Unidos, y las comparaciones son odiosas,
pero válidas: aquí nunca calculamos el
momento político, al contrario, aceleramos para
que hubiera claridad en el momento político. Allá la
complejidad del momento político ha venido aplazando
decisiones.
Nosotros vamos a
luchar para que en ese período,
entre la elección y la posesión del nuevo
Congreso, lo aprueben. De lo contrario, para que en los
primeros meses del año entrante quede aprobado
y de todas maneras vamos a necesitar la extensión
del ATPDEA. Porque aun en el evento de que el Congreso
norteamericano llegare a aprobarlo este año, en
el Congreso colombiano no habría tiempo de darle
aprobación total.
Los ministros están trabajando para que, por
lo menos, llegare a tener, antes del 31 de diciembre
o antes del 16 de diciembre, una aprobación en
primer debate en las comisiones respectivas de Senado
y Cámara. Pero creo que no alcanzaríamos
a tener aprobación en las plenarias y es imposible
este año el otro paso, que es la revisión
de constitucionalidad de la honorable Corte.
Entonces, de todas
maneras vamos a requerir la extensión
del ATPDEA. En eso vienen trabajando nuestras autoridades
de comercio, la señora Embajadora (de Colombia
en Estados Unidos) Carolina Barco –en Washington-,
y viene trabajando nuestra Canciller, María Consuelo
Araujo.
Cuando cerramos
la negociación de carne, la señora
(Susan) Schuwab (representante comercial de los Estados
Unidos) me dijo que, en el peor de los casos, al firmar
ellos proclamarían que la ratificación
en el Congreso norteamericano tendría que ser
con fecha retroactiva al 1° de enero. Yo le expresé que
eso de todas maneas nos creaba aquí incertidumbre
y costos, que lo que necesitábamos era, por lo
menos, la extensión del ATPDEA por un período
prudente, el necesario, para culminar la formalización
del Tratado.
La embajadora Carolina
Barco hoy está moderadamente
optimista sobre la posibilidad de conseguir la extensión
del ATPDEA.
Y viene un gran
reto con el cual usted ha concluido su intervención, doctor Jorge Ramírez,
la tarea que tiene que hacer el Gobierno para que el
país pueda obtener resultados de este Tratado
y de los demás mercados que estamos buscando,
porque ustedes saben que hace 4 años tampoco se
veía posible el acuerdo CAN - MERCOSUR, hoy es
una realidad.
Confiamos firmar
en los próximos días
el acuerdo con Chile, tenemos mucho entusiasmo particularmente
en la parte de inversiones. Dicho de manera elemental,
a los chilenos les sobra 30 ó 40 mil millones
de dólares para invertir, y nosotros tenemos manera
de ponerle uso a esa platica en nuestro país.
Ellos miran con
muy buenos ojos a Colombia, conversando con todos ellos
me parece que tienen a Colombia como
el primer destino de inversión chilena en la región.
Ayer tuve una gratísima reunión con el
director del principal grupo reforestador de Chile, está en
Colombia comprando 40 mil hectáreas para empezar
un programa de reforestación. Entonces ya no es
una ilusión, están en el país, y
están en el proceso de adquisición de esas
hectáreas.
Todos los días oímos avances de inversiones
chilenas en Colombia, de ahí que nosotros miramos
que ese Tratado es un tratado más importante que
por el comercio, por lo que es el potencial de inversión
chilena en nuestro país.
Y se adelanta el
tratado con tres países centroamericanos.
El nuevo Gobierno
canadiense ya ha dado señales
muy positivas, hemos tratado el tema con los dos anteriores
gobiernos de Canadá, siempre tuvimos respuestas
positivas pero no avances concretos, se quedaron en teoría.
El nuevo Gobierno canadiense da la sensación de
querer entrar ya a negociar con nosotros ese tratado.
Y el avance con
la Unión Europea es positivo,
y la actitud que asumió Bolivia finalmente está ayudando
a que avance el tratado con la Unión Europea.
Y aquí me dice el Ministro, en voz baja, que recuerde
también el tratado con Cuba. Quiere decir Ministro
que usted interpreta bien la política de relaciones
exteriores de Colombia, que es de poligamia.
Y por supuesto,
necesitamos el gran esfuerzo en el aporte del Gobierno
para competitividad, para mejorarla. Hemos
estado trabajando toda la agenda de competitividad, en
armonía con lo que tiene que ser el nuevo Plan
de Desarrollo y en armonía, o entendida como un
capítulo de lo que es la Visión Colombia
2019.
Agenda de competitividad
que está vinculada al
comercio exterior y que está vinculada a un objetivo,
que en el año 2010, el 20 de Julio, en la víspera
del final de este Gobierno, cuando estemos analizando
las metas parciales de la Visión 2019, podamos
decirle al país que hemos podido reducir al pobreza
al 35 por ciento.
Hace cuatro años estaba en el 60, el año
pasado estaba en el 51, Planeación Nacional dice
que haciendo un gran esfuerzo la llevaremos al 39 en
el 2010, pero vamos a recorrer una milla adicional para
que no sea en el 39 sino en el 35.
Por eso el objetivo
de que crezcamos al 6 por ciento. Hace tres años nos propusimos crecer al 5, hemos
hecho todos los esfuerzos, lo logramos, pero ahora hay
que conseguir un segundo objetivo, estabilizar esa tasa
de crecimiento y avanzar hacia el 6 por ciento, y convertirlo
en un propósito nacional y en una meta mínima
de crecimiento sostenible en un horizonte de largo plazo
Yo veo una cosa
buena para nuestra economía y
un gran riesgo. ¿Qué veo bueno? Hay confianza
para invertir en Colombia. Uno diría que Colombia
está de moda, todos los días hay más
decisiones que demuestran la confianza en nuestro país,
miremos las licitaciones recientes, la de la concesión
de El Dorado, la escogencia del nuevo socio para la refinería
de Cartagena, ya están anunciando que quieren
llegar terceros para aumentar todavía más
esa inversión.
Sin haber recuperado
el grado de inversión, que
seguramente nos vamos a demorar unos años, y que
es uno de los puntos por los cuales necesitamos que el
Congreso nos apruebe la agenda económica que está hoy
a consideración de ese órgano, el país
pudo, hace dos o tres semanas, colocar mil millones de
dólares a un plazo de 31 años y con una
tasa de interés del 7,44.
A mí me sorprende leer los reportes económicos
de todos los días y ver que el spread para los
bonos del Estado colombiano ha pasado de más de
700 puntos a menos de 200, y me sorprende más –me
parece que leo mentiras- cuando veo que están
más reducidos los spread para los bonos del Estado
que para los bonos del estado chileno.
Eso, la semana pasada
ministro Botero, usted que me abre los ojos, el spread
nuestro, y aquí está la
doctora Patricia, la doctora Marcela, me corregirán,
los colombianos llegaron a ponerse en 170 y los chilenos
12 - 15 puntos por encima. Y esos 170 - 180 tienen una
gran importancia, hace 4 años eran casi 700.
Entonces vemos con
optimismo lo que hay de confianza para invertir en
Colombia, lo tenemos que consolidar,
y de ahí la importancia de la agenda en el Congreso:
reforma tributaria, reforma al sector financiero, transferencias.
El país necesita adquirir una gran conciencia
sobre transferencias, yo voy a pedirle a cada uno de
ustedes que nos ayuden.
Al Congreso lo han
atemorizado diciendo que la fórmula
del Gobierno es regresiva en materia de descentralización
y que entonces se van a venir todos los alcaldes en contra,
todos los gobernadores en contra, todos los maestros
en contra, el sector salud en contra. La fórmula
es equilibrada, fomenta la descentralización y
evita que quiebren a la Nación. Y nos van a tener
que ayudar ustedes a crearle al país la necesidad
de aprobar ese estatuto de transferencias. Es muy presentable
y vamos a hacer todos los esfuerzos ante la opinión
pública para que la opinión pública
le dé tranquilidad al Congreso, a fin de que el
Congreso definitivamente lo apruebe.
El Gobierno, pues,
tiene todo el compromiso con esa agenda, y nos preocupa
el tema de hidrocarburos. Si ustedes
me preguntaran el riesgo de economía colombiana,
hace cuatro años teníamos muchos: pensiones,
el punto donde había llegado el endeudamiento,
el déficit, etcétera. Se han venido corrigiendo
lentamente. Hoy el más preocupante es el futuro
de hidrocarburos. Hemos avanzado pero no lo suficiente.
Hace cuatro años se exploraba en diez pozos por
año, este año vamos a explorar entre 47
y 50.
Tenemos concesiones
muy importantes, como la concesión
en el Caribe, enfrente de Santa Marta y Cartagena, la
concesión Tayrona, que parece promisoria en hallazgos
de gas. Pero todavía no podemos comprometernos
con resultados, falta un tiempo.
En síntesis, en esa materia se ha aumentado mucho
la inversión en nuestro país, pero todavía
no se han agregado suficientes reservas, seguimos con
un gran riesgo.
¿Cómo lo estamos enfrentando? De dos maneras:
además de estimular las nuevas inversiones, con
el proceso de capitalización de ECOPETROL, que
también necesita un gran acompañamiento
de la opinión pública, y con la búsqueda
de energías alternativas.
En ECOPETROL emprendimos
una reforma muy de fondo en materia pensional y laboral
hace cuatro años.
Por primera vez en la historia la convención colectiva
de ECOPETROL no solamente la denunció al Gobierno,
sino que llevó la denuncia hasta las últimas
consecuencias, hasta el fallo de homologación
sobre el laudo arbitral que se produjo en la Corte Suprema
de Justicia.
Recuerdo que en
una ocasión anterior, hace muchos
años, cuando un gerente de ECOPETROL denunció la
convención colectiva, el Gobierno de entonces
lo desautorizó, se retiró la denuncia de
la convención, presentó renuncia el gerente
de ECOPETROL y se mantuvo el esquema laboral y pensional
que apenas pudimos modificar ahora. Creo que dimos un
gran paso en ECOPETROL, pero no suficiente. Hemos aumentado
la inversión en ECOPETROL, pero necesitamos mucho
más.
Cuando a mí me dicen los críticos de nuestra
propuesta de transferencias equilibradas, descentralización
sin arruinar a la Nación, que la Nación
no ha hecho suficiente ahorro, hay muchas respuestas
para darles: una, es que hemos pasado el endeudamiento
neto del país del 49 por ciento al 33, esos puntos
de diferencia son ahorro de la Nación.
Y una segunda, hace
cuatro años ECOPETROL invertía
500 millones de dólares por año, este año
invierte 1.400. Si el Gobierno estuviera procediendo
de manera irresponsable podría haber mantenido
el nivel de inversión de ECOPETROL en 500, 700
millones, y lo otro lo habría llevado a gasto
en el presupuesto de la Nación. No. Lo hemos llevado
a acrecentar inversión, hemos hecho todo el esfuerzo
para acrecentar con nuestros propios recursos la inversión
en ECOPETROL.
¿Por qué la capitalización? Porque
no alcanzamos con nuestros propios recursos los niveles
para una inversión suficiente en ECOPETROL.
Y pido también a ustedes una ayuda: aclimatar
en la opinión pública la necesidad de esa
capitalización. Y hay un elemento elemental: para
el país es mucho mejor ser dueño del 80
por ciento de una ECOPETROL próspera, que dueño
del ciento por ciento de una ECOPETROL sin reservas.
Esas empresas no valen por instalaciones, esas empresas
valen por las reservas que tengan certificadas en materia
de hidrocarburos. Y para aumentar las reservas de ECOPETROL,
ECOPETROL tiene que hacer inversiones muy superiores
a las que hemos venido logrando, no obstante el gran
salto de 500 a 1.400 millones de dólares al año.
Y hay que hacer
un gran esfuerzo en energía alternativa.
Hace cuatro años el país no producía
alcohol carburante, se criticaron mucho nuestras exenciones.
Pero yo creo que
el debate actual sobre la reforma tributaria, cuando
algunos dijeron: ‘se necesita una reforma
tributaria que quite todas las exenciones’, y saltan
los hoteleros y dicen: ‘cómo las van a quitar
ahora que vienen Marriot y tales cadenas’, y saltan
los de energía alternativa y dicen: ‘ahora
que estamos produciendo un millón de litros al
día y que vamos a duplicar esto en el nuevo Gobierno
cómo las van a quitar’, y saltan los de
la madera y dicen: ‘ahora que llegaron los chilenos
y están comprando las primeras 40 mil hectáreas,
cómo las van a quitar’, yo creo que este
debate ha sido conveniente, porque le ha demostrado al
país que no se puede subestimar el impacto del
incentivo tributario en el crecimiento.
Estamos buscando
alternativas a ver cómo hay
un período de transición entre el actual
esquema y el incentivo general propuesto por el Ministro
de Hacienda, cual es el de deducir de los ingresos el
ciento por ciento de la inversión, con probabilidades
de hacerlo en el primer año.
Anoche, hablando
con los hoteleros y pensando no solamente en ellos
sino en los de energías alternativas,
en los de cultivos de tardío rendimiento, en la
madera, les proponía una formula para que la examinen
el Ministro y los ponentes. ¿Qué me dicen
los hoteleros? Me dicen: ‘puede ser bueno lo que
el Ministro propone’. Allá les llevamos
las cifras al foro de Pereira, de Cotelco, anoche, pero
ya hay muchos proyectos que se estudiaron para construir
nuevos hoteles con el esquema de la exención aprobada
hace cuatro años.
Y alegan otras cosas,
que lo nuevo puede ser mejor para proyectos más intensivos en capital y no tan bueno
para proyectos menos intensivos en capital, y que, por
ejemplo, se podrían afectar las empresas de turismo
ecológico, etcétera.
¿Qué estamos buscando? Estamos buscando
que por lo menos haya un período de transición,
que les permita a los inversionistas durante ese periodo
de transición en estos sectores decir: ‘me
acojo al viejo o al nuevo régimen tributario’.
Y vencido ese período de transición, que
los inversionistas nuevos, para nuevos proyectos, tengan
que ya ponerse bajo el nuevo régimen.
Le he pedio al Ministro
de Agricultura que examine esto, en una reunión que van a tener mañana en
Valledupar, y creo que esa transición puede ser
a primera vista algo compleja, pero nos ayuda a aclimatar
la nueva legislación tributaria, sin afectar los
proyectos que se han estudiado en el país y que
se estudiaron impulsados por las exenciones que aprobamos
hace cuatro años, y que ahora están muy
sorprendidos esos inversionistas, que después
de haber estudiado esos proyectos, cuando ya se proponían
a instalarlos, vayamos a quitarles ese régimen.
Tengo confianza
que esa transición, como la estamos
concibiendo, nos puede resolver problemas.
Y allí aparecen en esa energía alternativa
un principio de solución a nuestra vulnerabilidad
en hidrocarburos y una gran oportunidad frente a los
mercados externos.
Tengo informes de
inversiones brasileras muy grandes que quieren situarse
en Colombia, para producir aquí combustibles
biológicos, pensando en el mercado de los Estados
Unidos.
De ahí cómo, para apoyar este tratado
en unos reglones que pueden ayudarnos a la recuperación
de la agricultura, haciendo de la agricultura una agricultura
para generar energía, de ahí la importancia
de la reforma tributaria y de la reforma de transferencias.
Y viene lo de las
vías, el capital físico.
El reciente informe del Banco Mundial dice: Colombia
está bien en infraestructura de servicios públicos,
a pesar de todo lo que falta, muy mal en vías
para comercio exterior. El Gobierno reconoce eso.
Pero yo creo que
hemos dado unos pasos muy importantes. El primero,
resolver casi todos los pleitos. Un país
que tenía todas las concesiones viales, aeroportuarias,
ferroviarias, en pleitos, es un país que no tiene
futuro, nadie le cree para construir las grandes obras
de infraestructura.
Se acaba de resolver
el pleito de COMMSA y nos quedan por resolver tres:
el del Tren Metropolitano de Medellín,
que depende en un alto porcentaje del Alcalde de Medellín
y del Gobernador de Antioquia, el del Ferrocarril del
Pacífico, y el de ALCATEL. El de ALCATEL es el último
de los 21 pleitos que encontramos en TELECOM, hoy COLOMBIA
TELECOMUNICACIONES, y confío que lo podamos resolver
en los próximos días.
Todo lo otro está resuelto. Está resuelto
el pleito de la Autopista del Llano, de la Autopista
del Café, de tres concesiones de Medellín,
del Ferrocarril del Atlántico, etcétera.
¿Qué ha pasado con el Ferrocarril del
Pacífico? Los gobiernos anteriores adjudicaron
la concesión, nosotros la honramos, hemos pagado
148 millones de dólares para rehabilitar la línea
del ferrocarril del Pacífico, está rehabilitado
Buenaventura-Cartago y no funciona. ¿Y por qué el
pleito con los concesionarios? Yo les dije: ¿bueno
y ustedes por qué se hicieron adjudicar esa concesión?
Y finalmente esto ha procedido es como un contrato de
obra, ustedes rehabilitaron, cobraron y ahora no prestan
el servicio.
La respuesta que
me dan es que no han podido encontrar el equipo indicado
y que las tarifas no son competitivas
en el tramo de montaña. Tenemos esa enorme dificultad
y estamos buscando alternativas a ver cómo las
resolvemos.
Pero estamos avanzando
en este tipo de vías:
en pleno avance la doble calzada Bogotá-Girardot,
en licitación la doble calzada Girardot-Ibagué,
varios de los viaductos construidos de Ibagué hacia
La Línea, en plena construcción La Línea,
y ya hemos sacado las primeras licitaciones para la doble
calzada de Buga a Buenaventura. Acabamos de terminar
la vía alterna-interna en Buenaventura, nos costó 180
mil millones de pesos, está ahorrándole
al transporte de carga, depende el momento, las horas,
entre media hora y dos horas. Y tenemos toda la disposición
para extender la concesión portuaria de Buenaventura,
siempre y cuando logremos un acuerdo en monto de inversión
con los concesionarios.
Confío que en los próximos días
podamos sacar, previo acuerdo con los gremios de la ingeniería,
la licitación de Bogotá al río Magdalena,
ahora que se resolvió el problema de COMMSA y
que eso se ofrezca con una perspectiva mucho mayor, que
es la doble calzada de Bogotá a Santa Marta.
Las licitaciones
que estamos sacando en este momento, todas son de vías de competitividad para el comercio
exterior. Alcaldes y gobernadores me reclaman. Me dicen:
bueno, Presidente, sí, el Gobierno está pavimentando
3.200 kilómetros de vías departamentales,
pero eso es insuficiente.
Y allí ha habido una gran discusión nacional.
Yo voy a la ANDI y me dicen: ¿cómo gasta
usted dinero en vías departamentales, en conectar
400 municipios, si no hay vías de comercio exterior?
Les digo: tienen y no tienen la razón. Claro que
necesitamos las vías de comercio exterior, pero
un país con estos problemas de violencia, de desplazamiento,
etcétera, no puede seguir desintegrado. Y al otro
día llego y me reúno con los alcaldes de
Santander, Boyacá y Norte de Santander, en Barichara,
y ya no me dan las gracias por los pavimentos que están
en marcha, ya se quedan callados los que tienen resuelto
el problema de la conexión de su municipio, y
levantan la mano los otros y dicen: bueno, pero por qué a
tal municipio le están pavimentando el acceso
y al mío no, aquí no pavimentaron sino
diez kilómetros y me quedan cinco sin pavimentar.
Y también tienen razón.
¿Qué hemos hecho? Para poder preferir
en el nuevo Plan de Desarrollo de manera exclusiva las
grandes vías de competitividad, les hemos dicho:
el Gobierno culminará ese plan, pero no le puede
agregar un kilómetro más, vamos a conseguir,
Planeación Nacional lo está haciendo, un
crédito de mil millones de dólares para
poner a orden de los departamentos, con un plazo de 17
a 20 años, una tasa de interés baja, a
fin de que ellos empiecen a asumir, vía ese crédito,
las vías departamentales que faltan, que son muchísimas.
En el tema del Ferrocarril
del Atlántico, resuelto
el pleito con el concesionario, las noticias son buenas.
Me han prometido los nuevos concesionarios, que son los
carboneros, que en enero empiezan a construir la segunda
línea, que garantizan que en el año 2010
Colombia tendrá en ese ferrocarril capacidad para
mover al año 66 millones de toneladas de carbón.
Hemos tenido capacidad para mover 22 - 24 millones de
toneladas de carbón.
Y me garantizan
que en enero tendremos la línea
rehabilitada hasta La Dorada. Yo creo que ha empezado
a avanzar más velozmente la obra, después
de que nos demoramos tres años resolviendo el
pleito con Fenoco. Esas noticias son buenas.
Ahora hay que resolver
allí es el tema portuario
en Santa Marta, porque un país que se prepara
para exportar 100 millones de toneladas de carbón,
hoy no tiene suficientes puertos. Y los del sector turístico
con toda razón dicen: ustedes no nos pueden acabar
el sector turístico, convirtiendo las playas de
Santa Marta en el puerto de exportación de carbón.
Ahí nos queda por resolver un problema, estamos
buscando cómo logramos un acuerdo con todos los
carboneros para un sistema de puerto de cargue directo.
Quería darles a ustedes la seguridad de que estamos
empeñados en las vías de comercio exterior,
que haremos todo el esfuerzo, pero ayúdenme también
a comprender otras necesidades del país. Les voy
a hablar de los Transmilenios, que hacen parte de aquel
sector de infraestructura que llamaríamos de calidad
de vida urbana. Porque es muy difícil repartir
una platica escasa, ya les conté de la disputa
entre la Andi, que pide las vías de comercio exterior,
y los alcaldes inconformes porque el Plan 2.500 no les
parece suficiente.
Y ahora les voy
a contar algo de los Transmilenios. Bogotá, con la magnifica idea del alcalde Peñalosa,
hace cuatro años tenía 32 kilómetros,
ahora tiene más de 80. Y tiene financiado, con
un 70 por ciento del Gobierno Nacional, la culminación
de lo que esté en obra, más la obra de
la 26, la obra de la Séptima y la obra de la Décima.
Pero ahora el Alcalde me dice que él necesita
dejarle financiado a sus sucesores la obra de la Boyacá,
que vale otros dos billones.
Estamos buscando
cómo, estamos buscando cómo
el Plan de Desarrollo contra vigencias futuras deja despejado
ese camino, hay que dejarlo despejado para que la administración
lo pueda planificar.
Cali me dice: sí, Presidente, muchas gracias
por los 250 millones de dólares que aporta la
Nación para el sistema de Transmilenio, en plena
construcción, pero nos hacen falta 500 millones
de dólares. Medellín me dice: yo no le
voy a pedir sino muy poquito para el resto, porque usted
me ayudó con la deuda del Tren Metropolitano,
no necesito sino 170 mil millones.
Estamos construyendo
el Transmilenio de Cartagena, el de Barraquilla, el
de Bucaramanga. ¿Qué dice
Santa Marta? Por qué sí en Cartagena y
por qué sí en Barranquilla y no en Santa
Marta? ¿Y qué dice Cúcuta? ¿Por
qué sí en Bucaramanga y no en Cúcuta?
Tenemos diez ciudades intermedias de Colombia hoy todas
haciendo fila y tocando las puertas del Gobierno Nacional
y del Congreso, porque necesitan construir sus sistemas
de transporte masivo. Y es mejor construirlo en esas
ciudades intermedias ahora, que después cuando
hayan llegado a unos niveles de crecimiento, de congestión
y de complejidad que lo haga más difícil
y más costoso.
El ejemplo es Pereira.
Lo financiamos nosotros, lo empezamos nosotros, y está en plena operación. El
tamaño de Pereira nos permitió hacerlo
mucho más fácil que en otras ciudades.
Entonces vemos,
doctor Ramirez Ocampo, que tenemos un gran reto con
la agenda de competitividad, pero que los
alcaldes también tienen una interpretación
de la agenda de competitividad con sus vías municipales
y los alcaldes de las grandes ciudades también
dicen que calidad de vida urbana, mediante sistemas de
transporte masivo, es competitividad.
Y en lo que no podemos
debilitarnos es en materia de seguridad. Vías, trenes, todo eso se vuelve vana
ilusión si dejamos que estos bandidos vuelvan
a avanzar. Yo no les decía así desde antes
del 28 de mayo, vamos a ver qué nos dicen los
investigadores, pero no para aflojar sino por tener un
lenguaje que ayude a crear condiciones de paz. De todas
maneras a uno se le olvida el buen lenguaje cuando le
dan una noticia como la de esta mañana. Y dependiendo
de lo que nos digan los investigadores vamos a graduar
en lenguaje, sin que tengamos que graduar la determinación,
porque en esa no hay declives.
Muchas gracias,
apreciados amigos, doctor Ibarra, doctor Ramírez
Ocampo”.