LANZAMIENTO DEL CORRESPONSAL NO BANCARIO
DEL CITIBANK
Abril 11 de 2007 (Bogotá – Cundinamarca)
Compatriotas:
Déjenme decirles dos cositas sobre el modelo
colombiano que nosotros queremos impulsar. Un modelo
de Estado garantista de la inversión privada,
pero exigente de la responsabilidad social. Ni desmantelar
el Estado ni estatismo. Decirlo es muy importante,
y practicarlo, sobre todo en este debate de América
Latina, para poder consolidar nuestro gran objetivo:
confianza en Colombia.
Nosotros no hemos creído ni en aquello que
se practicó en décadas de 80 y 90 en
algunos países latinoamericanos del desmantelamiento
del Estado, pero tampoco en el estatismo que ahora
quiere revivirse en muchas partes del continente y
que puede cometer el grave error de ahuyentar la iniciativa
privada.
Tenemos tres objetivos de gobierno:
Consolidar la Seguridad Democrática. Los grandes
patrimonios del país, patrimonios fiscales de
más de tres mil millones de pesos, con el impuesto
provisional transitorio al patrimonio nos están
ayudando.
Hemos avanzado mucho, pero el Gobierno no puede pensar
en los avances. El Gobierno tiene que pensar es en
los problemas que hay que corregir de seguridad.
Iba muy bien la Semana Santa.
Y comparada con los procesos anteriores de Semana
Santa, está muy
bien, pero con dos lunares. Lo que pasa es que antes
eran tantos los casos, que uno no se notaba. Dos lunares:
el carrobomba del amanecer del domingo al lunes en
Cali, y los cuatro compatriotas que permanecen secuestrados
en Urabá, que aspiramos a liberarlos.
Primero, consolidar la Seguridad
Democrática.
Segundo, consolidar las tasas de inversión en
Colombia. Y tercero, cumplir las metas sociales.
Colombia hace cinco años tenía tasas
de inversión del 12 por ciento. El año
pasado del 26. Lo más importante es que la tasa
de inversión del sector privado era del 6,5.
El año pasado fue del 19.
Una cosa es tener altas tasas
de inversión
por obra del Estado, un Estado que tenga abundantes
recursos de hidrocarburos, etcétera, y otra
más importante en el largo plazo es consolidar
las tasas de inversión del sector privado, con
responsabilidad social.
¿Cómo vemos nosotros que deben cumplir
los inversionistas la responsabilidad social? Unas
relaciones transparentes con el Estado. Que no haya
corrupción en la adjudicación de contratos,
de concesiones. Transparentes en la tributación.
Unas relaciones solidarias con las comunidades del
entorno. Y unas relaciones laborales no caracterizadas
por el capitalismo salvaje, no caracterizadas por el
odio de clases, sino caracterizadas, guiadas por la
fraternidad cristiana.
¿Qué tipo de sociedad queremos? Una
sociedad colombiana pluralista, fraterna. Pluralismo
con permanente debate, agitación de tesis, pero
con el propósito siempre de superar antagonismos,
construir opciones.
Nosotros hemos venido creando
unos mecanismos bien importantes para consolidar
confianza inversionista.
Además del concepto de Estado, que es muy importante.
Porque cuando hay todas las tentaciones estatistas
es muy importante repetir: Colombia es garantista de
la inversión privada.
Eso tiene que ser un gran factor
de atracción
de capitales propios y de capitales ajenos y de capitales
internacionales.
Lo segundo es con la Seguridad
Democrática,
lo tercero es con la tributación, lo cuarto
es con la estabilidad de las reglas de juego.
Por ejemplo, este país nuestro era muy adverso
en la doctrina económica a utilizar los incentivos
tributarios para estimular la inversión. Cuando
empezamos a introducirlos en nuestra primera reforma
tributaria de 2002, muchos de los analistas escribieron
y dijeron que eso no iba a ser importante, porque Colombia
históricamente veía que no había
sensibilidad de la inversión a los estímulos
tributarios. Del 2002 a la fecha se ha demostrado todo
lo contrario.
Tenemos estímulos tributarios específicos
y generales.
Específicos para los combustibles biológicos,
para los cultivos de tardío rendimiento, específicos
para el turismo.
Un hotel que se construya hoy
en Colombia tiene 30 años se exención tributaria. Un hotel
que se remodele en Colombia, la parte de los ingresos
gravables correspondiente a la inversión de
remodelación tiene 30 años de exención
tributaria. Las empresas de turismo ecológico
son unas empresas exentas. En fin, tenemos una serie
de incentivos bien importantes.
Y el incentivo general: una
deducción del 40
por ciento a las nuevas inversiones en Colombia.
La idea nuestra no es rebajar
y rebajar impuestos. Porque está demostrado que las reducciones de
impuestos pueden ser regresivas en materia de distribución
y no garantizan crecimientos de inversión.
La idea nuestra es estimular
la inversión.
Decirle al contribuyente: nosotros no le rebajamos
la tasa de contribución porque sí. Le
damos deducciones, y son bien importantes.
Hoy un contribuyente que invierta
en Colombia tiene una deducción del 40 por ciento. Si invierte
100 pesos, el Estado le deduce 40 de su renta líquida
gravable. Eso equivale a que de los 100 pesos que invirtió,
el Estado le regala, le aporta para esa inversión
12,8.
Y eso tiene que ser un gran
camino a los objetivos del crecimiento de la economía, que son: el
empleo con afiliación a la seguridad social,
de buena calidad, y la superación de la pobreza.
Otro estímulo bien importante es el de las
zonas francas especiales. Zonas francas con una nueva
modalidad en Colombia y ajustadas a la Organización
Mundial de Comercio.
Miren esto: allí la tasa de impuestos es del
15 por ciento. Y esa tasa converge con la deducción
del 40. O sea que una zona franca donde los usuarios
estén creciendo, esa zona franca le da al usuario
la tarifa de renta del 15 y además le da la
deducción tributaria del 40.
Y es bien importante en el sector agropecuario. Creo
que los bancos nos pueden ayudar a financiar todos
los proyectos del sector agropecuario. Vamos a necesitar
que todos los bancos incursionen en ellos.
Porque las zonas francas que
se instalen hoy en el campo (y es muy promisorio
el sector de combustibles
biológicos), las zonas francas para tener derecho
a los beneficios tienen que generar equis número
de empleos.
Pensemos en una planta de combustibles
biológicos
en el Llano. Entonces, para cumplir el requisito, se
suman los empleos generados en la parte industrial
más los empleos generados en los cultivos. Y
eso tiene que ayudar muchísimo.
Y a eso se suma nuestra ley
que nos permite los pactos de estabilidad a los inversionistas.
El Citibank hace
una gran inversión en Colombia hoy, el Gobierno
está autorizado por ley, a través del
Ministerio de Comercio, de hacer un pacto de estabilidad
con la entidad.
El año pasado se frenaron algo los pactos de
estabilidad por la reforma tributaria. Porque tanto
el Ministro de Hacienda como el Ministro de Comercio
dijeron: no es prudente en este momento, que se va
a cambiar la normatividad tributaria, hacer pactos
de estabilidad. Pero ya se han reiniciado. En este
momento estamos tramitando más de 60 pactos
de estabilidad, con más de 60 inversionistas
en nuestra Patria.
Primer objetivo, la Seguridad
Democrática.
Segundo objetivo, igualmente importante, las tasas
de inversión. Tercer objetivo, de la mayor importancia,
la política social.
Unas metas muy ambiciosas en
educación básica,
Sena, universidad, Icetex. Unas metas muy importantes
en salud: plena cobertura. Una meta muy importante:
millón y medio de Familias en Acción.
Bogotá va a tener para septiembre 100 mil Familias
en Acción. Y una meta muy importante en Banca
de Oportunidades: cinco millones de microcréditos
en este Gobierno.
Y necesitamos que todo el mundo ayude.
Algún día le conté al profesor
Muhammad Yunus cómo estábamos concibiendo
esto y él me dijo: Cuénteme la institucionalidad.
Y le dije: Nosotros estamos
buscando comprometer a toda la banca pública y a toda la banca privada.
A las Ong’s y fundaciones dedicadas al microcrédito.
Comprometer también el Fondo de Garantías
de la Nación, que ha crecido mucho. Unos recursos
del presupuesto para apoyar estas redes, etcétera.
Él en principio tenía dudas, pero después
empezó a reflexionar y me dijo: Sí, lo
que pasa es que la institucionalidad colombiana es
muy rica. Eso no lo tenía Bangladesh, cuando él
empezó el Banco de los Pobres. Entonces allá tuvieron
que hacer un banco específico, que se fue formando
gracias al esfuerzo de Muhammad Yunus.
Aquí la idea de tener un solo banco sería
obsoleta y sería bastante limitada en sus alcances.
Banco Agrario, con esa tradición, y tiene 720
oficinas. Banco del Café, que acaba de venderse,
280 oficinas. Es muy poco para el tamaño del
país.
Entonces a nuestra consultora
Beatriz Marulanda se le ocurrió. Un día dije yo: “No
vendamos el Banco del Café”. Y ella, más
terca que yo, me ganó, porque me llevó a
convencerme que lo vendiéramos, que no era solución
para Banca de Oportunidades, que la solución
era vincular todo el sector financiero público
y privado, las Ong’s, etcétera.
Y la verdad es que los hechos
están mostrando
que Beatriz tenía razón. Que con esto
podemos tener una cobertura mucho más grande
de la que estuviéramos logrando si la idea de
Banca de Oportunidades hubiera sido crear o dedicar
un banco a ese tema. Confío que esto va a ser
muy grande.
¿Y qué ha hecho el Gobierno para ayudar
a que esto se dé?
Primero, crear confianza inversionista en Colombia.
Segundo, el decreto de corresponsales no bancarios.
Cuentas del Banco Agrario (no
sé en el Citi):
al Banco Agrario una sede tradicional le cuesta instalarla
300 millones, sostenerla 25 millones de pesos al mes.
Un corresponsal no bancario le cuesta instalarlo 30
millones, sostenerlo un millón al mes.
Allí está la ventaja para la entidad
financiera y la ventaja para los colombianos. Lo hemos
visto por los tres compatriotas que por aquí han
pasado. La cercanía. Por ejemplo, la señora,
para pagar su cuenta de servicios públicos,
va a ahorrar mucho en tiempo, va a ahorrar mucho en
pasajes de bus, de Transmilenio. Va a tener un corresponsal
bancario a distancia de caminada de su casa.
Esto nos permite un cubrimiento
del país muy
acelerado, con un costo de inversión muy bajo,
en comparación con las sedes bancarias tradicionales
y con grandes beneficios para los compatriotas usuarios.
¿Cuándo íbamos
a pensar nosotros que el Banco Agrario pudiera abrir
otras 600 oficinas
en Colombia? Y ahora las va a abrir, gracias a este
sistema.
¿Cuándo íbamos a pensar nosotros
que el Citi pudiera tener inicialmente 3.200 oficinas
y le van a agregar, en el acuerdo con Gtech, otras
1.700 ó 1.500. Es que yo estaba pensando que
se acercaran más a 5 mil. Breguen a redondear
la cifra, que es más fácil hablar de
5 mil. Van a ser más de 5 mil. Era impensable.
El sistema lo permite.
Hablando con los compatriotas en las regiones, les
he dicho: la diferencia es que la oficina bancaria
tradicional es costosa de instalar y de sostener, muy
restringida en horarios, muy lejana para muchas personas.
En algunas regiones de Colombia,
para abrir una oficina del Banco Agrario había que hacer una inversión
enorme y le lograban poner un teléfono de vieja
tecnología. Entonces quedaba con un edificio
muy grande, costoso de construir, costoso de sostener
y con muy mal soporte de comunicaciones.
Hoy es un toldo en una droguería, como la Droguería
de Orlando, con un avisito aquí, y este es el
espacio que ocupa, pero con un motor de comunicaciones
excelencia, de última tecnología.
Creo que esta es una revolución para el país.
Por eso para el Gobierno fue muy importante haber dictado
el decreto autorizando los corresponsales no bancarios.
El segundo apoyo del Gobierno
es que corrimos el riesgo político de modificar las certificaciones de
tasas de usura. A mis compañeros de Gobierno
y a mí nos daba temor. Pero aterrizamos. Era
una realidad. La verdad es que para poder masificar
el microcrédito en Colombia, nosotros necesitamos
todos los actores: banca pública, privada, etcétera.
Y ellos, para expandir su mercado en Colombia, necesitan
llegarle al microcrédito.
Y requeríamos certificar de manera diferencial
las tasas de usura. El Gobierno ya cumplió la
palabra empeñada en los acuerdos con el sector
financiero. Creo que esto facilita la masificación
del microcrédito.
Yo estoy dispuesto a sostener,
durante los años
que le quedan al Gobierno, la tasa de usura de microcrédito
definida. Y hacerlo con suficiente antelación
para que no haya temor.
Y eso facilita también todas las tarjetas de
crédito de consumo que están llegando
al país, que ayudan mucho. Porque estaban muy
a la expectativa de poder tener unas tasas que les
permitieran su viabilidad. Eso también ya el
Gobierno lo ha producido. Creo que debe haber tranquilidad.
Otra manera como podemos ayudar
es a través
de los redescuentos. Todo ese sector de Ong’s,
con el que ustedes trabajan para el microcrédito,
que hoy ve la posibilidad de redescuento en Bancoldex.
Y es un redescuento creciente.
Y otra manera es a través del presupuesto de
Banca de Oportunidades. El Congreso nos dio para este
año 120 mil millones, y aspiramos que eso ayude
mucho a toda esta expansión.
Pero creo mucho que la confianza
inversionista del sector privado en Colombia sea
fundamental para poder
cumplir este programa. Creo que va a ser el recurso
más importante: el recurso de confianza.
Y déjenme decir algo: un microempresario colombiano
que le debe a una prendería, que le debe al
pagadiario, al gota a gota, como lo llaman en muchas
ciudades, que debe un crédito de usura, el día
que un banco le hace un crédito de Banca de
Oportunidades, va y paga la obligación con la
usura y se libera de ese problema, ese día se
reconcilia con el sector financiero.
Creo que una de las derivaciones importantes y de
mucho valor en este proceso, es que va a ayudar a reconciliar
a los colombianos con el sector financiero.
Uno lo veía la semana pasada en Valledupar.
Porque nosotros tenemos que mirar el país con
un prisma completo. No mirar solamente el círculo
de clientes tradicionales de un banco, sino la manera
como la opinión en general mira a todas las
instituciones.
Y a mí me parece que un sector financiero al
servicio de los sectores populares de la Patria, ayuda
mucho a tener en Colombia una democracia con toda la
solidez, un país seguro, un país equitativo,
un país fraterno. Y se gana el cariño,
el aprecio, la confianza, no solamente de sus clientes
tradicionales sino de todos los colombianos.
Si ustedes tuvieran dos o tres preguntas que formular,
con el mayor gusto. Y quiero felicitar muy de verdad
al Citi y quiero felicitar muy de verdad a Gtech.
Muchas gracias.
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