VI REUNIÓN DE EMPRESARIOS DEL COMITÉ EMPRESARIAL
JAPÓN – COLOMBIA DEL KEIDANREN
Abril 18 de 2007 (Bogotá – Cundinamarca)
Señoras y señores:
Quiero dar a todos un saludo
muy afectuoso y agradecer esta nueva reunión. Hace tres años
había muchas dudas sobre la reunión
del Japón y sobre la reunión aquí en
Bogotá. Todavía más dudas, para
la reunión aquí en Bogotá.
Quiero agradecer a quienes
la han hecho posible, al Keidanren de Japón, a sus directivos, a
nuestros gremios, a la Asociación Nacional
de Empresarios de Colombia (ANDI), su presidente
aquí presente, Luís Carlos Villegas;
a Gabriel Silva, gerente de la Federación
(Nacional de Cafeteros).
Quiero agradecer inmensamente
al presidente de Mitsubishi, Yorihiko Kojima, por
todo el permanente entusiasmo
para que estas relaciones se desempeñen siempre
en alza.
Quiero agradecer a nuestros
embajadores. Quiero agradecer inmensamente al embajador
de Japón
en Colombia, Wataru Hayashi, cómo ha trabajado,
cómo nos ha ayudado, con cuánto ánimo
ha puesto en marcha todos los proyectos de cooperación
de Japón en Colombia.
Colombia tiene 1.098 municipios
y en un alto porcentaje de ellos, hay una obra
de cooperación de Japón.
Con eso lo digo todo.
Quiero agradecer muchísimo el entusiasmo
con que ha asumido esta tarea nuestra embajadora,
Patricia Cárdenas Santamaría y los
esfuerzos y el entusiasmo de nuestro anterior embajador,
Francisco Sierra.
Creo que hoy encontramos
un panorama más
tranquilo. Yo me asusté mucho hace cuatro
largos años, cuando empezaba el primer gobierno
y las autoridades japonesas me notificaban que no
habría más inversión japonesa
en Colombia, por el problema de la violencia y por
la circunstancia de que había mucha desconfianza,
dados los litigios.
Por fortuna –yo diría, Embajadores-
hoy están superados esos litigios. Todavía,
hace dos años, en nuestra visita al Japón –grata,
inolvidable-, en la reunión con ustedes, todavía
algunos de estos litigios estaban pendientes. Que
bueno poder decir hoy: se han resuelto de manera
transparente. Se hizo algo bien significativo. Los
acuerdos a los cuales llegamos con los empresarios,
antes de ser perfeccionados, se publicaron ampliamente.
Entonces eso dio tranquilidad a la opinión
pública y dio confianza a nuestros funcionarios
porque yo encontré mucho temor en nuestros
funcionarios y mucha suspicacia en la opinión
pública.
La opinión pública tendía a
ver, en cada transacción, en cada acuerdo
para superar un litigio, en cada conciliación,
un acto de corrupción. Y los empresarios vivían
llenos de pánico por la tendencia de las decisiones
de la Procuraduría, de la Contraloría
y de los fiscales a judicializar, en cabeza de los
funcionarios, esas decisiones.
Por fortuna, la manera como
se condujeron, la confianza que se creó,
ha dado muy buenos resultados.
Llegan ustedes hoy a una
Nación que todavía
tiene muchos problemas, pero que va por el camino
de resolverlos. En una América Latina convulsionada
políticamente. Por eso, déjenme hacer
unas referencias hacia ustedes, sobre lo que estamos
afirmando en el modelo colombiano de Estado, en el
modelo colombiano de sociedad y sobre los tres propósitos
fundamentales de Gobierno.
Ha sido necesario, dada la
circunstancia política
de América Latina, hablar de nuevo del tipo
de Estado que queremos.
Nosotros no acompañamos la tendencia latinoamericana,
de parte de la década de los 80 y de parte
de la década de los 90, de eliminar el Estado,
de desmantelarlo. Pero tampoco acompañamos
la tendencia latinoamericana –que ahora quiere
darse en algunos países- de estatización.
Nosotros creemos en un modelo
en el cual el Estado dé todas las garantías a la inversión
privada. En el cual los gobiernos creen una normatividad
de Estado que sea totalmente atractiva a la inversión
privada. Y por supuesto, el Estado tiene que cumplir
la tarea de que esa inversión se desarrolle
con responsabilidad social.
Nosotros no hemos mantenido
al Estado sin reformas, lo hemos reformado; pero
tampoco lo hemos desmantelado.
Hemos reformado –hasta diciembre 340 entidades
del Estado. La primera de ellas, bien familiar con
ustedes: Telecom. Tenía valor negativo, perdía
170 millones de dólares al año, no
tenía recursos para pagar a los pensionados
y carecía de posibilidades de inversión.
Hoy tiene valor positivo, tiene asegurado el pago
de las pensiones, le paga a los trabajadores y va
a invertir más de 3 billones (3 mil millones
de dólares) en los próximos años,
en Colombia.
Hemos hecho la reforma en 340 entidades del Estado.
Ahora, este año, estamos en el proceso de
capitalización de Ecopetrol. En nuestro primer
Gobierno nos dedicamos a superar problemas laborales
y pensionales de Ecopetrol, darle a Ecopetrol viabilidad
futura a través de la reforma laboral y pensional
de Ecopetrol. Ahora entramos en el proceso de capitalizarla
para convertirla en una de las empresas de petróleo
más importantes del mundo.
Estamos también en el proceso de abrir la
participación privada a la empresa estatal
de generación de energía (ISAGEN) y
en el proceso de que el sector privado entre a adquirir
unas electrificadotas que hemos saneado. Estaban
en rojo hace cuatro años, están bastante
saneadas y ya están próximas a salir
en oferta al sector privado.
Estamos reformando todos
los hospitales de Colombia, las clínicas del Seguro Social. Una tarea
política bastante difícil.
Hace algunos años, formado en las luchas
ideológicas de la universidad y después
de haber pasado unos años de luchas ideológicas
difíciles en el Congreso para sacar adelante
reformas laborales, pensionales, no pensaba que fuera
posible que este país aceptara la reforma
de Telecom, la reforma de Ecopetrol, la reforma del
Seguro Social, pero creo que hay una gran modernización
mental de las grades mayorías colombianas,
por eso se han hecho posibles esas reformas y, vamos
a continuar, hasta el último día de
Gobierno, reformando el Estado.
Y eso nos ha ayudado mucho
a la salud fiscal –a
la cual me voy a referir-. Nuestro concepto de Estado
es claro en este contexto político latinoamericano,
para darle confianza a la inversión.
¿Cómo consideramos que debe expresarse
la responsabilidad social de los inversionistas?
Debe expresarse a través de tres puntos: primero,
total transparencia en las relaciones con el Estado.
La falta de transparencia
en muchos Estados, en esas relaciones entre sectores
empresariales y el
Estado, ha dado lugar a bruscos cambios políticos,
ha dado lugar a procesos políticos que han
traído mucha incertidumbre a la inversión
privada.
La inversión privada también
tiene una responsabilidad social que debe expresarse
en
las relaciones con la sociedad, con las comunidades
circundantes.
Y la tercera expresión
de la responsabilidad social, tiene que ser en
las relaciones laborales.
Nosotros abogamos por unas relaciones laborales,
no de capitalismo salvaje, no de odio de clases,
unas relaciones laborales fraternas, cristianas.
Creemos que es lo mejor para perpetuar indefinidamente
toda la confianza del pueblo colombiano en las bondades
de la empresa privada.
Estamos trabajando para tener
una sociedad colombiana totalmente respetuosa y
confiada de las instituciones.
Una sociedad colombiana pluralista, en permanente
debate, pero en debate fraterno, creativo, buscando
opciones. No enfrascada en controversias ideológicas
de antagonismos insuperables. El debate de antagonismos
insuperables genera desconfianza, el debate constructivo
es creador de confianza.
Tenemos tres propósitos de Gobierno: consolidar
la seguridad, consolidar la confianza para que el
país mantenga altas tazas de inversión
y cumplir unas metas sociales muy exigentes.
Hemos avanzado en materia
de seguridad. –Lo
que les voy a decir creo que es más importante
que los resultados, la evolución de los intangibles-.
En Colombia, durante muchos años se dijo que
una propuesta política de seguridad no triunfaría
en Colombia, porque el pueblo colombiano era adverso
a las propuestas políticas de seguridad. Se
creó la confusión de que la civilidad
era debilidad frente a los violentos.
Pues bien, hemos logrado
un gran apoyo del pueblo colombiano a una propuesta
política de seguridad.
Yo creo que eso lo tienen que mirar los inversionistas
internacionales en Colombia.
Se decía, además, que en Colombia
no había voluntad política para derrotar
a los violentos. Hoy nos sobra voluntad política.
Y es más importante la voluntad política
y el apoyo popular, que los mismos resultados, porque
con voluntad política y con apoyo popular,
los resultados se van obteniendo.
Se decía, al principio de nuestra política,
que era financieramente insostenible. Pues bien,
hemos logrado financiar la Seguridad Democrática.
Se decía que no era legítima, la hemos
legitimado: el desmote del paramilitarismo y las
circunstancias de que la Seguridad Democrática
ha protegido por igual a todos los colombianos, se
constituyen en dos factores legitimadores de nuestra
política de seguridad, que es bien importante
recalcarlos ante la comunidad nacional y ante la
comunidad internacional.
¿Qué falta?
Perseverancia para acabar de derrotar a los terroristas.
¿Qué queremos? Una Colombia sin guerrillas,
sin paramilitares, sin narcotráfico, sin corrupción.
El segundo objetivo de Gobierno:
las altas tasas de inversión.
Hace cuatros años la tasa de inversión
en Colombia era del 12 (por ciento), el año
pasado fue el 26 (por ciento). La tasa de inversión
privada era de 6.5 (por ciento), el año pasado
fue del 19 (por ciento). ¿Cuál es nuestra
obsesión?: mantener tasas de inversión
en Colombia, no inferiores al 26 (por ciento).
¿Por qué –preguntarán
ustedes- el afán del Presidente de la República
por las tasas de inversión? Porque con las
tasas de inversión, hacemos posible el crecimiento.
Porque con las tasas de inversión, sostenemos
la seguridad. Porque con las tasas de inversión,
cumplimos las metas sociales.
Es mucho más importante la tasa de inversión
sostenida en el tiempo y elevada, que una suerte
de crecimiento por razones de lotería o de
suerte, en algún momento. Que un crecimiento
muy alto, por una bonanza de producción de
petróleo a un año. O un crecimiento
muy alto por una bonanza de precio de café a
un año. Esas bonanzas son pasajeras, la única
bonanza permanente, es aquella que se deriva de altas
tasa de inversión sostenidas en el tiempo.
¿Qué estamos haciendo para lograr
altas tasas de inversión sostenidas en el
tiempo?
Primero: recalcando nuestro
modelo de Estado. Pensaba que era innecesario el
tema, pero el debate político
de América Latina obliga a que las autoridades
colombianas le digamos al mundo qué pensamos
del Estado y de sus relaciones con el sector privado.
Segundo: la política de seguridad. Fundamental
para las tasas de inversión. Tercero: la salud
fiscal de la economía. Cuarto: estímulos
sensibles como los tributarios. Quinto: estabilidad
en las reglas de juego.
SALUD FISCAL Y FINANCIERA
DE LA ECONOMÍA
Permítanme referirme a la salud fiscal y
financiera de la economía.
Nosotros encontramos un endeudamiento
público
de 50 por ciento, estamos en el 32 (por ciento),
aspiramos seguir reduciéndolo. Les tengo que
decir, en nada estamos en el paraíso, pero
vamos mejorando. En seguridad todavía nos
falta mucho, pero vamos mejorando.
En agosto de 2002, el déficit del Estado
colombiano era del 4.2 (por ciento) sobre el PIB.
Hoy, hay un déficit no superior a medio punto
del PIB. El mayor problema esta en el Gobierno Nacional
Central que tenía un déficit cercano
al 7 por ciento. A eso debemos sumarle el nuevo déficit,
el que aparece por el agotamiento de las reservas
del Seguro Social, que es del 1.4 por ciento, que
le tiene que trasladar el Gobierno Nacional Central
al Instituto de los Seguros Sociales.
Deberíamos tener un déficit
del Gobierno Nacional Central del 8 (por ciento).
Esta entre el
4 y el 4.6 (por ciento) y nuestra voluntad es reducirlo.
¿Cuál es la principal contribución
del Gobierno, el legado que este Gobierno quiere
dejar, para la salud fiscal y financiera de esta
Nación? La reforma del Estado –a la
cual me refería-.
Esa reforma del Estado nos
implica hoy ahorros anuales de un punto en PIB,
que aspiramos consolidar. Esa
reforma ha eliminado 33 mil puestos públicos
innecesarios. Hasta diciembre había tocado
340 entidades y seguimos.
Hemos aumentado el gasto
público en un punto
de PIB. A pesar de los grandes esfuerzos en seguridad
y de los grandes esfuerzos en pensiones, todo lo
que ha crecido el gasto público es un punto
de PIB. Debería hacer crecido mucho más.
Y lo importante y lo he discutido en estos días
con la Junta del Banco Central –independiente-,
es que el Gobierno ha hecho un gran esfuerzo para
lograr atender los requerimientos de seguridad, de
inversión, de pensiones, sin que ello dispare
el gasto público.
Y es bien interesante tener
en cuenta eso en este momento, donde hay una apreciación del peso
colombiano. El Gobierno ha sido totalmente cuidadoso
en materia del gasto público y seguirá siéndolo.
Creemos muchísimo en la contribución
de la salud fiscal y financiera, al objetivo de altas
tasa de inversión. Los inversionistas pueden
tener la certeza de que seguiremos en ese camino.
Claro, tenemos hoy un problema
de reevaluación,
hay una elevada apreciación del peso colombiano.
Estamos haciendo todos los esfuerzos, en coordinación
con el Banco Central, a ver como lo enfrentamos.
Y de aquello que si pueden tener confianza, productores
colombianos, es que así nos toque hacer un
gran esfuerzo fiscal, estamos dispuestos a hacerlo,
ahora en mayor grado, del que se hizo en dos años
anteriores y creo que no puedo ocultar esta voluntad
política, ante esta reunión empresarial
tan importante.
Ese tema de la construcción de confianza
inversionista, está el tema –también-
de los atractivos tributarios a la inversión
y el tema en la estabilidad en las reglas de juego.
La teoría económica de nuestro país
era muy adversa a que se utilizara el instrumento
tributario para atraer inversión. Nosotros
lo hemos utilizado y ha producido buenos resultados.
Además, independientemente de la doctrina
económica, de lo que digan las multilaterales,
hay una realidad: en muchos países se esta
compitiendo con la oferta tributaria. Cito solamente
el caso de Cuba, donde se instala un hotel privado,
le dan un número de años de exención
tributaria y después, lo que paga por todo
concepto, es el 30 por ciento de la renta gravable.
El Gobierno nuestro ha sido
conciente que tenemos que competir y que para competir
hay que crear incentivos.
Pero miren, tenemos una gran diferencia con lo que
ha hecho Estados Unidos. La crítica política
de hoy en los Estados Unidos, es que le redujeron
los impuestos a los ricos. La idea nuestra no es
reducirle la contribución a los más
pudientes, sino estimular la inversión.
Entonces, lo que se ha hecho
consiste en, dar unos estímulos específicos y una deducción
general.
Tenemos estímulos específicos muy
importantes para el sector turismo. Un hotel que
se construye en Colombia, tiene hoy 30 años
de exención tributaria. Un hotel antiguo que
se remodele en Colombia, los ingresos gravables proporcionales
a la inversión de remodelación, tienen
30 años de exención tributaria.
Las empresas de turismo ambiental,
ecológico,
tienen exención tributaria en Colombia. La
sísmica para buscar hidrocarburos, tiene exención
tributaria. Los cultivos de tardío rendimiento
tienen unas exenciones tributarias muy importantes,
permítanme abrir un paréntesis, ¿por
qué?, porque un gran futuro que Colombia le
ofrece al mundo es el futuro de los biocombustibles.
Este país tiene 44 millones de pasturas y
de sabanas naturales con gran aptitud para sembrar
productos agrícolas fuentes de energía:
palma africana, higuerilla, caña de azúcar
o para sembrar maderas y maderas finas.
Esos 44 millones de hectáreas están
en sabanas, en pasturas, no necesitan destruir un
solo milímetro cuadrado de selva, preservamos
la mitad del territorio colombiano en selva: 578
mil kilómetros y no tenemos que afectar un
solo kilómetro de selva para hacer de Colombia
un emporio en producción de biocombustibles.
Hace cuatro años no producíamos un
litro de biocombustibles. Estamos produciendo 1 millón
50 mil. En tres semanas, empezaran unos ensanches
de unas plantas y llegaremos a millón 200
mil.
En junio se estará produciendo la primera
planta de biodisel y hay 10 proyectos en ejecución,
en nuestro país.
¡Qué bueno ver la inversión
japonesa, ayudándonos en el desarrollo de
los biocombustibles!
Tenemos estímulos específicos y estímulos
generales: toda inversión que se hace hoy
en Colombia, tiene una deducción del 40 por
ciento. Esa deducción equivale a que el Estado
aporta el 12.8 (por ciento) del valor de esa inversión.
Y, algo bien importante:
ya nuestra de ley de zonas francas –como se los habrá explicado
el Ministro Plata (de Comercio, Industria y Turismo,
Luis Guillermo), en su intervención en japonés –creo
además que tenemos otra garantía, apostaría
a que en el mundo occidental, europeo, latinoamericano,
norteamericano, no hay un Ministro con fluidez en
japonés como el Ministro Plata, esa es otra
garantía para invertir en Colombia-.
Les habrá dicho él que tenemos una
ley de zonas francas ya, ajustada a los requerimientos
de la Organización Mundial de Comercio (OMC),
que introdujo unos elementos muy importantes –que
no los había en Colombia-: el monousuario.
Ya las empresas que quieran operar como zona franca
no tienen que irse a que las reciban dentro del perímetro
prefijado de una zona franca, pueden operar en su
lugar como zonas francas.
Y otro elemento bien importante:
para reunir el requisito de número de empleos
en las zonas francas agropecuarias, por ejemplo
aquellas que se
instalen para exportar biocombustibles, el requisito
de empleo resulta de sumar los empleos de la planta
industrial con los empleos de los cultivos dedicados
a alimentar esa planta industrial.
Y esas zonas francas quedan con una tarifa de renta
corporativa del 15 por ciento, pero compatible con
las deducciones.
Entonces, una empresa de
zona franca que invierta, tiene dos beneficios:
el beneficio de la tarifa reducida
del 15 por ciento y el beneficio de la deducción
del 40 (por ciento).
Nosotros consideramos que
Colombia tiene hoy una tributación muy atractiva para la inversión.
¿Y qué se suma a eso?: la ley de estabilidad. ¿Cuántos
pactos de estabilidad vas a tener Ministro Plata?
Luis Guillermo Plata,
ministro de Comercio, Industria y Turismo: Hay aproximadamente
30….
Presidente de la República: ¿Esta
listo a firmar los pactos de estabilidad con las
empresas japonesas?
Ministro de Comercio,
Industria y Turismo: Por supuesto.
Presidente de la República: Y el último
objetivo de Gobierno, igualmente importante: los
objetivos sociales.
Nosotros tenemos unas metas
sociales de largo plazo que el país ha venido discutiendo democráticamente.
Y unas metas sociales que tenemos que cumplir para
el final de este Gobierno, el 2010.
En esas metas sociales está: la plena cobertura
en educación, una gran revolución que
estamos avanzando en formación técnica.
El instituto colombiano de formación vocacional,
diría sin vacilación, que es hoy el
más importante del Continente. Cuando nuestro
Gobierno empezó, la cobertura universitaria
era del 22 (por ciento), hoy es del 29 (por ciento).
Aspiramos que la cobertura universitaria, en el 2010,
este en el 35 (por ciento).
Tenemos unas metas muy importantes en salud: plena
cobertura.
En crédito popular hemos vinculado todas
las organizaciones financieras a un sistema que se
llama Banca de Oportunidades. Hace 4 años
la cartera total en manos de los microempresarios
colombianos, representaba el 1.5 (por ciento), hoy
representa el 5 (por ciento) y aspiramos dejarla
en el 7 u 8 por ciento de la cartera total. Cinco
millones de familias microempresarias de Colombia
deben beneficiarse, en este Gobierno, de nuestra
política de Banca de Oportunidades. No quiero
fatigarlos, pero las metas sociales son muy importantes.
Me preguntaran ustedes ¿por qué esos
tres objetivos de Gobierno?, porque tienen una relación
transitiva de gran importancia. Si hay seguridad
hay inversión y si hay inversión se
posibilita el cumplimiento de las metas sociales.
Si hay seguridad, se hacen posibles las metas sociales
y si se cumplen las metas sociales, se legitima la
seguridad.
Con la seguridad aumentamos
la inversión,
la inversión permite un mayor recaudo, con
ese mayor recaudo estamos financiando –en julio
llegaremos- a millón y medio de Familias en
Acción. Familias pobres que reciben un subsidio
del Estado para garantizar la educación y
nutrición de sus hijos. Y cada familia que
vea que es posible la educación y nutrición
de sus hijos, por un subsidio estatal, esa familia
se convierte en un validador de la política
de seguridad.
Por eso los tres objetivos
entrelazados: seguridad, altas tasas de inversión y política
social.
¿Y qué queremos?: inversión
japonesa, grande, enorme en Colombia.
Al agradecerles inmensamente
esta presencia, quiero decirles: hace cuatro años ustedes me hicieron
unas exigencias, hemos tratado de que queden satisfechas.
Hace dos años –en esa inolvidable visita
a Tokio- presentaron unos reparos, hemos tratado
de hacer la tarea para que ustedes estén tranquilos.
Pero estamos dispuestos a preguntarles: ¿qué más
necesitan?, porque la respuesta nuestra esta dada,
nosotros necesitamos mucha, mucha inversión
japonesa en Colombia.
Muchas gracias.