PALABRAS
DEL PRESIDENTE URIBE VÉLEZ DURANTE LOS 184 AÑOS
DE LA ARMADA NACIONAL
Julio 27 de 2007
(Coveñas - Sucre)
“Compatriotas todos:
Nos reunimos hoy en esta base de Coveñas, aquí en
el Golfo de Morrosquillo, que en su mayor parte esta comprendido
por jurisdicción de Sucre, y en alguna parte de jurisdicción
de Córdoba, para celebrar el Día de la Armada.
De la Armada que tanto apreciamos los colombianos en la formación
institucional de la Nación. De la Armada a la cual
le agradecemos inmensamente su proceso de mejoramiento para
recuperar totalmente la tranquilidad de la Nación.
Esta mañana presenciamos aquí el inicio de
navegación de la embarcación Gorgona y de la
Patrullera fluvial con el nombre del Teniente Oyola. Ambas
que han salido de la fábrica de la Armada, de Cotecmark,
fábrica astillero que ha hecho un progreso enorme,
que debe llenar de orgullo a los colombianos. Por lo cual
tenemos que felicitar al señor Ministro de la Defensa,
al Señor General Freddy Padilla, al señor Almirante
Barrera Hurtado, Comandante de la Armada y a todos los integrantes
de la Armada. Da gusto observar el progreso del Astillero
de la Armada.
Miren compatriotas, estuvimos a bordo de la embarcación
de la Patrullera fluvial Teniente Oyola. ¿Esa patrullera
porque lleva el nombre del teniente Oyola? Porque fue asesinado
cuando cumplía en los Llanos Orientales una labor
contra el terrorismo del paramilitarismo. Tenía 22
años, ¡Que ejemplo de valor!.
Esta mañana saludamos a su señora madre, a
bordo de la patrullera. Allí quedará para toda
la vida el nombre de éste joven colombiano, quien
se convierte en una referencia de valor civil y de heroísmo
al servicio de la Patria.
Esta embarcación empezó a construirse hace
un año. Dios nos permitió estar en las instalaciones
en Cartagena, en las instalaciones del Astillero y se cumplió rigurosamente
el cronograma. Miren los avances.
Si la hubiéramos comprado en el extranjero, habría
podido costarnos entre 32 mil y 50 mil millones. La fabricamos
en la Armada, en Cartagena. Nos costó 18 mil millones.
Yo creo que estos son unos resultados excelentes de la Armada.
También asistimos a la partida hacia el Pacífico
de la embarcación Gorgona. Había llegado al
país en 1956. Se le hizo ahora una remodelación
total. Es una embarcación científica, de investigación
oceanográfica. Esa reparación costó 14
mil millones, si la hubiéramos tenido que mandar al
extranjero, como en el pasado, nos hubiera costado alrededor
de 30 mil millones.
Que gran progreso el de la Armada. La Armada tiene la tarea
de contribuir a que rápidamente derrotemos todos los
grupos terroristas, de ser la talanquera del narcotráfico
en el Pacífico y en el Caribe y en los ríos
de Colombia. Y tiene la tarea de convertirse en una gran
empresa de investigación que sea orgullo de los colombianos,
que sea proveedora de servicios de embarcaciones, astillero
de reparación al sector privado y a la comunidad internacional.
Con reducción de costos, con mejoramiento de tecnología,
estas actividades industriales de la Armada son muy promisorias
para darle oportunidades a la juventud inquieta, investigadora
de la Patria. Para darle oportunidades al proceso de recuperación
de la seguridad.
Cuánto va ayudar esa embarcación, Teniente
Olaya, en el Pacífico Sur. Cuanto va ayudar en el
Pacífico, la embarcación Gorgona. Cuanto va
ayudar que la Armada pueda ofrecerle al sector privado naviero,
a los pescadores de Colombia, mejores servicios a más
cómodos costos en su Astillero. Y cuanto va ha ayudar
a las finanzas y a la ciencia del país, que la Armada
empiece a vender embarcaciones y servicios a la comunidad
internacional.
Y hemos asistido a la activación del Batallón
de Asalto Fluvial de Infantería de Marina número
4. Hoy mismo sale para el Pacífico, conformado por
390 hombres, 11 oficiales, 46 suboficiales, 330 infantes
de marina profesionales, formados en áreas tácticas
terrestres, formados en toda la actividad de transporte aéreo
fluvial y marítima. Entrenados durante cuatro meses
en ésta base de entrenamiento.
Operará en Bahía Solano – Nuquí,
en la Serranía del Baudó, Lo espera el pacífico
con ansiedad, para derrotar los grupos terroristas que aún
persisten en el Pacífico y para derrotar totalmente
el narcotráfico.
Con el entusiasmo con que hoy lo hemos activado, iremos
al pacífico a constatar sus muy positivos resultados.
Y nos hemos reunido en este día de la Armada, en
esta base de Coveñas que honra al país, para
condecorar con la Medalla al Mérito Militar Antonio
Nariño en el grado de Gran Cruz, al Almirante David
Rene Moreno Moreno.
En el grado de Gran Oficial a los Vicealmirantes Edgar Celis
y Jaime Alberto Parra, Álvaro Echandía.
En el grado de Comendador, al Coronel de Infantería
de Marina, Pedro Corrales Larrarte.
En el grado de Caballero, al Sargento Primero de Infantería
de Marina, Julián Guerra Calderón.
Nos hemos reunido para imponer la condecoración del
Mérito Naval Almirante Padilla, en el grado de Gran
Cruz a los Generales Freddy Padilla de León, Jorge
Ballesteros Rodriguez. Al Almirante David Rene Moreno y al
General Fernando Soler Torres.
En el grado de oficial, se ha impuesto la condecoración
Almirante Padilla, a los brigadieres generales Carlos Eduardo Ávila,
José Javier Pérez y Luis Alejandro Parra. A
los contralmirantes Jairo Peña y Hugo de Jesús
García de Vivero. Y hemos impuesto la condecoración
Almirante Padilla en el grado de Gran Oficial a Monseñor
Jorge Enrique Jiménez Carvajal, Arzobispo de Cartagena,
y a Monseñor Nel Beltrán Santamaría,
Obispo de Sincelejo.
Muchas gracias ilustres monseñores, Jorge Enrique
Jiménez y Nel Beltrán, por servicio que desde
el apostolado, desde el magisterio de la iglesia han prestado
al proceso de recuperación institucional de la Nación.
La misma condecoración en el grado de comendador,
al coronel Juan David Barragán Arango, en el grado
de Oficial, al mayor de Infantería Adolfo Enrique
Hernández, al mayor Ricardo Hernán Cortes,
al teniente de navío Javier Hernández Rubio.
En la categoría Caballero, al teniente de infantería
Gustavo Liévano Granobles, al teniente de infantería
Custodio García Díaz, a los suboficiales Jesús
Madrid Ugarte, David Enrique Jambos Sabogal, a los primeros
sargentos Juan Antonio Zambrano y Jesús María
Cortina. En la categoría de compañero, a los
Sargentos viceprimeros Roberto Elles Padilla y Mario Mauricio
Martínez Hernández.
A los suboficiales primeros Jhony Vásquez Romero,
Antonio Padilla Martínez, Dimar Rodríguez Rodríguez,
al suboficial segundo Pedro Miguel Albanez, al adjunto mayor,
Alma Teresa González y al adjunto especial Enith Pereira
Pedroza. A estas dos mujeres de la patria, que han servido
en la Armada por más de 20 años, una oriunda
de esta tierra, otra del Archipiélago, les damos un
aplauso desde el alma, porque han representado muy bien a
la mujer colombiana en la Armada.
Me he emocionado mucho, imponer la condecoración
por servicios distinguidos en orden público por primera
vez, al subteniente Miguel Alberto Tarazona y al sargento
segundo Alejandro Antonio Restrepo Zapata.
Como han contribuido para desmantelar el terrorismo en los
Montes de María, en Sucre y en Bolívar. Cuando
con emoción de patria imponía sobre su pecho
esas medallas les decía: en la juventud de ustedes,
reposa la justa ambición de la patria de liberar esa
zona totalmente de terroristas, tenemos toda la ilusión
de que lo van a lograr.
Y sentí inmensa emoción al imponer la medalla
al valor por primera vez al Teniente de Corbeta Jorge Alonso
García, al suboficial primero Ever Enrique Narváez,
al marinero primero Marcial Aurelio Freyle Cantillo y al
cabo tercero Roberto Luis Baena Barrios.
Todos los jóvenes de la Armada tienen hoy un futuro
promisorio en la institución, tienen por supuesto
una exposición al riesgo, pero también una
posibilidad de desarrollo físico, intelectual, espiritual,
una posibilidad de acrecer en conocimiento científico,
y están bien dirigidos y bien apoyados.
Están apoyados por el pueblo colombiano que en buena
hora ha entendido que el país no podía seguir
invadido por terroristas sino que tenía que recuperar
la institucionalidad democrática.
Están dirigidos por unos comandantes de las fuerzas,
con toda la integridad moral y con toda la devoción
de patria y por un Ministro, que estuvo en la Armada de Colombia,
y que sirve como Ministro de Defensa con la misma ilusión
patriótica de su primera juventud, cuando estuvo en
las filas de la Armada.
Que bueno registrar que todos estos jóvenes le prestan
ese gran servicio a Colombia, y mientras los veía
en esta parada de la Armada pensaba en otros jóvenes
colombianos, en los jóvenes que fueron engañados
por Manuel Marulanda, por el otro compinche criminal de él,
el Jorge Briceño, a quien le dicen el Mono Jojoy,
y por toda esa recua de bandidos de las FARC.
Y pensaba en otros jóvenes, los que fueron engañados
por los bandidos del paramilitarismo. Que diferencia. Aquí los
jóvenes de la Armada bien dirigidos, bien soportados,
con un futuro de servicio a la patria, y una posibilidad
promisoria de realización científica, intelectual,
física, espiritual, y tantos jóvenes colombianos
engañados por el terrorismo. Los vamos a rescatar.
Hemos desmovilizado 43 mil integrantes de los grupos terroristas
en este Gobierno. Los responsables de delitos atroces están
en las cárceles, a aquellos que estaban engañados,
que pertenecían a los grupos, 31 mil paramilitares,
10 mil guerrilleros, están en el proceso de reinserción,
con toda la generosidad de la Nación. Los vamos a
rescatar.
Pedimos a todos esos jóvenes que están engañados
por guerrilla o por grupos criminales, que deserten de esos
grupos, que se reintegren a la vida constitucional de la
Nación; que aquí, hay unos jóvenes que
están marcando un contraste, un camino promisorio
para la Patria.
Pensando en todos esos jóvenes reafirmaba ahora mi
idea de pedirle al Congreso de Colombia, al pueblo, a las
instituciones que conforman nuestro Estado de derecho, un
tratamiento igual a guerrilla y paramilitares. No puede ser
que se diga que a los guerrilleros hay que darles el tratamiento
benigno del delito político, porque han tenido entre
sus objetivos el derrocamiento del Estado, y a los paramilitares
negárselo. Son igualitos.
Ambos han violado el ordenamiento jurídico, que es
el Estado mismo. Los unos, los guerrilleros, violan el ordenamiento
jurídico y maltratan el Estado con la idea de sustituirlo.
Los otros, los paramilitares, han violado el ordenamiento
jurídico, y por ende, maltratan el Estado, que es
inseparable del ordenamiento jurídico, con la idea
de apoyarlo.
Ambos han quebrantado la institucionalidad colombiana. Por
culpa de los gobiernos, del Estado, que dejó durante
tantos años que creciera sin límites la guerrilla,
y que permitió que prosperara la reacción paramilitar
y la atrocidad de unos y otros contra el pueblo colombiano.
Son igualitos. Uno no puede sobre el cadáver de un
compatriota, mutilado y torturado, entrar a decir que el
delito es distinto si lo cometió la guerrilla o si
lo cometió el paramilitarismo. El impacto sobre la
víctima, sobre su familia, sobre la sociedad, es el
mismo.
Angustiado en estos días por la necesidad de una
respuesta jurídica a la sentencia de nuestra Corte
Suprema para poder resolver el problema de 18 mil desmovilizados
paramilitares, no incursos en delitos atroces. Los de delitos
atroces están en la cárcel.
De 18 mil que falta por resolverle la situación jurídica,
a quienes se les venía entregando el indulto, me he
preguntado:”¿qué diferencia tienen esos
18 mil muchachos, hijos de los sectores populares de la patria,
del campesinado, engañados, frustrados por falta de
oportunidades; qué diferencia tienen de los muchachos
que han desertado de la guerrilla? Idénticos, hijos
del pueblo colombiano, llevados a caminos equivocados por
los líderes del terrorismo que los engañaron.
Quizás lo sintieron, que el orden jurídico
social de la nación les ofreciera oportunidades en
su momento. Igualitos. ¿Por qué se les va a
dar tratamiento diferente?
Con el Congreso, con el pueblo, con las instituciones democráticas,
vamos a buscar el mayor nivel de consenso para poder tramitar
una ley que nos permita resolver este impasse jurídico.
Es que este proceso de paz no es un proceso de paz del Presidente,
es un proceso de paz del Estado. Y si bien todas las instituciones
del Estado son independientes, esencia de nuestra construcción
gubernamental de Estado de derecho, esa independencia es
relativa, porque todas están limitadas por la ley,
por la constitución, todas empezando por la Presidencia
de la República están limitadas en la búsqueda
de los intereses superiores del Estado, de los bienes superiores
del pueblo. Y todas están obligadas a colaborar armónicamente,
cuando se trata de defender los intereses superiores del
Estado, cuando se trata de defender los bienes superiores
del pueblo.
¿Acaso no es un interés superior del Estado
haber desmovilizado 43 mil integrantes de grupos terroristas? ¿Acaso
no es un bien superior para nuestro pueblo la reducción
de la violencia que se ha venido dando en el país,
con la desmovilización de estas 43 mil personas?
Eso ha sido un proceso del Estado. Nació de la voluntad
del pueblo, que apoyo en la Seguridad Democrática
sin vacilación en la elección presidencial
de 2002, lo continuó la férrea voluntad de
la Fuerza Pública, que aquel día empezó a
combatir con la severidad con que nunca se había hecho
a la guerrilla, porque sintió que había voluntad
política en el timón del Gobierno, y aquel
día el Gobierno dio la orden que nunca se había
dado, de combatir con igual fiereza al paramilitarismo.
Y entonces, cuando se sintió que la cosa era en serio,
ahí sí tomaron terroristas: los unos, la decisión
de negociar y los otros la decisión de empezar a desertar.
43 mil desmovilizados.
Y esto se ha regido por una Ley que el Congreso no aprobó en
el mismo texto en que la presentó el Gobierno, le
introdujo modificaciones inspiradas en un gran debate nacional,
en contribuciones con la comunidad internacional. Y ahí pasó por
el poder Constitucional Corte, por ende este es un proceso
social del Estado , este es un proceso que -si bien- ha debido
ser dirigido por el Presidente de la República en
quien la ley asigna esa competencia, es un proceso del Estado
para los intereses superiores del Estado y para los bienes
superiores del pueblo.
Por eso en ese proceso tienen que colaborar todas las ramas
del Estado, y por eso vamos a buscar una solución
jurídica, por que qué tal que dejemos en el
limbo, que tal que la única solución sea llevar
estos 18 mil integrantes de los paramilitares desmovilizados
a la cárcel, por que se les desconoce que cometieron
delito político. Eso seria un gran fracaso.
Que tal que el Presidente les tenga que decir, muchachos
este proceso de paz se hizo público, este proceso
de paz no tiene nada escondido, se hizo de cara al pueblo.
Siempre protegidos por la constitución, pero resulta
que como ustedes son paramilitares tienen que ir a la cárcel,
si fueran guerrilleros no tendrían que ir a la cárcel
y podrían aspirar ya al Congreso y a la Presidencia
de la Republica.
Ese tratamiento no puede seguir. Todos igualitos o nada.
No puede ser –entonces- que los unos asesinen y salgan
del asesinato al Congreso y a la Presidencia, llenos de apoyo
y que se les cambie la sanción por el aplauso, y a
los otros, aún sin haber incurrido en delitos atroces,
no se les permita una segunda oportunidad.
Hoy le repito a mis compatriotas desde Coveñas (Suvre)
lo mismo que vengo diciendo desde 1.995 cuando asumí la
Gobernación de Antioquia. El país tiene que
darles el mismo tratamiento. Qué tal –entonces-
cuando venga el proceso de paz con las FARC y el ELN, que
habrá que darse.
Y la fortaleza del pueblo se mantiene y el Gobierno no es
ambiguo en la Seguridad Democrática, con el heroísmo
de los soldados de los policías de los infantes, de
toda la Fuerza, ablandaremos a todos esos bandidos y terminaran
negociando.
Pero no puede ser que a ellos se les aplique un parámetro
diferente a los que se vienen aplicando ahora. Para eso se
tiene que preparar el país, por que si les van a aplicar
una ley más benigna, los que se han sometido a la
ley ahora van a pedir que a ellos se les extienda por principio
de favoravilidad esa normatividad.
Estamos en un problema, pero enfrentado ese problema con
patriotismo, con honradez de cara al pueblo, en deliberación
democrática, no encerrados en componendas dentro de
cuatro paredes en Bogotá, sino en todas las esquinas,
en las calles colombianas, con el Congreso de la República
y las instituciones vamos a encontrar una salida jurídica
para que esos 18 mil compatriotas puedan reintegrarse a la
sociedad colombiana.
Para que en lugar que tenerlos que maltratar e incumplirles
con el proceso, los podamos reinsertar y esos jóvenes
tengan una oportunidad segunda sobre el noble suelo de Colombia.
Y he advertido que ese beneficio no lo estamos reiterando
para los que están en Itaguí, esos están
por fuera, esos son responsables de delitos atroces, a esos
si se les aplica otra normatividad, tampoco estamos en nuestro
reclamo incluyendo a los servidores públicos, ni a
los unos ni a los otros. Es un reclamo solamente para dar
tratamiento igual a la guerrilla a los 18 mil integrantes
de los grupos paramilitares no responsables de delitos atroces,
a quienes se les venia dando el tratamiento del indulto,
de la cesación de la acción penal, lo que queda
ahora en entredicho después de esta sentencia de la
Corte Suprema.
Y además es muy importante considerar que así como
el Estado con la responsabilidad principal del ejecutivo
tiene que hacer cumplir el proceso de paz, las instituciones
tienen que cumplirlo en nombre del Estado.
Nosotros lo hemos hecho cumplir. Bajo mi responsabilidad
se tomó la decisión de trasladarlos a la cárcel
de la Ceja, para hacer cumplir el proceso. Bajo mi responsabilidad
se tomó la segunda decisión de llevarlos a
Itaguí, para hacer cumplir el proceso.
He dicho al país con claridad, que los que reincidan
si tienen suspendido el envió de extradición
se les hará efectivo, y si no tienen extradición
se someterán de todas maneras a la ley ordinaria y
perderán los beneficios.
Hemos hecho cumplir el proceso. Han reincidido aproximadamente
tres mil la Fuerza Pública los persigue con toda determinación,
de esos tres mil aproximadamente mil están en la cárcel,
y casi 500 han sido dados de baja.
Pero así como tenemos toda la determinación
probada a lo largo de esta administración para hacer
cumplir el proceso, el Estado también lo tiene que
cumplir.
Y quiero decirles a los colombianos desde Coveñas
que no hablemos más de paramilitarismo en el país. ¿A
qué se refería la palabra paramilitar? A grupos
de delincuencia privada conformados para combatir a la guerrilla.
Hoy no hay grupos de delincuencia privada combatiendo a la
guerrilla. Hemos recuperado lo que nunca debimos perder:
el monopolio de la fuerza del Estado para combatir a los
criminales.
En el pasado se toleraba socarronamente que grupos de criminales
combatieran otros criminales. Ahora no. Por donde quieran
que ustedes recorran el país encuentran que la única
institución que esta combatiendo la guerrilla es la
institución armada constitucional de la Nación.
Eso es un gran proceso, eso significa una gran recuperación.
Los fugitivos, aquellos que han reincidido, no están
hoy combatiendo la guerrilla, están dedicados a la
extorsión, están dedicados al secuestro, están
dedicados al narcotráfico.
Este cambio bien importante para el país, de haber
logrado que solamente la institución ejerza lo que
le corresponde el poder monopólico de combatir a los
terroristas, de combatir a los criminales, es un cambio que
da autoridad moral para pedir que sigamos sin retrocesos
el curso de la Seguridad Democrática, de la justicia,
el curso de la paz, el curso del proceso en que estamos empeñados.
Quiero referirme a nuestros muertos, a los diputados del
Valle del Cauca asesinados por las FARC.
Estos criminales de las FARC tras criminales y bufones son
mentirosos. Todos los días engañan con comunicados,
asesinan y posan de señorones. Afortunadamente el
país no les cree, porque el país perdona cuando
hay arrepentimiento, pero hoy el país condena cuando
hay persistencia en el delito.
Todos los días sacan disculpas para no entregar los
cadáveres. Según su propia confesión,
asesinaron a los diputados el 18 de junio. Hoy es 27 de julio
y no han entregado los cadáveres.
No los entregan porque saben que mientras más demore
la entrega, más difícil será la exactitud
del dictamen pericial forense para determinar la modalidad
del asesinato.
El doctor Luis Carlos Restrepo, Alto Comisionado para la
Paz, expresó ayer que el Gobierno, como lo ha hecho
desde el primer día cuando se conoció la noticia,
sigue en activo contacto con el Comité Internacional
de la Cruz Roja, entidad a la cual le pedimos que se apersonara
de la recuperación de los cadáveres.
Y el activo contacto con la Organización de Estados
Americanos para que con el liderazgo del doctor Insulza (José Miguel),
Secretario General de la Organización de Estados Americanos,
se integre la Comisión Forense Internacional, que
en compañía de nuestra Fiscalía, haga
el dictamen pericial sobre los diputados y le diga al mundo
la verdad del asesinato perpetrado por estos criminales de
las FARC.
Señor General Padilla, señor Almirante Barrera,
señor Ministro, Altos Comandantes, en este día
de la Patria reforcemos nuestra decisión de derrotar
estos terroristas.
¿Hace cinco qué había aquí en
este bello Golfo de Morrosquillo?
Este litoral estaba invadido por el paramilitarismo, y de
los Montes de María hacia el sur, por las Farc, ambos
alimentados por el narcotráfico.
Hoy hay más tranquilidad, más paz. Aquí se
ha desmontado el paramilitarismo, no podemos permitir que
traten de reincidir a través de águilas negras
o azules o blancas o rosadas.
Esta mañana, señor General Lemus, me llamaban
de Aguachica a decirme que allá insisten en organizarse
en águilas negras, “¡Acábelos mi
General!”, no podemos dejar pelechar criminales, la
Patria está en combate decisivo para poder recuperar
plenamente la institucionalidad que es la razón de
la aspiración de felicidad de las nuevas generaciones
de colombianos.
Qué distinto un Golfo de Morrosquillo sin paramilitares,
qué distinto los Montes de María con el EPL
desmovilizado, con las FARC debilitada, y vamos a lograr
exterminar estos bandidos que persisten.
En la historia de la humanidad se ha demostrado que la buena
fe de los Estados democráticos impide el triunfo de
los terroristas.
Ellos van a negociar cuando sientan que definitivamente
la voluntad del pueblo colombiano es inclaudicable.
Demos la batalla de estos terroristas con toda la decisión,
que nos lo agradecerá la Patria porque será la única
manera que acabará con los caprichos sanguinarios
de 40 años de asesinatos de Manuel Marulanda, y esa
recua de bandidos que él lo ha acompañado.
Y vamos ganando también en la justicia, y tenemos
que ganar. Quiero celebrar desde Coveñas el fallo
que se produjo ayer en los Estados Unidos frente al caso
de la Drummond.
Los diez jurados unánimemente dijeron que no había
ninguna responsabilidad de la Drummond en el asesinato de
sindicalistas del Cesar.
Celebro ese fallo. Ese fallo llama la atención porque
empieza a desoírse en buena hora a los testigos falaces,
empieza a desmeritarse en buena hora los montajes jurídicos
para mancillar el honor de la Patria.
Cuando nosotros llegamos, en Colombia asesinaban 256 líderes
sindicales. Empezamos a protegerlos desde la hora cero de
nuestro Gobierno, este año han asesinado 6 sindicalistas
y 12 maestros. Hemos estado al pie de la investigación
judicial sobre cada caso. Hasta ahora no hay evidencia recaudada
por la justicia que permita decir que alguno de los seis
sindicalistas fue asesinado en razón de su oficio
sindical.
Así como queremos que haya cero secuestros en el
país, no obstante que se ha presentado una gran disminución,
todavía no estamos conformes, también queremos
que haya cero asesinatos de líderes sindicales y de
líderes sociales.
Y estamos en esa lucha. Y hemos fortalecido la justicia.
Reformado la Constitución para incorporar el Sistema
Penal Acusatorio. Reformado los códigos. Aumentado
los presupuestos para fortalecer la Fiscalía. El año
pasado en 70 millones de dólares y ahora un nuevo
presupuesto adicionado en 75 mil millones para que entren
230 fiscales y 800 investigadores adicionales.
Y todo eso empieza a producir resultados. Ya van 48 sentencias
este año que han condenado a 78 personas, responsables
contra el asesinato de líderes sindicales.
Nuestra voluntad es proteger a todos los colombianos, proteger
a los periodistas, proteger a los sindicalistas, a los empresarios,
a los campesinos y a los agricultores.
Cuando había estado tan eficazmente protegida la
oposición. Muchos de los intelectuales que se llaman
de izquierda, enemigos de esta tarea de gobierno y de las
ideas que profeso, han regresado al país.
Vivían supuestamente en el exilio. Y hoy criticaban
al gobierno todos los días de manera implacable, pero
están protegidos por la Seguridad Democrática.
Ya no están obligados a escribir como en el pasado
desde el extranjero, aquí pueden ejercer incluso la
libertad de calumniar protegidos debidamente por la Seguridad
Democrática.
Antes asesinaban 15 periodistas, este año no han
asesinado uno solo.
Hemos recuperado el derecho de la libertad para que los
periodistas se sientan menos amenazados, más tranquilos
y con mejores condiciones de ejercer su oficio, de informar
verazmente, de analizar objetivamente, de criticar de acuerdo
a sus convicciones.
Vamos a seguir en esa tarea, lo que no podemos permitir
es que la deformen. Que mientras aquí protegemos a
los sindicalistas, en los Estados Unidos pretendan hacer
montajes como el que llevaban para condenar a la Drummond
porque supuestamente eran los empresarios colombianos los
que los asesinaban.
Por eso celebro, por el bien de la Patria esa sentencia
que ha exonerado a la Drummond.
En Colombia nos son los empresarios los que han asesinado
a los sindicalistas, ni son los sindicalistas los que han
secuestrado a los empresarios.
Aquí hacen 40-50 años las guerrillas marxistas,
las que trajeron el odio, las que han querido derrotar nuestra
democracia, las que ha traído pobreza y desempleo,
trajeron también la idea de todas las formas de lucha.
Asesinaban y penetraban el movimiento obrero, el movimiento
estudiantil y el periodismo. El Estado no los enfrentaba,
las dejo crecer.
Llego la reacción paramilitar hacer los mismo, ¿y
en qué concluyo todo? Que en esa competencia de atrocidad
los paramilitares asesinaban a los sindicalistas acusándolos
de ser colaboradores de la guerrilla. Y la guerrilla asesinaba
a los sindicalistas acusándolos de ser colaboradores
del paramilitarismo.
Y para acabar de ajustar, el año pasado se presento
otro problema en enfrentamiento entre el ELN y la FARC. Entonces
llegaba la FARC a un hospital de Arauca y decía: este
sindicalista es integrante del ELN y lo asesinaba. Y llegaba
el ELN a un campamento de obras públicas y decía:
este sindicalista es integrante de la FARC y lo asesinaba.
Todo ese círculo vicioso, hay que sustituirlo por
el círculo virtuoso del apoyo del pueblo a las instituciones.
De la firmeza del Gobierno basado en el apoyo del pueblo
en la Seguridad Democrática. Para que eso le produzca
a Colombia finalmente el restablecimiento pleno de la paz.
Pero así como protegemos a los sindicalistas, no
podemos admitir que algunos grupos aislados del sindicalismo
crean que están en los años 60´s haciendo
alianzas con las guerrillas.
Está bien, que algunos grupos que se quieren poner
al margen de la ley, en Quito (Ecuador) asistan a una conferencia
donde fueron invitados los terroristas. Permitan que se produzca
una declaración sin reservas, con unos párrafos
de apología a las FARC a esos terroristas.
Lo que no está bien es que haya organizaciones sindicales
que protege la Constitución de la Patria, que protege
la ley de la Patria, que protege el Gobierno de la Patria.
Este año tenemos 6 mil colombianos individualmente
protegidos, de ellos 1.500 son sindicalistas, ese esquema
cuesta 76 mil millones.
No esta bien que mientras se hace este esfuerzo, sectores
aislados del sindicalismo concurran a una conferencia donde
se invita al terrorismo y donde se proclama el apoyo al terrorismo.
Eso no lo podemos permitir.
Aquí defendemos todas las expresiones sociales y
empresariales con criterio democrático, pero no podemos
permitir que nos hagan la trampa de alianza con el terrorismo.
Quiero hoy expresar mi gratitud a cada uno de los integrantes
de la Armada, sufrimos en el pacífico sur donde se
nos ha concentrado el narcotráfico, donde está las
FARC, organizaciones criminales de otra naturaleza, hay que
derrotarlas.
La esperanza en la Armada es muy grande, la esperanza en
la Armada para terminar con lo que queda de FARC en el departamento
de Bolívar, en los Montes de María, es muy
grande la esperanza en la Armada de la Patria. Los felicito,
les expreso toda la gratitud.
Y quiero saludar a esa delegación de familiares,
de padres de familia aquí presentes, porque apoyan
a sus hijos y familiares que están en la Armada, porque
corren una gran angustia y se exponen a un gran riesgo, entregándolos
a esa causa de servicio de la Patria.
A todos los papás, a todas las mamás, a todas
las esposas, a todos los hijos de los integrantes de la Armada
de la Patria, nuestro aplauso desde el fondo del corazón,
por su abnegado servicio al interés superior de la
tranquilidad de los colombianos.
Compatriotas:
¿Qué queremos?, la felicidad de las nuevas
generaciones, que no tengan que vivir lo que ha vivido la
generación del Ministro y la mía, una vida
sin un día completo de paz en nuestra Patria.
Que las nuevas generaciones puedan vivir en una Patria de
oportunidades, en una Patria tranquila, en una Patria de
inquietudes intelectuales, en una Patria de fortaleza física
y espiritual, pero no en una Patria doblegada por el terrorismo.
Hay buenos vientos. No estamos en el paraíso pero
vamos mejorando, hay buenos vientos, no hemos ganado pero
vamos ganando. Hace cinco años el 30 por ciento del
territorio de la Patria, estaba en poder directo del terrorismo.
Eso parecía la Francia de la invasión alemana,
en la Francia de la invasión alemana subsistía
la invasión francesa, pero imperaba el Estado invasor
alemán. En la Colombia de hace cinco años todavía
subsistía la Nación colombiana como la expresión
sociológica del pueblo, la Nación con todas
sus identidades ancestrales, históricas, culturales,
de idioma, de idiosincrasia, pero prevalecía no el
Estado que desfallecía, sino la fuerza terrorista
invasora.
Eso lo estamos recuperando, y con la fortaleza de la Armada
de la Patria, de nuestras fuerzas institucionales, vamos
a lograr una Colombia sin terroristas guerrilleros, sin terroristas
criminales, sin terroristas del narcotráfico, una
Colombia sin corrupción, una Colombia llena de oportunidades
para todos sus hijos.
Muchas gracias a la Armada y que viva Colombia”. |