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PALABRAS DEL PRESIDENTE URIBE EN LOS 88 AÑOS DE LA CORONACIÓN DE LA VIRGEN DE CHIQUINQUIRÁ
Julio 22 de 2007 (Hackensack, New Jersey - Estados Unidos)

“Gracias, apreciado Cónsul, y felicitaciones por el entusiasmo con que ha asumido esta tarea. Muchas gracias a Julio Salcedo y a todo el Club Colombia de Hackensack, por mantener este gran fervor por nuestra patria. A ellos un aplauso muy grande.

Nos sentimos muy orgullosos de tener aquí compatriotas como Tomás Padilla, presidente de la Junta del Condado de Bergen. Tomás: qué maravilla saber que un colombiano nacido en Barranquilla, que llegó aquí de cinco años de edad y que superó tantos desafíos, es hoy el Presidente de la Junta de un Condado que tiene 70 municipalidades. Lo aplaudimos de todo corazón.

Y cómo nos enorgullecemos los colombianos de registrar que en esta ciudad de Hackensack, el alcalde hoy, el que ha merecido la confianza del pueblo para regirla como alcalde es otro colombiano: Jorge Meneses.

Compatriotas, a ellos hay que exaltarlos porque las noticias las producen los malos. Nosotros tenemos que resaltar a los buenos. Cuarenta y tres millones de colombianos son gente buena, trabajadora, honesta, al estilo de Jorge Meneses y al estilo de Tomás Padilla.

Hay que decir eso al pueblo norteamericano, a sus autoridades y a sus medios de comunicación. No juzguen a Colombia por el narcotráfico, que lo combatimos. No juzguen a la Colombia por la guerrilla, que la combatimos. No juzguen a Colombia por los paramilitares, que los estamos desmontando. Vean en Colombia a sus inmensas mayorías de gente buena, honesta, laboriosa.

Quiero agradecer la presencia del Ejecutivo del Condado y del Sheriff. Muchas gracias a ambos. Al igual que la compañía del canciller Fernando Araújo, de la señora embajadora Carolina Barco en Washington, de la señora embajadora Claudia Blum en la ONU, del señor embajador Camilo Ospina en la OEA, de los senadores Armando Benedetti de Barranquilla y Juan Carlos Vélez de Medellín, de la representante Sandra Ceballos de Bogotá. Y a mis compañeros de Gobierno y al cónsul Francisco Noguera.

Compatriotas, los felicito. Muchos de ustedes tuvieron que salir de Colombia porque el país les negó oportunidades de empleo o de estudio. Muchos tuvieron que salir porque fueron presionados por la guerrilla o los paramilitares. Muchos tuvieron que salir de Colombia sin querer salir, forzados por las circunstancias.

Y en lugar de estar ustedes resentidos, rabiando contra la Patria, están alegres aquí en este parque de los Estados Unidos, donde han recibido esta maravillosa hospitalidad, celebrando el 20 de Julio, el día de la Independencia de Colombia.

El mundo debe reconocer esto: el pueblo colombiano en lugar de haberse llenado de amargura, en lugar de haberse llenado de odio, en lugar de haberse llenado de resentimiento por tantos años de dificultades, lo que hace el pueblo colombiano, el que vive allá en nuestro territorio, el que vive aquí en los Estados Unidos, el que vive en otros países, es trabajar con alegría, con dedicación. Servir bien a la nación que les ofrece albergue, que les ofrece domicilio, y llevar muy en alto el fervor patriótico de Colombia. Felicitaciones por ello.

Cuántos de ustedes, en lugar de estar alegres hoy aquí podrían decir con indiferencia: para qué me vinculo a una celebración del 20 de Julio de una patria que me expulsó, de una patria que me negó oportunidades. Estar ustedes diciéndole “presente” a la Patria en esta celebración del 20 de Julio, habla muy bien de la materia prima que hace a la mujer y al hombre de Colombia: gente noble, gente con patriotismo.

Transmitan que estamos trabajando tres acciones de Gobierno: la consolidación de la seguridad, la confianza de la inversión y la política social. Van de la mano. Sin seguridad no hay confianza e inversión. Si no hay inversión con responsabilidad social, no hay recursos para resolver los problemas sociales del país.

Hay dos maneras de proyectar una política social: una manera es con discurso, demagogia, engaño, reparto de más miseria. Otra manera es creando prosperidad, para que el pueblo colombiano pueda acceder a mejores oportunidades de empleo con afiliación a la seguridad social. Para que pueda acceder al emprendimiento. Para que haya en nuestro país mejor calidad de vida para todos.

Hemos avanzado en seguridad, pero no lo suficiente. Por ejemplo, todavía tenemos 17 mil asesinatos al año. Es mucho, pero venimos de 35 mil. Hay que decirle al mundo: reconocemos lo que nos falta, pero reconozcan lo que hemos hecho. Tuvimos años de 3.500 secuestros, semestres de 1.700 secuestros. En lo que va recorrido de este año se han dado 107 secuestros. Quisiéramos decir: ni uno solo. Pero todavía nos golpea este flagelo.

Lo importante es que mientras estamos en este parque, los soldados y los policías de la Patria, con abnegación, hijos de nuestro pueblo, están en las montañas, en las ciudades de Colombia, combatiendo a los terroristas, haciendo un gran sacrificio para recuperarle a Colombia la ley, el orden, el derecho de los colombianos de vivir en paz.

Estamos luchando por mejorar esta seguridad día a día. Hemos avanzado mucho, pero todavía hay regiones con muchas dificultades. Pueden decir ustedes a sus interlocutores de los Estados Unidos que los colombianos, su Gobierno, su ciudadanía, no negamos lo que falta, pero que tenemos toda la determinación de lograrlo.

No perdemos un minuto, no lo perdemos. Ustedes son un ejemplo por su laboriosidad. Nosotros tratamos de seguir la laboriosidad de ustedes. ¡Cómo trabajan ustedes aquí, cómo se esfuerzan! Son un ejemplo que mis compañeros de Gobierno y yo queremos seguir.

En el país hay más confianza. Nosotros no queremos un capitalismo de empresas grandes y burocráticas del Estado. Tampoco un capitalismo de monopolios privados. Nosotros queremos un capitalismo social, con muchas empresas grandes y muchas empresas pequeñas. Y con grandes posibilidades de emprendimiento.

Hace semana y media una organización internacional monitora de emprendimiento, certificó que Colombia es el segundo país del mundo en su nivel de ingreso con más dinamismo de emprendimiento en los últimos años. Eso bueno para nuestro país.

El pueblo colombiano es emprendimiento, el pueblo colombiano es energía, el pueblo colombiano es pasión, como dice aquí en las camisetas de algunos de ustedes.

Las noticias malas llegan. Déjenme dar las buenas: hace cuatro años a nuestro país llegaban 500 – 700 millones de dólares. De enero a junio de este año, llegaron 4 billones 151 millones de dólares. Hace cuatro años, por cada 100 pesos que producíamos, sólo había 12 de inversión. Ahora hay 26.

Y estamos buscando la confianza inversionista con seguridad. Y además diciéndole al mundo: nosotros damos en Colombia todas las libertades para la inversión, con responsabilidad social.

¿Qué es responsabilidad social? Responsabilidad social es que los inversionistas tengan una relación transparente con el Estado. Que no haya corrupción en la asignación de contratos. Que no haya corrupción en la adjudicación de las concesiones para extraer petróleo, para extraer carbón. Que no haya corrupción en los contratos de obras públicas. Que no haya corrupción en la relación de los inversionistas con la tributación.

¿Qué es responsabilidad social? Que los inversionistas sean solidarios con las comunidades. Ahora estamos empeñados en que los inversionistas de carbón del Cesar resuelvan los problemas ambientales. Porque no puede ser que mientras una empresa extrae carbón, la comunidad que vive en esa región tenga que inhalar polvillo, en perjuicio de su salud. El Gobierno lo enfrenta todo, en un diálogo permanente con los colombianos. Y problemas como esos, que son de falta de solidaridad con las comunidades, los estamos resolviendo. Solidaridad de los inversionistas con las comunidades.

¿Qué es responsabilidad social? Que las relaciones laborales no se rijan por el odio de clases, que las relaciones entre empleados y trabajadores no se rijan por el capitalismo salvaje, que sean guiadas por los principios cristianos de la fraternidad. Los principios cristianos de la fraternidad hacen parte de las convicciones superiores de este Gobierno para regir las relaciones laborales: inversión con responsabilidad social.

Si hay seguridad e inversión y el Estado elimina corrupción, hay más recursos para la inversión social. Van de la mano.

Compatriotas y ciudadanos de los Estados Unidos que nos albergan en su territorio: en el 2010, cuando estemos celebrando 200 años del Grito de Independencia, justo en tres años, en la víspera del final de este Gobierno, pedimos a Dios que podamos decir: hemos logrado plena cobertura en educación básica en Colombia, hemos logrado plena cobertura en salud para los sectores pobre de la patria, hemos logrado 34 por ciento de cobertura en universidad.

El Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, cuando empezó nuestro Gobierno, tenía 6 millones de usuarios. Hoy pasa de diez millones. Vamos allegar a cuatro millones de jóvenes en los restaurantes escolares. A millón y medio de niños, menores de cinco años, recibiendo todos los días un desayuno con nutrientes, fortificados. Cuando empezó nuestro Gobierno en Colombia, se atendía a 60 mil ancianos. Hoy atendemos a 600 mil y vamos a llegar a un millón con la ayuda de Dios. Falta mucho, pero no pedemos un minuto en trabajar por nuestra patria.

Miren: mi antecesor, el presidente Pastrana, empezó el programa Familias en Acción. Yo lo recibí como un programa transitorio, experimental, de 220 mil familias. ¿Saben cuántas vamos a lograr en agosto? Millón y medio. Familias pobres que reciben un subsidio para la nutrición y educación de sus hijitos.

Esta semana visité el Putumayo, esa tierra tan bella que se asociaba con coca y con violencia. Fue a un pueblito en la ribera del río Putumayo, Puerto Caicedo, y me dijeron: “Nunca nos imaginábamos que viéramos al Presidente de Colombia aquí”. Efectivamente, la presencia de los grupos violentos hace cuatro años, no nos habría permitido ir allá.

Y alguien me dijo muy amablemente: “Ya perdimos, Presidente, la cuenta de las visitas que usted le ha hecho al departamento del Putumayo”. Y les dije: “Primera vez que los encuentro contentos”.

Y allá estamos erradicando droga. Manualmente hemos erradicado 9 mil hectáreas este año. Pero tenemos cinco mil Familias Guardabosques y vamos a tener otras cinco mil. Familias campesinas. Hemos hecho un acuerdo con ellas: no siembren coca, no tumben la selva, tengan su área libre de coca, cuiden la recuperación de la selva. Y el Estado le paga a cada familia de esas un subsidio.

Colombia tiene hoy 50 mil Familias Guardabosques, pero necesitamos llegar a 100 mil. Reconocemos todo lo que falta, pero pedimos que la comunidad internacional nos reconozca lo que se ha hecho.

La gente del Putumayo hace cuatro años, hace tres años, triste, aburrida, desconfiada, está hoy alegre y con confianza. Hay 20 mil familias en el Putumayo en Familias en Acción.

Me comprometí que toda la frontera con el Ecuador quedará con cobertura total de Familias en Acción. Y todo el Litoral Pacífico, donde se presenta una gran concentración de pobreza en nuestro país.

El crédito. Los sectores populares de Colombia se quejan, con razón, de que para obtener crédito tienen que depender de la gota de sangre, de la prendería, de la usura, del pagadiario. ¿Qué hemos hecho con Banca de Oportunidades? En el primer gobierno entregamos millón 800 mil créditos a igual número de familias pobres de Colombia. En este segundo gobierno la meta es cinco millones. Ya vamos en un millón 250 mil.

Y cuando voy, por ejemplo a ciudades como Valledupar, como Sincelejo, la semana pasada en La Dorada, encuentro que la gente que recibe estos créditos antes le estaba pagando tasas de interés monstruosas al agiotismo, a la usura.

Excluir a la gente del crédito institucional es negar posibilidades democráticas. Estamos empeñados en la tarea de que Banca de Oportunidades les llegue a estos 5 millones de compatriotas.

Tenemos muchos atrasos. Uno ve en Buenaventura gran cantidad de familias que viven en bajamar, en tugurios, hacinados. Pero dentro de poco empezaremos a construir tres mil viviendas nuevas en Buenaventura, dignas. Ya tenemos el dinero, producto de lo que le hemos decomisado al narcotráfico.

El país no es un paraíso, pero los colombianos tienen alma de paraíso. Y eso nos va a ayudar a salir adelante. Ayúdennos a que se apruebe el TLC en Estados Unidos.

Nosotros le compramos maquinaria a Estados Unidos. En Colombia no producimos sino 90 mil toneladas de trigo. El resto lo tenemos que importar. Queremos que comprarlo en buena parte aquí sin aranceles. En Colombia producimos un millón y medio de toneladas de maíz, pero consumimos casi 4 millones. Queremos comprar maíz de aquí sin aranceles.

Y queremos que compren nuestros productos, para que haya más empleo, más afiliación a la seguridad social en Colombia.

Tenemos una gran posibilidad. A nosotros todavía nos sobra mucha tierra que no está en bosque. El bosque no lo podemos tocar. Es un pulmón de la humanidad. Nos sobra mucha tierra que está en sabanas. En el Meta, en el Vichada, en el Casanare, Arauca, parte del Guaviare, en el Caribe colombiano, en el Magdalena Medio. Tierra donde podemos sembrar palma de aceite. Donde podemos sembrar caña y otros productos, para producir alcohol para mezclarle a la gasolina, biodiesel para mezclarle al diesel fósil.

Eso contribuye al medio ambiente. Eso ayuda a luchar contra el calentamiento global. Eso genera empleo.

Díganle a Estados Unidos, al Congreso, lo siguiente: si nosotros podemos generar empleo a través del TLC, eso ayuda a que haya menos droga. Si hay menos droga, hay menos violencia. Si hay menos violencia, hay más y más inversión, más y más emprendimiento, más y más empleo.

Y dicen: bueno, lo que pasa es que no podemos apoyar el TLC porque en Colombia hay paramilitares y porque en Colombia matan a los líderes sindicales.

¿Qué ha pasado con los líderes sindicales? En Colombia asesinaban 256 al año, antes de que llegara nuestro Gobierno. Siendo yo candidato a la Presidencia, en un Manifiesto Democrático de 100 puntos, que algunos de ustedes lo conservan, en el punto 27 (búsquenlo), dice: nuestra seguridad será democrática para proteger a todos por igual, para proteger a los líderes sindicales contra el asesinato y para proteger a los empresarios contra el secuestro.

Desde el primer día de Gobierno nos hemos propuesto protegerlos a todos, sin distingos políticos. Bajamos ese asesinato. Este año van seis sindicalistas. Todos asesinados, ha dicho la justicia, por razones distintas a su actividad sindical.

Son 800 mil, un millón en un país donde todavía hay 17 mil asesinatos de personas. Estamos luchando por protegerlos. El Gobierno nuestro tiene hoy seis mil ciudadanos en protección directa, 1.500 de ellos líderes sindicales. Eso cuesta casi 40 millones de dólares al año.

Y hemos reformado la justicia. La estamos fortaleciendo para evitar la impunidad. Ya este año, gracias a la reforma de la justicia, se han producido 48 sentencias que condenan a 78 personas por asesinatos contra trabajadores.

Nos falta, no hemos llegado a cero, pero vamos mejorando.

El paramilitarismo. ¿Por qué se creo? Porque el país estuvo azotado por la guerrilla muchos años y a los ciudadanos no los protegía nadie. Y surgió una reacción, igualmente criminal que la guerrilla: los paramilitares.

Lo que he dicho es: ¿entonces por paramilitarismo van a castigar al Gobierno que lo ha desmontado? Yo encontré la tercera parte del país controlada directa o indirectamente por paramilitares o guerrilla. Y las otras dos terceras afectadas por guerrilla y paramilitares.

Eran 60 mil terroristas cuando empezó nuestro Gobierno. Hemos desmovilizado 43 mil. La mayoría de los líderes paramilitares están en la cárcel. Van a tener sentencia reducida, sí. Pero no es un proceso de paz como los del pasado, que les permitía ir del monte al Congreso.

Ahora tienen cárcel, porque el proceso tiene que tener justicia. Ahora tienen que entregar los bienes para poder indemnizar, para poder reparar a las víctimas. Ahora tienen que decir la verdad.

La parapolítica. La inmensa mayoría de los casos de parapolítica es anterior a mi Gobierno. Lo que pasa es que las denuncian se han hecho ahora, en un país que ha perdido el temor a denunciar, gracias a que la Seguridad Democrática le ha devuelto confianza a nuestra gente.

Y hemos apoyado a la justicia. Y nada está tapado, nada es clandestino. Todo lo que ocurre en nuestro país está transparentemente puesto a los ojos del mundo.

Hace dos días, cuando instalé el Congreso, dije: en Colombia no debemos hablar más de paramilitares. No hay paramilitares. ¿Por qué? Están en la cárcel unos, la mayoría de los líderes. Desmovilizados, otros. Han reincidido más o menos tres mil. Pero los estamos combatiendo con toda la firmeza del Estado.

Hoy no hay organizaciones de criminales combatiendo a la guerrilla. ¿Qué era paramilitarismo? Era una organización criminal privada que combatía a la guerrilla. Eso se ha superado en Colombia. Hoy la única institución que combate a la guerrilla es la Fuerza Pública. Recuperamos lo que nunca debimos perder: el monopolio del Estado para enfrentar a los terroristas.

Cuando nosotros decimos: no hay paramilitares para enfrentar a la guerrilla, solamente la enfrenta el Estado, tenemos autoridad moral para decirles a los colombianos: vamos por buen camino, a pesar de las dificultades. Y para decirle a la comunidad internacional: apoyen y confíen en nuestra democracia.

El 18 de junio fueron asesinados 11 diputados del Valle del Cauca. ¿Quién los asesinó? El grupo terrorista de las Farc. Hoy es 22 de julio. ¿Por qué no entregan los cadáveres? Porque esos bandidos son criminales y mentirosos. Porque saben que mientras más demoren los cadáveres, más difícil será para los médicos forenses que realicen la autopsia, definir exactamente la modalidad del crimen. Los mataron y ahora quieren estos bandidos esconder su responsabilidad. Pero el pueblo colombiano los conoce.

Hemos pedido a la OEA y a la Cruz Roja Internacional interceder para recuperar los cadáveres, y estamos dispuestos a crear una comisión internacional que practique la autopsia, el examen forense, con nuestra Fiscalía, para que haya plena confianza en la comunidad internacional y en la comunidad y en la comunidad nacional sobre ese veredicto.

Compatriotas y ciudadanos de los Estados Unidos, que son nuestros anfitriones: nuestra Fuerza Pública es muy abnegada. Se le apoyaba poco. Cuando veo aquí al Sheriff, me siendo muy orgulloso porque en Colombia hoy apoyamos de todo corazón a nuestros soldados y policías.

Este es el Gobierno de apoyo a la Fuerza Pública. Porque en la medida en que tengamos una Fuerza Pública fuerte y eficaz, vamos a tener una nación sin paramilitares, sin guerrilla, una nación sin corrupción y una nación sin terrorismo. Es lo que estamos buscando.

¿Saben por qué dije hace dos días en el Congreso, por qué di otra razón para afirmar que en Colombia ya no se debe hablar de paramilitares? Porque hay una Fuerza Pública hoy más fuerte y transparente.

En el pasado se habló con frecuencia de vinculaciones individuales, nunca institucionales, de miembros de la Fuerza Pública con grupos criminales. Esto se ha superado enormemente. Qué bueno poderlo decir.

Cuando regrese esta tarde a Colombia, le pediré a Dios toda la energía para trabajar estos tres años de gobierno al ritmo que ustedes trabajan. Agradezco inmensamente a ustedes que sacrifiquen en domingo para tener esta alegre expresión de Patria.

Aquí tenemos una Embajadora ante los Estados Unidos, la doctora Carolina Barco; una Embajadora ante la ONU, la doctora Claudia Blum; un Embajador ante la OEA, el doctor Camilo Ospina, y dos millones de embajadores ante el Pueblo y el Congreso de los Estados Unidos: los dos millones de colombianos que viven en este país.

Nuestros paradigmas no son los narcotraficantes. Ni esos bandidos de las Farc ni los paramilitares. Nuestros paradigmas son Tomás Padilla, Jorge Meneses, los colombianos que han logrado la confianza de la democracia de esta gran democracia del norte, como el ex presidente Alberto Lleras solía referirse a los Estados Unidos.

Compatriotas: vamos a trabajar con todo el afecto, a entregar hasta la última de nuestras energías, para que las nuevas generaciones de colombianos puedan vivir felices en el suelo de la Patria. Para que quienes quieran salir de Colombia, salgan de la Patria por libertad, por el deseo de buscar una oportunidad, pero nunca forzados por el terrorismo, nunca forzados por la falta de oportunidades.

Nuestra gratitud a los Estados Unidos, nuestro respeto. Increíble: en un parque de los Estados Unidos, celebrando el 20 de Julio. Admiramos esta democracia.

El año entrante, con la ayuda de Dios, el 20 de Julio en la Patria tendrá conciertos y alboradas en toda Colombia.

Nos vamos a proponer desde ya a construir un bello malecón en Leticia sobre el río Amazonas, para que lo podamos inaugurar el 20 de Julio del año entrante. Y así como hace dos días estuvimos felices celebrando el 20 de Julio en San Andrés y Providencia, que Dios nos dé vida y salud para celebrar el 20 de Julio de 2008 en Leticia, en todos los rincones de Colombia y en países hospitalarios de nuestro pueblo, como los Estados Unidos, que los alberga a ustedes.

Por la felicidad de las nuevas generaciones de colombianos, un saludo lleno de afecto a ustedes, apreciados compatriotas”.

 
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