PALABRAS
DEL PRESIDENTE URIBE EN GRADUACIÓN DE PERIODISTAS
DEL DIPLOMADO SOBRE ECONOMÍA SOCIAL
Julio 23 de 2007
(Medellín - Antioquia)
“Me honra muchísimo acudir nuevamente a este
compromiso. Es ya el tercero al cual asisto. Este enorme
esfuerzo que ustedes realizan año tras año
para avanzar en el conocimiento. El mundo de hoy exige estudiar
todos los días. Cuando Mao Tse Tung tenía 84
años, estaba estudiando inglés. Dicen los chinos
que el hombre empieza a morir el día que deja de estudiar.
Para nosotros los seres humanos, el único nivel de
ciencia posible es el relativo. Y a él solamente podemos
acceder un poquito todos los días si hacemos el esfuerzo
de estudiar todos los días.
Quiero felicitar muy de verdad a Humberto López López
por esta tarea. Por la promoción de este esfuerzo
y por su ejemplo personal. Nos honra a los antioqueños.
Quiero felicitar a la doctora María Inés Restrepo
de Arango por ese entusiasmo social en la conducción
cotidiana de Comfama, confundida con Antioquia, con la compensación
familiar en el país. Y a la Universidad Pontificia
Bolivariana. A monseñor Luis Fernando Rodríguez
por la vinculación a esta tarea. A ustedes, apreciados
graduandos. A sus familias.
Cuando veo las posibilidades y las dificultades de Colombia,
digo: sí, Colombia tiene mucha posibilidad, porque
el 85 por ciento del territorio no se ha explorado para minería.
Tiene apenas el 15 por ciento explorado. El 85 por ciento
no se ha examinado.
Cuando digo: Colombia tiene mucha posibilidad porque tiene
44 millones de hectáreas de pastos y sabanas donde
se puede hacer un gran desarrollo de biocombustibles, a lo
cual ayudan las horas de sol, el clima, la localización
geográfica, para contribuirle al empleo agrícola,
para contribuirle como alternativa al agotamiento del petróleo,
para contribuir en las estrategias contra el calentamiento
global; cuando pienso que Colombia tiene todas las posibilidades
en la industria cinematográfica, en la industria de
los computadores; cuando vemos que Colombia en cuatro años
pasó de 4 millones de celulares a 30 millones y que
en estos cuatro años puede lograr un gran desatraso
en conectividad y en fibra ancha, digo: sí, muy importantes
las posibilidades de Colombia. Pero la más importante
es su gente. La laboriosidad de su gente. La disciplina de
su gente.
Y ustedes son un ejemplo de ello. Los admiro mucho: trabajar
de sol a sol en su batalla periodística. Muchas veces
con todas las incomprensiones, con todas las dificultades,
con toda la sub-remuneración. En ocasiones luchando
por la afiliación a la seguridad social, y madrugar
con tenacidad los sábados a formarse, a cumplir con
los deberes de este diplomado. Eso dice muy bien de todos
ustedes y nos da un ejemplo para trabajar con toda la disciplina
por la patria colombiana.
Las palabras que conforman el vocablo “economía
social” son indisolubles, inseparables. La economía,
ese manejo científico de todos los elementos que concurren
a la producción, es un medio. El fin es el social,
que es la superación de la pobreza, la construcción
de equidad, la creación continua de bienestar.
Donde quiera que miremos los elementos que constituyen el
modelo de un país, la economía social aparece
como un imperativo. Miro, por ejemplo, el modelo que estamos
impulsando en Colombia como concepción de Estado:
ni desmontar el Estado ni estatismo. Reformar el Estado,
sin desmontarlo. Ahí aparece la necesidad de la economía
social. Toda reforma de empresas del Estado es una reforma
que debe mejorar el producto económico y al mismo
tiempo tener mejor impacto en el tejido social.
Nosotros reformamos a Telecom. Tiene que ser para mejorar
el producto económico de las telecomunicaciones y
para tener mejor impacto en el tejido social. La reformamos.
Entonces tiene que producir más seguridad para pagarles
a los pensionados, más seguridad para pagarles a los
trabajadores. Tiene que producir un resultado económico
de ahorro para las finanzas públicas. Tiene que producir
una posibilidad social. Disponer de los recursos para conectar
escuelas, para conectar hospitales, para conectar bibliotecas,
etcétera. Si nosotros reformamos a Ecopetrol, tiene
que producir semejantes resultados en su área.
Cuando hablamos, por ejemplo, de que nos oponemos al estatismo,
pero exigimos que las libertades que nuestro país
da a la inversión tengan como reciprocidad la responsabilidad
social, aparece la economía social. La razón
de ser de la inversión es poder crecer la oferta de
bienes y servicios, como medio para resolver problemas de
superación de pobreza, de construcción de equidad.
Cuando hablamos que esa libertad de inversión que
caracteriza el modelo colombiano, por oposición al
estatismo de muchos países de América Latina,
que tiene que estar sustentada en la responsabilidad social,
hablamos de economía social.
Responsabilidad social reflejada, primero, en la transparencia
de la relación entre las empresas y el Estado. Transparencia
en la adjudicación de contratos, transparencia en
la adjudicación de concesiones, transparencia en la
solución de disputas, transparencia en la tributación.
Responsabilidad social reflejada en la solidaridad de las
empresas con las comunidades vecinas. El ejemplo que he venido
repitiendo: no puede ser que el crecimiento de la extracción
de carbón contribuya a que pasen por una población
del Cesar 700 volquetas al día, con un gran tonelaje
de carbón, por la callecita del medio de ese poblado
y que no se pavimente por los usuarios de esa mina. Y que
entonces esos habitantes tengan que respirar el tierrero
levantado por esas volquetas. Responsabilidad social: economía
social.
Cuando hablamos de responsabilidad social, hablamos de las
relaciones laborales. Economía social. En nuestro
concepto no pueden ser relaciones de capitalismo clásico.
Tampoco pueden ser de odio de clases. Deben ser de fraternidad
cristiana.
Y empezamos a ver la discusión en América
Latina: que izquierda o derecha. Discusión que veo
revaluada por la historia. Que veo rezagada, obsoleta y polarizante.
Que la hemos querido sustituir por un modelo de democracia
en perfeccionamiento con cinco elementos: seguridad democrática,
respeto a las libertades, construcción de cohesión
social, transparencia, respeto a la independencia relativa
de las ramas que conforman el Estado para evitar desbordamientos.
Ahí aparece la economía social. En la construcción
de cohesión social.
Y cuando hablamos, por ejemplo en el caso de nuestro Gobierno,
de los tres objetivos principales de nuestro Gobierno: consolidación
de la seguridad democrática, consolidación
de la confianza inversionista y cumplimiento de las metas
sociales, ahí necesariamente de nuevo ligamos la economía
con el tema social. Son inseparables.
He pensado que hacen bien ustedes en este esfuerzo. Esta
mañana, reunido con los comunicadores de los diferentes
Ministerios, les decía: el comunicador es quien más
tiene que estudiar. Si usted es comunicadora del Ministerio
de Comunicaciones, usted es la que más tiene que estudiar
cómo operan las empresas de comunicaciones, qué esta
pasando en sistematización en el mundo. No puede hacer
solamente reporterismo. Tiene que profundizar en el tema.
Si usted es comunicador del Ministerio de Educación,
tiene que conocer a fondo la política educativa, sus
objetivos, sus instrumentos, sus metas parciales. Si usted
es comunicador del Ministerio de Obras Públicas tiene
que conocer a fondo qué está haciendo el Gobierno
en esa materia, dónde hay avances, dónde hay
retrocesos, cuáles son los retos, cuáles son
las barreras. Si usted es comunicador del Ministerio del
Interior, Viceministerio de Justicia, tiene que conocer a
cabalidad las leyes, tiene que conocer a cabalidad la Ley
de Justicia y Paz y el proceso con los paramilitares, etcétera.
El mundo moderno ha rebasado el reporterismo. Exige que
los comunicadores estudien profundamente para poder cumplirle
bien a la función social de esa tarea en nuestra comunidad.
Y como veo que ustedes han hecho un esfuerzo en economía
social y es el tema que todos los días se discute
en el Gobierno, déjenme aprovechar algunos minutos
para responder algunas preguntas de ustedes, inquietudes
que les haya dejado este diplomado, que, al escuchar a Diana
Marcela, veo que son muchísimas.
Al reiterarles toda mi felicitación, les ofrezco
entonces la palabra. El doctor Humberto López nos
ayuda para recoger algunas inquietudes de ustedes”.
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