PALABRAS
DEL PRESIDENTE URIBE EN EL TRIGÉSIMO NOVENO CONSEJO
COMUNITARIO DE GOBIERNO DESDE BUENAVENTURA
Junio 30 de 2007 (Buenaventura)
El Mandatario, durante la instalación del trigésimo
noveno Consejo Comunitario de Gobierno, respondió al
comunicado de un sector de congresistas demócratas
de los Estados Unidos, que se negaron a aprobar el Tratado
de Libre Comercio con Colombia.
A su vez, protestó contra los delegados de los tres
países facilitadores del Acuerdo Humanitario (Francia,
España y Suiza) al ubicar a Colombia en el mismo nivel
con el grupo terrorista de las FARC. Uribe exigió respeto
por el pueblo colombiano y su democracia.
Las siguientes son las palabras del Presidente Álvaro
Uribe al instalar el Consejo Comunitario desde Buenaventura,
Valle del Cauca.
“Con este profundo dolor por el asesinato a manos
de las FARC de nuestros diputados, con la preocupación
de la persistencia de actos terroristas en Buenaventura,
con la tristeza por el fallecimiento del rector de la Universidad
del Pacífico, nos reunimos hoy en este Consejo Comunitario
para darle un repaso a temas específicos como el tema
Banca de Oportunidades, el tema Vivienda Social en Buenaventura,
el tema Acción Social en Buenaventura, Familias en
Acción, el tema de infraestructura, el tema portuario,
la Sociedad Portuaria, los nuevos puertos, el tema de la
carretera, el tema de las obras de profundización
del Canal de acceso, el tema de Bienestar Familiar, el tema
del Sena.
Vamos a procurar hacer un repaso en la siguiente forma:
los funcionarios responsables dirán en qué estado
se encuentran los diferentes programas y se abre a intervenciones
de la comunidad.
Yo quiero referirme al tema del asesinato de nuestros diputados.
Quiero referirme al tema de la declaración que ayer
tarde se escuchó de un grupo de congresistas norteamericanos
sobre el TLC. Quiero referirme al tema del empleo, pero el
señor gobernador Angelino Garzón me ha pedido
que él quiere primero que todo dirigir unas palabras
introductorias, y con el mayor gusto, le ofrezco la palabra
al señor gobernador del Valle del Cauca, con quien
hemos compartido tres años y medio de intensa lucha,
que sabemos que nos va a sacar adelante, porque el dolor
es para solidarizarnos con las familias de los diputados,
no para que el Estado claudique.
Escucharemos al señor Gobernador, al señor
Alcalde, el doctor Saulo Quiñónez, haré unas
referencias a los temas que acabo de enunciar. En esos temas
también incluiré una referencia a los facilitadores
que representan a España, a Francia y Suiza. Entraremos
rápidamente con Banca de Oportunidades y con cada
uno de los temas previstos para hoy.
ASESINATO DE 11 DIPUTADOS DEL VALLE
Permítanme referirme al tema del doloroso asesinato
perpetrado por las FARC a los 11 diputados vallecaucanos.
La primera precisión que hay que hacer es que las
FARC no es el mayor responsable, es el único responsable.
Eso hay que hacerlo valer en el presente y en el futuro.
Las FARC los secuestró, las FARC los mató en
cautiverio y las FARC los asesinó.
El Ministerio de Defensa al amanecer del 28 de junio hasta
las doce del día, hizo un repaso de todos los operativos
militares. La intervención que yo hice ese día
al medio día y que se repitió en la noche,
recogió la información del Ministerio de Defensa
donde queda muy claro la nueva y cobarde mentira de los asesinos
de las FARC.
Ahora tratan estos criminales de decir que los diputados
fueron muertos en fuego cruzado. El país los conoce
a estos criminales. Cuando asesinaron a Helmut Bickenback,
a su señora Doris Gil, al
principio de nuestro Gobierno, los criminales de las FARC dijeron lo mismo.
Que habían muerto en un fuego cruzado por un intento de rescate. Se
comprobó cómo los mataron con sevicia, con alevosía. El
ejército estaba a un día de camino, y no había allí ninguna
operación de rescate, porque no los habíamos localizado.
En muchos casos, estos señores de las FARC, estos
criminales, han asesinado colombianos y extranjeros que están
secuestrados por ellos, y tras asesinarlos, mienten. El criminal
y el criminal rico, como criminales llenos de dinero son
estos criminales de las FARC, por el negocio del narcotráfico.
El criminal y el criminal rico se llena de todo el cinismo,
de arrogancia, de cinismo y sevicia. Y esos tres elementos
combinados le permiten al criminal, rico como es las FARC,
mentir sin ruborizarse. Por esto es que eso tiene que quedar
absolutamente claro.
Necesitamos la verdad política y la verdad jurídica,
para el presente y para el futuro del país.
Este dolor nos tiene que causar toda la solidaridad con
los familiares, pero no nos puede llevar a claudicar ante
los criminales. Los familiares, torturados en tres o cuatro
momentos por las FARC: torturados por el secuestro de los
diputados, los familiares torturados durante el secuestro,
los familiares torturados en el asesinato, los familiares
torturados porque las FARC no entregan los cadáveres,
los familiares torturados con las confesiones intimidantes
hechas por las FARC, advirtiéndoles que ellos mataron
a los diputados, pero valiéndose del dolor y de la
intimidación, para mantener a las familias en esa
angustia, producto del dolor y de la intimidación.
Vamos a buscar cómo todos los colombianos rodeamos
a los familiares, emotivamente. Cómo el apoyo del
Estado aparece. Le he pedido al ministro Carlos Holguín
que estudiemos un camino jurídico para que el apoyo
del Estado a los familiares llegue sin que tenga que ser
consecuencia de un litigio.
Hemos estado examinando la legislación, y no es fácil.
Por ejemplo, vemos la legislación que tenemos nosotros
en el caso de acciones terroristas, atención que aplica
el doctor Luís Alfonso Hoyos, como Consejero Presidencial
para la Acción Integral, es una legislación
que permite unos pequeños apoyos. Los apoyos indemnizatorios
han sido producto de sentencias. Vamos a ver qué puede
hacer el ministro Holguín, con la ayuda de la justicia
nacional y de la internacional, en este tema como algunos
organismos lo han hecho, los conceptos son importantes para
decisiones del Estado colombiano.
Yo creo que el momento es para apoyar a los familiares,
no para tener contemplaciones con los criminales.
Entonces, en la conversación de hace dos noches en
Cali con las familias acudían familiares de personas
que siguen en cautiverio, siguen secuestradas, y me decían:
Presidente: por favor, la zona de espeje. Qué momento
tan difícil.
Conversando uno con estas familias llenas de dolor y de
angustia, los unos por el dolor de la muerte de sus familiares,
y los otros, por la angustia de la incertidumbre.
Y esto me obliga a repetirle nuevamente al país qué hemos
hecho en el Gobierno. Primero, cuando yo fui elegido el 2002,
en mi discurso de candidatura en las semanas de presidente
electo y en las primeras de presidente en ejercicio, dije
que no habría Acuerdo Humanitario, que no habría
canje, sino bajo la condición de que empezara un nuevo
proceso de paz, a partir de un cese de hostilidades.
Después de hablar con el Secretario de las Naciones
Unidas, con el Presidente de Francia, con los familiares
de los secuestrados, con la Iglesia Católica, acepté reformar
esa aproximación al tema, y aceptamos buscar el canje
humanitario sin vincularlo a la iniciación de un nuevo
proceso de paz que partiera de un cese de hostilidades.
Hemos dado permiso para que muchas personas e instituciones
hagan labores de facilitación. Todo aquel que en una
actitud seria se ha aproximado al Gobierno a decir que tiene
la manera de facilitar el acuerdo humanitario, el Gobierno
le ha permitido que lo haga.
Son muchos los pasos que hemos dado. Hace algo más
de un año el Gobierno aceptó una propuesta
de zona de encuentro. Los tres delegados de la Unión
Europea, de la Unión Europea no, de España,
Francia y de Suiza, propusieron una zona de encuentro en
la cordillera central vallecaucana de 180–220 kilómetros
de área, con muy poca cantidad de habitantes, en la
que no habría guerrilla con armas, no habría
presencia del ejército de la Patria, estarían
los negociadores, los representantes del Gobierno y estarían
observadores internacionales.
Yo recuerdo que al Gobierno colombiano le dijeron, los europeos:
pedimos al Gobierno colombiano por la liberación de
los secuestrados, que acepte esto. Que lo acepte públicamente,
que lo acepte en horas. Y así lo hicimos.
Haberlo aceptado públicamente, en horas, con toda
la rapidez, incluso nos generó críticas, porque “pobrecitos
esos de las FARC”, ellos tenían que aceptar
primero.
Y esos criminales, mentirosos, como siempre lo han sido,
primero dijeron que no les habían consultado, y después
dijeron que no aceptaban. Siempre mienten. Criminales y mentirosos.
Y, más adelante, hace poco, nos llamaron los delegados
europeos. Que las FARC iban a entregar a la señora
Clara Rojas, que teníamos que reformar los dispositivos
militares, prácticamente abrir un callejón,
un corredor por donde la liberarían. Con el Ministro
de Defensa, con los altos mandos, hicimos todos los esfuerzos.
Vino el delegado europeo, la esperó, y luego de una
larga espera, las FARC le dijo que era un mal entendido.
Mienten, siempre mienten.
Nosotros hemos hecho todos los esfuerzos. Hace dos años
largos, tres años casi, liberamos 27 personas de las
FARC, unilateralmente. Corrimos ese riesgo para dar pasos
en favor de la liberación humanitaria de nuestros
compatriotas secuestrados.
Los criminales no han hecho un solo gesto. Después
propusimos aplicar la ley de Justicia y Paz a un grupo de
las FARC en la cárcel. El entonces ministro del interior,
doctor Sabas Pretelt y el Comisionado, doctor Luís
Carlos Restrepo, después de indagar con muchos sectores
de opinión y representantes de las diferentes instituciones,
me dijeron que no lo hiciéramos, que no emprendiéramos
ese camino.
Hace poco le dije al ministro (del Interior) Carlos Holguín
y al doctor Luís Carlos Restrepo (Comisionado de Paz):
el gobierno no puede aceptar zona de despeje, y el gobierno
no puede aceptar liberar personas de las FARC que están
en la cárcel para que vuelvan a delinquir. Pero el
Gobierno tiene que estar comprometido todos los días
a buscar la liberación de los secuestrados. Vamos
a dar un paso humanitario, liberemos un crecido número
de integrantes de las FARC que están en la cárcel,
unilateralmente.
El doctor Luís Carlos Restrepo me dijo: Presidente,
tengo algunas dudas. Recuerde cuando discutíamos aplicarles
la ley de Justicia y Paz, que desistimos. Eso tiene mucha
crítica. Y le dije: enfrentemos la crítica,
Luís Carlos. Este Gobierno lleva casi cinco años
y ha procedido honorablemente. Yo creo que ese es un gesto
importante.
GESTOS HUMANITARIOS DEL GOBIERNO
Otras personas me decían: pero las FARC no van a
ceder. Yo dije: crean o no, estos criminales, el Gobierno
tiene que hacer todo lo posible por la liberación
de los secuestrados. Liberamos 150, y a petición del
presidente Sarkozy, de Francia, se liberó a Rodrigo
Granda.
Miren el esquema que aceptamos con Rodrigo Granda: le aceptamos
que no se desmovilice de las FARC, pero hay un pacto de buena
voluntad, de buena fe hecho con él. Primero, que no
regrese a la clandestinidad, que le dará la cara permanentemente
a los medios de comunicación, a la opinión
pública, a los representantes de las diferentes instituciones,
a la comunidad nacional e internacional, que no regrese a
la clandestinidad.
Segundo, que no se incorporara en delitos como el secuestro,
el asesinato, etc. Tercero, que realizará gestiones
de paz. Bajo esas condiciones, en ese entendido, se libera
al señor Rodrigo Granda, en esa dirección trabaja
el Gobierno.
Los otros 150 liberados aceptaron reinsertarse. Eso implica
desmovilizarse de las FARC, entrar en el programa de reinserción
y no reincidir en el delito.
El Gobierno ha hecho todos los esfuerzos. Entonces es muy
importante decir ahora qué toca. Yo creo que los colombianos
no deben pedir zona de despeje, deben pedir que las FARC
liberen los secuestrados.
Yo creo que los colombianos deben acompañar al Gobierno
en la idea de que no puede ser que salgan guerrilleros de
las cárceles para trasladarlos a las selvas, entregárselos
a la FARC para que las FARC los reincorpore en el asesinato
y los reincorpore en el secuestro ¿Qué tal?
Yo les pregunto a ustedes, compatriotas de Buenaventura:
Si hay una conexión entre gestos humanitarios y búsqueda
de la paz, ¿Qué es más conducente desde
lo humanitario hacia la paz? ¿Lo que hicimos, o lo
que pretenden las FARC?
Lo que hicimos. Liberar a Rodrigo Granda para que sea gestor
de paz. Aun sin desmovilizarse de las FARC, con el compromiso
de no regresar al secuestro ni al asesinato. Lo que pretenden
las FARC, que soltemos los de las FARC que están en
la cárcel para que regresen a la selva a poner bombas,
minas antipersonales contra la Fuerza Pública, contra
los civiles, a secuestrar y a asesinar. Eso no lo podemos
permitir.
Piensen ustedes, compatriotas de Buenaventura y compatriotas
todos, que es más conducente para la paz desde lo
humanitario ¿Lo que hicimos o lo que pretenden las
FARC? Que liberemos guerrilleros de las cárceles en
una zona de despeje, que se los regresemos a las FARC para
que delincan, para que se reincorporen al asesinato, para
que se reincorporen al secuestro. Eso no lo podemos permitir.
Eso no es conducente a crecer más el terrorismo. Eso
no es un acto humanitario. Eso sería un acto de claudicación
a favor del terrorismo. En este momento de la discusión
del país, el dolor no puede afectar el raciocinio.
Y hay que preguntarse si los actos humanitarios, en su esencia,
en su naturaleza, ¿son caminos de paz o acciones del
fortalecimiento del terrorismo?
El significado histórico de los actos humanitarios,
el espíritu de las normas que incorporan al ordenamiento
jurídico nacional e internacional los actos humanitarios,
los conecta siempre con la paz, nunca con el acrecentamiento
del terrorismo. Por eso quiero agregarle este argumento a
la discusión. Y en aras de un acto humanitario, nosotros
liberamos guerrilleros de las FARC para que regresen a las
FARC a asesinar y a secuestrar, a poner petardos en Buenaventura,
a asesinar niños y ancianos en Buenaventura. A plantar
minas antipersonal contra la Fuerza Pública, a mutilar
soldados, infantes y policías, eso no sería
un acto humanitario, sería un acto de claudicación
del Estado para favorecer el poder criminal de las FARC.
Es importante en esta hora, decir al oído de cada
colombiano, en cada sector de la Patria, en cada esquina
de la Patria, ¿qué es un acto humanitario y
qué es un acto de claudicación que fortalece
el terrorismo?
Liberar, como lo hicimos, 150 guerrilleros comprometidos
a no volver a delinquir. A entrar en un proceso de reinserción,
es un acto humanitario. Comprometer a 150 personas con la
paz, como todo acto humanitario tiene que ser conducente
a la paz
Liberar a Rodrigo Granda, a pesar de que no se desmovilice
de las FARC, con el compromiso de que no regrese a la clandestinidad,
con el compromiso de que no regresa al secuestro, de que
no regresa a la extorsión, es un acto humanitario
que puede contribuir a la paz. Pero liberar guerrilleros
a pedido de las FARC para que vuelvan a plantar minas antipersonales
contra la Fuerza Pública, contra niños y contra
ancianos.
Liberar guerrilleros de la cárcel ha pedido de las
FARC para que se reincorporen al secuestro, al asesinato,
eso no es un acto humanitario. Sería una decisión
de claudicación del Estado, cuyo efecto es fortalecer
la capacidad criminal de los terroristas, como sucedió en
el pasado.
Los pueblos tienen que aprender de la historia. Yo recuerdo
cómo nos asombraba negativamente a los colombianos,
que unos criminales de las FARC liberados para que las FARC
devolviera a unos secuestrados, a los pocos días posaban
ante las cámaras de televisión con qué arrogancia
y con qué cinismo, portando las armas terroristas
de las FARC, desafiando nuestra Constitución, nuestro
pueblo y a nuestras autoridades legítimas. Eso no
es un acto humanitario, eso es un acto de claudicación
a favor del poder criminal del terrorismo.
Yo pido a mis compatriotas de Buenaventura reflexionar y
trazar la línea que divide los actos humanitarios,
que tienen que ser siempre conducentes a la paz, separar
esa línea para dividirlos de los actos de claudicación
del Estado, cuya única consecuencia es reforzar el
poder criminal de los criminales.
Algún teórico me decía: bueno Presidente,
pero lo que ocurre es que los actos humanitarios no siempre
tienen que ser conducentes a la paz, puede que solamente
mitiguen la guerra. A lo cual he respondido: Colombia jurídicamente
no está en guerra, Colombia políticamente no
está en guerra, el pueblo colombiano afronta el desafío
de unos grupos terroristas enormemente ricos por el poder
ilegitimo del narcotráfico.
Pero también en alguna de nuestras tesis, así descartemos
el concepto jurídico o político de guerra,
hay un argumento que ha hecho recorrido en la jurisprudencia
y en la doctrina internacional. Aquello que mitigue la violencia,
así no le ponga punto final de inmediato, en lo mediato,
es conducente a la paz. Y eso demuestra que los actos humanitarios
así no pueden tener una relación inmediata
con la paz, si tiene que tenerla mediatamente.
Y eso nos ayuda a decir que aquello que fortalezca el poder
criminal de las FARC no contribuye a la paz en el corto plazo,
ni tampoco en lo mediato. Por ende, no es un acto humanitario
ni lo sería, sino una claudicación del Estado
en contra del pueblo colombiano y a favor del poder criminal
del terrorismo.
Por eso apreciados compatriotas, me decía una persona
esta semana: Presidente es que la liberación unilateral
de Granda, la liberación unilateral de los 150 de
las FARC, eso no está dentro de la lógica de
las FARC y por eso no se lo van a aceptar. Y le contesté:
por haber querido durante 40 años actuar dentro de
la lógica de las FARC, es que hace cuatro años
teníamos el país partido entre las FARC y el
terrorismo. Los colombianos divididos entre quienes sufrían
el terrorismo de la guerrilla y quienes sufrían el
terrorismo de los paramilitares. Por haber estado durante
40 años con la pretensión de actuar dentro
de la lógica de las FARC, el país crió cuervos
que a la comunidad le sacaron los ojos.
Ese gozo de esos criminales el día que secuestraron
a los diputados en Cali, una historia muy reciente, la han
vivido todas las generaciones presentes. Ese gozo de los
criminales el día que secuestraron los diputados en
Cali, cómo degollaron al policía que estaba
en la puerta de la Asamblea. ¿De dónde surge
eso? De la ceguera del imperio del crimen, de su cinismo,
porque durante 40 años el país quiso aproximarse
al tema dentro de la lógica de las FARC.
Yo me aproximo al tema dentro de la lógica del Estado
de Leyes, dentro de la política de Seguridad Democrática,
con el propósito de tener un pueblo, una Nación,
sin terroristas guerrilleros, sin terroristas paramilitares,
sin narcotráfico, pero yo no me aproximo al tema,
y recomiendo a mis compatriotas que no nos aproximemos al
tema dentro de la lógica de las FARC.
Aquí pasamos 40 años contemplando a las FARC,
consintiendo a las FARC, en la equivocación de pretender
que la debilidad era la civilidad, y esos criminales mientras
tanto avanzaron en el propósito de maltratar al pueblo
colombiano.
Entonces la zona de despeje. ¿Por qué no la
acepto? Qué difícil esa conversación
hace dos noches. Escuchar a los familiares de los secuestrados: ¡Presidente,
despeje! esa es una conversación muy difícil,
porque el Presidente de la República allí siente
el dolor de esas familias y al mismo tiempo las responsabilidades
del Estado, y con una visión de país.
¡Qué dolor! Mi señora me decía
al regresar a Bogotá: mira, es que tú puedes
llegar ahora, encontrar a Jerónimo y a Tomás,
darles la bendición, despedirlos esta noche, ¿pero
ahora cuántos hijos han quedado sin papás y
cuántos papás sin hijos? Eso es desgarrador.
Pero el Presidente de la República tiene que pensar
en el futuro del país, tiene que pensar en que este
país no puede seguir consintiendo al terrorismo, tiene
que pensar en que hay que mantener una política de
firmeza, que es lo único que nos llevará a
tener una Nación sin terrorismo
¿Para qué han servido los despejes? Han servido
de zona de cautiverio de secuestrados, de depósito
de coca y de explosivos, de garaje de vehículos robados,
de lugar de maltrato a la ciudadanía.
La historia tiene que aceptar que los Gobierno que concedieron
zonas de despeje procedieron de buena fe. Quien respondió de
mala fe fue el terrorismo.
El Caguán se ofreció en la campaña
presidencial de 1998. Los candidatos que se enfrentaban coincidieron
en esa oferta, que compitió en el 98 a ver quién
le hacía mejores ofertas a las FARC.
Se hizo efectiva la zona de despeje. ¿Y qué pasó?
Estos criminales recordaron su origen, sus profesores, sus
motivaciones criminales: la lección que a través
de Marx aprendieron de Maquiavelo, cuando el Estado burgués
que quieres destruir te ofrezca un gesto de generosidad,
tómalo como debilidad y aprovecha para avanzar en
el camino de destruir al Estado burgués.
¿ Cuál fue el resultado del Caguán? Alejar la paz. ¿Cuánto
crecieron, en esos tres años y medio, los terroristas? ¿Para qué sirvió empezar
a fortalecer el Ejército? Para nada. Y eso tiene un significado, una explicación,
y no crean que solamente las FARC, en esos mismos años se multiplicaron
los paramilitares.
¿Y cómo se desmotivó la Fuerza Pública?
Si nosotros queremos tener un país sin terroristas
guerrilleros y sin terroristas paramilitares, y sin narcotráfico,
tenemos que tener un país de instituciones. Un país
con una Fuerza Pública totalmente eficaz, respetada,
acatada, transparente. Y para ello no basta que la Fuerza
Pública tenga helicópteros, equipos de comunicación,
aviones de transporte, o para bombardear, eso requiere una
Fuerza Pública motivada. Y cuando el Estado le entrega
soberanía al terrorismo, el efecto es la desmotivación
de la Fuerza Pública.
Unos ciudadanos en el dolor que comprendo me piden la zona
de despeje, y los habitantes de Pradera y Florida me dicen:
Presidente no lo haga, como me lo han dicho muchos, y tienen
razón. Miren uno tiene que pensar ¿para qué es
una zona de despeje y en razón de quién se
concede?
¿Para qué? la historia ha demostrado, para
que se fortalezca el terrorismo. ¿En razón
de quién? En razón de los secuestrados. Para
eso no se necesita. El Gobierno ha demostrado que es capaz
de liberar gente con las condiciones que requiere el buen
cuidado de la Seguridad Democrática, sin tener que
ir a zonas de despeje. La zona de despeje no sería
en razón del interés de liberar a los secuestrados
sino en razón de la imposición de los terroristas.
Y entonces, ¿quiénes son?, ¿vamos a
entregarle una zona de despeje a los que asesinan?
Aquí hay muchos casos para recordar, no solamente
el de Doris Gil y Helmut Bickenbach. ¿Cómo
asesinaron al Gobernador Guillermo Gaviria, al ex ministro
Gilberto Echeverri? Con sevicia y con alevosía, ahí no
había combate.
Estábamos la entonces Ministra de Defensa, los Altos
Mandos y mí persona, en los Farallones de Cali instalando
el Batallón de Alta Montaña, ‘Rodrigo
Lloreda Caicedo’, cuando nos llamaron a decirnos que
los habían asesinado, estábamos sí en
un intento de rescate. Era todavía la mañana
temprana y emprendimos el camino de regreso a Medellín,
a Urrao y a la selva del Murrí.
En el avión escuché una conversación ¿qué se
va a decir frente a esta tragedia? Tan pronto la escuché,
interrumpí a los interlocutores y les dije: solamente
la verdad.
No permitimos que nada nos asediara, verificamos los hechos
del Murrí, todavía en la noche y nos desplazamos
hasta el Murrí, todavía en la noche al regresar
a un hospital de Medellín pude hablar con un Sargento
que resultó sobreviviente. Y me dijo: mire, nosotros
oímos los helicópteros, por entre las ramas
de los árboles de la selva vimos algún helicóptero
y personas que iban sentadas con las piernas y los píes
hacía afuera, los guerrilleros se espantaron, pero
no llegaba el Ejército, no se oían disparos,
no había combate. Aproximadamente a los diez minutos
regresaron los guerrilleros, no había combate, no
había llegado el Ejército y nos dispararon
a todos, tendidos en el suelo.
Le dije: ¿cómo se escapó usted Sargento?
y me dijo: por mis heridas pensaron que estaba muerto. Los
asesinaron cobardemente, allí no alcanzó a
haber cruce de disparos.
Con una diferencia, en aquella ocasión estábamos
en un operativo de rescate, ahora no lo había, porque
no teníamos identificado el lugar, y ahora lo hubiera
habido -como lo dije esta semana al país- se lo hubiera
informado a los familiares, que no les hubiera pedido permiso
pero se los hubiera informado, que no le informé a
los familiares de Gilberto Echeverri ni del Gobernador Guillermo
Gaviria, desde el día que los mataron tomamos la decisión
de que cualquier operativo de rescate sería informado
a la familia.
Así lo hice, el Ministro de Defensa y yo informamos,
al padre del Canciller, a don Alberto Araújo Merlano,
padre del Canciller Fernando Araújo, cuando lanzamos
la operación para rescatarlo.
Recuerdo la última llamada que le hice, era alrededor
de las nueve de la mañana, del 31 de diciembre, el último
31, le dije: Don Alberto, de acuerdo con lo que le hemos
informado, los helicópteros ya están en vuelo
hacía el lugar donde todo indica está cautivo
el doctor Fernando Araújo.
¿Por qué no hubo ahora información
a las familias? Porque no estábamos en operativo de
rescate, no lo estábamos, y además, porque
no los habíamos ubicado.
Estos bandidos de las FARC, estos criminales siempre mienten. ¿Es
a estos criminales a los que les vamos a entregar a Pradera
y Florida? ¿Es con esta calaña de criminales
que vamos a dejar en poder de ellos a los habitantes de Pradera
y Florida? ¿Es para que esta calaña de criminales
se apodere de Pradera y Florida, qué vamos a sacar
de allí nuestra Fuerza Pública?
Por eso es muy importante en este momento de dolor decirle
al país: hay que exigirle a las FARC liberar a los
secuestrados, pero no podemos exigirle al Gobierno que el
Estado claudique. Y no podemos exigirle al Gobierno que claudique
en cualquier forma de claudicación. Al Gobierno hay
que decirle todo lo contrario: firmeza Gobierno -como en
medio del dolor me lo decían muchos caleños-,
al Gobierno hay que decirle: no vaya a liberar criminales
de las FARC para que regresen al delito, a secuestrar y a
asesinar, al Gobierno hay que decirle: siga haciendo presencia,
más y más presencia, porque en donde no hay
presencia de las fuerzas institucionales se apodera el terrorismo.
No podemos olvidar de dónde venimos. Me piden zona
de despeje ahora, es la imposición de los terroristas,
es que el país estuvo despejado 40 años y la
consecuencia de ese despeje fue que al país se lo
repartieron entre guerrilla y paramilitares.
Hace 4 años, 400 alcaldes de la Patria tenían
amenaza directa, alrededor de 300 no podían ejercer
en el municipio, hoy todos están en su municipio -empezando
por el de Buenaventura-, protegidos por nuestra institución
democrática, independientemente del origen político
de su elección, lo que enaltece nuestra vocación
democrática de seguridad.
Por eso no podemos reversar. ¿Sabe para qué utiliza
el terrorismo la zona de despeje? para refugiarse, para eludir
la acción militar. Nos faltan tres años de
Gobierno que los tenemos que aprovechar intensamente en la
política de Seguridad Democrática. Entregar
una zona de despeje, es entregar al terrorismo a los criminales
una zona de refugio para que eludan la acción militar.
Cuando se hablaba -va a ser un año- que muchos colombianos
pedían esa zona de despeje, el Gobierno amablemente
escuchaba pero daba razones, que algunos crean equívocos,
creen que por el Gobierno escuchar, es porque les va a dar
esa zona de despeje. Solamente por haber escuchado hablar
del tema, estos criminales de las FARC creyeron que ya iban
a tener esa zona de despeje, y empezaron a mandar criminales
de todo el país a refugiarse en Pradera y Florida,
y que daño nos hicieron, ¿Qué tal que
concediéramos esa zona de despeje?
Hace dos noches me decían los Altos Mandos, cuando
yo les planteaba varias hipótesis, recuerdo la conversación
con uno de ellos, ya a la una de la mañana. Presidente
esto es muy doloroso, pero reafirme, reafirme, me sacó una
libreta que aquí la tengo y me dijo: Colombia tuvo
semestres de 1.700 secuestros extorsivos, todavía
tenemos muchos. Pero en este semestre que termina hoy, se
han dado 95 casos.
Esto indica cuál es el camino. Si le aflojamos al
terrorismo, de nuevo se nos vuelve incontrolable el secuestro.
Es premiar el gozo con que acudieron a degollar un policía
de la Asamblea del Valle, en Cali. El gozo con que celebraron
el secuestro de los diputados, la frialdad y la sevicia con
que los asesinaron, el cinismo con el cual dilatan la entrega
de los cadáveres.
Para que este país pueda vivir libre de secuestros
se necesita del apoyo de la opinión pública,
de la gente que vuelque a las calles, pero fundamentalmente
una política de autoridad.
De nada sirve el clamor ciudadano en las calles de la Patria
en contra del secuestro si la autoridad es débil.
Lo que finalmente produce una acción eficaz contra
el secuestro, es la firmeza de la autoridad.
Por eso en esta hora de dolor tenemos que solidarizarnos
con las víctimas, apoyarlas emotivamente, buscar cómo
el Estado las apoya pecuniariamente, pero no podemos claudicar
ante las pretensiones de los criminales. Estos criminales
que a esta hora no han entregado los cadáveres.
En la madrugada de antes de ayer, todavía sin que
despuntara el sol, algunas personas que me llamaron a la
Presidencia, el Vicepresidente de la República, el
ministro de la Defensa, en el diálogo con mi familia,
a todos les dije: que dolor, pero hemos procedido correctamente
y de buena fe. Hay mucho dolor, pero no tiene por qué haber
intranquilidad de conciencia.
Eso que si, que si que es importante en una hora de dificultades
como esta. Reconocer el dolor, vivirlo, pero poder tener
la conciencia tranquila. Y el Gobierno ha tenido la conciencia
tranquila porque ha hecho todos los esfuerzos por la liberación
de los secuestrados, sin aceptar las imposiciones de los
criminales.
Para qué servían las marchas en el pasado,
si no había política de autoridad contra el
secuestro. Yo recuerdo que como Gobernador de Antioquia acompañé a
la Fundación ‘País Libre’ en una
multitudinaria marcha contra el secuestro, que se convocó en
varias ciudades colombianas, y se secuestraba más,
porque no había política de autoridad contra
el secuestro.
Por eso es importante orientar a los marchantes para que
los colombianos que quieran salir a las calles, en lugar
de pedirle al Gobierno que claudique ante los criminales,
se exija al Gobierno una política más firme
contra los criminales.
En este Gobierno no hemos tenido aun marchas contra el secuestro,
pero una política firme contra el secuestro que nos
permite hoy 30 de junio decir, en este semestre, hubo 95
casos de secuestros extorsivos, cuando el país en época
de marchas, que no había autoridad, en un semestre
tuvo 1.700 casos de secuestro.
ENTREGA DE CUERPOS DE 11 DIPUTADOS ASESINADOS
Entonces déjenme referir a la entrega de los cadáveres.
El Gobierno en su buena fe, a través de una alocución
pública que le dirigí al país hace dos
días, expresó: estamos dispuestos a que una
comisión forense internacional haga el procedimiento
de rigor sobre los cadáveres para que le diga al mundo
la modalidad del crimen.
Es un gran reto que lanza un Gobierno que ha procedido con
toda buena fe, que jamás ha tenido una intención
de ocultar o de mentir, porque estos criminales, primero
asesinaron a los diputados el 18 de junio, segundo produjeron
el comunicado el 23, y tercero, para hacer un show con el
horario europeo, solamente publicaron el comunicado al amanecer
del 28, y hoy es 30 de junio y todavía no han entregado
los cadáveres.
¿Qué ocultan estos criminales? ¿Por
qué la demora para informar, y por qué eluden
la responsabilidad de entregar los cadáveres? ¿Qué ocultan?
Un Gobierno que a buena fe ha dicho que sea una comisión
internacional forense la que realice sobre los cadáveres
los procedimientos de rigor para constatar la causa y la
modalidad del crimen, un Gobierno que de buena fe ofrece
eso, que no le discute, y ¿por qué estos criminales
primero ocultaron el crimen durante 10 días?, y ahora
han transcurrido otros dos días y no entregan los
cadáveres.
Porque estos criminales son refugados, porque estos criminales
saben el agua que los moja, porque estos criminales conocen
que la ciencia médica advierte, entre mayor sea el
tiempo que transcurre entre el asesinato y el examen forense
del cadáver, mayor es el riesgo de la inexactitud
en el examen forense.
Si estos criminales hubieran dicho la verdad, si hubiera
sido en un cruce de balas con la Fuerza Pública, eso
se habría conocido en horas, y además estos
criminales habrían tenido el interés de dejarlo
conocer en horas, porque el examen forense sin equívocos,
habría dicho, fueron asesinados o fueron muertos en
cruce de balas.
Pero ¿por qué la demora?, porque quieren crearle
dificultades a la ciencia, porque estos criminales ocultan
y mienten, y quieren evitar que la ciencia nos diga, a través
de una comisión forense internacional, la causa y
la modalidad del crimen.
Entonces, esto me lleva a decirle al país y al mundo,
no es hora de claudicar frente a los criminales. Es hora
de exigirles que entreguen los cadáveres, que se pongan
a disposición de una comisión forense internacional,
y es hora de exigirles que liberen a los secuestrados.
Y aquí tengo que hacer una referencia a los delegados
de Francia, de España, y de Suiza.
El Gobierno les ha facilitado todo para que sean facilitadores. ¡Qué paradojas!
En la mañana del 28, cuando los Altos Mandos y el
Ministro de Defensa pedían todos los registros de
operativos militares, para poder alimentar mi alocución.
Cuando teníamos un consejo extraordinario de ministros,
cuando acude el doctor Luis Carlos Restrepo, Alto Comisionado
de la Presidencia le digo: Luis Carlos, usted me había
informado que en este mes de junio los delegados de Francia,
España y Suiza, autorizados por nuestro Gobierno,
se reunirían nuevamente con las FARC, específicamente
con el criminal Raúl Reyes, para hablar de acuerdo
humanitario. Me dijo: Sí Presidente yo le informé.
Luis Carlos usted me había informado que esa reunión
se llevó a acabo, Presidente le informé, me
dijo. Luis Carlos llámelo, que le confirmen esa reunión,
porque yo quiero comunicarle eso al pueblo colombiano como
otra demostración de nuestra buena fe por la liberación
de los secuestrados. Los llamó y le dijeron que sí,
que efectivamente se habían reunido con las FARC,
como previamente se lo habían informado.
En el comunicado yo dije, lo que me dijo Luís Carlos.
Se reunieron en la tercera semana de Junio. Oigan lo que
ocurrió: fue el mismo 18 de junio. Ese día
fue el día de reunión. Mientras el delegado
europeo estaba reunido con el criminal Raúl Reyes,
compinches del criminal Raúl Reyes del grupo terrorista
de las FARC estaban asesinando a los secuestrados.
Y en Cali me dicen hace dos noches. Presidente usted por
qué no dijo que los tenían separados. Y mucha
gente me dice que tiene por qué saberlo. Que han sido
informados por las FARC e intimidados por las FARC que los
tenían separados. Y pregunté, ¿ustedes
por qué tenían interés en que yo dijera
que los tenían separados? y dijeron, Presidente, porque
si los tienen separados en diferentes sitios de la geografía,
un cruce de balas en un enfrentamiento, causa la muerte de
quienes estén allí, pero no de los otros que
están en sitios de la geografía diferentes.
Y yo dije, esto tiene toda la lógica, pero no lo dije
por eso, porque yo no quise aventurar hipótesis en
el comunicado. Solamente decir la verdad de lo que como Presidente,
recibí como información.
Me llamó un vallecaucano muy importante y me dijo:
la versión que está circulando es que las FARC
asesinó a los diputados en retaliación, porque
la Fuerza Pública dio de baja a “JJ”.
Y me dijo, ¿usted por qué no se refirió a
eso?, dije, no me referí a eso porque yo quería
contarle al país, con todo ánimo de verdad
lo que el Gobierno conocía. No hacer conjeturas, no
ventilar hipótesis.
¿Quién es JJ? He recibido la información
de que es físico-matemático de la Universidad
del Valle del Cauca, criminal del primer nivel de importancia
en las FARC. Jefe de toda la acción criminal sobre
este Pacífico. Con muchos años de militancia
criminal en las FARC. Fue dado de baja el 6 de junio por
un grupo especial del Comando de la Armada. La Armada comprobó que
fue dado de baja el 7 de junio. Un tipo tan importante de
las FARC, a quién le dan de baja, inmediatamente saben
las FARC.
Y entonces cuándo le anuncia la Armada al país,
el 15 de junio. ¿Por qué no antes? porque la
política de este Gobierno ha sido, no se puede -por
regla- hablar de bajas, cuyos cadáveres no aparezcan.
Y excepcionalmente, en el caso de un cadáver que no
aparezca, solamente se puede hablar cuando haya todos los
medios probatorios.
Por eso transcurrió sin darse la información,
entre el 6 y el 15 de junio, y el 18 de junio matan a los
diputados.
Pero yo no aventuro hipótesis, solamente le cuento
al país la verdad de lo que el Gobierno ha conocido,
y le pido al país que tenemos que condenar todo, sin
ningún esguince, este hecho criminal de lesa humanidad
que ha cometido las FARC.
RESPUESTA A COMUNICADO DE FRANCIA, ESPAÑA
Y SUIZA
Quiero pedirle a los tres delegados europeos lo siguiente.
Este país hay que respetarlo. EL Gobierno no acepta
comunicados de los tres delegados europeos, en los cuales
ponen en igual nivel, miden con el mismo rasero a las FARC
y al Gobierno. Este es un estado democrático, un gobierno
democrático, no solamente de elección popular,
sino de diaria rendición popular de cuentas. Los otros
son un grupo terrorista.
¿Cuándo se nos ha ocurrido a los colombianos
poner en pie de igualdad un Gobierno democrático de
Europa con uno de los grupos terroristas que los han confrontado?,
nunca.
Está bien que los señores de los tres países
europeos hagan una tarea de facilitación, pero no
aceptamos ese irrespeto a nuestra democracia, de poner al
Gobierno en el mismo nivel del grupo terrorista de las FARC.
Le pedí ayer en la mañana al Secretario General
de la Organización de Estados Americanos, al doctor
Insulza. Ayer le pedí al doctor Insulza, Secretario
de la Organización de Estados Americanos, que la OEA
estudie los mecanismos internacionales para intervenir en
la recuperación de los cadáveres, y que la
OEA busque cómo crear la Comisión Internacional
Forense, para hacer el examen forense sobre los cadáveres.
Pero no vamos a aceptar que estos tres delegados europeos,
pretendan llevar a Colombia una comisión de encuesta
creada en el Derecho Internacional para estados de guerra.
Que se olviden estos tres señores europeos, esto no
es un estado de guerra, sino un desafío del terrorismo
a un pueblo democrático.
La guerra en su atrocidad tiene alguna justificación.
La guerra en su atrocidad genera alguna legitimación.
Una guerra contra una dictadura, una guerra por un territorio,
una guerra por creencias antagónicas en lo religioso,
una guerra por históricos milenarios problemas étnicos,
aquí lo que hay es el desafío de un terrorismo
alimentado por el narcotráfico contra un pueblo democrático
y digno que busca salir adelante.
Que sea la Organización de Estados Americanos nuestro órgano
multilateral más próximo. El que lidere la
acción para recuperar los cadáveres y la integración,
como lo quiera hacer la OEA, ninguna condición ponemos,
de la Comisión Forense Internacional, para que esa
comisión realice los estudios de rigor sobre los cadáveres.
Pero que no vengan los delegados europeos a proponernos
una comisión de encuesta creada en el Derecho Internacional
para guerra, cuando aquí lo que tenemos es un desafío
del terrorismo. Quedan advertidos los delegados europeos,
aquí como sí tenemos un desafío del
terrorismo, también tenemos toda la decisión
de derrotar el terrorismo.
Antes de hablar del TLC y la declaración de un sector
del Congreso de los Estados Unidos ayer, permítanme
refrescar entre Europa y el TLC, con el tema del empleo.
DESCENSO DEL DESEMPLEO
Hemos tenido tres objetivos en este Gobierno. Consolidar
la Seguridad Democrática, consolidar la confianza
inversionista que se da en Buenaventura como lo vamos a ver
hoy con las concesiones portuarias, y cumplir la política
social como la queremos cumplir en Buenaventura con 3 mil
viviendas nuevas, plena afiliación al régimen
subsidiado de salud y todo lo que se pueda afiliar de cobertura
en Familias en Acción.
La confianza inversionista ha venido prosperando y profundizándose
en Colombia. Va a ser un año que el DANE cambió la
encuesta de desempleo. Nos dijo que la anterior ocultaba
el desempleo, que la nueva capta todo el desempleo. Y tuvimos
unos meses donde sufrimos mucho porque no veíamos
descender el desempleo.
Por segundo mes consecutivo, a pesar de que todavía
no hemos llegado a agosto, hay descenso de desempleo. No
podemos olvidar que este país en pocos años
pasó de un desempleo del siete y medio al veinte.
En pocos años paso de un endeudamiento del 16 del
PIB al 50, hoy en el 28 por ciento. En pocos años
de un déficit del Gobierno Nacional Central del 1
por ciento, al 7 y medio, hoy en el 4 por ciento.
En el mes de mayo el desempleo nacional pasó del
11,8 al 11,4 por ciento, 4 décimas, pero lo que es
más importante, en las trece áreas más
importantes del país pasó del 13.1 al 11.4,
una reducción de casi 2 puntos porcentuales. Vamos
a seguir en esa tarea.
Para nosotros la confianza inversionista y el crecimiento
no son fines en si mismo. Son medios para superar la pobreza,
para estimular el emprendimiento, para crear empleo de buena
calidad con afiliación a la seguridad social.
En este Gobierno hemos aumentado la afiliación a
la seguridad social en un 35 por ciento. ¿Por qué tanta
pobreza? Y en Baja Mar de Buenaventura se ve la mayor expresión,
que la dejamos llegar al 60 por ciento, apenas la hemos logrado
reducir al 45 por ciento. Pero trabajando con el ánimo
de superarla, ahí la iremos rebajando día tras
día.
RESPUESTA A COMUNICADO DE CONGRESISTAS DEMÓCRATAS
Y déjenme referir a este comunicado de algunos congresistas
de los Estados Unidos.
Primero me sentí mucho anoche, a las nueve de la
noche, qué nuestro gobierno no hubiera contestado.
Yo había salido de Cartagena con el Ministro Holguín
al Golfo de Morrosquillo a trabajar la campaña de ‘Voto
Limpio’, y después a San Pelayo (Córdoba)
porque hay unos compatriotas muy afectados con unas inundaciones.
Nuestro Gobierno debe responder y de inmediato, y hay con
qué responder. No podemos tener más demoras
para responder a este tipo de comunicado.
Esto hay que enmarcarlo en lo siguiente. El Plan Colombia,
con la administración del Presidente Clinton y la
administración del Presidente Bush ha sido una relación
de países aliados. Mi primera respuesta al comunicado
es que nosotros no vamos a permitir que una relación
de países aliados la quieran convertir en una relación
de los Estados Unidos amo, y Colombia servil.
Nosotros sentimos gratitud por el apoyo que hemos recibido
del Presidente Clinton primero, y del Presidente Bush ahora.
En una relación de aliados. Y hemos cumplido.
¿Qué Gobierno en el mundo puede decir que
en cinco años ha extraditado más de 600 personas?
Ninguno. ¿Qué Gobierno en el mundo puede decir
que está fumigando 160 mil hectáreas de droga
por año, y que el año antepasado radicó manualmente
31.200 y el año pasado 43 mil, y este año vamos
a erradicar manualmente más de 50 mil? Ninguno. ¿Qué Gobierno
puede hablar de los decomisos de coca que se han venido dando
en Colombia, especialmente en esta área del Pacífico?
Ninguno. ¿Qué Gobierno del mundo puede decir
que en su ordenamiento jurídico tiene una ley tan
rigurosa de confiscación de riqueza ilegitima y que
la aplica tan rigurosamente como Colombia? Ninguno.
La manera como hemos procedido acredita que somos leales
y transparentes, cumplidos en esta alianza con los Estados
Unidos. Por nuestra dignidad, por nuestra democracia, por
lo que merecemos por nuestro cumplimiento, nosotros no vamos
a permitir que una relación de aliados, de respeto
mutuo, que hemos cultivado primero con la administración
Clinton, y ahora con la administración Bush; los Estados
Unidos la vayan a convertir en una relación de Estados
Unidos amo, y Colombia república servil. De ninguna
manera.
Entonces déjenme referir al tema de los sindicalistas.
Qué testimonio y cuánto lo agradezco el de
Angelino Garzón, el gobernador del Valle del Cauca.
Líder sindical tantos años, Ministro de Trabajo
y Gobernador del Valle del Cauca. Un testimonio que él
no tendría porque dar, sobre los esfuerzos de nuestro
gobierno para proteger a los sindicalistas.
Que Estados Unidos se preocupe por la violencia contra los
sindicalistas es válido, y derecho a ello tienen por
el Plan Colombia, por nuestra aspiración al TLC, porque
somos socios de muchos organismos multilaterales. Lo que
no es válido es que ignoren nuestros esfuerzos, y
lo que no es válido es que algún sector del
Congreso (de Estados Unidos) quiera dar la apariencia de
convertir una relación de aliados en una relación
de dominación.
Antes de este Gobierno llegamos a tener en Colombia 256
asesinatos de sindicalistas. 256 sumando sindicalistas y
maestros. Antes de nuestra elección yo publiqué una
plataforma ideológica que se llama ‘Manifiesto
Democrático de 100 puntos’. En el punto 27 se
escribió: “si ganamos la elección aplicaremos
una política de seguridad democrática para
proteger por igual al sindicalista contra el asesinato, al
empresario contra el secuestro, para proteger por igual al
campesino que al empresario agrícola, al vocero del
gobierno y al vocero de la oposición”, y lo
hemos cumplido.
Empezó nuestro Gobierno desde la hora cero. El Vicepresidente
de la República, el Ministro de la Defensa y mi persona,
atentos a proteger sindicalistas. Hoy hay 6 mil colombianos
con protección individual. Eso nos cuesta 78 mil millones
este año. De ellos, 1.500 son líderes sindicales.
Cada vez que han asesinado un sindicalista, el Vicepresidente,
el Ministro de Defensa y mi persona, hemos salido a estimular
a la Fuerza Pública y a la justicia para capturar
a los asesinos. A ofrecer recompensas para recibir información
conducente a la captura.
Nuestros esfuerzos no han sido en vano. Hace dos años
se redujo el asesinato a 25, quisiéramos que hubiera
cero casos. Cero casos. Se redujo de 256 a 25. El año
pasado se recrudeció, porque al histórico enfrentamiento
guerrilla-paramilitares, se sumó el enfrentamiento
entre las FARC y el ELN. Llegaban las FARC a un hospital
de Arauca y preguntaban, ¿este sindicalista está afiliado
al ELN? y lo asesinan. Llegaba el ELN a una escuela de Arauca,
y preguntaban: ¿qué este maestro es colaborador
de las FARC?, y lo asesinan. El año pasado regresó eso
a 60 (casos de asesinatos).
¿Qué ha pasado este año? Han asesinado
tres sindicalistas y nueve maestros. Maestros casi todos
en las zonas rurales colombianas.
Déjenme hablar de los tres sindicalistas. El uno,
sindicalista del INPEC. Hasta hoy la justicia ha dicho que
su asesinato no tiene que ver con su actividad sindical.
Y la justicia de Colombia es independiente al Ejecutivo.
El segundo, el 3 de mayo en Sucre. Estaba portando un arma
en un grupo armado de las FARC en contra del Ejército
y fue dado de baja con otros guerrilleros, en esa acción
militar. Y al otro día apareció que estaba
afiliado a un sindicato. Hasta hoy nadie ha podido desvirtuar
esa información que el propio CTI entregó.
Si hubiera una manera de desvirtuarla, seria, el Gobierno
aceptaría. Porque el Gobierno está es del lado
de la justicia. El tercero murió un sábado
por la noche, hace poco en Valledupar. Esta semana una mujer
y hombre responsables del asesinato por causas que nada tienen
que ver con la actividad sindical, se entregaron a la justicia
y se sometieron a sentencia anticipada.
Y entonces dicen. Y lo primero que tiene que reconocer Estados
Unidos y el mundo, es el esfuerzo de nuestro Gobierno para
superar esta violencia. Entonces dicen: la impunidad. Como
se ha superado. Lo primero que hay que entender que un país
con 35 mil asesinatos que llegó a tener, puede contar
con la justicia del mundo y no supera la impunidad.
Nosotros hemos creado el Sistema Penal Acusatorio. Fortalecerlo
el año pasado implicó un presupuesto adicional
de 70 millones de dólares. Hemos reformado los códigos.
El Plan de Desarrollo recientemente aprobado incorpora recursos
para que la Fiscalía tenga otros 114 investigadores.
Hemos hecho todos los esfuerzos por la justicia. Realizo
un almuerzo cada mes, cada dos meses, con los presidentes
de las centrales obreras, y no se suspendió el de
antes de ayer, 28 (de junio). Allá llegó el
informe de la Fiscalía.
En mi última visita a los Estados Unidos llevábamos
ya 37 sentencias producidas que condenaban 59 responsables
del asesinato de sindicalistas. El informe de antes de ayer
indica que ya llevamos 46 sentencias, y se han condenado
75 personas por crímenes contra sindicalistas. Aquí estamos
trabajando eficazmente, con aplicación al detalle
en la derrota del crimen contra los sindicalistas y en la
derrota contra la impunidad.
Estos congresistas de Estados Unidos deben entender otra
cosa. ¿Quién mata a los trabajadores y quién
secuestra a los empresarios? En Colombia si la justicia dijera
otra cosa yo sería el primero en aceptarlo. En Colombia
no son los empresarios los que asesinan a los trabajadores,
ni los trabajadores los que han secuestrado a los empresarios.
Las guerrillas marxistas que ingresaron aquí desde
principios de los años sesenta practicaron todas las
formas de lucha. Asesinaban y penetraban el movimiento sindical,
la política y sectores del periodismo, y quedaban
en la impunidad porque los gobiernos no las enfrentaban debidamente.
Trajeron el odio de clases como accionar político,
y el objetivo de la dictadura del proletariado como modelo
de Estado. ¿Qué hizo el paramilitarismo? Compitió en
atrocidad e hizo lo mismo.
El resultado. Los paramilitares asesinando sindicalistas
a quienes acusaban de colaboradores con la guerrilla, y la
guerrilla asesinando sindicalistas a quienes acusaban de
colaboradores del paramilitarismo.
En el año 2006 en Arauca y en otras partes, ELN y
FARC acusando a sindicalistas de colaborar con el ELN o con
las FARC, y asesinándolos el ELN o las FARC. ¿Y
en qué estamos nosotros? En pleno desmonte del paramilitarismo,
y en pleno debilitamiento de la guerrilla.
Estos congresistas de Estados Unidos no pueden ignorar esto.
Este país tenía 60 mil terroristas hace 4 años.
Se han desmovilizado 43 mil. Irlanda, recuerdo, que el acuerdo
de paz del ‘Viernes Santo’ de 1998 y que pregunté: ¿Cuántos
terroristas tenía el IRA? Y me dijeron, 118. Mientras
que Colombia 60 mil. Y pregunté: ¿Cuántos
asesinatos? Y me dijeron: entre 1923 y 1968, 3.200 asesinatos.
En ese año de 1998 en el área metropolitana
de mi ciudad de Medellín, 5 mil asesinatos.
El problema que hemos tenido aquí es mayúsculo,
pero los progresos también son muy significativos.
Como lo dijera el Gobernador (del Valle del Cauca), no estamos
en un punto ideal. Pero cuanto hemos mejorado y con persistencia
vamos a mejorar.
¿Entonces, los Estados Unidos, su Congreso, no protestó en
el año 2000, en el 2002, cuándo este país
estaba apoderado por guerrillas y paramilitares, y ahora
qué vamos saliendo del problema si se escandalizan?
Eso no lo aceptamos. Eso es la prueba de que están
mal informados o de que hay pretensiones de convertir una
relación de aliados, en una relación de dominación
que no podremos permitir.
Se ignoran otros factores. Es que este país alcanzó a
tener 1.700 secuestros en un semestre, y en este acabamos
de tener 95. Todavía hay mucho, y quisiéramos
tener cero (secuestros). Y se ignoran otros factores. Este
país ha reducido a la mitad el asesinato en los últimos
4 años. Se ignoran otros factores. Es que aquí hubo
años en los cuales asesinaron 15 periodistas, este
año no han asesinado uno solo. Hoy los periodistas
de Buenaventura y de Cali, y de toda Colombia, se sienten
menos amenazados. Hasta hace 4 años tenían
que estar sufriendo permanentes amenazas por parte de guerrilla,
paramilitares, de criminales de toda pelambre. Hoy se sienten
más confiados por la Seguridad Democrática.
Es bueno que el Congreso norteamericano para expresar sus
preocupaciones -respetamos que expresen sus preocupaciones-
reconozcan dónde estábamos y miren dónde
vamos y qué hemos hecho, y que no procedan desinformados.
Qué verifiquen la verdad de lo que ha ocurrido en
el pueblo colombiano y que aclaren que esto tiene que ser
una relación de aliados de mutuo respeto, como la
merecemos. Como se ha adelantado con el apoyo de los presidentes
(Bill) Clinton y (George) Bush, y no puede ser una relación
de dominación con los Estados Unidos como amo, y de
Colombia como servil.
Una relación de dominación, así nos
den el TLC, se hace mucho más daño a la democracia
colombiana, y mucho más daño a las relaciones
del resto de América Latina con los Estados Unidos,
que bien difícil es hoy, hoy por hoy.
Nosotros no le decimos a los Estados Unidos que cuiden a
Colombia, qué es el único aliado sólido
que le queda en América Latina. Nosotros le decimos
a Estados Unidos que respete a Colombia. No nos importa ser
el único o parte de sus aliados. Lo que nos importa
es que somos un aliado respetable, cumplido, como lo demuestran
los hechos de esta alianza.
Es que allá en los Estados Unidos tuvieron una experiencia
cuando les hablaban del régimen de (Anastacio) Somoza
en Nicaragua, y de otras dictaduras de América Central
y del cono sur, muchos norteamericanos decían: Sí esos
dictadores son unos bandidos pero son nuestros. Esos dictadores
son unos HP pero son nuestros.
Ese no es el caso con Colombia. Esta es una democracia respetable.
Los únicos que tienen que asumir posiciones postradas
de servilismo son los dictadores y los gobiernos criminales.
Acá hay una democracia que merece toda dignidad.
Por eso le quiero recordar hoy a ese sector del Congreso
de los Estados Unidos, aquí no están en presencia
de Somoza, de las dictaduras de ‘Banana Republic’ de
Centro América, que aceptaban a pesar de sus crímenes
por mantener esa alianza, no. Aquí se está en
presencia de una democracia respetable, de un gobierno respetable,
haciendo todos los esfuerzos por tener una Nación
sin criminales, sin guerrilla, sin paramilitares.
Es que a nosotros no nos tienen que decir: cuiden a Somoza
que es el único aliado que nos queda. Nosotros no
invocamos la condición de único aliado, sino
de aliado respetable. Por eso con todo el respeto, este discurso
tiene que decir la verdad. Y por eso me duelo de que anoche
conocí tarde ese mensaje y mis compañeros no
habían reaccionado. Hay que reaccionar a tiempo y
hay que hablar con todo el mundo sobre este tema.
Compatriotas de Buenaventura, en medio del dolor, solidaridad
con las familias. Una Colombia sin FARC, sin paramilitares
y sin narcotráfico y sin terroristas. Una Colombia
con un Estado donde no claudique, con un Estado verás
y transparente pero con un Estado con toda la firmeza. La
firmeza le traerá seguridad a las nuevas generaciones.
Nuestra claudicación, un regreso a esa actitud cómplice
y permisiva con las FARC, lo único que haría
sería aplazarle a Colombia el derecho de vivir en
paz”. |