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PALABRAS DEL PRESIDENTE URIBE EN EL TRIGÉSIMO NOVENO CONSEJO COMUNITARIO DE GOBIERNO DESDE BUENAVENTURA
Junio 30 de 2007 (Buenaventura)

El Mandatario, durante la instalación del trigésimo noveno Consejo Comunitario de Gobierno, respondió al comunicado de un sector de congresistas demócratas de los Estados Unidos, que se negaron a aprobar el Tratado de Libre Comercio con Colombia.

A su vez, protestó contra los delegados de los tres países facilitadores del Acuerdo Humanitario (Francia, España y Suiza) al ubicar a Colombia en el mismo nivel con el grupo terrorista de las FARC. Uribe exigió respeto por el pueblo colombiano y su democracia.

Las siguientes son las palabras del Presidente Álvaro Uribe al instalar el Consejo Comunitario desde Buenaventura, Valle del Cauca.

“Con este profundo dolor por el asesinato a manos de las FARC de nuestros diputados, con la preocupación de la persistencia de actos terroristas en Buenaventura, con la tristeza por el fallecimiento del rector de la Universidad del Pacífico, nos reunimos hoy en este Consejo Comunitario para darle un repaso a temas específicos como el tema Banca de Oportunidades, el tema Vivienda Social en Buenaventura, el tema Acción Social en Buenaventura, Familias en Acción, el tema de infraestructura, el tema portuario, la Sociedad Portuaria, los nuevos puertos, el tema de la carretera, el tema de las obras de profundización del Canal de acceso, el tema de Bienestar Familiar, el tema del Sena.

Vamos a procurar hacer un repaso en la siguiente forma: los funcionarios responsables dirán en qué estado se encuentran los diferentes programas y se abre a intervenciones de la comunidad.

Yo quiero referirme al tema del asesinato de nuestros diputados. Quiero referirme al tema de la declaración que ayer tarde se escuchó de un grupo de congresistas norteamericanos sobre el TLC. Quiero referirme al tema del empleo, pero el señor gobernador Angelino Garzón me ha pedido que él quiere primero que todo dirigir unas palabras introductorias, y con el mayor gusto, le ofrezco la palabra al señor gobernador del Valle del Cauca, con quien hemos compartido tres años y medio de intensa lucha, que sabemos que nos va a sacar adelante, porque el dolor es para solidarizarnos con las familias de los diputados, no para que el Estado claudique.

Escucharemos al señor Gobernador, al señor Alcalde, el doctor Saulo Quiñónez, haré unas referencias a los temas que acabo de enunciar. En esos temas también incluiré una referencia a los facilitadores que representan a España, a Francia y Suiza. Entraremos rápidamente con Banca de Oportunidades y con cada uno de los temas previstos para hoy.

ASESINATO DE 11 DIPUTADOS DEL VALLE

Permítanme referirme al tema del doloroso asesinato perpetrado por las FARC a los 11 diputados vallecaucanos.

La primera precisión que hay que hacer es que las FARC no es el mayor responsable, es el único responsable. Eso hay que hacerlo valer en el presente y en el futuro. Las FARC los secuestró, las FARC los mató en cautiverio y las FARC los asesinó.

El Ministerio de Defensa al amanecer del 28 de junio hasta las doce del día, hizo un repaso de todos los operativos militares. La intervención que yo hice ese día al medio día y que se repitió en la noche, recogió la información del Ministerio de Defensa donde queda muy claro la nueva y cobarde mentira de los asesinos de las FARC.

Ahora tratan estos criminales de decir que los diputados fueron muertos en fuego cruzado. El país los conoce a estos criminales. Cuando asesinaron a Helmut Bickenback, a su señora Doris Gil, al
principio de nuestro Gobierno, los criminales de las FARC dijeron lo mismo. Que habían muerto en un fuego cruzado por un intento de rescate. Se comprobó cómo los mataron con sevicia, con alevosía. El ejército estaba a un día de camino, y no había allí ninguna operación de rescate, porque no los habíamos localizado.

En muchos casos, estos señores de las FARC, estos criminales, han asesinado colombianos y extranjeros que están secuestrados por ellos, y tras asesinarlos, mienten. El criminal y el criminal rico, como criminales llenos de dinero son estos criminales de las FARC, por el negocio del narcotráfico.

El criminal y el criminal rico se llena de todo el cinismo, de arrogancia, de cinismo y sevicia. Y esos tres elementos combinados le permiten al criminal, rico como es las FARC, mentir sin ruborizarse. Por esto es que eso tiene que quedar absolutamente claro.

Necesitamos la verdad política y la verdad jurídica, para el presente y para el futuro del país.

Este dolor nos tiene que causar toda la solidaridad con los familiares, pero no nos puede llevar a claudicar ante los criminales. Los familiares, torturados en tres o cuatro momentos por las FARC: torturados por el secuestro de los diputados, los familiares torturados durante el secuestro, los familiares torturados en el asesinato, los familiares torturados porque las FARC no entregan los cadáveres, los familiares torturados con las confesiones intimidantes hechas por las FARC, advirtiéndoles que ellos mataron a los diputados, pero valiéndose del dolor y de la intimidación, para mantener a las familias en esa angustia, producto del dolor y de la intimidación.

Vamos a buscar cómo todos los colombianos rodeamos a los familiares, emotivamente. Cómo el apoyo del Estado aparece. Le he pedido al ministro Carlos Holguín que estudiemos un camino jurídico para que el apoyo del Estado a los familiares llegue sin que tenga que ser consecuencia de un litigio.

Hemos estado examinando la legislación, y no es fácil. Por ejemplo, vemos la legislación que tenemos nosotros en el caso de acciones terroristas, atención que aplica el doctor Luís Alfonso Hoyos, como Consejero Presidencial para la Acción Integral, es una legislación que permite unos pequeños apoyos. Los apoyos indemnizatorios han sido producto de sentencias. Vamos a ver qué puede hacer el ministro Holguín, con la ayuda de la justicia nacional y de la internacional, en este tema como algunos organismos lo han hecho, los conceptos son importantes para decisiones del Estado colombiano.

Yo creo que el momento es para apoyar a los familiares, no para tener contemplaciones con los criminales.

Entonces, en la conversación de hace dos noches en Cali con las familias acudían familiares de personas que siguen en cautiverio, siguen secuestradas, y me decían: Presidente: por favor, la zona de espeje. Qué momento tan difícil.

Conversando uno con estas familias llenas de dolor y de angustia, los unos por el dolor de la muerte de sus familiares, y los otros, por la angustia de la incertidumbre.

Y esto me obliga a repetirle nuevamente al país qué hemos hecho en el Gobierno. Primero, cuando yo fui elegido el 2002, en mi discurso de candidatura en las semanas de presidente electo y en las primeras de presidente en ejercicio, dije que no habría Acuerdo Humanitario, que no habría canje, sino bajo la condición de que empezara un nuevo proceso de paz, a partir de un cese de hostilidades.

Después de hablar con el Secretario de las Naciones Unidas, con el Presidente de Francia, con los familiares de los secuestrados, con la Iglesia Católica, acepté reformar esa aproximación al tema, y aceptamos buscar el canje humanitario sin vincularlo a la iniciación de un nuevo proceso de paz que partiera de un cese de hostilidades.

Hemos dado permiso para que muchas personas e instituciones hagan labores de facilitación. Todo aquel que en una actitud seria se ha aproximado al Gobierno a decir que tiene la manera de facilitar el acuerdo humanitario, el Gobierno le ha permitido que lo haga.

Son muchos los pasos que hemos dado. Hace algo más de un año el Gobierno aceptó una propuesta de zona de encuentro. Los tres delegados de la Unión Europea, de la Unión Europea no, de España, Francia y de Suiza, propusieron una zona de encuentro en la cordillera central vallecaucana de 180–220 kilómetros de área, con muy poca cantidad de habitantes, en la que no habría guerrilla con armas, no habría presencia del ejército de la Patria, estarían los negociadores, los representantes del Gobierno y estarían observadores internacionales.

Yo recuerdo que al Gobierno colombiano le dijeron, los europeos: pedimos al Gobierno colombiano por la liberación de los secuestrados, que acepte esto. Que lo acepte públicamente, que lo acepte en horas. Y así lo hicimos.

Haberlo aceptado públicamente, en horas, con toda la rapidez, incluso nos generó críticas, porque “pobrecitos esos de las FARC”, ellos tenían que aceptar primero.

Y esos criminales, mentirosos, como siempre lo han sido, primero dijeron que no les habían consultado, y después dijeron que no aceptaban. Siempre mienten. Criminales y mentirosos.

Y, más adelante, hace poco, nos llamaron los delegados europeos. Que las FARC iban a entregar a la señora Clara Rojas, que teníamos que reformar los dispositivos militares, prácticamente abrir un callejón, un corredor por donde la liberarían. Con el Ministro de Defensa, con los altos mandos, hicimos todos los esfuerzos. Vino el delegado europeo, la esperó, y luego de una larga espera, las FARC le dijo que era un mal entendido. Mienten, siempre mienten.

Nosotros hemos hecho todos los esfuerzos. Hace dos años largos, tres años casi, liberamos 27 personas de las FARC, unilateralmente. Corrimos ese riesgo para dar pasos en favor de la liberación humanitaria de nuestros compatriotas secuestrados.

Los criminales no han hecho un solo gesto. Después propusimos aplicar la ley de Justicia y Paz a un grupo de las FARC en la cárcel. El entonces ministro del interior, doctor Sabas Pretelt y el Comisionado, doctor Luís Carlos Restrepo, después de indagar con muchos sectores de opinión y representantes de las diferentes instituciones, me dijeron que no lo hiciéramos, que no emprendiéramos ese camino.

Hace poco le dije al ministro (del Interior) Carlos Holguín y al doctor Luís Carlos Restrepo (Comisionado de Paz): el gobierno no puede aceptar zona de despeje, y el gobierno no puede aceptar liberar personas de las FARC que están en la cárcel para que vuelvan a delinquir. Pero el Gobierno tiene que estar comprometido todos los días a buscar la liberación de los secuestrados. Vamos a dar un paso humanitario, liberemos un crecido número de integrantes de las FARC que están en la cárcel, unilateralmente.

El doctor Luís Carlos Restrepo me dijo: Presidente, tengo algunas dudas. Recuerde cuando discutíamos aplicarles la ley de Justicia y Paz, que desistimos. Eso tiene mucha crítica. Y le dije: enfrentemos la crítica, Luís Carlos. Este Gobierno lleva casi cinco años y ha procedido honorablemente. Yo creo que ese es un gesto importante.

GESTOS HUMANITARIOS DEL GOBIERNO

Otras personas me decían: pero las FARC no van a ceder. Yo dije: crean o no, estos criminales, el Gobierno tiene que hacer todo lo posible por la liberación de los secuestrados. Liberamos 150, y a petición del presidente Sarkozy, de Francia, se liberó a Rodrigo Granda.

Miren el esquema que aceptamos con Rodrigo Granda: le aceptamos que no se desmovilice de las FARC, pero hay un pacto de buena voluntad, de buena fe hecho con él. Primero, que no regrese a la clandestinidad, que le dará la cara permanentemente a los medios de comunicación, a la opinión pública, a los representantes de las diferentes instituciones, a la comunidad nacional e internacional, que no regrese a la clandestinidad.

Segundo, que no se incorporara en delitos como el secuestro, el asesinato, etc. Tercero, que realizará gestiones de paz. Bajo esas condiciones, en ese entendido, se libera al señor Rodrigo Granda, en esa dirección trabaja el Gobierno.

Los otros 150 liberados aceptaron reinsertarse. Eso implica desmovilizarse de las FARC, entrar en el programa de reinserción y no reincidir en el delito.

El Gobierno ha hecho todos los esfuerzos. Entonces es muy importante decir ahora qué toca. Yo creo que los colombianos no deben pedir zona de despeje, deben pedir que las FARC liberen los secuestrados.

Yo creo que los colombianos deben acompañar al Gobierno en la idea de que no puede ser que salgan guerrilleros de las cárceles para trasladarlos a las selvas, entregárselos a la FARC para que las FARC los reincorpore en el asesinato y los reincorpore en el secuestro ¿Qué tal? Yo les pregunto a ustedes, compatriotas de Buenaventura: Si hay una conexión entre gestos humanitarios y búsqueda de la paz, ¿Qué es más conducente desde lo humanitario hacia la paz? ¿Lo que hicimos, o lo que pretenden las FARC?

Lo que hicimos. Liberar a Rodrigo Granda para que sea gestor de paz. Aun sin desmovilizarse de las FARC, con el compromiso de no regresar al secuestro ni al asesinato. Lo que pretenden las FARC, que soltemos los de las FARC que están en la cárcel para que regresen a la selva a poner bombas, minas antipersonales contra la Fuerza Pública, contra los civiles, a secuestrar y a asesinar. Eso no lo podemos permitir.

Piensen ustedes, compatriotas de Buenaventura y compatriotas todos, que es más conducente para la paz desde lo humanitario ¿Lo que hicimos o lo que pretenden las FARC? Que liberemos guerrilleros de las cárceles en una zona de despeje, que se los regresemos a las FARC para que delincan, para que se reincorporen al asesinato, para que se reincorporen al secuestro. Eso no lo podemos permitir. Eso no es conducente a crecer más el terrorismo. Eso no es un acto humanitario. Eso sería un acto de claudicación a favor del terrorismo. En este momento de la discusión del país, el dolor no puede afectar el raciocinio.

Y hay que preguntarse si los actos humanitarios, en su esencia, en su naturaleza, ¿son caminos de paz o acciones del fortalecimiento del terrorismo?

El significado histórico de los actos humanitarios, el espíritu de las normas que incorporan al ordenamiento jurídico nacional e internacional los actos humanitarios, los conecta siempre con la paz, nunca con el acrecentamiento del terrorismo. Por eso quiero agregarle este argumento a la discusión. Y en aras de un acto humanitario, nosotros liberamos guerrilleros de las FARC para que regresen a las FARC a asesinar y a secuestrar, a poner petardos en Buenaventura, a asesinar niños y ancianos en Buenaventura. A plantar minas antipersonal contra la Fuerza Pública, a mutilar soldados, infantes y policías, eso no sería un acto humanitario, sería un acto de claudicación del Estado para favorecer el poder criminal de las FARC.

Es importante en esta hora, decir al oído de cada colombiano, en cada sector de la Patria, en cada esquina de la Patria, ¿qué es un acto humanitario y qué es un acto de claudicación que fortalece el terrorismo?

Liberar, como lo hicimos, 150 guerrilleros comprometidos a no volver a delinquir. A entrar en un proceso de reinserción, es un acto humanitario. Comprometer a 150 personas con la paz, como todo acto humanitario tiene que ser conducente a la paz

Liberar a Rodrigo Granda, a pesar de que no se desmovilice de las FARC, con el compromiso de que no regrese a la clandestinidad, con el compromiso de que no regresa al secuestro, de que no regresa a la extorsión, es un acto humanitario que puede contribuir a la paz. Pero liberar guerrilleros a pedido de las FARC para que vuelvan a plantar minas antipersonales contra la Fuerza Pública, contra niños y contra ancianos.

Liberar guerrilleros de la cárcel ha pedido de las FARC para que se reincorporen al secuestro, al asesinato, eso no es un acto humanitario. Sería una decisión de claudicación del Estado, cuyo efecto es fortalecer la capacidad criminal de los terroristas, como sucedió en el pasado.

Los pueblos tienen que aprender de la historia. Yo recuerdo cómo nos asombraba negativamente a los colombianos, que unos criminales de las FARC liberados para que las FARC devolviera a unos secuestrados, a los pocos días posaban ante las cámaras de televisión con qué arrogancia y con qué cinismo, portando las armas terroristas de las FARC, desafiando nuestra Constitución, nuestro pueblo y a nuestras autoridades legítimas. Eso no es un acto humanitario, eso es un acto de claudicación a favor del poder criminal del terrorismo.

Yo pido a mis compatriotas de Buenaventura reflexionar y trazar la línea que divide los actos humanitarios, que tienen que ser siempre conducentes a la paz, separar esa línea para dividirlos de los actos de claudicación del Estado, cuya única consecuencia es reforzar el poder criminal de los criminales.

Algún teórico me decía: bueno Presidente, pero lo que ocurre es que los actos humanitarios no siempre tienen que ser conducentes a la paz, puede que solamente mitiguen la guerra. A lo cual he respondido: Colombia jurídicamente no está en guerra, Colombia políticamente no está en guerra, el pueblo colombiano afronta el desafío de unos grupos terroristas enormemente ricos por el poder ilegitimo del narcotráfico.

Pero también en alguna de nuestras tesis, así descartemos el concepto jurídico o político de guerra, hay un argumento que ha hecho recorrido en la jurisprudencia y en la doctrina internacional. Aquello que mitigue la violencia, así no le ponga punto final de inmediato, en lo mediato, es conducente a la paz. Y eso demuestra que los actos humanitarios así no pueden tener una relación inmediata con la paz, si tiene que tenerla mediatamente.

Y eso nos ayuda a decir que aquello que fortalezca el poder criminal de las FARC no contribuye a la paz en el corto plazo, ni tampoco en lo mediato. Por ende, no es un acto humanitario ni lo sería, sino una claudicación del Estado en contra del pueblo colombiano y a favor del poder criminal del terrorismo.

Por eso apreciados compatriotas, me decía una persona esta semana: Presidente es que la liberación unilateral de Granda, la liberación unilateral de los 150 de las FARC, eso no está dentro de la lógica de las FARC y por eso no se lo van a aceptar. Y le contesté: por haber querido durante 40 años actuar dentro de la lógica de las FARC, es que hace cuatro años teníamos el país partido entre las FARC y el terrorismo. Los colombianos divididos entre quienes sufrían el terrorismo de la guerrilla y quienes sufrían el terrorismo de los paramilitares. Por haber estado durante 40 años con la pretensión de actuar dentro de la lógica de las FARC, el país crió cuervos que a la comunidad le sacaron los ojos.

Ese gozo de esos criminales el día que secuestraron a los diputados en Cali, una historia muy reciente, la han vivido todas las generaciones presentes. Ese gozo de los criminales el día que secuestraron los diputados en Cali, cómo degollaron al policía que estaba en la puerta de la Asamblea. ¿De dónde surge eso? De la ceguera del imperio del crimen, de su cinismo, porque durante 40 años el país quiso aproximarse al tema dentro de la lógica de las FARC.

Yo me aproximo al tema dentro de la lógica del Estado de Leyes, dentro de la política de Seguridad Democrática, con el propósito de tener un pueblo, una Nación, sin terroristas guerrilleros, sin terroristas paramilitares, sin narcotráfico, pero yo no me aproximo al tema, y recomiendo a mis compatriotas que no nos aproximemos al tema dentro de la lógica de las FARC.

Aquí pasamos 40 años contemplando a las FARC, consintiendo a las FARC, en la equivocación de pretender que la debilidad era la civilidad, y esos criminales mientras tanto avanzaron en el propósito de maltratar al pueblo colombiano.

Entonces la zona de despeje. ¿Por qué no la acepto? Qué difícil esa conversación hace dos noches. Escuchar a los familiares de los secuestrados: ¡Presidente, despeje! esa es una conversación muy difícil, porque el Presidente de la República allí siente el dolor de esas familias y al mismo tiempo las responsabilidades del Estado, y con una visión de país.

¡Qué dolor! Mi señora me decía al regresar a Bogotá: mira, es que tú puedes llegar ahora, encontrar a Jerónimo y a Tomás, darles la bendición, despedirlos esta noche, ¿pero ahora cuántos hijos han quedado sin papás y cuántos papás sin hijos? Eso es desgarrador. Pero el Presidente de la República tiene que pensar en el futuro del país, tiene que pensar en que este país no puede seguir consintiendo al terrorismo, tiene que pensar en que hay que mantener una política de firmeza, que es lo único que nos llevará a tener una Nación sin terrorismo

¿Para qué han servido los despejes? Han servido de zona de cautiverio de secuestrados, de depósito de coca y de explosivos, de garaje de vehículos robados, de lugar de maltrato a la ciudadanía.

La historia tiene que aceptar que los Gobierno que concedieron zonas de despeje procedieron de buena fe. Quien respondió de mala fe fue el terrorismo.

El Caguán se ofreció en la campaña presidencial de 1998. Los candidatos que se enfrentaban coincidieron en esa oferta, que compitió en el 98 a ver quién le hacía mejores ofertas a las FARC.

Se hizo efectiva la zona de despeje. ¿Y qué pasó? Estos criminales recordaron su origen, sus profesores, sus motivaciones criminales: la lección que a través de Marx aprendieron de Maquiavelo, cuando el Estado burgués que quieres destruir te ofrezca un gesto de generosidad, tómalo como debilidad y aprovecha para avanzar en el camino de destruir al Estado burgués.


¿ Cuál fue el resultado del Caguán? Alejar la paz. ¿Cuánto crecieron, en esos tres años y medio, los terroristas? ¿Para qué sirvió empezar a fortalecer el Ejército? Para nada. Y eso tiene un significado, una explicación, y no crean que solamente las FARC, en esos mismos años se multiplicaron los paramilitares.

¿Y cómo se desmotivó la Fuerza Pública? Si nosotros queremos tener un país sin terroristas guerrilleros y sin terroristas paramilitares, y sin narcotráfico, tenemos que tener un país de instituciones. Un país con una Fuerza Pública totalmente eficaz, respetada, acatada, transparente. Y para ello no basta que la Fuerza Pública tenga helicópteros, equipos de comunicación, aviones de transporte, o para bombardear, eso requiere una Fuerza Pública motivada. Y cuando el Estado le entrega soberanía al terrorismo, el efecto es la desmotivación de la Fuerza Pública.

Unos ciudadanos en el dolor que comprendo me piden la zona de despeje, y los habitantes de Pradera y Florida me dicen: Presidente no lo haga, como me lo han dicho muchos, y tienen razón. Miren uno tiene que pensar ¿para qué es una zona de despeje y en razón de quién se concede?

¿Para qué? la historia ha demostrado, para que se fortalezca el terrorismo. ¿En razón de quién? En razón de los secuestrados. Para eso no se necesita. El Gobierno ha demostrado que es capaz de liberar gente con las condiciones que requiere el buen cuidado de la Seguridad Democrática, sin tener que ir a zonas de despeje. La zona de despeje no sería en razón del interés de liberar a los secuestrados sino en razón de la imposición de los terroristas.

Y entonces, ¿quiénes son?, ¿vamos a entregarle una zona de despeje a los que asesinan?

Aquí hay muchos casos para recordar, no solamente el de Doris Gil y Helmut Bickenbach. ¿Cómo asesinaron al Gobernador Guillermo Gaviria, al ex ministro Gilberto Echeverri? Con sevicia y con alevosía, ahí no había combate.

Estábamos la entonces Ministra de Defensa, los Altos Mandos y mí persona, en los Farallones de Cali instalando el Batallón de Alta Montaña, ‘Rodrigo Lloreda Caicedo’, cuando nos llamaron a decirnos que los habían asesinado, estábamos sí en un intento de rescate. Era todavía la mañana temprana y emprendimos el camino de regreso a Medellín, a Urrao y a la selva del Murrí.

En el avión escuché una conversación ¿qué se va a decir frente a esta tragedia? Tan pronto la escuché, interrumpí a los interlocutores y les dije: solamente la verdad.

No permitimos que nada nos asediara, verificamos los hechos del Murrí, todavía en la noche y nos desplazamos hasta el Murrí, todavía en la noche al regresar a un hospital de Medellín pude hablar con un Sargento que resultó sobreviviente. Y me dijo: mire, nosotros oímos los helicópteros, por entre las ramas de los árboles de la selva vimos algún helicóptero y personas que iban sentadas con las piernas y los píes hacía afuera, los guerrilleros se espantaron, pero no llegaba el Ejército, no se oían disparos, no había combate. Aproximadamente a los diez minutos regresaron los guerrilleros, no había combate, no había llegado el Ejército y nos dispararon a todos, tendidos en el suelo.

Le dije: ¿cómo se escapó usted Sargento? y me dijo: por mis heridas pensaron que estaba muerto. Los asesinaron cobardemente, allí no alcanzó a haber cruce de disparos.

Con una diferencia, en aquella ocasión estábamos en un operativo de rescate, ahora no lo había, porque no teníamos identificado el lugar, y ahora lo hubiera habido -como lo dije esta semana al país- se lo hubiera informado a los familiares, que no les hubiera pedido permiso pero se los hubiera informado, que no le informé a los familiares de Gilberto Echeverri ni del Gobernador Guillermo Gaviria, desde el día que los mataron tomamos la decisión de que cualquier operativo de rescate sería informado a la familia.

Así lo hice, el Ministro de Defensa y yo informamos, al padre del Canciller, a don Alberto Araújo Merlano, padre del Canciller Fernando Araújo, cuando lanzamos la operación para rescatarlo.

Recuerdo la última llamada que le hice, era alrededor de las nueve de la mañana, del 31 de diciembre, el último 31, le dije: Don Alberto, de acuerdo con lo que le hemos informado, los helicópteros ya están en vuelo hacía el lugar donde todo indica está cautivo el doctor Fernando Araújo.

¿Por qué no hubo ahora información a las familias? Porque no estábamos en operativo de rescate, no lo estábamos, y además, porque no los habíamos ubicado.

Estos bandidos de las FARC, estos criminales siempre mienten. ¿Es a estos criminales a los que les vamos a entregar a Pradera y Florida? ¿Es con esta calaña de criminales que vamos a dejar en poder de ellos a los habitantes de Pradera y Florida? ¿Es para que esta calaña de criminales se apodere de Pradera y Florida, qué vamos a sacar de allí nuestra Fuerza Pública?

Por eso es muy importante en este momento de dolor decirle al país: hay que exigirle a las FARC liberar a los secuestrados, pero no podemos exigirle al Gobierno que el Estado claudique. Y no podemos exigirle al Gobierno que claudique en cualquier forma de claudicación. Al Gobierno hay que decirle todo lo contrario: firmeza Gobierno -como en medio del dolor me lo decían muchos caleños-, al Gobierno hay que decirle: no vaya a liberar criminales de las FARC para que regresen al delito, a secuestrar y a asesinar, al Gobierno hay que decirle: siga haciendo presencia, más y más presencia, porque en donde no hay presencia de las fuerzas institucionales se apodera el terrorismo.

No podemos olvidar de dónde venimos. Me piden zona de despeje ahora, es la imposición de los terroristas, es que el país estuvo despejado 40 años y la consecuencia de ese despeje fue que al país se lo repartieron entre guerrilla y paramilitares.

Hace 4 años, 400 alcaldes de la Patria tenían amenaza directa, alrededor de 300 no podían ejercer en el municipio, hoy todos están en su municipio -empezando por el de Buenaventura-, protegidos por nuestra institución democrática, independientemente del origen político de su elección, lo que enaltece nuestra vocación democrática de seguridad.

Por eso no podemos reversar. ¿Sabe para qué utiliza el terrorismo la zona de despeje? para refugiarse, para eludir la acción militar. Nos faltan tres años de Gobierno que los tenemos que aprovechar intensamente en la política de Seguridad Democrática. Entregar una zona de despeje, es entregar al terrorismo a los criminales una zona de refugio para que eludan la acción militar.

Cuando se hablaba -va a ser un año- que muchos colombianos pedían esa zona de despeje, el Gobierno amablemente escuchaba pero daba razones, que algunos crean equívocos, creen que por el Gobierno escuchar, es porque les va a dar esa zona de despeje. Solamente por haber escuchado hablar del tema, estos criminales de las FARC creyeron que ya iban a tener esa zona de despeje, y empezaron a mandar criminales de todo el país a refugiarse en Pradera y Florida, y que daño nos hicieron, ¿Qué tal que concediéramos esa zona de despeje?

Hace dos noches me decían los Altos Mandos, cuando yo les planteaba varias hipótesis, recuerdo la conversación con uno de ellos, ya a la una de la mañana. Presidente esto es muy doloroso, pero reafirme, reafirme, me sacó una libreta que aquí la tengo y me dijo: Colombia tuvo semestres de 1.700 secuestros extorsivos, todavía tenemos muchos. Pero en este semestre que termina hoy, se han dado 95 casos.

Esto indica cuál es el camino. Si le aflojamos al terrorismo, de nuevo se nos vuelve incontrolable el secuestro. Es premiar el gozo con que acudieron a degollar un policía de la Asamblea del Valle, en Cali. El gozo con que celebraron el secuestro de los diputados, la frialdad y la sevicia con que los asesinaron, el cinismo con el cual dilatan la entrega de los cadáveres.

Para que este país pueda vivir libre de secuestros se necesita del apoyo de la opinión pública, de la gente que vuelque a las calles, pero fundamentalmente una política de autoridad.

De nada sirve el clamor ciudadano en las calles de la Patria en contra del secuestro si la autoridad es débil. Lo que finalmente produce una acción eficaz contra el secuestro, es la firmeza de la autoridad.

Por eso en esta hora de dolor tenemos que solidarizarnos con las víctimas, apoyarlas emotivamente, buscar cómo el Estado las apoya pecuniariamente, pero no podemos claudicar ante las pretensiones de los criminales. Estos criminales que a esta hora no han entregado los cadáveres.

En la madrugada de antes de ayer, todavía sin que despuntara el sol, algunas personas que me llamaron a la Presidencia, el Vicepresidente de la República, el ministro de la Defensa, en el diálogo con mi familia, a todos les dije: que dolor, pero hemos procedido correctamente y de buena fe. Hay mucho dolor, pero no tiene por qué haber intranquilidad de conciencia.

Eso que si, que si que es importante en una hora de dificultades como esta. Reconocer el dolor, vivirlo, pero poder tener la conciencia tranquila. Y el Gobierno ha tenido la conciencia tranquila porque ha hecho todos los esfuerzos por la liberación de los secuestrados, sin aceptar las imposiciones de los criminales.

Para qué servían las marchas en el pasado, si no había política de autoridad contra el secuestro. Yo recuerdo que como Gobernador de Antioquia acompañé a la Fundación ‘País Libre’ en una multitudinaria marcha contra el secuestro, que se convocó en varias ciudades colombianas, y se secuestraba más, porque no había política de autoridad contra el secuestro.

Por eso es importante orientar a los marchantes para que los colombianos que quieran salir a las calles, en lugar de pedirle al Gobierno que claudique ante los criminales, se exija al Gobierno una política más firme contra los criminales.

En este Gobierno no hemos tenido aun marchas contra el secuestro, pero una política firme contra el secuestro que nos permite hoy 30 de junio decir, en este semestre, hubo 95 casos de secuestros extorsivos, cuando el país en época de marchas, que no había autoridad, en un semestre tuvo 1.700 casos de secuestro.

ENTREGA DE CUERPOS DE 11 DIPUTADOS ASESINADOS

Entonces déjenme referir a la entrega de los cadáveres.

El Gobierno en su buena fe, a través de una alocución pública que le dirigí al país hace dos días, expresó: estamos dispuestos a que una comisión forense internacional haga el procedimiento de rigor sobre los cadáveres para que le diga al mundo la modalidad del crimen.

Es un gran reto que lanza un Gobierno que ha procedido con toda buena fe, que jamás ha tenido una intención de ocultar o de mentir, porque estos criminales, primero asesinaron a los diputados el 18 de junio, segundo produjeron el comunicado el 23, y tercero, para hacer un show con el horario europeo, solamente publicaron el comunicado al amanecer del 28, y hoy es 30 de junio y todavía no han entregado los cadáveres.

¿Qué ocultan estos criminales? ¿Por qué la demora para informar, y por qué eluden la responsabilidad de entregar los cadáveres? ¿Qué ocultan?

Un Gobierno que a buena fe ha dicho que sea una comisión internacional forense la que realice sobre los cadáveres los procedimientos de rigor para constatar la causa y la modalidad del crimen, un Gobierno que de buena fe ofrece eso, que no le discute, y ¿por qué estos criminales primero ocultaron el crimen durante 10 días?, y ahora han transcurrido otros dos días y no entregan los cadáveres.

Porque estos criminales son refugados, porque estos criminales saben el agua que los moja, porque estos criminales conocen que la ciencia médica advierte, entre mayor sea el tiempo que transcurre entre el asesinato y el examen forense del cadáver, mayor es el riesgo de la inexactitud en el examen forense.

Si estos criminales hubieran dicho la verdad, si hubiera sido en un cruce de balas con la Fuerza Pública, eso se habría conocido en horas, y además estos criminales habrían tenido el interés de dejarlo conocer en horas, porque el examen forense sin equívocos, habría dicho, fueron asesinados o fueron muertos en cruce de balas.

Pero ¿por qué la demora?, porque quieren crearle dificultades a la ciencia, porque estos criminales ocultan y mienten, y quieren evitar que la ciencia nos diga, a través de una comisión forense internacional, la causa y la modalidad del crimen.

Entonces, esto me lleva a decirle al país y al mundo, no es hora de claudicar frente a los criminales. Es hora de exigirles que entreguen los cadáveres, que se pongan a disposición de una comisión forense internacional, y es hora de exigirles que liberen a los secuestrados.

Y aquí tengo que hacer una referencia a los delegados de Francia, de España, y de Suiza.

El Gobierno les ha facilitado todo para que sean facilitadores. ¡Qué paradojas! En la mañana del 28, cuando los Altos Mandos y el Ministro de Defensa pedían todos los registros de operativos militares, para poder alimentar mi alocución. Cuando teníamos un consejo extraordinario de ministros, cuando acude el doctor Luis Carlos Restrepo, Alto Comisionado de la Presidencia le digo: Luis Carlos, usted me había informado que en este mes de junio los delegados de Francia, España y Suiza, autorizados por nuestro Gobierno, se reunirían nuevamente con las FARC, específicamente con el criminal Raúl Reyes, para hablar de acuerdo humanitario. Me dijo: Sí Presidente yo le informé. Luis Carlos usted me había informado que esa reunión se llevó a acabo, Presidente le informé, me dijo. Luis Carlos llámelo, que le confirmen esa reunión, porque yo quiero comunicarle eso al pueblo colombiano como otra demostración de nuestra buena fe por la liberación de los secuestrados. Los llamó y le dijeron que sí, que efectivamente se habían reunido con las FARC, como previamente se lo habían informado.

En el comunicado yo dije, lo que me dijo Luís Carlos. Se reunieron en la tercera semana de Junio. Oigan lo que ocurrió: fue el mismo 18 de junio. Ese día fue el día de reunión. Mientras el delegado europeo estaba reunido con el criminal Raúl Reyes, compinches del criminal Raúl Reyes del grupo terrorista de las FARC estaban asesinando a los secuestrados.

Y en Cali me dicen hace dos noches. Presidente usted por qué no dijo que los tenían separados. Y mucha gente me dice que tiene por qué saberlo. Que han sido informados por las FARC e intimidados por las FARC que los tenían separados. Y pregunté, ¿ustedes por qué tenían interés en que yo dijera que los tenían separados? y dijeron, Presidente, porque si los tienen separados en diferentes sitios de la geografía, un cruce de balas en un enfrentamiento, causa la muerte de quienes estén allí, pero no de los otros que están en sitios de la geografía diferentes. Y yo dije, esto tiene toda la lógica, pero no lo dije por eso, porque yo no quise aventurar hipótesis en el comunicado. Solamente decir la verdad de lo que como Presidente, recibí como información.

Me llamó un vallecaucano muy importante y me dijo: la versión que está circulando es que las FARC asesinó a los diputados en retaliación, porque la Fuerza Pública dio de baja a “JJ”. Y me dijo, ¿usted por qué no se refirió a eso?, dije, no me referí a eso porque yo quería contarle al país, con todo ánimo de verdad lo que el Gobierno conocía. No hacer conjeturas, no ventilar hipótesis.

¿Quién es JJ? He recibido la información de que es físico-matemático de la Universidad del Valle del Cauca, criminal del primer nivel de importancia en las FARC. Jefe de toda la acción criminal sobre este Pacífico. Con muchos años de militancia criminal en las FARC. Fue dado de baja el 6 de junio por un grupo especial del Comando de la Armada. La Armada comprobó que fue dado de baja el 7 de junio. Un tipo tan importante de las FARC, a quién le dan de baja, inmediatamente saben las FARC.

Y entonces cuándo le anuncia la Armada al país, el 15 de junio. ¿Por qué no antes? porque la política de este Gobierno ha sido, no se puede -por regla- hablar de bajas, cuyos cadáveres no aparezcan. Y excepcionalmente, en el caso de un cadáver que no aparezca, solamente se puede hablar cuando haya todos los medios probatorios.

Por eso transcurrió sin darse la información, entre el 6 y el 15 de junio, y el 18 de junio matan a los diputados.

Pero yo no aventuro hipótesis, solamente le cuento al país la verdad de lo que el Gobierno ha conocido, y le pido al país que tenemos que condenar todo, sin ningún esguince, este hecho criminal de lesa humanidad que ha cometido las FARC.

RESPUESTA A COMUNICADO DE FRANCIA, ESPAÑA Y SUIZA

Quiero pedirle a los tres delegados europeos lo siguiente. Este país hay que respetarlo. EL Gobierno no acepta comunicados de los tres delegados europeos, en los cuales ponen en igual nivel, miden con el mismo rasero a las FARC y al Gobierno. Este es un estado democrático, un gobierno democrático, no solamente de elección popular, sino de diaria rendición popular de cuentas. Los otros son un grupo terrorista.

¿Cuándo se nos ha ocurrido a los colombianos poner en pie de igualdad un Gobierno democrático de Europa con uno de los grupos terroristas que los han confrontado?, nunca.

Está bien que los señores de los tres países europeos hagan una tarea de facilitación, pero no aceptamos ese irrespeto a nuestra democracia, de poner al Gobierno en el mismo nivel del grupo terrorista de las FARC.

Le pedí ayer en la mañana al Secretario General de la Organización de Estados Americanos, al doctor Insulza. Ayer le pedí al doctor Insulza, Secretario de la Organización de Estados Americanos, que la OEA estudie los mecanismos internacionales para intervenir en la recuperación de los cadáveres, y que la OEA busque cómo crear la Comisión Internacional Forense, para hacer el examen forense sobre los cadáveres.

Pero no vamos a aceptar que estos tres delegados europeos, pretendan llevar a Colombia una comisión de encuesta creada en el Derecho Internacional para estados de guerra. Que se olviden estos tres señores europeos, esto no es un estado de guerra, sino un desafío del terrorismo a un pueblo democrático.

La guerra en su atrocidad tiene alguna justificación. La guerra en su atrocidad genera alguna legitimación. Una guerra contra una dictadura, una guerra por un territorio, una guerra por creencias antagónicas en lo religioso, una guerra por históricos milenarios problemas étnicos, aquí lo que hay es el desafío de un terrorismo alimentado por el narcotráfico contra un pueblo democrático y digno que busca salir adelante.

Que sea la Organización de Estados Americanos nuestro órgano multilateral más próximo. El que lidere la acción para recuperar los cadáveres y la integración, como lo quiera hacer la OEA, ninguna condición ponemos, de la Comisión Forense Internacional, para que esa comisión realice los estudios de rigor sobre los cadáveres.

Pero que no vengan los delegados europeos a proponernos una comisión de encuesta creada en el Derecho Internacional para guerra, cuando aquí lo que tenemos es un desafío del terrorismo. Quedan advertidos los delegados europeos, aquí como sí tenemos un desafío del terrorismo, también tenemos toda la decisión de derrotar el terrorismo.

Antes de hablar del TLC y la declaración de un sector del Congreso de los Estados Unidos ayer, permítanme refrescar entre Europa y el TLC, con el tema del empleo.

DESCENSO DEL DESEMPLEO

Hemos tenido tres objetivos en este Gobierno. Consolidar la Seguridad Democrática, consolidar la confianza inversionista que se da en Buenaventura como lo vamos a ver hoy con las concesiones portuarias, y cumplir la política social como la queremos cumplir en Buenaventura con 3 mil viviendas nuevas, plena afiliación al régimen subsidiado de salud y todo lo que se pueda afiliar de cobertura en Familias en Acción.

La confianza inversionista ha venido prosperando y profundizándose en Colombia. Va a ser un año que el DANE cambió la encuesta de desempleo. Nos dijo que la anterior ocultaba el desempleo, que la nueva capta todo el desempleo. Y tuvimos unos meses donde sufrimos mucho porque no veíamos descender el desempleo.

Por segundo mes consecutivo, a pesar de que todavía no hemos llegado a agosto, hay descenso de desempleo. No podemos olvidar que este país en pocos años pasó de un desempleo del siete y medio al veinte. En pocos años paso de un endeudamiento del 16 del PIB al 50, hoy en el 28 por ciento. En pocos años de un déficit del Gobierno Nacional Central del 1 por ciento, al 7 y medio, hoy en el 4 por ciento.

En el mes de mayo el desempleo nacional pasó del 11,8 al 11,4 por ciento, 4 décimas, pero lo que es más importante, en las trece áreas más importantes del país pasó del 13.1 al 11.4, una reducción de casi 2 puntos porcentuales. Vamos a seguir en esa tarea.

Para nosotros la confianza inversionista y el crecimiento no son fines en si mismo. Son medios para superar la pobreza, para estimular el emprendimiento, para crear empleo de buena calidad con afiliación a la seguridad social.

En este Gobierno hemos aumentado la afiliación a la seguridad social en un 35 por ciento. ¿Por qué tanta pobreza? Y en Baja Mar de Buenaventura se ve la mayor expresión, que la dejamos llegar al 60 por ciento, apenas la hemos logrado reducir al 45 por ciento. Pero trabajando con el ánimo de superarla, ahí la iremos rebajando día tras día.

RESPUESTA A COMUNICADO DE CONGRESISTAS DEMÓCRATAS

Y déjenme referir a este comunicado de algunos congresistas de los Estados Unidos.

Primero me sentí mucho anoche, a las nueve de la noche, qué nuestro gobierno no hubiera contestado. Yo había salido de Cartagena con el Ministro Holguín al Golfo de Morrosquillo a trabajar la campaña de ‘Voto Limpio’, y después a San Pelayo (Córdoba) porque hay unos compatriotas muy afectados con unas inundaciones.

Nuestro Gobierno debe responder y de inmediato, y hay con qué responder. No podemos tener más demoras para responder a este tipo de comunicado.

Esto hay que enmarcarlo en lo siguiente. El Plan Colombia, con la administración del Presidente Clinton y la administración del Presidente Bush ha sido una relación de países aliados. Mi primera respuesta al comunicado es que nosotros no vamos a permitir que una relación de países aliados la quieran convertir en una relación de los Estados Unidos amo, y Colombia servil.

Nosotros sentimos gratitud por el apoyo que hemos recibido del Presidente Clinton primero, y del Presidente Bush ahora. En una relación de aliados. Y hemos cumplido.

¿Qué Gobierno en el mundo puede decir que en cinco años ha extraditado más de 600 personas? Ninguno. ¿Qué Gobierno en el mundo puede decir que está fumigando 160 mil hectáreas de droga por año, y que el año antepasado radicó manualmente 31.200 y el año pasado 43 mil, y este año vamos a erradicar manualmente más de 50 mil? Ninguno. ¿Qué Gobierno puede hablar de los decomisos de coca que se han venido dando en Colombia, especialmente en esta área del Pacífico? Ninguno. ¿Qué Gobierno del mundo puede decir que en su ordenamiento jurídico tiene una ley tan rigurosa de confiscación de riqueza ilegitima y que la aplica tan rigurosamente como Colombia? Ninguno.

La manera como hemos procedido acredita que somos leales y transparentes, cumplidos en esta alianza con los Estados Unidos. Por nuestra dignidad, por nuestra democracia, por lo que merecemos por nuestro cumplimiento, nosotros no vamos a permitir que una relación de aliados, de respeto mutuo, que hemos cultivado primero con la administración Clinton, y ahora con la administración Bush; los Estados Unidos la vayan a convertir en una relación de Estados Unidos amo, y Colombia república servil. De ninguna manera.

Entonces déjenme referir al tema de los sindicalistas. Qué testimonio y cuánto lo agradezco el de Angelino Garzón, el gobernador del Valle del Cauca. Líder sindical tantos años, Ministro de Trabajo y Gobernador del Valle del Cauca. Un testimonio que él no tendría porque dar, sobre los esfuerzos de nuestro gobierno para proteger a los sindicalistas.

Que Estados Unidos se preocupe por la violencia contra los sindicalistas es válido, y derecho a ello tienen por el Plan Colombia, por nuestra aspiración al TLC, porque somos socios de muchos organismos multilaterales. Lo que no es válido es que ignoren nuestros esfuerzos, y lo que no es válido es que algún sector del Congreso (de Estados Unidos) quiera dar la apariencia de convertir una relación de aliados en una relación de dominación.

Antes de este Gobierno llegamos a tener en Colombia 256 asesinatos de sindicalistas. 256 sumando sindicalistas y maestros. Antes de nuestra elección yo publiqué una plataforma ideológica que se llama ‘Manifiesto Democrático de 100 puntos’. En el punto 27 se escribió: “si ganamos la elección aplicaremos una política de seguridad democrática para proteger por igual al sindicalista contra el asesinato, al empresario contra el secuestro, para proteger por igual al campesino que al empresario agrícola, al vocero del gobierno y al vocero de la oposición”, y lo hemos cumplido.

Empezó nuestro Gobierno desde la hora cero. El Vicepresidente de la República, el Ministro de la Defensa y mi persona, atentos a proteger sindicalistas. Hoy hay 6 mil colombianos con protección individual. Eso nos cuesta 78 mil millones este año. De ellos, 1.500 son líderes sindicales.

Cada vez que han asesinado un sindicalista, el Vicepresidente, el Ministro de Defensa y mi persona, hemos salido a estimular a la Fuerza Pública y a la justicia para capturar a los asesinos. A ofrecer recompensas para recibir información conducente a la captura.

Nuestros esfuerzos no han sido en vano. Hace dos años se redujo el asesinato a 25, quisiéramos que hubiera cero casos. Cero casos. Se redujo de 256 a 25. El año pasado se recrudeció, porque al histórico enfrentamiento guerrilla-paramilitares, se sumó el enfrentamiento entre las FARC y el ELN. Llegaban las FARC a un hospital de Arauca y preguntaban, ¿este sindicalista está afiliado al ELN? y lo asesinan. Llegaba el ELN a una escuela de Arauca, y preguntaban: ¿qué este maestro es colaborador de las FARC?, y lo asesinan. El año pasado regresó eso a 60 (casos de asesinatos).

¿Qué ha pasado este año? Han asesinado tres sindicalistas y nueve maestros. Maestros casi todos en las zonas rurales colombianas.

Déjenme hablar de los tres sindicalistas. El uno, sindicalista del INPEC. Hasta hoy la justicia ha dicho que su asesinato no tiene que ver con su actividad sindical. Y la justicia de Colombia es independiente al Ejecutivo. El segundo, el 3 de mayo en Sucre. Estaba portando un arma en un grupo armado de las FARC en contra del Ejército y fue dado de baja con otros guerrilleros, en esa acción militar. Y al otro día apareció que estaba afiliado a un sindicato. Hasta hoy nadie ha podido desvirtuar esa información que el propio CTI entregó. Si hubiera una manera de desvirtuarla, seria, el Gobierno aceptaría. Porque el Gobierno está es del lado de la justicia. El tercero murió un sábado por la noche, hace poco en Valledupar. Esta semana una mujer y hombre responsables del asesinato por causas que nada tienen que ver con la actividad sindical, se entregaron a la justicia y se sometieron a sentencia anticipada.

Y entonces dicen. Y lo primero que tiene que reconocer Estados Unidos y el mundo, es el esfuerzo de nuestro Gobierno para superar esta violencia. Entonces dicen: la impunidad. Como se ha superado. Lo primero que hay que entender que un país con 35 mil asesinatos que llegó a tener, puede contar con la justicia del mundo y no supera la impunidad.

Nosotros hemos creado el Sistema Penal Acusatorio. Fortalecerlo el año pasado implicó un presupuesto adicional de 70 millones de dólares. Hemos reformado los códigos. El Plan de Desarrollo recientemente aprobado incorpora recursos para que la Fiscalía tenga otros 114 investigadores.

Hemos hecho todos los esfuerzos por la justicia. Realizo un almuerzo cada mes, cada dos meses, con los presidentes de las centrales obreras, y no se suspendió el de antes de ayer, 28 (de junio). Allá llegó el informe de la Fiscalía.

En mi última visita a los Estados Unidos llevábamos ya 37 sentencias producidas que condenaban 59 responsables del asesinato de sindicalistas. El informe de antes de ayer indica que ya llevamos 46 sentencias, y se han condenado 75 personas por crímenes contra sindicalistas. Aquí estamos trabajando eficazmente, con aplicación al detalle en la derrota del crimen contra los sindicalistas y en la derrota contra la impunidad.

Estos congresistas de Estados Unidos deben entender otra cosa. ¿Quién mata a los trabajadores y quién secuestra a los empresarios? En Colombia si la justicia dijera otra cosa yo sería el primero en aceptarlo. En Colombia no son los empresarios los que asesinan a los trabajadores, ni los trabajadores los que han secuestrado a los empresarios.

Las guerrillas marxistas que ingresaron aquí desde principios de los años sesenta practicaron todas las formas de lucha. Asesinaban y penetraban el movimiento sindical, la política y sectores del periodismo, y quedaban en la impunidad porque los gobiernos no las enfrentaban debidamente. Trajeron el odio de clases como accionar político, y el objetivo de la dictadura del proletariado como modelo de Estado. ¿Qué hizo el paramilitarismo? Compitió en atrocidad e hizo lo mismo.

El resultado. Los paramilitares asesinando sindicalistas a quienes acusaban de colaboradores con la guerrilla, y la guerrilla asesinando sindicalistas a quienes acusaban de colaboradores del paramilitarismo.

En el año 2006 en Arauca y en otras partes, ELN y FARC acusando a sindicalistas de colaborar con el ELN o con las FARC, y asesinándolos el ELN o las FARC. ¿Y en qué estamos nosotros? En pleno desmonte del paramilitarismo, y en pleno debilitamiento de la guerrilla.

Estos congresistas de Estados Unidos no pueden ignorar esto. Este país tenía 60 mil terroristas hace 4 años. Se han desmovilizado 43 mil. Irlanda, recuerdo, que el acuerdo de paz del ‘Viernes Santo’ de 1998 y que pregunté: ¿Cuántos terroristas tenía el IRA? Y me dijeron, 118. Mientras que Colombia 60 mil. Y pregunté: ¿Cuántos asesinatos? Y me dijeron: entre 1923 y 1968, 3.200 asesinatos. En ese año de 1998 en el área metropolitana de mi ciudad de Medellín, 5 mil asesinatos.

El problema que hemos tenido aquí es mayúsculo, pero los progresos también son muy significativos. Como lo dijera el Gobernador (del Valle del Cauca), no estamos en un punto ideal. Pero cuanto hemos mejorado y con persistencia vamos a mejorar.

¿Entonces, los Estados Unidos, su Congreso, no protestó en el año 2000, en el 2002, cuándo este país estaba apoderado por guerrillas y paramilitares, y ahora qué vamos saliendo del problema si se escandalizan? Eso no lo aceptamos. Eso es la prueba de que están mal informados o de que hay pretensiones de convertir una relación de aliados, en una relación de dominación que no podremos permitir.

Se ignoran otros factores. Es que este país alcanzó a tener 1.700 secuestros en un semestre, y en este acabamos de tener 95. Todavía hay mucho, y quisiéramos tener cero (secuestros). Y se ignoran otros factores. Este país ha reducido a la mitad el asesinato en los últimos 4 años. Se ignoran otros factores. Es que aquí hubo años en los cuales asesinaron 15 periodistas, este año no han asesinado uno solo. Hoy los periodistas de Buenaventura y de Cali, y de toda Colombia, se sienten menos amenazados. Hasta hace 4 años tenían que estar sufriendo permanentes amenazas por parte de guerrilla, paramilitares, de criminales de toda pelambre. Hoy se sienten más confiados por la Seguridad Democrática.

Es bueno que el Congreso norteamericano para expresar sus preocupaciones -respetamos que expresen sus preocupaciones- reconozcan dónde estábamos y miren dónde vamos y qué hemos hecho, y que no procedan desinformados. Qué verifiquen la verdad de lo que ha ocurrido en el pueblo colombiano y que aclaren que esto tiene que ser una relación de aliados de mutuo respeto, como la merecemos. Como se ha adelantado con el apoyo de los presidentes (Bill) Clinton y (George) Bush, y no puede ser una relación de dominación con los Estados Unidos como amo, y de Colombia como servil.

Una relación de dominación, así nos den el TLC, se hace mucho más daño a la democracia colombiana, y mucho más daño a las relaciones del resto de América Latina con los Estados Unidos, que bien difícil es hoy, hoy por hoy.

Nosotros no le decimos a los Estados Unidos que cuiden a Colombia, qué es el único aliado sólido que le queda en América Latina. Nosotros le decimos a Estados Unidos que respete a Colombia. No nos importa ser el único o parte de sus aliados. Lo que nos importa es que somos un aliado respetable, cumplido, como lo demuestran los hechos de esta alianza.

Es que allá en los Estados Unidos tuvieron una experiencia cuando les hablaban del régimen de (Anastacio) Somoza en Nicaragua, y de otras dictaduras de América Central y del cono sur, muchos norteamericanos decían: Sí esos dictadores son unos bandidos pero son nuestros. Esos dictadores son unos HP pero son nuestros.

Ese no es el caso con Colombia. Esta es una democracia respetable. Los únicos que tienen que asumir posiciones postradas de servilismo son los dictadores y los gobiernos criminales. Acá hay una democracia que merece toda dignidad.

Por eso le quiero recordar hoy a ese sector del Congreso de los Estados Unidos, aquí no están en presencia de Somoza, de las dictaduras de ‘Banana Republic’ de Centro América, que aceptaban a pesar de sus crímenes por mantener esa alianza, no. Aquí se está en presencia de una democracia respetable, de un gobierno respetable, haciendo todos los esfuerzos por tener una Nación sin criminales, sin guerrilla, sin paramilitares.

Es que a nosotros no nos tienen que decir: cuiden a Somoza que es el único aliado que nos queda. Nosotros no invocamos la condición de único aliado, sino de aliado respetable. Por eso con todo el respeto, este discurso tiene que decir la verdad. Y por eso me duelo de que anoche conocí tarde ese mensaje y mis compañeros no habían reaccionado. Hay que reaccionar a tiempo y hay que hablar con todo el mundo sobre este tema.

Compatriotas de Buenaventura, en medio del dolor, solidaridad con las familias. Una Colombia sin FARC, sin paramilitares y sin narcotráfico y sin terroristas. Una Colombia con un Estado donde no claudique, con un Estado verás y transparente pero con un Estado con toda la firmeza. La firmeza le traerá seguridad a las nuevas generaciones.

Nuestra claudicación, un regreso a esa actitud cómplice y permisiva con las FARC, lo único que haría sería aplazarle a Colombia el derecho de vivir en paz”.

 
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