AÑO 2007

Enero

Febrero

Marzo

Abril

Mayo

Junio

Julio

Agosto

Septiembre

Octubre

Noviembre

Diciembre

 

CLAUSURA DEL XIII CONGRESO DE
LA ASOCIACIÓN DE LA LENGUA ESPAÑOLA

Marzo 24 de 2007 (Medellín – Antioquia)

Señoras y señores:

Nuestro novelista, don Tomás Carrasquilla, el Cervantes moderno, un náufrago feliz del Siglo de Oro –como dijo de él, Juan Valera-, tuvo el sueño premonitorio del viaje imposible de los Reyes de España a Antioquia.

Nuestra tierra ha esperado esta visita desde el Siglo XVII, cuando se asentaron en estas breñas los más leales vasallos, los más laboriosos tributarios de la Corona Hispana.

Hoy, esa fantasía se vuelve realidad y los antioqueños, con el sentimiento unánime de Colombia, les decimos con alegría y reconocimiento, la frase que añoraron pronunciar nuestros ancestros: bienvenidos, sus Majestades.

Bienvenidos, también, ilustres miembros de las 22 academias de la Lengua Española. Con su presencia entre nosotros, se hace más sólido el sentimiento de unidad de los pueblos que son hijos de la lengua de Cervantes, por cuyas venas corre la historia común de quienes fuimos fundados por España y por la Cruz.

Bienvenidos escritores, profesores, libreros, periodistas. Colombia se engalana con su presencia y escucha con avidez su palabra inspirada, sus ideas, sus disquisiciones sobre la nueva gramática de la Lengua Española. Esa que llevará, para honra nuestra y compromiso perenne, el nombre de Medellín.

A nuestra ciudad no les es ajena la pasión colombiana por la sintaxis, la concordancia, el estudio de las raíces, el juego de las palabras.

Mon y Velarde, un visitador ilustrado, enviado por don Carlos III, fundó una extensa red de escuelas para la formación popular. Los frutos brillaron un siglo después, en últimas décadas del silgo XIX, cuando vemos emular a los literatos e intelectuales antioqueños, con los de todas las capitales de la Lengua Española.

Rafael Uribe Uribe es un ejemplo notable de cómo nuestros dirigentes valoraron en alto grado los estudios sobre el idioma. Como se sabe, el General Uribe es el héroe legendario, perdedor de mil batallas, que inspira en García Márquez la figura épica del Coronel Aureliano Buendía. Pues bien, en una de las ocasiones en que el General fue sometido a consejo de guerra por los vencedores, presto dedicó todo su tiempo ala preparación de un diccionario abreviado de galicismos, provincialismos y correcciones del lenguaje.

El final de esa historia está envuelto en un ambiente macondiano. El gobierno, contra el que se había levantado el General, ordenó la publicación del texto en la imprenta oficial. El mejor intento de explicación de porqué podía darse esa tregua literaria en medio de los avatares de la guerra, se lee en los escritos de don Marco Fidel Suárez, nuestro Presidente sabio. Dice él, que liberales y conservadores se desvivían por estos estudios y hasta los aprovechaban como zona de concordia para abrazarse mutuamente en las academias y mosaicos.

El Presidente, sabio, como casi ninguno, predicó la autoridad de las Academias de la Lengua, en la tarea de limpiar, fijar y dar esplendor al idioma. Este asunto –decía- tiene que regirse por autoridad, pésele a quien le pesare.

En ocasiones se confunde el cultivo de la gramática con el desinterés por la acción gubernamental.

Suárez, gobernante que dejó sentadas las bases de un inmenso progreso de nuestra infraestructura, contradecía ese aserto recordando que fue Cervantes quien enseñó a los gobernadores para que tengan que saber gramática y que, Julio Cesar valoraba de tal manera esos estudios, que ante el dilema de saber quién había dado más gloria a Roma, si Cicerón o todos los capitanes de ella, el vacilaría al dar la respuesta.

La reunión de las academias y la aprobación en Medellín de la nueva gramática, están adornadas con una amplia participación popular y con la inauguración de una brillante infraestructura puesta a su servicio.

Esta fecha quedará esculpida en la memoria de nuestros niños y jóvenes que asociaran la llegada de los Reyes de España, de los académicos de la Lengua y de centenares de escritores, con la posibilidad de un acceso generoso a los modernos parques bibliotecas, impulsados por la administración de Medellín.

Los nombres de los novelistas y bardos a los que hoy saludaron, ya no serán ídolos lejanos, inaccesibles, sino que estarán materializados en un texto al que podrán acceder y acariciar o una página que podrán llamar desde esa milagrosa lámpara de Aladino que es el Internet.

Dicen los filósofos, que la lengua es reflejo del pensamiento y el pensamiento sustancia del hombre. Borges predicaba que de los instrumentos del hombre, el más asombroso es el libro, porque es una extensión de la memoria y de la imaginación.

Esa convicción que compartimos, nos ha llevado a hacer un gran esfuerzo para poner el libro a las manos de todos los colombianos. Hay centenares de nuevas bibliotecas en los sectores más apartados de nuestra geografía, avanzamos en conectividad y tenemos metas ambiciosas para que los millones de estudiantes colombianos estén conectados con todo el mundo.

Varias generaciones de antioqueños han trabajado para ser hoy lo que somos. Hay decenas de nombres que representaron una humanidad digna de protagonizar obrar épicas. Imposible elevar una estatua a cada uno o darle su nombre a una biblioteca, una escuela, un parque. Incluso, no habría espacio para nombrarlos a todos.

Pero digamos –pensando en Rafael Uribe Uribe y en Fidel Cano, en Carlos E. Restrepo y en Fernando González, en Emilio Uribe y Marco Fidel Suárez, en Tomás Carrasquilla, León de Greiff, Porfirio Barba Jacob, Carlos Castro, Mejía Vallejo- que con este Congreso de las Academias y con identificación de Medellín como la ciudad de la nueva gramática, se clausura una etapa y se inaugura otra.

Una etapa que impone en esta ciudad el sello de elevados alientos espirituales, aquellos que en los grandes seres humanos produce el hallazgo del idioma. Es la inauguración de una ciudad como la que soñó Jorge Robledo Ortiz, habitada por un pueblo de patriarcas, con poder en la voz, en el idioma, no en los fusiles.

Colombia empieza a construir una bonanza de confianza que la presencia de todos ustedes, nos ayudan a encontrar.

Su Majestad, Don Juan Carlos, usted es símbolo y emblema de inmensa democracia española, su aporte a la construcción de una sociedad en libertad, con sólidas instituciones, le da un lugar privilegiado en la galería de los grandes de la democracia.

Muchas gracias, sus Majestades, en nombre de los colombianos. Gracias por su sincero compromiso con esta Patria, por sus desvelos para que consolidemos la Seguridad Democrática, la confianza inversionista, la política social. Muchas gracias por su padrinazgo para estimular la generosa cooperación española hacia nuestros proyectos de desarrollo.

Su presencia, Majestad y la de la Reina Sofía, no solamente en esta reunión de las Academias sino en las barriadas de Medellín, mañana en Cartagena, para asistir al Congreso del Idioma, demuestran que ningún sueño es imposible y que el pueblo de Colombia está encontrando una definitiva oportunidad sobre la tierra.

La Gramática de Medellín es la mejor misión diplomática que puede enviar esta ciudad para que los millones de hispanohablantes que naveguen por las reglas del idioma, piensen que Medellín es pueblo colombiano, que se educa y trabaja, para lograr la felicidad de los jóvenes y de quienes habrán de venir.

Muchas gracias, nos han honrado mucho con la presencia de todos ustedes, en Medellín, en Cartagena, en Colombia.

 
CONTÁCTENOS
MAPA DEL SITIO
| Quejas y Reclamos | Web Master |
Linea de Quejas y Reclamos 018000-913666

COPYRIGHT © 2006 PRESIDENCIA DE LA REPÚBLICA